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jueves, 15 de agosto de 2024

El Estupor del Engaño (Parte 2 de 2)

Por Jack Hibbs

Dios Sigue Orquestando

Las crisis globales de nuestros días — los tambores de guerra, la falta de líderes confiables, el posible colapso de las economías nacionales, las controversias sobre las criptomonedas y la extralimitación del gobierno durante las pandemias sanitarias — pueden no tener sentido para usted y para mí. Pero tenga la seguridad de que sí lo tienen para Dios.

¿Qué quiero decir con eso? Isaías 46:9-10 dice: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos, porque yo soy Dios; y no hay otro Dios, ni nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi plan permanecerá y haré todo lo que quiero”.

Sólo Dios conoce el futuro. Y el hecho de que el Dios de la Biblia nos diga lo que va a suceder antes de que suceda valida que Él existe, que sólo Él es Dios y que cumplirá todo lo que desea.

En este mundo sucio y desordenado, tú y yo necesitamos un buen lavado de cerebro: Necesitamos dejar que la Biblia entre y elimine toda la suciedad acumulada durante todo el día, y más aún de toda la vida. La Palabra de Dios limpia y endereza nuestro pensamiento.

Ya sea que no estés seguro de si Dios es real o si Él es digno de confianza, te prometo que esas seguridades vendrán a través de Su Palabra.

Si usted examina cuidadosamente las pruebas históricas con respecto a lo que dice la Biblia, se dará cuenta de que puede confiar en Dios para:

  • Validar la Biblia
  • Validar a Jesucristo
  • Validar la identidad del Mesías
  • Captar nuestra atención

Por Qué Debería Importarte

Cuando escuchas los mensajes que se enseñan en los últimos días, podría ser tentador adoptar una actitud que diga: “No se aplican a mí porque soy salvo. No estaré aquí después del Rapto para ver qué sucede durante la Tribulación”. Por favor, no dejes que ese tipo de pensamiento se apodere de ti.

En Mateo 24:4-8, Jesús respondió a las preguntas de sus discípulos sobre la señal de su venida y del fin de la era. Dijo:

Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y a muchos engañarán. Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares. Pero todo esto es sólo principio de dolores.

Fíjate que en medio de toda esa calamidad y tristeza, Jesús dijo: “Mirad que no os turbéis”. Podrías suponer que estoy sugiriendo que pongas una cara feliz y tengas pensamientos positivos, y todo estará bien. No es así.

Aprecio cómo el difunto Dr. Ed Hindson puso en perspectiva la dificultad de los eventos proféticos cuando dijo: “La profecía bíblica no nos es dada para asustarnos, sino para prepararnos. No nos es dada para asustarnos, sino para invitarnos”.

Dr. Ed Hindson

¡Qué grandes palabras de aliento! Y creo que la profecía bíblica nos prepara con la invitación perfecta.

Jesús dijo: “Estas cosas [profecía dada de antemano] os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación, pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Jesús venció el pecado, la muerte y el infierno mismo para librarte de la ira de Dios Todopoderoso. La promesa del cielo y la vida eterna espera. Necesitas aguantar, y también lo hacen las personas que te rodean.

Vive tu Testimonio

Al igual que tú, tus vecinos, amigos y compañeros de trabajo están viendo cómo el mundo se desmorona a medida que la profecía se va cumpliendo, y probablemente estén asustados. Tienes que preguntarte, ¿a dónde van cuando las cosas se ponen difíciles y no tienen a dónde ni a nadie más a quien recurrir? ¿Prozac? ¿Smirnoff y Jack Daniels? ¿Entretenimiento? Si eso fuera todo lo que tuviera para sostenerme, también estaría preocupado.

Puedes usar los eventos de los últimos días como catalizador, para presentarte a los vecinos que aún no conoces. Llama a su puerta y dile: “Escuche, puede pensar que soy un lunático, pero quiero que sepa que soy un seguidor de Cristo. Y con todo lo que está sucediendo en este momento, estoy orando por los vecinos de nuestra calle. ¿Tiene alguna petición de oración?”.

Es dudoso que te echen del porche y te cierren la puerta en la cara. Probablemente dirán: “Sí, ¿sabes qué? Se avecinan despidos en mi empresa. No tenemos ahorros. ¿Puedes orar para que conserve mi trabajo para poder cuidar de mi familia?”. ¡Aprovecha ese momento! Haz una breve oración, di amén, y promete seguir orando.

En estos días de engaño, debemos buscar las oportunidades que Dios nos ha dado para compartir la verdad y el amor de Jesucristo. No permitamos que ninguna puerta abierta, literal o figuradamente, se desperdicie.

Jack Hibbs es el pastor principal y fundador de Calvary Chapel Chino Hills, en el sur de California. También fundó y se desempeña como presidente del ministerio Real Life, donde presenta programas de radio y televisión que se transmiten a nivel nacional.

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

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El Estupor del Engaño (Parte 1 de 2)

Por Jack Hibbs

(El siguiente extracto fue escrito por el pastor Jack Hibbs en su poderoso nuevo libro Living in the Daze of Deception [Viviendo en el Estupor del Engaño]. Jack ha emergido como una voz profética para Estados Unidos, advirtiendo sobre la ira que vendrá si continuamos agitando nuestro puño contra Dios).

Cualquiera que haya conducido en zonas de niebla espesa sabe lo desorientadora y desastrosa —a veces mortal — que puede ser la niebla. En noviembre de 2007, una densa niebla se asentó en una sección sinuosa de la Interestatal 5 en las montañas Tehachapi de California. El choque resultante, de 108 autos, se extendió por casi una milla y causó dos muertos y 40 heridos.

En el mundo de hoy, la niebla caracteriza el aturdimiento desorientador en el que hemos entrado y en el que ahora vivimos. De ahí mi título; Intencionalmente sustituí “estupor” en lugar de “días”.

Por lo general, cuando se menciona la palabra días, la mayoría de las personas entienden que se refiere a un tiempo o período específico. Ciertamente, la Biblia habla de un tiempo específico que visitará a la humanidad — un tiempo de dificultad sin precedentes, como el mundo nunca ha visto. Pero mi objetivo principal es ayudarte a identificar el aturdimiento del engaño que nos envuelve hoy en día.

El engaño, como la niebla, actúa como camuflaje — difuminando y ocultando lo que está justo frente a nosotros. Navegarlo de manera segura requiere que tomemos las mismas precauciones que usan los conductores — prestar atención a las luces intermitentes o a las señales de advertencia que se avecinan y estar atento a los parches de cielo despejado o, en este caso, a la verdad bíblica, para que actúen como guía.

