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jueves, 28 de noviembre de 2019

¿Qué Pasa Cuando Mueres? (pdf)

¿Alma dormida o existencia consciente?  


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martes, 12 de noviembre de 2019

¿Qué Pasa Cuando Mueres? (conclusión)

¿Alma dormida o existencia consciente?




La Palabra vs. la Tradición

¿No es sorprendente lo lejos que podemos alejarnos de la Palabra de Dios cuando dejamos de leer Su Palabra y comenzamos a hablar de las tradiciones de los hombres?

A medida que seguía haciendo un descubrimiento tras otro en la Palabra Profética de Dios que iba en contra de lo que me habían enseñado, comencé a preguntarme sobre el origen de las doctrinas que había aprendido. No tardé mucho en descubrir que la fuente era la filosofía griega. 

El primer intento de mezclar los conceptos de la filosofía griega con las enseñanzas de la Palabra de Dios llegó muy temprano en la historia de la Iglesia. El intento se llamó gnosticismo. La herejía gnóstica surgió entre  los primeros conversos gentiles porque trataron de helenizar las Escrituras, es decir, trataron de hacer que las Escrituras se ajustaran a los principios básicos de la filosofía griega.

Los griegos creían que el universo material, incluido el cuerpo humano, era malo. Esta visión negativa de la creación era diametralmente opuesta al pensamiento hebreo, como se revela en la Biblia. Para la mente hebrea, el mundo fue creado bueno (Génesis 1:31). Y, a pesar de que la bondad de la creación fue corrompía por el pecado del hombre (Isaías 24:5-6), la creación aún refleja en cierto grado la gloria de Dios (Salmos 19:1). Lo más importante es que la creación algún día será redimida por Dios (Romanos 8:18-23).

La Herejía Gnóstica

Cuando los primeros gentiles se convirtieron al Evangelio, su mentalidad griega colisionó inmediatamente con algunas de las enseñanzas fundamentales del cristianismo. Por ejemplo, se preguntaban: “¿Cómo pudo Jesús haber venido en la carne si Él era Dios? Dios es santo. ¿Cómo puede El que es santo encerrarse en un cuerpo que es malo?”.

En resumen, porque veían el universo material como malo, no podían aceptar la enseñanza de la Biblia de que Dios se encarnó. Su respuesta fue desarrollar la herejía gnóstica de que Jesús era un ser espiritual o fantasma que nunca se encarnó y, por lo tanto, nunca experimentó la muerte física. 

Esta herejía es denunciada fuertemente en la Escritura. En 1 Juan 4:1-2, se nos dice que probemos a quienes buscan nuestra comunión espiritual, pidiéndoles que confiese “que Jesucristo ha venido en carne...”.

La Corrupción Agustiniana

Alrededor del año 400 d.C., un notable teólogo llamado San Agustín, intentó helenizar lo que las Escrituras enseñaban sobre los eventos del tiempo del fin y la vida después de la muerte. Agustín tuvo mucho éxito en su intento. Sus puntos de vista fueron adoptados por el Concilio de Éfeso en el año 431 d.C., y han permanecido como dogma católico hasta este día. 

La influencia de la filosofía griega no le permitiría a Agustín aceptar lo que la Biblia enseñaba sobre la vida después de la muerte.

Por ejemplo, la Biblia dice que los santos pasarán la eternidad en cuerpos glorificados en una Tierra Nueva (Apocalipsis 21:1-7). Tal concepto era anatema para la mente griega de Agustín. Si el mundo material es malo, entonces razonó que el mundo material debe dejar de existir cuando el Señor regrese. Agustín resolvió el problema espiritualizando lo que la Biblia decía. Hizo esto argumentando que la “tierra nueva” de Apocalipsis 21 es sólo un lenguaje simbólico para el cielo.

Las opiniones de Agustín son sostenidas por la mayoría de los cristianos profesantes hoy, tanto católicos como protestantes. Eso significa que la mayoría del cristianismo hoy enseña filosofía griega en lugar de la Palabra de Dios cuando se trata del ámbito de la profecía del tiempo del fin y la vida después de la muerte. 

