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domingo, 16 de julio de 2023

Video: ¿Qué es el Rapto? – Pr. Billy Crone

 

Segmento de la Conferencia Hasta que Él Venga, que se llevó a cabo el 1 de julio en la Iglesia Calvary Chapel de Rosarito, México.

Pr. Billy Crone — Pastor Principal de la Iglesia Bíblica de Sunrise, en Las Vegas. También es el fundador del Ministerio Get a Life.

Vea también:

Video: La Marca de la Bestia – Pr. Brandon Holthaus

Video: ¿Por Qué Estudiar la Profecía Bíblica? – Pastor Tom Hughes

martes, 4 de julio de 2023

Conferencia Sobre Profecía Bíblica 2023: Hasta Que Él Venga

Esta conferencia se llevó a cabo el 1 de julio en la Iglesia Calvary Chapel de Rosarito, México. Los expositores fueron:

Pr. Tom Hughes — Pastor Principal en la Iglesia 412 en San Jacinto, California. También es el anfitrión del programa Hope For Our Times (Esperanza Para Nuestros Tiempos). 

Pr. Brandon Holthaus — Pastor Principal de la Iglesia Rock Harbor Church Bakersfield, en California.

Pr. Billy Crone — Pastor Principal de la Iglesia Bíblica de Sunrise, en Las Vegas. También es el fundador del Ministerio Get a Life.

Les dejo los marcadores de tiempo donde podrán ver cada sermón:

Por Qué Estudiar la Profecía Bíblica, Pr. Tom Hughes — 10:30

La Marca de la Bestia, Pr. Brandon Holthaus — 1 hora, 29 minutos

¿Estás Listo para el Rapto?, Pr. Billy Crone — 2 horas, 35 minutos

martes, 12 de abril de 2022

El Tiempo Está Cerca (Parte 3 de 3)

Por Tim Moore

¿Por Qué las Señales de los Tiempos?

A veces hablamos del “qué” de las señales de los tiempos sin considerar el “por qué”. En otras palabras, ¿por qué Dios nos dijo que habría señales a vigilar que apuntan a la segunda venida de Jesús? Creo que hay tres razones:

1. Él no nos permite saber el día ni la hora, pero quiere que reconozcamos la época de Su regreso.

Jesús reprendió rotundamente a la gente de su época por no reconocer las señales de los tiempos (Mateo 16:2-3); Ofreció numerosas señales que nos señalan hacia la época de Su regreso.

2. Mientras trabajamos diligentemente para el Maestro mientras Él está ausente (Mateo 25:14-23), el darnos cuenta de que Él regresará pronto debería motivarnos a redoblar nuestros esfuerzos, compartiendo el evangelio e instando a las personas perdidas a huir de la ira venidera. 

Pablo instó a la Iglesia en Roma — y por extensión a todo seguidor de Jesucristo —a “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La noche está avanzada, y se acerca el día” (Romanos 13:11-14).

3. No quiere que los perdidos caigan en el olvido eterno sin una mayor conciencia del cataclismo que les espera.

Dios envía advertencias antes de que se derrame Su ira — como lo hizo en los días de Noé, a Sodoma y Gomorra, y a Nínive; en los tiempos del fin un ángel del Evangelio volará sobre la tierra clamando: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:7).

Mente Celestial y Bien Terrenal

En este momento, incluso aquellos sin la presencia del Espíritu Santo pueden discernir que algo anda terriblemente mal en el mundo. Sus corazones son como tierra arada, lista para recibir semilla. Nuestro propio discernimiento de los Señales de los Tiempos no debe inspirar ansiedad, frustración y miedo, sino más bien motivarnos a plantar, regar, fertilizar y correr — haciendo discípulos de todas las naciones.

Debemos alabar al Señor porque Él nos llama a cada uno de nosotros para servir de una manera, en un lugar y un momento en que nuestros dones y talentos pueden traerle gloria.

Pero, en un sentido más amplio, nuestro reconocimiento de las Señales de los Tiempos debería motivarnos a todos a darnos cuenta de que el tiempo se está acortando. Si el Rey realmente viene — pronto, y muy pronto — entonces nuestras vidas deben orientarse en torno a esa gloriosa verdad.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Original article:
The Time is Near

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

martes, 5 de abril de 2022

El Tiempo Está Cerca (Parte 2 de 3)

Por Tim Moore

¿Qué Ha Cambiado?

Los cristianos discernientes reconocieron hace cien años que el mundo estaba en la cúspide de eventos calamitosos con significado profético; Hal Lindsey, Tim LaHaye, David Reagan y otros enfatizaron las señales de los tiempos que apuntan a la venida del Señor a partir de las décadas de 1970 y 1980. Los cristianos durante 2,000 años han anticipado el Rapto de la Iglesia, algún día. ¿Qué ha cambiado?

Lo que ha cambiado es la culminación de los señales.

Hoy, todas las diversas señales están aumentando en frecuencia e intensidad. Eso es mediblemente cierto en el ámbito de las señales naturales. Las tormentas y otros desastres naturales ocurren con mayor frecuencia y tienen un mayor impacto en la vida humana. Las sociedades se están desintegrando ante nuestros ojos, con el antiguo Occidente cristiano precipitándose hacia el humanismo secular poscristiano. Los signos espirituales, tanto positivos como negativos, se están multiplicando. Las naciones del mundo se encaminan hacia el alineamiento antiisraelí predicho en la profecía bíblica. La tecnología ha avanzado hasta el punto de que las terribles y fantásticas advertencias distópicas que se ofrecen en Apocalipsis son factibles hoy en día.

Y, superando todo eso, la presencia de Israel en el escenario mundial — y el creciente aislamiento y animosidad que está experimentando de la comunidad de naciones — cumple la profecía de Jesús de la higuera maldita.

Él Está Cerca, a las Puertas

Algunos consideran que Jesús expulsando a los cambistas del Templo es el incidente más dramático para nuestro manso y humilde Señor. Pero el incidente que parece mucho menos característico es la maldición de Jesús a una higuera que no estaba dando fruto (Mateo 21:18-19a y Marcos 11:12-14). Marcos insiste en registrar que no era la temporada de los higos. Seguramente Jesús lo sabía. ¿Por qué esperar que un árbol dé frutos fuera de temporada? ¿Y por qué maldecirlo por existir simplemente de acuerdo con su propia naturaleza? Incluso los discípulos parecían sorprendidos de ver el árbol marchitarse tan dramáticamente (Mateo 21:19b-22 y Marcos 11:20-22).

