La Guerra del Salmo 83
Isralestina
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Original article:
Why Iran’s absent from Psalm 83 – Part one
El 14 de septiembre del 2008, Ehud Olmert, en un intento por pronunciar unas últimas palabras antes de que la puerta de la oficina de Primer Ministro se cerrara de golpe detrás de él, sugirió que la noción de un Gran Israel (enlace en inglés) ya no existe. Cuatro días más tarde, en una exhibición de supremacía, el Presidente con mentalidad apocalíptica de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, declaró que la idea de un "menor Israel (enlace en inglés) también ha expirado”.
¿Qué quieren decir por Gran o menor Israel?
Para poner todo esto en perspectiva, Israel se asienta hoy sobre aproximadamente 8,000 a 9,000 millas cuadradas del Medio Oriente. Esto hace al moderno estado judío comparativo en tamaño a Nueva Jersey, que está establecido en tan sólo 7,417 millas cuadradas de suelo Americano.
Contraste esto con hace casi un siglo, después de la I Guerra Mundial, en 1917, cuando la comunidad internacional tenía un plan llamado la Declaración Balfour (enlace en inglés) sobre la mesa de negociaciones, que presentó al pueblo judío, que había estado sin una patria por cerca de 1,847 años, una enorme propuesta de bienes raíces. Esta oferta dedicó aproximadamente 46,000 millas cuadradas, extendiéndose desde el Mar Mediterráneo hacia el Este del Río Éufrates, que cursa a través de los modernos Irak y Siria.
La historia nos dice que la propuesta de Lord Balfourd se encontró con oposición firme, pues los líderes árabes en la posible región afectada le recordaron de inmediato a los franceses y a los británicos su deuda con ellos por ayudarlos en la derrota del Imperio Otomano, que había gobernado el gallinero del Medio Oriente entre 1517 y 1917.
Es por eso que en 1947, después de que Hitler había anulado casi exitosamente la necesidad de cualquier propuesta más para un Estado judío, las Naciones Unidas aprobaron la resolución 181, el "Plan de Partición" (enlace en inglés), que redujo el alcance del Estado judío a su comparable tamaño actual. Para disgusto israelí, y para sorpresa de nadie, este intento internacional para alentar una patria judía en la infame Tierra Santa, se ha enfrentado con el continuo rechazo árabe desde su inicio.
Sin importar cuán pequeño o grande usted mida a Israel, de acuerdo con la profecía bíblica, el Israel de hoy no es más que un simple fragmento del Estado judío de mañana. Génesis 15:18 nos informa que hace 4,000 años, el título de propiedad de toda la tierra existente entre el Río Nilo de Egipto y el Río Éufrates fue legado al patriarca hebreo Abraham. De acuerdo con numerosos pasajes posteriores de Génesis, esta Tierra Prometida fue transferida después a través de su hijo Isaac, a su nieto Jacob, y a las manos de todos sus descendientes, que son el pueblo judío de hoy.
En ningún momento en la historia hebrea, el pueblo judío ocupó alguna vez la totalidad de esta tierra, causando que muchos eruditos de la Biblia enseñen hoy que una época futura debe estar en el horizonte, en la cual los descendientes de Abraham harán su reclamo final de toda esta Tierra Prometida. Dado que los Estados árabes de Siria, Jordania, Arabia Saudita, Egipto y Líbano poseen actualmente la mayor parte de esta tierra, parecería como si algunos eventos importante geopolíticos necesitarían ocurrir en el Medio Oriente, que servirían para entregar este suelo árabe a la soberanía judía.
Para complicar más la ecuación escatológica de los tiempos del fin, Salmo 83 (enlace en inglés) nos dice que Israel está a punto de ser empujado involuntariamente a una grave guerra regional con estas poblaciones árabes circundantes. Escrituras conexas sugieren que Israel saldrá victorioso, explotará los despojos de guerra, confiscará porciones considerables de territorio árabe y se convertirá en una de las naciones más ricas del mundo.
En mi libro recientemente publicado, “Isralestine, The Ancient Blueprints of the Future Middle East” (Isralestina: Los Planos Antiguos del Futuro Medio Oriente), detallo este cercano evento del Salmo 83 que cambiará al mundo. Sin embargo, la historia de los últimos días se extiende desde ahí y, al parecer, la nación de Israel lo hace junto a ella.
