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miércoles, 18 de agosto de 2021

Presciencia y Predestinación/Elección – Parte 1

Capítulo 17 del libro: "¿Qué Amor es Éste?"

Por Dave Hunt 

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En las Escrituras, el significado básico de los términos predestinación y elección es el mismo: marcar de antemano para un propósito especial o bendición. ¿En base a qué? La única razón que siempre se da siempre es la presciencia. Así lo declaran tanto Pedro como Pablo: “Porque a los que antes conoció [griego: proginosko], también los predestinó [proorizo] para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo..." (Romanos 8:29); "Elegidos según [kata] la presciencia [prognosis] de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer..." (1 Pedro 1:2).

Parece que Dios predestinó ciertas bendiciones para aquellos a quienes de antemano conoció que creerían en el Evangelio y serian salvos. El Padre Celestial planeó desde la eternidad pasada una herencia para aquellos que llegarían a ser sus hijos por medio de la fe en Cristo Jesús: "Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús" (Efesios 2:7).

La elección o la predestinación nunca se refieren a la salvación, sino siempre y solamente a beneficios particulares. "Lo que debe tenerse en cuenta es el hecho que la predestinación no es Dios predeterminando en épocas pasadas quién debería ser salvo y quién no.  Las Escrituras no enseñan este punto de vista". [1]  Ironside declara: "... No hay ninguna referencia en estos cuatro versículos [los únicos cuatro que se refieren a la predestinación] al cielo o el infierno, sino a la semejanza a Cristo eventualmente. En ninguna parte de las Escrituras se nos dice que Dios predestinó a unos hombres para ser salvos y otros a ser condenados".[2]

Pervirtiendo la Predestinación

Edward Hulme dice de Calvino, “la predestinación era su dogma fundamental... 'Todo', dice Calvino, ' depende de la mera voluntad de Dios; Si algunos son condenados y otros se salvan es porque Dios ha creado a algunos para la muerte y a otros para la vida’”.[3]  Calvino declara: "Digo con Agustín, que el Señor ha creado a aquellos que, ciertamente ya sabía de antemano, iban a ir a la destrucción, y lo hizo porque así lo deseaba. Por qué quiso, no nos corresponde a nosotros preguntar…"[4]  

Otra vez, Palmer nos informa, “la primera palabra que el calvinismo sugiere a la mayoría de la gente es la predestinación; y... los otros cuatro puntos del [del TULIP] la siguen."[5]

John H. Leith escribe: "La predestinación puede tomarse como una marca especial de la teología reformada".[6]  Pink agrega, "Dios no sólo tiene el derecho de hacer lo que quiera con las criaturas que creó con sus propias manos, sino que este derecho, y en ninguna parte se ve eso con mayor claridad en su gracia predestinadora".[7]  ¿La gracia predestina a multitudes a la perdición eterna?

La predestinación (según el calvinismo) es el "decreto eterno de Dios, por el cual... algunos están predestinados a la vida eterna, y otros a la condenación eterna...".[8] Calvino reitera: "Aquellos, por tanto, a quienes Dios deja de lado, son reprobados, y esto por ninguna otra causa, sino porque se complace en excluirlos de la herencia que predestina para sus hijos...".[9]  ¡Es una difamación del carácter de Dios decir que a Él le agrada condenar a miles de millones! Sin embargo, esta desagradable doctrina  es el resultado inevitable de la visión extrema del calvinismo acerca de la soberanía.

El calvinista “enfatiza sus doctrinas de elección y predestinación en todos los textos bíblicos concebibles”.[10]  Vance continúa diciendo:

Clark afirma que "Isaías tiene unas dos docenas de versículos que se relacionan de manera bastante directa con la doctrina de la predestinación". 11 [Sin embargo] la palabra no aparece en Isaías ni en ningún otro lugar del Antiguo Testamento. Custance es aún más audaz: "Volviendo más específicamente al asunto de la Elección para la salvación, considere lo siguiente". 12 Luego sigue una lista de doce pasajes del Antiguo Testamento en los que no se menciona la elección y la salvación ni siquiera está a la vista.13 Volviendo ahora al Nuevo Testamento, encontramos lo mismo. Boettner declara audazmente: “Difícilmente hay un capítulo en el Evangelio de Juan que no mencione ni implique elección o reprobación.14 Pero, incluso después de una declaración como ésa, no dio ningún versículo. Al responder la pregunta, "Me gustaría que enumerara las Escrituras que enseñan que Dios eligió a las personas para la salvación antes de que comenzara el mundo", un bautista de la Gracia Soberana enumera seis escrituras donde la elección ni siquiera se menciona.15

El Papel de la Predestinación en el Calvinismo

Calvino siempre limita la misericordia y el amor de Dios a los elegidos. Como dice un experto islámico de ese sistema religioso: "La voluntad divina es irresistible y ha decretado en cada detalle el curso completo del universo que Él gobierna, y el destino en cada momento de cada criatura... Su dogma de la predestinación y del destino... no deja lugar para el  libre albedrío humano... "[16] Así ocurre con el calvinismo.

Horsch comenta, "Según la enseñanza de Agustín, la historia de la humanidad sería, desde un punto de vista religioso y espiritual, poco más que un espectáculo de marionetas...".[17] R. C. Sproul escribe: "Dios decreta todo lo que sucede... Dios deseaba que el hombre cayera en pecado...Dios creó el pecado".[18] Sheldon  está de acuerdo: "El esquema agustiniano... lo representa a Él[Dios] como quien preordenó que la caída debería implicar, más allá de toda posibilidad de rescate, la ruina eterna y la condenación de la mayor parte de la raza...".[19]  Sin ninguna vergüenza ni remordimiento aparentes, Palmer explica que, por la enseñanza sobre la predestinación en los Institutos de Calvino, y repetida por la mayoría de calvinistas hasta el día de hoy, Dios es el autor de todo y, por lo tanto, incluso de todo pecado:

Pre-ordenación significa el plan soberano de Dios, mediante el cual decide todo lo que sucederá en todo el universo. Nada en este mundo sucede por casualidad. Dios está detrás de todo. Él decide y hace que sucedan todas las cosas que suceden... Él ha preordenado todo "según el designio de su voluntad" (Efesios 1:11): el movimiento de un dedo, el latido de un corazón, la risa de una niña, el error de un mecanógrafo — incluso el pecado.[20]

No es de extrañar que Susana Wesley le escribiera a su hijo Juan: "la doctrina de la predestinación, sostenida por los rígidos calvinistas, es muy chocante y debería ser absolutamente aborrecida, porque acusa al Dios Santísimo de ser el autor del pecado".[21]  Esta abominable doctrina no es bíblica, sino que es una invención humana. Los cinco puntos del calvinismo requieren una soberanía que no permite al hombre el libre albedrío, por lo que necesita que Dios sea el predestinador y la causa efectiva de todo.

