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lunes, 12 de octubre de 2020

Revista Llamada de Medianoche – Octubre 2020

 Racismo y la Biblia 

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Temas incluidos en esta edición:

»» Momento culminante sionista: 100 años de la Conferencia de San Remo
»» Implicaciones de una anexión posible
»» Israel: un pueblo muy especial
»» John MacArthur vs. California 
»» El racismo y la Biblia

Entre otros.

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jueves, 28 de febrero de 2019

Recompensas Celestiales – Parte 1

Los Tipos – Sus Bases – Su Permanencia y la Diferencia que Deberían Hacer en su Vida  

Por Glenn Meredith



Tengo que ser honestos con ustedes sobre el hecho de que, desde la primera parte de mi vida, no estaba realmente entusiasmado con el regreso de Jesús. Puedo recordar estar sentado en una reunión de avivamiento una vez cuando era un adolescente, y el evangelista realmente dijo que, cuando Jesús regrese, vamos a comparecer ante Su tribunal y veremos cómo nuestras vidas son proyectadas en una pantalla de cine gigante y todos los pecados que hemos cometido se mostrarán en esa pantalla para que todos los vean. Para decir lo menos, ¡realmente no estaba esperando eso!

Desde entonces he encontrado que muchos creyentes comparten el mismo sentimiento de miedo y ansiedad que sentí cuando era un adolescente. Y si así es como se siente, ¡entonces tengo buenas noticias para usted! La gran exhibición de la película de tu vida no es lo que la Biblia enseña.

El Pasaje Incomprendido

Vayamos a este tema, echando un vistazo a 2 Corintios 5.10, donde el apóstol Pablo dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Ahora, toda mi vida, cuando leía ese pasaje, pensaba: “Está bien, voy a comparecer ante Jesús en Su tribunal, y me va a hablar sobre todas las cosas buenas que he hecho. Y todas esas cosas pecaminosas serán presentadas ante el mundo”.

Ahora, las grandiosas buenas noticias que tengo para usted es que este pasaje no enseña tal cosa. Hay varias palabras en el griego del Nuevo Testamento que pueden traducirse como “malo”. Un par de ellas significan moralmente malo, refiriéndose a algo que es pecaminoso o malvado. Pero la palabra que se usa aquí (kakos) es una palabra diferente, y su significado principal en este contexto es “sin valor”. Sería como si una persona dijera: “La fruta que compré está mala”. La palabra, mala, en esa oración no significa que la fruta sea moralmente pecaminosa o mala. Simplemente significa que no vale nada.



Eso es lo que Pablo está enseñando en 2 Corintios 5:10. Cuando nosotros, como creyentes, comparezcamos ante el tribunal de Cristo, no vamos a ser juzgados por nuestros pecados. En cambio, vamos a ser juzgados por las obras que hemos hecho para Jesús. Y lo que se evaluará son aquellas obras que hayamos hecho que sean valiosas para el Señor. La Biblia dice que recibiremos recompensas por aquellas cosas que hayamos hecho que sean valiosas. Y aquellas cosas que hayamos hecho que no tengan valor, que no tengan un valor eterno genuino, serán quemadas. 

Las Buenas Noticias sobre el Juicio

Ahora, ¿por qué es que cuando estemos ante el tribunal de Cristo, que de alguna manera no tendremos que dar cuenta de nuestros pecados? ¿Por qué es eso? ¿Dios sólo va a pasarlos por alto? ¿Estamos recibiendo un pase? No, las Escrituras dicen que aquellos que somos creyentes nunca nos presentaremos ante Jesús para dar cuenta de nuestras pecados. Y eso es debido a otro juicio que ya ha tenido lugar. Estoy hablando de cuando el Señor Jesucristo, nuestro glorioso Salvador, estaba colgado en la Cruz. La Biblia dice que la muerte de Jesús por nuestros pecados canceló la acusación de la deuda legal que había contra nosotros y que nos condenaba. Jesús la ha quitado, clavándola en la Cruz. 

