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jueves, 22 de junio de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 14 (parte 2 de 2)

 Jerusalén en la Profecía

¿Tiene un futuro?


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Jerusalén Milenaria

Viene un día glorioso para Jerusalén, porque cuando el Señor regrese, Él va a reinar sobre todo el mundo durante mil años, y Su reinado de paz, rectitud y justicia se asentará en Jerusalén: “Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová” (Isaías 2:3 y Miqueas 4:2).

Jerusalén será el centro político, económico y religioso del mundo (Miqueas 4:1-7).

La ciudad será muy diferente de la que conocemos hoy. El gran terremoto mundial que ocurrirá cuando Jesús regrese cambiará radicalmente la topografía de la tierra, incluyendo la de Jerusalén (Isaías 40:4; Apocalipsis 6:12; 16:18). La Biblia indica que Jerusalén se ampliará considerablemente en área y se elevará más alto, tal vez convirtiéndose en el punto más alto de la tierra (Zacarías 14:10).

La ciudad será considerablemente ampliada y enormemente embellecida, y el templo más magnífico de la historia se construirá en medio de ella, bajo la supervisión personal del Mesías. Ese templo está descrito en detalle en los capítulos 40-48 de Ezequiel.

La gloria de Jerusalén en esos días se resume mejor en Isaías 62:1-7, donde se nos dice que la ciudad será una “corona de gloria en la mano del Señor” (versículo 3). El profeta también dice que la ciudad será una “alabanza en la tierra” (versículo 7). Por primera vez en su larga y sangrienta historia, será un refugio de paz (Joel 3:16-17 y Sofonías 3:14-20).

También será la maravilla más grande de la tierra. Piense en esto — albergará al Príncipe de Paz y contendrá Su templo —. También servirá una vez más como el hogar de la espectacular Gloria Shejiná de Dios. Pero esta gloria no estará contenida dentro del Lugar Santísimo. Increíblemente, Isaías dice que la Shejiná se cernirá sobre toda la ciudad de Jerusalén como una nube de día y como un fuego de noche, lo que proporcionará un dosel para proteger a la ciudad del calor y la lluvia (Isaías 4:5-6).

Zacarías dice que las naciones del mundo enviarán delegaciones a Israel cada año para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. Y el último versículo de Ezequiel dice que ese día el nombre de la ciudad será cambiada de Yerushalyim a Jehová-Sama, que significa, “El Señor está ahí” (Ezequiel 48:35).

Jerusalén Eterna

Finalmente, los profetas nos dicen que la Jerusalén milenaria será reemplazada por una Nueva Jerusalén, que Jesús está preparando en el Cielo ahora.

Al final del Milenio, después de que la tierra haya sido renovada por el fuego, la Nueva Jerusalén descenderá a la nueva tierra, y los redimidos, en sus nuevos cuerpos glorificados, vivirán en esta nueva ciudad en la presencia del Dios Todopoderoso, quien descenderá del Cielo para vivir para siempre con Sus hijos (Ap. 21:1-3).

Esta enseñanza muy clara del libro de Apocalipsis sorprende a muchos cristianos, a quienes siempre se les ha enseñado que vivirán eternamente en un mundo etéreo llamado Cielo.

¡Qué ciudad tan asombrosa será esta nueva Jerusalén! El apóstol Juan dedica 24 versículos a su descripción detallada en Apocalipsis 21 y 22. Será un cubo de 2,400 kilómetros con 12 cimientos hechos de piedras preciosas — cada uno nombrado para uno de los doce apóstoles —. Del mismo modo, habrá 12 puertas nacaradas, cada una nombrada por cada tribu de Israel. Las paredes estarán hechas de jaspe. La ciudad misma será de oro puro, como vidrio transparente.

¿Alguna vez se ha detenido a pensar en la forma y el tamaño de esta fenomenal ciudad? Por ejemplo, ¿Por qué será de 2,400 kilómetros de altura? La razón, por supuesto, es que en nuestros cuerpos glorificados, seremos inmunes a las leyes de la gravedad. Por lo tanto, seremos capaces de utilizar todo el espacio de la ciudad, y no sólo la planta baja.

¿Y cuánto espacio tendremos? ¿Habrá el suficiente para todos los Redimidos? Henry Morris, el fundador del Institute for Creation Research (Instituto para la Investigación del Creacionismo), ha calculado el espacio que existiría para cada persona, asumiendo que al menos el 50% del área sería usada para propósitos comunes (calles, parques, centros recreativos, etc.), y asumiendo que 20 mil millones de personas han sido salvas en el curso de la historia humana. El resultado es asombroso: ¡cada persona tendría un cubo con 75 acres en cada superficie! Eso es ciertamente más espacio que lo que la mayoría de nosotros tenemos ahora.

Pero la mejor parte de esta ciudad no será su belleza ni su amplitud. La mejor parte será la presencia personal de Jesús nuestro Señor y Dios Todopoderoso, el Padre. Apocalipsis 22 dice que serviremos eternamente a Dios en esta ciudad y que “veremos Su rostro”. Creo que eso significa que tendremos una comunión íntima y personal con nuestro Creador eternamente. Y eso me causa asombro.

El Mensaje para Nosotros

¿Qué significa todo esto para usted y para mí?

En primer lugar, significa que Dios es fiel. Así como Él ha cumplido las profecías sobre Jerusalén en el pasado y lo está haciendo ahora, podemos estar seguros de que Él continuará haciéndolo en el futuro. Va a haber una Jerusalén milenial y va a haber una Jerusalén eterna, y nosotros, los redimidos, vamos a ser ricamente bendecidos por ambas — más allá de todo lo que podamos imaginar.

En segundo lugar, el registro de Jerusalén en la profecía significa que Dios es soberano. Él está en control. Incluso cuando todo parece estar fuera de control aquí en la tierra, podemos estar seguros de que Dios tiene la sabiduría y el poder para orquestar toda la maldad de la Humanidad para el triunfo de Su voluntad en la historia.

En tercer lugar, Dios nos está llamando a ti y a mí a vivir con una perspectiva eterna. En Hebreos 11 se nos dice que Abraham vivió por fe como un “extranjero” en este mundo, “porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Hebreos 11:9-10). ¿No es eso interesante? Abraham no consideró su llegada a la Tierra Prometida como el cumplimiento de las promesas de Dios a él. Por el contrario, vivió anhelando su recompensa final, es decir, la vida con Dios en una ciudad eterna — la Nueva Jerusalén.

En Hebreos 11:3 dice que todos los héroes de la fe que están mencionados en ese capítulo vivieron sus vidas como “extranjeros y peregrinos”, porque deseaban la ciudad que Dios había preparado para ellos. El libro de Hebreos concluye con un recordatorio para nosotros de que en este mundo no tenemos una ciudad permanente. En cambio, debemos buscar “la por venir”.

Jesús está añadiendo habitaciones a esa ciudad ahora mismo, para acomodar a los miembros de Su cuerpo (Juan 14:1-4). Por lo tanto, vivamos como peregrinos y extranjeros en este mundo, sin llegar a sentirnos cómodos con él. Vivamos aguardando la venida del Señor (2 Timoteo 4:7-8).