Varios diccionarios definen el aturdimiento como la incapacidad de pensar o reaccionar correctamente, de estar desconcertado o adormecido. Los sinónimos incluyen embrutecer, conmocionar, confundir y distraer. Creo que cada una de estas palabras se puede aplicar a la reacción de la gente a los cambios siniestros que todo lo abarcan y que están teniendo lugar hoy. Más que en cualquier otro momento en la memoria reciente, las personas están demostrando una extraordinaria falta de juicio y la incapacidad de pensar o actuar adecuadamente cuando se trata de lo que creen y cómo viven. ¿Cómo está ocurriendo esto? ¿Por qué como nunca antes en la historia?

Tomados por Sorpresa

El engaño se ha extendido tanto que nos afecta a todos hoy en día. He aquí sólo un ejemplo de lo que estoy hablando: ¿Has notado la increíble cantidad de información engañosa, informes falsos y, como se ha llamado popularmente, “noticias falsas” que se han difundido a través de los medios de comunicación en los últimos años? La respuesta es sí, por supuesto. Todos los que utilizamos las noticias de televisión, Internet y las redes sociales estaremos de acuerdo porque gran parte de lo que se dice va en contra de lo que sabemos que es real.

Sin embargo, hay otras ocasiones en las que no podemos estar seguros de lo que es verdad. Incluso cuando una persona levanta su mano derecha y hace un juramento en un tribunal de justicia, todavía no estamos seguros de si está diciendo la verdad absoluta. Descubrir la verdad se ha convertido en una tarea casi imposible, dejándonos preguntándonos qué creer.

Probablemente hayas escuchado la historia clásica de lo que sucedió en la antigua ciudad de Troya, cuando los griegos construyeron un enorme caballo de madera, se lo regalaron a su enemigo y fingieron alejarse. Sus enemigos troyanos arrastraron el caballo hacia la ciudad sin darse cuenta de que escondidos en su interior había soldados griegos que se escabullían y abrían las puertas de la ciudad desde el interior para que el ejército griego supuestamente difunto pudiera regresar y atacar. El resultado fue que Troya fue alcanzada y destruida.

Con el tiempo, el caballo de Troya llegó a simbolizar un truco o estrategia engañosa empleada cuando parecía que no había forma de derrotar a un enemigo poderoso. Hoy en día, sacudirías la cabeza si vieras un caballo de madera de 25 pies de altura entrar en tu ciudad. Pero, ¿ha pensado en lo que están ocultando las élites poderosas, las organizaciones y las autoridades gubernamentales, o en el nivel inexplicable de secretismo vinculado a sus puntos de vista engañosos?

Cuando te das cuenta de que estas personas y grupos a menudo te consideran su enemigo, la realidad de los caballos de Troya modernos no parece estar más allá del ámbito de la posibilidad. También es importante entender que los planes perversos también vienen en paquetes pequeños, sutilmente ocultos en un elemento de verdad, lo que los hace más peligrosos y difíciles de detectar.

¿Qué significa todo esto? En primer lugar, el engaño está continuamente en acción a través de las conversaciones, pensamientos y acciones de aquellos que rechazan el concepto mismo de Dios de sus sistemas de creencias. Sé que suena brutal, pero eso está respaldado por lo que dice la Biblia. Y, en segundo lugar, debemos tener cuidado de no descartar el engaño como si tuviera lugar sólo en los medios de comunicación o en los ámbitos social y político. Jesús advirtió que habría un tremendo engaño espiritual en los últimos días antes de Su regreso físico a la Tierra.

El Aturdimiento de los Últimos Días

¿Qué son los últimos días? A lo largo de la Biblia, el concepto de los últimos días aparece en una variedad de formas: Los tiempos del fin, el fin de los días, el día postrero, los últimos tiempos, el fin de la era o, como lo expresa 1 Juan 2:18, la hora final. No todos estos términos hablan exactamente de lo mismo, pero todos se refieren a la conclusión de las cosas, que incluye el regreso de Jesucristo y el establecimiento de Su reino aquí en la Tierra.

Los eventos que colectivamente llamamos los días postreros son todos parte de lo que se llama profecía bíblica o escatología bíblica. La profecía bíblica es Dios escribiendo el futuro con anticipación para que podamos saber lo que está por venir. Y, aunque muchas iglesias evitan enseñar acerca de la profecía debido a la ignorancia bíblica, la Biblia revela detalles sobre los últimos días para aliviar el estrés de preguntarse qué sucederá y para prepararnos para que estemos listos.

Se han escrito volúmenes detallados acerca de las señales del fin de la era, y debemos entender estas señales. Éstos son sólo algunos indicadores de lo que sucederá durante los últimos días. Las Escrituras dicen que los hombres serán aborrecedores de Dios, amadores de los placeres, amadores de la lujuria y del mal, y amadores de las cosas de este mundo. Mientras, al mismo tiempo, se volverán desamorados e indiferentes hacia la población en general y el bienestar de sus semejantes (2 Timoteo 3:2-4).

Nadie puede negar que cada uno de estos comportamientos es ahora algo común.

Entonces, ¿cómo podemos inocularnos contra el engaño? ¿Cómo podemos conocer la verdad? En algunos casos, es posible que nunca sepamos la verdad cuando se trata de política, algún plan o empresa militar, o un acuerdo comercial que salió mal. Pero, cuando se trata de realidades espirituales, sólo hay una manera de conocer la verdad. Ésa, por supuesto, es la Biblia — la inerrante, perfecta e inmutable Palabra de Dios.

Jack Hibbs es el pastor principal y fundador de Calvary Chapel Chino Hills, en el sur de California. También fundó y se desempeña como presidente del ministerio Real Life, donde presenta programas de radio y televisión que se transmiten a nivel nacional.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 15 de octubre de 2018

¿Está Dios restaurando los oficios de apóstol y profeta en la Iglesia hoy?




Respuesta: El movimiento para restaurar el oficio de apóstoles y profetas basa su afirmación de que los apóstoles y los profetas deben ser parte de la Iglesia en Efesios 4:11-12, "Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo".

Durante el primer siglo de la Iglesia existía el oficio de apóstol, y el don espiritual del apostolado. El oficio o cargo de apóstol fue ejercido por los doce discípulos de Jesús además de Matías, quien ocupó el puesto de Judas, y Pablo. Los apóstoles fueron escogidos especialmente por Cristo (Marcos 3:16-19). La selección del sustituto de Judas se encuentra en Hechos 1:20-26. Note en este pasaje que al cargo de Judas se le llama "oficio". También debe tenerse en cuenta que Pablo fue escogido por Cristo (1 Corintios 15:8-9; Gálatas 1:1; 2:6-9). A estos hombres les fue dada la tarea de colocar las bases de la Iglesia universal (Efesios 2:20). En el primer siglo fueron creadas las bases de la Iglesia universal. Es por esto que el oficio de apóstol ya no es ejercido. Una vez que el fundamento ha sido creado ya no necesitamos fundadores.