La cruz era como la silla eléctrica del Imperio Romano. Era el medio de ejecución pública. Y así, cuando un criminal era crucificado, le clavaban en su cruz los cargos por los que estaba muriendo, de modo que todos los que pasaran y lo vieran conocieran los delitos por los que estaba siendo ejecutado.

Cuando nuestro Señor fue crucificado, Pilato hizo que colocaran un cartel en Su cruz que decía: “Éste es el Rey de los judíos”. Pero la Biblia dice que ése no fue realmente el crimen por el que murió. Su muerte, según Colosenses 2:14, fue por tus pecados y por los míos, que Dios clavó en la Cruz. Por lo tanto, mientras Jesús estaba colgado en la Cruz, Dios comenzó a tratar a Jesús como nos hubiera tratado a ti y a mí en juicio por nuestros pecados. Es por eso que Jesús exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Porque en ese momento Él estaba respondiendo por tus pecados y los míos.

Y así, mis pecados y los suyos fueron juzgados en la Cruz. Y debido a la sangre que Jesucristo derramó por nuestros pecados, debido a la muerte que sufrió en nuestro lugar, la Biblia dice que el libro de registro de nuestros pecados fue quitado, eliminado y cancelado. No hay más registro de tu pecado si eres un hijo de Dios. ¿No es una gran noticia? Y, de hecho, si te presentaras ante Dios y Él exigiera que tus pecados sean juzgados de nuevo, Él sería injusto.

Y por eso, cuando el Señor Jesús venga por Su Novia, la Iglesia, lo primero que hará es recompensar a Su Novia. No va a golpear a Su Novia con juicio. La Biblia nos dice que hay una promesa de recompensas.

Glenn Meredith es el pastor de la Iglesia Brookhaven en McKinney, Texas, la iglesia donde el Dr. Reagan y su esposa, Ann, son miembros. Glenn es oriundo de Louisiana. En 1983, se graduó de la Universidad Criswell en Dallas, con una Maestría en Estudios Bíblicos. Ha servido en la Iglesia Brookhaven por más de 30 años. La iglesia fue trasladada recientemente de Dallas al área de Frisco/McKinney, el área de crecimiento más rápido en Texas. Él y su esposa, Carol, son padres de dos hijos, un hijo y una hija, y tienen  dos nietos.


Material recomendado:

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

martes, 12 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 21 (pdf)

Recompensas Celestiales

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Hecho: Los creyentes serán juzgados por sus obras para determinar sus grados de recompensa.

Escritura Clave: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27).

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Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 21 (conclusión)

Recompensas Celestiales

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Niveles de Gloria

Las Escrituras también nos aseguran que habrá distinciones de gloria que se darán a los creyentes. Considere estas palabras de Pablo: “Porque considero que los padecimientos del tiempo presente no son dignos de comparar con la gloria que pronto nos ha de ser revelada” (Romanos 8:18, RVA-2015). Pablo habla de este tipo de recompensa de nuevo en 2 Corintios 4:17, donde escribe: “Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable…” (RVA-2015).

Lo que todo esto significa no está precisamente explicado en detalle, pero las posibilidades son alucinantes. Tanto es así, que cuando lo experimentemos, ¡es posible que nos encontremos deseando que se nos hubiesen dado más oportunidades de sufrir por el Señor!

Grados de Autoridad Reinante

Otro tipo de recompensa que se menciona en la Biblia es una que se relaciona con el Milenio y con el Estado Eterno. Es el grado de autoridad reinante que compartiremos con Jesús bajo Su supervisión.

Se nos asegura que reinaremos con Él (2 Timoteo 2:12; Apocalipsis 5:9-10). Pero nuestro grado de participación en Su reinado estará relacionado con nuestro servicio a Él ahora (Lucas 19:1-27). Algunos reinarán sobre una ciudad, algunos sobre cinco y otros sobre ninguna.

Actitudes hacia las Recompensas

Desafortunadamente, la mayoría de los cristianos parecen tener una actitud muy despreocupada hacia las recompensas, y hay varias razones para esta falta de preocupación. 

En primer lugar, muchos parecen pensar que si son motivados por una recompensa, ¡perderán la recompensa! Esta extraña actitud se basa en la enseñanza de Jesús registrada en Mateo 6:1-4. En este pasaje, Jesús les advierte a Sus discípulos en contra de “hacer vuestra justicia delante de los hombres” porque si lo hacen “no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”.

