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martes, 23 de agosto de 2022

Libro: Los Nuevos Cielos y Tierra – Introducción

¿Recreación o Renovación?

Por Lee W. Brainard

Una de las enseñanzas más asombrosas que se encuentran en las profecías de la Biblia es la declaración de que los cielos y la tierra actuales van a pasar y serán reemplazados por nuevos cielos y tierra. La primera vez que leí esto como un joven creyente, mi corazón saltó en mi pecho. La emoción continúa hasta el día de hoy. Los creyentes no sólo reciben la vida eterna de la mano de Dios, sino que pueden pasar esta vida eterna en un cielo y una tierra nuevos, que es nada menos que una utopía infinita con tiempo ilimitado, energía ilimitada, recursos ilimitados y oportunidades ilimitadas. 

La verdad de un cielo y una tierra nuevos es claramente declarada en el Nuevo Testamento. Apocalipsis 21:1 dice: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron”. También se enseña en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, Isaías 65:17 dice: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”.

Para aquellos que interpretan la Biblia literalmente, no hay controversia sobre el significado esencial de tales pasajes. La promesa de que los cielos y la tierra actuales pasarán y serán reemplazados por nuevos cielos y tierra se enseña tan claramente en las páginas de las Escrituras, como la promesa de la vida eterna y la amenaza del castigo eterno. 

No obstante, existe un debate sobre el sentido en que los cielos y la tierra actuales serán reemplazados. ¿Dejan de existir en un sentido absoluto y son reemplazados por una recreación ex nihilo? ¿Dejan de existir en un sentido relativo, disolviéndose en un mar cósmico de átomos y partículas subatómicas que luego se vuelven a ensamblar en una nueva creación? ¿O los cielos y la tierra nuevos serán simplemente una renovación de los cielos y la tierra actuales—los cielos siendo reorganizados, la tierra resurgiendo y siendo purificada por el fuego, y la creación siendo liberada de la maldición?

Para todos los propósitos prácticos, estas opciones de reemplazo se pueden reducir a dos: recreación (una segunda creación), y renovación (alteración de la creación existente). Si bien las posiciones de ex nihilo y disolución son técnicamente diferentes, no están muy alejadas prácticamente. Ambas implican la desaparición visible de los cielos y la tierra, y ambas son diametralmente opuestas a una comprensión de renovación. Investigar el debate entre estos puntos de vista dispares—recreación y renovación—es el tema de este volumen. ¿Reivindica la evidencia la recreación como la verdad de Dios? ¿O apunta a la renovación? 

La presentación de este debate es sencilla y directa. En el siguiente capítulo, presentaré el punto de vista de la recreación y los cinco argumentos básicos que se presentan a su favor. En el resto de los capítulos, presentaré un amplio estudio de argumentos, clasificados por categoría, que argumentan en contra de la perspectiva de la recreación y a favor de la perspectiva de la renovación. 

Con este tema, como con cada tema que enseño, tengo una segunda intención: alentar a los cristianos a practicar una investigación franca y sólida. Muchos errores acosan y dividen a la iglesia. Pero detrás de la vasta horda de errores, hay un error que los une a todos: la falta de una investigación sincera y sólida. Si corregimos este error, corregiremos todos nuestros errores en principio, y corregiremos muchos de ellos en realidad, dados el tiempo y la oportunidad.


Por el momento, el libro se encuentra disponible sólo en inglés. Puede adquirirlo haciendo clic en la siguiente imagen:

Acerca del Autor:

Mi nombre de nacimiento es Lee William Brainard. Soy un maestro de la Biblia y autor. La Biblia es, por mucho, mi libro favorito. La leo en los idiomas originales (griego y hebreo), varias traducciones literales al inglés, el alemán (generalmente la versión Elberfelder), y el AT griego (la Septuaginta). Mis áreas de estudio incluyen los idiomas bíblicos, la escatología (profecía), la apologética, las principales controversias teológicas, la historia antigua (con particular interés en el catastrofismo antiguo) y la cosmología del universo eléctrico.

Actualmente mi esposa, Nita, y yo vivimos en Harvey, ND, donde comparto el ministerio de la Palabra en Harvey Gospel Chapel. Tenemos cuatro hijos (Josías, Noé, Esdras y Lidia), todos los cuales están casados. En la actualidad tenemos dieciséis nietos.

Lee W. Brainard

Mis experiencias de vida son variadas. He sido, entre otras cosas, un guardabosques aerotransportado, carpintero, conductor de camión, peón de granja, obrero de fábrica, peón de aserradero, vendedor de automóviles, vendedor de seguros, comerciante de día, técnico de Jiffy Lube y conductor de camión de gas propano. He trabajado en mis propios autos, cortado mucha leña y hecho muchas remodelaciones. En Wisconsin, mis hijos y yo construimos una casa de troncos de 3,600 pies cuadrados, con un estilo de poste y viga.