También existía el don espiritual del apostolado (éste no debe confundirse con el oficio—son distintos). Entre los que tenían el don espiritual se encontraban: Santiago (1 Corintios 15:7; Gálatas 1:19), Barnabás (Hechos 14:4, 14; 1 Corintios 9:6), Andrónico y Junías (Romanos 16:7), posiblemente Silas y Timoteo (1 Tesalonicenses 1:1; 2:7), y Apolos (1 Corintios 4:6,9). Este último grupo tenía el don del apostolado, pero no el "oficio" apostólico conferido a los doce apóstoles y a Pablo. Aquellos que tuvieron el don del apostolado, entonces, fueron aquellos que llevaron el mensaje del evangelio con la autorización de Dios. La palabra apóstol significa "enviado como delegado autorizado". Esto era cierto con los que ejercían el oficio de apóstol (como Pablo) y con los que tenían el don espiritual (como Apolos). Aunque hoy existen hombres como éstos, hombres que son enviados por Dios para difundir el evangelio, es mejor no referirse a ellos como apóstoles, debido a la confusión que esto ocasiona. Muchos no están conscientes de los dos usos diferentes del término apóstol.

El don de profecía fue también un don temporal, otorgado por Cristo para establecer las bases de la Iglesia universal (Efesios 2:20). El profeta proclamaba un mensaje de parte del Señor para los creyentes del primer siglo. Estos creyentes no tenían la ventaja que tenemos hoy de tener una Biblia completa. El último libro del Nuevo Testamento (el Apocalipsis) no fue completado sino hasta finales del primer siglo. De manera que el Señor proporcionó hombres con dones, llamados profetas, que proclamaron mensajes de parte de Dios hasta que se completó el canon de las Escrituras.

Debe tenerse en cuenta que la enseñanza actual sobre la restauración de profetas y apóstoles dista de ser lo que las Escrituras describen acerca de los hombres que tuvieron el don de la profecía y el oficio de apóstol. Aquellos que enseñan tal restauración, enseñan que nunca se debe criticar o siquiera cuestionar a los apóstoles y profetas, porque hablar en su contra es hablar en contra de Dios, aunque el apóstol Pablo elogió a la población de Berea por corroborar lo que él dijo con la Palabra de Dios para asegurarse de que decía la verdad (Hechos 17:10-11). El apóstol Pablo también le dijo a los gálatas que si cualquiera, incluyéndose a sí mismo, enseñaba otro evangelio, esa persona sería "anatema" (Gálatas 1:8-9). En todo, Pablo dirigía a las personas a la Biblia como la suprema autoridad. Los hombres que hoy afirman ser apóstoles y profetas se constituyen a sí mismos como autoridad suprema, algo que Pablo y los doce discípulos nunca hicieron.

También debe tomarse en cuenta que la Escritura se refiere a los apóstoles y profetas en tiempo pretérito. 2 Pedro 3:2 y Judas 3-4 afirman que las personas no deben desviarse del mensaje que dieron los apóstoles (pretérito). Hebreos 2:3-4 también habla en pretérito acerca de los que ejecutaron (en el pasado) "señales, prodigios, y diversos milagros" a través de los dones del Espíritu Santo.

Fuente: GotQuestions

jueves, 22 de febrero de 2018

Libro: La Apostasía Venidera – Extracto

Desenmascarando el Sabotaje del Cristianismo

Por Mark Hitchcock y Jeff Kinley

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«Llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír. Rechazarán la verdad e irán tras los mitos» (2 Timoteo 4:3-4).

Jesucristo va a volver. Sin duda, es la mayor esperanza de los cristianos en estos tiempos difíciles. La Biblia nos advierte que los últimos días serán caóticos: guerras y rumores de guerras se extenderán por todos lados (Mateo 24:6). En nuestra época, el mundo parece estar fuera de control, creando miedo, confusión e incertidumbre. Además de la violencia, la peste y las epidemias, la Biblia predice un gran «alejamiento» de Dios en los tiempos finales. Maestros de la Biblia lo llaman «la gran apostasía».

¿Estamos viendo evidencias hoy en la iglesia de este gran rechazo de la enseñanza sólida y sana? Mark Hitchcook, exabogado y popular maestro de la Biblia, examina las pruebas de los maestros de la Escritura en nuestros tiempos actuales. ¿Están actualmente los maestros de la Biblia permitiendo a la gente seguir sus propios deseos al decirles lo que quieren escuchar, como la Biblia lo predice con claridad? ¿Acaso una gran porción de la iglesia ha abandonado la enseñanza sana y sólida que la Palabra de Dios ofrece? La gran apostasía habrá de venir, pero ¿estará más cerca de lo que imaginamos?¿Qué significa esto para nuestro futuro? Permita que Mark Hitchcock sea su guía para los días difíciles por venir.

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martes, 21 de noviembre de 2017

Libro: Pastores que Abusan – Parte I

Las víctimas hablan por sí mismas

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"Obedece a tu pastor en todo lo que te diga, aunque esté mal". 
"No cuestiones al ungido del Señor". 
"Si ves algo mal en el ministro, no digas nada, sólo ora". 
"Tú no eres nadie para juzgar a un siervo de Dios. Si no haces lo que te digo estás en rebeldía". 
"No vayas a denunciar al sacerdote o te van a excomulgar. Déjalo en las manos de Dios". 

Seguramente, todos los que estamos relacionados con el cristianismo hemos escuchado frases como éstas en alguna ocasión. En especial si acostumbramos asistir regularmente a una congregación cristiana. A continuación leeremos las historias reales de hombres, mujeres y familias que oyeron y obedecieron frases como éstas de labios de líderes espirituales aparentemente bienintencionados. Veremos lo que sucedió en sus vidas como consecuencia de haber creído ciegamente estas enseñanzas y por no haber entendido cuál es el límite que marcan los evangelios para seguir a un ministro religioso. 

Los casos aquí descritos han sido seleccionados entre muchos y se escogieron precisamente por ser representativos de lo que cientos de personas viven cada año en el mundo latino. Son experiencias que en su momento vivieron matrimonios, familias, jóvenes, viudas y congregaciones enteras, en distintas organizaciones consideradas o llamadas cristianas.* 

* En la mayoría de los casos narrados a continuación, tanto los nombres como los lugares han sido cambiados para proteger la identidad de las personas involucradas. En un esfuerzo por hacer este libro relevante a los lectores latinos de distintos países, se han modificado varias localidades de la primera edición.

Libro: Pastores que Abusan – Índice


Contenido 

Introducción: Los abusos pastorales, 
una realidad que no podemos ignorar 


Parte I 
Las víctimas hablan por sí mismas 

1 Sacerdotes y abuso infantil: 
Traicionando a los más vulnerables 

2 Iglesias en la encrucijada: 
¿Qué tan grande es el problema? 

3 Estructuras Perversas: 
El ídolo de la Institución 

4 Los líderes autoritarios y el dinero  

5 María Luisa: Crónica de una infamia  

6 Corrupción e impunidad: 
El círculo de la complicidad 

7 Persecución, difamación e intimidación: 
Un arma clásica para controlar 

8 Explotando la relación pastoral:  
Cuando los ministros adulteran 

9 Incesto Espiritual: 
El crimen del reverendo Jackson 

10 Los pastores autoritarios pueden programar a la gente  

11 Sexo y manipulación sectaria:
David Koresh y otros más 

12 Autoritarismo y totalitarismo: 
Un signo clásico de las sectas 

13 ¿A quién le puede pasar? 

