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lunes, 18 de mayo de 2020

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 3 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin



Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin

En el Sermón de los Olivos de Jesús, pronunciado a Sus discípulos en el Monte de los Olivos durante la última semana de Su vida, Él habló específicamente de las señales de la naturaleza que deben observarse en los tiempos del fin.

Mateo lo registró diciendo: “… y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares…” (Mateo 24:7). El relato de Lucas del mismo discurso es más detallado. Él cita a Jesús en Lucas 21 diciendo:

11) …y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. 

25) Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas.

Estamos siendo testigos de todas estas cosas hoy en todo el mundo. Todo tipo de calamidades climatológicas están ocurriendo más frecuentemente y causando daños cada vez mayores — huracanes, tornados, terremotos, inundaciones e incendios forestales.

Además, la hambruna sigue arrasando en toda África, y en otras zonas del Tercer Mundo. Plagas como el SIDA, el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), el Ébola y el Covid-19  continúan desafiando y dejando perpleja a la ciencia médica. Un nuevo peligro es el regreso de enfermedades que se creían bajo control — debido al desarrollo de cepas resistentes a los antibióticos.

Y, por primera vez en la historia, estamos viviendo en una época en la que podemos ver imágenes increíbles del espacio exterior gracias a los telescopios espaciales y a las sondas satelitales que hemos enviado a otros planetas — en cumplimiento de Lucas 21:25, que dice que en los tiempos del fin , “habrá señales en el sol, en la luna y las estrellas…”.

El Efecto de los Dolores de Parto

Con respecto a las calamidades naturales, algunos simplemente las desestiman de una forma arrogante al preguntarse, “¿qué más hay de nuevo?”. Pero, como ya he he mencionado, Jesús dijo que las señales en los tiempos del fin serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8), lo que significa que aumentarán en frecuencia e intensidad. Y eso es lo que ha estado pasando.

Tomemos a los terremotos como ejemplo. En la década de 1980, hubo un total de 1,085 terremotos en todo el mundo que alcanzaron o superaron el nivel 6 en magnitud. En la década de 1990 hubo 1,492. En los primeros 10 años de este siglo, el número se incrementó a 1,591. Con respecto a los terremotos monstruosos de 8.0 o más, en los ochenta hubo 4, en los noventa hubo 6 y en la primera década de este siglo, 13.1

Hay una mejor forma de ver los desastres naturales que considerarlos por categorías, como la frecuencia e intensidad de los tornados, ya que el número e intensidad pueden subir y bajar cada año, aunque muestran un incremento global durante un período de tiempo. La mejor manera de ver los desastres naturales es considerarlos a todos ellos agrupados. Cuando hace eso, las estadísticas muestran que están aumentando rápidamente, de un promedio de 300 al año en la década de 1980, a 490 por año en la década de 1990, a casi 900 por año en los primeros 10 años de este siglo.2

Curiosamente, una de las razones para considerar a los desastres naturales en conjunto y no individualmente es porque un tipo de desastre natural puede restringir a otros tipos.

Permítanme ilustrar lo que quiero decir: En 2012, nuestra nación experimentó una de las peores sequías de la historia moderna — con más del 61% de EE.UU. afectado. Pero, uno de los efectos colaterales de la sequía es que hemos experimentado el número más bajo de tornados en 60 años — ya que, después de todo, no se puede tener tornados sin tormentas eléctricas. Lo mismo sucedió con las inundaciones.

El cuadro a continuación ilustra el crecimiento exponencial de los desastres en todo el mundo. Ron Fraser, autor del artículo que ilustra la tabla, afirma: "Los hechos son que las estadísticas demuestran que los desastres naturales han aumentado de manera sorprendente desde 1990".3 El Proyecto Borgen (una organización sin fines de lucro centrada en la pobreza mundial) ha calificado el aumento de los desastres en todo el mundo como "disparado".4 El hecho es que la gravedad y el costo de los desastres han aumentado rápidamente, y " los desastres récord se están volviendo comunes".5


Fraser presenta argumentos convincentes de que 1989 fue el año decisivo — "un umbral desde el cual los desastres naturales se intensificaron de manera más dramática en comparación con épocas pasadas de la historia".6

El Mensaje

Parece bastante obvio que Dios nos está gritando a través de los crecientes desastres naturales que "¡Jesús viene pronto!". Y, sin embargo, pocos parecen estar recibiendo el mensaje — incluso aquellos de la comunidad cristiana.

Todo lo cual me recuerda la siguiente caricatura sobre cómo las personas en la época del profeta Hageo parecían ignorar sus advertencias de que los desastres naturales que estaban experimentando se debían al hecho de que estaban posponiendo la reconstrucción del templo del Señor.

“La forma en que lo veo, si Dios estuviera enojado con nosotros, nos lo haría saber — es decir, si estuviera realmente, realmente enojado”. 

“Calentamiento Global”

Esto lleva a una pregunta frecuente: “¿Cuál es la importancia profética del ‘Calentamiento Global’”?

La respuesta es que todo el concepto es una estratagema política que los liberales está usando en un intento de obtener un mayor control sobre la sociedad. El hecho de que no es un problema fue señalado brillantemente en un artículo de 2010 de Jack Kinsella, un escritor de Hal Lindsey.7

Observó que el 96% de todos los gases de efecto invernadero y otras supuestas emisiones del calentamiento global se originan naturalmente de los océanos que cubren cinco sextos de la superficie de la tierra. Por lo tanto, como lo expresó, “Eso deja sólo un 4% para dividirlo entre la actividad humana, volcanes, vegetales podridos, flatulencias de las vacas, etc.”. ¡Se estima que la porción humana de ese 4% es 14%, y 14% de 4% es 0.56! 

