¿Mito o Realidad?
Un Estudio Bíblico por el Dr. David R. Reagan
Fragmento:
¿Mito o Realidad?
Un Estudio Bíblico por el Dr. David R. Reagan
Fragmento:
El Jesús Pre-Encarnado
Pregunta: Si Jesús no es un ángel, entonces, ¿por qué se le dio el título de “el Ángel del Señor” en Sus apariciones pre-encarnadas?
Respuesta: El título es una expresión de cariño y una descripción del papel principal de Jesús en estas apariciones. Así como mi esposa es mi “ángel”, así también el Hijo es el “ángel” del Padre. Jacob usó este tipo de terminología cuando bendijo a sus hijos en su lecho de muerte. Al bendecir a José, se refirió a Dios como “el Ángel que me liberta de todo mal” (Génesis 48:15-16).
De nuevo, el término, ángel, significa “mensajero”. Y ése es el papel que Jesús jugó con mayor frecuencia en Sus apariciones pre-encarnadas. Por lo tanto, el título era muy apropiado.
Las imágenes se trasladan al Nuevo Testamento, en una visión que Juan registra en Apocalipsis 10. A Juan se le da una prolepsis al final de la Tribulación. Él ve a un “ángel fuerte” que desciende del Cielo. El ángel tiene el título de propiedad de la tierra en su mano. Pone un pie en la tierra y el otro en el mar y levanta el título de propiedad en el aire, como un símbolo de su reclamo de toda la creación para sí mismo.
No creo que haya alguna duda de que este “ángel” es Jesús. Está vestido con una nube, coronado con un arco iris, y tiene su “rostro como el sol” — todos los cuales son símbolos de la deidad (vea Apocalipsis 1:13-16). Sus pies son como “columnas de fuego”, que indican que ha venido en juicio — y todo juicio ha sido dado a Jesús (Juan 5:22). Lo más importante es que Él tiene abierto en Su mano el título de propiedad de la tierra (Apocalipsis 10:2), un título del que se nos dice en Apocalipsis 5:5-7 que sólo Jesús es digno de abrir.
Algunos se oponen a la identificación de este ángel con Jesús, porque Él hace un juramento por el nombre de Dios (Apocalipsis 10:6). Ellos preguntan, “¿Cómo puede Dios jurar por Dios?”. Pero, en Hebreos 6:13, se nos dice que cuando Dios hizo Sus promesas a Abraham “juró por sí mismo”. Vemos lo mismo en Jeremías 22:5, donde Dios dice, “por mí mismo he jurado”.
Es muy apropiado que las imágenes de “el Ángel del Señor” se usen en el libro de Apocalipsis, porque es un libro impregnado de las Escrituras hebreas. Apocalipsis contiene más de 300 citas o referencias a pasajes del Antiguo Testamento, más que cualquier otro libro del Nuevo Testamento.
Pregunta: ¿Cuál era el nombre pre-encarnado de Jesús? ¿Podría haber sido “Israel”, a la luz de 2 Crónicas 7:14, Éxodo 4:22, y Oseas 11:1?
2 Crónicas 7:14 — “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren…”
Éxodo 4:22 — “Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito”.
Oseas 11:1 — “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo”.
Respuesta: Dios el Padre ama los nombres, porque es un Dios personal (1 Pedro 5:7). Él mismo tiene un nombre personal, Yahvé, que le reveló a Moisés en la zarza ardiente (Éxodo 6:2-3). Este nombre se usa en las Escrituras hebreas 6,668 veces. Desafortunadamente, está camuflado en la mayoría de las traducciones en inglés, por el uso de la palabra LORD (SEÑOR) — todo en mayúsculas.
Durante los tiempos bíblicos, Dios a menudo cambió los nombres de las personas a medida que sus papeles cambiarían. Cuando llamó al hombre que iba a ser el padre del pueblo judío, Él cambió su nombre de Abram, que significa “padre exaltado”, a Abraham, que significa “padre de una multitud” (Génesis 17:5). Del mismo modo, Él cambió el nombre de la esposa de Abraham, de Sarai a Sara, que significa “princesa” (Génesis 17:15). Cuando el terco y engañoso Jacob finalmente se entregó al Señor, su nombre fue cambiado a Israel, que significa “el que lucha con Dios” (Génesis 32:28).