Jesús claramente estaba haciendo un punto a sus discípulos. En ese momento enfatizó la soberanía de Dios y el poder de la oración. Más tarde, sin embargo, les ofreció a ellos — y a nosotros — una perspectiva sobre los tiempos del fin. Durante una descripción extensa de Su segunda venida prometida, Jesús dijo: “Ahora aprended la parábola de la higuera; cuando su rama ya se ha puesto tierna y echa sus hojas, sabéis que el verano está cerca; así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, reconoced que Él está cerca, a las puertas” (Mateo 24:32-33).

Israel es esa higuera, como se demuestra repetidamente en la profecía bíblica (Oseas 9:10; Jeremías 8:13; Jeremías 24; y Miqueas 4:4). Fue maldecido, desechado y exiliado por un período prolongado porque no dio mucho fruto — aunque aún no había llegado el momento de que diera mucho fruto. Pero, tan sólo en los últimos 75 años, Israel se ha vuelto tierno y ha brotado hojas nuevas. Se acerca el verano y se promete una abundante cosecha de frutos.

El punto para nosotros es que esta señal primordial — el restablecimiento de Israel, su recuperación de su antigua capital de Jerusalén, la creciente animosidad del mundo que conducirá a una abierta hostilidad contra Israel (llevándolo al final de sí mismo y hacia los brazos de Dios) — nos dice que Él está cerca, justo a las puertas.

La Luz Brilla en la Oscuridad

Al principio, la primera declaración creativa de Dios fue: “Hágase la luz” (Génesis 1:3). Su luz atravesó la oscuridad y fue buena.

Juan abrió su relato del Evangelio señalando hacia el principio. Él escribió: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios” (Juan 1:1-2). Sabemos que Jesús es la Palabra, la Persona manifiesta de Dios. Juan nos dice que: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:4-5).

El mundo hace 2,000 años era un lugar oscuro. El Canon de las Escrituras, tal como lo conocemos, había cerrado con Malaquías, el profeta que terminó su libro con las ominosas palabras, “y herirá la tierra con maldición” (Malaquías 4:6). Esa frase puso fin a un pasaje profético de esperanza. Dios prometió enviar al “profeta Elías antes que venga el día del Señor, grande y terrible” (Malaquías 4:5), pero el pueblo judío que vivía bajo la opresión romana, seguramente sintió que su tierra había sido herida por una maldición.

En medio de esa hora oscura, Simeón y Ana vivían expectantes. Estaban buscando al Mesías del Señor — y se dieron cuenta de una gran bendición cuando pudieron conocer y abrazar a Jesús cuando era un bebé. El Espíritu Santo le había revelado a Simeón que “no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor” (Lucas 2:26).

De manera similar, mientras Jesús yacía en la tumba, los discípulos no estaban llenos de esperanza. Estaban abatidos y consternados. Su mundo se había hecho añicos y no estaban seguros de cómo proceder. Pero cuando Jesús resucitó, sus ojos estaban abiertos y entendieron Su victoria sobre las tinieblas y la muerte. Una vez que fueron llenos del Espíritu Santo, fueron inspirados a vidas de servicio dedicado — llenos de expectativas, incluso entonces, de que Jesús regresaría. Nuestra próxima celebración del Día de la Resurrección nos recuerda esa victoria y señala la promesa de nuestra propia resurrección en el Rapto de la Iglesia.

Vivimos en otra era cuando la oscuridad ha descendido sobre la tierra. La opresión está aumentando y la esperanza está disminuyendo. Pero los cristianos no están sujetos a la oscuridad ni consignados a la desesperanza. Ya conocemos a la Bienaventurada Esperanza; ya tenemos la Luz de la vida (Juan 8:12). Pablo es tan audaz como para decir: “Vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día [del Señor] os sorprenda como ladrón; porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día” (1 Tesalonicenses 5:4-5a). Su mensaje claro es que debemos discernir las señales de los tiempos que apuntan al pronto regreso de Jesús.

En la tercera y última parte, exploraremos por qué Dios ha proporcionado señales que debemos vigilar, que apuntan a Segunda Venida de Jesús.

Lea la parte 1 aquí

Original article:
The Time is Near

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

lunes, 28 de marzo de 2022

El Tiempo Está Cerca (Parte 1 de 3)

Por Tim Moore

Las tormentas y los cataclismos naturales se están multiplicando. Los rumores de guerra están aumentando — en Europa, en el Medio Oriente y el Lejano Oriente. El cristianismo está decayendo en Occidente, y expandiéndose en naciones anteriormente hostiles. Israel está cada vez más amenazado y aislado.

Para cualquiera que tenga ojos para ver y oídos para oír, las señales de los tiempos están clamando que el fin está cerca. La cacofonía crece día a día.

Sería fácil preocuparse por las señales mismas. Algunos observan las tendencias políticas y quieren responder políticamente. Otros perciben las amenazas inherentes en las tecnologías emergentes y quieren desconectarse del mundo. Si bien el Señor motiva a diferentes personas a servir en diferentes capacidades (aplicando sus dones para ser sal y luz en diferentes esferas), baste decir que un enfoque equilibrado probablemente sea sabio. Incluso cuando discernimos el significado de las señales, la pregunta sigue siendo: ¿Estoy consumiendo las noticias o las noticias me están consumiendo a mí?

La Urgencia de Nuestro Mensaje Central

La misión principal del Ministerio Cordero y León es proclamar el pronto regreso de Jesucristo. Ése ha sido nuestro propósito rector durante 42 años. En todo caso, la importancia oportuna de nuestro mensaje central sólo se ha vuelto más urgente.

Creemos que Jesús está a las puertas del cielo, esperando que su Padre diga: “Ve y trae a Tu Novia”. Cuando eso suceda, sonará una trompeta y Él irrumpirá para reunir a Sus escogidos de los cuatro ángulos de la tierra. En un abrir y cerrar de ojos, seremos arrebatados para encontrarnos con Él en el aire. Nuestros cuerpos mortales se transformarán instantáneamente en cuerpos glorificados e imperecederos, tal como lo tenía Jesús después de Su resurrección. Y volveremos al cielo con nuestro Novio para disfrutar de las bodas del Cordero.

Una cosa es aceptar intelectualmente la verdad de esas promesas. Pero otra cosa es que la anticipación de su cumplimiento desborde nuestro corazón, mente y espíritu.

