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jueves, 27 de junio de 2024

Los Propósitos de la Profecía Bíblica

[Nota: El siguiente es un extracto del maravilloso libro de Steve Miller, One Day Nearer, publicado por nuestros amigos de Harvest House Publishers. Como escribió Steve: “El fin de los tiempos se acerca rápidamente. Nuestro Señor nos ha llamado a ser vigilantes y fieles, a usar bien nuestro tiempo y a hacer que nuestra vida cuente por la eternidad. Cuanto mejor conozcamos los propósitos de Dios para el futuro, más podremos vivir sabiamente hoy”.

1) Dar Esperanza

Imagínese la Biblia sin profecías. Supongamos que Dios hubiera decidido no decirnos nada acerca de la Segunda Venida, la victoria final sobre el mal, y nuestro futuro hogar en el cielo y la eternidad. Si Dios hubiera dejado las profecías fuera de Su Palabra, no tendríamos idea de lo que nos depara el futuro. En cambio, todo lo que sabríamos es que el mundo en el que vivimos está descendiendo cada vez más profundamente hacia la oscuridad, el mal y la desesperanza.

Sin conocimiento de lo que está por venir, la vida sería sombría. No tendríamos nada que esperar. Pasaríamos de un día a otro llenos de temor e incertidumbre.

Pero, debido a que Dios eligió proporcionarnos vislumbres del glorioso futuro que nos espera, podemos vivir con esperanza. Esa es la razón principal por la que Dios llenó la Biblia con tantas profecías acerca de lo que está por venir: para darnos esperanza.

Lo que sabemos sobre el futuro ayuda a influir en nuestros pensamientos y acciones en el presente. Debido a que conocemos el resultado final de la batalla que ahora se libra en la tierra, podemos vivir con anticipación en lugar de angustia. La profecía bíblica nos ayuda a tener un enfoque eterno—nos recuerda que no importa lo mal que se pongan las cosas, el bien y la justicia prevalecerán. La victoria es segura.

Es por eso que, en 1 Tesalonicenses 4, Pablo escribió extensamente acerca del Rapto prometido que nos librará de este mundo y nos llevará al cielo. Concluyó con la exhortación “aliéntense los unos a los otros con estas palabras” (versículo 18). Cuanto más nos recordamos unos a otros las promesas proféticas de Dios, más esperanza nos damos unos a otros.

2) Darnos un Enfoque Eterno

Debido a que vivimos en un mundo caído, la vida está llena de luchas. Romanos 5:12 dice que, “por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron” (NVI). Nadie puede evitar el pecado y sus devastadoras consecuencias. Incluso “la creación [está] sujeta a la vanidad” —toda la naturaleza está en “esclavitud a la corrupción”. Gime en anticipación del día en que seamos liberados de nuestros cuerpos mortales en descomposición y se nos den cuerpos nuevos e inmortales (Romanos 8:19-23).

El pecado es la razón por la que la vida está llena de dolor y pruebas. Y después de recibir la salvación en Cristo, entramos en un nuevo tipo de batalla. Debido a que nos hemos alejado del pecado para caminar en la luz, ahora estamos en desacuerdo con la oscuridad que nos rodea. Jesús advirtió a los discípulos, y a nosotros, por extensión, que “en el mundo tendréis tribulación” (Juan 16:33).

Pero fíjese en las siguientes palabras de Jesús: “Ánimo; Yo he vencido al mundo”. En nuestros momentos de sufrimiento, podemos encontrar esperanza en las promesas del Señor de redención y victoria futuras. Incluso cuando la vida se vuelve tan insoportable que no sabemos cómo podemos seguir adelante, se nos recuerda que “los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de comparación con la gloria que se nos ha de revelar”.

Las promesas de Dios sobre el futuro están destinadas a ayudarnos a mirar más allá del presente y desarrollar un enfoque eterno. A medida que aprendemos lo que significa vivir con la mente y el corazón puestos en la eternidad, somos más capaces de perseverar a través de las dificultades que enfrentamos ahora. Cada profecía sobre el futuro está diseñada para mantenernos mirando hacia arriba y hacia adelante a la gloria que nos espera.

3) Motivarnos a la Pureza

Una de las verdades más asombrosas de las Escrituras es que algún día seremos completamente transformados a la semejanza de Cristo.

Debido a que moramos en cuerpos imperfectos en un mundo caído, no somos capaces de comprender plenamente en qué nos convertiremos. Como escribió el apóstol Pablo, "porque ahora vemos en un espejo, oscuramente” (1 Corintios 13:12). Llegará un día en el que veremos con claridad, cuando “lo corruptible se vista de incorrupción, y lo mortal se vista de inmortalidad" (1 Corintios 15:54). Por fin, seremos conformados a la imagen del Hijo de Dios (Romanos 8:29).

Esperamos ansiosamente ese día, ¿no es así? Nos cansamos de sucumbir a la tentación y tropezar con el pecado. Nos sentimos cada vez más frustrados a medida que peleamos las mismas batallas espirituales una y otra vez. Con Pablo, decimos: “Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no hago el bien que quiero” (Romanos 7:18-19; NVI).