Y vivamos orando por la paz de Jerusalén (Salmos 122.6), dándonos cuenta de que, al hacerlo, realmente estamos orando por el regreso del Señor, porque Jerusalén nunca experimentará la paz verdadera sino hasta que el Príncipe de Paz regrese.


Lea la parte 1 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 14 (parte 1 de 2)

 Jerusalén en la Profecía

¿Tiene un futuro?


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No hay otra ciudad sobre la faz de la tierra tan importante como la ciudad de Jerusalén. Todas las otras grandes ciudades de la tierra — Nueva York, Londres, Moscú, París e incluso Roma —palidecen en comparación. ¿Qué otra ciudad puede afirmar ser “la ciudad de Dios” o “la ciudad del Gran Rey”? (Salmos 48).

Dios ama a Jerusalén, y tiene la intención de morar en ella eternamente. El Salmo 68:16 dice que Dios ha deseado el monte de Sion “para su morada” y que tiene la intención de “habitar en él para siempre”.

Salmos 132:13-14 contiene una promesa similar: “Jehová ha escogido a Sion; la quiso por habitación para sí. Este es para siempre el lugar de mi reposo; Aquí habitaré, porque la he querido”.

Cuando lee este tipo de declaraciones, puede entender por qué Jerusalén se identifica en Ezequiel 5:5 como “el centro de las naciones”; y en Ezequiel 38:12 como “el centro de la tierra”.

Jerusalén es donde el Hijo de Dios derramó Su preciosa sangre. Es donde Jesús ascendió al cielo. Es donde Jesús regresará para ser coronado Rey de reyes. Es la ciudad desde la cual Jesús reinará sobre todas las naciones del mundo (Isaías 2:2-4).

Y Jerusalén será el escenario de la última batalla de la historia, cuando Satanás reúna a las naciones al final del Milenio y las guíe en rebelión contra el Señor. Finalmente, Jerusalén es donde Dios mismo vendrá a residir eternamente con los redimidos (Ap. 21:2-3). No es de extrañar que Jerusalén siempre haya sido un tema importante de la profecía bíblica.

Jerusalén Judía

El primer conjunto de profecías relacionadas con Jerusalén es aquellas que se refieren a ella como una capital judía antes del tiempo de Jesús. Tenga en cuenta que el reino de David se dividió en dos naciones después de la muerte de su hijo Salomón.

La nación del norte, Israel, fue totalmente apóstata desde el comienzo. Fue entregada a la idolatría y no tuvo un solo rey justo en sus 200 años de historia. En agudo contraste, la nación del sur fue bendecida con muchos reyes justos. También fue bendecida al tener a Jerusalén como su capital. Y fue bendecida aún más al tener la gloria Shejiná de Dios residiendo en su templo.

Pero, a pesar de todas estas bendiciones, el pueblo de Judá se enorgulleció y comenzó a desviarse de su relación con Dios. Cuando la nación comenzó a darle la espalda a Dios, el Señor misericordiosamente levantó profetas para advertirles y llamarlos al arrepentimiento. Cuando se negaron a arrepentirse, los profetas profetizaron que la ciudad de Jerusalén sería destruida y la nación sería llevada cautiva.

La primera de estas profecías fue proclamada por Miqueas en el siglo VIII a. C. — cerca de 130 años antes de que la ciudad fuera destruida —. Miqueas habló contra la corrupción política y religiosa, diciendo, “Sus jefes [de Judá] juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero” (Miqueas 3:11).

Lamentó el hecho de que, cada vez que estos líderes eran llamados al arrepentimiento para que la ciudad no fuera destruida, siempre respondían arrogantemente al observar, “¿No está Jehová entre nosotros? [Una referencia a la Gloria Shejiná en el Templo]. No vendrá mal sobre nosotros”. A lo que Miqueas respondió: “Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque” (Miqueas 3:12).

Cien años después, Jeremías también advirtió que Jerusalén sería destruida (Jeremías 7:12-15). Hablando por el Señor, Jeremías declaró, “Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas, morada de chacales; y convertiré las ciudades de Judá en desolación en que no quede morador” (Jeremías 9:11).

Cuando el pueblo se negó a creer en sus palabras e incluso trató de matarlo como un traidor, Jeremías les recordó la anterior profecía de Miqueas (Jeremías 26:18). Pero el pueblo aún se negó a arrepentirse, y las profecías se cumplieron en el año 587 a. C., cuando Nabucodonosor destruyó la ciudad y su templo.

Jerusalén Gentil

Después de 70 años de cautividad en Babilonia, los judíos regresaron a Jerusalén y reconstruyeron su templo y su ciudad. Pero se negaron a recibir a su Mesías, y por eso el Señor dio un segundo grupo de profecías concernientes a un período de tiempo cuando Jerusalén caería bajo el control gentil.

Jesús mismo pronunció estas importantes profecías durante la última semana de Su vida. Mientas estaba sentado en el Monte de los Olivos hablando con Sus discípulos, Él señaló a Jerusalén y su tempo y dijo: “En cuanto a estas cosas que ven, vendrán días cuando no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada” (Lucas 21:6).

Más tarde, en el mismo discurso, Jesús declaró que la ciudad sería rodeada por ejércitos que procederían a desolarla (Lucas 21:20). Refiriéndose a los judíos en la ciudad en ese momento, dijo, “Caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones…” (Lucas 21:24a).

Estas profecías se cumplieron 40 años más tarde, cuando los romanos, bajo Tito, destruyeron completamente la ciudad, incluido el templo.

Pero note que Jesús hizo otra profecía acerca de la ciudad en el mismo discurso. Él dijo: “Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que se cumplan los tiempos de los gentiles” (Lucas 21:24b). Los romanos fueron seguidos por los bizantinos, y ellos fueron sucedidos, en orden, por los musulmanes, los cruzados, los mamelucos, los turcos, los británicos y los jordanos.

Tal como Jesús profetizó, la ciudad sufrió un largo período de control gentil hasta el 7 de junio de 1967, cuando — por primera vez en 1,897 años — los judíos recuperaron la soberanía sobre la ciudad. Fue en ese día que el rabino Shlomo Goren fue al Muro Occidental y exclamó: “Les proclamo el comienzo de la Era Mesiánica”.

El tercer grupo de profecías acerca de la ciudad explica por qué dijo estas palabras.

Jerusalén del Tiempo del Fin

Cuatrocientos años antes de Jesús, el profeta Zacarías dio una extraordinaria serie de profecías acerca de los eventos que afectarían a Jerusalén en los tiempos del fin, justo antes de lo que llamamos la Segunda Venida del Mesías. Estas profecías están registradas en Zacarías 12:1-6. Específicamente, las profecías son las siguientes:

  • Los judíos estarán de regreso en la tierra de Israel.
  • Los judíos estarán de regreso en la ciudad de Jerusalén.
  • El ejército israelí será como “brasero de fuego entre leña”.
  • Jerusalén se convertirá en el punto focal de la política mundial.
  • Todas las naciones del mundo se unirán contra Jerusalén.

¡Por favor observe que éstas son profecías que se han cumplido! El judío está de regreso en su tierra y su ciudad. A pesar del minúsculo tamaño de la nación, sus fuerzas militares son consideradas entre las más poderosas del mundo. Realmente han sido como una “tea de fuego entre las gavillas” en guerra tras guerra.

