Viviendo en Tiempo Prestado
Por Dr. David R. Reagan
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Las Señales de la Política Mundial
La Biblia profetiza que habrá un cierto patrón de la política mundial que caracterizará el mapa geopolítico del tiempo del fin.
El enfoque será el restablecido Estado de Israel (Zacarías 12:2–3). Será sitiada por una nación amenazadora de los “confines del norte”, la nación de “Rosh” — o la Rusia actual (Ezequiel 38:2, 6). También habrá una nación amenazadora en el Oriente, que será capaz de enviar un ejército de 200 millones — a saber, China (Apocalipsis 9:13–16 y Ap. 16:12–13). Una tercera fuente de peligro para Israel serán las naciones árabes que lo rodean inmediatamente. Codiciarán la tierra y tratarán de quitársela a los judíos (Ezequiel 35:10 y 36:2).
Otro jugador clave en el escenario de la política mundial en los tiempos del fin, será una coalición de naciones europeas que formarán una confederación centrada en el área del antiguo imperio romano (Daniel 2:41–44, Daniel 7:7, 23–24; y Apocalipsis 17:12–13). Esta confederación servirá como base política para el surgimiento del Anticristo y la creación de su reino mundial (Daniel 7:8).
Otras señales de la política internacional incluyen guerras y rumores de guerras (Mateo 24:6), guerras civiles (Mateo 24:7), y el terrorismo y la anarquía internacional generalizados (Mateo 24:12).
Las Señales de Israel
Las señales relacionadas con el Estado de Israel son prolíficas y muy importantes — de hecho, más importantes que todas las demás señales juntas.
La profecía que se repite con más frecuencia en el Antiguo Testamento es la predicción de que el pueblo judío será reunido de los “cuatro confines de la tierra” en los tiempos del fin (Isaías 11:10–12). La Biblia declara que una consecuencia de esta reunión será el restablecimiento del Estado de Israel (Isaías 66:7–8). Las Escrituras dicen que, una vez que los judíos regresen a su tierra, la tierra misma experimentará un milagro de recuperación (Isaías 35). El desierto florecerá y la gente exclamará: “Esta tierra que era asolada ha venido a ser como el huerto de Edén” (Ezequiel 36:35).
Otro milagro del tiempo del fin será el renacimiento del idioma hebreo (Sofonías 3:9). La mayoría de la gente no es consciente del hecho de que, cuando los judíos fueron dispersados de su tierra en el año 70 d.C., dejaron de hablar el idioma hebreo. Los judíos que se establecieron en Europa desarrollaron un nuevo idioma llamado yiddish — una combinación de alemán y hebreo. Los judíos que emigraron a la cuenca del Mediterráneo crearon un idioma llamado ladino — una combinación de hebreo y español.
Otras señales significativas de Israel que se nos dice que estemos atentos en los tiempos del fin incluyen la reocupación de Jerusalén (Lucas 21:24), el resurgimiento de la fuerza militar israelí (Zacarías 12:6) y el reenfoque de la política mundial sobre Israel (Zacarías 12:3).
Todas estas señales se cumplieron en el siglo XX. La nación ha sido restablecida, se ha recuperado la tierra, se ha revivido el idioma antiguo, los judíos están de regreso en Jerusalén e Israel es el punto focal de la política mundial.
Las Señales Clave
Como dije antes, las señales más importantes son las que se relacionan con Israel, porque Dios usa a los judíos a lo largo de las Escrituras como Su reloj profético. Con esto quiero decir que, muy a menudo, cuando el Señor está revelando un evento importante que tendrá lugar en el futuro, señalará al pueblo judío y declarará que cuando algo les suceda, el evento importante también ocurrirá.
Un buen ejemplo de este principio se puede encontrar en Daniel 9, en la famosa profecía de las “Setenta Semanas de Años”. El profeta nos dice que estemos atentos a la emisión de un decreto que autorizará la reconstrucción de Jerusalén. Luego dice que el Mesías vendrá sesenta y nueve semanas de años (483 años) después de que se emita ese decreto al pueblo judío.
Hay dos profecías clave que relacionan el regreso de Jesús con eventos que han ocurrido en la historia judía desde 1948. Estos dos eventos establecieron claramente el período en el que ahora vivimos como la época del regreso del Señor.