El Estado Intermedio

Algunas de las mayores confusiones sobre la vida después de la muerte se relacionan con el estado intermedio entre la muerte y la eternidad. Algunas personas abogan por un concepto llamado “sueño del alma”. Argumentan que tanto los salvos como los no salvos están inconscientes después de la muerte hasta el regreso de Jesús. 

Pero la Biblia deja muy en claro que nuestro espíritu no pierde su conciencia después de la muerte. Pablo dice en 2 Corintios 5:8 que preferiría estar “ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”. En Filipenses 1:21, observa: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Luego añade en el versículo 23 que su deseo es “partir y estar con Cristo”. ¡Pablo ciertamente no esperaba estar en coma después de su muerte!

Si entonces nuestros espíritus retienen su conciencia después de la muerte, ¿a dónde van? La Biblia enseña que antes de la resurrección de Jesús, los espíritus muertos iban a un lugar llamado Hades (“Seol” en el Antiguo Testamento). Los espíritus existían allí conscientemente en uno de dos compartimentos, ya fuera el Paraíso o el Tormento. Este concepto se muestra gráficamente en la historia de Jesús del hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31).

La Biblia indica que después de la muerte de Jesús en la Cruz, descendió al Hades y declaró a todos los espíritus allí Su triunfo sobre Satanás (1 Pedro 3:18-19; 4:6). La Biblia también indica que después de Su resurrección, cuando ascendió al Cielo, Jesús tomó el Paraíso con Él, transfiriendo los espíritus de los santos del Hades al Cielo (Efesios 4:8-9; 2 Corintios 12:1-4). Los espíritus de los santos muertos se describen posteriormente en el Cielo, ante el trono de Dios (vea Apocalipsis 6:9; 7:9). Los espíritus de los justos muertos no podían directamente ir al Cielo antes de la Cruz, porque sus pecados no estaban perdonados. En cambio, sus pecados fueron simplemente cubiertos por su fe. El perdón de sus pecados tuvo que esperar el derramamiento de la sangre de Cristo (Levítico 17:11; Romanos 5:8-9; Hebreos 9:22).

Eventos de la Muerte

Entonces, ¿qué pasa cuando mueres? Si eres un hijo de Dios, tu espíritu es inmediatamente introducido en el seno de Jesús por Sus santos ángeles. Tu espíritu permanece en el Cielo, en la presencia de Dios, hasta el momento del Rapto. Cuando Jesús venga por Su Iglesia, trae tu espíritu con Él, resucita y glorifica tu cuerpo, haciéndolo de naturaleza eterna (1 Corintios 15; 1 Tesalonicenses 4). Reinas con Cristo por mil años y luego vives eternamente con Él en una tierra nueva (Apocalipsis 20-22).


Si no eres un hijo de Dios, entonces tu espíritu va al Hades cuando mueres. Este es un lugar de tormentos, donde tu espíritu es mantenido hasta la resurrección de los injustos, que se lleva a cabo al final del reinado milenial de Jesús. En esa resurrección, eres llevado ante el Gran Trono Blanco de Dios, donde eres juzgado por tus obras y luego condenado a la “muerte segunda”, que es el “lago de fuego” o el Infierno (Apocalipsis 20:11-15).

Preparándose para la Eternidad

Una cosa es segura: “¡Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor!” (Isaías 45:23; Romanos 14:11). Tu destino eterno será determinado por cuándo hagas esta confesión. 


Si se hace antes de morir, entonces pasarás la eternidad con Dios. Si no, entonces harás la confesión ante el juicio del Gran Trono Blanco, antes de ser arrojado al Infierno. Para pasar la eternidad con Dios, tu confesión de Jesús como Señor debe hacerse ahora. 

“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9).

Lea la parte 1 aquí

Si desea obtener información adicional sobre este tema, visite nuestra sección:
La Muerte

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

jueves, 31 de octubre de 2019

¿Qué Pasa Cuando Mueres? (parte 1)

¿Alma dormida o existencia consciente?