Parte II

Cómo reconocer a los pastores abusivos 

14 Métodos de manipulación y doctrinas  
autoritarias 

15 Los límites de la autoridad pastoral  

16 Lo que siempre creyó la Iglesia  
cristiana en cuanto a la autoridad 

17 Desenmascarando las doctrinas  
autoritarias 

18 Los líderes manipuladores dañan a la gente: 
¿Qué debemos hacer?  


Bibliografía 

jueves, 16 de noviembre de 2017

Libro: Pastores que Abusan – Introducción

Los Abusos Pastorales: Una Realidad que no Podemos Ignorar

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice

Cuáles son los límites de la autoridad de un pastor. 
Cuál es la diferencia entre la lealtad a una institución religiosa y la complicidad. 
Hasta dónde debemos sujetarnos a un líder espiritual. 
En qué momento debemos abandonar una organización cristiana que se vuelve destructiva. 

Este libro está dirigido a los miles de hombres y mujeres latinos que cada año son víctimas de líderes autoritarios y organizaciones religiosas opresivas. 

Está dedicado de manera especial, a cientos de personas y familias que he tenido la oportunidad de ayudar a través de los años, a recuperarse de malas experiencias religiosas y de los más increíbles abusos de autoridad. Gente toda ésta, que experimentó, en mayor o menor grado, algún tipo de daño físico, material o espiritual por haber estado bajo el liderazgo de pastores, maestros y guías religiosos que a veces caen más bien en la categoría de "iluminados". Dirigentes que aunque se autodenominaban cristianos, no dudaron en abusar de sus posiciones de autoridad religiosa para aprovecharse de sus ovejas. 

Tenemos que estar conscientes que actualmente existen muchas personas que de una u otra manera son objeto de agresiones sexuales, explotación económica, maltratos psicológicos y daño moral por parte de líderes cristianos autoritarios. De individuos que no dudan en utilizar el respeto que sus congregantes les tienen para extraerles dinero, para chantajearlos emocionalmente o en ocasiones para impedirles abandonar sus organizaciones. Para lograr estos fines, los pseudo-pastores usan siempre el nombre de Dios, una Biblia en la mano y una frase que parece hechizar a sus oyentes: "Soy tu autoridad y me tienes que obedecer". 

La primera parte de este libro trata con las experiencias de gente de carne y hueso que en algún momento de su vida depositó su confianza, a veces ciegamente, en líderes religiosos que exigían obediencia absoluta. Los casos aquí presentados son reales. La información, los testimonios, así como los detalles de cada una de las historias han sido comprobados a fondo. Son una muestra del producto de diez años de estudio e investigación sobre este tema a través de Latinoamérica y las comunidades hispanas de los Estados Unidos. Un equipo de investigadores que incluye médicos, educadores, defensores de derechos humanos, sociólogos, teólogos y líderes cristianos de distintas organizaciones, hemos invertido cientos de horas entrevistando extensamente a una cantidad considerable de personas que han sufrido los efectos de liderazgos cristianos abusivos y autoritarios. El grave daño hecho a muchos de ellos ha tomado meses y a veces años en sanar. Con algunos en particular ha sido necesario pasar largas horas para desprogramarlos. Otros han ido recuperando poco a poco la confianza en el cristianismo: confianza que habían perdido al haber sido testigos y a veces víctimas de conductas criminales o inmorales por parte de sonrientes y talentosos líderes religiosos que decían ser siervos de Dios. 

Contamos con entrevistas, grabaciones y testimonios filmados en video de muchas de estas personas que generosamente nos han permitido utilizarlas, en la esperanza de que sirvan para ayudar a otros que están pasando por una situación similar. También tenemos una buena cantidad de fuentes primarias confiables que han sido de gran utilidad para comprobar la veracidad de todas las historias, cruzar información y hacer verificaciones independientes. 

En casi todos los casos presentados aquí, se han cambiado los nombres de las personas, y los lugares de los hechos. Esto tiene un doble propósito: primeramente proteger la identidad y la privacidad de las personas que aparecen en el libro. En segundo lugar, estoy seguro que las historias aquí presentadas no son sólo las de ellos. Son las de muchísimas personas que están viviendo lo mismo y que quizás no se atreven a hablar por miedo. Seguramente una buena cantidad de lectores se identificarán con ellas después de leerlas, y hallarán respuestas, aliento y una nueva dirección para sus vidas. Aunque el enfoque principal de este libro esta esencialmente en los pastores que abusan como individuos, ha sido imprescindible tratar en alguna medida con las organizaciones y estructuras eclesiásticas en que éstos operan. Además de la dimensión descriptiva de las mismas, la cual es por necesidad breve, en esta primera parte del libro presento algunos análisis sintéticos para ayudar a entender mejor la actual crisis de ministros paidófilos, en particular sacerdotes, que ha tenido repercusiones mundiales. 

En la segunda parte del libro hago un sencillo análisis de la conducta y estrategias que los líderes autoritarios utilizan para controlar las conciencias de las personas y de cómo logran manipularlas. En esa sección veremos que los pastores y grupos cristianos abusivos tienen doctrinas similares, utilizan casi los mismos métodos y engañan a la gente de la misma manera, casi sin que se den cuenta. En particular, notaremos lo difícil que puede resultar salir de su esfera de influencia y de su sistema de control. Allí haremos un enfoque especial en las doctrinas del autoritarismo, que constituyen una perversión de las enseñanzas cristianas del respeto y la obediencia a las autoridades espirituales. Este punto en específico es muy importante, porque es precisamente el arma favorita de los líderes sectarios para controlar y lograr que la gente se someta incondicionalmente a sus arbitrariedades. Para concluir, examinaremos la enseñanza bíblica correcta sobre la autoridad espiritual, lo que creyeron las iglesias cristianas en la historia, y quedarán correctamente establecidos los límites de la autoridad pastoral según las enseñanzas cristianas. En otras palabras, nos quedará claro hasta donde debemos obedecer a un ministro y cuándo debemos salimos de su esfera de autoridad e influencia. 