El Estado de Israel
El primero es el restablecimiento del Estado de Israel, que ocurrió el 14 de mayo de 1948. Jesús hizo resaltar este evento como el que señalaría Su pronto regreso.
Su profecía está contenida en la parábola de la higuera (Mateo 24:32–35), que presentó en Su discurso en el Monte de los Olivos. El día antes de pronunciar este discurso, había puesto una maldición sobre una higuera estéril, causando que se marchitara (Mateo 21:18– 19). Esta fue una profecía simbólica de que Dios pronto derramaría Su ira sobre el pueblo judío, debido a su esterilidad espiritual al rechazar a Su Hijo.
Al día siguiente, Jesús les recordó a Sus discípulos la higuera. Dijo que estuviesen atentos a que volviera a florecer. En otras palabras, dijo que estuvieran atentos al renacimiento de Israel. Indicó que, cuando la higuera vuelva a florecer, Él estaría a las puertas del cielo, listo para regresar (Mateo 24:33).
Igualmente significativo, añadió una observación interesante: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (Mateo 24:34). ¿Qué generación? La generación que vea florecer la higuera.
Somos esa generación. La higuera ha florecido. Jesús está a las puertas.
La Ciudad de Jerusalén
El segundo evento clave fue profetizado por Jesús en el mismo discurso, según lo registrado por Lucas: “Y caerán [los judíos] a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (Lucas 21:24).
La primera mitad de esta profecía se cumplió en el año 70 d.C., cuarenta años después de que Jesús pronunció las palabras. En ese año, los romanos bajo Tito conquistaron Jerusalén y dispersaron a los judíos entre las naciones. Jerusalén permaneció bajo ocupación gentil durante 1,897 años — hasta el 7 de junio de 1967, cuando Israel recuperó la ciudad durante la Guerra de los Seis Días.
La reocupación judía de la ciudad de Jerusalén es una prueba positiva de que vivimos en la época del regreso del Señor.
Un Desafío Provocativo
Siempre que presento un panorama de las señales de los tiempos que apuntan al pronto regreso de Jesús, a menudo me enfrento a alguien — a menudo un cristiano profesante — que dice: “Vamos, David, estas señales de las que estás hablando siempre han existido en un grado u otro, entonces, ¿qué más hay de nuevo?”. Luego procederán a señalar que siempre ha habido guerras y rumores de guerra, siempre ha habido calamidades naturales y, a lo largo de la historia, los cristianos siempre han sido perseguidos. Luego viene el desafío inevitable: “Muéstrame algo realmente nuevo y único que claramente señale nuestro tiempo como la época del regreso del Señor”.
El desafío es comprensible, pero no del todo legítimo. Eso es porque Jesús dijo que las señales de los tiempos del fin serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8). En otras palabras, las señales aumentarían en frecuencia e intensidad a medida que se acerca el momento del regreso de Jesús. Habría más terremotos, y más intensos. Las guerras serían más frecuentes, y más horribles en su grado de devastación. Eso, por supuesto, es exactamente lo que ha sucedido en este siglo. Todas las señales han ido aumentando exponencialmente, tanto en frecuencia como en intensidad.
Pero, aun así, es legítimo preguntarse si hay señales que sean verdaderamente únicos para nuestro tiempo— señales que nunca antes existieron. ¿Hay nuevas señales que apuntan claramente a este período de la historia como el tiempo del regreso del Señor? La respuesta es sí.
Una Profecía Clave
Un versículo que viene inmediatamente a la mente a este respecto se encuentra en Daniel 12. El Señor le dio a Daniel muchas profecías. Las relacionadas con su tiempo las entendió claramente. Incluso pareció entender las profecías que el Señor le dio en relación con tiempos lejanos, como la sucesión de imperios gentiles que finalmente conduciría al establecimiento del Imperio Romano. Pero, en lo que respecta a las profecías sobre los tiempos del fin, Daniel no entendió lo que le fue revelado.