Incluso los defensores del Calentamiento Global han reconocido lo absurdo de su afirmación de que los humanos son los responsables del calentamiento de la tierra. Entonces, el Calentamiento Global se ha transformado en “Cambio Climático”. Y, como Harold Ambler, al escribir para The Huffington Post, ha observado: “El término, Cambio Climático, es una redundancia, porque el clima siempre ha cambiado, y siempre lo hará”.8

Por ejemplo, estudios científicos han demostrado los siguientes períodos climáticos en la historia mundial:9

1. El cálido Óptimo Romano (200 a.C. a 4 d.C.) 

2. La fría Edad Media (400 d.C. a 900 d.C.)

3. El cálido Período Medieval (900 d.C. a 1300 d.C.)

4. La Pequeña Era de Hielo (1300 a 1850)

5. La Era Cálida Moderna (desde 1850)

Me siento obligado a señalar que la Biblia sí profetiza que vendrá un tiempo súper caliente cuando Dios envolverá la tierra en fuego, para quemar la contaminación de la última revuelta de Satanás, que ocurrirá al final del reinado milenial de Jesús. De ese infierno ardiente saldrá la Tierra Nueva, que servirá como el fundamento para la Nueva Jerusalén, donde los redimidos residirán para siempre.

Conclusión

Por lo tanto, ¡el verdadero calentamiento global está en camino! Pero, lo que es más importante, las Señales de los Tiempos están gritando que estamos en el umbral de la Tribulación. Y eso significa, a su vez, que Jesús está en la puerta misma del Cielo, listo para salir en una nube y venir por Su Iglesia. 

Mientras tanto, la Iglesia necesita despertarse a las Señales de la Naturaleza y a todas las otras señales que están convergiendo por primera vez. Pero, para que eso suceda, los pastores de nuestra nación deben tomarse seriamente el hecho de que estamos viviendo en la época del regreso del Señor, y deben comenzar a proclamar ese hecho desde sus púlpitos.

¡Maranata!


Lea la parte 1 »»aquí
Lea la parte 2 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Recurso recomendado



References

1) Hal Lindsey, Apocalypse Code (Palos Verdes, CA: Western Front Ltd., 1997), p. 296. Also, Hal Lindsey, Planet Earth 2000 A.D. (Palos Verdes, CA: Western Front Ltd., revised edition, 1996), p.85.

2) USGS, “Global Earthquake Search” http://earthquake.usgs.gov/earthquakes/eqarchives/epic.

3) Ron Fraser, “Why Have Natural Disasters Increased?” March 3, 2010, https://standeyo.com/NEWS/10_Earth_Changes/100305.nat.diz.increasing.warning.html., page 2.

4) The Brogan Project, “Are Natural Disasters Increasing?” June 14, 2015, https://borgenproject.org/natural-disasters-increaing, page 1.

5) TrumpetBrief, “Increased ‘Natural’ and Weather Disasters,” November 6, 2017, www.thetrumpet.com/16426-increased-natural-and-weather-disasters, page 1.

6) Fraser, page 3.

7) Jack Kinsella, “Confessions of a Flat-Earther,” The Omega Letter, September 29, 2010, https://omegaletter.com/2010/09/29/confessions-of-a-flat-earther.

8) Harold Ambler, “Mr. Gore: Apology Accepted,” The Huffington Post, January 3, 2009, www.huffpost.com/entry/mr-gore-apology-accepted_b_154982, page 1.

9) Ibid.

viernes, 15 de mayo de 2020

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 2 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin



La Naturaleza de Dios

Dios ha continuado a lo largo de la historia usando las señales de la naturaleza para llamar a las naciones al arrepentimiento. Algunas personas dicen, “Oh no, Dios ya no hace eso porque ésta es la ‘Era de la Gracia’”.

Bueno, el primer problema con esa afirmación es que implica que hubo un tiempo anterior sin gracia. El hecho del asunto es que sólo hay una forma de salvación que ha existido siempre: a saber, la gracia a través de la fe (Joel 2:32).

Además, la Biblia dice que Dios es "el mismo ayer, hoy y siempre" (Hebreos 13:8). No existe tal cosa como el Dios de ira del Antiguo Testamento y el Dios de gracia del Nuevo Testamento. Dios no cambia (Malaquías 3:6). Él es inmutable.

El Dios de ira del Antiguo Testamento es el que mostró gracia hacia la malvada ciudad de Nínive, cuando su pueblo se arrepintió en respuesta al mensaje de Jonás. El Dios de gracia del Nuevo Testamento es el Dios que advirtió a la iglesia en Tiatira que si continuaba tolerando a una falsa profetisa, "la arrojaría sobre un lecho de enfermedad y a los que cometen adulterio con ella, en gran tribulación". Además, amenazó con "matar a sus hijos con pestilencia" (Apocalipsis 2:22-23, NASB95).

Nuestro Dios es un Dios de gracia, misericordia y amor. Pero Él es también un Dios de santidad, rectitud y justicia. La visión equilibrada de Dios es presentada por el profeta Nahúm. Hablando de la gracia de Dios, escribió: "Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían" (Nahúm 1:7).

Pero Nahúm advirtió que el mismo Dios es uno que es justo y santo y que no tolerará el pecado (Nahúm 1:2-3):

Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable

El Papel de Satanás

Algunos contrarrestan tratando de argumentar que las calamidades naturales provienen de Satanás y no de Dios. Pero la Biblia enseña que Dios es soberano. Satanás no es libre de hacer lo que le plazca. Cuando quiso atormentar a Job, tuvo que pedirle permiso a Dios, y cuando se le concedió el permiso, Dios estableció reglas sobre lo que podía y no podía hacer (Job 1:6-12).

La Biblia dice que Dios no nos tienta (Santiago 1:13). Sin embargo, Jesús nos enseñó a orar, "No nos metas en tentación" (Mateo 6:13) ¿Cómo se pueden reconciliar estas declaraciones? La respuesta es que, aunque Satanás es el tentador, no puede tentarnos a menos que Dios lo permita.

