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viernes, 14 de noviembre de 2025

Folleto: Israel – Su Historia

Entrevista de Tim Moore con Vivian Summey y Wendy Howard


Cualquier enfoque en la profecía bíblica hoy estaría incompleto sin reconocer la señal más grande de todas: Israel. El Ministerio Cordero y León ha enfatizado las promesas proféticas de Dios—y su cumplimiento oportuno—durante los últimos 45 años. En pocas palabras, Israel está en el centro de la historia de la profecía bíblica, porque Israel es un actor clave en Su Historia.

Justo antes de nuestra Conferencia anual en 2025, el Ministerio Cordero y León publicó Israel—Su Historia. Escrito por Wendy Howard y Vivian Summey, recorre profecía tras profecía destacando el llamado misericordioso de Dios a los descendientes elegidos de Abraham, Isaac y Jacob.

Como ramas injertadas en la Vid Verdadera, Wendy y Vivian buscan bendecir lo que Pablo llama las ramas naturales (Ro. 11:17-24), con la esperanza de que ellas también sean injertadas de nuevo en la Raíz que da vida. Aquí están sus respuestas a las preguntas que les planteé sobre Israel—Su Historia:

Me intrigó su propuesta de elaborar un folleto que entrelace versículo tras versículo para demostrar el amor profundo y constante de Dios por Israel—la Tierra, la Nación y el Pueblo. ¿Cuándo llegaron a comprender la importancia central de Israel en la historia en desarrollo de Dios?

RESPUESTA: El amor de Vivian por Israel comenzó hace más de 40 años y yo (Wendy) fui atraída a amar a Israel a través de nuestra amistad de más de 20 años. 

Ambas hemos estado leyendo, estudiando y enseñando la Palabra de Dios como inspirada, infalible y respirada por Dios. De principio a fin, la Biblia es la historia de Dios sobre Su pueblo, Israel, a través del cual el Salvador, Jesucristo, vendría a redimir al mundo. Hacer una peregrinación a Israel profundizó nuestro amor por el pueblo y la tierra, así como por lo que dice la Palabra de Dios sobre Sus pactos eternos con Israel, los cuales se pueden encontrar en nuestro libro en el capítulo 2, “El propósito de Dios para el pueblo judío”.

Cada edición de la revista Farolero presenta el desafío de abordar un tema profético dentro de un número limitado de páginas. ¿Cómo decidieron los pasajes que utilizarían para compartir Su Historia?

RESPUESTA: En octubre de 2024, vimos una serie de tres partes de la década de 1960 sobre Israel por Derek Prince, un pastor británico. Él presentó una gran cantidad de Escrituras en apoyo a Israel, y el Espíritu Santo simplemente habló y básicamente dijo: “Todo está en Mi Palabra”. Mientras comenzábamos a clasificar estas Escrituras, el Espíritu Santo nos mostró categorías y versículos adicionales para incluir. No es una compilación exhaustiva, sino una selección de Escrituras para demostrar que Dios tiene un plan ETERNO para el pueblo judío y la Tierra a través de Sus pactos incondicionales con ellos. No conocíamos ningún otro recurso que usara sólo la Palabra de Dios para contar la historia—Su Historia—de Israel. ¿Quién puede discutir lo que Su Palabra dice, especialmente en esta época, dado que las mentiras y las doctrinas demoníacas sobre Israel son demasiado frecuentes, especialmente en la iglesia?

Wendy, tu corazón por el Señor fue evidente cuando estábamos en Israel juntos en una peregrinación y compartiste un testimonio en Magdala (la ciudad a orillas del Mar de Galilea de donde era María Magdalena). ¿Qué le dirías a aquellos que afirman erróneamente que el cristianismo minimiza a las mujeres?

RESPUESTA: Todo lo que tienes que hacer es enfocarte en lo que Jesús hizo en Su ministerio. Él elevó y honró a las mujeres en todas partes a donde iba. Mujeres como María Magdalena fueron una parte muy importante de Su ministerio y otras, como Juana, apoyaron financieramente Su ministerio. Además, Jesús se apareció primero a María Magdalena después de la Resurrección, una mujer que, en esa cultura, ni siquiera era considerada una testigo creíble. Las denominaciones, iglesias individuales y personas pueden minimizar a las mujeres y sus roles en el ministerio, ¡pero Jesús ciertamente no lo hizo! Y Él siempre debe ser nuestro modelo a seguir.

Pues si tú fuiste cortado del olivo silvestre y, contra la naturaleza, fuiste injertado en el buen olivo, ¡cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo! Ro. 11:24

Vivian, Wendy te ha mencionado como mentora y amiga, y como alguien que profundizó su aprecio por la Palabra profética de Dios. ¿Cómo llegaste a seguir a Cristo siendo líder de un estudio bíblico y ahora como autora publicada?

RESPUESTA: Desde que nací de nuevo en Cristo en 1972, me ha apasionado la Palabra de Dios. Desde muy joven, fui bendecida al tener pastores, maestros bíblicos y programas de radio que enseñaban la verdad de la Palabra de Dios acerca de Israel, incluyendo a David Reagan en el programa de radio de Cordero y León en los años 80, y a Pat Robertson en el programa Club 700 de CBN. Enseñé a mis cuatro hijos a amar a Israel durante la educación en casa, y dos de mis hijos más tarde sirvieron en Israel como voluntarios con un ministerio cristiano. Wendy y yo creemos que Dios realmente nos habló para escribir este libro únicamente con las Escrituras, con el fin de convencer a aquellos que no han sido enseñados a conocer el corazón y el plan de Dios para Israel o que han sido enseñados incorrectamente (Teología del Reemplazo), a negar el corazón y la verdad de Dios sobre Israel.

El título de su libro captura su tema. ¿Por qué creen que Dios eligió a este grupo de personas en específico para llamarlo Suyo y designarlo como “la niña de Mis ojos” (Dt. 32:10 y Zac. 2:8)?