Un Linaje de Expectativa Fiel

Las señales en sí mismas son importantes, pero sólo en la medida en que nos advierten de lo que está por venir. Por lo tanto, no queremos fijarnos en las señales en sí mismas en lugar de centrarnos en el evento — o la Persona — a la que apuntan. Alternativamente, podemos quedar tan atrapados en la rutina de la vida diaria, que ni siquiera reconocemos las señales que se multiplican.

Creo que vale la pena mirar hacia atrás en el tiempo para comprender cómo las generaciones anteriores de cristianos percibieron las señales que apuntaban al regreso de Jesús. Sabemos que hace casi 2,000 años, los escritores del Nuevo Testamento compartían la expectativa de que Jesús podría regresar muy pronto. Su anticipación no los distrajo de la comisión de predicar el Evangelio, o de extenderlo a tribus y naciones alejadas de Israel. De hecho, su urgente esperanza en realidad sirvió para motivar su dedicado servicio. Por eso Pablo viajó por Asia Menor y deseaba ir a Roma. Es por eso que el incrédulo Tomás se dirigió hacia el Este, a la India, para proclamar allí las Buenas Nuevas.

Los seguidores de Cristo, que obtuvieron y leyeron las Escrituras por sí mismos a lo largo de la Edad Oscura (cuando la propiedad privada de la Biblia estaba prohibida y la traducción se consideraba un delito capital), se dieron cuenta de que la promesa del regreso de Jesús está intrínsecamente vinculada al mensaje del Evangelio. Cualquiera que crea en el testimonio consistente de la Biblia —“leer y prestar atención” a las palabras de Apocalipsis— entiende que Él viene pronto.

En los últimos años, comencé a coleccionar libros y tratados de principios del siglo pasado. Hace poco más de 100 años, los cristianos fieles estaban entusiasmados con lo que sabían que sucedería relativamente pronto en la historia humana. Antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial, los autores cristianos intuían que las señales proféticas se estaban multiplicando.

A principios del siglo pasado, muchos escritores cristianos testificaron de una anticipación cada vez mayor del cumplimiento de las antiguas promesas de Dios. Varios expresaron la creencia de que Dios de alguna manera motivaría al pueblo judío a regresar a su antigua patria. Aunque los judíos estaban dispersos por todo el mundo e integrados en lugares como Francia, Alemania, Polonia y Rusia, previeron un momento en que la diáspora judía clamaría por volver a casa — porque eso es lo que predijo Ezequiel. Su fe no se vio empañada por la inverosimilitud de resucitar un Estado judío en medio de un mundo musulmán hostil — o la posesión de Tierra Santa por parte de un califato basado en Turquía. Simplemente aceptaron la Palabra del Señor y buscaron el cumplimiento final de todas sus promesas.

En su folleto, The Coming Dictator and Is Jesus Coming Back? (El Dictador que ha de Venir y ¿Volverá Jesús?, publicado en 1934), William Edward Biederwolf describió la venida del anticristo y su anticipación del pronto regreso de Jesús. Citó a Henry Alford, renombrado erudito griego de la Universidad de Cambridge y decano de Canterbury, quien escribió: “La mayoría, tanto en número como en aprendizaje e investigación, adopta el advenimiento premilenial, siguiendo, según me parece, el sentido claro e innegable del texto sagrado de la Biblia misma”.

William E. Biederwolf

Russell I. Humberd fue otro escritor prolífico que percibió que estaba viviendo en la cúspide de los eventos proféticos anticipados por mucho tiempo por los cristianos fieles. Su folleto de 1934, God’s Man and Satan’s Man in Final Conflict (El Hombre de Dios y el Hombre de Satanás en el Conflicto Final), contiene esta palabra de testimonio: “Si estamos viviendo en los tiempos postreros (y estoy convencido de que así es), entonces pronto podemos esperar que los judíos regresen a [la Tierra Prometida] y moren seguros todos ellos”.

Russell I. Humberd

Humberd continuó ofreciendo otra perspectiva: “Los reyes pueden discutir, escribir cartas y enviar notas, pero lo último que hacen, antes de la batalla, es llamar a sus embajadores. Durante muchos siglos, Dios ha tenido Sus embajadores en la Tierra, llamando a los hombres a “Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20). Pero justo antes de que la contienda salga a la luz, Dios llamará a sus embajadores a casa”.

¡Qué maravillosa ilustración! Ciertamente estamos llamados a servir como embajadores — los que todavía se llaman ministros en la jerga diplomática — aquí en el mundo. Pero nuestro Rey que pronto regresará vendrá a llevarnos a casa antes de que Su ira se derrame sobre la tierra. Hasta entonces, debemos ocuparnos de Sus asuntos día tras día.

Los últimos años demuestran que la amenaza de un próximo dictador, que Bidderwolf previó en 1934, se avecina nuevamente. Sin seguir el rastro del conejo de los protocolos Covid y el control gubernamental severo, la realidad innegable es que muchos cambiarían sus libertades por la seguridad percibida que ofrece una autoridad central. Ya sea político, científico o médico, hemos aprendido que la benevolencia en autoridades tan exaltadas es rara y efímera, incluso cuando se puede encontrar.

No hay nada nuevo bajo el sol.

En la segunda parte, exploraremos qué ha cambiado.

Original article:
The Time is Near

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

miércoles, 23 de febrero de 2022

Del Editor

Por Tim Moore    

¿Cuál es la cita más importante en su calendario personal? ¿Una visita al médico? ¿El cumpleaños de un hijo o un nieto? ¿Una reparación del auto?|

Todos nos hemos dado cuenta, al final de un día ajetreado, de que lo urgente a menudo deja de lado lo verdaderamente importante. Claro, se cumplieron las tareas urgentes, pero lo que realmente importaba se pospuso para otro día menos ocupado. Lo frustrante es que un día menos ocupado puede ser difícil de alcanzar.

Harry Chapin capturó esta verdad en su canción, “Cat’s in the Cradle”. Si no priorizamos el tiempo con nuestros hijos mientras son pequeños, crecerán para ser como nosotros — demasiado ocupados para hacer tiempo para nosotros.

Como cristianos, a cada uno de nosotros se nos han dado talentos y dones para usarlos para la gloria de Dios, y tareas para cumplir. El mandato de compartir el Evangelio y hacer discípulos es importante y urgente.