Si hace varios años me hubieras preguntado qué pasa cuando mueres, te habría dado una respuesta patética. Te hubiera dicho que cuando mueres tu alma se duerme hasta que el Señor regrese. Al regreso del Señor, tu alma es resucitada y juzgada, y eres enviado al infierno o se te permite entrar al cielo.

Mi concepto del cielo era la de un mundo espiritual donde los salvos pasan la eternidad como espíritus incorpóreos, flotando en las nubes, tocando arpas.

Una Idea Equivocada

No hace falta decir que no podía entusiasmarme mucho con todo eso. Ciertamente no me gustaba la idea de estar inconsciente en la tumba durante eones de tiempo. Tampoco podía desarrollar ningún entusiasmo por la perspectiva de ser un espíritu incorpóreo sin una identidad o personalidad particular. Y la idea de tocar el arpa por toda la eternidad era absolutamente escandalosa, ¡porque me habían enseñado que la música de instrumentos en la adoración era una abominación!

Pueden imaginar, por lo tanto, la sensación de conmoción que sentí cuando comencé a estudiar la profecía bíblica y descubrí que todas estas ideas mías acerca de la vida después de la muerte eran ajenas a la Palabra de Dios. Pero mi conmoción rápidamente dio paso a la euforia cuando descubrí lo que el Señor realmente me tiene reservado. 

El Punto de Vista Bíblico

Aprendí de la Palabra de Dios que, cuando aquellos de nosotros que somos cristianos morimos, nuestros espíritus nunca pierden su conciencia (Filipenses 1:23). En cambio, nuestros espíritus plenamente conscientes son inmediatamente conducidos a la presencia de Jesús por Sus santos ángeles (2 Corintios 5:8).

El Cementerio Evergreen de Brooklyn está lleno de figuras de ángeles

Nuestros espíritus permanecen en la presencia del Señor hasta que Él aparezca por Su Iglesia. En ese momento, Él trae nuestros espíritus con Él, resucita nuestros cuerpos, reúne nuestros espíritus con nuestros cuerpos, y luego glorifica nuestros cuerpos, perfeccionándolos y haciéndolos eternos (1 Tesalonicenses 4:13-18).

Regresamos con Él al cielo en nuestros cuerpos glorificados donde se nos juzga por nuestras obras para determinar nuestros grados de recompensas (2 Corintios 5:10). Cuando se complete este juicio, participamos en una gloriosa fiesta de boda para celebrar la unión de Jesús y Su Novia, la Iglesia (Ap. 19:7-9).

Testigos de Gloria

Al concluir la fiesta, salimos de los cielos con Jesús, volviendo con Él a la tierra en gloria (Ap. 19:14). Somos testigos de Su victoria en Armagedón, gritamos “¡Aleluya!”, mientras es coronado Rey de reyes y Señor de señores, y nos deleitamos en Su gloria cuando comienza a reinar sobre toda la tierra desde el Monte Sion en Jerusalén (Zac. 14:1-9; Ap. 19:17-21).

Durante mil años participamos en ese reinado, ayudándole con la instrucción, administración, y la aplicación de Sus leyes perfectas (Ap. 20:1-16). Vemos la tierra generada y la naturaleza reconciliada (Is. 11:6-9). Vemos abundar la santidad y la tierra inundada de paz, rectitud y justicia (Miqueas 4:1-7).

Al final del Milenio, somos testigos de la liberación de Satanás para engañar a las naciones. Vemos la naturaleza verdaderamente despreciable del corazón del hombre, cuando millones se unen a Satanás en su intento de derrocar el trono de Jesús. Pero volveremos a gritar “¡Aleluya!”, cuando seamos testigos de la destrucción sobrenatural de los ejércitos de Satanás y veamos a Satanás mismo arrojado al infierno, donde será atormentado para siempre (Ap. 20:7-10).


Luego seremos testigos del Juicio del Gran Trono Blanco, cuando los injustos sean resucitados para presentarse delante de Dios. Veremos santidad y justicia perfectas en acción, cuando Dios pronuncie Su terrible juicio sobre esta congregación de los condenados, que han rechazado Su don de amor y misericordia en Jesucristo (Ap. 20:11-13).

