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martes, 21 de noviembre de 2017

Libro: Pastores que Abusan – Índice


Contenido 

Introducción: Los abusos pastorales, 
una realidad que no podemos ignorar 


Parte I 
Las víctimas hablan por sí mismas 

1 Sacerdotes y abuso infantil: 
Traicionando a los más vulnerables 

2 Iglesias en la encrucijada: 
¿Qué tan grande es el problema? 

3 Estructuras Perversas: 
El ídolo de la Institución 

4 Los líderes autoritarios y el dinero  

5 María Luisa: Crónica de una infamia  

6 Corrupción e impunidad: 
El círculo de la complicidad 

7 Persecución, difamación e intimidación: 
Un arma clásica para controlar 

8 Explotando la relación pastoral:  
Cuando los ministros adulteran 

9 Incesto Espiritual: 
El crimen del reverendo Jackson 

10 Los pastores autoritarios pueden programar a la gente  

11 Sexo y manipulación sectaria:
David Koresh y otros más 

12 Autoritarismo y totalitarismo: 
Un signo clásico de las sectas 

13 ¿A quién le puede pasar? 

Parte II

Cómo reconocer a los pastores abusivos 

14 Métodos de manipulación y doctrinas  
autoritarias 

15 Los límites de la autoridad pastoral  

16 Lo que siempre creyó la Iglesia  
cristiana en cuanto a la autoridad 

17 Desenmascarando las doctrinas  
autoritarias 

18 Los líderes manipuladores dañan a la gente: 
¿Qué debemos hacer?  


Bibliografía 

jueves, 16 de noviembre de 2017

Libro: Pastores que Abusan – Introducción

Los Abusos Pastorales: Una Realidad que no Podemos Ignorar

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice

Cuáles son los límites de la autoridad de un pastor. 
Cuál es la diferencia entre la lealtad a una institución religiosa y la complicidad. 
Hasta dónde debemos sujetarnos a un líder espiritual. 
En qué momento debemos abandonar una organización cristiana que se vuelve destructiva. 

Este libro está dirigido a los miles de hombres y mujeres latinos que cada año son víctimas de líderes autoritarios y organizaciones religiosas opresivas. 

Está dedicado de manera especial, a cientos de personas y familias que he tenido la oportunidad de ayudar a través de los años, a recuperarse de malas experiencias religiosas y de los más increíbles abusos de autoridad. Gente toda ésta, que experimentó, en mayor o menor grado, algún tipo de daño físico, material o espiritual por haber estado bajo el liderazgo de pastores, maestros y guías religiosos que a veces caen más bien en la categoría de "iluminados". Dirigentes que aunque se autodenominaban cristianos, no dudaron en abusar de sus posiciones de autoridad religiosa para aprovecharse de sus ovejas. 

Tenemos que estar conscientes que actualmente existen muchas personas que de una u otra manera son objeto de agresiones sexuales, explotación económica, maltratos psicológicos y daño moral por parte de líderes cristianos autoritarios. De individuos que no dudan en utilizar el respeto que sus congregantes les tienen para extraerles dinero, para chantajearlos emocionalmente o en ocasiones para impedirles abandonar sus organizaciones. Para lograr estos fines, los pseudo-pastores usan siempre el nombre de Dios, una Biblia en la mano y una frase que parece hechizar a sus oyentes: "Soy tu autoridad y me tienes que obedecer". 

La primera parte de este libro trata con las experiencias de gente de carne y hueso que en algún momento de su vida depositó su confianza, a veces ciegamente, en líderes religiosos que exigían obediencia absoluta. Los casos aquí presentados son reales. La información, los testimonios, así como los detalles de cada una de las historias han sido comprobados a fondo. Son una muestra del producto de diez años de estudio e investigación sobre este tema a través de Latinoamérica y las comunidades hispanas de los Estados Unidos. Un equipo de investigadores que incluye médicos, educadores, defensores de derechos humanos, sociólogos, teólogos y líderes cristianos de distintas organizaciones, hemos invertido cientos de horas entrevistando extensamente a una cantidad considerable de personas que han sufrido los efectos de liderazgos cristianos abusivos y autoritarios. El grave daño hecho a muchos de ellos ha tomado meses y a veces años en sanar. Con algunos en particular ha sido necesario pasar largas horas para desprogramarlos. Otros han ido recuperando poco a poco la confianza en el cristianismo: confianza que habían perdido al haber sido testigos y a veces víctimas de conductas criminales o inmorales por parte de sonrientes y talentosos líderes religiosos que decían ser siervos de Dios. 

Contamos con entrevistas, grabaciones y testimonios filmados en video de muchas de estas personas que generosamente nos han permitido utilizarlas, en la esperanza de que sirvan para ayudar a otros que están pasando por una situación similar. También tenemos una buena cantidad de fuentes primarias confiables que han sido de gran utilidad para comprobar la veracidad de todas las historias, cruzar información y hacer verificaciones independientes. 