Cuando luchamos con el pecado, la promesa profética de que algún día tendremos cuerpos glorificados y seremos como Cristo es edificante. Esta esperanza no sólo nos hace seguir adelante, sino que también nos motiva a la pureza personal. Como dice 1 Juan 3:3: “Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro” (NVI).

A medida que fijamos nuestra esperanza en la premisa de que seremos transformados a la semejanza de Cristo en el futuro, el resultado es que querremos ser más como Él en el presente. De esta manera, la profecía bíblica tiene un efecto poderoso y santificador en nuestras vidas.

4) Estimularnos a Compartir el Evangelio

El tiempo se acaba. Cada día que nos acercamos más a la Segunda Venida de Cristo, nos acercamos más al momento en que será demasiado tarde para que los incrédulos reciban a Jesús como su Salvador. Cuando el Rey de reyes y Señor de señores descienda del cielo para reclamar la tierra, empuñará una espada afilada para herir con ella a las naciones” (Ap. 19:15). En ese día, cada incrédulo en la tierra tendrá su destino eterno sellado.

Ahora, es cierto que después de que Cristo arrebate a todos los creyentes al cielo, la tribulación de siete años ofrecerá más tiempo para que los incrédulos vengan a la salvación. Podríamos pensar: Si mi ser querido o amigo no se convierte en cristiano antes del Rapto, todavía tendrá oportunidades durante la Tribulación.

Pero considere las pésimas tasas de supervivencia de aquellos que terminan estando en la tierra durante la Tribulación. En Apocalipsis 6:7-8, se nos dice que una cuarta parte de la población mundial morirá durante el cuarto Juicio de los Sellos. Luego, en Apocalipsis 9:15-18, leemos acerca de cuatro ángeles que “matarán a la tercera parte de la humanidad”. Entre esos dos eventos, la mitad de las personas en la tierra morirán. Además, muchas personas serán tan duras de corazón que, incluso cuando reconozcan a Dios como la fuente de los juicios de la tribulación, pedirán que las rocas y las montañas caigan sobre ellos en lugar de apartarse de su pecado (Ap. 6:15-17).

Cuando se trata de compartir el Evangelio, más vale temprano que tarde. El hecho de que no sepamos el tiempo de la venida de Cristo debería llenarnos de un sentido de urgencia. El deseo de Dios es que la profecía bíblica nos impulse a proclamar el mensaje de salvación antes de que sea demasiado tarde.

5) Descansar en la Soberanía de Dios

Sólo Dios es capaz de declarar “el fin desde el principio”. Y no sólo conoce el futuro, sino que lo planea. Se atreve a decir: “Mi propósito se cumplirá... Yo haré que se cumpla; lo que he planeado, lo realizaré” (Isaías 46:10-11; NVI).

Esas no son sólo palabras vacías. Hasta este momento, cada una de las declaraciones de Dios sobre el futuro, en forma de profecías bíblicas, se ha cumplido con precisión. Esto nos ayuda a darnos cuenta de que las profecías no son meras conjeturas o predicciones; más bien, revelan exactamente lo que Dios hará. La profecía es historia escrita de antemano.

La abundancia de profecías cumplidas sirve como una poderosa confirmación de que Dios es verdaderamente Dios. Su soberanía es total; nada puede alterar lo que Él dice que sucederá. Aquel que creó y sostiene el universo guía el curso de la historia humana y de nuestras vidas individuales. A medida que el caos se arremolina aparentemente fuera de control aquí en la tierra, todo está en calma en la sala del trono de Dios. Tan cierto como que Jesús silenció la tormenta y las olas, Dios tiene todos los acontecimientos del mundo en sus manos.

Debido a que cada profecía sobre la Primera Venida de Cristo se cumplió literalmente con un 100 por ciento de precisión, podemos estar en paz — confiados en que lo mismo será cierto con cada profecía sobre la Segunda Venida de Cristo. Llegará un día en que todo mal en este mundo será corregido — por toda la eternidad. Nada puede impedir que eso suceda, porque Dios es Dios. Debido a que Su soberanía es total, nuestro futuro celestial está asegurado.

Steve Miller es el editor senior de Harvest House Publishers y autor de varios libros. Él y su esposa, Becky, participan activamente en el ministerio de sordos. Su libro One Day Nearer ofrece 365 maravillosos devocionales que anticipan el glorioso regreso de Jesús. Se puede encontrar en stevemillerresources.com


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

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miércoles, 26 de junio de 2024

Video: Las 9 Guerras de los Tiempos del Fin – La Primera Guerra de Gog y Magog (Conclusión)

En este programa, veremos cuáles son las conclusiones a las que llega el Dr. David R. Reagan en su libro con respecto a los siguientes aspectos clave de esta segunda guerra, descrita en Ezequiel 38 y 39, tales como: 

  • Contexto
  • Condiciones
  • Participantes
  • Momentos

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lunes, 24 de junio de 2024

Video: Las 9 Guerras de los Tiempos del Fin – La I Guerra de Gog y Magog (Parte 1)

En este programa, analicé algunos aspectos clave de esta segunda guerra, descrita en Ezequiel 38 y 39 tales como: 

  • Contexto
  • Condiciones
  • Participantes
  • Momentos

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lunes, 10 de junio de 2024

Video: Las 9 Guerras de los Tiempos del Fin – La Guerra de Aniquilación (Conclusión)

En este programa, presento las conclusiones a las que llega el Dr. David R. Reagan con respecto a la Guerra del Salmo 83. 