Soy un hombre de placeres simples. Me encanta el café y el chocolate negro, la lectura y las conversaciones con amigos — especialmente cuando giran en torno a las cosas de Dios. Disfruto del senderismo en las montañas, el montañismo, los amaneceres y atardeceres, las tormentas eléctricas, los cielos estrellados, la aurora boreal y las fogatas. Mis géneros musicales favoritos incluyen el susurro del viento en los pinos, la llamada de los gansos canadienses, el grito del somorgujo, la corneta de un alce toro, himnos, música de adoración y música clásica.

Visite el sitio web del autor:

jueves, 25 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 4 de 4)



Soluciones Propuestas a la “Sanidad de las Hojas”

Al igual que las referencias a las naciones en la Tierra Nueva, el comentario en Apocalipsis 22:2 acerca de las naciones siendo sanadas por las hojas del Árbol de la Vida generalmente se pasa por alto en los comentarios o se espiritualiza en un sinsentido.

Como un ejemplo de espiritualización, considere esta explicación de Robert Hawker (1753-1827):26

Mirad a Jesús como el Árbol de la Vida…Él da doce frutos, es decir, toda variedad: Tiene perdón, misericordia, paz, gracia, amor, fortaleza, consuelo, liberación en tentaciones, recuperaciones en deslices, ayuda en momentos de necesidad, preparación para las ordenanzas, y bendiciones en el uso de ellas.

Afortunadamente, la mayoría de los comentaristas son más sensatos. La vasta mayoría toma la posición de que la palabra, “sanidad”, debería traducirse como “salud” o “servicio”. Señalan que Apocalipsis 21:4 proclama que, cuando el Estado Eterno comience, la muerte será abolida y ya no habrá más duelo, llanto o dolor. Por lo tanto, la “sanidad” provista por las hojas del Árbol de la Vida debe referirse al mantenimiento de una salud perfecta y no a la sanidad de la enfermedad. 


Aquí hay algunas muestras representativas de esta explicación:
  • Clarence Larkin: “Las hojas de los árboles son para la Sanidad de las Naciones que ocuparán la Tierra Nueva. No es que haya ninguna enfermedad, sino para preservarlas en salud, como Adán habría sido preservado en salud si hubiera comido del Árbol de la Vida en el Jardín del Edén”.27
  • David Hocking: “Significa que el Árbol de la Vida es la clave para la salud perpetua de todas las personas que se encuentran en el Estado Eterno. Es difícil concebir la necesidad de curación en el Estado Eterno, cuando todo el dolor y la muerte han sido removidos para siempre”.28
  • John MacArthur: “Quizás una mejor manera de traducirlo sería “dador de vida” o “dador de salud”, ya que la palabra griega para “sanidad” también puede significar ‘terapéutico’. Las hojas del Árbol de la Vida pueden compararse a vitaminas sobrenaturales, ya que las vitaminas no se toman para tratar enfermedades, sino para promover la salud general”.29

Conclusiones

Entonces, ¿dónde estamos? ¿Qué podemos concluir con certeza? No mucho. Principalmente tenemos que especular y abstenernos del dogmatismo.

Lo único que siento que puedo personalmente con certeza es que, en el Estado Eterno, habrá naciones viviendo en la Tierra Nueva fuera de la Nueva Jerusalén.

La identidad de las naciones sólo se puede adivinar. Mi mejor conjetura es que serán los sobrevivientes creyentes de la Tribulación, que entrarán al Milenio en la carne, así como sus descendientes nacidos durante el Milenio, que aceptarán a Jesús como su Señor y Salvador. Todas estas personas vivirán hasta el final del Milenio en cuerpos naturales. Nunca se nos dice que estas personas recibirán cuerpos glorificados como los que recibirán los creyentes resucitados.

Independientemente de su identidad, creo que las naciones en la Tierra Nueva estarán en cuerpos que son capaces de reproducirse, porque la Biblia dice que nunca un habrá un final para el crecimiento y la expansión del reino eterno de Jesús (Isaías 9:6-7).

También se nos dice que aquellos de nosotros que recibamos cuerpos glorificados y cuya residencia será la Nueva Jerusalén reinaremos como sacerdotes y reyes con Jesús para siempre (Apocalipsis 5:9-10). Para hacerlo, se requiere una población a la que ministrar y reinar. 


El principal problema que me queda es si las naciones de la Tierra Nueva serán capaces de pecar. La mayoría de los comentaristas creen que no lo harán, y tienen buenas razones para creer esto. De nuevo, la Biblia dice que “la paga del pecado es la muerte” (Romanos 6:23), y las Escrituras también nos dicen que, en el Estado Eterno, la muerte será abolida (1 Corintios 15:25-26; Apocalipsis 21:4). 

Pero la prohibición de que los pecadores entren a la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:27) parece indicar que las personas que componen las naciones serán capaces de cometer pecados. Y si no lo son, ¿por qué necesitarían sacerdotes y reyes? Esto es un misterio para mí, para el que no tengo respuesta.