Jesús será plenamente reivindicado, ya que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor. Entonces los injustos recibirán su justa recompensa, cuando sean arrojados al lago de fuego (Ap. 20:14-15).

Testigos de una Nueva Creación

Luego presenciaremos la exhibición de fuegos artificiales más espectacular de toda la historia. Seremos llevados a la Nueva Jerusalén, la mansión eterna preparada por Jesús para Su Novia, y desde allí veremos cómo Dios renueva esta tierra con fuego, quemando toda la inmundicia y contaminación dejada por la última batalla de Satanás (2 Pedro 3:12-13).

Así como los ángeles se regocijaron cuando Dios creó el universo, nos regocijaremos al ver a Dios sobrecalentar esta tierra y remodelarla como una bola de cera caliente en la Tierra Nueva, la tierra eterna, el paraíso donde viviremos para siempre en la presencia de Dios (Ap. 21:1).


Qué momento tan glorioso será cuando nos bajen bajados a la Tierra Nueva dentro de la fabulosa Nueva Jerusalén (Ap. 21:2). Dios descenderá del cielo y morará con nosotros (Ap. 21:3). Él proclamará: “He aquí yo hago todas las cosas nuevas” (Ap. 21:5). Veremos a Dios cara a cara (Ap. 22:4). Enjugará todas nuestras lágrimas (Ap. 21:4). La muerte ya no existirá (Ap. 21:4). Se nos darán nuevos nombres (Ap. 2:17), y existiremos como personalidades individuales revestidas por cuerpos perfectos (Fil. 3:21). Y creceremos eternamente en el conocimiento de, y el amor por, de nuestro Creador infinito, honrándolo con nuestros talentos y dones.

¡Ahora sí que puedo emocionarme por eso! 


Si desea obtener información adicional sobre este tema, visite nuestra sección:
La Muerte

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Observaciones del Editor: La Muerte



Es el tema del que nadie quiere pensar o hablar. Sin embargo, es un tema con el que la mayoría de la gente debe estar fascinada, porque el artículo principal de esta publicación, publicado por primera vez en julio de 1982, ha demostrado ser el artículo más popular que el ministerio ha producido.

La Biblia dice que la mayoría de las personas vive en esclavitud de por vida al temor a la muerte (Hebreos 2:15). La mayoría de las veces, ese miedo es suprimido, pero siempre está allí, justo debajo de la superficie. Normalmente aparece cuando un amigo o un miembro de la familia mueren; cuando una persona experimenta un evento cercano a la muerte, como un accidente automovilístico grave; o cuando una persona comienza a alcanzar la mediana edad. Y, por supuesto, ¡estar tumbado en una trinchera con bombas explotando por todas partes siempre da lugar a pensamientos de muerte! 

Creo que una de las razones por las que la muerte de la Princesa Diana tuvo un gran impacto mundial fue porque era muy joven. Cuando somos jóvenes tendemos a pensar que somos invencibles y que viviremos indefinidamente. Siempre es aleccionador cuando experimentamos la muerte de una persona joven. Nos obliga a pensar en nuestra propia mortalidad, algo que es muy incómodo de hacer. Pero nunca dura mucho, porque siempre estamos ansiosos de poner el tema en el fondo de nuestras mentes. 

Vi que esto sucedía cuando era un adolescente. Vivía en Waco, Texas en mayo de 1953, cuando el peor tornado en la historia del estado azotó la ciudad. Un total de 114 personas murieron por la tormenta. El área del centro parecía haber sido alcanzada por una bomba atómica. 

El Dr. David Reagan grabando programas de televisión en un cementerio en McKinney, Texas.

Durante semanas después, las iglesias de Waco se llenaron al máximo mientras la gente intentaba lidiar con el terror de la tormenta. Pero, en unos seis meses, la asistencia comenzó a disminuir y, en poco tiempo, las iglesias volvieron a la normalidad en su asistencia.