En los tiempos del Nuevo Testamento, el nombre de Saulo fue cambiado a Pablo, y el nombre de Simón a Pedro (Hechos 13:9; Marcos 3:16). En Apocalipsis 2:17 se nos dice que cuando los redimidos se presenten ante el tribunal de Jesús, cada uno recibirá una piedra blanca (un símbolo de inocencia), en la que se escribirá un nuevo nombre. Sí, vamos a tener nombres nuevos en el Estado Eterno. Estos nombres probablemente se relacionarán con nuestras vidas cristianas. Así, algunos podrían llamarse Fe, mientras que otros podrían llamarse Perseverancia o Amor.
El nombre de Jesús — Yeshúa en hebreo — significa “la salvación del Señor” (Mateo 1:21). Su nombre expresa el propósito de Su Primera Venida. Se nos dice en Apocalipsis 19:12 que, cuando Él regrese a reinar, se le dará un nuevo nombre. Este nombre, sin duda, se relacionará con su nuevo papel como Rey de reyes. Jeremías 23:6 insinúa que Su nuevo nombre podría ser Yahvé-Tsidkenu, que significa “La Justicia del Señor”. Ése sería un nombre apropiado, porque Él regresará para traer paz, rectitud y justicia a este mundo.
Considerando todos estos puntos, ciertamente tiene sentido asumir que Jesús podría haber tenido algún otro nombre antes de encarnarse. Pero cuál pudo haber sido, la Biblia no lo revela. “Ángel del Señor” es un título, no un nombre.
Ciertamente no era Israel, porque ese nombre significa “uno que lucha con el Señor”. ¿Cómo podría ser ése el nombre de alguien que coexiste en perfecta unidad con Dios el Padre? De hecho, Jesús dijo que Él y el Padre son Uno (Juan 10:30).
En Éxodo 4:22, Dios le dijo a Moisés que le dijera a Faraón, “Israel es mi hijo, mi primogénito”. Esta fraseología fue seleccionada con el fin de enfatizarle al Faraón cuán importante era el pueblo judío para Dios. Pero es una metáfora, similar al concepto del Nuevo Testamento de que la Iglesia es la Novia de Cristo (Efesios 5:25-26; Apocalipsis 19:7).
Oseas 11:1 cita a Dios el Padre diciendo, “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo”. De nuevo, el Señor está hablando metafóricamente de Israel como Su hijo, tal como se refiere a Israel en otras partes como Su esposa (vea Jeremías 3:1-5; 31:32; Ezequiel 16:15-34).
En 2 Crónicas 7:14, Dios se refiere a Israel como “mi pueblo, que lleva mi nombre” (NTV). Literalmente, este pasaje dice, “Mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado”. El punto aquí no es que el nombre de Dios es Israel. Más bien, el punto es que el pueblo judío es el pueblo de Yahvé.
Pregunta: ¿Qué otras funciones cumplió el Ángel del Señor, además de la de mensajero?
Respuesta: Entregar mensajes fue ciertamente su función principal. Se le apareció al profeta Balaam y le dio órdenes (Números 22:22-35). Le dio instrucciones a Gedeón, para que liberara a Israel de los madianitas (Jueces 6). Profetizó el nacimiento de Sansón (Jueces 13), y le ordenó a David que construyera un altar en Jerusalén (1 Crónicas 21:18).
A veces proveía orientación. Dirigió a los hijos de Israel en el desierto, como una columna de nube durante el día y de fuego durante la noche (Éxodo 14; Jueces 2:1). Dirigió a Elías cuando huyó al Monte Horeb (1 Reyes 19).
Ocasionalmente, se desempeñó como un vengador, ejecutando juicio sobre los enemigos de Israel. Cuando los asirios amenazaron con destruir a Jerusalén, fue el Ángel del Señor quien mató a 185,000 de ellos en una noche, obligando a los restantes a retirarse (2 Reyes 19:35).
En otra ocasión, Su juicio estuvo dirigido al pueblo judío. Esto ocurrió cuando el rey David orgullosamente decidió llevar a cabo un censo sin el permiso de Dios. El Ángel del Señor fue enviado para ejecutar una pestilencia sobre la tierra. Cuando David le suplicó a Dios que pusiera fin al castigo, el Ángel del Señor le ordenó que construyera un altar en la era de Ornán. David compró la tierra, construyó el altar, hizo sacrificios para el Señor, y la pestilencia terminó (1 Crónicas 21:1-27).