Lo que Jesús está advirtiendo es en contra de hacer nuestras buenas obras con el fin de recibir la alabanza de la gente. Está diciendo que deberíamos ser motivados, en cambio, por la alabanza de Dios. Se supone que debemos ser motivados por la esperanza de que, cuando estemos ante Jesús  para ser juzgados, Él dirá, “Bien, buen siervo y fiel” (Mateo 25:21).

Una segunda razón por la que a algunos creyentes no les apasionan las recompensas es porque creen que éstas serán temporales. Esta actitud se basa en una escena en el Cielo que es descrita por el apóstol Juan en Apocalipsis 4. Juan dice que vio a 24 ancianos adorando a Dios (Apocalipsis 4:10-11). Como parte de su adoración, ellos se arrodillan y lanzan sus coronas delante del trono de Dios.

Esta escena ha producido una enseñanza de que tan pronto como recibamos nuestras recompensas en el Cielo, las lanzaremos a los pies de Jesús y terminaremos con ellas. Por lo tanto, son vistas como poca cosa. 

Pero Apocalipsis 4:9 presenta una palabra calificadora. Dice que los 24 ancianos hacen esto “cada vez” (NVI) que se produce la adoración. Eso no indica una acción de una vez por todas. En 1 Pedro 5:4 se nos dice que las coronas “durarán para siempre” (TLA).

Una Visión Socialista de las Recompensas

Algunos argumentan que las recompensas tienen que ser temporales debido a que no puede haber distinciones en el Cielo, de lo contrario habría celos, y dicho pecado no puede existir en la atmósfera perfecta del Cielo. Pero ésta es una visión terrenal. En el Cielo, nuestra naturaleza pecaminosa no existirá. Viviremos en perfecto amor. 

Por lo tanto, cuando veamos a un santo con una corona especial o exhibiendo alguna otra recompensa, nuestros corazones se llenarán de admiración y aprecio — lo mismo que sentimos en esta vida cuando uno de nuestros hijos recibe una recompensa especial. 

El Pastor Glenn Meredith, de McKinney, Texas, quien ha enseñado extensamente sobre las recompensas celestiales, ha concluido: “Créanme, habrá distinciones eternas en el Cielo, porque lo que haga ahora en esta vida, tendrá un profundo impacto en las recompensas que recibirá y los servicios que se le asignarán”. 

Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos…” (palabras de Jesús en Mateo 5:21). 

Preguntas

1)  Ya que nuestras recompensas celestiales van a estar basadas en parte en cómo usamos nuestros dones espirituales, ¿sabe cuáles son sus dones espirituales? (Lea Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:4-11, 28-31; Efesios 4:11; 1 Pedro 4:10-11). Enumere a continuación los dones espirituales que cree que el Espíritu Santo le ha dado. Si está en un grupo de estudio bíblico, léales la lista a ellos y pregúnteles si pueden identificar otros dones de los que usted no esté consciente. 

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2) ¿Sabía que hay pruebas en el Internet que pueden ayudarle a identificar sus dones espirituales? Busque “pruebas de dones espirituales” en Google y luego escriba a continuación los dones que tiene que fueron identificados por estas pruebas.

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3) ¿Qué recompensa celestial le gustaría recibir y por qué?

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4) ¿Siente que entiende completamente la enseña bíblica de que somos salvos por la fe y no por obras (Efesios 2:8-9), pero de que somos salvos para buenas obras (Efesios 2:10; Tito 2:14). ¿Cuál cree que es el significado de esto para los cristianos culturales que no se preocupan por practicar su fe?

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5) Reflexione sobre las recompensas que los creyentes recibirán en esta vida como resultado de su fe en Jesús como Señor y Salvador y el don del Espíritu Santo que reside en ellos. Enumere algunas de esas recompensas a continuación:

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6) Debido a la importancia que las Escrituras dan a las recompensas celestiales, ¿siente que ahora está más motivado a ganar algunas de las recompensas sirviendo al Señor más diligentemente?