Considere también que Dios nunca ha creado robots. Incluso los ángeles son capaces de pecar, y muchos lo hicieron cuando se unieron a la rebelión de Satanás. Todos los seres creados de Dios tienen libre albedrío. ¿Se eliminado esto de aquellos que estén en cuerpos naturales que habitarán la Tierra Nueva?

Desearía poder darle las respuestas a estas preguntas, pero no puedo. Para mí, las respuestas son un misterio.

Pero, lo que no es un misterio es que Dios ha prometido que, en el Estado Eterno, los redimidos van a ser bendecidos más allá de lo imaginable: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9).

Debido a promesas como ésta, anhelo con todo mi corazón ese día en que Jesús aparecerá en los cielos y nos llamará a casa para estar con Él.

¡Maranata!


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí 
Lea la parte 3 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

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viernes, 19 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 3 de 4)



Explicaciones Inusuales

Dos expositores bíblicos muy reconocidos presentan explicaciones altamente imaginativas y desafiantes de las naciones en la Tierra Nueva. Ellos son J. Vernon McGee (1904-1988) y David L. Cooper (1886-1965).

McGee enseñaba que la Nueva Jerusalén nunca vendría a la tierra. En cambio, pensaba que se convertiría en un nuevo planeta, con la tierra actual convirtiéndose en un satélite orbitando alrededor de la ciudad. Creía que Israel y las naciones gentiles ocuparían la tierra en órbita y tendrían acceso a la Nueva Jerusalén. Sólo los santos de la Era de la Iglesia vivirían en la Nueva Jerusalén.15

Cooper creía que la Tierra Nueva sería mucho más grande que la actual, para mantener a la gigantesca Nueva Jerusalén en proporción. También creía que las naciones en la Tierra Nueva estarían compuestas de “una nueva raza de personas que serán creadas” y que serán inmunes al pecado, viviendo “en perfecta armonía con la voluntad de Dios por toda la eternidad”. Es a esta “nueva raza de personas” sobre la que los santos de la Era de la Iglesia gobernarán para siempre.16

Un tercer conocido experto en profecía bíblica, George Eldon Ladd (1911-1982), es la única persona que pude encontrar que tomó la posición de que las naciones de la Tierra Nueva estarían compuestas por personas no salvas. Él escribió: “Tomado literalmente, este versículo sugiere que, en la tierra nueva, habrá dos compañías de personas: los redimidos que habitan la nueva Jerusalén, y las naciones no regeneradas de la tierra, que viven fuera de la ciudad pero que son influenciadas por su presencia, caminando a su luz y llevando su gloria a la ciudad”.17 Pero continúa diciendo: “Sin embargo, es igualmente posible que Juan esté usando un lenguaje humano convencional para describir la universalidad del conocimiento de Dios en el orden eterno”18 —  ¡lo que sea que esas galimatías signifiquen!

Comentaristas Profundos

La discusión más detallada de las naciones en la Tierra Nueva, que he podido encontrar en un comentario publicado, es la de Robert L. Thomas, quien es profesor de lengua y literatura del Nuevo Testamento en The Master’s Seminary, en California. También sirvió en el consejo editorial de la New American Standard Bible, y en 1990 sirvió como el Presidente de la Sociedad Teológica Evangélica. 

En su muy detallado comentario de dos volúmenes sobre Apocalipsis, considera nueve interpretaciones diferentes de las naciones en la Tierra Nueva.20 Descarta las nueve por varias razones y luego presenta su teoría:

…las “naciones” están compuestas por personas salvas que sobreviven el reino milenial sin morir y sin unirse a la rebelión de Satanás, y que experimentan alguna clase de transformación que los adapta para la vida en el Estado Eterno. Serán como Adán y Eva en el Jardín del Edén antes de la Caída. Serán seres humanos no resucitados que habitarán la tierra nueva…Éstos serán sobre quienes los santos resucitados de Dios reinarán. Las naciones, los pueblos, y los hombres en la tierra deben continuar en la carne como lo hicieron Adán y Eva antes de la Caída.

Esta explicación me deja con ganas de más información. Por ejemplo, ¿qué significa “algún tipo de transformación que los adapta para la vida en el estado eterno”? Y, ¿por qué “las naciones, los pueblos y los hombres en la tierra” deben continuar en la carne?

La concepción de un artista desconocido del Árbol de la Vida

Hay dos artículos muy detallados sobre las generaciones perpetuas que se pueden encontrar en Internet:
  • Darrel Mitchell: “El Plan de Dios: los habitantes eternos”.21
  • F. M. Riley: “Mil Generaciones”.22

Ambos autores están de acuerdo en que habrá naciones de personas en la Tierra Nueva que existirán en cuerpos naturales. También están de acuerdo en que estos pueblos estarán compuestos por santos no resucitados que provienen de dos grupos:
  • Aquellos salvados durante la Tribulación que viven hasta el final de la Tribulación y se les permite entrar al Milenio en la carne.
  • Aquellos nacidos durante el Milenio, que aceptan a Jesús como su Señor y Salvador.