Nuevamente, Dios es soberano, y no sucede nada que Él no permita, ni en Su perfecta voluntad ni en Su voluntad permisiva. Ésa es la razón por la cual la Biblia atribuye todos los desastres naturales a Dios.

Preguntas Cruciales

¿Son todas las calamidades naturales producto del pecado del hombre? Sí, absolutamente. La creación original era perfecta. Las calamidades naturales son el resultado de la maldición que Dios puso sobre la creación en respuesta al pecado del hombre. Cuando Jesús regrese, la maldición será levantada y las calamidades naturales cesarán.

¿Todas las calamidades naturales representan juicios correctivos de Dios? No, la mayoría son productos de los procesos naturales de los sistemas meteorológicos.

Entonces, ¿cómo podemos determinar cuándo una calamidad natural es un juicio correctivo? Un factor importante es el momento del evento en cuanto se relaciona con los pecados de la nación. Otro factor es la magnitud del evento. Los juicios correctivos están diseñados para tener un gran valor de impacto, para captar la atención de la gente y obligarlas a pensar con una perspectiva eterna. El factor más importante es que el Espíritu de Dios testifique a los espíritus de aquellos a quienes les ha dado el don de la profecía. Estarán motivados para hablar con una voz unida.

El Ejemplo de los Estados Unidos

Podemos ver todos estos principios operando en la historia de nuestra propia nación. Fuimos fundados como una nación cristiana, comprometida con los valores cristianos, y Dios nos bendijo grandemente. Pero, en la década de 1960, comenzamos a burlarnos de Dios cuando comenzó una revolución cultural. Nuestra sociedad descendió rápidamente a una pila séptica de promiscuidad sexual, abuso de drogas, aborto por demanda, juego legalizado, blasfemia desenfrenada, y una avalancha de pornografía. Nuestro lema nacional se convirtió en "Si te sientes bien, ¡hazlo!". Adoptamos un estilo de vida hedonista, llamando a lo malo bueno y a lo bueno malo.

Dios respondió levantando voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Uno de ellos fue Dave Wilkerson, pastor de la Iglesia Times Square, en la ciudad de Nueva York. Lo llamo "El Jeremías de Dios para los Estados Unidos". En la década de 1970, comenzó a escribir una serie de libros en los que claramente señalaba los pecados de los Estados Unidos y advertía de los juicios de Dios si no nos arrepentíamos. Al igual que Jeremías, su popularidad cayó en picada porque la gente, incluso la gente de la iglesia, no quería escuchar su "mensaje del fin del mundo".

Cuando las voces proféticas fueron ignoradas, Dios comenzó a colocar juicios correctivos sobre nuestra nación — cosas como nuestra derrota en la Guerra de Vietnam, la epidemia del SIDA, la plaga de enfermedades de transmisión sexual, el azote de la homosexualidad, y desastres naturales en forma de terremotos monstruosos, y tornados y huracanes mortales. Incluso experimentamos una erupción volcánica sin precedentes del Monte Santa Helena en 1980 — una erupción tan severa que ennegreció el cielo desde Seattle hasta la ciudad de Nueva York y tan al sur como Oklahoma.


La culminación de los juicios correctivos pareció venir con el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, cuando dos símbolos del orgullo estadounidense fueron atacados: las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington, D.C. Las torres se erigieron como símbolos de nuestra riqueza; el Pentágono simboliza nuestro poder militar.

Como he dicho antes, creo que este evento fue un llamado a despertar de parte de Dios para que nuestra nación se arrepienta. En cambio, como un hombre somnoliento que no quiere despertarse, simplemente nos dimos la vuelta y presionamos el botón de repetición del despertador.

En la tercera y última parte de esta mirada a las señales de la naturaleza, exploraremos el papel de la humanidad en las calamidades naturales.


Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 1 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin




“Desastres naturales una realidad creciente”. San Francisco Chronicle, 3 de octubre, 2018.

“¿Se está preparando el anillo de fuego del Pacífico para el fin de los días”. BreakingIsraelNews.com, 17 de diciembre, 2018.

 “Con un aumento en la actividad de los tornados, los científicos quieren saber por qué”. Washington Post, 29 de mayo, 2019.

“Actividad sísmica muy inusual en la Costa Oeste tiene a los expertos extremadamente preocupados”. Zero Hedge.com, 26 de diciembre, 2019.

“Plaga de langostas de proporciones bíblicas amenaza a África con hambruna”. TheEconomicCollapseBlog.com, 31 de enero, 2020.

“Se prevé que la economía mundial se contraiga por primera vez desde 2009, a medida que el coronavirus causa estragos en las cadenas de suministro mundiales”. TheEconomicCollapseBlog.com, 13 de febrero, 2020.

“Históricas inundaciones sin precedentes en el sur de EE.UU.”. USAToday.com, 17 de febrero, 2020.

“Continúan los fracasos de los cultivos mundiales”. TheEconomic CollapseBlog.com, 19 de febrero, 2020.

“Astrónomos descubren once asteroides peligrosos que podrían impactar la tierra”. SciTechDaily.com, 6 de marzo, 2020.


Estos titulares son suficientes para hacerle pensar que toda la naturaleza se está descontrolando. Y eso, de hecho, es exactamente lo que está pasando desde el punto de vista humano. Pero, espiritualmente, la Biblia nos asegura que Dios está en control, y que lo que estamos presenciando es el cumplimiento de las profecías del tiempo del fin.