Israel se convirtió en el punto focal de la política mundial en 1973, durante la Guerra de Yom Kippur. Cuando Occidente vino en ayuda de Israel, los árabes lanzaron un boicot petrolero (¿recuerdan aquellas largas filas en las gasolineras?), que hizo que las naciones occidentales se pusieran de rodillas. El resultado fue que todas las naciones de Europa Occidental retiraron su apoyo a Israel y tomaron una posición neutral o se alinearon con los árabes en su determinación de aniquilar al Estado judío.

Con respecto a la última profecía citada anteriormente, en los últimos años, todas las naciones del mundo han venido contra Israel. Esto incluye a los Estados Unidos bajo los presidentes George H. W. Bush, Bill Clinton, George Bush y Barack Obama. El presidente Donald Trump, quien finalmente reconoció a Jerusalén como la capital de Israel, no obstante mostró su determinación de obligar a Israel a entregar gran parte de su territorio central de Judea y Samaria.

Zacarías enumera algunas otras profecías del tiempo del fin con respecto a Jerusalén que aún no se han cumplido. Estas emocionantes profecías están contenidas en Zacarías 12:8-10. Declaran que el Señor defenderá a Jerusalén contra sus enemigos y que el resultado de todas las batallas del tiempo del fin será el arrepentimiento de un gran remanente de los judíos que “mirarán a Mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por Él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10). En respuesta, el Señor salvará este remanente al abrir una fuente de salvación en Jerusalén “para la purificación del pecado y de la inmundicia” (Zacarías 13:1)

En el capítulo 14, Zacarías describe en detalla cómo el Señor rescatará a Jerusalén en el último momento, cuando parece no haber esperanza: “Entonces saldrá el Señor y combatirá contra aquellos pueblos, como combatió en el día de la batalla” (Zacarías 14:3). Él hablará una plaga sobrenatural que matará a todos los soldados enemigos de golpe (Zacarías 14:12). El versículo 9 nos dice que el resultado de este día trascendental será la coronación de Jesús como “rey sobre toda la tierra”.

Esta maravillosa promesa nos introduce a la cuarta categoría de profecías que se relacionan con Jerusalén.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 13 (parte 2 de 2)

 Babilonia en la Profecía

¿Será el cuartel general del Anticristo?


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El Destino de Babilonia

Con respecto a Babilonia siendo destruida y nunca más reconstruida, echemos un vistazo a Isaías 13:

17) Voy a provocar a los medos [los caldeos] contra ellos. . .

19) Y Babilonia, hermosura de los reinos, gloria del orgullo de los caldeos, será como cuando Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra.

20) Nunca más será poblada ni habitada de generación en generación. . .

Aquellos que argumentan a favor de la reconstrucción de Babilonia descartan este pasaje por varias razones. Primero, argumentan que es una profecía del tiempo del fin que se refiere a la destrucción de Babilonia al final de la Tribulación.

Pero esto simplemente no es cierto. El contexto habla claramente de la conquista de Babilonia por los medos. Ciertamente hay profecías del tiempo del fin acerca de Babilonia en Isaías 13, pero ésta no es una de ellas. Las profecías del tiempo del fin a menudo se mezclan con las profecías contemporáneas. Por ejemplo, en Lucas 21 algunas de las profecías sobre la destrucción de Jerusalén pertenecen al año 70 d. C., mientras que otras se refieren a los tiempos del fin.

La Naturaleza de la Destrucción de Babilonia

La segunda forma en que la gente trata de descartar el significado claro de Isaías 13:17-20 es argumentar que no podía referirse a la conquista de Babilonia por parte de los medos porque esa victoria fue tan sorprendente y rápida que no resultó en la destrucción de la ciudad. “El pasaje dice que Babilonia será destruida de la misma manera que Sodoma y Gomorra, y eso significa destrucción repentina y total”.

Es cierto que los medos conquistaron la ciudad de una manera relativamente incruenta y no devastadora. Supuestamente, represaron el río Éufrates, que atravesaba el centro de la ciudad. Entonces, mientras los gobernantes babilonios estaban en medio de una fiesta de borrachos, ¡los ejércitos de los medos simplemente caminaron por el lecho seco del río, debajo de los muros!

¡Pero el pasaje no dice que Babilonia será derrocada como Sodoma y Gomorra! Esta alegación se basa en una interpretación que el texto no justifica. Lea el pasaje cuidadosamente. Simplemente dice que después de que los medos conquisten la ciudad, “será como cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra”.

Y eso es exactamente lo que sucedió. La ciudad fue conquistada por los medos en 539 a. C. A partir de entonces, entró en un fuerte declive. Cuando Alejandro Magno llegó 200 años después, estaba en ruinas. Anunció sus intenciones de reconstruirla, pero murió repentinamente antes de que pudiera hacer algo. Sus generales abandonaron la ciudad y trasladaron la capital al río Tigris, donde construyeron una nueva ciudad llamada Selucia. Babilonia llegó a ser como Sodoma y Gomorra — un montón de ruinas — y ha estado en esa condición desde entonces, tal como fue profetizado en Isaías 13.

La Reconstrucción de Saddam

Pero aquellos que creen que Babilonia será reconstruida contrarrestan afirmando que su reconstrucción fue iniciada por Saddam Hussein.

Es cierto que Saddam construyó uno de sus muchos palacios presidenciales allí, en las afueras de la antigua ciudad. Pero no reconstruyó la ciudad para habitarla. Todo lo que hizo fue restaurar algunas de las ruinas del palacio de Nabucodonosor como atracción turística. Las fotos satelitales modernas del sitio todavía muestran que es un montón de ruinas deshabitadas. Por supuesto, con técnicas de construcción modernas, el Anticristo podría construir rápidamente una sede internacional en el sitio, pero Isaías 13:20 dice que, una vez que sea conquistada por los medos, “nunca más será poblada ni habitada de generación en generación”.

Las Referencias en Apocalipsis

Entonces, ¿qué pasa con las referencias en el libro de Apocalipsis que indican claramente que Babilonia será la sede del Anticristo durante la Tribulación? El problema es que se usa un término calificativo que hace altamente cuestionable que el significado sea literalmente Babilonia.

El pasaje es Apocalipsis 17:5. En la Nueva Versión Estándar Americana, la traducción introduce al lector a “un misterio, Babilonia la Grande”. Las versiones King James y New King James traducen el significado como “Misterio Babilonia la Grande”. De cualquier manera, el uso de la palabra calificativa, misterio, indica fuertemente que Babilonia debe ser tomada simbólicamente. Esta conclusión se ve reforzada por Apocalipsis 11:8, donde Jerusalén se refiere simbólicamente como la ciudad “que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto”. Note nuevamente el uso de la palabra “en sentido espiritual” como un aviso de que el autor está hablando simbólicamente.

De la misma manera, Pedro usa Babilonia como un símbolo de Roma en 1 Pedro 5:13. Estaba escribiendo desde Roma, y cierra la epístola enviando saludos desde “la iglesia que está en Babilonia”. Esta declaración deja claro que entre los cristianos del primer siglo, Babilonia era un apodo para Roma.

