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jueves, 9 de noviembre de 2017

Un Breve Examen de Algunos de los Problemas de la Teología Reformada

Por George Zeller 



Como creyentes comprados con la sangre de Cristo podemos dar gracias a Dios por la Reforma y por las grandes verdades que fueron recuperadas por los Reformadores: la suficiencia de la Escrituras, la justificación por fe y el sacerdocio universal de cada creyente, por nombrar sólo unas pocas. En muchos sentidos, la Reforma fue un movimiento de regreso a la Biblia. Hoy día nuestra meta también debería ser siempre regresar a la Biblia, no un regreso a la Reforma. Siempre es mejor volver a las fuentes prístinas de las Escrituras (Salmo 12:6) en vez de volver a las corrientes contaminadas río abajo. El propósito de este breve artículo es destacar ciertos problemas de la Teología Reformada que tienen importantes implicaciones prácticas para la vida y el ministerio del creyente.

¿Tenemos Realmente un Evangelio Para Todos los Hombres?

Pablo enseñó que las buenas nuevas del evangelio incluyen el hecho de que “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Corintios 15:1-4). ¿Podemos honestamente compartir estas buenas nuevas con todos los hombres en todas partes? La mayoría de los hombres reformados creen que Cristo murió como Sustituto y pagó el castigo por el pecado solamente por los elegidos, es decir, solamente por los que finalmente serán salvos. La Biblia usa toda clase de términos universales para dejar en claro que el Salvador murió por los pecados de toda la raza de Adán (Isaías 53:6; Juan 3:16; 6:51; 1 Timoteo 2:6; Hebreos 2:9; 1 Juan 2:2; 2 Pedro 2:1; etc.). 

El Dr. Jay Adams explica que él no tiene un evangelio para todos los hombres: “Como cristiano reformado, el escritor cree que los consejeros no deben decir a un consultante inconverso que Cristo murió por él, porque no puede decir eso. Nadie sabe, excepto Cristo, mismo quiénes son sus elegidos por quienes Él murió” (Capacitado para Orientar, énfasis mío). En agudo contraste con el limitado mensaje de Adams está lo siguiente, de alguien que conoció el corazón desbordante de Roberto Moffat: “Uno de los misioneros más grandes de los tiempos modernos (Sr. Moffat), uno de los más dotados, uno de los más devotos, uno de los más honrados y exitosos, cuando le pregunté por allá por el año 1841, qué evangelio predicaba a sus pobres africanos, contestó que era una máxima para él y sus compañeros decir a todos por igual que Cristo murió por ellos” (James Morison, The Extent of the Atonement, p.112).

¿Cómo podemos ofrecer con sinceridad a los hombres lo que no ha sido provisto para ellos? ¿Cómo podemos ofrecerles un don gratuito si el don no ha sido adquirido para ellos? ¿Cómo podemos apremiarles a beber de la fuente de vida si no hay una provisión de agua para ellos? ¿Cómo podemos decirles que sean salvos si Cristo no proveyó para su salvación? ¿Cómo podemos decirle a una persona, “Toma este remedio y serás sano” si no hay medicina para tomar y no se ha provisto curación?

Los hombres reformados, si son honestos, tienen un evangelio muy incierto: “Quizás Cristo murió por ti”. “Tal vez Dios te amó tanto”. “Quién sabe si Cristo derramó Su sangre por ti”. “Salvación ha sido provista para ti, puede ser”. “Posiblemente Dios muestra Su amor para contigo”. “Esperamos que Él sea la propiciación por tus pecados”. “Es posible que Cristo muriera como tu Sustituto”. “Puede ser que te traiga buenas nuevas”. Esto sería como decir, “Sé que tienes un problema, pero no estoy seguro si hay un remedio para tu problema. Sé que tienes una terrible enfermedad, pero no estoy seguro que haya un remedio para ti. Puede ser que tu caso no tenga esperanza. Sencillamente no sabemos si hay un Salvador para ti”. Cuán agradecidos debemos estar de que realmente hay un “Salvador para todos los hombres” (1 Timoteo 4:10).

¿Tenemos que ser Salvos Antes de Poder Creer?

Todos reconocemos que la salvación es una obra sobrenatural de Dios, y que nadie puede ser salvo sin la iluminación divina (Mateo 16:17; Hechos 16:14), y sin la convicción interior del Espíritu (Juan 16:7-11). Dios, el Espíritu Santo persuade y convence al mundo del pecado de incredulidad (Juan 16:9). A los que están en tinieblas se les ordena y son responsables de recibir al Señor Jesucristo, la Luz del mundo. En el momento de la regeneración un hijo de ira llega a ser un hijo de Dios y posee la vida misma y la luz de Dios. En el instante mismo en que cree en el Señor Jesucristo, él es regenerado y salvado eternamente (Juan 1:12; Gálatas 3:26; Hechos 16:30-31). Los hombres reformados dicen que la regeneración precede a la fe. La Biblia enseña que un hombre tiene que creer para vivir (Juan 20:31; Juan 6:47); ellos enseñan que un hombre tiene que vivir para creer.

Charles Spurgeon se dio cuenta de la tontería de decir que un pecador tiene que ser regenerado antes de que pueda creer: “Si he de predicar fe en Cristo a un hombre regenerado, entonces el hombre, siendo regenerado, ya es salvo y es una cosa ridícula e innecesaria que yo le predique a Cristo y le inste a creer para ser salvo, si él ya es salvo, puesto que ha sido regenerado. ¿Tengo que predicarles la fe solamente a los que ya la tienen? Eso es realmente absurdo. ¿No es esto como esperar que el hombre sea sano para luego traerle la medicina? Esto es predicar a Cristo a los justos y no a los pecadores” (Spurgeon, sermón titulado “Garantía de la Fe”).