Incluso los escritores seculares han reconocido el fenómeno. Tomemos, por ejemplo, a Michael Snyder, quien mantiene un blog llamado El Colapso Económico. Recientemente escribió:

En las últimas décadas, ¿alguna vez hemos visto comenzar un año tan extrañamente como lo ha hecho el 2020? Los patrones climáticos mundiales se han vuelto completamente locos, grandes terremotos están estallando como petardos, parece que la plaga de langostas en África pronto podría convertirse en la peor de la historia moderna, y una plaga masiva de murciélagos está aterrorizando severamente partes de Australia. Además de todo eso, la peste porcina africana está acabando con millones y millones de cerdos en todo el mundo, la gripe porcina H1N1 está matando personas en Taiwán, ha habido brotes de gripe aviar H5N1 en China y en India, y la gripe aviar ha hecho una aparición en una instalación avícola en Arabia Saudita. Y luego, por supuesto, está el brote de coronavirus…

Aquellos de nosotros que nos especializamos en la enseñanza de la profecía bíblica, nos referimos a todos estos desastres naturales como “Señales de la Naturaleza”. Constituyen una de de las seis categorías de señales que la Biblia nos dice que debemos vigilar en los tiempos del fin.

Esta categoría de señales del tiempo del fin es una muy importante y, sin embargo, es la categoría que recibe el menor respeto. Hay dos razones para esto — una conceptual y otra filosófica.


Problemas con las Señales de la Naturaleza

El problema conceptual reside en el hecho de que siempre ha habido señales de la naturaleza. Entonces, cuando son confrontados con las señales de la naturaleza profetizadas, se encogen de hombros y preguntan, “¿Qué más hay de nuevo? Siempre ha habido tornados, huracanes y terremotos”.

Lo que pasan por alto es que Jesús dijo que estas señales serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8). Eso significa que aumentarán en frecuencia e intensidad a medida que nos acerquemos al regreso del Señor. Y eso es exactamente lo que parece estar sucediendo hoy.

El problema filosófico que muchas personas tienen con las señales de la naturaleza se debe al hecho de que el racionalismo científico occidental nos ha lavado el cerebro para creer que, para que algo exista, debes poder verlo, medirlo, pesarlo y diseccionarlo.

Por el contrario, la Biblia enseña que hay todo un reino de lo sobrenatural que normalmente no puede ser percibido por los sentidos. Este reino incluye ángeles, demonios, y la operación del Espíritu Santo. También incluye la intervención de Dios en la historia de vez en cuando, a través de manifestaciones sobrenaturales y desastres naturales.



Dios y las Señales de la Naturaleza

Algunas veces Dios usa las señales de la naturaleza para subrayar la importancia de los eventos importantes. Así pues, en el nacimiento de Jesús, Dios puso una luz especial en los cielos, probablemente una manifestación de Su gloria Shejiná. Cuando Jesús fue crucificado, la tierra experimentó tres horas de oscuridad, y un gran terremoto. Y la Biblia dice que, cuando Jesús regrese, el mundo experimentará el mayor terremoto de su historia. Toda isla será movida, los valles serán levantados, las montañas serán bajadas, y la ciudad de Jerusalén será levantada como una joya, posiblemente convirtiéndose en el lugar más alto de la tierra (Apocalipsis 16:18-21; Isaías 40:3-5).

Más a menudo, Dios usa las señales de la naturaleza como juicios correctivos para llamar a las naciones al arrepentimiento. Tanto la Biblia como la historia dan fe del hecho de que Dios tiene un patrón para tratar con las naciones. Cuando una nación se rebela contra Dios, responde primero levantando voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Éstas no son necesariamente personas con conocimiento sobrenatural del futuro. Simplemente tienen el don de discernimiento para ver dónde es que una nación está errando la marca de Dios. para decirlo de otra manera, saben cómo aplicar las Escrituras a los eventos contemporáneos. 

Si una nación se niega a escuchar las voces proféticas, Dios entonces enviará juicios correctivos. Éstos pueden tomar muchas formas. Deuteronomio 28 menciona el fracaso económico, la rebelión de la juventud, una epidemia de divorcios, confusión en el gobierno, dominación extranjera y derrota militar.  El capítulo también menciona desastres naturales como la sequía, la pérdida de cultivos y la pestilencia. 

Finalmente, si una nación se empecina contra Dios y se obstina en contra de Sus llamados al arrepentimiento, se alcanzará un punto de no retorno — a menudo referido como cuando la “herida es incurable” (Nahúm 3:19; Jeremías 30:12; Miqueas 1:9). En este punto, el Señor entregará a la nación del juicio a la destrucción. Esa destrucción puede ocurrir rápidamente — como con Babilonia y la Unión Soviética — o puede ocurrir gradualmente durante un período de tiempo, como con el Imperio Romano.  

Ejemplos de Juicios Correctivos

Hay muchos ejemplos de juicios correctivos en la Biblia que involucran desastres naturales. Tomemos, por ejemplo, las plagas con las que Dios afligió a Egipto para convencer a Faraón de que debía liberar a los hijos de Israel del cautiverio. El Señor envió plagas de ranas, mosquitos, moscas y langostas. Además, contaminó el agua de la nación, afligió al ganado  con pestes, golpeó a la gente con llagas y furúnculos, envolvió la tierra en una espesa oscuridad y, finalmente, tomó la vida de los primogénitos de los hombres y el ganado.

Cuando el rey Acab llevó a los israelitas a la adoración de un dios pagano, el Señor levantó al profeta Elías para llamar al rey y a su pueblo al arrepentimiento. Cuando ignoraron a Elías, el Señor emitió entonces un juicio correctivo sobre la tierra en forma de una severa sequía de tres años y medio (1 Reyes 17 y 18). 

El libro de Joel habla de una invasión de langostas que afligió a Judá. Ésta era una de las peores calamidades que podría sucederle a una sociedad agrícola. Parece que la gente comenzó a lamentar su “mala suerte”. Fue entonces cuando Dios envió al profeta Joel para informarles que el desastre no tenía nada que ver con la suerte. Joel proclamó audazmente que las langostas habían sido enviadas por Dios para llamar al pueblo al arrepentimiento. Advirtió que, si no se arrepentían, el Señor enviaría algo aún peor: un ejército enemigo. El pueblo ignoró a Joel y a los profetas que lo siguieron, y Dios finalmente envió al ejército, entregándolos del juicio a la destrucción.