La muerte es un hecho al que todas las personas deben enfrentar y para el que deben prepararse. Las únicas personas que no van a experimentar la muerte son aquellos creyentes en Jesucristo que estén vivos en el momento en que Él regrese para arrebatar a la Iglesia (1 Tes. 4:13-18). Aquellos creyentes que mueran antes de ese tiempo, vencerán la muerte por medio de la resurrección y glorificación de sus cuerpos.

Jesús de Nazaret nos dio las palabras más reconfortantes jamás pronunciadas sobre la muerte.

En la tumba de Lázaro, antes de que resucitara a Su amigo de entre los muertos, Jesús proclamó: “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:25-26).

Sesenta y cinco años después de Su muerte, sepultura y resurrección, Jesús regresó a esta tierra y se le apareció a Su querido amigo Juan, en la Isla de Patmos (Apocalipsis 1). Juan estaba tan asombrado, que cayó al suelo como muerto. Jesús puso Su mano derecha sobre Juan y dijo: “No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”.

Jesús mismo ha vencido la muerte y, en consecuencia, tiene el poder sobre la muerte. Vencer a la muerte es una cuestión de poner tu fe en Él (1 Juan 5:1-5). El artículo principal en esta publicación ha dado paz  y esperanza  a muchas personas que enfrentan la muerte. Inmediatamente después que lo escribí en 1982, lo leí por la radio, y literalmente nos cubrimos con solicitudes de copias.

Una de esas solicitudes vino de un capellán  de la policía en Lexington, Kentucky. Llamó y dijo que estaba ministrando a un policía incrédulo que estaba al borde de la muerte. Preguntó si podíamos enviarle de inmediato una copia del artículo, para compartirlo con el policía. Lo hicimos. Lo compartió, y el policía aceptó a Jesús como su Señor y Salvador antes de morir. 

¡Alabado sea Dios, de quien fluyen todas las bendiciones!

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La Muerte

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

domingo, 17 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 23 (pdf)

La Muerte

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Hecho: Muy pocos creyentes son conscientes de lo que la Biblia enseña acerca de la vida después de la muerte. 

Escritura Clave: “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte” (1 Corintios 15:26).

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viernes, 15 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 23 (conclusión)

La Muerte

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Nuestros Cuerpos

Después de la muerte, nunca habrá un momento en el que existamos sin un cuerpo. ¡Nunca seremos espíritus etéreos!

Aquellos de nosotros que somos salvos estamos destinados a tener dos cuerpos futuros. Primero recibiremos un cuerpo intermedio espiritual — intermedio entre nuestro cuerpo físico actual y nuestro cuerpo glorificado futuro. 

La evidencia de tal cuerpo se encuentra en varios lugares en la Escritura:
  • 1 Samuel 28 — Cuando Samuel, quien estaba muerto, se les apareció a Saúl y la bruja de Endor.
  • Mateo 17 — Cuando Moisés y Elías aparecieron en la Transfiguración de Jesús.
  • Lucas 16 — Cuando el hombre rico y Lázaro son descritos en el Hades.
  • Apocalipsis 7 — Cuando los mártires de la Tribulación son representados de pie ante el trono de Dios con túnicas blancas.

Nuestro segundo cuerpo futuro será recibido al momento de nuestra resurrección, que para los creyentes de tiempo actual será al momento del Rapto.

En ese momento, si hemos muerto anteriormente, nuestros cuerpos actuales serán resucitados y glorificados. Y si estamos vivos, nuestros cuerpos súbitamente serán trasladados de lo mortal a lo inmortal.

Todo esto se describe en 1 Tesalonicenses 4:13-18, donde el apóstol Pablo describe una serie de eventos que ocurrirán al momento del Rapto:
  • Una trompeta sonará y un arcángel gritará. 
  • Jesús aparecerá en los cielos, trayendo con Él los espíritus de los santos muertos de la Era de la Iglesia.
  • Él resucitará nuestros cuerpos, reunirá sus espíritus con sus cuerpos, y luego glorificará sus cuerpos.
  • Luego arrebatará a todos los creyentes vivos, y convertirá sus cuerpos de mortales a inmortales en ruta hacia arriba.