En el periodo posterior a la guerra árabe – israelí del Salmo 83, Rusia está prevista a formar una alianza con un Irán equipado con armas nucleares y con otras siete importantes poblaciones del mundo, y a invadir a Israel en esta próxima condición de “Grande”. Debido a las poderosas relaciones nacionales sin precedentes existentes hoy entre Rusia y Irán, eruditos de la profecía bíblica como Joel Rosenberg, un autor cristiano best-seller, y muchos otros están animando a sus audiencias a mantener sus Biblias abiertas en Ezequiel 38 y 39, y sus ojos centrados en CNN y/o WorldNetDaily 24/7, ya que este evento profético también parece estar listo a ocurrir.
Marchando más allá de todo lo antes dicho, el asunto final que preside en el calendario de los tiempos del fin es el llamado pacto falso de siete años establecido entre Israel y el Anticristo, descrito en Daniel 9:27 e Isaías 28:15,18. Durante 60 años, desde la creación del Estado judío en 1948, la mayoría de los eruditos cristianos han enseñado que este instrumento se convierte en el pacto político que finalmente trae la paz al Medio Oriente entre los palestinos y los judíos. El tema de esta enseñanza ha sido que Israel necesitará protección de los árabes, de forma específica, y de antisemitismo mundial, de forma general. A la luz de los acontecimientos descritos anteriormente, parece que esta teoría necesita ser reevaluada.
Israel está destinado para la grandeza y supuestamente alcanzará la paz militarmente en lugar de políticamente. La miopía de muchos líderes actuales del mundo y de la Iglesia, que siguen mirando a Israel a través del lente limitado del actual Estado judío, ha conducido a conclusiones extremadamente cuestionables y potencialmente dañinas. En caso de que los eventos proféticos anteriores ocurrieran tal como están arriba secuenciados, para el momento en que la Bestia Anticristo de Apocalipsis 13 llegue al escenario mundial, Israel no necesitará necesariamente protección del mundo; sino que el mundo poseerá probablemente un verdadero temor divino de un Gran Israel.
Israel está a punto de conquistar a sus sangrientos y jurados enemigos árabes y en el proceso continúa no sólo poseyendo su avanzado armamento militar, sino que además adquiere los arsenales de armas de los derrotados árabes. Luego, pisando los talones de la guerra árabe-israelí, el consorcio ruso-iraní cae supuestamente en amarga derrota a través de la mano divina del Jehová de los judíos, según Ezequiel 39:1-6. A menos que todas estas poderosas afirmaciones proféticas resulten ser un producto de la imaginación de un cuento de hadas, el Israel del que Ehud Olmert y Mahmoud Admadinejad hablaron en septiembre (del 2008), no permanecerá en ninguna manera en tal condición de “menor”.
Teniendo en cuenta el hecho de que las poblaciones árabes del Salmo 83, que incluyen a sus compañeros terroristas, Hezbolá, Hamás y Al-Qaeda, están todas actualmente armadas y peligrosas, unido con el entendimiento de que la mayoría de estos pueblos todavía ni siquiera reconocen el derecho de Israel a existir; quizás sería conveniente para la humanidad dejar de mirar a través de los lentes limitados de menor Israel.
Los intentos fracasados de la política internacional para lograr una paz duradera en el Medio Oriente, han ascendido a nada más que a grandiosas esperanzas de negociar un acuerdo de bienes raíces en la Tierra Prometida no apoyado bíblicamente. Mientras más duro intenta el mundo forzar al Estado judío a negociar con sus antiguos enemigos árabes, más rápido se encuentra a sí mismo en quiebra financiera.
En el horizonte cercano parece estar el surgimiento de un Gran Israel y, por lo tanto, podría ser el momento de sustituir la vista microscópica de Israel con la perspectiva telescópica más expansiva. Para todos los efectos, la Biblia predice que Israel poseerá la Tierra Prometida, y algún día cercano gobernará el gallinero del Medio Oriente.