Pregunta: Una de las personas más misteriosas de la Biblia es un hombre llamado Melquisedec, quien es descrito como “el rey de Salem” y “sacerdote del Dios Altísimo”. Algunos han postulado que podría haber sido una aparición preencarnada de Jesús. ¿Está de acuerdo?
Respuesta: Creo que lo era. 1 Se enfrentó a Abraham después de haber peleado una guerra contra una alianza de reyes y haberlos derrotado. Cuando Abraham regresaba a casa con el botín que había ganado en la guerra, de repente fue confrontado por Melquisedec, quien le pronunció una bendición. Abraham respondió dándole una décima parte de todas las posesiones que tenía con él.
Inmediatamente vemos dos indicadores de deidad. Primero, pronunció una bendición sobre Abraham. Segundo, Abraham pagó un diezmo a esta persona misteriosa, que se menciona sólo una vez más en las Escrituras Hebreas en el Salmo 110.
Algunos argumentan que él era simplemente el rey de un lugar llamado Salem, probablemente un nombre antiguo de Jerusalén. Pero si es así, ¿por qué Abraham le pagaría un diezmo? Además, tenga en cuenta que cuando las Escrituras dicen que Él era el “rey de Salem”, lo que realmente se está diciendo es que Él es el “rey de la paz”, no necesariamente el rey de alguna ubicación geográfica. También debe notarse que su nombre significa “rey de justicia”.
El escritor de Hebreos parece no dejar ninguna duda de que Melquisedec era Jesús en una aparición preencarnada. Él afirma que, después de que Jesús obedeció perfectamente a Su Padre, al ir a la cruz y morir por los pecados de la humanidad, Él fue “declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec” (Hebreos 5:10).
El libro de Hebreos procede a describir a Melquisedec como una persona “sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre” (Hebreos 7:3). Ésta es una descripción de la deidad.
Apariciones Favoritas
Mi aparición pre-encarnada favorita de Jesús, que está registrada en las Escrituras hebreas, se encuentra en el Salmo 2, un salmo escrito por David (Hechos 4:25). En él, Jesús se le aparece a David y le habla de un decreto que ha sido emitido por Dios el Padre. Jesús le dice a David que Dios el Padre lo ha declarado como Su Hijo y ha prometido darle todas las naciones del mundo como Su herencia, y que un día Él gobernará sobre ellas con vara de hierro (Salmos 2:7-9).
Una aparición similar se puede encontrar en una visión experimentada por el profeta Daniel. Vio al “Hijo del Hombre” (el Mesías) siendo presentado al “Anciano de Días” (Dios el Padre). Y al Hijo le fue dado “dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvan” (Daniel 7:13).
Una Maravillosa Promesa
La Biblia está llena de promesas maravillosas para aquellos que han puesto su fe en Jesús. Una de las más reconfortantes se refiere al Ángel del Señor. Se encuentra en Salmos 34:7 —
“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”.
Lea la parte 1 aquí
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
El Jesús Pre-Encarnado
Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro . . . [cuando] se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza . . . [y] lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! . . . — Éxodo 3:1-2, 4.
Si Jesús verdaderamente era Dios hecho carne, entonces era un ser eterno — y eso plantea la cuestión de Su existencia pre-encarnada antes de que Él se hiciera carne.
¿Hay alguna mención de Jesús en las Escrituras antes de que naciera en Belén? La respuesta sorprendente para muchas personas es, sí, hay muchas referencias a Jesús y a las apariciones de Él aquí en esta tierra antes de Su encarnación.
Hace varios años, recibí una carta de un hombre de Champaign, Illinois, en la que me hacía una serie de preguntas muy interesantes acerca de Jesús antes de encarnarse. Desde entonces, un número de otras personas me han contactado con una variedad de preguntas sobre el mismo tema. A continuación se enumeran las preguntas y mis respuestas a ellas.
Preguntas y respuestas
Pregunta: ¿Qué evidencia bíblica hay de que Jesús existió antes de su encarnación?
Respuesta: En el primer capítulo del Evangelio de Juan, se nos dice que: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios . . . y el Verbo se hizo carne . . .” (Juan 1-4,14). Si el Verbo estaba con Dios antes de que se hiciera carne, entonces obviamente existía antes de Su encarnación.