El cuerpo glorificado que recibiremos al momento de nuestra resurrección será nuestro cuerpo para la eternidad. Esto plantea la pregunta, “¿Qué es un cuerpo glorificado?”.

El Cuerpo Glorificado

Pablo lo describe en 1 Corintios 15:42-44. Él dice que nuestros cuerpos son enterrados en “corrupción” y son levantados en “incorrupción”. Se “siembra en deshonra” y “resucitará en gloria”. “Se siembra en debilidad” y “resucitará en poder”. Concluye diciendo, “Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual”. Observe las palabras clave:
  • Incorruptible — Eterno
  • Glorioso — Perfeccionado
  • Poderoso — Victorioso sobre el pecado
  • Espiritual — Sujeto totalmente al Espíritu Santo

Aquellos que sean glorificados nunca más estarán sujetos a la enfermedad, dolor, sufrimiento, y muerte. Sus cuerpos serán perfeccionados y, por lo tanto, los cojos caminarán, los sordos oirán, los ciegos verán, los mudos hablarán y aquellos con demencia tendrán su mente despejada.

Quizás  la mejor manera de pensar en un cuerpo glorificado sea pensar en el cuerpo de Jesús después de Su resurrección. Se describe en Filipenses 3:

20) …esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

21) el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

Así, de acuerdo con este pasaje, nuestro cuerpo glorificado será como el cuerpo resucitado de Jesús. Será tangible y reconocible. Pero tendrá una dimensión diferente, porque el cuerpo de Jesús podía aparecer y desaparecer repentinamente y podía viajar instantáneamente de un lugar a otro.

Preguntas

Una de las preguntas más comunes que las personas hacen sobre la vida después de la muerte es, “¿Nos conoceremos en el Cielo?”. La respuesta es sí. Y se puede deducir fácilmente a través de la lógica. Sólo piense: Si usted es Juan o Betty en esta vida y es salvado, pero se convierte en alguien más en el Cielo, entonces Juan y Betty no fueron salvos. 

Otra pregunta común es si comeremos o no en nuestros cuerpos glorificados. Y de nuevo, la pregunta es sí. Sabemos esto con certeza porque Jesús comió varias veces con Sus discípulos en Su cuerpo glorificado, después de Su resurrección (Lucas 24:42-43; Juan 21:10-15).

Una pregunta muy seria es si podremos o no pecar en nuestros cuerpos glorificados. Después de todo, la perfección del Cielo no evitó que Satanás pecara. Jesús prometió en Apocalipsis 21:4 que en el Cielo “y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor…”. Dado que “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23), la promesa de no más muerte es una promesa de no más pecado. 

Nuestra naturaleza caída se habrá ido, reemplazada por la justicia de Cristo (Romanos 5:19).Sí, es cierto que Adán y Eva no tenían una naturaleza pecaminosa cuando fueron creados y, sin embargo, pecaron. Pero no habían sido hecho justos por Cristo, y los que ahora son creyentes lo han sido. 

Randy Alcorn, quien ha escrito el libro más exhaustivo sobre el Cielo, ha resumido la respuesta a esta pregunta vital con estas palabras:

Una vez que nos convirtamos en lo que el Dios soberano nos ha hecho ser en Cristo, y una vez que lo veamos como Él es, entonces veremos todas las cosas — incluido el pecado — por lo que son. Dios no necesitará restringirnos. El pecado no tendrá absolutamente ningún atractivo. Será, literalmente, impensable. 

¡Maranatha! 


Preguntas: 

1) ¿Qué fue lo más sorprendente que descubrió en esta lección?

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2) ¿Qué piensa sobre la siguiente cita del libro de Randy Alcorn acerca del Cielo? “La muerte es una condición anormal, debido a que desgarra lo que Dios creó y unió [cuerpo y alma]. Dios quería que nuestros cuerpos duraran tanto como nuestras almas… Somos seres unificados. Es por eso que la resurrección de los muertos es tan vital. Y es por eso que Job se regocijó de que en su carne vería a Dios (Job 19:26)”.