RESPUESTA: Dt. 7:5-8a dice: “Porque tú eres pueblo santo para el Señor tu Dios; el Señor tu Dios te ha escogido para ser pueblo Suyo de entre todos los pueblos que están sobre la superficie de la tierra. El Señor no puso Su amor en ustedes ni los escogió por ser ustedes más numerosos que otro pueblo, pues eran el más pequeño de todos los pueblos; mas porque el Señor los amó y guardó el juramento que hizo a sus padres...”. ¡Eso lo explica todo! ¿No es típico del Señor usar lo necio y débil de este mundo para confundir a los sabios y fuertes, como dice en 1 Corintios 1:27? El patrón de Dios a lo largo de la historia ha sido usar a los menos esperados, a los humildes y a los débiles. ¡Israel es ciertamente la niña de los ojos de Dios! Reiteramos esta poderosa verdad en nuestro libro en el capítulo 3, “La elección y preservación del pueblo judío por Dios”.

Más bien, Dios ha elegido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo Dios ha elegido para avergonzar a lo fuerte. 1 Co. 1:27

En los últimos dos años, hemos sido testigos de un desbordamiento de animosidad hacia Israel—comenzando con el atroz ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, pero que se ha convertido en un antisemitismo absoluto en los campus universitarios estadounidenses y en una lluvia de misiles balísticos disparados desde Irán. ¿Qué hay detrás de este desbordamiento de odio?

RESPUESTA: Como estudiantes de la Palabra de Dios, todos sabemos que la raíz de todo este odio es el propio Satanás. Comenzó en Génesis 3:15, cuando Dios anunció que pondría enemistad entre Satanás y su simiente y la mujer (Eva) y su Simiente (la humanidad y, en última instancia, el Mesías).

A lo largo de la historia, el odio de Satanás hacia los judíos, el instrumento elegido por Dios para llevar al Mesías y al Evangelio a un mundo agonizante, nunca ha cesado. Lo que comenzó en el Jardín continuó a través del Faraón, Amalec, Amán, Herodes, el Holocausto, Hamás, Hezbolá y los hutíes— todos fervientes enemigos del pueblo judío. ¡Alguien debería hacer un estudio de por qué tantos de ellos comienzan con la letra “H”! Entramos en más detalles en nuestro libro en el capítulo 8 titulado: “Persecución, Antisemitismo y Antisionismo”.

La Palabra profética de Dios nos dice que el Señor todavía tiene un plan para el pueblo judío. También ofrece Su gracia—Su favor inmerecido—a cualquiera que crea en Su Hijo, Jesucristo. ¿Qué le dirías a alguien que está luchando con Dios (como lo hizo Jacob) pero aún no se ha sometido a Él?

RESPUESTA: Luchar con Dios es una buena señal. Entendemos que quien esté luchando con Dios es porque Jesucristo lo ama, Su Espíritu Santo lo está atrayendo y su carne puede estar oponiéndose a Él momentáneamente. Repetiríamos lo que el autor de Hebreos dice dos veces en Hebreos 3: “Si escuchan hoy su voz, no endurezcan su corazón”. Entrégate a Dios. Sabemos que el Arrebatamiento de la Iglesia es inminente y nuestro deseo de compartir el Evangelio es primordial para que las personas puedan venir a Cristo y no tener que experimentar la ira de Dios durante la Tribulación de siete años.

¿A quiénes va dirigido su libro?

RESPUESTA: Inicialmente, nos sentimos impulsadas a escribir esto para los creyentes a quienes se les ha enseñado falsamente que Dios no tiene un plan para el pueblo judío o que la Iglesia ha reemplazado a Israel. Luego, el Señor nos mostró que hay muchos creyentes a quienes no se les ha enseñado nada sobre los judíos y sobre Israel. Finalmente, nos mostró que este libro también es para los judíos que no conocen a Jesús como su Mesías. ¡Oramos para que lleve a muchos a la fe en Él!


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org) 

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miércoles, 29 de octubre de 2025

Observaciones del Editor: Esperanzas y Temores

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León


Había grandes esperanzas entre los ávidos expertos en profecías de que el Rapto ocurriera en septiembre de 2025, cerca de la Fiesta de las Trompetas. No les reprocho a quienes esperan con ansias el regreso de Jesús; el Ministerio Cordero y León ha estado proclamando la inminencia de Su venida durante 45 años. Pero el hecho de que todavía estemos aquí demuestra la falacia de quienes fijan fechas.

La realidad es que, a medida que los temores se multiplican —de amenazas crecientes, de la maldad en aumento y de la oscuridad que se cierne— las esperanzas que han ido creciendo durante casi 2,000 años parecen lo suficientemente cercanas como para tocarlas. Aquellos que viven esperando que Jesús venga seguirán esperanzados hasta que suene la trompeta, el arcángel proclame y Él irrumpa desde los cielos.

En los largos años previos a Su Primer Adviento, había un creciente fervor mesiánico. Los judíos, cansados de la opresión extranjera y deseosos de ver cumplidas las promesas de Dios a Israel, estaban “esperando la redención de Jerusalén” (Lucas 2:38). Aquellos que esperaban un comandante militar o un príncipe político no percibieron la llegada del Bebé nacido en Belén.

Aún hoy, muchos claman por un cielo en la tierra mientras rechazan a Aquel que ya vino del Cielo como Emanuel—Dios con nosotros. Otros buscan un salvador que corrija los errores del mundo, pero niegan su propio pecado y se niegan a someterse a un Señor.

El regreso de Cristo es, sin duda, inminente. Las señales que apuntan a Su pronto regreso se están multiplicando y convergiendo. Su Luz atravesará la oscuridad—rescatando a aquellos que han confiado en Él y desatando la ira de Dios sobre quienes sean dejados atrás. Es ese gran tamizado el que está haciendo que las esperanzas y los temores se multipliquen por igual.

Una vez más, “las esperanzas y los temores de todos los años” se encuentran en Jesucristo—el Santo de Israel.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Hopes and Fears

miércoles, 8 de octubre de 2025

¿Cómo Llegamos Aquí y Hacia Dónde Vamos?

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León


A menudo pienso en las personas que vivieron en épocas pasadas y me pregunto qué comprendían sobre su lugar en el curso de Su historia.

Para aquellos que vivieron entre los Testamentos, significaba experimentar una hambruna de la Palabra. Y, sin embargo, había personas que seguían confiadas en que Dios recordaría Sus antiguas promesas y las cumpliría en Su buen momento.