Conociendo por experiencia la forma de actuar de los líderes religiosos autoritarios, puedo anticipar que algunos de ellos harán todo lo que puedan por evitar que sus ovejas lean la información que se presenta aquí. Los que no lo prohíban por decreto e imposición, seguramente dirán a sus seguidores que el libro los puede confundir, aun cuando está sumamente claro. Les advertirán alarmados que leer su contenido les puede hacer daño, aun cuando las verdades que presenta han ayudado a miles de personas. Denunciarán que el libro no es bíblico, aun cuando está perfectamente respaldado en las Escrituras. Organizarán pequeños boicots para tratar de presionar a algunas librerías, censurando la libertad de expresión, intentando que no vendan el libro. Habrá también quienes asegurarán que los casos aquí presentados no son nada comunes, sino sólo exageraciones, casualidades aisladas de gente resentida que habla por amargura. Todo esto a pesar de que las estadísticas, la experiencia, y muchos estudios serios, demuestran que los abusos religiosos son bastante comunes y no inventos de gente malintencionada. En fin, algunos líderes religiosos dirán y harán muchas cosas excepto una: impugnar con bases la veracidad de los estudios de casos que presento o refutar el libro por escrito, especialmente en su parte teológica. 

Aun sabiendo las controversias que despertará la publicación de este libro, considero un deber cristiano y humano escribir sobre esta dolorosa e insoslayable realidad que nos atañe de manera especial a los latinos. 

Asumo también que más allá de líderes religiosos en lo particular, este libro va a molestar a algunas organizaciones que no estarán de acuerdo en que se trate este asunto abiertamente. Es de esperarse que aquellos cuyos errores y prácticas dañinas se exponen en este estudio reaccionen así. Lamentablemente hay una tendencia alarmante en el cristianismo contemporáneo a ocultar y a minimizar las cosas que están mal. Se piensa que el exponer las maldades y errores del ministerio dañará irreparablemente la reputación del cristianismo. Yo opino diferente. Pienso que es necesario y urgente sacar a la luz aquello que está oculto, para que las cosas se reformen a fondo y de raíz. El hacer esto no va a destruir la reputación del cristianismo. Por el contrario. Comenzará a limpiar el testimonio cristiano que está siendo ensuciado por seudo-líderes que se esconden detrás del autoritarismo para cometer las acciones más viles. 

Creo sinceramente que es necesario denunciar públicamente las doctrinas torcidas y perversas del autoritarismo religioso que exigen a la gente que obedezca ciegamente a un hombre sólo porque tiene un cargo de líder religioso. Estas enseñanzas destruyen la dignidad y la libertad del ser humano y lo convierten en un títere o en un robot. Pregúnteselo usted a Joanna, una joven universitaria, que como veremos, fue golpeada y manipulada por un líder que se decía ser "ungido de Dios". Pregúnteselo a la familia López, que sufrió cuatro años de explotación económica y fraudes en una congregación en donde una de sus doctrinas favoritas era "al pastor hay que obedecerle en todo". Preguntémosle a María Luisa Montoya y a los niños de una escuela-orfanato del bajío. La primera, una viuda despojada de medio millón de dólares por su sacerdote de cabecera. Los menores, abusados sexualmente por un cura encubierto por sus superiores. Preguntémosle también a los familiares de las víctimas de la secta de David Koresh en Waco, Texas, donde una de las enseñanzas era: "No debes de juzgar a un líder por su conducta".  Preguntémosle a los cientos y cientos que hoy viven confundidos y decepcionados del cristianismo por las escandalosas inmoralidades que han visto, y a los muchos que están callados y atemorizados de salirse de alguna secta autoritaria porque creen que pecarán contra Dios. Finalmente, preguntémosle a Cristo, cuya autoridad es usurpada y echada a un lado por líderes que piden que se les obedezca a ellos en lugar de a Sus enseñanzas y ejemplo. 

Aunque lo expuesto en este libro es una realidad trágica y que a veces asusta, su objetivo no es en ningún momento desanimar a nadie en su búsqueda espiritual. Mi intención es sólo advertir acerca del peligro de caer en manos de un liderazgo corrupto. 

El hecho de que existan pastores abusivos no implica de ninguna manera que todo el cristianismo esté en crisis ni que no existan genuinos líderes que pueden ser ejemplo y ayuda para nuestras vidas. Al contrario. Todos sabemos que así como hay buenos médicos, también los hay malos. Así como hay profesionistas serios, también existen los charlatanes. Lo mismo sucede con los ministros. Lo importante es aprender a diferenciarlos.

Lea también: 

Avivamiento Genuino versus Manipulación de las Emociones

Por Pr. Marcos A. Nehoda


Cada vez que hay un genuino Avivamiento escritural (de acuerdo a la Palabra de Dios) y espiritual (de acuerdo al Espíritu Santo) siempre habrá en paralelo una imitación, un FALSO AVIVAMIENTO producido por el diablo y sus demonios.

Por un lado, no debemos rechazar el Avivamiento genuino; y, por el otro, debemos estar atentos a las estratagemas carnales, las cuales NO provienen del Señor: "... NO SEAMOS NIÑOS fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por ESTRATAGEMA DE HOMBRES que para engañar emplean con astucia las artimañas del error..." (Efesios 4.14).

No es suficiente que una persona hable conforme a la letra de la Palabra de Dios; pues también debemos discernir EL ESPÍRITU del tal: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1° Juan 4.1). 

Infantil de nuestra parte sería APROBAR toda manifestación, para no quedar mal ante los hombres, para no perder prestigio, para no ser considerados unos fariseos, para no ser acusados de faltos de discernimiento. 

¡Al contrario! Una actitud de examinarlo TODO (1° Tesalonicenses 5.21) es la mejor posición, dados los tiempos PELIGROSOS en los cuales vivimos: "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán TIEMPOS PELIGROSOS. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, BLASFEMOS, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; A ÉSTOS EVITA" (2° Timoteo 3.1-5). 

Precisamente, los BLASFEMOS son los que tienen APARIENCIA de piedad, que manipulan las mentes, las emociones, que son egocéntricos, que no aceptan la crítica, que no son humildes para reconocer sus errores, que no admiten corrección, que realizan actos que NO TIENEN SUSTENTO EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS. " ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido".  (Isaías 8.20). 

"... en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, ESCUCHANDO A ESPÍRITUS ENGAÑADORES y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, TENIENDO CAUTERIZADA la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la Verdad" (1° Timoteo 4.1-3). 

Notemos que una de las características de los falsos enseñadores (aunque se atengan a la letra de la Palabra pero no al Espíritu) es EL CONTROL sobre las personas, llegando incluso a prohibir casarse, mandando abstenerse de alimentos que Dios creó, metiéndose si fuese posible en la misma alcoba matrimonial, dictando cuántas veces y de qué forma tener intimidad matrimonial, gobernando y decidiendo sobre las finanzas de los hogares, exigiendo dinero y más dinero, prohibiendo noviazgos y matrimonios, ordenando divorcios y recasamientos y por poco, legislando cuántas veces hay que ir al baño, si tuviesen oportunidad de ello.