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3) ¿Tiene miedo a la muerte? ¿Quiere estar seguro del triunfo sobre la muerte? Entonces ponga su fe en Jesús como su Señor y Salvador. Puede hacerlo orando sinceramente: “Padre Celestial, te confieso que soy un pecador. Lo siento por mis pecados, y deseo que sean perdonados al poner mi fe en tu Hijo, Jesús, como mi Señor y Salvador. Creo en fe que has oído esta oración, y la has respondido, y me regocijo de que ha nacido de nuevo en Tu familia eterna. En el nombre de Jesús, amén”. Después de haber dicho esta oración, busque una iglesia que crea en la Biblia, donde pueda atestiguar de su fe en una confesión pública de Jesús y en el bautismo. Luego, participe en un estudio bíblico donde pueda crecer en la Palabra de Dios. 


Lea la parte 1 »»aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 23 (parte 1)

La Muerte

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Hecho: Muy pocos creyentes son conscientes de lo que la Biblia enseña acerca de la vida después de la muerte. 

Escritura Clave:Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte” (1 Corintios 15:26).

¿Está listo para el regreso del Señor? ¿Qué pasa si muere antes de que Él regrese? ¿Está listo para enfrentar a la muerte? ¿Puede decir con confianza que después de su último aliento, estará en la presencia del Señor?

¿Y sabe lo que le pasa a las personas cuando mueren? ¿Van los creyentes a un lugar llamado Purgatorio donde son atormentados para purificarlos para el Cielo? ¿Van los incrédulos directamente al infierno? ¿Los creyentes se convierten en ángeles y los incrédulos en demonios?

La Biblia dice que la mayoría de las personas viven en permanente servidumbre al temor de la muerte (Hebreos 2:15). La mayoría de las veces, el miedo se suprime, pero siempre está allí, justo debajo de la superficie. Normalmente surge cuando un amigo o un miembro de la familia mueren, cuando una persona experimenta un evento cercano a la muerte, como un grave accidente de auto o cuando una persona comienza a alcanzar la edad media. Y, por supuesto, ¡estar agachado en una trinchera con bombas explotando a su alrededor siempre da lugar a pensar en la muerte!

Eventos de la Muerte

Entonces, ¿qué pasa cuando muere? Si eres un hijo de Dios, tu espíritu es inmediatamente introducido al seno de Jesús por Sus santos ángeles. Tu espíritu permanece en el Cielo, en la presencia de Dios, hasta el momento del Rapto.

Cuando Jesús venga por Su Iglesia, trae tu espíritu con Él, resucita y glorifica tu cuerpo, y lo hace de naturaleza eterna (1 Corintios 15; 1 Tesalonicenses 4). Usted reina con Jesús por mil años  y luego vive eternamente con Él en la tierra nueva (Apocalipsis 20-22).

Si no eres un hijo de Dios, entonces tu espíritu va al Hades en tu muerte. Éste es un lugar de tormentos, donde tu espíritu es mantenido hasta la resurrección de los injustos, que tiene lugar al final del reinado milenial de Jesús.

En esa resurrección, eres llevado al Gran Trono Blanco de Dios, donde eres juzgado por tus obras y luego condenado a la “muerte segunda”, que es el “lago de fuego” (Apocalipsis 20:11-15).

El Estado Intermedio

Algunas de las mayores confusiones acerca de la vida después de la muerte se relacionan con el estado intermedio entre la muerte y la eternidad. Algunas personas abogan por un concepto llamado “el sueño del alma”. Argumentan que tanto los salvos como los perdidos están inconscientes después de la muerte, hasta el regreso de Jesús.

Pero la Biblia deja muy en claro que nuestro espíritu no pierde su conciencia en la muerte. Lo único que “se queda dormido” es nuestro cuerpo — en un sentido simbólico.

Pablo dice en 2 Corintios 5:8 que preferiría estar “ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”. En Filipenses 1:21, él observa, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Luego añade en el versículo 23 que su deseo es “partir y estar con Cristo”. ¡Pablo ciertamente no esperaba estar en coma después de su muerte!