De manera similar, siguiendo el fervor de los apóstoles y la urgencia evangelizadora de los Padres de la Iglesia, la Iglesia ha esperado casi 2,000 años por la promesa del Rapto y el posterior regreso de Jesús. A medida que los años se convirtieron en décadas, y luego en siglos, algunos cristianos comenzaron a preguntarse (y a desviarse). En lugar de preguntar: “¿Hasta cuándo, Señor?”, comenzaron a dudar, ya sea de manera activa o pasiva, de la promesa de Su venida, tal como Pedro advirtió que sucedería (2 Pedro 3:3-4).

Pero siempre ha habido un remanente fiel que permaneció entusiasmado con la promesa de Jesús y amó Su venida. Como Pablo, estaban seguros de que una corona de justicia les estaba reservada (2 Timoteo 4:8).

La Fe de los Padres

No puede haber duda de que los apóstoles esperaban que Jesús regresara. Incluso antes de Su crucifixión, muerte y resurrección, ellos preguntaban: “¿Cuál será la señal de Tu venida?” (Mateo 24:3). Ni siquiera comprendían la naturaleza de Su “partida”, pero ya sabían que Él volvería.

Estando Jesús sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a Él los discípulos en privado, y le preguntaron: Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y cuál será la señal de Tu venida y de la consumación de este siglo? (Mateo 24:3)

Los Padres de la Iglesia Primitiva compartían esa anticipación. Los más antiguos de ellos fueron discípulos de los apóstoles originales. Por ejemplo, Policarpo e Ignacio siguieron a Juan, e Ireneo fue enseñado por Policarpo. No había muchos grados de separación entre muchos líderes de la Iglesia Primitiva y los apóstoles originales. Y, aunque tuvieron que luchar contra las amenazas de herejía en la Iglesia, también compartían la expectativa de que Jesús regresaría—de manera inminente y repentina.

A lo largo de lo que llamamos la Edad Media, la fe inquebrantable se transmitió de una generación a otra, mantenida viva por el aliento del Espíritu Santo. Así como una brasa incandescente retiene el calor, esa fe fundamental estaba lista para estallar en llamas, y lo hizo con la llegada de la Reforma.

Aunque los protestantes durante la era de la Reforma fueron denunciados como herejes por atreverse a leer la Biblia por sí mismos (e incluso, de manera impactante, a traducirla a diferentes idiomas para que la gente común pudiera acceder a la Palabra de Dios), la lectura simple de lo que Dios había elegido revelar estimuló la comprensión de que la historia humana culminaría con el regreso de Jesús—primero por Su Iglesia y luego en gloria para gobernar en la Tierra durante 1,000 años.

La Iglesia Católica había asignado desde hace mucho tiempo una interpretación simbólica y amilenial. Pero a principios del siglo XVII, un jesuita llamado Luis de Alcázar ofreció un punto de vista alternativo, ahora llamado preterismo. Según de Alcázar y los defensores vocales del preterismo hasta hoy, todas las profecías sobre el regreso de Cristo se cumplieron en el año 70 d. C., cuando Jerusalén fue saqueada por los romanos. Esto hace que uno se pregunte qué estamos haciendo todavía aquí hoy y por qué la maldad sigue multiplicándose en la Tierra.

Libertad en Cristo

Como una repudiación directa de la resistencia católica a la lectura y comprensión generalizada de la Biblia, se desató una nueva ola de entendimiento cuando las personas comenzaron a leer la Palabra de Dios por sí mismas—y aceptar una comprensión sencilla de lo que Él reveló a través de la profecía.

Los hombres más destacados de la Ilustración atribuyeron casi universalmente su floreciente conocimiento a la Palabra de Dios y a su creencia de que Él se revelaba a Sí mismo y ciertos misterios para que pudieran ser comprendidos.

A lo largo de la Edad Media, los principales eruditos y los que hoy se clasifican como científicos encontraron tanto inspiración como comprensión en la Palabra de Dios. Y muchos de ellos vivían con expectación, esperando el regreso de Jesús. Por ejemplo, Isaac Newton es venerado como un gran matemático, físico y erudito, pero estaba totalmente comprometido con el estudio de la teología cristiana—incluyendo el momento de la Primera y Segunda Venida de Cristo.

Reconoció sabiamente que Dios nos dio la profecía bíblica “no para satisfacer las curiosidades de los hombres al permitirles prever [fechas y tiempos], sino para que, después de cumplirse, pudieran ser interpretadas por el acontecimiento, y Su propia Providencia… se manifestara entonces al mundo”. La humildad de Newton como científico es evidente en una declaración que es igualmente aplicable a los estudiantes de la profecía bíblica. Parafraseando al poeta contemporáneo George Herbert, escribió a un colega: “Si he visto más lejos, ha sido por estar sobre los hombros de gigantes”.

“Si he visto más lejos, ha sido por estar sobre los hombros de gigantes”. Isaac Newton

Nosotros también tenemos una ventaja sobre aquellos que nos precedieron: la retrospectiva y la libertad. Así como los cristianos fieles buscaban estudiar la Palabra de Dios y adorarlo en espíritu y verdad, muchos se sintieron atraídos por el Nuevo Mundo, donde podían ser libres de la opresión católica y de la burocracia de la iglesia estatal. Hay una razón por la cual la Primera Enmienda de la Constitución de los EE. UU. aborda la libertad religiosa. Habiendo visto el potencial de servir a Dios y al hombre cuando se tiene libertad en Cristo, los fundadores de Estados Unidos no estaban dispuestos a regresar a la esclavitud y la oscuridad.

Expectativa Profética Creciente

Para el siglo XIX, los seguidores de Cristo en ambos lados del Atlántico habían re-desarrollado un sistema bíblico de escatología. Digo “re-desarrollado” porque la anticipación de la Iglesia Primitiva del prometido regreso corporal de Jesús había sido en gran medida dejada de lado por la Iglesia oficial. Pero el Señor levantó hombres como John Nelson Darby y William Blackstone.