Miqueas fue un profeta para Israel y Judá en una época de relativa paz y gran prosperidad. Reconoció que, en medio de la riqueza material, había una creciente pobreza espiritual. Y, predijo un desastre venidero para ambas naciones. Se podría pensar que Miqueas habría organizado un movimiento de base para hacer que las naciones judías volvieran a ser grandes. En cambio, su mensaje se centró en lo que era más importante — el corazón individual. Él dijo: “[Dios] te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti el SEÑOR? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios” (Miqueas 6:8).

Abordaremos la distinción entre hacer y ser más adelante en esta revista. Miqueas también testificó proféticamente de la anticipación que inspiró su fe y lo animó a lo largo de su vida: “Pero yo miraré al SEÑOR; esperaré en el Dios de mi salvación” (Miqueas 7:7).

Jesús viene pronto. La promesa de esa esperanza es a la vez urgente e importante. Pronto, todo el ajetreo que llena nuestras vidas cesará. Cuando suene la trompeta, seremos arrebatados para recibir al Señor en el aire. En un abrir y cerrar de ojos seremos transformados, y se nos darán cuerpos glorificados e inmortales.

Oramos para que esta edición del Farolero avive su entusiasmo por la importancia y la urgencia de nuestra próxima cita en el calendario profético: el Rapto de la Iglesia. Porque cuando estemos reunidos con nuestro Señor, realmente la pasaremos bien — entonces y para siempre. 

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

jueves, 2 de septiembre de 2021

50 Argumentos a Favor del Pretribulacionismo – Conclusión

 Por Dr. John F. Walvoord

Contrastes entre el Rapto y la Segunda Venida

39. En el momento del Rapto, los santos se encuentran con Cristo en el aire, mientras que en la Segunda Venida Cristo regresa al Monte de los Olivos para encontrarse con los santos en la tierra.

40. En el momento del Rapto, el Monte de los Olivos no cambia, mientras que en la Segunda Venida se divide y se forma un valle al este de Jerusalén (Zac. 14:4–5).

41. En el Rapto, los santos vivos son trasladados, mientras que ningún santo es trasladado en relación con la Segunda Venida de Cristo a la tierra.

42. En el Rapto los santos van al cielo, mientras que en la Segunda Venida a la tierra los santos permanecen en la tierra sin ser trasladados.

43. En el momento del Rapto, el mundo no es juzgado y continúa en pecado, mientras que en la Segunda Venida el mundo es juzgado y la justicia se establece en la tierra.

44. El traslado de la Iglesia se describe como una liberación antes del día de la ira, mientras que la Segunda Venida es seguida por la liberación de aquellos que han creído en Cristo durante la Tribulación.

45. El Rapto se describe como inminente, mientras que la Segunda Venida está precedida por señales definidas.

46. El traslado de los creyentes vivos es una verdad revelada sólo en el Nuevo Testamento, mientras que la Segunda Venida, con sus eventos concomitantes, es una doctrina prominente de ambos Testamentos.

47. El Rapto concierne sólo a los salvos, mientras que la Segunda Venida trata tanto de los salvos como de los no salvos.

48. En el Rapto, Satanás no está atado, mientras que en la Segunda Venida Satanás es atado y arrojado al abismo.

49. Ninguna profecía incumplida se interpone entre la Iglesia y el Rapto, mientras que muchas señales deben cumplirse antes de la Segunda Venida.

50. Ningún pasaje que trate de la resurrección de los santos en la Segunda Venida menciona el traslado de los santos vivos al mismo tiempo.

La bienaventurada esperanza del regreso del Señor por Su iglesia es un aspecto precioso de fe y expectativa. Si bien los santos eruditos y devotos no siempre han estado de acuerdo en cuanto al contenido de esta esperanza, la presente discusión ha intentado justificar este importante aspecto de la verdad. Que la promesa de nuestro Señor: “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14: 3) nos brinde consuelo y esperanza en un mundo moderno, como estaba previsto para los discípulos en el aposento alto, en esa noche oscura antes de la crucifixión. “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven...El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve” (Ap. 22:17, 20).


El 6 de febrero de 1953, John F. Walvoord fue investido como segundo Presidente del Seminario Teológico de Dallas.

El Dr. John F. Walvoord es considerado quizás el intérprete más importante del mundo de la profecía bíblica. Fue miembro de la facultad del Seminario Teológico de Dallas durante cincuenta años desde 1936 hasta 1986. Se desempeñó como presidente y profesor de teología sistemática en el Seminario Teológico de Dallas de 1952 a 1986.     

El Dr. John F. Walvoord partió de esta tierra para estar con su Señor y Salvador el 20 de diciembre de 2002. Tenía 92 años. 

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 3 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Tomado de:


Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

50 Argumentos a Favor del Pretribulacionismo – Parte 3

 Por Dr. John F. Walvoord

La Obra del Espíritu Santo

29. El Espíritu Santo, como retenedor del mal, no puede ser quitado del mundo a menos que la Iglesia, en la que mora el Espíritu, sea trasladada al mismo tiempo. La Tribulación no puede comenzar hasta que se levante esta restricción.

30. El Espíritu Santo, como retenedor, debe ser quitado del mundo antes que el “el hombre de anarquía”, que domina el período de la Tribulación, pueda ser revelado (2 Tes. 2:6–8).

31. Si la expresión “sin que antes venga la apostasía” (RVR-1960) es traducida literalmente “sin que antes venga la partida”, mostraría claramente la necesidad de que el Rapto tenga lugar antes del comienzo de la Tribulación. 

Necesidad de un Intervalo entre el Rapto y la Segunda Venida

32. Según 2 Corintios 5:10, todos los creyentes de esta era deben comparecer ante el tribunal de Cristo en el cielo, un evento que nunca se menciona en los relatos detallados relacionados con la Segunda Venida de Cristo a la tierra.

33. Si los veinticuatro ancianos de Apocalipsis 4:1–5:14 son representativos de la Iglesia, como creen muchos expositores, se requeriría que el Rapto y la recompensa de la Iglesia fueran antes de la Tribulación. 

34. La venida de Cristo por Su novia debe tener lugar antes de la Segunda Venida a la tierra para la fiesta de bodas (Ap. 19:7–10).

35. Los santos de la Tribulación no son trasladados en la Segunda Venida de Cristo, sino que llevan a cabo ocupaciones ordinarias como la agricultura y la construcción de casas, y tendrán hijos (Is. 65:20–25). Esto sería imposible si todos los santos fueran trasladados en la Segunda Venida a la tierra, como enseñan los postribulacionistas.