Tenga en cuenta que, cuando Juan escribió Apocalipsis, él era un prisionero romano. Por lo tanto, no podía hacer ninguna referencia despectiva a Roma en sus escritos, por lo que usó el apodo de Babilonia e incluso enfatizó que era una palabra clave al referirse a ella como “Misterio Babilonia”.

Que Juan tenía a Roma en mente se indica más adelante en el capítulo 17 de Apocalipsis en dos lugares. En el versículo 9 se refiere a ella como la ciudad de los “siete montes”. En el contexto del primer siglo, esto sólo podía referirse a Roma, que era conocida como “la ciudad de las siete colinas”. En el versículo 18, Juan se refiere a la ciudad como “la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”. Una vez más, esto sólo podría haber sido Roma en un entorno del primer siglo.

Un Desafío

Entonces, ahí lo tienen — un resumen de todos los argumentos a favor y en contra sobre si la capital del Anticristo del tiempo del fin será o no la antigua Babilonia o la Roma moderna. Lo desafío a ser un buen bereano (Hechos 17:10-11). Profundice en las Escrituras, estudie diligentemente y saque sus propias conclusiones.

Lo importante a tener en cuenta es que realmente no hace ninguna diferencia si será Babilonia o Roma, porque de cualquier manera, Dios Todopoderoso va a destruir la ciudad, su rey y todas sus actividades pecaminosas en una hora de un día (Apocalipsis 18:8, 10).

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 21 de junio de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 13 (parte 1 de 2)

 Babilonia en la Profecía

¿Será el cuartel general del Anticristo?


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Cada vez que estalla una guerra en el Medio Oriente, la especulación profética siempre cambia a toda velocidad, y eso es comprensible, ya que la profecía bíblica del tiempo del fin se centra en el Medio Oriente y menciona varias guerras que tendrán lugar allí.

Especulaciones Comunes

La primera pregunta parece ser siempre si la guerra es o no la Guerra de Armagedón. Supongo que esta pregunta es natural porque ésta es la guerra profética de la que la gente más ha oído hablar. Pero esa guerra ocurrirá al final de la Tribulación, después de un período de siete años de destrucción sin precedentes en la tierra.

Aquellos que están más familiarizados con la profecía bíblica a menudo especulan sobre si cualquier nueva guerra en el Medio Oriente podría ser la Guerra de Gog y Magog. En realidad, la profecía bíblica habla de dos guerras de Gog y Magog. Una ocurre alrededor del comienzo de la Tribulación, muy probablemente en la brecha de tiempo entre el Rapto y el comienzo de la Tribulación. Esta guerra consiste en una coalición rusa de naciones islámicas que invaden Israel y son destruidas sobrenaturalmente por Dios (Ez. 38:18-22 y 39:1-6).

La otra Guerra de Gog y Magog ocurre al final del Milenio, cuando una vez más los pueblos de Rusia reúnen al mundo entero para atacar el trono de Jesús en Jerusalén. Las naciones que se unen a esta revuelta también son destruidas sobrenaturalmente (Ap. 20:7-10).

Nuevas Especulaciones

Me sorprendió escuchar a uno de los maestros más conocidos de la profecía bíblica proponer una nueva teoría cuando Estados Unidos atacó Irak en marzo de 2003. Especuló que la guerra era el cumplimiento de una profecía en Jeremías 50:9 que dice lo siguiente:

Porque Yo hago despertar y subir contra Babilonia una horda de grandes naciones de la tierra del norte, que se alinearán para la batalla contra ella; desde allí será llevada cautiva. Sus flechas serán como de diestro guerrero. . .

El primer problema con esta interpretación es que viola el contexto en el que se encuentra el pasaje. Ese contexto es la destrucción del reino del Anticristo que tendrá lugar al final de la Tribulación. El segundo problema es que la coalición liderada por Estados Unidos era cualquier cosa menos una “horda de grandes naciones”. Teníamos tres aliados que suministraban tropas de combate: Inglaterra, Australia y Polonia. Y la invasión ciertamente no vino del norte. Salió de Kuwait, desde el sureste.

Increíblemente, este maestro de profecía, que estaba decidido a forzar este pasaje sobre la guerra en Irak, trató de argumentar que la invasión realmente vino del norte porque, como él dijo: “Si revisa la línea de latitud que atraviesa Bagdad, encontrará que es la misma que atraviesa Savannah, Georgia, y por lo tanto, la mayor parte de los Estados Unidos se encuentra al norte de Bagdad”. Por decir lo menos, me quedé estupefacto por este débil intento de torcer las Escrituras para que se ajustaran a la idea preconcebida de este maestro.

La nueva especulación más popular que encontré en todo Internet fue una que argumentaba que Estados Unidos es Babilonia y, por lo tanto, experimentaría una derrota abrumadora en Irak, de acuerdo con las profecías contenidas en Isaías 13 y 14 y Jeremías 50 y 51. El resultado de la guerra puso fin a esta especulación. Una especulación más creíble que muchos maestros sobresalientes de profecía bíblica propusieron fue que la Guerra en Irak conduciría a la destrucción de Bagdad y el posterior surgimiento de Babilonia como la nueva capital de Irak. Esta especulación tampoco se materializó debido al bombardeo de precisión que estaba dirigido casi exclusivamente a objetivos militares.

Una Especulación Bíblica

La especulación sobre el surgimiento de Babilonia en tiempos del fin está basada en la Biblia. Esta es la razón por la que Tim LaHaye, en su serie de libros “Dejados Atrás”, presentó a Babilonia como la capital del reino mundial del Anticristo.

Echemos un vistazo a la base bíblica de esta suposición. Comienza en las Escrituras hebreas en Isaías 13, donde el profeta dice que Babilonia será destruida en “el día del Señor” (Isaías 13:6, 9). Esta terminología es una clara referencia a los tiempos del fin y, por supuesto, Babilonia no puede ser destruida a menos que sea reconstruida.

Isaías 14:1-17 dice que el rey de Babilonia, en el momento de su destrucción del tiempo del fin, será un opresor de crueldad sin paralelo. Esta es una imagen que ciertamente trae a la mente al Anticristo.

El libro de Apocalipsis en el Nuevo Testamento confirma estas profecías del Antiguo Testamento. Apocalipsis 17 asocia la religión mundial apóstata del tiempo del fin con Babilonia. Y de manera similar, Apocalipsis 18 asocia el imperio político del Anticristo con Babilonia.

Considere Apocalipsis 18:1-10. Este pasaje enseña claramente que Babilonia será la ciudad capital del Anticristo y que al final de la Tribulación, la ciudad será destruida en una hora de un día (Ap. 18:8,10).

Ahora, en vista de estos pasajes bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, usted podría preguntarse cómo alguien que toma en serio la profecía bíblica podría dudar de que Babilonia será reconstruida y servirá como la sede del poder del Anticristo. Sin embargo, hay muchos maestros sobresalientes de profecía bíblica, como Dave Hunt y Ed Hindson, que argumentan que Babilonia nunca será reconstruida y que la sede mundial del Anticristo será Roma.

El Argumento a Favor de Roma

Echemos un vistazo al otro lado del argumento — que la Babilonia de los tiempos del fin realmente será la Roma moderna. Hay dos razones que generalmente se dan de por qué la Babilonia del tiempo del del fin Babilonia no puede ser la Babilonia de Irak:

1) La Biblia dice que, después de que Babilonia sea conquistada por los medos, se convertirá en un montón de ruinas y nunca será reconstruida de nuevo.