En casi todos los casos presentados aquí, se han cambiado los nombres de las personas, y los lugares de los hechos. Esto tiene un doble propósito: primeramente proteger la identidad y la privacidad de las personas que aparecen en el libro. En segundo lugar, estoy seguro que las historias aquí presentadas no son sólo las de ellos. Son las de muchísimas personas que están viviendo lo mismo y que quizás no se atreven a hablar por miedo. Seguramente una buena cantidad de lectores se identificarán con ellas después de leerlas, y hallarán respuestas, aliento y una nueva dirección para sus vidas. Aunque el enfoque principal de este libro esta esencialmente en los pastores que abusan como individuos, ha sido imprescindible tratar en alguna medida con las organizaciones y estructuras eclesiásticas en que éstos operan. Además de la dimensión descriptiva de las mismas, la cual es por necesidad breve, en esta primera parte del libro presento algunos análisis sintéticos para ayudar a entender mejor la actual crisis de ministros paidófilos, en particular sacerdotes, que ha tenido repercusiones mundiales. 

En la segunda parte del libro hago un sencillo análisis de la conducta y estrategias que los líderes autoritarios utilizan para controlar las conciencias de las personas y de cómo logran manipularlas. En esa sección veremos que los pastores y grupos cristianos abusivos tienen doctrinas similares, utilizan casi los mismos métodos y engañan a la gente de la misma manera, casi sin que se den cuenta. En particular, notaremos lo difícil que puede resultar salir de su esfera de influencia y de su sistema de control. Allí haremos un enfoque especial en las doctrinas del autoritarismo, que constituyen una perversión de las enseñanzas cristianas del respeto y la obediencia a las autoridades espirituales. Este punto en específico es muy importante, porque es precisamente el arma favorita de los líderes sectarios para controlar y lograr que la gente se someta incondicionalmente a sus arbitrariedades. Para concluir, examinaremos la enseñanza bíblica correcta sobre la autoridad espiritual, lo que creyeron las iglesias cristianas en la historia, y quedarán correctamente establecidos los límites de la autoridad pastoral según las enseñanzas cristianas. En otras palabras, nos quedará claro hasta donde debemos obedecer a un ministro y cuándo debemos salimos de su esfera de autoridad e influencia. 

Conociendo por experiencia la forma de actuar de los líderes religiosos autoritarios, puedo anticipar que algunos de ellos harán todo lo que puedan por evitar que sus ovejas lean la información que se presenta aquí. Los que no lo prohíban por decreto e imposición, seguramente dirán a sus seguidores que el libro los puede confundir, aun cuando está sumamente claro. Les advertirán alarmados que leer su contenido les puede hacer daño, aun cuando las verdades que presenta han ayudado a miles de personas. Denunciarán que el libro no es bíblico, aun cuando está perfectamente respaldado en las Escrituras. Organizarán pequeños boicots para tratar de presionar a algunas librerías, censurando la libertad de expresión, intentando que no vendan el libro. Habrá también quienes asegurarán que los casos aquí presentados no son nada comunes, sino sólo exageraciones, casualidades aisladas de gente resentida que habla por amargura. Todo esto a pesar de que las estadísticas, la experiencia, y muchos estudios serios, demuestran que los abusos religiosos son bastante comunes y no inventos de gente malintencionada. En fin, algunos líderes religiosos dirán y harán muchas cosas excepto una: impugnar con bases la veracidad de los estudios de casos que presento o refutar el libro por escrito, especialmente en su parte teológica. 

Aun sabiendo las controversias que despertará la publicación de este libro, considero un deber cristiano y humano escribir sobre esta dolorosa e insoslayable realidad que nos atañe de manera especial a los latinos. 

Asumo también que más allá de líderes religiosos en lo particular, este libro va a molestar a algunas organizaciones que no estarán de acuerdo en que se trate este asunto abiertamente. Es de esperarse que aquellos cuyos errores y prácticas dañinas se exponen en este estudio reaccionen así. Lamentablemente hay una tendencia alarmante en el cristianismo contemporáneo a ocultar y a minimizar las cosas que están mal. Se piensa que el exponer las maldades y errores del ministerio dañará irreparablemente la reputación del cristianismo. Yo opino diferente. Pienso que es necesario y urgente sacar a la luz aquello que está oculto, para que las cosas se reformen a fondo y de raíz. El hacer esto no va a destruir la reputación del cristianismo. Por el contrario. Comenzará a limpiar el testimonio cristiano que está siendo ensuciado por seudo-líderes que se esconden detrás del autoritarismo para cometer las acciones más viles. 