36. El juicio de los gentiles después de la Segunda Venida (Mt. 25:31–46) indica que tanto los salvos como los no salvos todavía están en sus cuerpos naturales. Esto sería imposible si el traslado hubiera tenido en la Segunda Venida.

37. Si el traslado tuviera lugar en relación con la Segunda Venida a la tierra, no habría necesidad de separar a las ovejas de las cabras en un juicio posterior, sino que la separación habría tenido lugar en el mismo acto del traslado de los creyentes antes de que Cristo realmente establezca Su trono en la tierra (Mt. 25:31).

38. El juicio de Israel (Ez. 20:34–38), que ocurre después de la Segunda Venida, indica la necesidad de reunir a Israel. La separación de los salvos de los no salvos en este juicio, obviamente tiene lugar en algún momento después de la Segunda Venida y sería innecesaria si los salvos hubieran sido previamente separados de los no salvos mediante el traslado. 

El 6 de febrero de 1953, John F. Walvoord fue investido como segundo Presidente del Seminario Teológico de Dallas.

El Dr. John F. Walvoord es considerado quizás el intérprete más importante del mundo de la profecía bíblica. Fue miembro de la facultad del Seminario Teológico de Dallas durante cincuenta años desde 1936 hasta 1986. Se desempeñó como presidente y profesor de teología sistemática en el Seminario Teológico de Dallas de 1952 a 1986.     

El Dr. John F. Walvoord partió de esta tierra para estar con su Señor y Salvador el 20 de diciembre de 2002. Tenía 92 años. 

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea la conclusión aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Tomado de:


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martes, 31 de agosto de 2021

50 Argumentos a Favor del Pretribulacionismo – Parte 2

 Por Dr. John F. Walvoord

La Naturaleza de la Iglesia

12. El traslado de la Iglesia nunca se menciona en ningún pasaje que trate con la Segunda Venida de Cristo después de la Tribulación.

13. La Iglesia no está designada para la ira (Ro. 5:9; 1 Tes. 1:9–10; 5:9). Por lo tanto, la Iglesia no puede entrar en “el gran día de su ira” (Ap. 6:17).

14. La Iglesia no será alcanzada por el día del Señor (1 Tes. 5:1– 9).

15. La posibilidad de que un creyente escape la Tribulación se menciona en Lucas 21:36. 

16. A la Iglesia de Filadelfia se le prometió liberación de “la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (Ap. 3:10).

17. Es característico del trato divino librar a los creyentes antes de que se inflija un juicio divino sobre el mundo, como se ilustra en la liberación de Noé, Lot, Rahab, etc. (2 Pedro 2:5–9).

18. En el momento del traslado de la Iglesia, todos los creyentes van a la casa del Padre en el cielo (Juan 14:3), y no regresan inmediatamente a la tierra después de encontrarse con Cristo en el aire, como enseñan los postribulacionistas.

19. El pretribulacionismo no divide el cuerpo de Cristo en el Rapto, por un principio de obras. La enseñanza de un Rapto parcial se basa en la falsa doctrina de que el traslado de la Iglesia es una recompensa por las buenas obras. Es más bien un aspecto culminante de la salvación por gracia. 

20. Las Escrituras enseñan claramente que toda, no parte, de la Iglesia será arrebatada en la venida de Cristo por la Iglesia (1 Cor. 15:51–52; 1 Tes. 4:17).

21. A diferencia de un punto de vista de un rapto parcial, el pretribulacionismo se basa en la enseñanza definida de las Escrituras de que la muerte de Cristo libera de toda condenación.

22. El remanente piadoso de la Tribulación es representado como israelitas, no como miembros de la Iglesia, como sostienen los postribulacionistas.

23. El punto de vista pretribulacional, a diferencia del postribulacionismo, no confunde términos generales como elegidos y santos, que se aplican a los salvos de todas las edades, con términos específicos como Iglesia y los que están en Cristo, que se refieren únicamente a los creyentes de esta era.  

La Doctrina de la Inminencia

24. La interpretación pretribulacional enseña que la venida de Cristo es en realidad inminente.

25. La exhortación a ser consolados por la venida del Señor (1 Tes. 4:18) es muy significativa en el punto de vista pretribulacional, y es especialmente contradicha por la mayoría de los postribulacionistas.

26. La exhortación a esperar la “manifestación gloriosa” de Cristo a los suyos (Tito 2:13) pierde su importancia si la Tribulación debe intervenir primero. Los creyentes, en ese caso, deberían esperar señales.

27. La exhortación a purificarnos a nosotros mismos en vista del regreso del Señor, tiene más importancia si Su venida es inminente (1 Juan 3:2–3).

28. Se exhorta uniformemente a la Iglesia a esperar la venida del Señor, mientras que a los creyentes en la Tribulación se les indica que esperen señales.

El 6 de febrero de 1953, John F. Walvoord fue investido como segundo Presidente del Seminario Teológico de Dallas.

El Dr. John F. Walvoord es considerado quizás el intérprete más importante del mundo de la profecía bíblica. Fue miembro de la facultad del Seminario Teológico de Dallas durante cincuenta años desde 1936 hasta 1986. Se desempeñó como presidente y profesor de teología sistemática en el Seminario Teológico de Dallas de 1952 a 1986.     

El Dr. John F. Walvoord partió de esta tierra para estar con su Señor y Salvador el 20 de diciembre de 2002. Tenía 92 años. 

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 3 aquí

Lea la conclusión aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Tomado de:


Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

lunes, 30 de agosto de 2021

50 Argumentos a Favor del Pretribulacionismo – Parte 1

 Por Dr. John F. Walvoord


En la discusión anterior del premilenialismo en relación con la Tribulación, se han examinado los respectivos argumentos a favor del pretribulacionismo, el rapto parcial, el postribulacionismo y el midtribulacionismo, y se ha sostenido la posición pretribulacional en general. A modo de conclusión y resumen, ahora se pueden proponer unos cincuenta argumentos a favor del pretribulacionismo. No se presume que la exposición de estos argumentos en sí mismos establezca su validez, sino que la discusión anterior apoya y justifica este resumen de razones a favor del punto de vista pretribulacional.