En consecuencia, la humanidad podría culpar a Dios por todo, y los calvinistas deberían reconocer ese hecho. En un artículo publicado en la revista Christianity Today como parte de la “serie ocasional sobre renovación doctrinal, patrocinada por una subvención del Lilly Endowment Inc.,”  dos estudiantes de Maestría en Divinidades del Seminario Teológico de Princeton, relataron la alegría de su conversión al calvinismo: "Culpar a Dios  por todo ha sido una alegría tal que decidimos que lo menos que podíamos hacer... es decirle al mundo cómo llegamos hasta aquí".[22]  

Una vez más, Calvino se ve cubierto por la larga sombra de Agustín. Paul K. Jewett llama a Agustín "el primer Predestinario original". [23] Sobre la doctrina central del calvinismo de la salvación por medio de la gracia Irresistible y la Elección Incondicional, Loraine Boettner declara: "Esta verdad cardinal del cristianismo fue vista claramente por primera vez por Agustín".[24]  De ese gran "santo" católico (otra falacia: porque en la Biblia, todos los creyentes son santos), John Horsch comentó:

Agustín... fue conducido, por especulación teológica, a la creencia en la predestinación [que] Dios, en su misericordia elige y predestina a algunos para vida eterna... Del resto de la humanidad... Dios retiene su gracia y los condena incluso si mueren en la infancia...[25]

Esta repugnante doctrina de castigar a los niños inocentes se burla de las palabras de Cristo, "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis: porque de los tales es el Reino de Dios" (Marcos 10:14).


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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miércoles, 8 de agosto de 2018

Libro: ¿Qué Amor es Éste? – Capítulo 5 (parte 1)

"Cristianismo" Irresistiblemente Impuesto

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Una de las estrategias más ingeniosas y efectivas de Satanás fue la de engañar al emperador Constantino con una falsa conversión. La influencia que ese evento tuvo en la historia posterior, tanto religiosa como secular, es incalculable. Los relatos difieren, pero si esto ocurrió por medio de una visión o un sueño tal como fue relatado por Eusebio y Lactancio,1 Constantino vio una "cruz" en el cielo y escuchó una “voz” que proclamaba (según algunas versiones, las palabras estaban inscritas en la cruz), "Con esta señal vencerás".  El año anterior, el dios Apolo también le había prometido la victoria.

Los edictos de tolerancia de Constantino dieron a cada hombre "el derecho a elegir su religión según los dictados de su propia conciencia y su convicción sincera, sin compulsión o interferencia del gobierno".2  Schaff  considera que la conversión de Constantino fue un avance maravilloso para el cristianismo: "La iglesia asciende al trono de los Césares bajo la bandera de la cruz y da nuevo vigor y lustre al viejo imperio de Roma".3 De hecho, esa "conversión" aceleró la corrupción de la iglesia por medio de su matrimonio con el mundo.4

¿Cómo podría un verdadero seguidor de Cristo, cuyo reino no es de este mundo y cuyos siervos no hacen guerra, proceder a librar una guerra en Su nombre? ¿Cómo podría un verdadero seguidor de Cristo, bajo la insignia de Su Cruz, proceder a conquistar con la espada? Por supuesto, los Cruzados más tarde hicieron lo mismo,  masacrando a musulmanes y judíos para retomar la "tierra santa" bajo la promesa del Papa Urbano II (igualando las promesas de Mahoma y el Corán a los musulmanes) del completo perdón de los pecados para quienes murieron en esta guerra santa (los musulmanes la llaman yihad). Las Cruzadas, por supuesto, como todas las guerras de los papas, fueron muy agustinas. ¡La ciudad de Dios tenía que ser defendida!

De Constantino a Agustín

Como Durant y otros historiadores han señalado, Constantino nunca renunció a su lealtad a los dioses paganos. Él no abolió el Altar de la Victoria en el Senado, ni las vírgenes vestales que atendían el fuego sagrado de la diosa Vesta.  El dios Sol, no Cristo, continuó siendo homenajeado en las monedas imperiales. A pesar de la "cruz" (en realidad la cruz del dios Mitras) que figuraba en sus escudos y banderas militares, Constantino tenía un medallón creado para honrar al sol por la "liberación" de Roma; y cuando prescribió un día de descanso, fue otra vez en nombre del dios Sol ("el día celebrado para la veneración del Sol")5, y no el hijo de Dios.6  Durant nos recuerda que a lo largo de su vida "cristiana", Constantino usó ritos paganos como cristianos, y continúo dependiendo de "fórmulas mágicas paganas para proteger los cultivos y curar las enfermedades".7

Que Constantino asesinara a quienes podrían haber reclamado su trono, incluyendo a su hijo Crispo, a un sobrino y a un cuñado, es un indicio más de que su "conversión" fue, como muchos historiadores coinciden, una hábil maniobra política para unir el imperio. El historiador Philip Hughes, él mismo un sacerdote católico,  nos recuerda: "en sus modales [Constantino] permaneció, hasta el final, como el pagano de sus primeros años de vida. Su temperamento furioso, la crueldad que, una vez suscitada, no perdonaba ni las vidas de su esposa e hijo. Son…un testimonio desagradable de la imperfección de su conversión".8

No pasó mucho tiempo antes de la nueva tolerancia que Constantino se encontró enfrentado con un problema que nunca había anticipado: división dentro de la iglesia cristiana, a la cual le había dado libertad. Como mencionamos en el capítulo anterior, ésta llegó a un punto crítico en África del Norte con los donatistas, quienes, preocupados por la pureza de la fe, se separaron de las iglesias oficiales del Estado, rechazaron sus ordenanzas, e insistieron en rebautizar al clero que se había arrepentido, después de haber negado la fe durante las persecuciones que surgieron cuando el Emperador Diocleciano exigió ser adorado como un dios.9  Después de muchos años de esfuerzos inútiles para restablecer la unidad a través de discusiones, debates, concilios y decretos, Constantino finalmente recurrió a la fuerza. Frend explica:

En la primavera del año 317 [Constantino] continuó con su decisión publicando un edicto "más severo" contra los donatistas, confiscando sus propiedades y exiliando a sus líderes. En el curso de cuatro años, la libertad de conciencia universal proclamada en Milán había sido derogada, y el Estado se había convertido una vez más en un perseguidor, sólo que esta vez a favor de la ortodoxia cristiana... [Los donatistas] no entendieron ni se preocuparon por la conversión de Constantino. Para ellos era un caso en el que el diablo insistía que "Cristo era un amante de la unidad". En su opinión, la hostilidad fundamental del Estado hacia la iglesia [verdadera] no había sido alterada.10

En sus propios tiempo y forma, Agustín siguió la dirección de Constantino en su tratamiento de los donatistas, que seguían siendo una espina en el costado de la iglesia romana. "Mientras que Agustín y los católicos hacían hincapié en la unidad de la iglesia, los donatistas insistían en la pureza de la iglesia y rebautizaban a todos aquellos católicos que llegaban a ellos — ya que consideraban corruptos a los catolicos."11 Constantino había sido "implacable [como también lo serían Agustín y su discípulo Calvino] en su búsqueda de 'herejes' [prohibiendo] a todos aquellos fuera de la iglesia católica a congregarse...y confiscó sus bienes...Las mismas cosas que los cristianos habían soportado, ahora se practicaban en nombre del cristianismo."12

Como buen ciudadano disfrutando de la bendición del Emperador y creyendo en la iglesia estatal que Constantino había establecido, Agustín persiguió e incluso sancionó la matanza de los donatistas y otros cismáticos, como ya hemos visto. Gibbon nos dice que las medidas severas contra los donatistas "obtuvo la más cálida aprobación de Agustín [y por lo tanto] gran cantidad de donatistas se reconciliaron con (fueron forzados a volver a) la iglesia católica".13

De Agustín se ha dicho que "la grandes misma de su nombre ha sido el medio de perpetuar los más grandes errores que él mismo propagó. Más que cualquier otra persona, Agustín ha alentado la perniciosa doctrina de salvación por medio de los sacramentos de una iglesia terrenal organizada, que trajo consigo la superschería junto con toda la maldad y las miserias que ha ocasionado a lo largo de los siglos".14

De Agustín a Calvino

No hay duda de que Juan Calvino aún veía a la iglesia de Cristo con ojos de católico romano. Él vio a la iglesia (como Constantino la había moldeado y Agustín la había cimentado) como socia del estado,  con el estado imponiendo la ortodoxia (como la iglesia estatal la definiera) sobre todos sus ciudadanos. Calvino aplicó su formación jurídica y su celo al desarrollo de un sistema de cristianismo basado en una visión extrema de la soberanía de Dios que, por la fuerza de su lógica, obligaría a los reyes y a toda la humanidad a conformar todos los asuntos a la justicia.  En asociación con la iglesia, los reyes y otros gobernantes civiles harían cumplir el cristianismo calvinista.