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lunes, 27 de mayo de 2024

Video: Las 9 Guerras de los Tiempos del Fin – La Guerra de Aniquilación (Parte 1)

En este programa, analicé la primera guerra de los tiempos del fin. Debido al límite de tiempo, el tema será presentado en dos partes.  

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jueves, 23 de mayo de 2024

Video: Las 9 Guerras de los Tiempos del Fin – Introducción

Éste es el primer programa de una serie que estará basada en el revelador libro escrito por el Fundador del Ministerio Cordero y León, el Dr. David R. Reagan.

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viernes, 26 de abril de 2024

10 Razones por las que Dios dio la Profecía Bíblica

Por Dr. Nathan E. Jones

¿Sabía que, en un enorme 31% de la Biblia, Dios revela cómo se desarrollarán los acontecimientos antes de que sucedan? ¡Nuestro Padre Celestial desea que Sus hijos sepan lo que les depara el futuro!

Nathan Jones y Todd Hampson (del podcast Prophecy Pros) han compilado una lista de las siguientes razones por las que creen que existe la profecía bíblica. Puede encontrar más información que acompaña a cada uno de estos 10 puntos en el artículo completo publicado en nuestro sitio web.

1. Muestra que Dios dice la verdad.

2. Prueba que la Biblia es la Palabra de Dios. 

3. Muestra que Dios tiene el control. 

4. Demuestra el amor de Dios. 

5. Describe el plan de Dios. 

6. Demuestra el poder de Dios. 

7. Prueba que Dios es digno. 

8. Promete que el mal será castigado. 

9. Nos prepara para estar bien con Él.

10. Nos da esperanza.

Artículos condensados como éste se comparten con los seguidores del Ministerio Cordero y León cada semana, a través de nuestro boletín electrónico en línea (en inglés). Si desea suscribirse para recibir artículos gratuitos, oportunos y perspicaces que comparten el Evangelio y el mensaje del pronto regreso de Jesús, visite ChristinProphecy.org

En febrero y marzo, nuestro programa de televisión Cristo en la Profecía se centra en el libro de Daniel. Presentamos el libro de Todd Hampson, The Non-Prophets Guide to the Book of Daniel (disponible en inglés). Es una lectura amena y esclarecedora. Visite nuestro sitio web o llame a nuestro ministerio para solicitar una copia. 

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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

La Primacía de la Profecía (Parte 2 de 2)


Dios del Espacio y el Tiempo

Aunque estamos confinados al tiempo y limitados en nuestro conocimiento, Dios no lo está. Él es el Dios del espacio y del tiempo — una verdad claramente demostrada incluso en el primer milagro de Jesús.

Ante la crisis única y personal de la escasez de vino en Caná, la mamá judía de Jesús lo animó a ayudar al anfitrión de la boda. Reacio a revelar Su poder, porque aún no había llegado Su hora, Jesús honró la petición de su madre (Juan 2:1-11). Sin fanfarria y sin esfuerzo o intervención personal, milagrosamente transformó el agua en vino.

Este comienzo relativamente mundano de Sus señales y milagros estableció Su poder sobre el universo material (porque el agua no se transforma naturalmente en vino), el tiempo (porque la conversión del jugo de uva en vino no es instantánea) y el espacio (porque Él sabía que el vino estaba listo sin interactuar físicamente con las tinajas).

Después de Su resurrección, Jesús tenía un cuerpo físico y podía comer y tener comunión con Sus discípulos (Lucas 24:38-43). Sin embargo, también demostró Su capacidad para pasar a través de puertas cerradas (Juan 20:19 y 26), desaparecer en un instante (Lucas 24:31) y ascender a los cielos y desaparecer de la vista (Hechos 1:9). Tal vez disfrutemos de estas mismas habilidades en nuestros cuerpos glorificados.

Debido a que Dios existe fuera del espacio y el tiempo, Él puede mirar hacia abajo en nuestro universo y en el tiempo tal como lo conocemos sin restricciones. Y, aunque Él eligió entrar en el mundo en forma humana en un momento señalado en el tiempo humano, Él también puede ver de eternidad en eternidad. Eso le da una perspectiva única.

La Visión del Ojo de Dios

El desafío de prever el futuro ha intrigado a la humanidad a lo largo de la historia. Pero sólo somos capaces de experimentar el tiempo de una manera lineal. Tenemos algún recuerdo del pasado, pero no tenemos conciencia del futuro.

Viajar por la autopista presenta una analogía adecuada. Podemos mirar por el espejo retrovisor y ver una distancia limitada detrás de nosotros. Si el tiempo está despejado, podemos ver una distancia limitada por delante. Pero, a menos que tengamos una aplicación moderna en nuestro automóvil o en nuestro teléfono, no tenemos forma de saber qué nos espera más allá del próximo giro. Inevitablemente, nos sorprendemos cuando llegamos a una colina y nos encontramos en un atasco de tráfico de kilómetros de largo.