En aras de la brevedad, el término rapto o traslado se usa para la venida de Cristo por Su iglesia, mientras que el término segunda venida se usa como una referencia a Su venida a la tierra para establecer Su reino milenial, un evento que todos consideran postribulacional. Si bien las palabras rapto y traslado no son del todo idénticas, se refieren al mismo evento. Con el término rapto, se hace referencia al hecho de que la iglesia es “arrebatada” de la tierra y llevada al cielo. Con el término traslado, se transmite la idea de que aquellos que son así arrebatados, son transformados en sus cuerpos físicos de cuerpos naturales y corruptibles, a cuerpos espirituales, incorruptibles, e inmortales. Estrictamente hablando, los muertos son resucitados, mientras que los vivos son trasladados. En el uso común, esta distinción normalmente no se mantiene. 

En la discusión, el punto de vista postribulacional se considera el principal contendiente contra el pretribulacionismo, y se tiene en cuenta principalmente en la reafirmación de los argumentos. Las otras posiciones, sin embargo, también se mencionan en la medida en que se oponen al pretribulacionismo en algún punto especial. La discusión anterior ha señalado la preponderancia del argumento en apoyo de la posición pretribulacional, y la siguiente reafirmación debería servir para clarificar las cuestiones involucradas. 

Argumento Histórico

1. Si bien el postribulacionismo apareció ya en 2 Tesalonicenses 2, muchos en la Iglesia Primitiva creían en la inminencia del regreso del Señor, que es una doctrinal esencial del pretribulacionismo.

2. El desarrollo detallado de la verdad pretribulacional durante los últimos siglos, no prueba que la doctrina sea nueva o novedosa. Su desarrollo es similar al de otras doctrinas importantes en la historia de la Iglesia. 

Hermenéutica

3. El pretribulacionismo es el único punto de vista que permite la interpretación literal de todos los pasajes del Antiguo y Nuevo Testamentos sobre la Gran Tribulación.

4. El pretribulacionismo distingue claramente entre Israel y la Iglesia y sus respectivos programas. 

La Naturaleza de la Tribulación

5. El pretribulacionismo mantiene la distinción bíblica entre la Gran Tribulación y la tribulación en general que la precede.

6. La Gran Tribulación es interpretada correctamente por los pretribulacionistas como un tiempo de preparación para la restauración de Israel (Dt. 4:29–30; Jer. 30:4–11). No es el propósito de la Tribulación prepara a la Iglesia para la glorial

7. Ninguno de los pasajes del Antiguo Testamento sobre la Tribulación menciona a la Iglesia (Dt. 4:29–30; Jer. 30:4–11; Dn. 8:24–27; 12:1–2).

8. Ninguno de los pasajes del Nuevo Testamento sobre la Tribulación menciona a la Iglesia (Mt. 13:30, 39–42, 48–50; 24:15–31; 1 Tes. 1:9–10, 5:4–9; 2 Tes. 2:1–11; Ap. 4–18).

9. En contraste con el midtribulacionismo, el punto de vista pretribulacional proporciona una explicación adecuada para el comienzo de la Gran Tribulación en Apocalipsis 6. El midtribulacionismo es refutado por la clara enseñanza de las Escrituras de que la Gran Tribulación comienza mucho antes de la séptima trompeta de Apocalipsis 11.

10. Se mantiene la distinción apropiada entre las trompetas proféticas de las Escrituras por parte del pretribulacionismo. No hay una base adecuada para el argumento central del midtribulacionismo de que la séptima trompeta de Apocalipsis es la última trompeta, en el sentido de que no hay una conexión establecida entre la séptima trompeta de Apocalipsis 11, la última trompeta de 1 Corintios 15:52, y la trompeta de Mateo 24:31. Son tres eventos distintos.

11. La unidad de la septuagésima semana de Daniel es mantenida por los pretribulacionistas. Por el contrario, el postribulacionismo y los midtribulacionistas destruyen la unidad de la septuagésima semana de Daniel y confunden el programa de Israel con el de la Iglesia. 

Lea la parte 2 aquí

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Lea la conclusión aquí

El 6 de febrero de 1953, John F. Walvoord fue investido como segundo Presidente del Seminario Teológico de Dallas.

El Dr. John F. Walvoord es considerado quizás el intérprete más importante del mundo de la profecía bíblica. Fue miembro de la facultad del Seminario Teológico de Dallas durante cincuenta años desde 1936 hasta 1986. Se desempeñó como presidente y profesor de teología sistemática en el Seminario Teológico de Dallas de 1952 a 1986.     

El Dr. John F. Walvoord partió de esta tierra para estar con su Señor y Salvador el 20 de diciembre de 2002. Tenía 92 años.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Tomado de:


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martes, 17 de agosto de 2021

¿Cuáles podrían ser algunas explicaciones del mundo acerca del Rapto de la Iglesia?

Por Dr. David R. Reagan

Lo más probable es que consistirán en escenarios de ovnis o extraterrestres.

El Movimiento de la Nueva Era comenzó a producir explicaciones del Rapto hace años, aunque describían el evento en términos no bíblicos.

Ya en la década de 1970, los líderes de la Nueva Era afirmaban que los “Maestros Ascendidos” (muy probablemente ángeles demoníacos), con quienes se estaban canalizando místicamente, habían revelado que llegará un día cuando todos aquellos que viven por fe serán removidos del planeta, para que aquellos que viven por la razón puedan continuar progresando en su desarrollo evolucionario hacia una conciencia superior.

Los extraterrestres (de nuevo, los demonios) son a menudo descritos como los que lograrán esta gran remoción de millones de personas. Y, por lo general, se describen logrando la tarea mediante el uso de ovnis.

El evento es mencionado a menudo en los artículos y libros de la Nueva Era como “La Gran Evacuación”. Otros nombres que se le aplican son “La Purga Evolutiva”, “La Acción de Limpieza Global”, “El Gran Cambio”, y el “Plan de Ascensión”.

Por lo tanto, cuando el Rapto ocurra, no hay duda de que los líderes de la Nueva Era se apresurarán a tomar los micrófonos y dirán, “¿Ven? Se los dijimos hace muchos años que esto iba a suceder”. Y el mundo será engañado. 

Recurso recomendado:

sábado, 14 de agosto de 2021

El Misterio del Rapto

¿Por qué no se menciona el Rapto en el libro de Apocalipsis?

Por Dr. David R. Reagan

¿Marca el Rapto el inicio de la Tribulación? 