De los que creían en un reino milenario de Cristo sobre la tierra, Calvino dijo que su "ficción es demasiado pueril como para necesitar o merecer refutación".15 Según Calvino, el reino de Cristo comenzó con Su venida a la tierra y había estado en proceso desde entonces. Rechazando el futuro reinado literal de Cristo sobre la tierra, a través de Su Segunda Venida, para establecer un reino terrenal sobre el trono de David en Jerusalén, Calvino aparentemente se sintió obligado a establecer el reino por su propio esfuerzo en ausencia de Cristo.

La Biblia deja en claro que uno debe "nacer de nuevo"  para "ver el reino de Dios" (Juan 3:3) y que la "carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios" (1 Corintios 15:50). Ignorando esta verdad bíblica y siguiendo el error de Agustín, Calvino determinó (junto con Guillaume Farel) establecer el reino de Dios en la tierra en Ginebra, Suiza.

El 10 de noviembre de 1536, la Confesión de Fe, que toda la burguesía y los habitantes de Ginebra y los sujetos en sus territorios debían jurar cumplir, y que Farel había redactado en conjunto con Calvino, se presentó oficialmente a la ciudad. Era un documento extenso con reglas detalladas que abarcaban todo, desde la membresía de la iglesia, asistencia, predicación, obediencia del rebaño hasta la expulsión de los ofensores.  Las autoridades de Ginebra aprobaron el documento el 16 de enero de 1537. "En marzo fueron desterrados los anabaptistas. En abril, por instigación de Calvino [se inició una inspección casa por casa] para asegurar que los habitantes estuviesen suscritos a la Confesión de Fe...El 30 de octubre hubo un intento de extraer una profesión de fe de todos los que dudaban. Finalmente, el 12 de noviembre, se emitió un edicto que declaraba que todos los renuentes '[que] no desean jurar lealtad a la Reforma se les ordena abandonar la ciudad'...".16

¿"La Reforma"? Hubo muchas variaciones y diferencias entre las diversas facciones de la incipiente Reforma, desde Lutero a Zuinglio.  Pero en Ginebra, sólo el calvinismo iba a ser conocido como “La Reforma” y la “Teología Reformada”. Esa afirmación presuntuosa todavía es sostenida hoy por los calvinistas en todo el mundo.

El primer intento de Calvino fracasó.  Boettner reconoce: "Debido a un intento de Calvino y Farel de imponer un sistema de disciplina demasiado severo en Ginebra, se hizo necesario que abandonaran la ciudad temporalmente".17


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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viernes, 13 de octubre de 2017

Libro: ¿Qué Amor es Éste? — Capítulo 1 (pdf)

El Porqué de Este Libro

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En Jesús, el Cristo:

Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe
Managua, Nicaragua

viernes, 7 de julio de 2017

Libro: ¿Qué Amor es Éste? — Capítulo 4 (Conclusión)

La Sorprendente Conexión del Calvinismo con el Catolicismo

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El Papel de la Vulgata Latina

Junto con los escritos de Agustín, la Vulgata Latina también había moldeado los pensamientos de Calvino expresados en sus Institutos de la Religión Cristiana. Siendo diestro en latín, Calvino había utilizado durante mucho tiempo esta corrupta traducción de la Biblia, la cual, desde su composición por Jerónimo al principio del quinto siglo, era la Biblia oficial de los católicos romanos. Y aun otra vez fue declarada la Biblia oficial por el Concilio de Trento en 1546, cuando Calvino tenía 37 años de edad.  Más que eso, ésta llegó a influenciar el movimiento protestante: "Por mil años la Vulgata era prácticamente la única Biblia conocida y leída en Europa occidental. Todos los comentarios se basaban en el texto de la Vulgata… los predicadores basaban sus sermones en ella".60

La Vulgata estaba impregnada con opiniones agustinas sobre la predestinación y el rechazo del libre albedrío. Según Philip Schaff, "La Vulgata, en efecto, puede ser acusada de tener innumerables errores, inexactitudes, incoherencias y en ocuparse arbitrariamente de los detalles".61 Otros han expresado la misma opinión. Samuel Fisk citando a Samuel Berger, en cuanto a la historia de Cambridge de la Biblia en inglés, Vol. 3 (S. L. Greenslade, ed., Cambridge, Inglaterra: University Press, 1963, 414), llamó a la Vulgata "el texto más vulgar y bastardo imaginable".62 Grady dice, "Dámaso le encargó a Jerónimo que reviviera la arcaica Antigua Biblia Latina en 382 EC...La monstruosidad completada llegó a ser conocida como la 'Vulgata Latina'... y fue usada por Satanás para marcar el inicio de la Edad Oscura".63 Fisk nos recuerda:

Ejemplos bien conocidos de los profundos errores incluyen todo el sistema católico de "penitencia", extraído de la Vulgata "haga penitencia"... cuando el idioma latín debió haber seguido el griego diciendo — “arrepiéntanse —”. Asimismo la palabra "sacramento" era una lectura errónea de la Vulgata de la palabra original para “misterio”. Aún más importante, tal vez, fue la traducción de la palabra presbítero (anciano) como "sacerdote".64

Agustín describió el problema que llevó a la producción de la Vulgata: "En los primeros días de la fe, cuando un manuscrito griego llegaba a las manos de alguno, y este pensaba que poseía un poco de conocimiento en ambos idiomas, se aventuraba a hacer una traducción [al latín]".65 Como consecuencia de tal esfuerzo individual, Bruce dice, "llegó el momento, sin embargo, cuando la multiplicidad de textos [latinos de la escritura llegaron a ser demasiado inconvenientes para ser tolerados,  y el Papa Dámaso... encargó a su secretario, Jerónimo, para que emprendiera el trabajo” de revisión para producir una versión autorizada en latín.

Bruce continúa: A él "[Jerónimo] se le indicó ser cauteloso respecto a los 'hermanos más débiles" a quienes no les gustaba ver sus textos favoritos ser manipulados, ni siquiera por el interés de obtener una mayor precisión. Aun así, é fue demasiado lejos para el gusto de muchos, mientras que él mismo sabía que no iba lo suficientemente lejos".66 El Diccionario Bíblico de Unger comenta:

Por muchos siglos [la Vulgata] era la única Biblia utilizada generalmente... En la época de la reforma la Vulgata [influenció] versiones populares. La de Lutero (N. T. en 1523) fue la más importante y en esto la Vulgata tuvo gran peso. De Lutero, la influencia del latín pasó a nuestra propia versión autorizada [la King James Version]...67

Las Biblias de Ginebra, la King James y los Credos Protestantes

No es de poca importancia para nuestro estudio el hecho de que esta traducción corrupta tuvo una influencia sobre las iglesias protestantes en Europa, Inglaterra y Estados Unidos. Esa influencia se extendió a la Biblia de Ginebra (que tiene aún más problemas; véase más abajo) así como en otras versiones tempranas de la Biblia en inglés y hasta en la Biblia King James de hoy. 