2) Hay fuerte evidencia de que Babilonia se usa simbólicamente en el libro de Apocalipsis para referirse a Roma.


Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
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martes, 16 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 12 (parte 2 de 2)

 Estados Unidos en la Profecía

¿Jugará un papel central o periférico?


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El Tipo Profético de Estados Unidos

El tipo profético bíblico de los Estados Unidos que tengo en mente es la nación de Judá. Esta fue la nación del sur que se formó cuando el reino unido de David y Salomón se dividió después de la muerte de Salomón.

La norteña nación de Israel, compuesta por diez tribus, nació en rebelión, y nunca fue bendecida por Dios. A lo largo de sus 208 años de historia, nunca tuvo un rey que fuera considerado justo a los ojos de Dios.

En marcado contraste, el reino del sur, Judá, que contenía tanto la ciudad de Jerusalén como el templo judío, fue bendecido como ninguna otra nación que hubiera existido. La nación recibió ocho reyes justos durante sus 344 años de existencia. El gobierno combinado de esos reyes constituyó 224 años de la historia de la nación. Estos incluían grandes hombres de Dios como Josafat, Ezequías y Josías. Este liderazgo piadoso produjo una nación bendecida con libertad, prosperidad, justicia y paz.

Pero la mayor bendición de la nación fue la presencia de Dios mismo en la forma de Su Gloria Shejiná, que residía en el Lugar Santísimo del Templo judío.

El Paralelo Estadounidense

Desde entonces, ninguna otra nación ha sido tan ricamente bendecida excepto, los Estados Unidos de América. Dios nos dio una gran extensión de territorio, lleno de todos los recursos naturales concebibles. Además, nos dio el ingenio para aprovechar nuestros recursos naturales y talentos para producir la mayor riqueza que el mundo jamás haya conocido.

Al igual que la antigua Judá, Dios nos bendijo con líderes políticos piadosos que lo amaban y que apreciaban la libertad. También nos dio grandes líderes espirituales que predicaron el Evangelio con celo y desarrollaron una ciudadanía basada en los principios cristianos de justicia y hermandad. Y trabajando a través de nuestra riqueza e iglesias, el Señor envió misioneros por todo el mundo para establecer iglesias y traducir la Biblia a muchos idiomas.

Sería genial si pudiéramos concluir nuestra comparación de Judá y Estados Unidos en este punto. Pero desafortunadamente, los paralelos en las historias de las dos naciones no terminan aquí.

Orgullo y Rebelión

Cuando Judá alcanzó el apogeo de su gloria como nación, el pueblo comenzó a revolcarse en el orgullo, y esto llevó a la rebelión contra Dios y Su Palabra.

A menudo, cuando me preguntan: “¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica?”. Yo respondo diciendo: “Mire en el capítulo 5 de Isaías. O considere Jeremías 5 y 6”. Digo esto porque estos capítulos contienen un inventario de los pecados nacionales de Judá catalogados por Isaías y Jeremías, y son los mismos pecados que caracterizan a la sociedad estadounidense de hoy.

Destrucción

Judá se negó a arrepentirse, y Dios finalmente respondió enviando a los babilonios a destruir la nación. Uno de los pasajes más tristes de la Biblia se encuentra en 2 Crónicas 36, donde el escritor describe la dolorosa decisión de Dios de destruir a su amada nación de Judá. Dice lo siguiente:

15) El Señor, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque Él tenía compasión de Su pueblo y de Su morada. 

16) Pero ellos continuamente se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Sus palabras y se burlaban de Sus profetas, hasta que subió el furor del Señor contra Su pueblo, y ya no hubo remedio.

Judá fue destruida por cometer los mismos pecados que caracterizan a los Estados Unidos hoy. ¿Por qué nuestro destino debería ser diferente?

  • Hemos sido bendecidos como Judá.
  • Hemos pecado como Judá.
  • Ahora estamos siendo advertidos como Judá.
  • Estamos respondiendo como Judá.
  • La conclusión parece ineludible: Nos dirigimos hacia el mismo destino que Judá.

¿Cuál es probable que sea ese destino? ¿Qué forma adoptará? Sólo podemos adivinar, porque la Biblia guarda silencio.

Colapso Económico

Lo primero que viene a la mente es una catástrofe económica, que podría resultar de nuestra situación de deuda fuera de control. La deuda oficial pendiente del gobierno de los Estados Unidos a mayo de 2020 era de 24 billones de dólares. Eso ascendió a $76,700 por persona o $167,800 por contribuyente. Y el Congreso estaba en el proceso de agregar rápidamente varios billones más a esa cantidad, a través de la promulgación de paquetes de estímulo en respuesta a la pandemia de coronavirus.

Para empeorar las cosas, ese total no incluyó las promesas no financiadas de Medicare y Seguridad Social que totalizaron $52 billones. Y luego estaba la deuda estatal y local de $3 billones más una increíble cantidad de deuda no financiada para sistemas de pensiones estatales y locales fuera de control. ¡La deuda personal totalizó $14 billones o $42,424 por persona!

Estas cifras dejan en claro que nuestra nación y sus ciudadanos son adictos a la deuda. Estamos viviendo de un dinero que no tenemos y nunca tendremos, y tarde o temprano el peso de esta deuda va a colapsar nuestra economía.

Creo que es muy probable que se produzca un colapso económico sin precedentes, porque el dinero es el verdadero dios de Estados Unidos, y el verdadero Dios de este universo es celoso y no tolera la idolatría. Dios, por Su propia naturaleza, va a ser obligado a destruir a nuestro falso dios.

Ataque Externo

Otro posible destino para Estados Unidos es la destrucción por medio de un ataque nuclear ruso. Esto, por supuesto, podría suceder junto con un colapso económico, o podría ser la causa de ese colapso.

La razón por la que un ataque ruso es tan probable es porque la Biblia dice que los rusos liderarán una invasión de Israel en el tiempo del fin (Ezequiel 38 y 39). Dado que somos el único aliado de Israel, me parece inconcebible que los rusos ataquen a Israel sin desatar un ataque nuclear preventivo contra nosotros para evitar que salgamos en defensa de Israel.

Este ataque puede estar insinuado en Ezequiel 39:6, donde dice que en el momento de la invasión rusa, el fuego caerá sobre “los que habitan seguros en las costas”. El ataque ruso vendría muy probablemente de submarinos desplegados frente a nuestras costas este y oeste. Cada submarino ruso tiene más potencia de fuego que todas las bombas lanzadas en la Segunda Guerra Mundial. Tal ataque nos daría sólo siete minutos, ni siquiera el tiempo suficiente para lanzar un contraataque.

Algunos argumentan que, desde el colapso del gobierno soviético, Rusia es ahora demasiado débil para lanzar cualquier ataque contra Israel o los Estados Unidos. Es cierto que la economía de Rusia está en ruinas, pero el poder militar está intacto, incluidas miles de ojivas nucleares. La verdad del asunto es que Rusia es mucho más peligrosa hoy que antes del colapso soviético. El aumento del peligro se debe a los deseos expansionistas rusos y a la inestabilidad de su economía.