Algunos hombres reformados llevan aun más lejos esta enseñanza aberrante. Ellos dicen que un bebé puede ser regenerado a una temprana edad, aunque no llegue a tener fe en Cristo hasta años más tarde. Pregunté a R.C. Sproul acerca de esta enseñanza y su asistente, V.A. Voorhis contestó en su lugar: “La regeneración siempre precede a la fe…el infante puede llegar a tener fe muchos años después que Dios ha obrado por medio de Su Santo Espíritu en él para regenerarlo” (De una carta de V.A. Voorhis con fecha 1/6/2000). Esta extraña enseñanza, que no es bíblica, sugiere que un infante puede haber nacido de nuevo y, sin embargo, no llegar a ser un creyente hasta después de varios años.

Nuestro Entendimiento de la Soberanía de Dios, ¿es un Obstáculo o un Aliciente para el Evangelismo Personal?

La Escrituras enseñan la doctrina de la elección (Efesios 1:4; 2 Tesalonicenses 2:13), aunque buenos hombres de Dios tienen una variedad de ideas sobre de sus particularidades. George Whitefield y John Wesley tenían diferentes puntos de vista en cuanto a la elección, sin embargo, se estimaban mutuamente y ambos hombres sabían emplearse y ser empleados en la salvación de los perdidos. La visión que uno tenga de la soberanía de Dios es muy defectuosa si desanima o apaga el celo evangelístico. Para ilustrar la presunción y el feo exclusivismo de algunos calvinistas extremos, considera el siguiente verso de un antiguo himno particular bautista: “Nosotros somos los pocos elegidos de Dios, dejen que los demás se condenen; hay suficiente lugar en el infierno para ustedes, no queremos un cielo atestado”. Obviamente, éste es un ejemplo extremo, pero cualquier intento de usar la doctrina de la elección como excusa para ser negligente en alcanzar a los hombres perdidos es aborrecible para Dios, quien quiere que “todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4).

Un sano entendimiento de la soberanía de Dios sólo puede animar a un fiel ganador de almas. Entiende que es solamente Dios Quien salva, de modo que tiene que depender totalmente de Él. Sus propios argumentos intelectuales o sus ingeniosos métodos nunca llevarán a un hombre a la fe en Cristo. Sólo Dios puede abrir los ojos de los ciegos. Sólo Dios puede hacer la obra de convicción que convencerá a hombres perdidos de su desesperada necesidad del Salvador. Esto debería dar como resultado un evangelismo que está bañado en oración, en total dependencia del Señor de la mies.

¿La Clave Para la Vida Cristiana se Encuentra en el Monte Sinaí o en el Monte Calvario?

Los hombres reformados ponen a los creyentes bajo la ley, no para la justificación, sino para la santificación. Ellos enseñan que el creyente está bajo la ley como regla de vida. En contraste con la teología reformada, el dispensacionalismo nos enseña que para encontrar la regla de vida para el creyente no hay que ir al monte Sinaí, sino al Monte Calvario. El Monte Sinaí es incapaz de justificar a una persona y el Monte Sinaí también es incapaz de santificar a una persona. La regla de vida para un creyente no es la ley. Jesucristo lo es: “Para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21). ¿Cómo vivía Pablo? ¿Cuál era su regla de vida? ¿Vivía por las obras de la ley? ¿Encontró su regla de vida en el Monte Sinaí? Nótese lo que dice un gran apóstol, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Pablo vivía por la regla de la “nueva criatura” que fluye del Monte Calvario (Gálatas 6:14-16).

Al gloriarnos en la cruz, nos damos cuenta de nuestra maravillosa identificación con Cristo en Su muerte y resurrección y afirmamos estos hechos por fe (Romanos 6; Colosenses 3:1-4; Gálatas 2:20). El Monte Sinaí nunca ha producido una nueva criatura, un nuevo hombre. Sólo puede condenar al viejo hombre. La clave para vivir la vida cristiana se encuentra en el Monte Calvario y se basa en la perfecta obra realizada por nuestro Salvador.

¿Es la Rendición al Señorío de Cristo un Requisito para la Salvación?

Muchos en el campo reformado se adhieren a lo que ha sido llamado “Salvación por Señorío”. El Dr. Renald Showers ha ayudado a clarificar esto: “Por una parte hay una “creencia fácil” que sostiene que un mero asentimiento mental a ciertas verdades salva a una persona. Por otra parte, para corregir este error, algunos han agregado cosas al evangelio y a los requisitos bíblicos para la salvación (salvación por Señorío)… Hay una clara distinción entre un requisito para la salvación y el resultado de la salvación. Estas dos cosas no deben ser confundidas. La disposición y el deseo de que Cristo gobierne la vida de uno, son impulsados por la nueva vida espiritual impartida por el Espíritu Santo cuando Él regenera al creyente en la salvación. El inconverso no puede ni quiere someterse al gobierno divino (Romanos 8:7). Tal como el árbol no puede dar manzanas a menos que tenga la naturaleza de un manzano, así una persona no puede tener la voluntad y el deseo de someterse al gobierno de Cristo a menos que posea la nueva naturaleza que se recibe por la regeneración en la salvación (2 Pedro 1:3-4). De modo que incluso la voluntad y el deseo de someterse al gobierno de Cristo es el resultado y no un requisito para la salvación” (“The Trouble with Lordship Salvation” –El Problema de la Salvación por Señorío—publicado en Word of Life 1990 Annual, pps.18-19).