Luchó poderosamente con las profecías y finalmente clamó al Señor con desesperación. “He oído”, dijo, “¡pero no comprendo! ¿Qué significan estos eventos?” (Daniel 12:8). El Señor, en efecto, respondió diciendo: “¡Tranquilízate, Daniel, porque no te corresponde a ti entender!”. Las palabras reales del Señor fueron: “Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin” (Daniel 12:9). Daniel tenía la responsabilidad de pronunciar las profecías, no de comprenderlas.
Note que a Daniel se le dijo que las profecías no se entenderían sino “hasta el tiempo del fin”. De hecho, en el versículo siguiente, el Señor le dijo a Daniel que, en el momento apropiado “los entendidos comprenderán” (Daniel 12:10).
En consecuencia, hay muchas profecías del tiempo del fin que nunca se han entendido hasta ahora, ya sea porque su comprensión dependía de eventos históricos o porque dependían de los desarrollos tecnológicos. El hecho de que estas profecías se hayan vuelto comprensibles en los últimos años por primera vez es una prueba positiva de que estamos viviendo en los tiempos del fin. Veamos algunos ejemplos del libro de Apocalipsis.
Ejemplos del Apocalipsis
La Matanza de la Tribulación — Apocalipsis 6 dice que la Tribulación comenzará con una serie de juicios que ocasionarán la muerte de una cuarta parte de la humanidad. La población mundial se acerca a los 7 mil millones. Si se eliminan mil millones en el Rapto, dejando 6 mil millones atrás, eso significa que mil quinientos millones de personas morirán en los juicios iniciales, reduciendo la población mundial a cuatro mil quinientos millones. La próxima serie de juicios, registrada en Apocalipsis 8 y 9, matará a otro tercio de la humanidad. Un tercio de 4,500 millones es otro 1,500 millones. Por lo tanto, en los primeros 3 años y medio de la Tribulación, un total de 3 mil millones de personas morirán. ¡Eso es la mitad de la población del mundo!
¿Es esto posible aparte del uso de armas nucleares? Sólo si es una intervención sobrenatural de Dios. Pero Dios normalmente obra a través de procesos naturales.
Me parece que la matanza sin precedentes de la Tribulación apunta a las armas nucleares. Apocalipsis 8 habla de un tercio de la tierra quemado y un tercio de los mares contaminados (Apocalipsis 8:7–8). Más adelante en la Tribulación, cerca del final, se nos dice que la gente sufrirá de “úlceras malignas y pestilentes” (Ap. 16:2). Eso suena como uno de los efectos del envenenamiento por radiación.
El advenimiento de las armas nucleares hace posible por primera vez la abrumadora carnicería de la Tribulación descrita en Apocalipsis. Creo que la energía nuclear fue a lo que Jesús se refirió en Su Discurso del Monte de los Olivos, cuando dijo que los tiempos del fin se caracterizarán por “hombres desfalleciendo por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas” (Lucas 21:26, énfasis agregado).9
Las profecías sobre la carnicería de la Tribulación han dependido claramente de un gran avance tecnológico para su comprensión. Ese avance se produjo el 16 de julio de 1945, cuando explotó la primera bomba atómica en Nuevo México. Cuando explotó la primera bomba de hidrógeno en 1952, entramos en la era en la que, por primera vez en la historia de la humanidad, podíamos infligirnos el tipo de carnicería que se describe en el libro de Apocalipsis.
El Ejército de 200 millones — Los capítulos 9 y 16 de Apocalipsis establecen que un ejército de 200 millones de soldados marchará “desde el Oriente” hacia Israel. Daniel 11 indica que éste será un ejército que representará a las naciones en rebelión contra el Anticristo.
Los demógrafos estiman que la población total del mundo en el momento en que el apóstol Juan escribió Apocalipsis (95 d.C.) era sólo de 200 millones.10 ¿Cómo podría un ejército de ese tamaño marchar desde el este? No tiene sentido. De hecho, ¡se necesitaron 1,650 años para que la población mundial se duplicara a 400 millones! A principios de este siglo, la población mundial total era de sólo 1,600 millones, todavía demasiado pequeña para que un ejército de 200 millones marchara desde el este.
Pero el siglo XX fue testigo de un aumento exponencial de la población. El recuento de población es ahora de 7 mil millones, y sólo una nación al este de Israel — a saber, China — podría desplegar un ejército de 200 millones.