Darby es considerado el padre moderno del “dispensacionalismo”, la creencia de que Dios ha interactuado con la humanidad de manera diferente en distintos períodos (o dispensaciones) de la historia humana. Su interpretación sistemática y literal de la profecía bíblica también lo llevó a defender firmemente el Rapto Pre-Tribulación, que eventualmente será seguido por la gloriosa Segunda Venida de Jesús y Su reinado milenial.

John Nelson Darby

Otros hombres se basaron en esa interpretación literal de la Palabra de Dios para reconocer que las promesas de Dios al Israel hereditario todavía son “Sí, y Amén”, a diferencia de la enseñanza católica de que los judíos han sido relegados. William Blackstone, que una vez sirvió con la Cruz Roja en el cuartel general del ejército de Ulysses S. Grant, se convirtió en un destacado sionista cristiano. Su constante apoyo a la reconstitución de una nación judía en Palestina (como se llamaba la Tierra de Israel a fines del siglo XIX) sólo fue superado por su predicación constante de que Jesús arrebataría a la Iglesia antes de regresar para reinar por 1,000 años.

William Blackstone

Blackstone fue tan persuasivo que logró convencer a John D. Rockefeller, J.P. Morgan, senadores, congresistas, editores de periódicos e incluso al presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de firmar su petición en la que abogaba por que la antigua tierra de Israel le fuera devuelta al pueblo judío. Su fervor eventualmente despertó una pasión en Theodor Herzl, quien es reconocido como el fundador judío del sionismo.

El fervor de Blackstone también se transmitió a C. I. Scofield, un teólogo, pastor y escritor que en su momento había servido en el Ejército Confederado antes de cruzar las líneas de batalla de la Guerra Civil en Kentucky para jurar lealtad a la Unión. Sirviendo junto a Dwight L. Moody, quien a su vez había sido animado por Charles Spurgeon, C. I. Scofield sistematizó una versión del dispensacionalismo que incluía la expectativa de un Rapto Pretribulacional y un reinado milenario literal de Jesucristo. Esa perspectiva ganó amplia aceptación a través de su Biblia de estudio anotada.

Al igual que los discípulos que siguieron a los primeros apóstoles, estos hombres y muchos otros, que sólo Dios conoce, transmitieron una comprensión clara y que honra a Cristo de Su Palabra respecto a la promesa de Jesús de regresar. Ninguno de ellos, siendo simples hombres, era infalible en todo su entendimiento. Pero fueron fieles en aceptar la Palabra de Dios, creyendo que tanto “la fe que una vez fue entregada a los santos” (Judas 1:3) como “las cosas que nos fueron reveladas” (Deuteronomio 29:29) no sólo nos pertenecen para siempre, sino que deben ser creídas, apreciadas y compartidas.

Las cosas secretas pertenecen a Yahvé nuestro Dios, pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley. Dt. 29:29

¿Dónde Estamos en la Línea de Tiempo Profética de Dios?

He ofrecido una visión muy general de algunos de los individuos que han esperado el regreso de Jesús a lo largo de la Edad de la Iglesia. Durante casi 20 siglos, el Espíritu Santo ha asegurado que la Palabra poderosa y eficaz de Dios, incluida Su Palabra profética, no volverá vacía (Isaías 55:8-11).

Obviamente, cada iota y tilde de las Escrituras se cumplirá completa y manifiestamente, porque es la voluntad de Dios. Pero la voluntad de Dios se realizará, ya sea que nos la revele con antelación o no. Por lo tanto, debe haber una razón por la cual Dios ha elegido revelarnos Su voluntad y Sus planes para el futuro.

Mientras nos sentamos a horcajadas sobre 2025, observando cómo las Señales de los Tiempos convergen a nuestro alrededor y los acontecimientos proféticos se aceleran día tras día, debemos agradecer a Dios que tenemos el privilegio de vivir en un tiempo como éste. Los profetas de antaño y los cristianos fieles a lo largo de la Edad de la Iglesia anhelaban presenciar lo que está sucediendo ante nuestros ojos. Sin embargo, en lugar de anhelarlo, muchos seguidores profesos de Cristo bostezan. Adormecidos por la idea errónea de que "todo continúa tal como fue desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:4), se convierten en los mismos burladores de los que Pedro advirtió que surgirían en los Últimos Días.

Ya sea que te des cuenta o no, el tiempo está acelerando hacia el término que Dios ha ordenado. Todas las señales indican que podría ser muy pronto. Si Él tarda, es sólo porque no desea que nadie perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento y a la salvación en Jesucristo (2 Pedro 3:9).

El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9

De cualquier manera, nuestra misión es clara y urgente: advertir a toda persona que podamos para que huya de la ira que viene y se refugie en los amorosos brazos de nuestro Salvador. Podemos animarnos unos a otros, y aún más al ver que el día se acerca, confiados en que Aquel que nos llamó—y nos reveló Su Palabra profética—es fiel. Y Él vendrá pronto.


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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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jueves, 18 de septiembre de 2025

Observaciones del Editor: Tenemos que Salir de Este Lugar

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León


Para que no asuman que siempre pienso en los términos de letras de canciones antiguas, puedo decirles que la mayoría de las veces pienso en y hablo de las Escrituras. Pero, a veces, una letra secular captura un sentimiento que el mundo parece conocer fuera de su propia conciencia. Como una picazón que simplemente no puedes rascar, se encuentra justo debajo de la superficie de la plena conciencia. Pero, como una palabra que está en la punta de tu lengua, esa semi-conciencia apunta a una realidad espiritual mucho más importante que este mero mundo físico en el que habitamos.

En 1965, The Animals grabó una canción cuya letra era aún más profética de lo que pensaban:

Tenemos que salir de este lugar,
Aunque sea lo último que hagamos;
Tenemos que salir de este lugar,
Porque chica, hay una vida mejor
para mí y para ti.

Al ver cómo el caos en el Medio Oriente se elevaba a un punto álgido una vez más en las últimas semanas, recordé que no puedo esperar para salir de este lugar. Será lo último que los seguidores de Jesucristo harán en esta vida terrenal, y Él ciertamente tiene una vida mejor esperando a quienes han confiado en Él.

Pero, mientras nos quedamos aquí, Él también tiene obras para que las hagamos en Su nombre.