El sencillo mandamiento que Dios ha dado a los inconversos es “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:31). La salvación no se basa en las realizaciones del hombre o en los compromisos del hombre; se basa solamente en la perfecta obra acabada de Cristo. La fe es descansar sobre lo que Cristo ya ha realizado. Redefinir la fe salvadora agregando otros requisitos es pervertir el evangelio. Rendirse al Señorío de Cristo…Estar dispuesto a obedecer al Señor en todo…Amar a Cristo por sobre todo…Cumplir las demandas del discipulado…éstos no son requisitos para la salvación. La salvación es por la gracia de Dios basada sobre la Persona y la obra de Cristo. Significa confiar en Él y solamente en Él. No se basa en los frágiles compromisos del pecador. Si así fuera, ninguno de nosotros podría calificar para el cielo. De modo que rechazamos la Salvación por Señorío, pero de todo corazón abrazamos la Santificación por Señorío. Una vez que somos salvos, la sumisión al Señorío de Cristo y la obediencia a todos Sus mandamientos es esencial, por cuanto el Señor es el que produce en nosotros el querer como el hacer, por su buena voluntad (Filipenses 2:12-13). 

¿Podemos Realmente Entender Literalmente las Profecías de Dios?

Cuando se trata de las claras declaraciones proféticas de Dios, los hombres reformados han abandonado el sentido llano y normal del texto bíblico. Ellos niegan que el Mesías establecerá Su glorioso reino en esta tierra, negando así cientos de pasajes que se encuentran en los escritos de los profetas (tales como Isaías 2:1-5; 11:1-12; Jeremías 23:5-8; etc.). Muchos niegan que Israel tenga algún futuro en el programa de Dios (a pesar de Jeremías 31:35-37). Creen, en cambio, que la Iglesia ha reemplazado a Israel, robándole así sus bendiciones. En la mayoría de los círculos reformados, la palabra “rapto” es ridiculizada y menospreciada, despojando así a los creyentes de la bienaventurada esperanza de la inminente venida de nuestro Señor por los Suyos. Muchos hombres reformados han adoptado el preterismo, un sistema de interpretación que dice que todas o casi todas las profecías ya se han cumplido en el pasado. Ellos enseñan que la gran tribulación y la venida del Señor ya sucedieron en o alrededor del año 70 d.C. En vista de estas cosas, los hombres reformados están transmitiendo este mensaje: “No hay rapto; no hay segunda venida; no hay un reino; y no hay futuro para Israel. Y cuando Dios dice algo sobre el futuro, no tomen Sus palabras en serio. Él no quiere realmente decir lo que dice”.


Fuente: Middle Town Bible Church

viernes, 13 de octubre de 2017

Libro: ¿Qué Amor es Éste? — Capítulo 1 (pdf)

El Porqué de Este Libro

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice

Estimados lectores:

En el enlace adjunto, podrán encontrar el capítulo 1 del libro en referencia:



Espero que este valioso material contribuya grandemente a su crecimiento y edificación espiritual. 

También, quiero agradecer a todos aquellos de ustedes que con sus oraciones y aportes voluntarios hacen posible que su servidor pueda traducir al español este tipo de materiales exclusivos, los cuales no se encuentran disponibles nuestro idioma.

En Jesús, el Cristo:

Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe
Managua, Nicaragua

jueves, 8 de junio de 2017

Libro: ¿Qué Clase de Amor es Éste? — Índice

La Tergiversación de Dios que Hace el Calvinismo


Contenido






 6. Arminio, Dort, Westminster, y los Cinco Puntos

 7. Depravación total

 8. El tema solemne: el carácter de Dios

 9. La verdad acerca de la depravación humana

10. Una soberanía distorsionada

11. Soberanía y libre albedrío

12. La presciencia y la voluntad del hombre

13. Erasmo y Lutero en debate

14. ¿La esclavitud de la voluntad?

15. Elección incondicional

16. ¿Está la salvación disponible para todos?

17. La presciencia y la predestinación/elección

18. La expiación limitada

19. Abusando de la Palabra de Dios

20. Comprendiendo escrituras cruciales

21. Más escrituras cruciales

22. La gracia irresistible

23. El problema irresoluble del calvinista

24. Cuando la gracia no es gracia

25. La gracia y la responsabilidad humana

26. Los errores del calvinismo son serios

27. La persuasión, el Evangelio, y Dios

28. ¿Cuándo es que el “amor” no es amor?

29. La perseverancia de los santos

30. Las dudas honestas de un calvinista

31. Descansando en el amor de Dios

Unas palabras finales


Estimado lector: Su valiosa contribución, manifestada por medio de sus oraciones y sus ofrendas voluntarias, hace posible que sigamos produciendo materiales que contribuirán grandemente a su crecimiento y edificación espiritual.

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domingo, 1 de abril de 2012

El evangelio oculto de la Teología del Pacto y del Calvinismo


Algunos cristianos no ven ningún problema en asistir a una iglesia Reformada sin darse cuenta de que, al hacerlo, corren el riesgo de conectarse con algún aspecto de la teología del Pacto. Este sistema de teología, que se halla principalmente en círculos Reformados, está basado en tres pactos especulativos que no se encuentran en las páginas de la Escritura. Estos pactos adicionales que los eruditos Reformados insisten están presentes en la Biblia deben ser inferidos extrayendo el significado del contexto que realmente realidad no existe ahí. La aprehensión de estos significados más profundos y ocultos es conocido como espiritualizar o alegorizar el texto. A una amiga mía una vez le dijeron en un estudio bíblico al que ella estaba asistiendo, una persona que aparentemente espiritualizaba la Escritura, que si ella interpretaba los pasajes de forma literal, ¡se perdería todo el sentido de la Biblia!

Espiritualizando la Palabra

Por consiguiente, espiritualizar la Escritura permite que uno use la Palabra de Dios para enseñar casi cualquier cosa. Este método de interpretación permite que la teología Reformada enseñe que la Iglesia existía en el AT en lugar de haber iniciado en el NT el Día de Pentecostés. Los reformados creen tan firmemente en la elección soberana, que definen a la “Iglesia”, como el cuerpo de todos los elegidos en la historia. Por supuesto, existe desacuerdo en cuanto a cuándo esta “Iglesia” precisamente inició debido a que este importante evento no puede hallarse en las Escrituras del AT. Por tanto, los eruditos reformados debaten si esta “Iglesia del AT” inició con Adán o con Abraham.