Tal como la Vulgata estaba llena de agustinianismos, la Biblia de Ginebra estaba llena de calvinismo, tanto en el texto, así como en sus voluminosas notas. H. S. Miller dice en su Introducción Bíblica General: "fue una revisión de Tyndale, con una introducción de Calvino... el trabajo de los reformadores ingleses, asistido por Beza, Calvino y posiblemente otros". J. R. Dore, en su libro Biblias Antiguas: Un recuento de las primeras versiones de la Biblia en inglés, 2da edición, agrega que "casi todos los capítulos de la Biblia de Ginebra tienen voluminosas notas llenas de doctrina calvinista". Andrew Edgar, en Las Biblias de Inglaterra, declara: "En el momento en que la Biblia de Ginebra fue publicada por primera vez, Calvino era el espíritu dominante en Ginebra. Por consiguiente, todas las características de su sistema teológico, eclesiástico, político y social están reflejadas en las anotaciones marginales... La doctrina de la predestinación es proclamada como la piedra angular del Evangelio".68

W. Hoare dice en La Evolución de la Biblia en Inglés, "Considerada como un todo literario [la Biblia de Ginebra] tiene todo el carácter de un manifiesto calvinista... un libro con un propósito especial". F.Bruce agrega:

"Las notas de la Biblia de Ginebra...son, de seguro, descaradamente de doctrina calvinista... La gente de Inglaterra y Escocia... aprendieron mucho de su exégesis bíblica de estas notas... La Biblia de Ginebra inmediatamente ganó y retuvo, una amplia popularidad.  Se convirtió en la Biblia de habla inglesa en los hogares protestantes... También se convirtió en la Biblia autorizada de Escocia y fue traída a los Estados Unidos de América donde tuvo una fuerte influencia".69

Butterworth señala: "En el linaje de la Biblia King James esta [Biblia de Ginebra] es por supuesto el volumen individual más importante...La Biblia de Ginebra…tuvo una gran influencia en la conformación de la Biblia King James".70 Robinson es aún más enfático:

Una gran parte de las innovaciones [de la Biblia de Ginebra] están incluidas en la versión autorizada [KJV]... A veces el texto de Ginebra y el margen de Ginebra se asumen intactos, el texto se convierte a veces en el margen y el margen en el texto. A veces el margen se convierte en el texto y no se ofrece ninguna alternativa. Muy a menudo el margen ginebrino se convierte en el texto de la versión autorizada con o sin cambio verbal".71

Podríamos presentar documentación adicional, pero esto debe ser suficiente para trazar brevemente la influencia de este máximo católico romano, Agustín, a través de la Vulgata Latina y sus escritos sobre Calvino — y a través de Calvino, en la Biblia de Ginebra y en la Biblia King James —. Y así en los púlpitos y las casas de los protestantes en toda Europa, Inglaterra y Estados Unidos. No es de extrañar que aquellos que, como Arminio,  se atrevieron a cuestionar el calvinismo fueran abrumados por la oposición. Por supuesto, diversos sínodos y asambleas se llevaron a cabo para formular credos aceptados para castigar a los disidentes, pero las condiciones estaban a favor del Calvinismo, y ninguna influencia para mitigar este error fue permitida. Esto será documentado en los capítulos 5 y 6.

La Nueva Biblia de Estudio de Ginebra y la Verdad de la Reforma

La Nueva Biblia de Estudio Ginebra de hoy (reimpresa recientemente como la Biblia de Estudio de la Reforma) está siendo distribuida ampliamente en un esfuerzo para adoctrinar a los lectores en el calvinismo. Su traducción de la Nueva Versión King James es atractiva. Sin embargo al igual que con la Biblia de Ginebra original, las notas son tratados calvinistas.  En su prólogo, R. C. Sproul escribe:

La Nueva Biblia de Estudio de Ginebra se llama así porque está fundamentado sobre la tradición de la Biblia de Ginebra original... La luz de la Reforma era la luz de la Biblia... La Biblia de Ginebra fue publicada en el año 1560…[y] dominaba el mundo de habla inglesa durante cien años... Los peregrinos y puritanos llevaron la Biblia de Ginebra a las costas del Nuevo Mundo. Los colonos norteamericanos fueron criados con la Biblia de Ginebra... La Nueva Biblia de Estudio de Ginebra contiene una actualización de la verdad reformada en sus comentarios y notas teológicas. Su propósito es presentar la luz de la Reforma de nuevo.

De hecho, su propósito es adoctrinar al lector en el calvinismo, que falsamente se comercializa como "la verdad de la Reforma" — como si el calvinismo y el protestantismo fuesen idénticos —. A pesar de las declaraciones de los calvinistas, la Reforma fue mucho más que solo el calvinismo.

La Necesidad de Aclarar la Confusión

El Calvinismo está experimentando un resurgimiento hoy. Sin embargo, hay un desconocimiento generalizado de lo que tanto Agustín como Calvino en realidad enseñaron y practicaron. ¿Se ha suprimido la verdad para promover una teología particular? Considere la declaración de Boettner de que "Calvino y Agustín fácilmente figuran como los dos expositores sistemáticos excepcionales del sistema cristiano desde san Pablo".72 Spurgeon, también declaró: "Agustín obtuvo su punto de vista, sin duda,  a través del Espíritu de Dios, del estudio diligente de las escrituras de Pablo, y Pablo lo recibió del Espíritu Santo, de Jesucristo".73  

Uno no puede ver estas declaraciones sin asombrarse. Es increíble que Loraine Boettner, uno de los apologistas que más se opone a la iglesia católica romana, elogió a Agustín, quien dio a la iglesia católica romana muchas de sus doctrinas básicas, y figura entre los "santos" más altamente honrados hasta el día de hoy.

En cuanto a Spurgeon, ¿habría él considerado que la enseñanza de Agustín en cuanto a la salvación por la iglesia católica romana, a través de sus sacramentos solamente, comenzando con la regeneración por el bautismo de los infantes; el uso de la fuerza incluso hasta la muerte contra los "herejes"; la aceptación de los libros apócrifos; la interpretación alegórica de la creación y las profecías sobre Israel; un rechazo del reino literal de Cristo en el trono de David; y tantas otras falsas doctrinas, también habían sido recibidas del Espíritu Santo? ¿Cómo pudo Agustín — y Calvino, quien aceptó y transmitió muchos de sus errores principales — estar tan equivocado en tantas cosas y, sin embargo, ser bíblicamente correcto en cuanto a la predestinación, elección, soberanía, etc.? ¿Acaso no hay causa suficiente para examinar detenidamente estas enseñanzas fundamentales del calvinismo? 

Sólo se puede responder afirmativamente. Por esa razón, las doctrinas claves calvinistas serán presentadas en las páginas siguientes, y serán comparadas cuidadosamente con la palabra de Dios.