A veces nos preguntamos cómo habría sido vivir la persecución de la Iglesia primitiva o presenciar la Reforma, mientras el Evangelio se reafirmaba en una serie de “solas”. ¿Qué habríamos hecho si hubiéramos estado vivos para oponernos al Holocausto, en el territorio ocupado por los nazis o muy lejos en el Nuevo Mundo? Con la bendición de la retrospectiva, nos gusta creer que nos habríamos regocijado con el significado profético de 1948 y 1967, cuando Israel volvió a la vida y los judíos recuperaron la ciudad de Jerusalén.

De pie en la corriente de la historia, es difícil obtener una perspectiva de los eventos que se arremolinan a nuestro alrededor y pasan junto a nosotros día a día. Por eso es valioso dar un paso atrás y considerar las tendencias históricas que nos han llevado a donde estamos hoy. Se dice que aquellos que no aprenden de la historia están condenados a repetirla. Para los seguidores de Jesucristo, la bendición de la retrospectiva nos ofrece comprensión con la que nuestros antepasados solo podían soñar.

Con eso en mente, consideremos la cadena ininterrumpida de fe que nos ha sido transmitida hoy—la bendita seguridad de que la promesa de Jesús de prepararnos un lugar y regresar para reunirnos con Él nos ancla a la Palabra profética de Dios. Y esa Palabra sigue siendo fiel y verdadera.


Tim Moore

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

miércoles, 17 de septiembre de 2025

¿Por qué, oh Señor, las Señales de Tu Venida Están Convergiendo como Nunca Antes?

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León


Oh SEÑOR, ¿por qué te mantienes lejos y te escondes en los tiempos de angustia?” (Salmos 10:1)

El clamor sincero del salmista refleja una pregunta que surge en el corazón de cualquiera que anhela que Jesús venga y enderece este mundo. Mientras Él tarda, muchos compartimos la súplica de David: “¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?” (Salmos 13:1).

El mundo ha estado experimentando un aumento en el tempo y el tono de las señales proféticas que apuntan al pronto regreso de Jesús. En ese mismo sentido, quizás la pregunta no sea tanto “¿Cuánto tiempo más?”, sino más bien, “¿Por qué?”. Es decir, “Señor Jesús, ¿por qué las señales de Tu venida se están multiplicando y convergiendo como nunca antes?”- Si podemos discernir la razón, entonces entenderemos por qué Dios quiere transmitir la inminencia del Rapto y la cercanía de la Segunda Venida.

Siempre hay una Razón

Acepto con gusto dos axiomas fundamentales sobre las interacciones de Dios con el mundo, incluidos sus pronunciamientos proféticos y nuestra capacidad para reconocer cuándo se están cumpliendo:

  1. Dios siempre tiene una razón para lo que hace. 
  2. A menudo podemos (aunque no siempre) llegar a comprender Su razón.

El primer axioma se basa en nuestra confianza en la revelación de Dios sobre Su propio carácter. Él no es arbitrario ni caprichoso. No actúa por capricho, indignación impulsiva o impulso. Él es el Creador no creado, el Motor inamovible, el Juez injuzgable. Reveló Su naturaleza eterna y existencia atemporal cuando le dijo a Moisés que debía ser llamado: “YO SOY EL QUE SOY”, o en forma abreviada simplemente, “YO SOY” (Éxodo 3:14).


Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY, y añadió: Así dirás a los israelitas: “YO SOY me ha enviado a ustedes” (Éxodo 3:14).

El Señor Dios más tarde reveló Su nombre completo como:

¡SEÑOR, SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad, que conserva su misericordia por mil generaciones, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que de ninguna manera dará por inocente al culpable; que castiga la maldad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación!” (Éxodo 34:6-7).

Dios es omnipotente, omnipresente y omnisciente—todopoderoso, siempre presente y conocedor de todo. Él es la personificación inmutable de la razón, la verdad y la sabiduría. Y aun así, porque Él es Dios, hay aspectos de Su mente insondable y Su voluntad inquebrantable que están muy, muy por encima de la comprensión del hombre. Dios ha dicho: “Porque mis pensamientos no son sus pensamientos ni sus caminos son mis caminos, dice el SEÑOR. Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que sus caminos, y mis pensamientos más altos que sus pensamientos” (Isaías 55:8-9).

En los versículos que siguen inmediatamente, Dios afirmó que Su palabra cumplirá todo lo que Él desea. Como Él dijo: “Mi palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía” (Isaías 55:11).

Entonces, basándonos en la revelación de Dios sobre Sí mismo, podemos saber que tiene una razón para todo lo que dice y hace, de acuerdo con Su perfecta voluntad.

El segundo axioma fluye del primero y de la comprensión de que Dios ha elegido revelarse a Sí mismo y Su plan eterno a la humanidad: a menudo podemos comprender Su razón porque Él quiere que comprendamos. Por eso habló a través de profetas y por eso nos dio la Palabra de Dios registrada. La Palabra del Señor revelada a través de Amós lo expresó de esta manera:

A veces, la comprensión plena llega sólo con el tiempo. Incluso los discípulos de Jesús no entendieron completamente todo lo que Él había tratado de revelarles sobre Su sufrimiento y muerte hasta que fue crucificado, sepultado y resucitado. Y los profetas de antaño a veces no comprendieron plenamente todo lo que se les dijo que registraran, como lo registró Daniel: 

En cuanto a mí, Yo escuché, pero no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el final de estas cosas?” (Daniel 12:8).

La respuesta de Dios dejó claro que la comprensión sería otorgada a “aquellos que tienen entendimiento” en el Tiempo del Fin. Ciertamente, estamos mucho más cerca de ese tiempo que Daniel y, con la ventaja de la retrospectiva y el canon completo de la Escritura, podemos entender de maneras que él no podía.

Sin embargo, hay un límite definitivo a nuestra comprensión. Moisés dijo que las “cosas reveladas” pertenecerían a la humanidad (“nosotros y nuestros hijos para siempre”), pero que hay “cosas secretas que pertenecen al Señor nuestro Dios” (Dt. 29:29).