Una vez que la “Iglesia” es colocada en el AT, el reformado razona entonces que la nación de Israel, quien recibió las promesas Abrahámicas y la Ley Mosaica, lo hizo de forma representativa para esta supuesta “Iglesia del AT”. Dado que se piensa que esta “Iglesia del AT” recibió la Ley Mosaica, también se asume que la Ley aún es operativa en parte para la “Iglesia” hoy. Esta “Iglesia del AT” no sólo recibió la Ley, sino que también recibió las promesas Abrahámicas para un reino venidero. Cuando Jesús ofreció el reino a la nación de Israel, los reformados también creen que Él en realidad se lo estaba ofreciendo a la “Iglesia”. Aparentemente esta “Iglesia” no rechazó la oferta del reino, pero los judíos incrédulos sí lo hicieron. Dado que Israel rechazó a su Mesías, Dios despobló esta “Iglesia del AT” de judíos para repoblar la “Iglesia del NT” principalmente con gentiles. Así pues, los gentiles reemplazaron a los judíos en la forma de pensar Reformada y el reino prometido fue de hecho dado a la “Iglesia”, pero en un sentido espiritual. Por supuesto, la Tribulación debe ocurrir antes de que el reino llegue, así que los reformados dicen que la Tribulación se llevó a cabo en el año 70 EC o ha sido una constante realidad desde entonces, rechazando una Tribulación literal en el futuro.

La Teología del Pacto

La mayoría de las personas escuchan el término “Teología del Pacto” y piensan, “¡Creo que existen pactos en la Biblia y por eso, sí, supongo que sí creo en la teología del pacto!”. Sin darse cuenta, están considerando todo un sistema de creencias muy diferente al presentado en la Biblia. Los tres pactos extras de la Teología del Pacto, que no se encuentran en la Escritura, son llamados pactos “inferidos” o “implicados”. Sin embargo, los seis pactos bíblicos principales (Noénico, Abrahámico, Mosaico, Tierra, Davídico, y Nuevo) pueden ser localizados claramente en las páginas de la Escritura con capítulo y versículo. Una vez que estos pactos “implícitos” falsos apuntalan a los pactos “explícitos” verdaderos, se convierten en el fundamento sobre el cual la Teología Reformada es edificada.

El primero de estos pactos “implicados” fue hecho supuestamente antes de que el tiempo comenzara y es llamado el “Pacto de la Redención”. En este supuesto pacto, se dice que el Padre escogió a los elegidos, el Hijo accedió a morir por los elegidos y el Espíritu Santo accedió a permitir que los elegidos vinieran a la fe. Este Pacto de la Redención también es conocido por su apodo, “el decreto eterno de Dios”. De nuevo, existen debates en los círculos reformados acerca de estos “decretos eternos” debido a que no pueden hallarse en la Escritura de forma precisa. Increíblemente, ¡los que están en la tradición Reformada no sólo adivinan lo que Dios decidió en la eternidad pasada, sino que también adivinan el orden en el que lo decidió! Especulan acerca del orden en el cual Dios decretó crear al hombre, permitir la Caída, predestinar a los elegidos, aplicar la expiación de Cristo y redimir y santificar a los elegidos. El apóstol Pablo advierte acerca de no hacer esta clase de presunciones diciendo, “no piensen más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros” (1 Cor. 4:6). En ninguna parte de la Biblia están descritos el Pacto de la Redención o el Orden de los Decretos Divinos. Los calvinistas están simplemente filosofando acerca de la teología y luego presentándola como la verdad.

Las cosas se vuelven un poco más interesantes cuando el segundo de estos pactos, el “Pacto de Obras”, es considerado. ¿Sabe el lector que Dios supuestamente entró en un pacto con Adán prometiéndole la salvación a cambio de su obediencia? Los reformados dicen que Dios debió haber hecho este pacto debido a que Oseas 6:7 “demuestra” que Adán rompió un pacto con Dios, “pero ellos como hombres traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí”. En las traducciones más recientes de la Biblia, la palabra “hombres” es traducida “Adán”, haciéndolo decir, “como Adán ellos transgredieron el pacto”. Malentendiendo el contexto del pasaje, hacen la pregunta, “¿Cuándo entró Dios en un pacto con Adán que éste rompió?”. Ellos centran nuestra atención en la interpretación del versículo, desviando nuestra atención del problema principal: ¡obediencia a cambio de salvación! Pregúntese usted mismo si Dios ha requerido alguna vez obras para la salvación. Por supuesto, ¡la respuesta es no! Dios requiere fe y sacrificios de sangre para que los pecadores sean reconciliados con Él. Mantenga este motivo de “obediencia por salvación” en su mente para que vea la ingeniosa interacción entre el Calvinismo y la Teología del Pacto.

Dado que Adán no fue capaz de ofrecer “obediencia por salvación” después de caer en pecado, la Teología Reformada enseña que el segundo Adán, Jesucristo, prometió procurar esta obediencia en un tercer pacto que no se halla en la Escritura, el “Pacto de la Gracia”. La Teología del Pacto enseña que la obediencia activa de Cristo a la Ley proporciona el requisito necesario para la salvación de los elegidos. Piense en esto por un momento. ¿Puede la obediencia a guardar la Ley cumplir con el requisito de la salvación? Mientras que la obediencia de Jesús a la Ley reveló Su perfección como Mesías que lo calificaba para ser el perfecto Cordero de Dios sacrificado por nuestros pecados, esta obediencia no contribuye a la salvación de ninguna manera. La salvación se encuentra por medio de confiar en Cristo y Su muerte, sepultura y resurrección. Por supuesto, esta obediencia a guardar la Ley está formulada en términos de la justicia. Sin embargo, la justicia de Dios de la que habla Romanos 3:21 dice que es aparte de la ley, “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas”. La Biblia nunca enseña que la observancia de la Ley, ni la nuestra ni la de Cristo, salva.