Las Escrituras indican que ambos grupos tendrán su esperanza de vida extendida a “los días de los árboles” (Isaías 65:20-22), lo que significa que vivirán hasta el final del Milenio, momento en el que estos escritores asumen que serán transferidos a la Nueva Jerusalén en sus cuerpos naturales.

Ambos escritores afirman que “la tierra fue creada para ser habitada por seres ‘naturales’ a los que se les prometió la tierra como una “herencia eterna” (Éxodo 32:13; Salmos 37:29; Mateo 5:5).23 También señalan de que Dios originalmente creó al hombre para vivir para siempre en su cuerpo natural, y que aquellos que existan en la Tierra Nueva en tales cuerpos cumplirán el propósito original de Dios de rellenar la tierra con personas naturales (Génesis 1:27-31; 9:7).24 Ambos autores también están de acuerdo en que la naturaleza pecaminosa será removida de estos habitantes de la Tierra Nueva, lo que los restaurará al “estado de pureza e inocencia en el que Adán y Eva estaban cuando Dios los creó”.25


Ambos autores reconocen que una objeción a su concepto es la declaración del apóstol Pablo: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Corintios 15:50). Su contraargumento es que estas naciones en la Tierra Nueva son súbditos del reino del Señor y no herederos. Sólo los santos resucitados en cuerpos glorificados son coherederos con Cristo en Su reino eterno (Romanos 8:17).

En el cuarto y último segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, les daré mi conclusión.


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

Original article

jueves, 18 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 2 de 4)

Aplicado al Milenio

Muchos comentaristas a lo largo de los años, que han prestado atención al misterio de las naciones en la Tierra Nueva, han tratado de resolverlo argumentando que los versículos son una retrospectiva al Milenio, cuando sabemos con certeza que las personas en cuerpos naturales y pecaminosos estarán viviendo en la tierra — siendo éstos los sobrevivientes de la Tribulación y los hijos que les nacieron durante el Milenio.

Un buen ejemplo de este punto de vista se puede encontrar en el comentario de G. R. Beasley-Murray (1916-2000): “El simbolismo es más adecuado para el orden de vida en el reino de Cristo que en la nueva creación”.4

Pero, simplemente no hay una base textual para asignar estos versículos al Milenio. Están ubicados en medio de la descripción de la Tierra Nueva y la Nueva Jerusalén.

Además, la Nueva Jerusalén no desciende a la tierra hasta después del Milenio, cuando la tierra actual ha sido consumida por el fuego y remoldeada en la Tierra Nueva.

Naciones Salvas de Santos Glorificados

Una segunda solución para el misterio se basa en manuscritos defectuosos de Apocalipsis 21:24. Ésta es la salida fácil del misterio para la mayoría de los autores que siquiera se molestan en prestarle atención.

La versión King James dice: “…y las naciones que hayan sido salvas…”. Basándose en esta lectura, muchos comentaristas simplemente concluyen que los redimidos podrán vivir dentro de la Nueva Jerusalén o en la Tierra Nueva fuera de la ciudad, o en ambos lugares. Algunos de los autores que toman esta posición incluyen a Adam Clarke, Albert Barnes, Daymond Duck, John Walvoord, Salem Kirban, Tim LaHaye, Herschel Hobbs y Mark Hitchcock.


El problema es que la frase, “que hayan sido salvas”, no se encuentra en ninguno de los manuscritos más antiguos. Aparentemente fue añadida por algún escriba a lo largo del camino que estaba tratando de resolver el misterio. Esta frase ha sido eliminada de casi todas las versiones modernas (NIV, NASB, RSV y ESV). La Versión New King James mantiene la frase, pero proporciona una nota al pie que explica que ésta no se encuentra en los manuscritos más antiguos.

Entonces, basado en este error del manuscrito, no se puede concluir decisivamente que las naciones a las que se hace referencia estando fuera de la Nueva Jerusalén en la Tierra Nueva son formadas por santos glorificados. Y esta “solución” no resuelve el segundo problema de por qué las naciones necesitan sanidad.

Otras Personas Redimidas

Una tercera solución al misterio es la idea de que aquellos salvados durante la Tribulación, que entraron al Milenio en la carne, y aquellos nacidos de estas personas durante el Milenio que aceptan a Jesús, serán transferidos a la Tierra Nueva en sus cuerpos naturales y vivirán fuera de la Nueva Jerusalén y repoblarán la Tierra Nueva.