Pero, como piloto, puedo volar por encima de la tierra y ver muchos kilómetros por delante de los conductores justo debajo de mí. De hecho, desde 30-40,000 pies, puedo ver más de cien millas en todas las direcciones. Sé lo que les espera a los conductores inconscientes en la próxima curva y una hora por delante. Los pilotos llaman a esto una “visión del ojo de Dios”, no por falta de respeto, sino porque reconocen que la perspectiva de Dios está mucho más allá de la de los humanos confinados a la tierra.

La capacidad de Dios para ver mucho más allá de los horizontes de nuestro tiempo es muy parecida. Sin estar limitado por nuestra línea de tiempo lineal, Él ve detrás y delante de nosotros con la misma claridad. Desde su infinita perspectiva, el principio y el fin son tan claros como el aquí y el ahora. Es por eso que Él puede proclamar: “Yo soy Dios, y no hay otro. Yo soy Dios, y no hay nadie semejante a mí. “Yo anuncio lo porvenir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no ha sido hecho. Digo: Mi plan se realizará, y haré todo lo que quiero” (Isaías 46:9-10).

El Propósito de la Profecía

Hice la afirmación de que la profecía bíblica tiene la intención de ofrecer una advertencia, instrucción, expectativa o exhortación divina, pero que, en todos los casos. el profeta y la profecía señalan y glorifican a Dios. El “consiervo” que Juan encontró en su visión del cielo explicó que “el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía” (Ap. 19:10). Pedro nos recuerda que “porque jamás fue traída la profecía por voluntad humana; al contrario, los hombres hablaron de parte de Dios siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). Así que, de nuevo, las profecías son reveladas por Dios, al pueblo de Dios, y para el propósito de Dios.

A medida que somos testigos de la disolución de nuestra sociedad y de la convergencia de señales que apuntan a los Tiempos del Fin, el valor de la profecía bíblica se demuestra día tras día. Satanás todavía está susurrando: “¿Realmente dijo Dios?”. Los burladores todavía se burlan: “¿Dónde está la promesa de Su venida?”. Ciertamente, en este mundo, nuestros problemas se multiplican.

Todo lo que el Señor nos ha revelado se adhiere a la revelación que Jesús compartió con sus discípulos: “Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!” (Juan 16:33). La tribulación o aflicción que tenemos en el mundo es externa, mientras que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, [guarda nuestros] corazones y mentes en Cristo Jesús (Filipenses 4:7).

La profecía bíblica me asegura que Dios tiene el control, que Él hace que todas las cosas cooperen para Su gloria y mi bien (Ro. 8:28), y que Jesús me rescatará de la ira venidera (1 Tes. 1:10).

¿Qué Harás con la Palabra Profética de Dios?

Pilato hizo una pregunta retórica a la muchedumbre reunida alrededor de su palacio en Jerusalén: “¿Qué haré con Jesús, llamado el Cristo?” (Mateo 27:22). Su respuesta demostró la dureza de su corazón y su rechazo al Señor: “¡Crucifícalo!”.

Hoy en día, la Palabra de Dios presenta un desafío para todos los que afirman seguirlo. ¿Qué harás con la Palabra profética que Él ha revelado para tu instrucción, exhortación y Su gloria? ¿La creerás, la estudiarás y la obedecerás? ¿O la desestimarás, la descartarás y la ignorarás?

La elección es tuya, pero la bendición es sólo para aquellos que “la leen y la guardan”, como se describe en Apocalipsis 1:3 y 22:7.

Lea la parte 1 aquí

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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 24 de abril de 2024

La Primacía de la Profecía (Parte 1 de 2)

Editor Ejecutivo
Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León

¿Pueden sus ídolos presentar tales obras? ¡Que vengan y muestren lo que pueden hacer! dice Dios, el Rey de Israel. Que procuren decirnos qué ocurrió en el pasado lejano o qué guarda el futuro. ¡Sí, a la prueba! ¡Si son dioses, dígannos lo que va a ocurrir en el porvenir, o realicen algún milagro que nos deje atónitos, estupefactos! ¡Pero no! ¡Son menos que nada y nada pueden hacer!” (Isaías 41:21-24; Nueva Biblia Viva).

Omnisciente. Omnipotente. Audaz.

Esas palabras describen la capacidad y la determinación de Dios para proclamar de antemano Sus planes para la humanidad. Su disposición a arriesgarse al predecir lo que sucederá en el futuro es exclusiva del Dios vivo y verdadero. Ningún otro supuesto dios hace predicciones declarativas — y por buenas razones.

La profecía no sólo es una característica única de la Biblia, sino también un aspecto que valida todo lo que contiene. Pero tal vez deberíamos dar un paso atrás y definir estos términos.

Proclamación y Predicción

La profecía bíblica puede definirse como la proclamación de la verdad o la predicción de lo que está por venir. Las profecías son reveladas por Dios a través de un profeta humano como advertencias, instrucciones, expectativas o exhortaciones divinas. Siempre, el profeta y la profecía señalan y glorifican a Dios.

La profecía que predice eventos futuros (ya sea que ya se hayan realizado o que aún no se hayan cumplido) constituye entre el 28 y el 32% de la Biblia. Incluso esa variación se basa en si se cuentan versículos, capítulos o libros. Pero es evidente. para cualquiera que lea el texto. que una porción considerable de las Escrituras se refiere a personas, circunstancias y eventos mucho antes de su aparición en la historia humana.