Increíblemente, muchos en el campo Reformado afirman erróneamente que la vida de obediencia activa de Cristo es tan salvífica en contribuir a nuestra salvación como Su muerte. En ningún lado nos dice la Biblia que pongamos nuestra fe en la justicia de Cristo. La fe es puesta en la Cruz de Cristo. Observe la siguiente cita del teólogo reformado del siglo XIX, A. A. Hodge, donde declara que la obediencia de Jesús es tan esencial a la salvación como Su muerte.

“Las Escrituras nos enseñan claramente que la obediencia de Cristo fue ciertamente tan vicaria como lo fue su sufrimiento, y que él nos reconcilió con el Padre por una así como por la otra”.1

Considere esta cita de Juan Calvino donde descaradamente declara que la base para el perdón de Dios está fundada en su completa vida de obediencia. La Biblia dice que toda nuestra base está fundada en la muerte y la sangre derramada de Jesús.

“Cuando se pregunta cómo Cristo, al abolir el pecado, removió la enemistad entre Dios y nosotros y compró una justicia que lo hizo favorable y gracioso a nosotros, puede responderse generalmente, que él logró esto por el curso completo de su obediencia…Y ciertamente él en otra parte extiende la base del perdón que exime de la maldición de la ley a la vida completa de Cristo…En resumen, desde el momento que él asumió la forma de siervo, él comenzó, con el fin de redimirnos, a pagar el precio de la salvación…”2

Postulando que la obediencia a guardar la Ley por parte de Cristo es de alguna forma necesaria para la salvación, la Confesión Bautista de Fe de 1689 afirma lo siguiente:

“No son justificados debido a que Dios considera como su justicia ni su fe, ni su creencia ni cualquier otro acto de obediencia evangélica. Son justificados única y exclusivamente debido a que Dios les imputa la justicia de Cristo. Él les imputa la obediencia activa de Cristo a toda la ley y Su obediencia pasiva en la muerte”.3

Una vez que la obediencia a guardar la Ley por parte de Cristo es colocada en la misma posición de la cruz, se vuelve necesario confiar en esta justicia para salvación. Mire cómo el astuto truco de la teología del pacto se desarrolla dentro de su evangelio del Calvinismo.

El Calvinismo a menudo es abreviado al acrónimo TULIP, el cual ayuda a las personas a recordar sus enseñanzas. Éste afirma que Dios soberanamente escoge, muere por, y equipa a los elegidos para ser salvos. La mayoría de las personas entienden que el último punto del Calvinismo, la Perseverancia de los Santos, (la “P” del TULIP) significa que los elegidos perseverarán en la fe y nunca abandonarán a Cristo. Los que están en el Calvinismo desde hace cualquier duración de tiempo sabe que eso no es completamente exacto. Rápidamente se hace claro que dado que los elegidos han recibido la justicia de Cristo que guarda la Ley, se espera que no sólo perseveren en la fe, sino que también perseveren en obediencia. En este punto, la fe se aparta sutilmente de la Cruz y se mueve hacia las obras. Este cambio es llamado Salvación por Señorío por sus detractores.

La Salvación por Señorío, haciéndose pasar como arrepentimiento y buenas obras, es elogiada por sus proponentes pero una vez desenmascarada, es expuesta como un evangelio de obras. De acuerdo con el Calvinismo, los elegidos son equipados para hacer de Jesucristo el absoluto Señor soberano de sus vidas para demostrar su salvación. Hay poco espacio para la desobediencia. La obediencia no sólo demuestra su elección, sino que demuestra que la obediencia del Segundo Adán ha sido acreditada a su cuenta y que las exigencias del “Pacto de Obras” han sido cumplidas. Así pues, la “perseverancia de los santos” del Calvinismo encaja perfectamente con la Teología del Pacto para esconder un complicado y muy bien disfrazado escenario de “obediencia por salvación” que Dios supuestamente prometió a Adán.

Añádase a esto que la Teología Reformada enseña que los elegidos que creen no tienen una naturaleza carnal, sino sólo la nueva naturaleza de Cristo. No es de extrañar que el calvinista se siente condenado cuando es desobediente. Todo pecado o infracción es recibido con amenazas mentales de no elección y, por tanto, no salvación, lo cual explica la falta masiva de seguridad dentro de los círculos reformados. Este miedo los lleva a buscar diligentemente las Escrituras para revisar y volver a comprobar que su comprensión de la elección es verdadera. Todo depende de la correcta comprensión de la elección. Lamentablemente, todos los pasajes que deberían llevarles consuelo han sido reinterpretados de acuerdo al Calvinismo causando incertidumbre en su lugar. Su erudición les dice que el Calvinismo es racional, mientras que sus corazones agonizan en el miedo.

Tanto la Teología del Pacto como el Calvinismo son explicados en los términos más escolásticamente erudito, haciéndolos parecer lógicos, razonables y plausibles. Sin embargo, Dios advierte a los cristianos a no dejar el pensar a los eruditos. Se nos aconseja escudriñar las Escrituras diariamente, como hicieron los bereanos, para examinar si las cosas enseñadas se alinean con la Escritura (Hechos 17:11). Se nos instruye a estudiar para presentarnos aprobados como obreros que no tienen de qué avergonzarse (2 Tim. 2:15). Se nos advierte a no confiar en la sabiduría del mundo (1 Cor. 1-2). Se nos dice que, “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Col. 2:8. Se nos advierte que, “Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20:30). Somos advertidos, “para que nadie os engañe con palabras persuasivas” (Col. 2:4).