Setenta años después, cuando terminó el cautiverio babilónico, los judíos que regresaron a Judá sentaros las bases para un nuevo templo, y luego rápidamente perdieron el interés en el proyecto. En su lugar, centraron su atención en la construcción de sus hogares personales. Durante 14 años, los cimientos del templo permanecieron vacantes. Finalmente, Dios levantó a un profeta anciano y rudo llamado Hageo. Se enfrentó al pueblo preguntándole: “¿Han notado que, cuando plantan sus cultivos, son destruidos por la podredumbre de la raíz? Y que cuando los replantan, ¿son destruidos nuevamente por el granizo? Y cuando los replantan, ¿viene una tormenta? ¡Dios les está hablando! Los está llamando a arrepentirse de sus prioridades equivocadas y a prestar atención a la reconstrucción de Su templo”. Por una vez, el pueblo escuchó, obedeció y fue bendecido.

En la segunda parte de esta mirada a las señales de la naturaleza, exploraremos el papel de Satanás en las calamidades naturales.

Lea la conclusión »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

viernes, 13 de marzo de 2020

Libro: Viviendo en Tiempo Prestado – Capítulo 10 (conclusión)

La Convulsión de la Naturaleza 

El mensaje de los desastres naturales


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Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin

En el Sermón de los Olivos de Jesús, pronunciado a Sus discípulos en el Monte de los Olivos durante la última semana de Su vida, Él habló específicamente de las señales de la naturaleza a observar en los tiempos del fin.

Mateo lo registró diciendo: “… y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares…” (Mateo 24:7). El relato de Lucas del mismo discurso es más detallado. Él cita a Jesús diciendo (Lucas 21:11,25):

…y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas.

Estamos siendo testigos de todas estas cosas hoy alrededor del mundo. Parece que toda clase de calamidades climatológicas están pasando más frecuentemente y causando daños cada vez mayores: huracanes, tornados, terremotos, inundaciones e incendios forestales.

La hambruna sigue arrasando continúa en toda África, y en otras zonas del tercer mundo. Plagas como el SIDA y el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo  Grave) continúan desafiando y dejando perpleja a la ciencia médica. Un nuevo peligro es el regreso de enfermedades que se creían bajo control, debido al desarrollo de cepas resistentes a los antibióticos.

Y por primera vez en la historia, estamos viviendo en un tiempo donde podemos ver imágenes increíbles del espacio exterior gracias al telescopio espacial Hubble, a sondas espaciales que hemos enviado a otros planetas, y al aterrizaje del hombre en la Luna.

El Efecto de los Dolores de Parto

Con respecto a las calamidades naturales, algunos simplemente las desestiman de una forma arrogante al preguntarse, “¿qué más hay de nuevo?”. Pero, como he mencionado, Jesús dijo que las señales en los tiempos del fin serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8), lo que significa que aumentarían en frecuencia e intensidad. Y esto es lo que ha estado pasando.

Tomemos a los terremotos como ejemplo. En la década de 1980, hubo un total de 1,085 terremotos en todo el mundo que alcanzaron o superaron el nivel 6 en magnitud. En la década de 1990 hubo 1,492. En los primeros 10 años de este siglo, el número se incrementó a 1,591. Con respecto a los terremotos monstruosos de 8,0 o más, en los ochenta hubo 4, en los noventa hubo 6 y en la primera década de este siglo, 13.18

Hay una mejor forma de ver los desastres naturales que considerarlos por categorías, como la frecuencia e intensidad de los tornados, ya que el número e intensidad pueden subir y bajar cada año, aunque muestran un incremento global durante un período de tiempo. La mejor manera de ver los desastres naturales es considerarlos a todos ellos agrupados. Cuando lo haces, las estadísticas muestran que están aumentando rápidamente, de un promedio de 300 al año en la década de 1980, a 490 por año en la década de 1990, a casi 1,000 por año en los primeros 10 años de este siglo.19

Curiosamente, una de las razones para considerar a los desastres naturales en conjunto por lugar de individualmente es porque un tipo de desastre natural puede restringir a los otros.

Permítanme ilustrar lo que quiero decir: En 2012, nuestra nación experimentó una de las peores sequías de la historia moderna — con más del 61% de EE.UU. afectado. Pero, uno de los efectos colaterales de la sequía es que hemos experimentado el número más bajo de tornados en 60 años — ya que, después de todo, no se puede tener tornados sin tormentas eléctricas. Lo mismo sucedió con las inundaciones.

Conclusión

Nosotros, como nación, nos hemos enfrentado a Dios. Lo estamos tentando para que nos mueva del juicio a la destrucción. Nuestro Dios es muy misericordioso. Él pacientemente nos está enviando una llamada de atención tras otra, porque nunca derrama Su ira sin advertencia.

Oremos para que nuestros ojos sean abiertos y nuestros corazones se derritan. Oremos por un gran avivamiento nacional. Oremos también por los corazones de nuestros gobernantes, para que sean abiertos a la importancia de los desastres naturales que están afectando implacablemente a nuestra nación.

Oremos para que la gente alrededor del mundo sea despertada a la realidad de que Dios está proclamando desde los cielos que Su Hijo está a punto de regresar y que estamos viviendo en tiempo prestado.