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Si desea obtener más información acerca de este tema, visite nuestra sección:
»» Calvinismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)


Notas:

60. David Schaff, Our Father’s Faith and Ours, 172; cited in Samuel Fisk, Calvinistic Paths Retraced (Raleigh, NC: Biblical Evangelism Press, 1985), 68.
61. Philip Schaff, History, II: 975–76. 
62. Samuel Fisk, Calvinistic Paths Retraced (Raleigh, NC: Biblical Evangelism Press, 1985),68.
63. Grady, Final Authority, 35.
64. Fisk, Calvinistic, 67.
65. F. F. Bruce, The Books and the Parchments (London: Pickering and Inglis, Ltd., 1950), 191.
66. Bruce, Books, 194–95.
67. Merrill F. Unger, Unger’s Bible Dictionary (Chicago, IL: Moody Press, 1969), 1151–54.
68. Fisk, Calvinistic, 70–75.
69. F.F. Bruce, The English Bible: A History of Translations (New York: Oxford University Press, 1961), 90-91.
70. Charles C. Butterworth, The Literary Lineage of the King James Bible (Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 1941), 163.
71. H. Wheeler Robinson, The Bible In Its Ancient and English Versions (Oxford: Clarendon Press, 1940), 186, 206–207.
72. Loraine Boettner, The Reformed Doctrine of Predestination (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1932), 405.
73. Spurgeon, Exposition, 298; cited in Vance, Other Side, 38.

viernes, 16 de junio de 2017

Libro: ¿Qué Amor es Éste? — Capítulo 4 (Parte 2)

La Sorprendente Conexión del Calvinismo con el Catolicismo

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La Influencia Dominante de Agustín

No hay duda sobre el papel importante que Agustín desempeñó en moldear el pensamiento, la teología y las acciones de Calvino. Esto es particularmente cierto con respecto a las bases fundamentales del Calvinismo. Warfield se refiere a Calvino y a Agustín como "dos hombres extraordinariamente talentosos [que] son como  pirámides imponentes sobre la escena de la historia."19 Los Institutos de la Religión Cristiana de Calvino hacen repetidas referencias favorables a Agustín, frecuentemente citando sus escritos como autoritativos y usando la expresión, "confirmado por la autoridad de Agustín".20 Calvino le acredita a menudo a Agustín con haber formulado conceptos clave, que luego expone en sus Institutos.  Los siguientes son sólo una muy pequeña muestra de tales referencias:

• "Hemos llegado al camino de la fe," dice San Agustín: "mantengámonos siempre apegados a él" 21

• La verdad de Dios es tan poderosa, tanto aquí y en todas partes, que no debe  temer las calumnias de los impíos, como sostiene poderosamente Agustín... Agustín quien no disfraza… a menudo fue acusado de predicar la doctrina de la predestinación con demasiada libertad, pero... él abundantemente refuta la acusación... Porque se ha observado sagazmente por Agustín (De Genesi ad litteram, Lib V) que podemos seguir las escrituras con seguridad...22

• Porque Agustín, quien expone con razón este pasaje, dice...23

• Lo digo con Agustín, que el Señor ha creado aquellos que,  sin duda conoció con anterioridad, debían ir a la destrucción, y lo hizo porque él así lo quiso.24

• Si tu mente está preocupada, no se niegue en aceptar el Consejo de Agustín...25

• Por lo tanto no dudare simplemente confesar con Agustín... esas cosas sin duda sucederán  que [Dios] ha previsto [y] que la destrucción de los no elegidos es la justa consecuencia de la predestinación.26

•  Agustín, en dos pasajes en particular, da un retrato [favorable] de la forma del antiguo monaquismo. [Calvino luego procede a citar los elogios de Agustín a los primeros monjes].27

• Aquí las palabras de Agustín se aplican admirablemente...28

• Esta es una fiel cita de Agustín; Pero ya que sus palabras tendrán más autoridad que las mías, les presento el siguiente pasaje de su tratado.29

• Por tanto, Agustín, ordena a maestros sin sentido o profetas de mal presagio y siniestros, a retirarse de la Iglesia cuando lo merecen.30

Podríamos multiplicar muchas veces los ejemplos anteriores de la influencia de Agustín sobre Calvino, por las decenas de veces que Calvino cita extensamente los escritos de Agustín. Los líderes calvinistas admiten que las creencias básicas de Calvino se formaron mientras que él todavía era un devoto católico romano, a través de los escritos de Agustín — una influencia que permaneció con él durante toda su vida —. Las enseñanzas agustinas que Calvino presentó en sus Institutos incluían la soberanía de Dios como la causa de todo (incluyendo el pecado), la predestinación de algunos para salvación y de otros para la condenación, la elección y la reprobación, la fe como un irresistible don de Dios — de hecho, todos los conceptos claves del corazón del Calvinismo —.

Buscamos en vano la evidencia de que Calvino alguna vez desaprobara alguna de las herejías de Agustín. El calvinista Richard A. Muller admite, "Juan Calvino fue parte de una larga línea de pensadores que fundamentaron su doctrina de la predestinación en la interpretación agustiniana de San Pablo".31 En cada edición ampliada de sus Institutos, Calvino cita y depende de  Agustín cada vez más.

¿Es el Calvinismo Realmente una Creencia Protestante?

Que muchos evangélicos prominentes están todavía bajo el hechizo de Agustín es evidente — y sorprendente, si tenemos en cuenta sus numerosas herejías —.  Norm Geisler ha dicho, "Agustín fue uno de los más grandes pensadores cristianos de todos los tiempos".32  Pero Agustín dijo: "no debo creer el evangelio a menos que yo fuera impulsado a hacerlo por la autoridad de la Iglesia [Católica]."33  Esa declaración fue citada con gran satisfacción por el Papa Juan Pablo II en su celebración de 1986 del 1600mo aniversario de la conversión de San Agustín. El Papa dijo:

El legado de Agustín… son los métodos teológicos que han permanecido fieles...la plena adhesión a la autoridad de la fe...revelada a través de las Escrituras, la Tradición y la Iglesia... Asimismo el sentido profundo del misterio — "porque es mejor”, exclama, "el tener una ignorancia fiel que un conocimiento presuntuoso...". Una vez más expreso mi deseo ferviente que la enseñanza autorizada de un gran médico y pastor florezca cada vez más feliz en la iglesia...34

En mi debate con James White, él afirma que "Calvino refutó este mismo pasaje en sus Institutos, y cualquier lectura justa de los escritos de Agustín refuta esta tergiversación por Hunt".35 De hecho, Calvino reconoció la autenticidad de la declaración e intentó defenderla como un razonamiento legítimo para quienes no tienen la certeza de fe por el Espíritu Santo.36

Vance ofrece numerosas citas asombrosas de calvinistas que alaban a Agustín: "Uno de los mejores teólogos y filósofos que Dios ha tenido a bien darle a Su iglesia".37 "El cristiano más grande desde la época del Nuevo Testamento...el hombre más grande que alguna vez escribió en latín."38 "[Sus] trabajos y escritos, más que las de cualquier otro hombre en la época en que vivía, contribuyeron a la promoción de la sana doctrina y al renacimiento de la religión verdadera".39

Warfield agrega, "Agustín determinó para siempre la doctrina de la gracia".40 Aun así [Agustín] creía que la gracia venía por medio de los sacramentos católicos romanos. El que los calvinistas atribuyan tales elogios sobre Agustín, hace más fácil comprender por qué dan la misma alabanza a Calvino.