Los cristianos somos advertidos, “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Ef. 4:14). Los falsos maestros fácilmente ganan seguidores (Gál. 4:17) diciéndoles a aquellos que tienen comezón de oír lo que ellos quieren escuchar (2 Tim. 4:13). En el proceso, “por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas” (2 Pedro 2:3). Se nos prohíbe añadir a las palabras de la Escritura para que no seamos reprendidos (Prov. 30:5-6) o peor aun, maldecidos (Ap. 22:18). La Teología del Pacto añade claramente pactos no existentes a la Biblia que cambian la naturaleza de Dios y el Evangelio.

Pablo condenó dos veces cualquier evangelio que fuera diferente del que él predicaba (Gál. 1:8-9), así como evangelios que dependen de las obras en lugar de la cruz. Él nos advierte en Colosenses a no ser movidos de la esperanza del Evangelio que él predicaba (Col. 1:23). El “Calvinismo” y el “Pacto de Obras” de la teología Reformada son tales evangelios que funden en un solo evangelio oculto que debería ser denunciado por la Iglesia de hoy. En cambio, este sistema de teología es validado como “cristianismo histórico y ortodoxo” y ha llevado por tanto innumerables en la Iglesia cautivos a su ideología dado que es considerado generalmente como “seguro”. Tenemos que estar atentos, vigilando el verdadero Evangelio de Cristo para que podamos ofrecer un mensaje salvador a los perdidos y caminar en la libertad del Espíritu ofrecido a los creyentes. Es el enemigo de nuestras almas quien quiere nuestra mirada en obra y la justicia de la ley, en lugar de en la cruz.

Nota del editor: Brenda Nickel es una creyente cuyo caminar fue desviado por la teología de Juan Calvino. A medida que fue atraída hacia el Calvinismo, éste le causó una eventual desesperación espiritual. Ella cuenta cómo, siendo una nueva creyente en Jesús nacida de nuevo, se apresuró con mucho entusiasmo a amar el estudio de Su Palabra (la Biblia). Esta búsqueda la llevó a un viaje de descubrimiento que, en última instancia, la llevó a seguir el razonamiento y la teología embriagadores de Juan Calvino, que ocasionan mucha confusión. Catorce años después, ella escapó de las trampas del Catolicismo Reformado de Calvino. 

Artículos relacionados:
Refutando el Calvinismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Covenant Theology and Calvinism’s hidden gospel

References:

1 – http://www.middletownbiblechurch.org/reformed/vicarlaw.htm, Citing; Archibald Alexander Hodge, The Atonement, Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing, 1953, pp. 248, 249.

2 – http://www.middletownbiblechurch.org/reformed/vicarlaw.htm, Citing; John Calvin, Calvin’s Institutes, vol.2, Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Company, 1962, p. 437.

3 – http://www.spurgeon.org/~phil/creeds/bcof.htm, The Baptist Confession of Faith,” with slight revisions by Charles Spurgeon, Chapter 11, Justification, paragraph 1.

lunes, 30 de enero de 2012

El Antisemitismo: Sus Raíces y Perseverancia (en pdf)

Apreciados lectores:

En el enlace siguiente, podrán descargar de forma gratuita el artículo en referencia, el cual fue escrito por el Dr. David R. Reagan, Fundador y Presidente de Lamb & Lion Ministries.

Espero que su lectura bendiga de forma abundante su vida.


Nota: Para descargar el artículo, hagan clic en el ícono que dice: "Download original", el cual se encuentra ubicado en la esquina superior derecha de la página de Google Docs.

Recuerden también que tienen que tener instalado el programa gratuito Adobe Reader, para poder descargar y leer el documento.

lunes, 5 de diciembre de 2011

El Calvinismo: Un Dios, un Jesús y un Evangelio Diferentes

Al parecer, el ídolo de los calvinistas de un Dios que elige soberanamente necesita más protección que las almas perdidas en camino a una eternidad de fuego.



Recientemente, la controversia del Calvinismo se ha expandido a nuevas proporciones a medida que persisten las interrogantes con respecto a la promoción del Calvinismo de un Dios diferente, de un Jesús diferente y de un Evangelio diferente. El Calvinismo afirma defender la verdad histórica y ortodoxa de la Biblia y está, por lo tanto, firmemente arraigado, si no institucionalizado, dentro del evangelicalismo. Se vuelto cada vez más difícil encontrar iglesias, líderes, ministerios, materiales de estudios o libros “cristianos” que no promuevan algún aspecto del Calvinismo. Esta filosofía elitista que produce comezón de oír ha engañado a muchos cristianos en la promoción de un dios que no ama a todos los hombres, con un salvador que no murió por todos los hombres, ofrecido por un evangelio que salva sólo a los elegidos. La Biblia claramente se opone al Calvinismo, mediante la enseñanza de que Dios amó de tal manera al mundo (Jn. 3:16) que Dio a Su Hijo unigénito para que muriera por TODOS los hombres (1 Timoteo 4:10), aun por los falsos maestros – obviamente no elegidos (2 Pedro 2:1); y que el Evangelio salva a todo pecador que cree en su corazón (Rom. 10:10; Jn. 6:29). Ambos puntos de vista no pueden ser ciertos.

Muchos cristianos están siendo atacados rutinariamente por señalar estas disparidades. Gritos de insulto provienen de los calvinistas mientras reúnen sus tropas para justificar el TULIP (mejor conocido como los 5 Puntos del Calvinismo) por medio de reglas de la lógica humana, argumentos académicos, credos y confesiones históricas y un linaje espiritual trazado desde los Reformadores hasta a Agustín (Mt. 23:30-32). Ellos exigen debates, citan a fuentes no bíblicas, lanzan acusaciones bajo el disfraz del “amor” y rechazan a los no calvinistas… ¡todo esto mientras dicen que están interesados en salvar a los hombres por medio del evangelismo! Parece que su ídolo de un dios que elige soberanamente necesita más protección que las almas perdidas en camino hacia una eternidad de fuego.