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Lea la parte 1 »»aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 9 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 21 (parte 1)

Recompensas Celestiales

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Hecho: Los creyentes serán juzgados por sus obras para determinar sus grados de recompensa.

Escritura Clave:Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27).

Llegará un día cuando todos los creyentes serán juzgados por sus obras, no para determinar su destino eterno, sino para determinar sus grados de recompensa (2 Corintios 5:10 y Apocalipsis 20:12).

No somos salvos por nuestras obras (Efesios 2:8-9), pero somos salvos para hacer buenas obras (Efesios 2:10 y Tito 2:14). El Espíritu Santo les da a todos los creyentes uno o más dones espirituales en el momento de su salvación, y se espera que usen esos dones para promover el reino del Señor en la tierra.

Los creyentes serán juzgados no sólo por la cantidad de sus obras, sino también por su calidad (1 Corintios 3:13) y su motivo (1 Corintios 4:4.5). Algunos que son salvos pero que nunca usaron sus dones espirituales para el Señor, o que lo hicieron por el motivo incorrecto (como la gloria personal), todas sus obras serán quemadas y no recibirán recompensas especiales más allá de la vida eterna (1 Corintios 3:15).

La Memoria de Dios

La Biblia dice en Malaquías 3:16 que hay un Libro de Memoria en el que Dios ha escrito todas las cosas que hemos hecho para Él. La mayoría de estas cosas las hemos olvidado, pero no Dios. ¡Jesús dijo que incluso seríamos recompensados por darle a una persona un vaso de agua! (Mateo 10:41-42). Hebreos 6:10 dice que “Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos…”. Una vez más, se nos asegura que Dios nunca olvidará ninguna de nuestras buenas obras.

Diversas Coronas

La Biblia enseña que hay cinco tipos diferentes de coronas que serán dadas a los creyentes como recompensas.

1) La Corona del Vencedor (1 Corintios 9:24-25) — Esta corona se otorgará a aquellos que demostraron un dominio propio excepcional en su servicio al Señor, siempre poniendo Su voluntad antes que la suya.

2) La Corona del Ganador de Almas (1 Tesalonicenses 2:19) — Esta corona se otorgará a aquellos que participaron en ganar almas — incluidos los evangelistas, los maestros bíblicos, los evangelizadores personales, y aquellos que financiaron sus esfuerzos. 

3) La Corona de Justicia (2 Timoteo 4:8) — Esta corona será dada como recompensa a aquellos que vivieron sus vidas anhelando el regreso del Señor, — aquellos que vivieron con una perspectiva eterna.

4) La Corona del Pastor (1 Pedro 5:4) — Ésta es la recompensa para los pastores y ancianos fieles.

5) La Corona de la Vida (Santiago 1:2) — Esta recompensa está reservada para aquellos que perseveraron bajo tribulaciones — aquellos que sufrieron pruebas difíciles, tentaciones, sufrimiento, persecución e incluso el martirio. Jesús mencionó esta recompensa específicamente en Apocalipsis 2:10.

Tesoro Celestial

La Biblia dice que los redimidos recibirán diferentes cantidades de tesoros en el Cielo. Jesús mismo hizo esta promesa en Mateo 6:19, cuando dijo: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo…”.

El apóstol Pablo menciona la misma recompensa  en 1 Timoteo 6:17-19. Aquí le dice a Timoteo que instruya a los creyentes a “que hagan bien” y “que sean ricos en buenas obras”, y “dadivosos”, porque al hacerlo, están “atesorando para sí buen fundamento para lo por venir”.


Lea la conclusión »»aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 28 de octubre de 2017

Video: Recompensas Celestiales – Pr. Glenn Meredith


¿Por qué la Biblia enfatiza la importancia de las buenas obras? Descúbralo con el invitado Glenn Meredith, en el programa Cristo en la Profecía.

Artículos recomendados:
»» Hallando esperanza en medio de la crisis
»» El Tribunal de recompensas

Subtitulado por Helena Aillón. 

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domingo, 9 de septiembre de 2012

Revista Llamada de Medianoche - Septiembre 2012

El Tribunal de Recompensas

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