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Lea la parte 3 »»aquí 
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Traducido por Pablo Losa 
Editado por Donald Dolmus

miércoles, 19 de febrero de 2020

Libro: Viviendo en Tiempo Prestado – Capítulo 10 (parte 4)

La Convulsión de la Naturaleza 

El mensaje de los desastres naturales


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El Impacto de la Teología

Hablando del presidente Bush, muchos se preguntaban en ese momento por qué un cristiano evangélico tan comprometido pondría tal presión excesiva sobre Israel. Muchas personas preguntaron: “¿Por qué no ve el presidente Bush el significado profético del Israel del tiempo del fin?”. Le hice esa pregunta a Bill Koenig cuando lo entrevisté en televisión. Su respuesta fue muy iluminadora.13

Koenig señaló que el presidente Bush fue criado en la Iglesia episcopal y, en los últimos años, había asistido a la iglesia metodista. Aunque hay pastores en estas dos iglesias que reconocen el significado profético del Israel actual, la gran mayoría de los líderes espirituales en ambas iglesias (y especialmente los del nivel nacional) creen en la teología del reemplazo. Ésta es la teología que dice que Dios descartó al pueblo judío en el primer siglo y reemplazó a Israel con la Iglesia. Por lo tanto, no ven ningún significado profético en el restablecimiento de Israel.

Koenig declaró que, dentro del Gobierno de Bush, el presidente no es la única víctima de esta teología errónea. Él estaba rodeado de personas piadosas que también habían crecido espiritualmente en iglesias de la teología del reemplazo. Entonces, aunque estas personas pueden respetar las raíces judaicas de su fe, no tienen aprecio por el significado profético del Israel del tiempo actual.

El Mensaje de Katrina

Creo que el mensaje de Katrina, y otros desastres naturales similares, es que Dios está en Su trono. El está en control. Él no puede ser burlado. El no tolerará la división de Su Tierra Santa. Ni tolerará la repugnante inmoralidad que se burla de todo lo que es decente y moral.

Dios ama a nuestra nación. Él nos ha bendecido más que a cualquier otra nación. Su Palabra dice que aquellos a quienes mucho se les da, mucho se les demandará (Lucas 12:47-48). Su Palabra también dice que Él disciplina a aquellos a los que ama (Hebreos 12:7).

Otra cosa que Su Palabra deja claro es que cuando Él envía disciplina, el propósito nunca es castigar. En vez de eso, el propósito es llamarnos al arrepentimiento, de manera que podamos ser salvos. Así es como el profeta Isaías lo expresó: “Cuando la tierra experimenta Tus juicios, los habitantes del mundo aprenden justicia” (Isaías 26:9b, NASB).

Una Experiencia Personal

Conozco la verdad de esta declaración de primera mano. En mayo de 1953, cuando tenía 15 años, un tornado de fuerza 5 golpeó mi ciudad natal, Waco, en Texas. Es el tornado más mortífero hasta el día de hoy en la historia de Texas. Mató a 114 personas e hirió a 597. Atravesó el centro de la ciudad y arrasó 5 edificios históricos con facilidad. Cuando el tornado desapareció, la ciudad parecía como si hubiese sido atacada con una bomba atómica.

Durante tres meses a partir de entonces, las iglesias de Waco estuvieron repletas de multitudes de gente, que permanecían de pie en su interior buscando como hacer frente a la tragedia. La gente se vio obligada a pensar en la eternidad. Pero, a medida que el dolor se calmó, la gente volvió a sus viejos caminos, y la asistencia a la iglesia disminuyó otra vez.

Nuestro Dios es verdaderamente un Dios de una sublime gracia. Incluso cuando Él derrama su ira, lo hace esperando que ella provoque arrepentimiento, de manera que la gente pueda ser salva.

Intentos de Responder Espiritualmente

Con respecto al huracán Katrina, la Gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, hizo un llamado a un día de oración en todo el estado: “Al encarar la devastación causada por Katrina, al buscar a aquellos que están necesitados, al consolar a aquellos que sufren, al comenzar las largas tareas de reconstrucción, nos volvemos a Dios por fortaleza, esperanza y consuelo”.14

Nobles palabras. Pero nótese, que no hubo llamado al arrepentimiento. De manera similar, el Presidente Bush convocó a un día nacional de oración. El pidió a la nación a orar por las víctimas y a alcanzarlas con compasión. De nuevo, palabras nobles, pero ninguna expresión de arrepentimiento.15

El Presidente del Consejo de la Ciudad de Nueva Orleans, Oliver Thomas, fue el funcionario que más cerca estuvo de reconocer que Katrina tenía un mensaje espiritual. Refiriéndose a Sodoma y Gomorra, dijo: “Quizá Dios nos está limpiando”16

Pero la limpieza requiere una respuesta en arrepentimiento, algo a lo que Dios está llamando a toda la nación, y no sólo a la ciudad de Nueva Orleans.

La Respuesta Adecuada

Ningún gobernante de nuestra nación ha visto aún las implicaciones espirituales de un desastre tan claramente como lo hizo Abraham Lincoln, cuando evaluó la causa de la Guerra Civil. En una proclamación realizada el 30 de marzo de 1863, el Presidente hizo un llamado a un “día de oración y humillación”.

Él comenzó la proclamación observando: “Es el deber de las naciones, al igual que el de los hombres, el tener su dependencia en la autoridad soberana de Dios, el confesar sus pecados y transgresiones, en pena y humillación, pero con la esperanza certera de que el genuino arrepentimiento conduce a la misericordia y el perdón”.

El corazón de la proclamación se lee como sigue:17

Y, por mucho que lo sepamos, por Su divina ley, que las naciones como individuos están sometidos a castigos y penas en este mundo, ¿no temeremos justamente que la horrible calamidad de la guerra, que ahora desola la tierra, no sea otra cosa que un castigo, infligido sobre nosotros, por nuestros pecados presuntuosos, para el necesario fin de nuestra reforma nacional como un solo Pueblo?

Hemos sido los destinatarios de las más selectas bondades del cielo. Hemos sido preservados, estos muchos años, en paz y prosperidad. Hemos crecido en número, riqueza y poder, como ninguna otra nación ha crecido nunca. Pero hemos olvidado a Dios. Hemos olvidado la mano de gracia que nos ha mantenido en paz, que nos ha multiplicado, y enriquecido y fortalecido; y hemos imaginado inútilmente, en la deshonestidad de nuestros corazones, que estas bendiciones fueron producidas por alguna sabiduría superior y virtud de nuestra propia condición.