En cuanto a la formación de las doctrinas y prácticas del catolicismo romano, la influencia de Agustín fue la mayor de la historia. Vance nos recuerda que Agustín fue "uno de los cuatro 'Doctores de la Iglesia'  originales del catolicismo [con] un día de fiesta [dedicado a él] en la iglesia católica, el 28 de agosto, el día de su muerte".41 El papa Juan Pablo II llamó a Agustín "el padre común de nuestra civilización cristiana".42 William P. Grady, por otro lado, escribe: "El engañado Agustín (354-430) llegó tan largo como para anunciar (a través de su libro, La Ciudad de Dios) que Roma había tenido el privilegio de marcar el comienzo del reino milenial (también conocido como la 'Edad Oscura')".43

Extrayendo de una Fuente Contaminada

Sir Robert Anderson nos recuerda que "la iglesia [católica] romana fue moldeada por Agustín a la forma que  ha mantenido desde entonces.  De todos los errores que siglos que más tarde se convirtieron en las enseñanzas de la iglesia católica,  casi no hay ninguna que no se encuentre como embrión en su escritos."44  Esos errores incluyen el bautismo de los niños para la regeneración (los bebés que mueren sin ser bautizados están condenados) la necesidad del bautismo para la remisión de los pecados (el martirio, como en el Islam, hace lo mismo), el purgatorio, la salvación en la iglesia sola a través de sus sacramentos, y la persecución de quienes rechazan los dogmas católicos. Agustín también engendró la aceptación de los libros apócrifos (que admitió que aun los judíos los habían rechazado), la interpretación alegórica de la Biblia (así el relato de la creación, los seis días, y otros detalles en Génesis no son necesariamente literales) y el rechazo del reinado personal literal de Cristo en la tierra por mil años (ahora supuestamente estamos en el reino milenial de Cristo con la iglesia reinando y el diablo actualmente encadenado).

Agustín insiste en que Satanás ahora está "atado" basándose en que "aun ahora los hombres son,  y sin duda hasta el fin del mundo lo serán, convertidos a la fe de la incredulidad en la cual él [Satanás] los mantenía”. Que él considera el encadenamiento prometido de Satanás en el "abismo" (Apocalipsis 20:1-3) alegóricamente es claro. Sorprendentemente, Satanás "está atado en cada instancia en la que es despojado de sus bienes [es decir, alguien que cree en Cristo]". Y aún más sorprendente, "el abismo en el que está encerrado", de alguna manera es interpretado por Agustín como “las profundidades de los corazones" de los que rechazan a Cristo. Es así como Satanás es continuamente confinado en un abismo.45

Agustín no intenta explicar cómo llegó a esa idea asombrosa, mucho menos cómo podría existir un abismo en millones de corazones o, cómo estando “atado" allí, Satanás todavía es libre para cegar a aquellos en cuyos "corazones" él está supuestamente confinado (2 Corintios 4:4). Tampoco explica cómo ni por qué, a pesar de que Satanás está atado,

Cristo encargó a Pablo a convertir a judíos y gentiles "del poder de Satanás a Dios" (Hechos 26:18)

• Pablo podría entregar al fornicador corintio a Satanás (Corintios 5:5)

• Satanás puede transformarse "en un ángel de luz" (Corintios 11:14)

• Pablo advertiría a los creyentes de Éfeso a no "dar lugar al diablo" (Efesios 4:27) e instamos a ellos y a nosotros hoy a "estar firmes contra las asechanzas del diablo" (6:11)

• Satanás todavía puede ir "como león rugiente... buscando a quien devorar"(1 Pedro 5:8)

• Satanás todavía es capaz de acusar a los cristianos ante Dios, y  con sus demonios hacer  guerra en el cielo contra “Miguel y sus ángeles" y por fin ser echado del cielo a la tierra (Apocalipsis 12:7-10)

Agustín fue uno de los primeros en poner la autoridad de la tradición al nivel de la Biblia, e incorporar mucha filosofía, especialmente platonismo, en su teología. Exponiendo la locura de aquellos que alaban a Agustín, Vance escribe:

Él creía en la sucesión apostólica desde Pedro, como una de las marcas de la iglesia verdadera, enseñó que María era sin pecado y promovió su adoración. Él fue el primero que definió los  así llamados sacramentos como un signo visible de la gracia invisible... El memorial de la Cena del Señor se convirtió en la presencia espiritual del cuerpo y la sangre de Cristo. Para Agustín la única iglesia verdadera era la iglesia católica.  Escribiendo en contra de los donatistas, aseveró: "La iglesia católica sola es el cuerpo de Cristo... Fuera de este cuerpo, el Espíritu Santo no da vida a nadie... [y] no es partícipe del amor divino quien es el enemigo de la unidad.  Por lo tanto no tienen el Espíritu Santo los que están fuera de la Iglesia.46

Y éste es el hombre a quien Geisler llama "uno de los más grandes pensadores cristianos de todos los tiempos". Por el contrario, Calvino extrajo de una fuente muy contaminada cuando acogió las enseñanzas de Agustín. ¿Cómo podría alguien sumergirse en una herejía tan contaminada sin llegar a estar confundido e infectado? Sin embargo, este desconcertante embrollo de especulación y catolicismo romano en formación es reconocido como la fuente del Calvinismo — y es elogiado por líderes evangélicos.  Uno queda estupefacto al ver la aclamación amontonada sobre Calvino y Agustín por líderes cristianos, por lo demás con sano juicio.

Una Contradicción Asombrosa

El acuerdo casi total de Calvino con, y sus repetidos elogios a Agustín no se pueden negar. Calvino se llamaba a sí mismo "un teólogo agustino".47  De Agustín dijo: "A quien citamos con frecuencia, por ser el mejor y más fiel testigo de toda la antigüedad."48   

Los calvinistas mismos insisten en la conexión entre Calvino y Agustín. McGrath escribe, "Sobre todo, Calvino consideraba su pensamiento como una fiel exposición de las ideas principales de Agustín de Hipona".49 Wendel concede, "Sobre los puntos de doctrina que toma prestado de Agustín con las dos manos”. 50 Vance escribe:

Sin embargo, para probar concluyentemente que Calvino fue un discípulo de Agustín, no necesitamos mirar más allá del propio Calvino.  Uno no puede leer cinco páginas en los Institutos de Calvino sin ver el nombre de Agustín. Calvino cita a Agustín más de cuatrocientas veces en sus Institutos.  Llamó a Agustín por títulos como "hombre santo" y "santo padre".51

Como Vance señal además, "los calvinistas admiten que Calvino fue fuertemente influenciado por Agustín en la formación de su doctrina de la predestinación".52 ¿Cómo podría uno de los líderes de la Reforma acoger tan plenamente las doctrinas de quien ha sido llamado el "principal creador teológico del sistema latino-católico tan distinto del…Protestantismo evangélico... "?53

La admiración de Calvino por Agustín, y el aceptar una gran parte de sus enseñanzas, es sólo una de varias contradicciones importantes en su vida. Estas serán completamente documentadas en este libro. La situación también es contradictoria del lado católico romano. Sus dogmas rechazan algunas de las doctrinas más importantes sostenidas por el más famoso de sus Santos — las mismas doctrinas Agustinas que Calvino aceptó.