En Salmos 110:1, David escribió: “El SEÑOR [Yahvé] dijo a mi Señor: ‘Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies’”. Dios luego agrega otra promesa de que a aquel a quien Él llama Señor se le concederá “un poderoso cetro desde Sion”, que le permitirá gobernar sobre Sus enemigos (Salmo 110:2).
Aquí tenemos a Yahvé, el Padre, hablándole a otro individuo a quien llama “Señor”. Y Él le hace a esta persona exactamente la misma promesa que se le hace al Mesías en Salmos 2:6-8 y Daniel 7:13-14 — es decir, que un día gobernará sobre todas las naciones del mundo. Esto, por lo tanto, tiene que ser Dios el Padre hablando a Jesús antes de Su encarnación.
Pero realmente no tenemos que adivinar de quién está hablando David en el Salmo 110, porque este Salmo se cita directa o indirectamente en 22 versículos del Nuevo Testamento, y cada vez se aplica al Mesías. En una ocasión, cuando Jesús fue confrontado por los fariseos, les preguntó de quién estaba hablando David en este Salmo. Ellos respondieron: “El hijo de David”. Jesús respondió, preguntando: “¿Pues cómo David en el Espíritu le llama ‘Señor’?”. Se quedaron sin palabras. Jesús luego agregó: “Pues si David le llama ‘Señor’, ¿cómo es su hijo?” (Mateo 22:41-46).
Jesús mismo enfatizó su pre-existencia. Les dijo a Sus discípulos que había venido del Cielo (Juan 6:62). Les dijo a los líderes espirituales judíos que “antes de que Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58). Esta afirmación, que Él existía antes de Abraham, enfureció a los líderes judíos, y trataron de apedrearlo, porque reconocieron que Él estaba afirmando ser Dios.
Estas afirmaciones de Jesús de ser Dios encarnado, cumplieron las profecías acerca del Mesías contenidas en las Escrituras hebreas. Mientras profetizaba que el Mesías nacería en Belén, Miqueas también declaró que Aquel nacido allí sería de naturaleza eterna (Miqueas 5:2). E Isaías, hablando del Mesías prometido, dijo que Él sería el “Dios Fuerte [y] Padre Eterno” (Isaías 9:6).
Pregunta: ¿Hizo Jesús apariciones antes de Su encarnación?
Respuesta: Definitivamente. Un buen ejemplo se encuentra en Isaías 6. El rey Uzías, quien había reinado durante 52 años en Judá, acababa de morir, e Isaías, quien probablemente era sólo un adolescente en ese momento, fue al templo para llorar la muerte del rey.
Isaías fue sorprendido por una visión en la que vio al Señor — el Rey de reyes — “sentado sobre un trono alto y sublime” (Isaías 6:1). En Juan 12:41, se nos dice que lo que Isaías vio fue a Jesús en “su Gloria” — la gloria que tenía antes de encarnarse (Filipenses 2:5-8).
Otro ejemplo se puede encontrar en Génesis 18 donde Abraham experimenta una visita de tres extraños que de repente aparecen y le informan que su esposa, Sara, va a dar a luz a un hijo (Génesis 18: 1-15). Uno de los hombres es identificado como "el Señor" (Génesis 18:13-14). Los otros dos eran probablemente ángeles que lo acompañaban.
Josué experimentó una visita similar de una persona misteriosa que apareció de la nada (Josué 5:13-15). El hombre se identificó como el “capitán de las huestes del Señor”. Josué cayó sobre su rostro y adoró a esta persona, y cuando lo hizo, se le dijo que se quitara los zapatos porque el suelo a su alrededor era “santo”. Josué estaba obviamente en presencia de la deidad. Por el contrario, cuando el apóstol Juan intentó adorar a un simple ángel, se le prohibió expresamente hacerlo (Apocalipsis 22:8-9).
Pregunta: He oído que “el Ángel del Señor”, de quien a menudo se hace referencia en el Antiguo Testamento, era realmente Jesús haciendo apariciones pre-encarnadas. ¿Es esto cierto?
Respuesta: “El Ángel del Señor” es mencionado 56 veces en 51 versículos en las Escrituras hebreas. La primera referencia se encuentra en Génesis 16:7-12, donde dice que “el Ángel del Señor” se le apareció a Hagar, mientras huía al desierto de la ira de la esposa de Abraham. El Ángel le dijo que volviera a casa, y luego le reveló que estaba embarazada y que el nombre de su hijo sería Ismael.