No, la Biblia no declara en ninguna parte que la Tribulación comienza con el Rapto. Creo que el Rapto podría ocurrir meses o incluso años antes de que la Tribulación empiece, aunque es probable que ocurra cerca del comienzo, porque la Tribulación es el tiempo del derramamiento de la ira de Dios y 1 Tesalonicenses 1:10 dice que Jesús “librará” a Su Iglesia “de la ira venidera”.

Otra razón para creer que es probable que el Rapto ocurra cerca del comienzo de la Tribulación es porque 2 Tesalonicenses 2 dice que el Anticristo no puede ser revelado hasta que “el que lo detiene” sea “quitado de en medio” (2 Tes. 2:6–7). Creo que ese retenedor es el Espíritu Santo obrando a través de la Iglesia. Así que, cuando la Iglesia sea removida, el Anticristo será desatado, y la Tribulación empezará.

El profeta Daniel indica que el punto inicial de la Tribulación será un “pacto” que el Anticristo arreglará para Israel, que evidentemente garantizará la paz de la nación y les permitirá a los judíos reconstruir su Templo (Dn. 9:27).

¿Por qué el Rapto no se menciona específicamente en Apocalipsis?

El libro de Apocalipsis implica un Rapto pre-Tribulación, sin mencionar específicamente el evento. En el capítulo 4, versículo 1, Juan ve una puerta abierta en el cielo y es raptado al Cielo, en lo que parece ser un tipo simbólico del Rapto de la Iglesia. En Apocalipsis 19:11, Juan ve otra vez los cielos abiertos, y Jesús desciende en un caballo blanco, con la Iglesia acompañándolo (Ap. 19:14). Los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis se centran en la Iglesia, pero no hay más mención de la Iglesia hasta el final del libro (Ap. 22:16). Desde el capítulo 4 hasta el capítulo 21, sólo se menciona a los “santos”, que serían aquellos que acepten el Evangelio durante la Tribulación.

La Biblia nunca define específicamente el momento del Rapto vinculándolo a cualquier otro evento como el restablecimiento de Israel o la reconstrucción del Templo. Incluso su proximidad a la Tribulación es inferida, en lugar de declararse definitivamente. Eso es porque el Rapto es un suceso inminente que podría ocurrir en cualquier momento.

Hay fuertes inferencias bíblicas de que el Rapto ocurrirá antes de que la Tribulación comience. Un par de ellas se encuentran en el Discurso de Jesús en el Monte de los Olivos, registrado en Lucas 21. Jesús declaró que, cuando las señales de los tiempos del fin “comiencen a suceder”, debemos mirar hacia arriba, porque nuestra redención estará cerca (Lc. 21:28). Note que la redención no vendrá al final de las señales, sino que a medida que comiencen a tener lugar. Jesús luego agregó que los creyentes deberían orar fervientemente para que puedan “escapar” de la gran tribulación que vendrá sobre “todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra” (Lc. 21:36).

En este sentido, Pablo afirma en 1 Tesalonicenses 1:10 que los creyentes están esperando “de los cielos a Su Hijo…, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”. Y Jesús le dijo a Juan que escribiera a la iglesia de Filadelfia, representante de los cristianos fieles, que “por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran en la tierra” (Ap. 3:10).

¿No está inferido en Apocalipsis un Rapto mid-Tribulación?

Algunas personas piensan que sí. Apuntan a 1 Corintios 15:51–52, que dice que el Rapto ocurrirá al toque de la “final trompeta”. Luego señalan Apocalipsis 11:15 donde se toca la séptima y última trompeta de los juicios de las trompetas. Dado que esta séptima trompeta parece sonar a la mitad de la Tribulación, después que el Anticristo mata a los dos testigos, el argumento es que esto debe marcar el momento del Rapto.

Hay muchos problemas con este argumento. En primer lugar, no hay nada en la Biblia que identifique a la séptima trompeta de los juicios de las trompetas en Apocalipsis como la “final trompeta” de 1 Cor. 15. La suposición de que las dos son las mismas, es sólo eso, una suposición. Es una suposición inestable, porque las trompetas de Apocalipsis están anunciando juicios que están dirigidos a los incrédulos. No tienen ninguna relación con los creyentes.

Ahora, hay una trompeta con la que la “final trompeta” de 1 Corintios 15:52 puede ser identificada. Es la “trompeta de Dios”, la cual 1 Tesalonicenses 4:16 dice que se tocará cuando ocurra el Rapto. Con eso en mente, considere el hecho de que la última trompeta de los juicios de las trompetas en Apocalipsis 11:15 no está identificada como la trompeta de Dios, sino como la trompeta de un ángel.

El segundo problema con el concepto del Rapto mid-Tribulacional es que la séptima trompeta de Apocalipsis 11 no se relaciona con la mitad de la Tribulación en absoluto. Su toque desencadena una prolepsis hacia el final de la Tribulación, a la proclamación que “los reinos de este mundo han venido a ser de nuestro Señor y nuestro Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos” (Ap. 11:15).

Otra cuestión a considerar es que 1 Corintios 15 fue escrito unos 45 años antes que el libro de Apocalipsis. Por tanto, parece lógico que la referencia a una “final trompeta” deba referirse a algo del Antiguo Testamento con lo que lo que la Iglesia de Corinto habría estado familiarizada. Ésa probablemente habría sido la trompeta a la que se refirieron tanto Joel como Sofonías—la trompeta que se tocará antes del juicio del Día del Señor (la Tribulación, vea Joel 2:1 y Sofonías 1:16).

¿Se puede argumentar a favor de colocar el Rapto cerca del final de la Tribulación?

Algunos han tratado de hacer esto, argumentando que la ira de Dios no se derrama hasta el final de la Tribulación. Este concepto es llamado el “Rapto pre-ira”.

La piedra angular de este concepto es que los eventos aterradores durante la primera mitad de la Tribulación se deben a la ira del hombre y Satanás, y no a Dios. Puesto que a la Iglesia sólo se le ha prometido protección de la ira de Dios, el Rapto no ocurrirá hasta casi el final de la Tribulación, cuando Dios derramará Su ira sobre el mundo.