Aquí nos enfrentamos a una extraña anomalía.  Warfield declara que "es Agustín quien nos dio la reforma"54 — sin embargo, al mismo tiempo, también reconoce que Agustín fue "en un sentido el verdadero fundador del catolicismo romano". 55  Y "el creador del santo imperio romano."56

Philip F. Congdon escribe: "otro paralelo curioso es evidente entre la teología calvinista clásica y la teología católica romana.  Los dos comparten una inclusión de obras en el mensaje del Evangelio y una imposibilidad de certeza en la salvación... Ambos sostienen la primacía de la gracia de Dios; y ambos incluyen la necesidad de nuestras obras".57 Las herejías de Agustín, especialmente su visión romanista de la fe en Cristo, que es complementada por buenas obras y los sacramentos,  se perdieron en Lutero, quien escribió: "al principio, devoraba a Agustín, pero cuando...supe lo que en realidad era la justificación por la fe, lo deseche".58

Extrañamente, pareciera que Calvino no pudo reconocer que Agustín nunca entendió la salvación por gracia, únicamente mediante la fe en Cristo.

Sin embargo, líderes calvinistas sugieren que yo estoy del lado del catolicismo romano al rechazar el calvinismo, a pesar de que éste proviene en gran parte del máximo católico romano,  Agustín.  Así me lo expresó un escritor:

Y teniendo en cuenta que la posición que usted adopta, es, completamente opuesta al corazón mismo del mensaje de los reformadores, y se alinea con la visión de Roma en cuanto a la voluntad del hombre y la naturaleza de la gracia., ésta me parece tremendamente incoherente de su parte.  Usted a menudo habla de oponerse a las tradiciones de los hombres, sin embargo, en este caso, usted acepta las tradiciones que se encuentran en el corazón del "evangelio" de Roma.59

Por el contrario, los reformadores y sus credos están infectados con las ideas provenientes del más grande católico romano, Agustín mismo.  Además, un rechazo de la Elección, la Predestinación y la Preservación de los Santos, según son definidos por los calvinistas, difícilmente es una aceptación de "el corazón del 'evangelio' de Roma". El verdadero corazón del evangelio de Roma son los sacramentos y las buenas obras.   Ciertamente el hecho de que Calvino retuvo los sacramentos, la regeneración bautismal para infantes, y honrar el sacerdocio católico como válido, es una aceptación más grave del falso evangelio del catolicismo. El rechazo del Calvinismo no requiere ningún acuerdo en absoluto con Roma sobre ninguna parte de sus doctrinas heréticas de salvación.

Parece incomprensible que la influencia predominante sobre la teología reformada y sus credos podría estar tan estrechamente relacionada con el catolicismo romano contra el cual se rebelaron los reformadores.  Sin embargo, quienes no se inclinan ante estos credos están supuestamente "en error".  La historia de cómo los credos protestantes llegaron a ser dominados por la doctrina calvinista es una historia interesante.


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Notas:

19. Warfield, Calvin, v.
20. John Calvin, contents page of Institutes of the Christian Religion, trans. Henry Beveridge (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1998 ed.), III: xxiii, IV: xvii, etc.
21. Calvin, Institutes, III: xxi, 2.
22. Ibid., xxi, 4.
23. Ibid., xxiii, 1.
24. Ibid., 5.
25. Ibid.
26. Ibid., 8.
27. Ibid., IV: xiii, 9.
28. Ibid., III: xxiii, 11.
29. Ibid., 13.
30. Ibid., 14.
31. Richard A. Muller, Christ and the Decree (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1988), 22.
32. Norman L. Geisler, What Augustine Says (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1982), 9.
33. Aug. Cont. Epist. Fundament c.v.
34. John Paul II, Sovereign Pontiff, Augustineum Hyponensem (Apostolic Letter, August 28, 1986. Available at: www.cin.org/jp2.ency/augustin.html).
35. Dave Hunt and James White, Debating Calvinism, (Sisters, OR: Multnomah Publishers, 2004), 244.
36. Calvin, Institutes, I: vii, 3.
37. Talbot and Crampton, Calvinism, Hyper-Calvinism, 78; cited in Vance, Other Side, 39.
38. Alexander Souter, The Earliest Latin Commentaries on the Epistles of St. Paul (n. p., 1927), 139.
39. N. L. Rice, God Sovereign and Man Free (Harrisonburg, VA: Sprinkle Publications, 1985), 13.
40. Benjamin B. Warfield, “The Idea of Systematic Theology,” in The Princeton Theology, ed. Mark A. Noll (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1983), 258.
41. Vance, Other Side, 41.
42. Richard N. Ostling, “The Second Founder of the Faith” (Time, September 29, 1986).
43. William P. Grady, Final Authority: A Christian’s Guide to the King James Bible (Knoxville, TN: Grady Publications, 1993), 54.
44. Sir Robert Anderson, The Bible or the Church? (London: Pickering and Inglis, 2nd ed., n. d.), 53.
45. Augustine, The City of God, trans. Marcus Dods. In Great Books of the Western World, ed. Robert Maynard Hutchins and Mortimer J. Adler (Encyclopaedia Brittanica, Inc., 1952), XX:7, 8.
46. Vance, Other Side, 55.
47. Talbot and Crampton, Calvinism, Hyper-Calvinism, 79.
48. Calvin, Institutes, IV:xiv, 26.
49. Alister E. McGrath, The Life of John Calvin (Cambridge, MA: Blackwell Publishers, 1990), 151.
50. Francois Wendel, Calvin: Origins and Development of His Religious Thought (Grand Rapids, MI: Baker Books, 1997), 124.
51. Vance, Other Side; citing Calvin, Institutes, 139, 146, 148–49.
52. Vance, Other Side, 113; citing Wendel, Origins, 264, and Timothy George, Theology of the Reformers (Nashville, TN: Broadman Press, 1988), 232.
53. Philip Schaff, History of the Christian Church (New York: Charles Scribner’s Sons, 1910; Grand Rapids, MI: Wm B. Eerdmans Publishing Co., reprint 1959), III: 1018.
54. Warfield, Calvin, 322.
55. Ibid., 313.
56. Ibid., 318.
57. Philip F. Congdon, “Soteriological Implications of Five-point Calvinism,” Journal of the Grace Evangelical Society, Autumn 1995, 8:15, 55–68.
58. George, Theology, 68.
59. James R. White to Dave Hunt, August 4, 2000. On file.

jueves, 15 de junio de 2017

Libro: ¿Qué Amor es Éste? — Capítulo 4 (Parte 1)

La Sorprendente Conexión del Calvinismo con el Catolicismo

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No hay duda de que Calvino impuso sobre la Biblia ciertas interpretaciones erróneas provenientes de su trasfondo católico romano. Muchos líderes calvinistas concuerdan que los escritos de Agustín fueron el origen real de la mayor parte de lo que hoy en día es conocido como Calvinismo. Los calvinistas David Steele y Curtis Thomas señalan que “Las doctrinas básicas de la posición calvinista habían sido defendidas vigorosamente por Agustín contra Pelagio durante el Siglo V”.1

En su revelador libro, El Otro Lado del Calvinismo [The Other Side of Calvinism], Laurence M. Vance documenta minuciosamente que “Juan Calvino no originó las doctrinas que llevan su nombre…”.2 Para este efecto, Vance cita a numerosos calvinistas conocidos. Por ejemplo, Kenneth G. Talbot y W. Gary Crampton escriben, “El sistema de doctrina que llevan el nombre de Juan Calvino de ninguna manera fue originado por él…”.3 B. B. Warfield declaró, “El sistema de doctrina enseñado por Calvino es simplemente el Agustinianismo común a todo el cuerpo de los reformadores”.4 Así pues, la deuda que los credos provenientes de la Reforma deben a Agustín también es reconocida. Esto no es sorprendente en vista del hecho de que la mayoría de los reformadores habían sido parte de la Iglesia Católica Romana, de la cual Agustín era uno de los “santos” tenido en más alta estima. John Piper reconoce que Agustín fue la influencia principal sobre Calvino y Lutero, que siguieron reverenciándolo y a sus doctrinas incluso después de que se separaron del Catolicismo Romano.