Dado que las diversas Señales de los Tiempos fueron profetizadas repetidamente y, dado que Dios enfatizó el aumento en magnitud y frecuencia que ocurriría hacia el final a medida que las señales mismas se aceleraran como dolores de parto, debe haber una razón por la cual Él quiere que discernamos la proximidad del fin.

El “Porque” que Refleja el Corazón de Dios

Podríamos suponer que Dios quiere que sepamos que el final está cerca para que podamos sentirnos alentados. Una mera señal de que la ayuda está en camino o que el rescate es inminente puede ofrecer un gran consuelo a quienes están sufriendo y se sienten cada vez más desesperados. Al igual que un prisionero de guerra o un náufrago aferrándose a la supervivencia, la anticipación de la liberación puede proporcionar el incentivo necesario para seguir viviendo. Sin tal anticipación, las personas en circunstancias difíciles a menudo se rinden y sucumben rápidamente.

Al discernir la convergencia de las señales de los tiempos del fin, hay un aspecto de aliento mutuo que todos deberíamos perseguir. El autor de Hebreos dijo que deberíamos “estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras... alentándonos unos a otros; y tanto más, cuanto más vean que se acerca aquel día” (Hebreos 10:24-25). Pero creo que hay otra razón aún más urgente por la que Dios quiere que nos demos cuenta de que el Rapto está cerca.

Para entender por qué Dios quiere que reconozcamos que Jesús está a punto de irrumpir desde los cielos, necesitamos reconocer por qué ha esperado tanto tiempo. Él reveló a Pedro que “El Señor no tarda su promesa [de regresar], como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con ustedes, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Jesús está preparado en las puertas del Cielo, ansioso por venir como el Novio para su Novia (la Iglesia). Pero ha tardado porque es la voluntad del Padre que se salven tantos como sea posible.

El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con ustedes, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).

Cuando escuché por primera vez que Jesús venía de nuevo a principios de los años 90, estaba ansioso por que viniera rápidamente. No podía imaginarlo esperando hasta el año 2000. A medida que se acercaba el Y2K, estaba listo para que viniera y nos sacará de un mundo que se oscurecía más cada día. Y, sin embargo, aquí estamos, 25 años después. Lo que me hace preguntar: ¿No te alegra que no viniera según el calendario de Tim Moore? Si lo hubiera hecho, algunos de ustedes que están leyendo esto se habrían quedado atrás.

Dicho esto, Él quiere que reconozcamos que viene pronto para que podamos cortar todo lo que no sirve y el ruido en nuestras vidas y redoblar nuestros esfuerzos para compartir el Evangelio con tantos como sea posible. Si tenemos el corazón de Cristo, querremos instar a todos los que podamos a “huir de la ira venidera”—y a refugiarse en los brazos amorosos de nuestro Salvador. Para usar una analogía del futbol americano, estamos dentro de la advertencia de 2 minutos. Es hora de profundizar y dar todo. Innumerables almas que son preciosas a los ojos de Dios penden precariamente en el borde de la voraz boca del infierno.

Jesús sigue esperando para que por todos los medios se salven tantas personas como sea posible (1 Corintios 9:22; 1 Timoteo 2:4).

¿Estás completamente comprometido?

Cuando Jesús venga, estoy convencido de que muchos cristianos profesantes se sorprenderán. Convencidos de que están ocupados en Sus asuntos, puede que sólo estén ocupados siguiendo las rutinas de su fe. Pero aquellos que comprenden que Su venida es inminente no tienen excusa para no estar completamente comprometidos en servir como el Maestro les ha ordenado.

La parábola de los talentos ofrece todo el incentivo cautelar que necesitamos. No enterremos los dones que Él nos ha dado ni nos abstengamos de servirle con valentía y entusiasmo en el tiempo que nos queda. Aquellos que invierten sabiamente—ya sea con recursos abundantes o limitados—serán llamados “buen y fiel siervo”; aquellos que no producen un retorno de lo que se les ha dado serán considerados un “siervo inútil” (Mateo 25:14-30).

Servicio audaz y entusiasta; invertir en la actividad del Reino; y servir como un centinela para advertir que el Maestro viene pronto. Claramente, Satanás quisiera anular nuestro entusiasmo, silenciar nuestro testimonio y desanimarnos a cada paso. Lo mismo ha sido cierto a lo largo de la Era de la Iglesia y seguirá siendo cierto durante la Tribulación. Por eso, la primera advertencia de Jesús cuando comenzó Su gran discurso sobre las Señales de los Tiempos fue: “Tengan cuidado de que nadie los engañe” (Mateo 24:4).

Dios le dio a Daniel una comprensión del comportamiento de aquellos que no serían engañados ni siquiera por las suaves palabras del Anticristo. Le dijo a Daniel: “…el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará” (Daniel 11:32). Al igual que ellos, no dejemos que nos adormezca la complacencia o la pereza a medida que las Señales de los Tiempos convergen a nuestro alrededor.

Animémonos unos a otros a mostrar fortaleza—en un tiempo como éste. Y actuemos para que el mayor número posible de personas venga al arrepentimiento y no perezca.

La ira de Jesús pronto se encenderá, ¡pero cuán bienaventurados son todos los que se refugian en Él! (Salmos 2:12).


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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 3 de septiembre de 2025

Todas las Piezas Están Encajando

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León


“¿Estabas allí cuando lo pusieron en el sepulcro?”

El coro sombrío de la canción, “¿Estuviste allí?”, plantea una serie de preguntas reflexivas sobre las circunstancias que rodean la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. Las preguntas están destinadas a ser retóricas, ya que nadie que haya vivido en los últimos 1900 años estuvo presente durante la vida de Jesús en la Tierra.

Dicho esto, la canción nos hace considerar la experiencia de los discípulos mientras eran testigos de lo que parecía ser una catástrofe. Desde el momento en que Jesús fue arrestado, creyeron que su mundo se estaba desmoronando. Mateo y Marcos simplemente dicen que los discípulos lo abandonaron y huyeron. Los cuatro relatos del Evangelio narran la vehemente triple negación de Pedro.

Sería fácil menospreciar a los discípulos por su fe débil, pero nosotros tenemos la ventaja de la retrospectiva. Ellos realmente no comprendían que las profecías a corto plazo de Jesús convergerían en el Calvario, donde sufriría y moriría en obediencia al plan de salvación del Padre. Sólo después de Su resurrección pudieron ver con claridad. En pocas palabras, a veces es difícil tener perspectiva en medio de una tormenta.