Tomemos, por ejemplo, al famoso ilustrador de la Biblia, Clarence Larkin (1850-1924). Argumenta que antes de que la tierra sea consumida en fuego, Dios “quitará a los justos representantes de las naciones del Milenio que Él propone salvar, y cuando la tierra esté de nuevo en condiciones de ser la morada de los hombres, los colocará de nuevo en la Tierra Nueva, para que puedan aumentar, y multiplicar y rellenar, tal como se les dijo a Adán y a Noé de que multiplicaran y rellenaran la tierra actual (Génesis 1:27-28; 9:1).5 Él afirma, además, que cuando la siempre creciente población de la tierra se vuelva demasiado grande, el exceso se utilizará para poblar otros planetas”.6

Larkin concluye con esta observación:7

Dios no permitirá que Satanás bloquee Sus planes para poblar esta tierra con una Raza Humana sin Pecado. La muerte de Cristo no fue sólo para redimir a unos cuantos millones de la raza humana, sino para redimir la Tierra y la Raza misma de la maldición del pecado, y del dominio de Satanás.

Del mismo modo, Henry Morris (1918-2006), el renombrado científico creacionista, especula que las naciones de la Tierra Nueva podrían muy bien ser los salvados durante la Tribulación y el Milenio, que serán transferidos  a la Tierra Nueva en sus cuerpos naturales.8 Admite que esta interpretación está “cargada de dificultades”, pero señala que resuelve varios problemas. Después de todo, las Escrituras se refieren muchas veces a “generaciones perpetuas” (Génesis 9:12), y a “pactos eternos” (Génesis 9:12-16). Además, se nos dice en Isaías 9:7 que “lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin…desde ahora y para siempre”.


Morris admite que su propuesta es “altamente especulativa, pero parece algo razonable”.9 Luego, afirma que quizás “la exposición alternativa más probable” es que éstas son “naciones de los salvos” que son residentes de la Nueva Jerusalén, “pero a quienes también se les han dado fronteras naciones en la Tierra Nueva”.10

David Hocking está de acuerdo con la propuesta especulativa de Morris. Él escribe: “Probablemente, aquellos que salen del período de la Tribulación, aquellos descritos como ‘ovejas’ en Mateo 25:31-46, y aquellos nacidos durante el Milenio que no se rebelan contra el Mesías, son parte de las ‘naciones’ en la tierra en el estado eterno”.11

John MacArthur está de acuerdo: “Otra posible interpretación es que esta frase [naciones en la Tierra Nueva] se refiere a los creyentes vivos al final del Milenio. Según este punto de vista, la declaración…se refiere al traslado de esos creyentes antes de la destrucción del planeta actual”.12

Otros que están de acuerdo con esta idea incluyen a E. W. Bullinger, J. A. Seiss y Keith Krell. También es la posición de Hal Lindsey.

J. A. Seiss (1823-1904), escribió: “Yo…considero que es una parte necesaria e integral de la doctrina bíblica de la redención humana, que nuestra raza, como un orden de seres que se multiplican por sí mismos, nunca dejará de existir o de poseer la tierra…Las naciones rescatadas en la carne, por lo tanto, se encuentran entre los ocupantes de la tierra nueva, y los habitantes bendecidos y felices en ella, como Adán y Eva moraban en el Paraíso”.13

Keith Krell, pastor de la Iglesia Fourth Memorial en Spokane, Washington, y profesor asociado de exposición bíblica en el Instituto Bíblico Moddy en Spokane, explica su posición de la siguiente manera:14

Es claro por el contexto, que Juan está hablando acerca de un grupo de personas que tienen acceso a la Nueva Jerusalén, pero que no viven allí.

Sólo queda un grupo de personas en la tierra para ir a la eternidad en sus cuerpos físicos — creyentes que sirvieron a Cristo durante Su reino milenial. Entran en la eternidad en sus cuerpos físicos glorificados, no en cuerpos espirituales glorificados como nosotros [los santos de la Era de la Iglesia] tendremos, porque no experimentaron la muerte y la resurrección. Estas personas irán a la eternidad con cuerpos como los que Adán y Eva tenían en su creación, antes de que fueran hechos defectuosos por el pecado.

Esta explicación plantea otro misterio: “¿Qué es un “cuerpo físico glorificado”? Esto es algo que nunca se menciona en las Escrituras.

En el tercer segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, veremos algunas explicaciones inusuales al enigma de las naciones eternas.


Lea la parte 1 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

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miércoles, 13 de febrero de 2019

Revista Llamada de Medianoche – Febrero 2019

La gloria inefable de nuestro alto llamado

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Temas incluidos en esta edición:

»» ¿Qué aspecto tendría Gaza sin terrorismo?
»» España impulsa el reconocimiento de Palestina por parte de la UE 
»» El Estado de Israel moderno, ¿realmente es parte de la profecía bíblica?
»» La Epístola a los Filipenses
»» ¿Nos ven nuestros queridos que durmieron en el Señor? 

Entre otros.

Para poder descargar y leer esta revista, necesitará tener instalado el programa gratuito Adobe Reader.


Si desea obtener materiales adicionales, visite la página web del Ministerio Llamada de Medianoche:

martes, 5 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 20 (pdf)

El Cielo

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Hecho: La Biblia enseña que el Cielo será un lugar tangible ubicado en una tierra nueva.