Durante los últimos dos años, he enfatizado que toda la Palabra de Dios es profética si se incluye la porción que dice la verdad. De principio a fin, la Biblia afirma revelar la verdad de Dios. Aunque no hubo un testigo ocular humano de la Creación, Génesis establece una secuencia precisa de eventos “en el principio”. Cada declaración hecha por Dios — ya sea atribuida a Él como una cita directa o registrada por los autores de las Escrituras según el Espíritu Santo los inspiró — contiene la Verdad que Él quiere que Sus criaturas comprendan.

Algunos profetas se especializaron en decir la verdad. Cuando el profeta Natán se acercó al rey David y le describió la codiciosa ofensa de un hombre rico, David se indignó con razón. Pero el profeta no tardó en dar el ultimátum de Dios sobre el grave pecado de David: “¡Tú eres ese hombre!” (2 Samuel 12:7). Esa verdad anunciada hirió a David hasta lo más profundo, e inmediatamente reconoció su pecado. Tristemente, la única verdad predicha en ese encuentro fue la predicción de Natán de que el hijo de David y Betsabé moriría.

La frase, “Así dice el Señor”, se encuentra más de 1,900 veces en la Biblia. Es como si Dios quisiera dejar muy claro que Él es el autor de las Escrituras. Es por eso que llamamos a la Biblia la Palabra de Dios.

También es la razón por la que Satanás ha estado decidido a socavar la credibilidad de Dios ante los ojos de las criaturas hechas a Su imagen desde el principio.

¿Dios Realmente Dijo?

Cuando Dios creó los cielos y la tierra y colocó al hombre y a la mujer en la tierra para someterla y gobernarla (Génesis 1:28), hizo una sola estipulación: no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Mucho antes de que existieran los Diez Mandamientos, sólo había un límite que el hombre debía observar.

Las Escrituras no nos dicen cuánto tiempo Adán y Eva disfrutaron de la buena tierra mientras cultivaban y guardaban el Jardín del Edén. Pero Génesis 3 registra que en poco tiempo, Satanás vino en forma de serpiente para cuestionar la clara directiva de Dios. Primero preguntó: “¿De veras Dios les ha dicho: No coman de ningún árbol del jardín? Al confundir deliberadamente la instrucción de Dios, Satanás tenía la intención de sembrar sutilmente la duda y sugerir que la prohibición de Dios era demasiado extrema.


"La Historia de Satanás" (Haga clic sobre la imagen para ir a la sección de descarga)

Cuando Eva respondió con su propia interpretación errónea del mandato de Dios, Satanás contradijo directamente a Dios al declarar: “¡No morirán!”.

Jesús dijo del diablo: “Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44). En el siglo XXI después de Cristo, podemos dar fe de los milenios de mentiras perpetradas por el diablo y un sinnúmero de personas desventuradas engañadas para que no creyeran en Dios.

Tristemente, hoy en día hay muchos que afirman seguir a Cristo, pero niegan la realidad de la profecía bíblica, o al menos minimizan su relevancia y poder. O, por ignorancia deliberada, simplemente descartan por completo la profecía bíblica. Con respecto a la Palabra profética de Dios, si Satanás preguntara: “¿Realmente dijo Dios?”, esencialmente responderían: “No lo sé, y realmente no me importa”.

Otros que sí conocen la Palabra profética de Dios se han convertido en burladores. Cumpliendo la profecía de Pedro, ahora son burladores que dicen: “¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo permanece como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:3-4). Pedro dijo que los días postreros estarían marcados por este tipo de burlas. Tristemente, estaba hablando de los burladores que saben del regreso prometido de Jesús y de Su relato de la creación, en otras palabras, de los que profesan ser cristianos.

Palabras para Informar, Inspirar y Exhortar

Puede sonar duro describir la actitud de los que ignoran o minimizan tan cruelmente la profecía bíblica. Pero imagínese si su cónyuge le escribiera una carta y se propusiera contarle sus pensamientos más profundos y sus planes de mayor alcance. ¿Quién en su sano juicio se diría a sí mismo: “Leeré las partes de su carta que describen el clima y su actividad diaria, pero no tengo ningún interés en sus planes para el futuro”?

¿Por qué Dios se revela a Sí mismo y a sus planes a nosotros, Sus criaturas? Porque Él quiere que sepamos lo que Él escoge revelar. Amós escribió: “Ciertamente, nada hará el SEÑOR Dios sin revelar su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7). Eso no quiere decir que Dios nos diga todo lo que sólo Su mente infinita puede saber o comprender.

Moisés habló con verdad cuando dijo: ““Las cosas secretas pertenecen al SEÑOR nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre...” (Dt. 29:29). Para algunos, esa revelación selectiva es desagradable y los deja sin ganas de creer en Dios. Me he dado cuenta de que es la gran bondad de Dios la que le impide revelarnos muchas cosas.

Por un lado, nuestras mentes limitadas no podrían contener o comprender la mente de Dios. Por otro lado, demasiado conocimiento resultaría destructivo para nosotros, tal como lo fue para Adán y Eva. Y, finalmente, como sabe cualquiera que haya estado expuesto a cualquier información ultrasecreta, cierta información sólo debe compartirse cuando sea “necesario”.