La Bendición de la Retrospectiva

A diferencia de los apóstoles, nosotros tenemos el canon completo de las Escrituras y la presencia del Espíritu Santo que mora en nosotros — una bendición que ellos no recibieron hasta Pentecostés. Pero, al igual que ellos, los eventos y las circunstancias a veces pueden abrumarnos en el momento. Por eso necesitamos mantenernos firmes en la Palabra de Dios para no ser golpeados y agitados por todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Y esa verdad es aún más urgente a medida que las Señales de los Tiempos aumentan en frecuencia e intensidad.

Consideren esto: Durante largos períodos de la historia humana, hubo pocas señales proféticas que anunciaban la venida del Señor. Eso fue cierto en el período intertestamentario y ha sido cierto a lo largo de la Edad de la Iglesia. Consideremos el Primer Adviento de Jesús.

El Antiguo Testamento concluyó con una promesa que terminó con una maldición. Dios prometió enviar “al profeta Elías, antes de que venga el día del SEÑOR, grande y temible” (Malaquías 4:5). El versículo siguiente profetizó que él restauraría los corazones de los padres y los hijos entre sí, no sea que Él venga y hiera la tierra con maldición” (Malaquías 4:6). La amenaza no tan velada de una maldición era la alternativa a la promesa llena de gracia de restauración de Dios. Pero el momento de su cumplimiento no fue especificado.

Sabemos que pasaron más de 400 años antes de que viniera el Mesías. Varias generaciones vivieron y murieron en ese período mientras caía la oscuridad sobre la tierra, ya que primero Grecia, luego Roma dominaron al pueblo de Israel. Citando Isaías 9:2, Mateo describe la llegada de Jesús de esta manera: “El pueblo asentado en tinieblas vino una gran luz, y a los que vivían en región y sombra de muerte, una luz les resplandeció” (Mateo 4:16; NBLA).

El pueblo asentado en tinieblas vino una gran luz,  y a los que vivían en región y sombra de muerte, una luz les resplandeció” (Mateo 4:16).

De repente, mientras Jesús comenzaba a llamar a Sus discípulos, proclamaba el Evangelio del Reino y ministraba en toda la región, las señales eran evidentes para todos los que tenían ojos para ver—e incluso para aquellos nacidos ciegos, ya que Él restauraba su vista. Cuando Juan estaba languideciendo en prisión, envió un mensaje para preguntar a Jesús si era verdaderamente el Esperado. Jesús respondió diciéndole a los seguidores de Juan que reportaran el cumplimiento de una serie de señales proféticas: “Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les predica el Evangelio” (Mateo 11:5, cumpliendo Isaías 35:5 y 61:1).

La autoridad de la enseñanza de Jesús y Su poder sobre los demonios asombraban a Sus seguidores, y el ritmo de Su actividad era impresionante. Marcos utiliza la palabra “inmediatamente” 10 veces sólo en el primer capítulo de su Evangelio, sólo para transmitir la urgencia de Su ministerio. Y, sin embargo, a pesar de la abundancia de señales proféticas que se manifestaban, los fariseos y líderes religiosos se burlaban y se volvían resentidos hacia Él.

Aun con todas las señales evidentes para que todos las vieran, tuvieron la osadía de exigir otra señal más del Cielo. La respuesta de Jesús para ellos se mantiene como una advertencia para nosotros aún hoy:

Al caer la tarde ustedes dicen: Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo”. Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador”. ¿Saben ustedes discernir el aspecto del cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos? (Mateo 16:2-3).

El Señor declaró que ninguna señal sería dada a tal generación malvada y adúltera, excepto la señal de Jonás. Dado que evidentemente realizó otros milagros, claramente Sus palabras transmitían que ninguna señal sería discernida por aquellos cuyos corazones estaban lejos de Él, excepto la innegable señal de Su muerte y resurrección (la “señal de Jonás”).

Y cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que han de venir”  (Juan 16:13; RVA-2015).

Casi 2,000 años después, otra ola de señales se está manifestando hoy. La bendición que Jesús mencionó respecto a Sus discípulos es aún más cierta hoy:

dichosos los ojos de ustedes, porque ven, y sus oídos, porque oyen. Porque en verdad les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron (Mateo 3:1-17).

Pero muchas personas—incluidos los líderes religiosos modernos—parecen incapaces de discernir las Señales de los Tiempos.

Señales Multiplicándose ante Nuestros Ojos

En la Primera Venida de Jesús, sólo seis personas en toda Judea están registradas como alertadas por Su inminente llegada: María y José, Zacarías y Elizabeth, y Simeón y Ana. (Además, los magos vinieron de Oriente porque eran estudiantes de la Palabra profética de Dios transmitida por Daniel.) Esos seis anticiparon el nacimiento de Jesús porque el Espíritu Santo o un ángel enviado por Dios les reveló Su venida. La única señal externa que anunciaba su llegada fue una estrella—una señal astrológica que los magos discernieron en Oriente.

Todas las señales del Antiguo Testamento sobre la Primera Venida del Mesías se cumplieron con Su llegada, durante Su ministerio o por Su muerte, sepultura y resurrección. Como hemos documentado muchas veces en el Ministerio Cordero y León, eso incluye más de 300 profecías diferentes, o 109 señales separadas y distintas. Pero el Antiguo Testamento contiene 500 profecías sobre su Segunda Venida. Y el Nuevo Testamento está lleno de promesas a la Iglesia respecto a su Rapto y señales sobre la venida de Jesús para reinar en la Tierra.

Esa multitud de señales—unida con el Espíritu Santo, que Jesús envió para “guiarte a toda la verdad... [y] revelarte lo que ha de venir” (Juan 16:13)—significa que tenemos la capacidad de discernir cuándo estamos viviendo en la época de Su regreso. "Ustedes, hermanos, no están en tinieblas, para que aquel día los sorprenda como ladrón” (1 Tes. 5:4).