Aquí tenemos un ejemplo claro de una profecía sobre los tiempos del fin que nunca podría entenderse aparte de los desarrollos históricos.
Los Dos Testigos — Apocalipsis 11 revela que dos grandes testigos de Dios predicarán en la ciudad de Jerusalén durante los primeros tres años y medio de la Tribulación. Luego, en medio de ese terrible período, el Anticristo los matará.
Se nos dice, además, que sus cadáveres estarán en las calles de Jerusalén durante tres días y medio y que toda la gente del mundo los contemplará. ¿Cómo es posible? Antes de 1957, esa profecía no era comprensible en términos naturales. No había forma de que toda la gente del mundo pudiera ver dos cadáveres en las calles de Jerusalén.
Todo eso cambió el 4 de octubre de 1957, cuando los rusos enviaron el primer satélite Sputnik. Hoy en día, nuestro planeta tiene muchos satélites artificiales que lo rodean, lo que hace posible todo tipo de comunicación instantánea.
Cuando esos dos profetas yazcan muertos en las calles de Jerusalén, todo lo que alguien tendrá que hacer es apuntar con una cámara de televisión hacia ellos, enviar la señal a un satélite y todo el mundo podrá mirarlos. Una vez más, la tecnología moderna ha hecho comprensible por primera vez una antigua profecía.
La Imagen de la Bestia — Apocalipsis 13 dice que el líder religioso del Anticristo, el Falso Profeta, hará una imagen del Anticristo que parecerá cobrar vida y hablar. Este engaño sorprenderá a la mayoría de la población mundial, y hará que muchos de ellos le den su lealtad al Anticristo.
¿Cuál es la explicación de este evento? Muchos han llegado a la conclusión de que Satanás facultará al Falso Profeta para dar vida a la imagen. Pero Satanás no tiene el poder de crear vida. Satanás es un mentiroso y un engañador.
Entonces, nuevamente, ¿cómo puede el Falso Profeta dar vida a una imagen? No veo ninguna forma de que él lo haga aparte de la tecnología moderna. La ilusión se puede crear mediante el uso de la robótica moderna.
En 1967 llevé a mi familia a Disneyland. Entramos en un teatro y cuando se abrió el telón, vimos a un hombre que se parecía exactamente a Abraham Lincoln sentado en una silla en el centro del escenario. Se puso de pie, caminó hasta el borde del escenario, agarró las solapas de su chaqueta y procedió a citar el Discurso de Gettysburg. Cuando terminó, una señora detrás de mí exclamó: “¿No era un buen actor?”. No era un actor. El “actor” era un robot.
Eso fue hace muchos años. Piense en lo que se podría hacer hoy con los avances que se han hecho en robótica y tecnología informática.
La Marca de la Bestia — Otra profecía en Apocalipsis 13 que depende de la tecnología moderna es la famosa que establece que el Anticristo controlará la economía mundial al exigir que las personas lleven su marca o nombre en la mano o en la frente para comprar o vender cualquier cosa.
Una vez más, ¿cómo podía ser esto posible antes de la invención del láser y la tecnología informática, combinada con el posicionamiento de los satélites orbitales?
Esta tecnología ya está muy avanzada. Hace poco estuve en Londres y descubrí que los taxis en esa ciudad están siendo rastreados por satélite. Los semirremolques aquí en Estados Unidos están siendo rastreados de la misma manera. Los veterinarios anuncian que pueden implantar microchips debajo de la piel de su mascota. Estos chips pueden leerse con un escáner en caso de que su perro o gato se pierda. Incluso pueden permitir que su mascota sea rastreada por satélite.
Casi nos hemos convertido en una sociedad sin efectivo, y la mayoría de las compras se realizan con tarjeta de crédito. El problema con las tarjetas es que se pueden perder o robar. Una buena solución sería usar un láser para poner el número de su tarjeta de crédito en su mano de tal manera que pueda ser leído por un escáner. El punto es que, por primera vez en la historia, las herramientas tecnológicas están en su lugar para que el Anticristo ejerza control sobre la población mundial.