Dios ha revelado lo que Él quiere que sepamos (y lo que necesitamos saber) para informarnos, inspirarnos y exhortarnos. Pero Él no está obligado ni inclinado a revelar más de lo que podemos comprender. Jueces 13 ofrece un maravilloso ejemplo de esto. El ángel del Señor se apareció a Manoa y a su esposa para profetizar que tendrían un hijo. En un gran presagio mesiánico, la única respuesta del ángel a una pregunta acerca de su identidad fue: “Yo soy” (Jueces 13:11). Cuando se le presionó para que le diera su nombre real, el ángel respondió: “¿Por qué preguntas por mi nombre? Es Admirable” (Jueces 13:18).

Más tarde, Manoa se dio cuenta de que durante su interacción con el ángel había “visto a Dios”. Muchos creen que el ángel era Jesús en forma pre-encarnada. Se negó a revelar su nombre a Manoa y a su esposa porque aún no era el momento de hacerlo.

Por lo tanto, aunque podemos impacientarnos por saber lo que aún no se ha revelado, debemos regocijarnos de que muchas cosas ya se han revelado para nosotros. Por ejemplo, podemos llamar a Jesús por Su nombre y alabarlo por Su obra de salvación terminada. Pedro escribió: “Acerca de esta salvación han inquirido e investigado diligentemente los profetas que profetizaron de la gracia que fue destinada para ustedes. Ellos escudriñaban para ver qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, quien predijo las aflicciones que habían de venir a Cristo y las glorias después de ellas” (1 Pedro 1:10-11).

Tenemos la bendición y la ventaja de la retrospectiva, mientras que ellos miraban hacia adelante como a través de un espejo, vagamente. Y, sin embargo, incluso ahora sabemos en parte, y vivimos anticipando el cumplimiento de “la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado” (1 Pedro 1:13).

Lea la parte 2 aquí

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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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sábado, 3 de febrero de 2024

Libro: Islam y Cristianismo – Capítulo 6 (parte 3 de 3)

El Jesús Islámico de los Tiempos del Fin

Por Dr. David R. Reagan

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice 

El Jesús de las Profecías Islámicas del Tiempo del Fin

En marcado contraste con la descripción que hace la Biblia de Jesús como el foco divino y la esperanza de los tiempos del fin, las profecías islámicas lo presentan como un simple ser humano de importancia secundaria.

Los tiempos del fin islámicos no comienzan con el regreso de Jesús, sino con la aparición repentina de un mesías islámico llamado Mahdi, que es descendiente de Mahoma. Rápidamente forma un reino mundial, pero es desafiado casi de inmediato por un falso mesías malvado llamado Dajjal. Esta figura se ha convertido en un objeto del folclore islámico y, por lo tanto, hay muchos conceptos diferentes de él.

En general, el consenso parece ser que será un judío con un solo ojo, que primero afirmará ser un profeta y luego afirmará ser dios. Algunos eruditos islámicos afirman que tendrá la palabra “infiel” escrita en su frente. Engañará a muchos con milagros. Reunirá un ejército compuesto principalmente por judíos y conquistará el mundo, excepto La Meca y Medina.

Su reinado durará 40 días, durante un tiempo en el que un día será como un año. Siempre se le caracteriza como una persona engañosa que reinará con gran crueldad.

Su reinado llegará a un final repentino con el regreso de Jesús, quien ayudará al Mahdi a matarlo cerca de la moderna ciudad de Lod, ubicada cerca de Tel Aviv. El hecho de que este Jesús no es el Jesús de la Biblia es revelado por las profecías islámicas que indican que, cuando Jesús mate al Dajjal, ¡también masacrará al pueblo judío!

En este punto, se produce la Guerra de Gog y Magog, y una vez más, Jesús ayuda al Mahdi a derrotar a las fuerzas enemigas. Jesús y el Mahdi conquistan el mundo y establecen un califato islámico.

El Mahdi desaparece de la escena y Jesús comienza su reinado. Proclamará que el islam es la religión verdadera, y todos los cristianos se convertirán. Romperá todas las cruces y exterminará a todos los cerdos. Su reinado durará 40 años. Veintiún años después de su reinado, se casará y engendrará hijos. Diecinueve años después morirá. Será enterrado en Medina, junto a Mahoma, donde esperará el Día de la Resurrección.

Conclusión

Como se puede ver fácilmente, el Jesús del islam es un simple hombre que es cualquier cosa menos el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. El Jesús de la Biblia es el verdadero Jesús, que fue enviado a este mundo por Yahvé para morir por los pecados de la Humanidad y que regresará en gloria y majestad para reinar por mil años sobre todo el mundo desde el Monte Sion en Jerusalén.

Consideremos por un momento las fuentes de estas dos imágenes. Una proviene de la Biblia, que ha sido autenticada como la Palabra del único Dios verdadero, Yahvé. Cuando digo autenticada, me refiero principalmente al cumplimiento de la profecía. Mientras que la Biblia contiene cientos de profecías muy específicas que ya se han cumplido, el Corán no tiene ninguna.