¡Cuidado! Porque el culto al hombre es una realidad en Corea del Norte; y estos personajes en nuestro medio evangélico buscan ser honrados y reconocidos como 'siervos del Altísimo' y lanzan improperios y maldiciones contra todo aquel que se atreva a cuestionarlos, acusando a los tales de haber 'blasfemado' contra el Espíritu Santo, lanzando maldiciones como: "Aquí hay personas que han tenido un altercado con el pastor... uno va a caer en cama... al segundo le va a dar parálisis y el tercero tendrá problemas judiciales. Cuando se arrepientan (si se arrepienten), hay que ponerlos en disciplina; pero nunca más ponerlos a predicar, pues ya no son confiables". 

"...mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, NO PRONUNCIAN JUICIO DE MALDICIÓN contra ellas delante del Señor" (2° Pedro 2.11). 

"...cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, NO SE ATREVIÓ a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: EL SEÑOR TE REPRENDA" (Judas 1.9). 

Estos personajes que incluso pudieran ser nuestros hermanos en la fe, pero equivocados o desviados– recaudan cantidades de dinero, desproporcionadas para lo que es una ofrenda de amor. 

Claro está que el obrero es digno de su salario (Lucas 10.7) y que es necesario pagarles el viaje de ida y vuelta y darles un alojamiento y comida, pues sino sería imposible para la mayoría de los obreros poder cumplir con los compromisos en tantas iglesias. Pero, ¡salario de obrero! No salario gerencial. Siervo de Dios no significa Gerente de Dios sino, 'sirviente' del Señor.

Conozco personalmente acerca de un caso, en que el predicador, al regresar a su país, ¡adquirió un hermoso automóvil con el dinero que recaudó por sus prédicas! Pudiera ser que los hermanos, sabiendo cuán modestamente vivía el sirviente del Señor y conociendo la tarea que realizaba en su ciudad, región o país, decidieron hacer un gran esfuerzo para proporcionarle un medio de movilidad propia. Pero esto sería una ofrenda excepcional, no la regla. 

Cuando vemos cómo viven fastuosamente algunos 'siervos' mientras que predican en congregaciones numerosas compuestas por personas de tan bajos recursos, que dan lo que no tienen para 'el siervo', uno se indigna al ver que en no pocos casos esto resulta en un suculento negocio para el pastor anfitrión y para el evangelista huésped. 

Incluso sé de predicadores de sana doctrina que van a ministrar a iglesias que no siguen las saludables enseñanzas bíblicas y que no tienen ninguna intención ni propósito de ajustarse a la Palabra de Dios, y que lo invitan porque saben a ciencia cierta que este hombre reúne multitudes y esto genera grandes recaudaciones de dinero. Uno y otro son 'bendecidos' con el pícaro negocio. Lógico, el de 'sana doctrina' no tocará ni planteará ninguna de las erradas doctrinas de esa iglesia; se dedicará a tratar 'otras' doctrinas erradas que no les afecten a ellos. 

Todo esto es una tela de arañas muy compleja, que muy pocos advierten, pues está muy bien diseñada y disimulada. Como dice la Escritura: "... ESTRATAGEMA de hombres que para ENGAÑAR emplean CON ASTUCIA las artimañas del ERROR" (Efesios 4.14). 

"Las armas del tramposo son malas; TRAMA INTRIGAS inicuas para ENREDAR A LOS SIMPLES con palabras mentirosas" (Isaías 32.7). 

Hace poco me encontré con un hermano y le pregunté por las dudas si asistía a la iglesia en su región (era la primera vez que lo veía y desconocía todo acerca de él). Me respondió. "¡Claro, hermano; eso es lo primero!". Le pregunté entonces: "¿Qué dice en Juan 3.16?". ¡Y no me supo responder! Así los simples, los que afirman que solamente se guían por el Espíritu y que el conocimiento bíblico es cosa de fariseos, estos mismos son lo que después son enredados con palabras mentirosas, hábilmente tejidas por la araña venenosa de la manipulación de las mentes, de las voluntades, de las emociones. 

Ambos extremos SON MALOS: la hipocresía o fariseísmo, de aquellos que no quieren ser enseñados ni exhortados, ni están dispuestos a ser renovados; y la ignorancia emocional, de aquellos que solamente buscan que el jarabe sea rico y no quieren recibir el Mensaje fiel de la Palabra de Dios. 

Muchas veces criticamos a los evangelistas, predicadores y pastores que manipulan y se aprovechan de la ignorancia del pueblo; pero la misma culpa la tiene el pueblo; pues son ellos mismos quienes buscan vivir de emociones y cada vez necesitan potenciar más sus abominables prácticas, para conservar el placer de la excitación. 

"Por tanto, mi pueblo FUE LLEVADO CAUTIVO, porque NO TUVO CONOCIMIENTO; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed" (Isaías 5.13). 

"Para eso tenemos a nuestro pastor, que ha estudiado las santas Escrituras". "No nos ocupamos de saber qué es bueno y qué es malo; mejor no opinar para no caer en el juzgar".

"QUIETO estuvo Moab desde su juventud, y SOBRE SU SEDIMENTO HA ESTADO REPOSADO, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, QUEDÓ SU SABOR EN ÉL, y SU OLOR NO SE HA CAMBIADO (Jeremías 48.11). 

"Me basta con asistir a los cultos lindos... toda la responsabilidad la delego en mi pastor y en los enseñadores que vienen a ministrar". "No leo, no oro, no escudriño, NO DESCONFÍO, NO JUZGO... no me preocupo".

"¡Ay de LOS REPOSADOS en Sion, y de LOS CONFIADOS en el monte de Samaria!" (Amós 6.1). 

"Dios se ocupará de los que hacen y enseñan mal; dejemos todo en las manos del Señor, el cual los juzgará en su momento". "Dejemos que nos asalten, y roben todos los muebles de nuestro hogar y vacíen nuestras cuentas y bolsillos; e incluso, que violen a nuestro cónyuge e hijos; en algún momento la policía y los jueces los juzgarán".

"Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la Palabra CON TODA SOLICITUD, ESCUDRIÑANDO cada día las Escrituras PARA VER SI ESTAS COSAS ERAN ASÍ" (Hechos 17.11). Los hermanos bereanos habían escuchado nada menos que al apóstol Pablo. Sin embargo, aunque escucharon atentamente y con la mejor buena voluntad, luego fueron a sus casas y escudriñaron en las Escrituras, para comprobar que la enseñanza dada por el apóstol estaba en consonancia con las Escrituras. 

¿Qué diríamos hoy si los hermanos de Berea hicieran tal cosa en nuestra época? "¡No sean insolentes! ¡No blasfemen contra el Espíritu Santo! ¡No desconfíen de los siervos de Dios! ¡No se hagan los teólogos hipócritas y fariseos!".

El Señor Jesucristo dijo de Juan el Bautista: "Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz" (Juan 5.35). 

Notemos dos características en Juan el Bautista: ANTORCHA QUE ARDE Y ANTORCHA QUE ALUMBRA. 