El Río Éufrates — Como mencioné anteriormente, en Apocalipsis 9 y 16 se nos dice que un ejército de 200 millones, liderado por “los reyes del oriente”, marchará a través de Asia hacia Israel durante la Tribulación, muy probablemente en rebelión contra el Anticristo. Apocalipsis 16:12 indica que este ejército será retenido en el río Éufrates hasta que su agua se seque repentinamente, lo que les permitirá cruzar y proceder al Valle de Armagedón.
Ahora, el Señor podría secar milagrosamente el agua del río Éufrates sin ningún problema, así como dividió el mar Rojo para Moisés y secó el río Jordán para Josué. Pero creo que es muy interesante que esto ahora se pueda lograr de la noche a la mañana a través de medios naturales. En 1990, Turquía completó la construcción de la enorme presa de Ataturk en el Éufrates y, de hecho, cortaron el flujo del río para llenar el lago detrás de la presa. Esta acción casi resultó en una guerra con Irak.
Otras Señales Contemporáneas
La lista de señales de la época moderna dada anteriormente no es exhaustiva. Son simplemente algunas que he extraído del libro de Apocalipsis. Hay otras que son exclusivas de nuestro tiempo que se pueden encontrar en escrituras proféticas fuera del libro de Apocalipsis. Permítanme mencionar algunos.11
Lo primero que me viene a la mente es la aceleración de la vida. En Daniel 12:4 se nos dice que la velocidad del transporte y el volumen de conocimiento aumentarán enormemente en los tiempos del fin. Hemos sido testigos del cumplimiento de esta profecía en nuestra vida. Cuando comenzó el siglo XX, la gran mayoría de las personas seguían viajando de la misma manera que lo habían hecho desde los albores de la historia de la humanidad — es decir, caminando y montando a caballo. Hoy tenemos automóviles, trenes bala, aviones supersónicos y naves espaciales. Y todo esto se desarrolló en sólo 100 años.
Del mismo modo, el crecimiento del conocimiento ha sido abrumador. Se duplica cada diez años. ¡Una edición de la edición dominical del New York Times contiene más información de la que estuvo expuesta una persona promedio en el siglo XIX en su vida! A través de la World Wide Web, puedo acceder casi instantáneamente a recursos de investigación en todo el mundo. Con el clic de la tecla de una computadora, puedo ir a la Biblioteca del Vaticano, y de allí a la Biblioteca del Congreso, y de allí al Museo de Jerusalén.
El principio del acelerador también se ha evidenciado en la evangelización mundial, a través del poder del Espíritu Santo. El setenta por ciento de toda la obra misionera realizada por la Iglesia en sus dos mil años de historia se ha realizado desde 1900. El setenta por ciento de eso se ha hecho desde 1948, ¡y el 70% de eso se ha logrado en los últimos diez años! En otras palabras, la proclamación del Evangelio está en una curva exponencial.12
Gran parte del aumento moderno en el alcance de las misiones se debe a la tecnología, mediante el uso de radio, televisión, películas, satélites e Internet. En abril de 1996, Billy Graham predicó un sermón que se transmitió a 200 países en 40 idiomas diferentes. Se estima que 2,500 millones de personas escucharon o vieron el mensaje. A la presentación le siguió la distribución de 445 millones de piezas de literatura en más de cien idiomas.13
Lo que estamos presenciando en el alcance misionero es el cumplimiento de la profecía de Jesús cuando dijo: “Este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
La Singularidad de Nuestra Era
Después de revisar las profecías enumeradas anteriormente, no creo que necesitemos ninguna escritura en la pared para indicarnos que estamos viviendo en una época única. Los desarrollos históricos y los inventos tecnológicos nos están haciendo posible comprender muchas profecías del tiempo del fin por primera vez.
Incluso el fenomenal éxito del libro de Hal Lindsay, La Agonía del Gran Planeta Tierra, es una señal única de los tiempos. ¿Qué fue lo que el Señor le dijo a Daniel? — “Séllala hasta el tiempo del fin, cuando los entendidos comprenderán” (Daniel 12:9–10).
No hay forma de escapar a la conclusión de que vivimos en un tiempo prestado. Las señales de los tiempos están sobre nosotros y están clamando nuestra atención.
Lea la parte 1 aquí
Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)