Escritura Clave: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18).

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viernes, 1 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 20 (conclusión)

El Cielo

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Las Actividades del Cielo

¿Qué haremos por la eternidad? De nuevo, la Palabra extrañamente guarda silencio. Todo lo que dice es que nosotros le serviremos (Apocalipsis 22:3).

Probablemente pasaremos gran parte de nuestro tiempo en adoración, cantando los salmos del rey David, con él dirigiéndonos. Es probable que nuestros talentos serán magnificados, y seremos capaces de cantar o pintar o escribir con una majestad y un alcance que nunca imaginamos posible — ¡y todo para la gloria de Dios! 

Seguramente vamos a pasar un tiempo considerable en el estudio de la Palabra de Dios. ¡Piense en estudiar el Evangelio de Juan con el apóstol Juan como el maestro! O imagine a Jesús enseñando el Antiguo Testamento, así como lo hizo con Su discípulos después de Su resurrección (Lucas 24:44-45). La Palabra de Dios es infinita en su profundidad, y creo que sin duda seguiremos aprendiendo de ella para siempre.

Mientras estudiamos la Palabra, creceremos en madurez espiritual a la semejanza de Jesús. Y dado que Dios es infinito, no importa cuánto crezcamos a Su semejanza, simplemente habrá mucho más crecimiento por delante. En este sentido, nuestro crecimiento espiritual probablemente continuará dónde se quedó en esta vida. 

Quizás el Señor nos dará la oportunidad de ver “repeticiones de video instantáneas” de grandes eventos en la historia bíblica. ¿Y qué hay de las giras al universo? Seguramente podremos viajar a través del espacio en nuestros cuerpos glorificados y ver de cerca los milagros de la creación de Dios ¡Imagine visitar todos los planetas en nuestra galaxia y recorrer miles de otras galaxias!

Reinando con Jesús

También se nos dice en Apocalipsis 22:3 que serviremos a Dios como Sus “siervos”. Esto seguramente significa que se nos dará un trabajo productivo que hacer. Las Escrituras no dicen cuál trabajo será. Pero hay una pista en Apocalipsis 22:5, donde dice que reinaremos con el Señor “por los siglos de los siglos”.

Reinar implica, por necesidad, que debemos  reinar sobre alguien. ¿Quién será? De nuevo, hay una pista intrigante. Apocalipsis 21:24-27 se refiere a las “naciones” que vivirán en la tierra nueva fuera de la nueva Jerusalén. Apocalipsis 22:2 indica que las personas que componen estas naciones estarán en cuerpos físicos, ya que dice que las hojas del árbol de la vida será usada para “la sanidad de las naciones”.

¿Quiénes son esta “naciones”? éste es uno de los más grandes misterios de la profecía bíblica. Hay tantas conjeturas diferentes como comentarios sobre el libro de Apocalipsis.

¿Podrían ser los redimidos que aceptan a Jesús durante el Milenio? No se dice nada sobre el destino final de aquellos que son salvados durante el Milenio. No se les hacen promesas de cuerpos glorificados.

Comunión Celestial

Esto nos lleva a la mayor bendición del Cielo. ¡Apocalipsis 22:4 dice que veremos el rostro de Dios!

La Palabra dice en Éxodo 33:20 que ningún hombre ha visto el rostro de Dios. Pero se nos dará ese privilegio cuando tengamos comunión con Él en el Cielo. 

Y eso es realmente de lo que se trata el Cielo. Experimentaremos una intimidad con el Señor que trasciende todo lo posible en esta vida. Fuimos creados para tener comunión con Dios (Juan 4:23), y ese propósito alcanzará su cenit en el Estado Eterno mientras vivimos en la presencia de Dios. 

La Naturaleza de la “Tierra Nueva”

¿Será la tierra nueva completamente nueva, o será esta tierra rejuvenecida?

La Biblia enseña que la tierra actual es eterna: “Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece” (Eclesiastés 1:4; vea también Salmos 78:69 y Salmos 148:6).

Es cierto que 2 Pedro 3:10 dice que la tierra actual será “destruida con un fuego intenso”, pero el mismo contexto dice que la tierra del tiempo de Noé fue “destruida” por el agua (2 Pedro 3:5-6). La tierra de Noé no dejó de existir, más bien, fue “destruida” en el sentido de que fue cambiada radicalmente por el diluvio universal.

Dios ama Su creación, y está determinado a restaurarla a su perfección original. 

La promesa de una creación redimida y restaurada se reafirma en el Nuevo Testamento. Pedro se refirió a la promesa en su segundo sermón en el Templo en Jerusalén. Le dijo a su audiencia que Jesús permanecería en el Cielo hasta que llegue el momento de la “restauración de todas las cosas” (Hechos 3:21).