Un estudio de las apariciones posteriores del Ángel del Señor deja muy en claro que fueron apariciones pre-encarnadas de Jesús.
Un buen ejemplo se encuentra en Éxodo 3. Allí se nos dice que el Ángel del Señor se le apareció a Moisés en la zarza ardiente (versículo 2). Luego se nos dice que el Ángel habló a Moisés y dijo, “Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob” (versículo 6).
En Éxodo 23 se nos dice que Dios el Padre le habló a Moisés y le dijo que iba a enviar un ángel para guiar y proteger a los hijos de Israel en el desierto. Él se refiere a este ángel como “mi Ángel” y declara que “mi nombre está en él” (Éxodo 23:20-23). Obviamente, éste no es un ángel ordinario.
Jueces 13 declara que el Ángel del Señor se le apareció a Manoa y su esposa para informarles que tendrían un hijo llamado Sansón. Cuando Manoa le preguntó al Ángel Su nombre, Él respondió, “¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?” (Jueces 13:18). Manoa entendió el punto de esta declaración inmediatamente, porque se volvió a su esposa y le dijo, “Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto” (Jueces 13:22).
La deidad del Ángel también es atestiguada por el hecho de que, en dos ocasiones, aceptó adoración. Cuando se les apareció a Moisés (Éxodo 3:1-5) y a Josué (Josué 5:14-15), les dijo que quitaran sus sandalias, porque estaban en un “lugar santo”.
Pregunta: Pero, ¿no podrían estas apariciones de Dios en la forma de “el Ángel del Señor” haber sido Dios el Padre mismo en lugar de Jesús?
Respuesta: No, porque hay muchos informes de personas que vieron al Ángel del Señor, y Juan 1:18 dice, “A Dios nadie le vio jamás”. El versículo luego hace un punto muy importante: “el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer [a Dios]”. Así pues, según Juan, las personas en los tiempos del Antiguo Testamento, que vieron a Dios, realmente vieron a Jesús en una forma pre-encarnada “declarando” a Dios.
Esta conclusión es confirmada por una declaración que Dios el Padre hizo a Moisés en el Monte Sinaí: “No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá” (Éxodo 33:20). Del mismo modo, Pablo declara en 1 Timoteo 6:16 que Dios el Padre “…habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver”.
En Génesis 32, se nos dice que Jacob luchó con un “hombre” (versículo 24), que se identificó a sí mismo como Dios (versículo 28). De hecho, Jacob dice, “Vi a Dios cara a cara…” (versículo 30). Puesto que sabemos por Juan 1:18 que nadie ha visto a Dios el Padre, Jacob debe estar hablando de Jesús en una aparición pre-encarnada. Esto queda en claro en Oseas 12:3-4, donde se nos dice que el Dios-Hombre con quien Jacob luchó era “el Ángel”. En el versículo 5 Oseas identifica al Ángel como “Jehová es Dios de los ejércitos…”.
En Malaquías 3:1, en una profecía sobre la Primera Venida del Mesías, Dios el Padre es citado prometiendo enviar a Su Hijo: “He aquí, yo envío mi mensajero...”. La palabra traducida “mensajero” es la palabra hebrea, malakh, que literalmente significa “ángel”.
Una prueba más de que el Ángel del Señor era Jesús pre-encarnado, es el hecho de que el Ángel dejó de aparecer después de que Jesús se encarnó. En ese punto del tiempo, el ángel Gabriel asumió la responsabilidad de servir a Dios como el principal mensajero de Dios.
Pregunta: El título, “el Ángel del Señor”, ¿significa que Jesús es un ángel poderoso como Gabriel o Miguel?
Respuesta: No, para nada. De hecho, se nos dice de forma rotunda que Jesús es “superior a los ángeles” (Hebreos 1:4), porque Él es el unigénito Hijo del Padre (Hebreos 1:1-5). Por lo tanto, los ángeles le adoran (Hebreos 1:6-7).
También, los ángeles fueron creados en un punto en el tiempo (Salmos 148:1-6), mientras que Jesús ha existido eternamente (Juan 1:1-14). De hecho, la Biblia afirma que Jesús mismo fue quien creó a los ángeles (Colosenses 1:16).
Lea la parte 2 aquí
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)