No creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 1 Juan 4:1
Recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:11
El primer versículo del encabezamiento nos invita a no confiar ciegamente en todos aquellos que llaman a nuestra puerta o nos detienen en la calle para hablarnos de Dios. Evitemos dejarnos arrastrar por lo que en un primer momento puede tener una apariencia de Verdad, pero que en definitiva es una enseñanza contraria a la Biblia. Detrás de una apariencia cristiana puede ocultarse hasta una vasta empresa financiera o, peor aún, demoníaca.
Es el colmo que algunos hombres y mujeres puedan utilizar el nombre de Dios para engañar a los demás o, por lo menos, tratar de hacerlo. La Biblia es clara a ese respecto. Anuncia la venida de falsos profetas que tiene como misión seducir a mucha gente y aun a los cristianos, si fuera posible, para apartarlos del verdadero Dios (Mateo 24:24).
El problema consiste en saber cómo reconocer y desenmascarar a esos falsos profetas. La Palabra de Dios habla de personas que examinaban cada día las Sagradas Escrituras para ver si lo se les decía era cierto (Hechos 17:11). No era una falta de confianza, sino una sabia precaución, una medida de prudencia que debemos imitar.
Invitamos al lector a hacerlo, incluso con los mensajes de este calendario, y con todo lo que podría oír aquí o allá. Si aún no tiene una Biblia, consígala y escudríñela.
Meditación correspondiente al 30 de mayo del 2008 del calendario La Buena Semilla.
Nota del editor: ¡Cuánta falta hace hoy en día en nuestras iglesias el espíritu de los judíos de Berea! También, le invito a leer el siguiente artículo:
Donald Dolmus
Managua, Nicaragua