Pablo desarrolla el tema en Romanos 8:8-18. Él declara que toda la creación está en “esclavitud de corrupción” (versículo 21). Ésta es una referencia a lo que los físicos llaman la Segunda Ley de la Termodinámica; a saber, que toda la creación se está agotando, moviéndose del orden al desorden — que toda la creación está en esclavitud a la decadencia.

Pablo luego describe a la creación como una mujer embarazada que espera ansiosamente el momento del nacimiento, cuando la maldición será levantada y la creación será redimida. Él dice que eso ocurrirán en “la manifestación de los hijos de Dios” (versículo 19). Ésa es una referencia a la resurrección de los santos. 

En realidad actualmente estamos viviendo en la tierra número tres, como verá en el gráfico de la página siguiente. 



1) La tierra original fue creada perfecta (Génesis 1). Fue corrompida por el pecado del hombre (Génesis 3:1-13) y la posterior maldición de Dios (Génesis 3:14-24), lo que produjo la tierra número 2.

2) La segunda tierra fue radicalmente cambiada de la original. Los cataclismos naturales comenzaron, algunos animales se convirtieron en carnívoros y una amenaza a la humanidad, y algunas plantas y animales se volvieron venenosos. La gente tenía que luchar contra la naturaleza para ganarse la vida. Debido a la naturaleza pecaminosa heredada de Adán, la gente comenzó a rebelarse contra Dios, y esta rebelión continuó aumentando hasta que Dios decidió destruir la tierra con agua, lo que produjo la tierra número 3.

3) La tercera tierra es en la que vivimos hoy. Su topografía y su atmósfera fueron cambiadas radicalmente por el diluvio. Cuando Jesús regrese, la tierra cambiará radicalmente una vez más a través de terremotos sin precedentes (Apocalipsis 6:12-14; 16:17-21), lo que producirá la tierra número 4.

4) La cuarta tierra, la tierra del Milenio, volverá a ser abundante con vegetación exuberante (Isaías 30:23-26; Amós 9:13-14). El Mar Muerto cobrará vida (Ezequiel 47:1-9). Lo más importante es que la maldición será levantada parcialmente, lo que hará posible que la humanidad se reconcilie con la naturaleza y que la naturaleza se reconcilie con sí misma. 

5) Al final del Milenio, la tierra será consumida por el fuego y será totalmente renovada y devuelta a su perfección original, lo que producirá la tierra eterna donde los redimidos vivirán para siempre en la Nueva Jerusalén. 

Preguntas:

1) ¿Qué es lo más sorprendente que aprendió de esta lección?

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2) ¿Se ha estado aferrando a este mundo porque no tenías idea de cómo sería el Cielo?

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3) Si no tiene celo por la Palabra de Dios o por la comunión con él en un servicio semanal de la semana, ¿por qué cree que sería feliz en Su presencia eternamente?

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4) Muchas personas espiritualizan la descripción de la Nueva Jerusalén en Apocalipsis 21, argumentando que es una descripción simbólica de la Iglesia. ¿Qué piensa y por qué?

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5) ¿Podría usted respaldar las siguientes palabras del apóstol Pablo?


a) “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21). ____________


b) “…más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Corintios 5:8). ____________

6) Si fuera a morir este mismo día, ¿está seguro de que iría al Cielo? Si es así, ¿por qué?

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7) El libro más completo y detallado que se haya escrito sobre el Cielo es el de Randy Alcorn, que se titula simplemente, El Cielo (Tyndale House, 2004). Aquí hay una cita del libro: “…”con el fin de obtener una imagen del Cielo — que algún día se centrará en la Tierra Nueva — no es necesario mirar a las nubes; necesita mirar a su alrededor e imaginar cómo sería todo este mundo sin pecado, muerte, sufrimiento y corrupción”. ¿Cuál es su respuesta?

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Lea la parte 1 »»aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

miércoles, 30 de enero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 20 (parte 1)

El Cielo

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Hecho: La Biblia enseña que el Cielo será un lugar tangible ubicado en una tierra nueva.

Escritura Clave: Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18).

La mayoría de los cristianos parecen creer que ir al Cielo significa ser un espíritu incorpóreo que reside en un mundo etéreo, flotando en una nube tocando un arpa. Y por decir lo menos, no parecen emocionarse con esa imagen.

La Biblia nos dice en gran detalle cómo será el Milenio, pero casi no nos da información detallada acerca del Cielo, o lo que podría llamarse el Estado Eterno. Lo que nos dice a menudo es una gran sorpresa para la mayoría de los cristianos, porque los versículos sobre el Cielo han sido terriblemente espiritualizados. Por ejemplo, la Biblia dice claramente que los redimidos vivirán eternamente en una tierra nueva, no en un lugar etéreo llamado Cielo.

La Tierra Nueva

Isaías fue el primero en hablar de esta verdad cuando habló de “los cielos nuevos y la nueva tierra” que perdurarán para siempre delante del Señor (Isaías 66:22). Esta verdad se repite en el libro de Apocalipsis, donde el apóstol Juan dice que se le mostró una tierra nueva, “porque el primer cielo y la primera tierra pasaron” (Apocalipsis 21:1).