Ataque Interno

Otra forma en que el poder estadounidense podría disiparse rápidamente es a través de ataques terroristas internos. Sólo deténgase y piense por un momento en el impacto abrumador que el ataque del 11 de Septiembre tuvo en nuestra sociedad y economía. En los meses siguientes, los mercados bursátiles perdieron más de 7 billones de dólares en valor. La industria de viajes (aerolíneas y hoteles) fue devastada. Las libertades civiles fueron severamente restringidas. Y no olviden que nuestro gobierno nacional fue paralizado por el posterior susto del ántrax.

Multiplique tales ataques terroristas, incluido el envenenamiento de los suministros de agua y la explosión de “bombas sucias”, que contienen materiales de desecho nuclear, y puede ver fácilmente cómo nuestra nación podría ser puesta de rodillas. De hecho, no está fuera de la posibilidad de que los terroristas puedan detonar una bomba atómica que ha sido introducida de contrabando en uno de nuestros principales puertos a bordo de un buque de carga.

No importa cuán vigilantes seamos, en última instancia, no hay manera de protegerse contra los terroristas que no tienen respeto por sus propias vidas, y mucho menos contra aquellos que creen que morir por su causa les garantizará su entrada en el paraíso.

Podredumbre Interna

El colapso interno también podría resultar de la podredumbre moral que tiene a nuestra nación tomada del cuello. Esto fue lo que finalmente destruyó el Imperio Romano, y fue lo que llevó al colapso repentino de la Rusia soviética.

A medida que hemos abandonado nuestra herencia judeocristiana, nos hemos convertido en una sociedad amoral que ha perdido el respeto por la santidad de la vida. El individualismo ha sido llevado al borde de la anarquía, ya que cada uno hace lo que es correcto ante sus propios ojos. La codicia está fracturando nuestra sociedad entre jóvenes y viejos, ricos y pobres, blancos y negros. La guerra de clases podría deteriorarse fácilmente en guerra civil con brotes de violencia incontrolable en nuestras principales ciudades.

Otra Alternativa

Hay otro escenario que podría explicar el silencio sobre Estados Unidos en las Escrituras, y es el que estoy esperando. Lo que tengo en mente es la posibilidad de que los Estados Unidos puedan ser destruidos repentinamente por el Rapto de la Iglesia.

No hay duda de que el Rapto devastaría a los contemporáneos Estados Unidos. Tenemos más cristianos nacidos de nuevo que cualquier otra nación en el mundo — más que toda Europa Occidental e Inglaterra juntas.

Además, tenemos muchos cristianos evangélicos en altos cargos de liderazgo, tanto en el gobierno como en los negocios. La eliminación repentina de estas personas arrojaría a toda nuestra sociedad al caos.

Nuestro Destino Nacional Final

Independientemente de cómo seamos eliminados de la escena internacional como potencia mundial, lo más probable es que terminemos absorbidos por la Unión Europea como uno de sus Estados miembros. Esto parece natural en vista de todos los lazos históricos y culturales que tenemos con esa parte del mundo.

Una cosa es segura: Sin importar cómo nuestra nación pueda ser destruida, no podremos culpar a Dios. Él ha enviado pacientemente una voz profética tras otra para llamar a nuestra nación al arrepentimiento y advertir de Su juicio inminente. (Vea mi libro, Voces Proféticas de Dios a Estados Unidos). También nos ha llamado al arrepentimiento a través de juicios correctivos como la Guerra de Vietnam, los ataques del 11 de Septiembre, el Huracán Katrina, la Gran Recesión de 2007-2009, y la epidemia de coronavirus y su consiguiente debacle económica.

A todas estas advertencias, hemos puesto oídos sordos y un corazón frío. En el proceso, hemos sellado nuestro destino.


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 15 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 12 (parte 1 de 2)

 Estados Unidos en la Profecía

¿Jugará un papel central o periférico?


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¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica? Es una pregunta que me hacen dondequiera que voy. Es natural que nos preguntemos. Dado que Estados Unidos no se menciona específicamente por su nombre en la profecía bíblica, la gente ha recurrido a su imaginación para encontrar nuestra nación en las Escrituras.

¿Una “gente alta y lampiña”?

Algunos han señalado a Isaías 18, el cual habla de un pueblo “de gente alta y lampiña” que es “temido por doquier”. El pasaje además declara que ésta es una “nación dominante cuya tierra está surcada por ríos”. El capítulo termina afirmando que la gente de esta nación le llevará “ofrendas” al Señor, cuando Él regrese a reinar desde el Monte Sion.

Debido a que estos versículos hablan de una nación poderosa cuya tierra está dividida por un gran río, algunos han llegado a la conclusión de que la nación es Estados Unidos, ya que está dividida por el río Mississippi. Además, argumentan que somos un pueblo alto y lampiño, y que nuestro poderío militar es temido en todo el mundo. Finalmente, argumentan que, dado que somos una nación cristiana, ciertamente le llevaremos ofrendas al Señor cuando regrese.

Pero los primeros versículos de este capítulo indican que está hablando de “Cus”, el antiguo nombre de Etiopía. En el momento en que Isaías escribió este pasaje, Etiopía era la sede de la poderosa dinastía egipcia XXV (730-660 a. C.). El río al que se hace referencia es, sin duda, el Nilo.

Isaías 18 no tiene nada que ver con los Estados Unidos en la profecía, e incluso si lo hiciera, no respondería a la pregunta sobre el papel de Estados Unidos en la política mundial del tiempo del fin. Es una profecía sobre el reinado milenario de Jesús que se establecerá después de Su regreso.

¿Una “aldea de Tarsis”?

Probablemente uno de los pasajes más populares donde la gente afirma haber encontrado a Estados Unidos es Ezequiel 38, donde el profeta describe una invasión contra Israel que será lanzada en los tiempos del fin por una nación “de las partes remotas del norte”. Los versos descriptivos acerca de la potencia del norte dejan claro que esta nación es Rusia. Lo que no está tan claro es dónde encaja Estados Unidos en esta invasión.

Aquellos que nos encuentran en el pasaje, apuntan a Ezequiel 38:13, que dice que “los mercaderes de Tarsis y todas sus aldeas” (o “leoncillos” dependiendo de la traducción) se pronunciarán en contra de la invasión. El argumento es que Tarsis es Gran Bretaña y las “aldeas” o “leoncillos” son las naciones de habla inglesa como los EE. UU. y Australia, que fueron fundadas por inmigrantes británicos.

Por decir lo menos, ésta es una interpretación muy imaginativa. Su validez es seriamente cuestionada por el hecho de que nadie sabe con certeza la verdadera identidad de “Tarsis”. Además, los recientes descubrimientos arqueológicos indican que Tarsis era probablemente la antigua Tartessos, en la España moderna.

Tarsis se usa en las Escrituras como un símbolo de las áreas al oeste de Israel. Por lo tanto, el significado más probable de la declaración de Ezequiel es que las naciones de Europa Occidental hablarán en contra de la invasión de Israel liderada por Rusia en los tiempos del fin

Una cosa es cierta: Ezequiel 38 no resuelve la búsqueda de Estados Unidos en la profecía.

¿Una “gran águila”?