C. H. Spurgeon admitió que “quizá el mismo Calvino lo derivó [el Calvinismo] principalmente de los escritos de Agustín”.6 Alvin L. Baker escribió, “Difícilmente existe una doctrina de Calvino que no lleve las marcas de la influencia de Agustín”.7 Por ejemplo, lo siguiente de Agustín suena como un eco reverberando a través de los escritos de Calvino:

Así como los ha designado para ser regenerados…a los cuales predestinó para la vida eterna, como el más misericordioso dador de gracia, mientras que a aquellos a los que ha predestinado a la muerte eterna, él también es el más justo otorgador de castigo.8

C. Gregg Singer dijo, “Las características principales de la teología de Calvino se encuentran en los escritos de San Agustín a tal punto que muchos teólogos consideran al Calvinismo como una forma más completamente desarrollada de Agustinianismo”.9 Tales afirmaciones son declaraciones asombrosas en vista del hecho indiscutible que, como señala Vance, la misma Iglesia Católica Romana tiene mayores derechos sobre Agustín que los calvinistas.10 Calvino mismo dijo:

Agustín es tan integral conmigo que, si deseara escribir una confesión de mi fe, lo podría hacer con toda plenitud y satisfacción de mí mismo a partir de sus escritos”.11

Agustín y el Uso de la Fuerza

Los donatistas del Siglo IV creían que la Iglesia debía ser una comunión pura de verdaderos creyentes que demostraban la verdad del Evangelio en sus vidas. Aborrecían la apostasía que había entrado a la Iglesia cuando Constantino unió el cristianismo con el paganismo con el fin de unificar al imperio. Los clérigos acomodados eran “sacerdotes malignos trabajando tomados de la mano con los reyes de la tierra, que muestran que no tienen a ningún rey más que a César”. Para los donatistas, la Iglesia era un “pequeño cuerpo de salvos rodeados por la masa no regenerada”.12 Éste es, por supuesto, el punto de vista bíblico.

Agustín, por el contrario, veía a la iglesia de su época como una mezcla de creyentes e incrédulos, en la que a la pureza y la maldad se les debía permitir existir una junta a la otra por el bien de la unidad. Él usó el poder del estado para obligar la asistencia a la iglesia (como también haría Calvino 1,200 años después): “A quienquiera que no fuera hallado dentro de la Iglesia  no se le preguntaba la razón, sino que debía ser corregido y convertido…”.13 Calvino siguió a su mentor Agustín al forzar la asistencia a la iglesia y la participación en los sacramentos por medio de amenazas (y cosas peores) contra los ciudadanos de Ginebra. Agustín “identificó a los donatistas como herejes…que podían ser sometidos a la legislación imperial [y a la fuerza] exactamente en la misma forma que otros criminales e incrédulos, incluyendo a envenenadores y paganos”.14 Frend dice de Agustín, “El averiguador y sensible joven se había convertido en el padre de la inquisición”.15

Aunque prefería la persuasión de ser posible, Agustín apoyaba usar la fuerza militar contra aquellos que se rebautizaban como creyentes después de la conversión a Cristo y para otros supuestos herejes. En su controversia con los donatistas, usando una interpretación distorsionada y anticristiana de Lucas 14:23,16 Agustín declaró:

Por lo tanto, ¿por qué no debería la Iglesia usar la fuerza para forzar a sus hijos perdidos a regresar?... El Señor mismo dijo, ‘Vayan por los caminos y vallados y fuércenlos a entrar’ Por lo tanto es el poder que la Iglesia ha recibido…a través del carácter religioso y la fe de los reyes…el instrumento por el cual aquellos que son hallados en los caminos y los vallados – es decir, en herejías y divisiones – son forzados a entrar, y que no hallen defectos al ser forzados.17

Lamentablemente, Calvino puso en efecto en Ginebra los mismos principios de castigo, coerción y muerte por los que Agustín abogó y que la Iglesia Católica Romana siguió consistentemente durante siglos. Henry H. Milman escribe: “El Agustinianismo fue elaborado en un sistema mucho más rígido e inflexible por el intelecto severo de Calvino”.18 Y él se justificó a sí mismo usando la interpretación errónea de Agustín de Lucas 14:23. ¿Cómo puede alguien que hoy aclame a Calvino como un gran exégeta, aceptar tal abuso de este pasaje?

¿Forzar? ¿No es ése el trabajo de Dios por medio de la Elección Incondicional y la Gracia Irresistible? ¿Forzar a aquellos por los que Cristo no murió y a los que Dios ha predestinado al tormento eterno? ¡Este verso refuta al Calvinismo sin importar cómo sea interpretado!


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»» Libro: ¿Qué Amor es Éste? — Capítulo 4 (parte 2)
»» Libro: ¿Qué Amor es Éste? — Capítulo 4 (conclusión)
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Notas

1. David N. Steele and Curtis C. Thomas, The Five Points of Calvinism (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1963), 19.
2. Laurence M. Vance, The Other Side of Calvinism (Pensacola, FL: Vance Publications, rev. ed., 1999), 37.
3. Kenneth G. Talbot and W. Gary Crampton, Calvinism, Hyper-Calvinism and Arminianism (Edmonton, AB: Still Water Revival Books, 1990), 78.
4. Benjamin B. Warfield, Calvin and Augustine, ed. Samuel G. Craig (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1956), 22.
5. John Piper, The Legacy of Sovereign Joy: God’s Triumphant Grace in the Lives of Augustine, Luther, and Calvin (Wheaton, IL: Crossway Books, 2000), 24-25.
6. Charles Haddon Spurgeon, ed., Exposition of the Doctrine of Grace (Pasadena, CA: Pilgrim Publications, n. d.), 298.
7. Alvin L. Baker, Berkouwer’s Doctrine of Election: Balance or Imbalance? (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1981), 25.
8. St. Augustine, A Treatment On the Soul and its Origins, Book IV, 16.
9. C. Gregg Singer, John Calvin: His Roots and Fruits (Abingdon Press, 1989), vii.
10. Vance, Other Side, 40.
11. John Calvin, “A Treatise on the Eternal Predestination of God,” in John Calvin, Calvin’s Calvinism, trans. Henry Cole (Grandville, MI: Reformed Free Publishing Association, 1987), 38; cited in Vance, Other Side, 38.
12. Leonard Verduin, The Reformers and Their Stepchildren (Sarasota, FL: Christian Hymnary Publishers, 1991), 33.
13. Petilian II.85.189; cited in W. H. C. Frend, The Rise of Christianity (Philadelphia, PA: Fortress Press, 1984), 671.
14. Frend, Rise, 671.
15. Ibid., 672.
16. F.F. Bruce, Light in the West, Vol 3 in The Spreading Flame (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co, 1956), 60-61.
17. E. H. Broadbent, The Pilgrim Church (Port Colborne, ON: Gospel Folio Press, reprint 1999), 49.
18. Henry H. Milman, History of Christianity (New York: A. C. Armstrong and Son, 1886), 3:176.
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