Por un lado, seamos luces que iluminan la saludable enseñanza bíblica y lo testifican con sus propias vidas. Y por el otro, seamos antorchas llenas del fuego del Espíritu Santo, que lleven calor espiritual a las almas necesitadas.

¡Dios NO quiere que alumbremos con la luz fría de la linterna! Dios quiere que seamos antorchas ardientes; pero que iluminemos de veras y no llenemos de humo las mentes y los corazones de los necesitados. 

Si desea ponerse en contacto con el autor de este escrito, puede contactarlo aquí.

Libro: Pastores que Abusan – Parte II

Cómo Reconocer a los Pastores Abusivos

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Hasta aquí hemos estudiado distintos casos de la vida real, de personas que fueron víctimas de líderes religiosos autoritarios. Como expliqué en un principio, se escogieron estas historias con toda intención ya que son representativas de lo que les sucede a miles de personas cada año. 

Es conveniente en este momento hacer un alto y subrayar algunas conclusiones importantes. 

En los capítulos anteriores aprendimos que existen pastores, sacerdotes y líderes religiosos que tienen una obsesión por que se les obedezca ciegamente. Reclamando ser representantes de Dios, hay algunos que aun se atreven a pedir que sus seguidores violen lo mismo las leyes divinas que las humanas. Para lograr que la gente haga esto, utilizan al igual que las sectas destructivas, las doctrinas del autoritarismo hasta que provocan una especie de lavado de cerebro en sus oyentes. Este tipo de líderes frecuentemente se niegan a ser cuestionados en cuanto a sus conductas personales, aunque imponen a otros estrictas reglas morales. Se suelen volver agresivos, cínicos y aun peligrosos cuando alguien decide desobedecer sus caprichos o no accede a ser explotado. Hemos visto también que este tipo de liderazgo se puede encontrar prácticamente en cualquier organización. Puede ser en un grupo independiente como fue en el caso de Joanna; en una denominación con costumbres tradicionalistas como le sucedió a la familia López, en una iglesia católica como le sucedió a María Luisa, o en una secta aberrante como la de David Koresh, en Waco, Texas. 

A continuación queremos hacer algunas preguntas importantes, ¿qué tipo de persona es el líder autoritario?, en otras palabras: ¿Cómo los podemos reconocer? ¿Cuál es el perfil de estos tiranos disfrazados de pastores? El otro cuestionamiento, ya parcialmente respondido es éste: ¿Quiénes pueden llegar a caer en sus manos? ¿Qué tipo de personas son propensas a ser sus víctimas? 

La respuesta al primer punto es que no hay un perfil definido para reconocer a estos pastores. Suelen ser muy distintos entre sí y tener pocas cosas en común. Por ejemplo, la familia López de la "Iglesia de la Fe en Dios" estaba bajo el liderazgo de un hombre, que como vimos, era el clásico pastor denominacional. Era un dirigente casado, de edad madura, de aspecto serio, educado, con carácter fuerte y don de mando. Su trato con la gente era seco y en general se apegaba fielmente a los credos y principios tradicionalistas de su denominación. Normalmente se mostraba formal tanto en sus enseñanzas como en organizar sus programas de actividades religiosas. 

Sin embargo, Joanna se encontró con un líder muy diferente, pero que resultó ser tan dañino o peor que el anterior. Era un adulto joven de aspecto sano, carácter muy dulce, inteligencia notable y con una sonrisa que podía desarmar a cualquiera. Aparentemente poseía un conocimiento de la Biblia admirable y hablaba mucho del amor de Dios. En su aspecto, según la opinión de varias ex-miembros de "Nuevo Amanecer", parecía ser una persona sumamente espiritual, sensible y con una gran preocupación por el bienestar de sus ovejas. Él no tenía lo que podríamos llamar un carácter impositivo o "fuerte". Más bien era el tipo de persona que te podía llevar a hacer lo que él quisiera por medio de sus palabras amables y cargadas de emocionalismo. Era un manipulador profesional de los sentimientos. 

En cambio, el tristemente célebre David Koresh se sale de los dos estereotipos anteriores. Tanto su manera de vestir como de vivir eran bastante descuidadas. Utilizaba el pelo crecido hasta el hombro y usaba ropa informal. Su lenguaje, aun al predicar, a veces caía en lo vulgar. Sus enseñanzas no tenían un enfoque especial en el amor ni tampoco estaban basadas en un credo denominacional. No había tradiciones, ni rituales, ni nada parecido. Su énfasis estaba en las enseñanzas apocalípticas y las "revelaciones personales". Era adicto al rock, a las películas de violencia y a coleccionar rifles. Su estilo de vida proyectaba una imagen de promiscuidad y rebeldía contra todo. No era el típico pastor. Era totalmente diferente en su manera de ser a los líderes autoritarios anteriores, pero su estilo resultaba atractivo para cierta audiencia. 

El padre Luis Parra, por otra parte, era un sacerdote de edad madura, seco, que oficiaba misa fielmente de acuerdo a los preceptos ortodoxos del catolicismo. Le gustaba relacionarse con gente influyente, pero parecía también un hombre versado en la caridad al cuidar de una anciana en su vejez, mostrando interés en ayudarla a administrar sus propiedades. Cuando le hubo saqueado todos sus bienes emergió su verdadero carácter. Su inhabilidad para mostrar empatía con su víctima y pesar por sus acciones, su prepotencia así como el cinismo con que se expresaba de la viuda agraviada, son rasgos sociopáticos magnificados. Esto es en parte consecuencia del gran respaldo institucional con que contaba para delinquir. Luis Parra se sabía protegido y eso lo hacía más dañino y peligroso. 

En resumen, los malos líderes religiosos pueden ser muy distintos unos de otros. 

Obsesión por Controlar 

Si queremos identificar a los pastores abusivos tenemos que aprender esta lección: No nos guiemos por las apariencias externas pues puede tratarse de cualquier persona, en especial del tipo en que todo se ve bien por fuera. Para aprender a reconocerlos tenemos más bien que conocer qué tienen en común. 

Sin importar doctrinas, denominación, iglesia, rito, secta, o estilo de predicación, la característica inconfundible de los líderes autoritarios es ésta: ejercen un fuerte control sobre sus congregantes para sacar provecho personal. En otras palabras, tienen una mentalidad tendiente a dominar y manipular la conciencia de la gente para obtener algo de ella. Los líderes autoritarios, aunque sean distintos en carácter o en apariencia, siempre tienen esto en común y con tal de controlar a la gente utilizan todo tipo de trucos. Manipulan la conciencia, las creencias, las expectativas, las necesidades y en especial la Biblia. Manipulan los sentimientos, las emociones y el respeto que sus seguidores sienten hacia ellos. Este espíritu o mentalidad de control no es un pequeño defecto de carácter o algo que se hereda o que se adquiere por contagio o accidente. Es más bien la consecuencia de una vida de egocentrismo perverso. 