Otro pasaje favorito para aplicar la imaginación es Apocalipsis 12:13-17. Estos versículos declaran que, a la mitad de la Tribulación, Dios proveerá un medio de escape para el remanente judío en Israel. Serán transportados al desierto a un escondite sobre las “alas de una gran águila”.

Algunas personas se han aprovechado de estas imágenes, para enseñar que Estados Unidos, cuyo símbolo nacional es el águila, suplirá el transporte aéreo del tiempo del fin que salvará al remanente judío.

Pero la Biblia es su mejor intérprete. Y cuando busque la frase, “alas de un águila”, encontrará que es la misma que Dios usó en Éxodo 19:4 para describir cómo sacó a los israelitas de Egipto: “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he levantado a ustedes sobre alas de águilas y los he traído a mí”. La misma imagen se usa en Deuteronomio 32:11, donde habla de la protección de Dios de Israel en el desierto: “Como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, [el Señor] extendió Sus alas y los tomó, los llevó sobre Su plumaje”.

Dios es a menudo representado en las Escrituras simbólicamente como un pájaro protector. En el Salmo 91 se le dice al lector que ponga su confianza en Dios y Él “te cubrirá con sus plumas, y bajo sus alas hallarás refugio” (Salmos 91:2, 4). En Salmos 17:8, David clama al Señor en una oración, pidiéndole a Dios que lo “esconda bajo la sombra de tus alas”. (Vea también Salmos 36:7; 57:1; 61:4 y 63:7).

En Apocalipsis 12, Dios es el “águila”, no los Estados Unidos. Todo lo que el pasaje en Apocalipsis 12 enseña es que Dios va a proteger sobrenaturalmente al pueblo judío cuando huya del Anticristo a Jordania, a la mitad de la Tribulación.

¿“Babilonia la Grande”?

Esto nos lleva al pasaje final y más extensamente usado para identificar a los EE. UU. en la profecía bíblica. Es Apocalipsis 18, donde se describe la destrucción de “Babilonia la grande”.

No hay duda de que Estados Unidos comparte muchas similitudes con el imperio comercial corrupto descrito en este capítulo. El imperio es descrito como uno que está en rebelión contra Dios, hasta el punto de que se ha convertido en “morada de demonios” (versículo 2). Además, afirma que la inmoralidad de este imperio ha corrompido a todas las naciones del mundo (versículo 3).

También se aclara que esta “Babilonia la grande” dominará completamente la economía mundial, y su destrucción resultará en el colapso de las economías de todas las naciones (versículos 9, 11, 17).

En el contexto internacional actual, ciertamente suena como Estados Unidos. Pero, de nuevo, la Biblia es su mejor intérprete, y el capítulo 17 de Apocalipsis deja en claro que “Babilonia la grande” es un imperio cuya capital es Roma, no Washington, D. C.

En Apocalipsis 17:9 se nos dice que las siete cabezas de la bestia (el Anticristo) son representativas, en parte, de “siete montes”. En el contexto del primer siglo, esto sólo podría ser una referencia a Roma, ya que era conocida como “la ciudad de las siete colinas”. Esta identificación se ve reforzada por el versículo 18, que dice que la mujer montada en la bestia “es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra”. Una vez más, sólo hay una ciudad que podría encajar en esa descripción en el contexto del pasaje del primer siglo, y ésa es Roma.

Estados Unidos no es un cumplimiento de Apocalipsis 18. Ese capítulo describe el último imperio mundial gentil que dominará la tierra en el momento de la Segunda Venida del Señor. Es el imperio del Anticristo.

Algunas Conclusiones

Entonces, ¿dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica? Una respuesta parcial es que no se nos menciona directa y específicamente. Estamos cubiertos por profecías generales que se relacionan con todas las naciones, pero más allá de eso, nuestro destino del tiempo del fin no se menciona específicamente.

Las profecías generales que se aplican a los Estados Unidos incluyen aquellas que dicen que todas las naciones serán juzgadas (Isaías 34:2-3), y todas las naciones dejarán de existir, excepto la nación de Israel (Jer. 30:11; 46:28).

Pero, ¿cómo podría Dios pasar por alto a la nación más importante y poderosa del mundo? No creo que lo haya hecho. Creo que Estados Unidos se puede encontrar en la profecía bíblica, no específicamente, sino en tipo profético. En otras palabras, creo que hay una nación en las Escrituras que es precursora de Estados Unidos en su origen, su propósito y su destino.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 8 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 11 (parte 2 de 2)

 Las Naciones en la Profecía

¿Habrá una cierta configuración del tiempo del fin?


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El Papel de Europa

Como se señaló en el capítulo anterior, Europa es otro jugador importante en el escenario bíblico de los eventos del tiempo del fin. Las profecías contenidas en Daniel y Apocalipsis dejan claro que, en los tiempos del fin, el Imperio Romano será revivido y, de él, surgirá el Anticristo.

El sueño de Nabucodonosor, del que hablamos en el capítulo 10, reveló una progresión de futuros imperios gentiles: Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma (Daniel 2:31-45). También reveló que el imperio gentil final sería un renacimiento del Imperio Romano y consistiría en una confederación suelta de diez naciones o regiones.

La visión de Daniel de la misma procesión de imperios, dada a él 48 años después del sueño de Nabucodonosor, también indicó que el último imperio gentil de la historia sería una confederación de diez unidades, que se ubicaría en el área del antiguo Imperio Romano (Daniel 7:1-8). Además, a Daniel se le mostró que el Anticristo surgiría de este Imperio Romano reconstruido, primero apoderándose de tres de las unidades, y luego del resto (Daniel 7:8-12, 23-26).

En el capítulo 9 de sus profecías, Daniel nuevamente afirma que el Anticristo surgirá de un Imperio Romano reavivado. Afirma que el Anticristo se originará de entre el pueblo que un día destruiría el templo judío (Daniel 9:26). Ese pueblo demostró ser, por supuesto, los romanos en el año 70 d. C.

Confirmación del Nuevo Testamento

El apóstol Juan confirmó el mensaje de las visiones de Daniel en el libro de Apocalipsis. Vio a una “mujer sentada sobre una bestia escarlata . . .que tenía siete cabezas y diez cuernos” (Ap. 17:3). Sabemos que la bestia es Satanás, porque se le describe con la misma terminología en Apocalipsis 12:3. La mujer es un símbolo de la iglesia apóstata que el Anticristo usará para inspirar la adoración mundial de sí mismo (Ap. 13:12).

Juan explica que las siete cabezas de la bestia representan “siete reyes”, cinco que ya habían caído, uno que existía en ese momento, y el séptimo que aún estaba por venir (Ap. 17:10). Esto parece ser una referencia a una sucesión de imperios mundiales gentiles. Los cinco caídos serían Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia y Grecia. El que existía en ese momento era Roma. El que estaba por venir sería la confederación europea del tiempo del fin, que representaría un renacimiento del Imperio Romano. Juan luego revela que el Imperio Romano revivido se convertirá en el octavo y último imperio gentil de la historia, es decir, el imperio mundial del Anticristo (Ap. 17:11-12).