En agudo contraste con las profecías cumplidas de la Biblia, las profecías del islam del tiempo del fin acerca del falso Jesús de los musulmanes, están tomadas de las divagaciones incoherentes de Mahoma.

El islam es una — iba a decir una religión — violenta, pero no es una religión. Es un sistema político. Es un sistema político violento empeñado en derrocar a los gobiernos del mundo y dominar el mundo. Ése es el objetivo final”. — Pat Robertson, portavoz de la iglesia evangélica estadounidense.
(www.brainyquote.com)

Para hablar específicamente de nuestro problema con el mundo musulmán, estamos serpenteando hacia un auténtico choque de civilizaciones, y nos estamos engañando a nosotros mismos con eufemismos. Estamos hablando de que el islam es una religión de paz que ha sido secuestrada por extremistas. Si alguna vez hubo una religión que no sea una religión de paz, esa el islam”. — Sam Harris, filósofo estadounidense contemporáneo.
(www.clarionledger.com)

No creemos en múltiples repúblicas islámicas; sin embargo, creemos en un mundo islámico único gobernado por un gobierno central”. — Líder de Hezbolá, jeque Hassan Nasrallah.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 31 de enero de 2024

Libro: Islam y Cristianismo – Capítulo 6 (parte 2 de 3)

El Jesús Islámico de los Tiempos del Fin

Por Dr. David R. Reagan

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Las Señales Mayores

Las señales principales que apuntan a “la Hora” son todas eventos críticos que forman parte de la secuencia de eventos del tiempo del fin, comenzando con la aparición del Mahdi. Las señales mayores más importantes se enumeran a continuación. Una vez más, los eruditos musulmanes generalmente no tratan de presentar un orden cronológico estricto de lo que finalmente va a suceder, pero el orden que se presenta a continuación es representativo:

1) La Aparición del Mahdi, el mesías islámico, que rápidamente creará un reino de justicia y rectitud.

2) La aparición de un Falso Mesías, llamado Dajjal, que se opondrá al Mahdi.

3) El Regreso de Jesús, quien ayudará al Mahdi a vencer al Dajjal.

4) La Invasión de Gog y Magog, con los ejércitos musulmanes siendo salvados cuando Jesús clama a Alá pidiendo ayuda.

5) El Reinado de 40 Años de Jesús.

6) Un Milagro de la Naturaleza. Una de las últimas señales antes de “la Hora” será un milagro increíble. ¡El sol saldrá por el Oeste!

7) Un Gran Incendio Mundial, que llevará a la humanidad al lugar de reunión final en el Medio Oriente, antes del Día de la Resurrección.

8) Las Tres Trompetas que se tocarán para señalar que ha llegado el día de la resurrección.

9) “La Hora” o el Día de la Resurrección, cuando los salvos y los no salvos resucitarán al mismo tiempo.

10) El Día del Juicio, que será un intervalo después de la resurrección antes de que se lleve a cabo el juicio. Será una época de sufrimiento físico y psicológico insoportable. No se da ninguna razón para este período de sufrimiento. Para los paganos, es una continuación de su sufrimiento en la tumba. Para los creyentes, parece tener algún propósito purgatorio.

11) El Día del Juicio Final, momento en el que Alá desciende del Cielo para juzgar a toda la humanidad. Las personas serán juzgadas según su recepción del mensaje de Mahoma y su conducta ética.

12) Cruzando el Puente. Después del juicio, cada persona debe cruzar un puente que cruza el golfo del infierno. Los que sean condenados caerán del puente al infierno.

13) La Intercesión. Mahoma comenzará a interceder ante Alá para permitir a los fieles entrar en el Paraíso. También intercederá en favor de aquellos que han sido condenados al infierno, pidiendo a Alá que muestre misericordia a cualquier persona que tenga un ápice de fe en su corazón.

14) El Paraíso es un ambiente perfecto donde todos los deseos son concedidos y cumplidos. Los deseos sexuales que estaban estrictamente limitados en la tierra se desatan en el Paraíso. Gran parte de las imágenes islámicas sobre el Paraíso están tomadas del zoroastrismo.

15) El Infierno es un lugar de castigo eterno, incluido el tormento de los demonios.

Sunitas vs Chiítas

El bosquejo profético producido anteriormente es el que sostienen los musulmanes suníes. La mayoría de los musulmanes en el mundo son suníes. Su herencia se remonta a Mahoma.

Alrededor del diez por ciento de los musulmanes son chiítas. Se encuentran principalmente en Irak, Irán y Líbano. Irán es la única nación con mayoría chiíta. La división ocurrió en el siglo X sobre la naturaleza del liderazgo teocrático del islam. Los chiítas creen que el líder del islam debería ser descendiente del profeta Mahoma. Los suníes dicen que los líderes deben ser elegidos por consenso. Los chiítas creen en el libre albedrío, mientras que los suníes se adhieren al concepto de predestinación. Los chiítas exaltan a sus imanes (líderes espirituales) como maestros inspirados que tienen la autoridad para interpretar la ley islámica. Para los suníes, la interpretación de la ley islámica ha estado teóricamente cerrada desde el siglo X.