Jeroboam y el Rey Saúl 

La Biblia nos muestra ejemplos de esta obsesión por controlar a la gente en las vidas de líderes religiosos como Jezabel, el rey Saúl y Jeroboam. 

Saúl, un dirigente del pueblo de Israel, tenía obsesión de ser siempre el más importante (1 Samuel 15:12; 15:30; 18:6-8). Tenía tanto miedo de perder su posición que vivía en una constante preocupación. Eso lo llevó a implantar un opresivo sistema de gobierno sobre el pueblo de Dios para vigilar que nadie fuera a llegar a ser tan popular como él (1 Samuel 18:9-12; 19:1; 20:30-33; 22:17-18). 

Jeroboam, por su parte, creó un sistema religioso para controlar a las multitudes y seguir teniendo la posición cómoda y próspera de un rey. Así tendría ganancias económicas, un trato especial y poder (1 Reyes 12:26; 28-33). La avaricia y el materialismo del pastor Jeroboam lo llevaron a ejercer un autoritarismo tan fuerte que aun agredió y persiguió a gente justa e inocente (2 a Crónicas 13:8-9). 

Este tipo de control autoritario es egoísmo en su máxima expresión. Es el hombre queriéndose hacer como Dios, al exigir obediencia absoluta. 

Jesús no Tenía una Obsesión por Controlar 

En contraste con todo esto, vemos que Cristo, siendo el Hijo de Dios, no tuvo un espíritu de control; aun cuando en una ocasión vio que varios de sus discípulos se iban, no los persiguió ni los amenazó. Tampoco montó una campaña de difamación en su contra para oprimirlos y hacerlos volver al redil. Es más, aún preguntó a Pedro y a los pocos que le quedaban, si también ellos se querían ir. 

Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? (Juan 6:66-67).

Jesús tampoco actuaba como tirano ni manipulaba los sentimientos de la gente para extraerle dinero. No estaba cada dos semanas diciendo a sus discípulos que él era la autoridad. No tenía necesidad, pues los discípulos lo sabían. La autoridad de Cristo venía del servicio, del amor desinteresado y de la unción que había sobre su vida (Mateo 20:25-28; Juan 15:12-13; Hechos 10:38). Aunque él instruía, corregía y mantenía una disciplina entre los discípulos, siempre les enseñó que las Escrituras y el Padre eran la máxima autoridad espiritual (Mateo 16:23; Juan 14:28; 5:39).

Es fácil ver por qué los líderes y grupos autoritarios siempre tienen que estar adoctrinando casi hasta el punto de la obsesión a sus pupilos diciéndoles que tienen que estar sujetos a ellos y que ellos son los "ungidos" de Dios. Es porque simplemente no tienen ninguna autoridad espiritual y eso se nota. Por eso tienen que convencer a sus iglesias casi cada semana de que les hagan caso. 

El Origen del Espíritu de Control 

¿Qué razones puede tener un líder espiritual para querer controlar a las personas? Existen muchas, pero todas se resumen en una: satisfacer algún deseo egoísta. En el caso de David Koresh era obvio que anhelaba dos cosas: placer sexual a toda costa y tener la preeminencia. El manipuló a la gente hasta lograr exactamente eso. Al final, pudo tener relaciones sexuales con muchas mujeres de su grupo y su rebaño le sirvió como plataforma para centrar en sí mismo la atención pública mundial. El origen de su autoritarismo eran la lujuria y el orgullo. 

Tanto en el caso del sacerdote Luis Parra como en el caso de Samuel y su esposa en la Iglesia Betania, el móvil del liderazgo para ejercer control era más fácil de identificar. Simple y sencillamente era avaricia. En este último caso, el plan era obtener dinero a cualquier costo y para eso se utilizaban la manipulación y la presión grupal. Lo mismo les sucedió a la señora López y a su familia en su denominación apostólica. El "pastor" y su esposa eran increíblemente voraces y materialistas. Tanto que se atrevieron a construir una casa para uso personal con las ofrendas que habían estado levantando entre indígenas mayas pobres para supuestamente construir un templo. Cuando la señora López y su hermana Elizabeth decidieron no seguir siendo cómplices de estas fechorías, fueron ferozmente perseguidas y difamadas porque eran un obstáculo para lograr estos fines. Volviendo al sacerdote Luis Parra, vemos también, además de una voracidad profana, la misma reacción de persecución feroz contra las víctimas. En ambos ejemplos, la persecución contra los agredidos tenía dos fines. Uno psicológico y otro pragmático. Al "satanizar" a quien se ha agraviado, el líder explotador intenta aliviar el cargo de conciencia tratando de pensar que de alguna manera, la víctima era "mala" y merecía haber sufrido. Pero sobre todo, se persigue a la víctima para intimidarla y que no denuncie los hechos. De esa manera, los pastores que abusan tratan de evitar tener consecuencias por sus acciones y seguir con su reputación intacta para poder explotar a otros impunemente. 

El Nuevo Testamento, en 3 Juan 9-11, nos narra la historia de un líder de la Iglesia, llamado Diótrefes, un sujeto que expulsaba a los congregantes que no se sometían a sus caprichos. El también difamaba a los que se oponían a sus maldades enseñoreándose de la Iglesia. ¿Por qué actuaba así? El apóstol Juan nos dice en el versículo 9 que a Diótrefes le gustaba "tener el primer lugar" en la congregación. Su pecado y motivación eran la vanidad. 

También existen dirigentes de sectas, a quienes el orgullo los mueve a controlar a otros. Quieren ser considerados "exitosos" por la sociedad y eso implica que deben tener una congregación lo más grande posible. Si por alguna razón una persona o familia decide en un momento dado dejar de asistir a su organización, eso hará que por consecuencia haya menos gente. Es más, eso puede provocar también que otros sigan el mismo ejemplo y se vayan. Eso significará menos congregantes, y ante los ojos de sus seguidores y de las demás iglesias menos éxito. Un liderazgo orgulloso no puede soportar eso y por lo general recurrirá a implantar un sistema tiránico para retener a las personas y lograr a como dé lugar que la gente que se fue, regrese. En estos casos se ha visto que el espíritu de control empezará a operar inmediatamente. La doctrina de "eres un rebelde si no me obedeces" hará su aparición y comenzarán las manipulaciones, la presión grupal, y el miedo infundido por medio de amenazas religiosas. Quizá se recurrirá también a difamar y ensuciar la reputación de aquellos que se fueron para que a lo menos la gente no siga su ejemplo. Normalmente, los pastores que buscan el éxito a toda costa recurrirán a lo que sea con tal de no perder adeptos y disminuir su popularidad. 

No es necesario complicarnos buscando demasiadas causas o porqués de la obsesión que algunos líderes tienen por controlar. La Biblia, el libro por excelencia sobre la conducta humana, enseña a través de incontables y gráficos ejemplos que la causa de que existan líderes religiosos autoritarios será por lo general: sexo, dinero, poder, orgullo, fama, etcétera.

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