Un Sueño Persistente

Es interesante notar que, desde que el Imperio Romano dejó de existir en el año 476 d. C., se han hecho repetidos intentos a lo largo de la historia para revivirlo. En la Edad Media, el Papa intentó un renacimiento a través de la creación de lo que se llamó el Sacro Imperio Romano. Pero era un imperio sólo de nombre. Tanto Napoleón como Hitler trataron de unir a Europa a través del poder militar, y ambos fracasaron porque no era el tiempo de Dios.

Sin lugar a dudas, todos estos intentos fueron inspirados por Satanás. Él conoce la profecía bíblica (Ap. 12:12) y, por lo tanto, entiende que no puede levantar a su falso mesías, el Anticristo, hasta que sea capaz de orquestar la reunificación de Europa.

El Impacto de la Segunda Guerra Mundial

El punto de inflexión para el cumplimiento de estas profecías llegó con la Segunda Guerra Mundial. Así como la guerra aceleró el restablecimiento de Israel, al motivar al pueblo judío a regresar a su patria, también motivó el movimiento hacia la unidad europea.

Europa estaba en ruinas y estaba desesperada. Esta desesperación llevó a los líderes europeos a dejar de lado los antiguos odios y celos para acercarse unos a otros en busca de apoyo y ayuda mutuos. El resultado fue una serie de fusiones económicas que comenzaron en la década de 1950, y que finalmente condujeron a la integración política en la década de 1990. Hoy en día, la Unión Europea contiene 27 naciones con una población combinada de más de 515 millones. La Unión se ha convertido en la superpotencia profetizada por Daniel, y proporcionará la base de operaciones para el Anticristo cuando haga su movimiento para apoderarse del mundo.

El Escenario Probable

Ahora que este patrón profetizado de naciones del tiempo del fin está en su lugar por primera vez, ¿cuál será probablemente el resultado de la política internacional?

La Biblia dice que, a medida que nos acercamos al umbral de la Tribulación, que conduce al día del regreso del Señor, el mundo se volverá cada vez más hostil a Israel. De hecho, se nos dice que el mundo entero se unirá contra Israel por el tema de Jerusalén (Zacarías 12:2-3).

Ahí es precisamente donde estamos hoy en el escenario de los eventos del tiempo del fin. Las naciones árabes están exigiendo soberanía sobre Jerusalén. La Unión Europea insiste en que la ciudad se divida entre árabes y judíos. A las Naciones Unidas les gustaría ver a la ciudad internacionalizada, y al Vaticano le gustaría verla bajo su control. Incluso el mayor aliado de Israel, Estados Unidos, está presionando a los judíos para que entreguen una parte de la ciudad.

El reconocimiento por parte del presidente Donald Trump de Jerusalén como la capital de Israel, en diciembre de 2017, sirvió para intensificar el odio del mundo hacia Israel. Una vez más, esto fue en cumplimiento de la profecía en Zacarías 12: 3, que dice que “todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella”.

Una Guerra por Jerusalén

Toda esta presión internacional está llevando a una gran conflagración por el control de la ciudad. Cuando estalle la guerra — muy probablemente, la guerra del Salmo 83 — los israelíes la ganarán rápidamente, lo que incitará a los palestinos a enviar un llamado de ayuda al mundo árabe.

Los sirios serán probablemente los primeros en intervenir, debido a su odio implacable hacia los judíos. Atacarán tanto Tel Aviv como Haifa con misiles, y la única forma en que Israel podrá sobrevivir es tomar represalias con sus propios misiles, posiblemente usando ojivas nucleares. Esto explicaría el hecho de que la profecía bíblica establece claramente que Damasco, la capital de Siria, dejará de existir en los tiempos del fin (Isaías 17:1-14 y Jeremías 49:23-27).

Todo el mundo árabe entrará en pánico por la destrucción de Damasco, y los líderes árabes recurrirán a su aliado natural en busca de ayuda: Rusia. Los rusos responderán alegremente a la invitación árabe, porque la verán como una oportunidad no sólo para destruir a Israel, sino para apoderarse de los campos petrolíferos árabes de Oriente Medio. Este es probablemente el "botín" que los atraerá al área (Ezequiel 38:12).

Las tropas rusas serán destruidas sobrenaturalmente en las colinas de Israel. Sucederá de tal manera que incluso los israelíes se darán cuenta de que la derrota provino de Dios, y muchos corazones judíos se volverán al Señor (Ezequiel 39:1-6).

El Surgimiento del Anticristo

En este punto, el mundo entero entrará en pánico y, en esa atmósfera, entrará un líder político dinámico y carismático de Europa que parecerá tener todas las respuestas. Él negociará un acuerdo asombroso para el Medio Oriente, que les permitirá a los judíos vivir verdaderamente en paz e incluso reconstruir su templo.

Usará su éxito en Medio Oriente para consolidar su control sobre la Unión Europea, y usará ese imperio como base para lanzar una guerra para apoderarse del mundo. Será espectacularmente exitoso, debido a su crueldad. Masacrará a la mitad de la población mundial en una guerra nuclear que le permitirá convertirse en la primera persona en la historia en conquistar todas las naciones del mundo. Las combinará en el imperio gentil final de la historia que gobernará desde Roma (Daniel 7:23-26; 8:23-26 y Ap. 6-9).

China

Debido a que China se ha convertido en una de las superpotencias del mundo, la gente se pregunta cada vez más qué papel jugará la nación en los tiempos del fin.

No se dice mucho sobre las naciones asiáticas, porque el foco de la profecía del tiempo del fin es el Medio Oriente y el pueblo judío. Pero hay una mención de las fuerzas asiáticas en el libro de Apocalipsis. Dice en el capítulo 9, que un ejército de 200 millones marchará hacia Israel durante la Tribulación, matando a un tercio de la humanidad en el proceso (Ap. 9:13-19).

Algunos argumentan que éste es un ejército demoníaco, y podría serlo. Pero más adelante en Apocalipsis, se nos dice que cerca del final de la Tribulación, el río Éufrates se secará sobrenaturalmente para permitir que “los reyes del oriente” crucen a Tierra Santa (Ap. 16:12). El profeta Daniel parece referirse a este ejército cuando dice que el Anticristo estará profundamente perturbado por los rumores de ejércitos que vienen contra él (Daniel 11:44).

Mi mejor conjetura es que, cuando el Anticristo se obsesione con la aniquilación del pueblo judío durante la segunda mitad de la Tribulación, su imperio mundial comenzará a desmoronarse debido a la negligencia. Las naciones asiáticas se rebelarán y enviarán ejércitos al Medio Oriente para derrocarlo, y todos estos ejércitos — los del Anticristo y los de China (y probablemente la India) — serán aniquilados en un instante cuando Jesús regrese al Monte de los Olivos y pronuncie una palabra sobrenatural de destrucción (Zacarías 14:1-15).

La Pregunta Persistente

Todo lo cual nos lleva al punto de partida de la pregunta más frecuente en la profecía bíblica de hoy: ¿Dónde está Estados Unidos en estos eventos del tiempo del fin? ¿Qué papel jugaremos? Y si la Biblia guarda silencio acerca de nosotros, ¿cómo se va a explicar eso? Después de todo, somos la nación que domina la política mundial en el mismo momento en que todas las señales de los tiempos apuntan a un rápido cumplimiento de estas profecías del tiempo del fin. Para la respuesta a esta pregunta, vayamos al capítulo 12.


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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