Juan continúa describiendo la Nueva Jerusalén descendiendo a la tierra nueva “descender del cielo, de Dios” (Apocalipsis 21:2). Y luego declara que Dios mismo vendrá a vivir en la tierra nueva: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios” (Apocalipsis 21:3).

Esta verdad ya había sido revelada a los profetas del Antiguo Testamento. Mientras lo llevaban en una gira profética del templo milenial, a Ezequiel le dijo su guía (el Señor Jesús en una aparición pre-encarnada): “Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre” (Ezequiel 43:7).

Los redimidos van a morar para siempre en cuerpos nuevos en una tierra nueva en una nueva Jerusalén en la presencia del Dios Todopoderoso y Su Hijo, Jesús. ¡El Cielo vendrá a la tierra!

La Nueva Jerusalén

La información más detallada que las Escrituras dan sobre el Cielo se refiere a nuestra morada eterna — la nueva Jerusalén. Veinte versículos en el capítulo 21 de Apocalipsis están dedicados a una descripción de ella. 

La información contenida en Apocalipsis 21 no es la primera referencia en la Biblia a la nueva Jerusalén. Se menciona en Hebreos 11:10 como una ciudad “cuyo arquitecto y constructor es Dios”. Jesús hizo una referencia a ella que está registrada en Juan 14:1-4. Él la llamó la “casa de mi Padre”, y dijo que prepararía un lugar en ella para Su Iglesia.

La ciudad se describe en Apocalipsis bellamente decorada, como “una novia ataviada para su marido” (Apocalipsis 21:2). Más tarde, Juan en realidad se refiere a la ciudad como la novia del Cordero (Apocalipsis 21:9), porque la ciudad contiene a la novia de Cristo, Su Iglesia.

Esto implica que al final del Milenio, todos los redimidos serán sacados de la tierra actual y colocados en la nueva Jerusalén, que probablemente estará suspendida en los cielos. Desde ese punto de vista, observaremos cómo Dios quema esta tierra y la remodela como una bola de cera caliente en una tierra nueva, una tierra perfeccionada como la que Dios creó al principio. Luego, descenderemos a esa nueva tierra dentro de la nueva Jerusalén. 

El Tamaño de la Ciudad

La ciudad será espectacular, tanto en tamaño como en apariencia. ¡Tendrá la forma de un cubo de 2,400 kilómetros en todas las direcciones! Y reflejará “la gloria de Dios” (Apocalipsis 21:11, 16).

El increíble tamaño significa que la ciudad se extendería desde Canadá hasta el Golfo de México y desde la costa atlántica de los Estados Unidos hasta Colorado. También se extendería 2,400 kilómetros en la atmósfera.

Esta tremenda extensión de la ciudad verticalmente en el aire es una pista de que la nueva tierra podría ser considerablemente más grande que la actual. De lo contrario, la ciudad no sería proporcional a su entorno.

Es probable que tenga calles verticales así como horizontales, ya que nuestros cuerpos glorificados, que se nos dice serán como el cuerpo de Jesús después de Su resurrección (Filipenses 3:21), serán inmunes  a las leyes actuales de la gravedad.

La Belleza de la Ciudad

¡Y qué calles serán! La Biblia dice que serán “de oro puro, transparente como vidrio” (Apocalipsis 21:21). De hecho, toda la ciudad estará hecha de oro puro con la apariencia de un vidrio transparente (Apocalipsis 21:18).

La ciudad se sentará sobre una base hecha de 12 capas de piedras preciosas (Apocalipsis 21:19-20). Cada capa tendrá el nombre de uno de los 12 apóstoles (Apocalipsis 21:14). La ciudad estará rodeada por un muro de jaspe de más de 60 metros (Apocalipsis 21:17). Habrá 12 puertas, tres en cada lado, y cada una de ellas tendrá el nombre de una de las tribus de Israel (Apocalipsis 21:12).

Y sí, las puertas serán “perlas”, cada una de las cuales consistirá de una perla enorme (Apocalipsis 21:21).

Lo mejor de todo será que Dios el Padre y Jesús residirán en la ciudad con nosotros (Apocalipsis 21:22). La gloria Shejiná de Dios iluminará la ciudad constantemente, y así no habrá  noche ni habrá necesidad alguna de ningún tipo de luz artificial o de la luz del sol (Apocalipsis 22:5).

El trono de Dios y Su Hijo estará en la ciudad, y “un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal” fluirá por la mitad de la calle principal de la ciudad, con el árbol de la vida creciendo a ambos lados del río, produciendo 12 tipos de frutos — un fruto diferente cada mes (Apocalipsis 22:1-2).

Eso es todo. La Palabra de Dios sólo nos da un vistazo  del Cielo. ¡Pero qué vistazo tan prometedor es! Es una escena de perfecta paz, gozo y belleza. 


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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