Este concepto plantea un grave problema teológico, debido a que cuestiona la soberanía de Dios. Asume que el hombre y Satanás pueden actuar fuera de la voluntad de Dios, cuando la verdad del asunto es que ninguno de los dos puede hacer algo que Dios no esté dispuesto a permitir. La Biblia a menudo presenta a Dios cumpliendo Su voluntad a través de personas o naciones malvadas. Uno de los ejemplos clásicos es cuando permitió que la malvada nación de Babilonia disciplinara a Israel, destruyendo Jerusalén y el Templo y llevando cautivos a los judíos sobrevivientes. Fue una acción que llevó al profeta Habacuc a preguntar por qué Dios castigaría a los que son malos con los que son más malvados (Hab. 1:13).

Cualquier carnicería provocada por el hombre o Satanás durante la Tribulación seguirá constituirá la ira de Dios. Ellos simplemente serán Sus instrumentos. La Biblia dice que Dios se sienta en los cielos y se ríe de las conspiraciones y las obras de los hombres malvados, no porque no le importe, sino porque tiene todo bajo control (Sal. 2:1–6). El punto es que Él tiene la sabiduría y el poder para orquestar todo el mal para el triunfo de Su voluntad en la historia. Ésa es la razón por la que el salmista escribió que “la ira del hombre te alabará” [a Dios] (Sal. 76:10).

Creo que también es importante señalar que, cuando Dios derrama Su ira, no siempre lo hace directamente. Una de Sus formas más comunes es simplemente alejarse de la nación o la persona y bajar la barrera de protección a su alrededor. Esto se explica claramente en Romanos 1:18–32. Ese pasaje dice que, cuando las personas se rebelan contra Dios, hasta el punto que comienzan a adorar a la creación en lugar del Creador, Dios “los entrega” a la maldad en sus corazones. En otras palabras, simplemente retrocede y permite que la maldad se multiplique. El pasaje además declara que, si ellos todavía se niegan a arrepentirse, Él retrocede de nuevo y “los entrega a pasiones degradantes”. Y, si persisten en su rebelión y pecado, finalmente “los entrega a una mente reprobada”, punto en el que la sociedad se destruye a sí misma. Tal destrucción podría ser vista como la ira del hombre, pero en realidad es la ira de Dios obrando a través del hombre.

Hay otro problema serio con el concepto del Rapto pre-ira. Se relaciona con el hecho de que toda la ira de Apocalipsis es descrita específicamente como la ira de Dios. ¿Dónde se originan los juicios de los sellos? La respuesta es: del trono de Dios, mientras Jesús abre cada sello del rollo que estaba en la mano derecha del Padre (Ap. 6:1). Y, ¿dónde se originan los juicios de las trompetas? El mismo lugar—desde el trono de Dios (Ap. 8:2). Cuando llegamos a los juicios de las copas en Apocalipsis 15:1, se nos dice que con ellas “se consumaba la ira de Dios”.

Otro problema con el concepto del Rapto pre-ira es que violenta el orden cronológico de Apocalipsis. Los juicios de los sellos son vistos como la ira del hombre y Satanás, los que ocurren durante la primera mitad de la Tribulación. Los juicios de las trompetas y las copas se consideran la ira de Dios. Son agrupados al final de la Tribulación. No hay justificación para poner los juicios de las trompetas al final de la Tribulación. En el diseño cronológico del libro de Apocalipsis, están claramente ubicados en la primera mitad de la Tribulación.

Un último problema con el concepto del Rapto pre-ira es que cuestiona el hecho de que no hay ningún propósito para que la Iglesia esté en la Tribulación. La Tribulación es la Semana 70 de Daniel, un tiempo dedicado para que Dios cumpla Sus propósitos entre el pueblo judío, no la Iglesia.

¿No podría Dios tan sólo proteger a los creyentes durante la Tribulación? ¿Es realmente necesario removerlos de la tierra?

Sí, el Señor podría proporcionar a los creyentes una protección sobrenatural. De hecho, hará precisamente eso cuando les proporcione a a los santos que están presentes en la Tribulación protección contra los aguijones del ataque de langostas demoníacas que serán parte de los juicios de las trompetas (Ap. 9:4).

Pero la promesa de Dios a la Iglesia durante la Tribulación no es de protección, sino de liberación. Jesús dijo que, cuando las señales que apuntan a la Tribulación “comiencen a suceder” los creyentes deben alzar su mirada porque su “redención está cerca” (Lc. 21:28). También instó a los creyentes a orar para que puedan “escapar de todas estas cosas” (Lc. 21:36).

Realmente no hay ningún propósito para que la Iglesia esté presente durante la Tribulación. Es un tiempo de derramamiento de la ira de Dios sobre aquéllos que han rechazado Su gracia, amor y misericordia. Hay algunos que argumentan que la Iglesia debe ser “purgada” durante la Tribulación para purificarla. Pero, para mí, esta idea es absurda. La sangre de Jesús es suficiente para limpiarnos de todos nuestros pecados. Ése es un hecho consumado para todos aquellos que han puesto su fe en Jesús (Ef. 5:26–27). Además, el concepto de purgar a la Iglesia durante la Tribulación convierte todo el período en una versión protestante del purgatorio. También viola las imágenes de boda, que la Biblia usa para describir la relación entre Cristo y Su Iglesia. ¡Jesús no va a golpear a Su Novia por siete años y luego casarse con ella!

Algunos que creen que la Iglesia pasará por la Tribulación a menudo señalan el ejemplo de Noé y su familia. Fueron dejados en la tierra mientras Dios derramaba Su ira, pero fueron protegidos por el Señor. Pero este ejemplo ignora el hecho de que Enoc fue arrebatado fuera del mundo antes que comenzara el diluvio (Gn. 5:24). Creo que Enoc es un tipo simbólico de la Iglesia, y Noé y su familia son un tipo del remanente judío que será protegido a través de la Tribulación hasta el día que el Mesías retorne.

¿No son aquéllos de ustedes que creen en un Rapto pre-Tribulación un montón de escapistas que no están dispuestos a sufrir por el Señor?

No hay nada malo en ser un “escapista”. Noé fue un escapista y también Lot. Y Jesús dijo que, cuando las señales de los tiempos del fin comiencen a aparecer, debemos orar “para escapar de las cosas que vendrán y estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lc. 21:36).

Ciertamente estamos llamados a sufrir por Cristo (Ro. 8:17). Y cualquiera que verdaderamente defienda a Jesús en este mundo, será perseguido (Jn. 15:19). Se nos asegura que, como creyentes, sufriremos tribulación en este mundo (Jn. 16:33), pero se nos promete que seremos exentos de la gran tribulación que un día vendrá sobre todo el mundo (Ap. 3:10).


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe


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