Intoxicados con un éxito ininterrumpido, ¡nos hemos vuelto demasiado autosuficientes, como para sentir la necesidad de la gracia que redime y preserva, y demasiado orgullosos para orar al Dios que nos hizo!

Nos corresponde, entonces, humillarnos ante el Poder ofendido, confesar nuestros pecados nacionales, y orar por clemencia y perdón.

¡Cómo necesitamos tal proclamación hoy! Lo triste es que nos hemos vuelto tan seculares y paganos, que si nuestro Presidente emitiera tal declaración, los miembros del Congreso probablemente traerían un juicio político contra él por la “violación de la separación de la iglesia y el Estado”.


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Traducido por Pablo Losa 
Editado por Donald Dolmus

jueves, 16 de enero de 2020

Libro: Viviendo en Tiempo Prestado – Capítulo 10 (parte 3)

La Convulsión de la Naturaleza 

El mensaje de los desastres naturales


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Un Libro Profético

En 2006, un corresponsal de la Casa Blanca (uno de los 250 que hay en el mundo) llamado William Koenig, escribió un libro titulado “Ojo a Ojo”. Fue subtitulado “Enfrentando las consecuencias de dividir a Israel”.1 La tesis del libro era que muchas de las calamidades naturales, reveses económicos y crisis políticas experimentadas por los Estados Unidos desde 1991 han estado directamente relacionados con las acciones que hemos tomado para obligar a Israel a entregar territorio a los árabes.

Koenig es un devoto cristiano evangélico que tiene el don de la profecía. En consecuencia, tiene el discernimiento para ver la relación sobrenatural entre los sucesos mundiales y los juicios de Dios.

Su libro tiene una portada muy profética. Muestra al Presidente Bush mirando por encima de su hombro derecho a un huracán, y en el ojo del huracán estaá la Estrella de David, el símbolo de Israel.

El título del libro, Ojo a Ojo, fue sugerido por la esposa de Koenig.2 Ella lo tomó del comentario de Matthew Henry sobre Isaías 52:8 —

Ellos [los vigilantes] verán un acuerdo y una correspondencia exactos entre la profecía y los eventos, la promesa y la actuación; verán cómo se ven en otro ojo a ojo, y estarán satisfechos de que el mismo Dios habló lo uno e hizo lo otro.3


En otras palabras, en los tiempos del fin habrá gente que estará proféticamente dotada para reconocer la correspondencia entre las profecías de la Biblia y los eventos mundiales.

En su libro, Koenig muestra los sorprendentes paralelismos entre el maltrato de EE.UU. a Israel y las consecuentes calamidades naturales, los reveses económicos y las crisis políticas. Déjenme mostrarles algunos ejemplos.

La Conferencia de Madrid — Esta conferencia, la que forzamos a Israel, marcó el principio del proceso de “tierra por paz”. La apertura de la conferencia el 30 de octubre de 1991, coincidió con la formación de la “Tormenta Perfecta”. Esa fue la tormenta que rompió récords sobre nuestra costa atlántica, la que produjo olas de 30 metros de altura que dañaron duramente la casa del Presidente Bush en Kennebunkport, Maine. Los titulares de USA Today el 1 de noviembre mostraban las historias de la tormenta y la Conferencia de Madrid una al lado de la otra.4

La Ronda Seis de las conversaciones bilaterales sobre el acuerdo de paz — En junio de 1992, Yitzhak Rabin fue elegido como el nuevo Primer Ministro de Israel. El gobierno de EE.UU. inmediatamente insistió que viniera a Washington, D.C., y se reuniera con Yasser Arafat. El día que ese encuentro comenzó, el 24 de agosto de 1992, el Huracán Andrew golpeó Florida con vientos de 284 km/h. Los daños producidos sumaron 30,000 millones de dólares — el huracán más costoso en la historia de EE.UU. hasta ese momento.5

Arafat en la ONU — En septiembre de 1998, Yasser Arafat fue invitado a hablar en una sesión especial de la Organización de las Naciones Unidas que se llevó a cabo en Nueva York. El Presidente Clinton preparó un encuentro con él para presionar a Israel. En el momento que la reunión tenía lugar, el Huracán Georges aplastó la Costa del Golfo, causando daños por valor de más de 6,000 millones de dólares.6

Arafat y un Estado Palestino — Con el aliento de EEUU, Arafat anunció que iba a proclamar un Estado Palestino el 4 de mayo de 1999. A pesar de que el Presidente Clinton más tarde persuadió a Arafat para posponer la declaración al menos hasta diciembre, en el mismo día que la proclamación estaba programada para ser hecha (3 de mayo en EE.UU., 4 de mayo en Israel), el tornado más potente de la historia de EE.UU. desgarró la ciudad de Oklahoma con vientos de 500 km/h, destruyendo más de 2,000 hogares.7

La Cumbre de Camp David — Desde el 11 al 24 de julio del verano del año 2000, el Presidente Clinton organizó una conferencia cumbre entre Israel y la Autoridad Palestina. Clinton presionó al Primer Ministro israelí Ehud Barak a entregar la parte central de Israel. Durante esos días precisos, una gigantesca ola de calor golpeó el centro-sur de EE.UU. y se produjeron incendios en los estados occidentales. En un momento, había más de 50 incendios activos que consumieron más de 200,000 hectáreas antes de que acabara ese mes.8

La celebración de Ramadán en la Casa Blanca — En la noche del jueves 7 de noviembre de 2002, el Presidente Bush organizó una cena en la Casa Blanca para honrar la fiesta religiosa musulmana llamada Ramadán. En su discurso esa noche, el Presidente dijo:9

…esta temporada conmemora la revelación de la palabra de Dios al profeta Mahoma en el santo Corán. Hoy esta palabra inspira a los fieles musulmanes a llevar vidas de honestidad e integridad y compasión…

Vemos en el Islam una religión que traza sus orígenes hacia atrás en la llamada de Dios a Abraham…

Dos días más tarde, un total de 88 tornados golpearon Arkansas, Tennessee, Alabama, Mississippi, Georgia, Ohio y Pennsylvania.