El Epicentro, tal como lo llama el autor Joel Rosenberg, en el Medio Oriente, continúa sacudiendo y haciendo temblar a la Comunidad Internacional. Titulares noticiosos diarios emanan de la región más problemática del mundo, ¡como réplicas de una magnitud de 6.0 en la “Escala de Richter”! La actividad sísmica del conflicto Árabe – Israelí amenaza con empujar a la humanidad al borde de la falla y la hace preguntarse si el reloj de arena ha hecho su último giro.
¿Están las arenas del tiempo acercándose a su final en el Medio Oriente? Una cosa es segura: la acelerante volatilidad en esa área tiene a la administración Bush empujando el “Plan de la Hoja de Ruta” hacia el último escalón de la escalera política. La Secretaria de Estado, Condoleezza Rice ha hecho del Medio Oriente su patio favorito, mientras que el Presidente Bush frecuenta la mesa redonda jugando póker de “apuestas riesgosas” con Ehud Olmert y Mahmoud Abbás.
A la fecha, este plan se destaca como el mejor esfuerzo de la humanidad para proveer una solución comprensiva a un problema complicado. Desafortunadamente, el “Plan de la Hoja de Ruta” intenta anular un plan más adecuado que ya ha sido colocado. Un Arquitecto con huellas digitales Divinas bosquejó el plan perfecto Basado en Desempeño. Ha estado sellado en una profecía de Jeremías por aproximadamente 2,500 años, y se le quitó el polvo y fue implementada en el siglo XX.
El Plan de la Hoja de Ruta para la Paz de Dios tomó en consideración que habría “vecinos malvados” habitando la tierra santa. El sabía de antemano que ellos necesitarían ser reubicados para abrir paso al retorno del pueblo judío. El conflicto del Medio Orient,e que en la actualidad confunde a los políticos, no ha tomado a Dios desprevenido. En la profecía de Jeremías, también se incluyeron provisiones para su futuro. Ellos serían “arrancados” y reubicados en las tierras de sus antepasados. Un futuro fértil les aguardaba, si entregaban sus afectos a Jehová, el Dios de Jeremías.
En cumplimiento aparente de la profecía de Jeremías 12:14-17, hay millones de árabes “arrancados” del territorio reconocido anteriormente como Palestina. Por aproximadamente 60 años, estos árabes desplazados han sido incapaces de reubicarse en una patria alternativa. Estos árabes de Palestina han sido reducidos a un estatus de refugiados debido a que sus parientes árabes les han cerrado sus puertas nacionales. Estos Refugiados Palestinos permanecen desplegados estratégicamente cerca de las fronteras de Israel.
Muchos se están preguntando si el actual conflicto en Gaza podría conducir a la invasión contra Israel dirigida por Rusia que está profetizada en Ezequiel 38 y 39. Eso no es posible porque una de las condiciones para esa la invasión es que el pueblo judío debe estar viviendo en paz en ciudades sin murallas (Ezequiel 38:8 y 11). Eso ciertamente no es el caso en este momento. La mayoría de los judíos de Israel viven detrás de una gigantesca pared que corre a lo largo del centro del país, que los separa de los palestinos. Y decenas de miles de judíos en el sur de Israel han estado viviendo en refugios para protegerse de los ataques diarios con cohetes desde Gaza.
¿Podría ser que Israel peleará primero la guerra del Salmo 83 contra sus vecinos árabes? Luego, después de someterlos y experimentar verdadera paz, los rusos lanzarán la guerra de Ezequiel 38 la que resultará en la aniquilación sobrenatural de sus fuerzas, incluyendo a todos los ejércitos de sus aliados musulmanes.
La nación que hay que vigilar es Siria. Se trata de uno de los principales enemigos de Israel. Tienen misiles sofisticados y sólo tienen que dispararlos a 150 millas para atacar a objetivos claves como Haifa y Tel Aviv. Si lanzaran un aluvión de misiles, la única esperanza de Israel sería la utilización de armas nucleares tácticas. Está profetizado que la capital de Siria, Damasco, dejará de existir en los tiempos del fin (Isaías 17:1-14 y Jeremías 49:23-27). Esa podría demostrar ser una de las consecuencias de la guerra del Salmo 83.
Estamos viviendo en tiempos emocionantes y trascendentales en los que podemos ver la consumación de hechos históricos que están profetizados a conducir al regreso del Señor. ¡Pónganse su cinturón de seguridad y oren!