La primera era un dibujo de Pat Marvenko Smith, la notable ilustradora del libro de Revelación. Mostraba la mano de Dios bajando del Cielo para derribar las piezas de un tablero de ajedrez extendido sobre la superficie de la tierra. Me recordó de cómo Dios interviene tan a menudo en la historia para desestimar sumariamente los mejores planes de los líderes políticos. El es capaz de confundir, frustrar y derrotar los objetivos de los más poderosos reyes, presidentes y primeros ministros.
Caricatura editorial del artista israelí Oleg Schwartzburg.
La otra imagen era una caricatura editorial del perspicaz artista israelí, Oleg Schartzburg. Mostraba al Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, involucrado en un tira y afloja con varios líderes de las súper potencias del mundo. Ellos están tirando con fuerza y sudando profusamente mientras que Netanyahu, estando solo, resiste fácilmente su jalón, todo debido a que ¡el dedo de Dios descansa en su extremo de la cuerda! La imagen ilustra astutamente la única explicación posible para la continuada existencia de Israel desde 1948, a través de guerra tras guerra. ¿De qué otra forma puede explicar la sobrevivencia de menos de dos millones de judíos en medio de un mar de árabes excediendo los 300 millones en número?
Dos pasajes claves con respecto a la soberanía de Dios pueden encontrarse en los Salmos:
Salmo 103:19 – “Jehová estableció en los cielos su trono, y Su reino domina sobre todos.
¿Recuerda cuando el rey de Babilonia, Nabucodonosor, se volvió loco y vivió como un animal por siete años, gateando en los campos comiendo hierba? Daniel escribió que toda esta experiencia fue con el propósito de impresionar sobre el rey “que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere” (Dn. 4:32). Luego, cuando Nabucodonosor recuperó sus sentidos, proclamó la soberanía de Dios: “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y Él [Dios] hace según Su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra” (Daniel 4:35).
La mano de Dios puede estar sobre alguien en un sentido bueno o en un sentido malo. El rey David mencionó el aspecto positivo cuando oró, “…en Tu mano está la fuerza y el poder, y en Tu mano el hacer grande y el dar poder a todos” (1 Cr. 29:12). Pero los magos del Faraón, en respuesta a la tercera plaga de piojos, se lamentaron, “Dedo de Dios es éste” (Ex. 8:19).
Cada vez que las cosas parecen estarse saliendo fuera de control en la escena mundial, y los malos parecen llevar la delantera, me acuerdo del Salmo 2. Ese salmo declara que mientras todos los líderes políticos del mundo conspiran contra el Señor y Su Mesías, ¡Dios se sienta en los cielos y se ríe! El se ríe no porque no le importe. El se preocupa intensamente. El se ríe debido a que tiene todo bajo control (Salmo 2:1-5).
En resumen, el Dios Todopoderoso tiene la sabiduría y el poder para orquestar todo el mal de la Humanidad para el triunfo de Su Hijo.
¡Nosotros los creyentes estamos en buenas manos y, por eso, al final vamos a ganar!
Traducido por: Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (www.endefensadelafe.org)
Artículo original:
The Hand of God (Read in Lamplighter)