El Plan de Paz para el Medio Oriente — El 30 de abril de 2003, el Embajador de EE.UU., Daniel Kurtzer, presentó la “Hoja de Ruta” del plan de paz al Primer Ministro israelí Ariel Sharon. Era un plan formulado por una coalición impía llamada “el Cuarteto”. Este grupo estaba formado por Rusia, la Unión Europea, las Naciones Unidas y los Estados Unidos. Llamaba a Israel a entregar Gaza y su núcleo territorial de Judea y Samaria a los palestinos. El 3 de mayo, el Secretario de Estado, Colin Powell, salió hacia Medio Oriente para tener las conversaciones para implementar ese plan.

El 4 de mayo, el Secretario Powell se reunió con el líder terrorista de Siria, Hafez Assad, y se comprometió con él a incluir la entrega de los Altos del Golán en el plan de paz. Ese día, un enjambre de tornados comenzó a hacer pedazos el centro de EE.UU. Durante los siguientes siete días, hubo un total de 412 tornados — el grupo más grande jamás observado por la NOAA (Administración Nacional Atmosférica y Oceánica) desde que comenzó a mantener registros en 1950. El récord anterior había sido 177 tornados en 1999.10

En resumen, entre octubre de 1991 y noviembre de 2004, los EE.UU. experimentaron:11
  • 9 de los 10 eventos más costosos cubiertos por las compañías aseguradoras en la historia de EE.UU.
  • 9 de los 10 más grandes desastres naturales, tal como han sido calificados por los costos de ayuda por FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias)
  • 5 de los huracanes más costosos huracanes en la historia de EE.UU.
  • 3 de los 4 enjambres de tornados más grandes en la historia de EE.UU.
Todos los cuales estaban relacionados con nuestros intentos de presionar a Israel para que dividiera  su tierra o entregara parte de su capital, Jerusalén.

El mundo se reiría y llamaría a esto coincidencias, pero no creo en las coincidencias. Sólo creo en las incidencias de Dios. Dios es Soberano. Él está en control.

La Retirada de Gaza

Uno de los eventos caóticos más recientes en Israel fue la retirada forzada de todos los judíos de Gaza, en el verano de 2005. Comenzó el 7 de agosto y continuó hasta el 22 de agosto, y casi 9,000 israelíes fueron arrancados de sus tierras y hogares.

Muchos habían estado en el área durante 35 años. Su desalojo se hizo ante la insistencia del gobierno de los Estados Unidos, como parte de la política de apaciguamiento de “intercambio de tierras por la paz".

Fue un evento desgarrador ver a mujeres y niños siendo maltratados, sinagogas violadas, rollos de la Torá profanados, casas arrasadas, tumbas excavadas y granjas destruidas. Comunidades judías enteras fueron sacadas por la fuerza de la tierra que Dios le ha dado al pueblo judío como una eterna posesión (Salmos 105:8-11).

El impacto económico en la economía israelí fue abrumador. Las granjas en Gaza representaban el 70% de los productos orgánicos israelíes, el 60% de las hierbas exportadas del país, el 15% de sus exportaciones agrícolas totales, el 60% de sus exportaciones de tomate cherry, y 120 millones de dólares de sus exportaciones de flores.

Y mientras se realizaba esta farsa, la Secretaria de Estado Condoleezza Rice comenzó a aplicar más presión con la siguiente declaración: “Todos simpatizan con lo que los israelíes están enfrentando. . . pero no puede ser solamente Gaza”.12

La Respuesta Sobrenatural

La retirada de Gaza finalizó el 22 de agosto de 2005, y al día siguiente, el gobierno de Bermudas anunció que una depresión tropical se había formado frente a su costa. Apodada "Katrina", la tormenta se convirtió rápidamente en el huracán más poderoso de la historia moderna. Se estrelló contra Nueva Orleans y la costa de Mississippi cuatro días después, el día 27. El huracán interrumpió el 25% de nuestra producción de petróleo crudo y destruyó el puerto más grande de nuestra nación (el quinto más grande del mundo en términos de tonelaje).

Creo que es interesante notar que el huracán golpeó sólo tres días antes de que Nueva Orleans — que a menudo se refiere a sí misma con orgullo como la "Sin City USA" (la Ciudad del Pecado de EE.UU.) — tuviera programada a albergar un evento impío llamado "Gay Mardi Gras" (un carnaval homosexual. El tema de ese año era "Jazz and Jezebels" (Jazz y Jezabeles). El año anterior, el evento atrajo a 125,000 juerguistas que orgullosamente hicieron alarde de su perversión pública en un desfile estrafalario. Increíblemente, este evento es patrocinado por un grupo que se ha denominado a sí mismo "Decadencia del Sur".

Nueva Orleans es conocida por sus prácticas ocultistas, particularmente por el vudú. La ciudad también es famosa por su alta tasa de asesinatos y por su rampante corrupción política.

Sin embargo, no creo que la tormenta fuera principalmente como un juicio sobre la ciudad de Nueva Orleans. Más bien, lo vi como un juicio sobre toda nuestra nación por nuestro maltrato a Israel. Las consecuencias de la tormenta fueron de alcance nacional. Provocó una subida de precios de los combustibles, lo que llevó a un aumento de precios para todos los bienes. Interrumpió indefinidamente el flujo de bienes dentro y fuera de nuestro país. Provocó un incremento significativo de nuestra deuda nacional. Nos avergonzó ante el mundo, mientras manejábamos mal las secuelas. Y marcó profundamente el Gobierno de Bush.


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Traducido por Pablo Losa 
Editado por Donald Dolmus
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