Así que, con esa seguridad de discernimiento y una firme confianza en el Espíritu Santo para guiarnos hacia la verdad, consideremos las señales y cómo están convergiendo como nunca antes.

Reconocemos fácilmente que algunos de las señales han sido evidentes en el pasado. Siempre ha habido desastres naturales, hambrunas, pestilencias y plagas. Las guerras y los rumores de guerras se han convertido en la norma en lugar de ser la excepción. Naciones e imperios han surgido y caído, a medida que la agitación social y el pecado flagrante los han dejado en el basurero de la historia. Pero esas categorías han ido aumentando en frecuencia e intensidad durante los últimos 100 años.

Mientras servía en la Legislatura de Kentucky, la revista Governing publicó un artículo de portada en su edición de septiembre de 2014 titulado, “Un Clima de Cambio”. El subtítulo llamó mi atención, porque proclamaba: “Los gobiernos de todo el país destacan la necesidad de ‘resiliencia’ ante desastres naturales cada vez más frecuentes”. Estoy bastante seguro de que los editores de esa revista no tenían idea de que estaban testificando el cumplimiento de la profecía bíblica.

De manera similar, los proveedores del humanismo secular, que están empeñados en erradicar el cristianismo en la esfera pública de nuestra nación, nunca se darán cuenta de que están cumpliendo las advertencias proféticas de Pablo en Romanos 1. Aunque nuestra nación “una vez conoció la ordenanza de Dios”, muchos de nuestros líderes nacionales no sólo actúan de maneras que son aborrecibles para Dios, sino que “también dan su aprobación entusiasta a aquellos que las practican” (Romanos 1:32). ¿Es de extrañar que Dios les haya “entregado” a los deseos y la impureza, pasiones degradantes y mentes depravadas? Y esa misma trayectoria es evidente en todo el mundo en naciones donde el cristianismo una vez prosperó.

Lo mismo podría decirse de las señales espirituales, la política mundial y la tecnología. Y, sin embargo, fiel a la profecía bíblica, los burladores también se han multiplicado, en esencia diciendo: “¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo continúa como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:4). Trágicamente, el contexto de la advertencia de Pedro también ha probado ser cierto: Esos burladores provienen de las filas de aquellos que profesan seguir a Cristo.

Discernimiento en Medio de la Tormenta

Algunos se sienten tan abrumados por el ritmo al que está ocurriendo el cambio (y la degeneración de la sociedad) que no pueden dar sentido al caos. Pero los estudiantes de las Escrituras entienden que todas estas cosas (y la aceleración en las señales proféticas) fueron predichas hace mucho tiempo. La rapidez y la aceleración sólo confirman que el Fin está cerca.

Lo que también es reconocible por aquellos que estudian la profecía bíblica y han estado siguiendo estas señales durante muchos años es la superposición o convergencia sin precedentes de las diversas señales. Como canicas enviadas a girar por un embudo grande, se están acercando cada vez más y afectándose mutuamente a medida que se aproximan al término final. Los desastres naturales alimentan el miedo creciente, y el avance de la tecnología lleva a la arrogancia. Pensando que tenemos el conocimiento y los medios para finalmente controlar la naturaleza, la humanidad está en realidad perdiendo el control porque carece de sabiduría. Los colapsos sociales están llevando a un reajuste de las naciones hacia la configuración predicha en el final—con Rusia y Turquía amenazando a Israel desde el norte, junto con Irán (Persia) al este. En otro ámbito, se espera que la tecnología pronto ofrezca al gobierno (o a un poderoso individuo) la capacidad de controlar las compras y ventas de las personas a escala global.

A medida que hemos superado [el restablecimiento de Israel] y todas las demás señales de los tiempos del fin han comenzado a confluir por primera vez, no puedo pensar en una señal más importante que la convergencia— Dave Reagan

Todas estas señales comenzaron a entrar en un mecanismo de sobrecarga, con la intensidad y la frecuencia aumentando exponencialmente, alrededor del momento en que Dios comenzó a reunir nuevamente al pueblo judío y a restablecer a Israel como una nación moderna. Por eso Israel—la “señal más grande de todos”—es la clave del reloj profético de Dios. Incluso el repentino resurgimiento del odio contra Israel, que ha sido evidente desde el 7 de octubre de 2023, ofrece aún más evidencia de que todas las alarmas están sonando al mismo tiempo.

Jesús viene pronto.

Pero, ¿Por Qué la Convergencia?

Es innegable la realidad de que los eventos se suceden más rápido que nunca. Es como si la Ley de Moore (la predicción comprobada del cofundador de Intel, Gordon Moore, de que el poder y la eficiencia de la computación se duplicarían cada 18-24 meses) ahora se aplicara en todas las categorías de señales proféticas.

Las señales de la naturaleza, la sociedad, la tecnología, la política mundial y de Israel (así como las señales espirituales) están aumentando en frecuencia e intensidad —y convergiendo— como nunca antes. La conclusión inevitable es que los “dolores de parto” de los que habló Jesús en Mateo 24:8 están ocurriendo. Esa referencia destaca el hecho de que nadie —ni la madre, ni el padre, ni el doctor— puede predecir exactamente cuándo nacerá un bebé. Pero cuando comienzan los dolores de parto, todos saben que el bebé vendrá pronto.

Asimismo, incluso cuando han comenzado los dolores de parto y anuncian que el fin se acerca pronto, todavía no podemos saber el día o la hora exacta. Pero sabemos que en cualquier momento “el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios” (1 Tes. 4:16).

Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios” (1 Tes. 4:16).

Como el resto de la carta de Pablo a la iglesia en Tesalónica explica, esa promesa y ese reconocimiento son la razón por la que podemos “consolar a otros con estas palabras” (1 Tes. 4:18).

Obviamente, Dios el Padre quiere que discernamos que está a punto de decirle a Su Hijo: “Ve y busca a Tu Novia” (la clara inferencia de Juan 14:1-3 y Ap. 19:7-9). La única pregunta que queda es: ¿Por qué? La respuesta a esa pregunta considera el corazón justo, santo, misericordioso y lleno de gracia de Dios mismo. Cuando vemos el mundo y entendemos las señales desde la propia perspectiva de Dios, todas las piezas proféticas realmente encajarán.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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