Con respecto a la escatología, la principal diferencia entre los dos grupos se centra en el individuo mesiánico llamado el Mahdi. Este individuo es la encarnación del ferviente anhelo y esperanza de los chiítas que han sido oprimidos y perseguidos a lo largo de la historia islámica.

No hay ninguna referencia directa al Mahdi en el Corán. Sin embargo, los chiítas argumentan que se infiere. En el esquema chiíta de los eventos del tiempo del fin, el Mahdi juega un papel más importante. Él toma el lugar de Jesús como el que derrotará al Dajjal y creará un reino que llenará la tierra de bondad y justicia. Él es el que ha sido destinado desde la eternidad a salvar al mundo de las fuerzas de la maldad. Por lo tanto, en la escatología chiíta, Jesús se limita a simplemente ayudar al Mahdi. La misión principal de Jesús es propagar el islam entre cristianos y judíos.

El Jesús de las Profecías Bíblicas del Tiempo del Fin

Echemos un vistazo detallado ahora al papel de Jesús en la profecía del tiempo del fin, comparando lo que se dice sobre Él en el Hadiz y en la Biblia. Al hacerlo, creo que verán claramente que el Jesús de la profecía islámica del tiempo del fin no es el Jesús de la Biblia. Primero echaremos un vistazo a lo que dice la Biblia y luego lo compararemos con lo que se encuentra en las profecías del Hadiz.

La Palabra de Yahvé presenta a Su Hijo, Jesús, como el foco y la esperanza de la profecía del tiempo del fin. De acuerdo con la Biblia, la secuencia de eventos del tiempo del fin comenzará cuando Jesús aparezca en los cielos por Su Iglesia antes de que los siete años de la ira de Dios se derramen sobre el mundo, en lo que la Biblia llama "La Gran Tribulación" (Ap. 2:22 y 7:14). Este arrebatamiento de la Iglesia de este mundo por parte de Jesús se llama “El Rapto”, y se describe en detalle en 1 Tes. 4:13-18.

Después del Rapto, Jesús lleva a cabo un juicio de los miembros de Su Iglesia en el Cielo — juzgándolos por sus obras para determinar sus grados de recompensa (2 Corintios 5:10). Al mismo tiempo, Él supervisa el derramamiento de la ira de Dios sobre el mundo, en la serie de juicios que constituyen la Gran Tribulación (Ap. 6:16).

Cerca del final de la Tribulación, Jesús celebrará Su unión con Su Iglesia en la fiesta más grande que el cosmos haya experimentado (Ap. 19:7-9). Cuando termine esa celebración, Jesús regresará a la tierra con sus santos de la Era de la Iglesia, poniendo fin a la tribulación (Ap. 19:11-14). Descenderá al Monte de los Olivos, al lugar desde donde ascendió al Cielo (Hechos 1:9-11 y Zacarías 14:1-9).

Jesús hablará una palabra sobrenatural y el Anticristo y todas sus fuerzas serán destruidas instantáneamente (Zacarías 14:12-13). Luego resucitará a los mártires de la Tribulación y a los santos del Antiguo Testamento, proveyéndoles de cuerpos glorificados, tal como lo hizo con Sus santos de la Era de la Iglesia en el momento del Rapto (Daniel 12:1). A todos aquellos convertidos durante la Tribulación y que vivan hasta el final de la misma se les permitirá entrar en carne y hueso a Su reino para repoblar el planeta.

Luego, Jesús celebrará el lanzamiento de Su reinado terrenal con otra fiesta gloriosa — a la que todos Sus santos glorificados serán invitados a asistir. Este “banquete de Sion” se describe en Isaías 25:6-8.

Jesús lanzará su reinado de mil años (Ap. 20:2-7). Él gobernará el mundo como Rey de reyes y Señor de señores desde Jerusalén, y Sus santos glorificados serán esparcidos por todo el mundo para reinar con Él sobre aquellos en sus cuerpos físicos que lo aceptaron como su Salvador durante la Tribulación y vivieron hasta el final de ese horrible período.

Su reinado traerá paz, rectitud y justicia a todo el mundo. Y “la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14). “Martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra” (Miqueas 4:3). El reino animal será transformado para vivir en paz consigo mismo y con la Humanidad (Isaías 11:6-9). Toda la tierra se caracterizará por la santidad (Zacarías 14:20-21).

Al final de Su Reinado Milenial, Jesús resucitará a todos aquellos que alguna vez vivieron y murieron fuera de una relación de fe con Yahvé. Él los juzgará por sus obras, y puesto que nadie puede ser justificado por sus obras, todos los que aparezcan en este “Juicio del Gran Trono Blanco” serán enviados al lago de fuego (Ap. 20:11-15).

Jesús entonces transportará a todos Sus santos de esta tierra a la Nueva Jerusalén que Él ha preparado para ellos. Él sobrecalentará la tierra para quemar toda su contaminación pecaminosa y, de ese infierno ardiente, surgirán nuevos cielos y una nueva tierra, devueltos a su perfección original (2 Pedro 3:10-13). Luego bajará a Sus santos a la nueva tierra en la Nueva Jerusalén, donde vivirán en Su presencia y en la presencia de Su Padre para siempre (Ap. 21:1-7 y 22:1-5).

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 3 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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