Los calvinistas también personalizan el argumento al afirmar que están siendo acusados de no ser salvos, una acusación, por cierto, que muchos calvinistas libremente aplican a los no calvinistas. Esta táctica está diseñada para hacer retroceder a sus oponentes al hacerlos sentir culpables por supuestamente insinuar que los calvinistas no son salvos. Es el Señor quien juzga quién ha creído verdaderamente a Su Evangelio y quién no. Los no calvinistas simplemente suenan la voz de alarma. La pregunta es, ¿qué evangelio ha creído una persona?

Muchos cristianos como yo, que fueron salvos por creer el verdadero Evangelio, después son engañados por pastores y maestros de confianza a seguir el Calvinismo de cuatro puntos. Otros, como Thomas Dickerson, del ministerio Saving All the Nations (Salvando a Todas las Naciones) dan su fuerte y convincente testimonio ante líderes de la denominación de los Bautistas del Sur durante la Conferencia Juan 3:16 en Woodstock FBC en Atlanta hace algunos años. Thomas fue criado en una iglesia calvinista comprometida con los cinco puntos del Calvinismo y nunca había escuchado el Evangelio, sin embargo, pensó que era salvo porque podía articular las “Doctrinas de la Gracia” del Calvinismo. Ya sea a creyentes o a incrédulos, el Calvinismo engaña y toma cautivos a sus seguidores, y luego los coacciona a hacer la voluntad del diablo (2 Timoteo 2:26).

Mientras que exteriormente el calvinista usa las mismas palabras en el evangelismo como el no calvinista, el calvinista tiene un sistema muy diferente en mente mientras ofrece el Evangelio. Los problemas surgen cuando los nuevos convertidos, que confían en los pecadores por los que fueron salvados, también confían en que estos predicadores los alimentarán con la leche pura de la Palabra para poder crecer. En lugar de la verdad pura, los mismos calvinistas que han sido llevados cautivos, entrenarán al nuevo creyente en su misteriosa filosofía y, eventualmente, le enseñarán que la obediencia, en lugar de la fe, es la prueba definitiva de su elección. Jesús dio severas advertencias acerca de hacer tropezar a Sus pequeñitos (Lc. 17:2), lo que debería hacer reflexionar a cualquier calvinista que sumerge a sus confiados bebés dentro de este esquema doctrinal.

Nota del editor: Brenda Nickel es una creyente cuyo caminar fue desviado por la teología de Juan Calvino. A medida que fue atraída hacia el Calvinismo, éste le causó una eventual desesperación espiritual. Ella cuenta cómo, siendo una nueva creyente en Jesús nacida de nuevo, se apresuró con mucho entusiasmo a amar el estudio de Su Palabra (La Biblia). Esta búsqueda la llevó a un viaje de descubrimiento que en última instancia la llevó a seguir el razonamiento y la teología embriagadoras de Juan Calvino, que dan como resultado mucha confusión. Catorce años después, ella escapó de las trampas del catolicismo reformado de Calvino.

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Refutación Bíblica en contra del Calvinismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Calvinism's Different God, Jesus and Gospel

domingo, 4 de diciembre de 2011

El Calvinismo confunde a la Iglesia con Israel y la elección nacional con la personal



Romanos 9:13-33

13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera.

15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.

16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.

18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.

19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?

20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?

21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?

22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,

23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,

24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?

25 Como también en Oseas dice:

Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,

Y a la no amada, amada.

26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío,

Allí serán llamados hijos del Dios viviente.

27 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo;

28 porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud.

29 Y como antes dijo Isaías:

Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia,

Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes.

30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe;

31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.

32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,

33 como está escrito:

He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída;

Y el que creyere en él, no será avergonzado.

El argumento principal de Juan Calvino para la elección y la reprobación incondicional está basado en los tratos de Dios con Israel. Esto está descrito en los Institutos de Calvino, Libro III, Capítulo 21, “Elección Eterna”.

Éste es sin lugar a dudas el texto favorito de los calvinistas para demostrar la elección soberana. ¿Enseña Romanos 9 que Dios arbitraria o soberanamente escoge a algunos pecadores para ser salvos y el resto para ser condenados? Consideremos ocho hechos importantes acerca de este pasaje:


1. El ejemplo de Esaú y Jacob no se refiere a la elección en relación con la salvación personal sino a la elección en relación con las naciones en el programa general de Dios. El verso 12 deja esto en claro: “Se le dijo: El mayor servirá al menor”. La promesa de Dios a Rebeca fue acerca de que el hijo mayor serviría al menor, no acerca de su salvación personal. Esaú podría haber conseguido ser salvo. Él podría haber creído en Dios y estado en el Salón de la Fe de Hebreos 11. Este pasaje no enseña que Esaú fue predestinado soberanamente para ser reprobado. El pasaje enseña que Dios escogió soberanamente el linaje de Cristo.


2. En cuanto al Faraón, es importante comprender que él primero endureció su propio corazón. “Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho” (Ex. 8:15). Éste no es un caso de “reprobación soberana”. La Escritura enseña que siempre es la voluntad de Dios que los hombres le sirvan, pero cuando lo rechazan, Él los rechaza y los juzga y los pone como ejemplo. Compare 2 Tes. 2:10-12: “y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”. Estos pecadores serán condenados no porque no fueron electos soberanamente y no porque fueron reprobados soberanamente, sino debido a su propia decisión con respecto a la verdad. Las palabras no podrían ser más claras. Dios puso como ejemplo al faraón, pero ir más allá de lo que la Biblia dice y afirmar que Dios decidió crear al faraón con el propósito de condenarlo es un gran error y es difamar el nombre del Dios amoroso.