Si entonces nuestros espíritus retienen su conciencia después de la muerte, ¿a dónde van? La Biblia enseña que antes de la resurrección de Jesús, los espíritus de los muertos iban a un lugar llamado Hades (Seol en el Antiguo Testamento). Los espíritus existían allí conscientemente en uno de dos compartimentos, el Paraíso o el Tormento. Esto concepto está representado gráficamente en la historia de Jesús sobre el rico y Lázaro (Lucas 16:19-31).

La razón por la que los salvos iban al Paraíso en el Hades en lugar del Cielo es porque sus pecados estaban cubiertos por su fe, pero no perdonados. Por lo tanto, no podían ser conducidos a la presencia del Padre Santo. La Biblia enseña que “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22; Levítico 17:11).

El perdón de sus pecados tuvo que esperar el sacrificio de una persona perfecta quien moriría por sus pecados y no por los Suyos. Esa persona fue Jesús (2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:24).

La Biblia indica que después de la muerte de Jesús en la Cruz, Él descendió al Hades para declarar las buenas noticias de que había derramado Su sangre por los pecados de la humanidad (1 Pedro 3:18-19; 4:6). La Biblia también indica que después de Su resurrección, cuando ascendió al Cielo, Jesús se llevó el Paraíso con Él, y transfirió los espíritus de los santos muertos del Hades al Cielo (Efesios 4:8-9; 2 Corintios 12:1-4). Los espíritus de los santos muertos son representados después estando en el Cielo ante el trono de Dios (vea Apocalipsis 6:9; 7:9).


Lea la conclusión »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

lunes, 13 de agosto de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 8


¿Cómo puedes tener la seguridad de que irás al cielo cuando mueras?

El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer

Vea la parte 1 »»aquí
Vea la parte 2 »»aquí 
Vea la parte 3 »»aquí 
Vea la parte 4 »»aquí
Vea la parte 5 »»aquí 
Vea la parte 6 »»aquí
Vea la parte 7 »»aquí

Lea también:

jueves, 9 de agosto de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 7


¿Tenemos algún control sobre cómo y cuándo moriremos? ¿Podemos postergar nuestra muerte? 

El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer

Vea la parte 1 »»aquí
Vea la parte 2 »»aquí 
Vea la parte 3 »»aquí 
Vea la parte 4 »»aquí
Vea la parte 5 »»aquí 
Vea la parte 6 »»aquí

Lea también:

martes, 7 de agosto de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 6



Muchas personas no creen en un infierno literal. Parece ser demasiado severo para que un Dios amoroso lo permita. Pero, ¿Qué dice la Biblia acerca del infierno? ¿Cómo será?

El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer

Vea la parte 1 »»aquí
Vea la parte 2 »»aquí 
Vea la parte 3 »»aquí 
Vea la parte 4 »»aquí
Vea la parte 5 »»aquí 

Lea también:

martes, 17 de abril de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 5



¿Qué tan larga es la eternidad? ¿Qué haremos en el cielo? ¿Cómo se verá el cielo? 

El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer

Vea la parte 1 »»aquí
Vea la parte 2 »»aquí 
Vea la parte 3 »»aquí 
Vea la parte 4 »»aquí

Lea también:

lunes, 16 de abril de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 4



Si has sufrido la tragedia de haber perdido un hijo, ¿dice algo la Biblia que consuele tu dolor? ¿Tienes la esperanza de volver a ver a tu hijo otra vez?

El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer

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Lea también:

martes, 10 de abril de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 3



Sabemos que la Biblia dice: "ausentes del cuerpo es estar presentes con el Señor". Pero, ¿cómo es que esa transición sucede? ¿Qué mantendremos de nuestro cuerpo terrenal?

El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer

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miércoles, 4 de abril de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 2


¿Temes a la muerte? ¿Acabas de ser diagnosticado con una enfermedad terminal? ¿Sientes algún consuelo cuando sabes que tu muerte está cerca?

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El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer

martes, 3 de abril de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 1



¿Qué espera al otro lado de la tumba? ¿Qué veremos y sentiremos un minuto después que muramos?

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El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer
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