3. Romanos 9:22-23 no dice que Dios soberanamente prepara a algunos pecadores para la destrucción y a algunos para la gloria. La frase “vasos de ira preparados para destrucción” permite una voz variante. Según la PC Study Bible, puede ser la voz pasiva y la voz media en el griego; en la voz media, esta frase quiere decir prepararse a sí mismo. En la voz media, el sujeto actúa en relación con sí mismo. Considere esta nota de Vincent Word Studies: "No preparado por Dios para la destrucción, pero en un sentido adjetival, listos, maduros para la destrucción, denotando el participio un estado presente formado anteriormente, pero sin dar una pista de cómo haya sido formado. Que los objetos de la ira final hayan tenido algo qué ver en el asunto, puede verse a partir de 1 Tes. 2:15-16”. Al permitir que la Biblia hable por sí misma por medio del significado directo de las palabras y comparando Escritura contra Escritura, vemos que el pecador se prepara a sí mismo para la destrucción por su rechazo de la verdad. Incluso aquellos que nunca han escuchado el Evangelio, tienen la luz de la creación y la conciencia y son responsables de responder a la luz que tengan para que puedan recibir más luz (Hchs. 17:26-27).

4. Romanos 9:23-24 no significa que Dios llama a la salvación sólo a un cierto grupo elegido preseleccionado. “Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles”. El calvinista afirma que el verso 24 se refiere al “llamamiento efectivo”, el cual es un término que describe el “llamamiento irresistible de los elegidos”, pero esto es añadir a la Palabra de Dios, lo cual es un gran error. La Biblia declara de forma muy clara que Dios ha llamado a todos los que vendrán a Cristo. Dios llama por medio del Evangelio (2 Tes. 2:14) y el Evangelio debe ser predicado a toda criatura (Mr. 16:15) Dios llama a “todo aquel” (Rom. 10:13; Ap. 22:17). Dios llama a todo aquel que cree en Cristo: “Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Jn. 6:40).

5. La salvación de Dios, incluso la de los judíos, no fue un asunto de elección “soberana”, sino que estuvo basada en la fe de un individuo en Su Palabra. “Mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito: He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado” (Rom. 9:31-33).

6. Romanos 10 no deja ninguna duda acerca de esto; la promesa de la salvación demuestra que no es la elección arbitraria o “soberana” de Dios (Rom. 10:8-13). Note las palabras “todo aquel” y “todos”. ¿Se burlaría Dios de los pecadores al prometerles la salvación si creen en Cristo y entonces permitir que sólo aquellos que fueron soberanamente elegidos ejerciten en realidad tal fe?
 
7. La soberanía de Dios no significa que Su voluntad siempre se cumple en el hombre. “Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor”. Vea también Mateo 23:37: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”. El hombre fue hecho a la imagen de Dios. El hombre no es un robot. Él puede ejercer su voluntad al decirle no a Dios y el hombre le ha dicho no a Dios y ha resistido a Dios desde el Génesis hasta Apocalipsis. Si la soberanía de Dios significa que Su voluntad es siempre hecha, ¡este mundo no tendría sentido! Es la voluntad de Dios, por ejemplo, para cada creyente “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16), pero sabemos muy bien que éste no siempre es el caso y nunca es el caso perfectamente.

8. La ceguera de Israel por parte de Dios no fue un asunto de elección soberana, sino que fue debido a que primero endurecieron sus propios corazones. Considere Ez. 12:2; Mt. 13:15 y Hechos 28:25-27:

Ezequiel 12:2 - “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver y no ven, tienen oídos para oír y no oyen, porque son casa rebelde”.
 
Ezequiel dice que la causa de la ceguera de Israel es su propia rebelión.

Mateo 13:15“Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane”.

Mateo dice que Israel cerró sus propios ojos y ésa es la razón por la que no se convirtieron. No existe ninguna reprobación soberana aquí.

Hechos 28:25-27“Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis; Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane”.

De nuevo, Hechos dice que Israel cerró sus propios ojos para no convertirse. No existe ningún apoyo a la doctrina calvinista de la reprobación soberana aquí.

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Way of Life Literature (wayoflife.org)

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Unas Breves Palabras

Prefacio del libro: ¿Qué Amor es Éste?



Discusiones con muchas personas alrededor del mundo revelan que multitudes de cristianos sinceros y creyentes en la Biblia son "calvinistas" sólo por defecto. Pensando que la única opción es entre el Calvinismo, con su doctrina de la seguridad eterna, y el Arminianismo, con su apostasía, y confiados en que la salvación no puede perderse debido a la promesa de Cristo de guardar eternamente a los que creen en Él, se consideran a sí mismos, por tanto, como calvinistas.

Sólo toma unas cuantas preguntas sencillas para descubrir el hecho de que la mayoría de los que se consideran calvinistas ignoran en gran medida lo que Juan Calvino y sus primeros seguidores de los siglos XVI y XVII realmente creían y practicaban. Ni tampoco comprenden plenamente lo que la mayoría de los líderes calvinistas de la actualidad creen.

Aunque existen variaciones en disputa de esta doctrina, entre sus principales defensores (a quienes citamos extensamente en contexto) hay un acuerdo general acerca de ciertas creencias fundamentales. Muchos de los que creen que entienden el Calvinismo se sorprenderán al descubrir sus raíces Católicas Romanas (énfasis añadido) y la conducta gravemente anti-Cristiana de Calvino como el "Papa protestante" de Ginebra, Suiza.

Lo más impactante de todo, sin embargo, es la tergiversación del Calvinismo de Dios que "es amor". Es nuestra oración que las siguientes páginas les permitirán a los lectores examinar cuidadosamente las cuestiones vitales involucradas y a seguir la Santa Palabra de Dios y no al hombre.

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Poderosa Refutación del Calvinismo por Dave Hunt (en pdf)
¿Está la revelación bíblica reservada para una élite?
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Dave Hunt's book, "What Love is This?", can be obtained in here:
 
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