Creo sinceramente que es necesario denunciar públicamente las doctrinas torcidas y perversas del autoritarismo religioso que exigen a la gente que obedezca ciegamente a un hombre sólo porque tiene un cargo de líder religioso. Estas enseñanzas destruyen la dignidad y la libertad del ser humano y lo convierten en un títere o en un robot. Pregúnteselo usted a Joanna, una joven universitaria, que como veremos, fue golpeada y manipulada por un líder que se decía ser "ungido de Dios". Pregúnteselo a la familia López, que sufrió cuatro años de explotación económica y fraudes en una congregación en donde una de sus doctrinas favoritas era "al pastor hay que obedecerle en todo". Preguntémosle a María Luisa Montoya y a los niños de una escuela-orfanato del bajío. La primera, una viuda despojada de medio millón de dólares por su sacerdote de cabecera. Los menores, abusados sexualmente por un cura encubierto por sus superiores. Preguntémosle también a los familiares de las víctimas de la secta de David Koresh en Waco, Texas, donde una de las enseñanzas era: "No debes de juzgar a un líder por su conducta".  Preguntémosle a los cientos y cientos que hoy viven confundidos y decepcionados del cristianismo por las escandalosas inmoralidades que han visto, y a los muchos que están callados y atemorizados de salirse de alguna secta autoritaria porque creen que pecarán contra Dios. Finalmente, preguntémosle a Cristo, cuya autoridad es usurpada y echada a un lado por líderes que piden que se les obedezca a ellos en lugar de a Sus enseñanzas y ejemplo. 

Aunque lo expuesto en este libro es una realidad trágica y que a veces asusta, su objetivo no es en ningún momento desanimar a nadie en su búsqueda espiritual. Mi intención es sólo advertir acerca del peligro de caer en manos de un liderazgo corrupto. 

El hecho de que existan pastores abusivos no implica de ninguna manera que todo el cristianismo esté en crisis ni que no existan genuinos líderes que pueden ser ejemplo y ayuda para nuestras vidas. Al contrario. Todos sabemos que así como hay buenos médicos, también los hay malos. Así como hay profesionistas serios, también existen los charlatanes. Lo mismo sucede con los ministros. Lo importante es aprender a diferenciarlos.

Lea también: 

Libro: Pastores que Abusan – Parte II

Cómo Reconocer a los Pastores Abusivos

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Hasta aquí hemos estudiado distintos casos de la vida real, de personas que fueron víctimas de líderes religiosos autoritarios. Como expliqué en un principio, se escogieron estas historias con toda intención ya que son representativas de lo que les sucede a miles de personas cada año. 

Es conveniente en este momento hacer un alto y subrayar algunas conclusiones importantes. 

En los capítulos anteriores aprendimos que existen pastores, sacerdotes y líderes religiosos que tienen una obsesión por que se les obedezca ciegamente. Reclamando ser representantes de Dios, hay algunos que aun se atreven a pedir que sus seguidores violen lo mismo las leyes divinas que las humanas. Para lograr que la gente haga esto, utilizan al igual que las sectas destructivas, las doctrinas del autoritarismo hasta que provocan una especie de lavado de cerebro en sus oyentes. Este tipo de líderes frecuentemente se niegan a ser cuestionados en cuanto a sus conductas personales, aunque imponen a otros estrictas reglas morales. Se suelen volver agresivos, cínicos y aun peligrosos cuando alguien decide desobedecer sus caprichos o no accede a ser explotado. Hemos visto también que este tipo de liderazgo se puede encontrar prácticamente en cualquier organización. Puede ser en un grupo independiente como fue en el caso de Joanna; en una denominación con costumbres tradicionalistas como le sucedió a la familia López, en una iglesia católica como le sucedió a María Luisa, o en una secta aberrante como la de David Koresh, en Waco, Texas. 

A continuación queremos hacer algunas preguntas importantes, ¿qué tipo de persona es el líder autoritario?, en otras palabras: ¿Cómo los podemos reconocer? ¿Cuál es el perfil de estos tiranos disfrazados de pastores? El otro cuestionamiento, ya parcialmente respondido es éste: ¿Quiénes pueden llegar a caer en sus manos? ¿Qué tipo de personas son propensas a ser sus víctimas? 

La respuesta al primer punto es que no hay un perfil definido para reconocer a estos pastores. Suelen ser muy distintos entre sí y tener pocas cosas en común. Por ejemplo, la familia López de la "Iglesia de la Fe en Dios" estaba bajo el liderazgo de un hombre, que como vimos, era el clásico pastor denominacional. Era un dirigente casado, de edad madura, de aspecto serio, educado, con carácter fuerte y don de mando. Su trato con la gente era seco y en general se apegaba fielmente a los credos y principios tradicionalistas de su denominación. Normalmente se mostraba formal tanto en sus enseñanzas como en organizar sus programas de actividades religiosas. 

Sin embargo, Joanna se encontró con un líder muy diferente, pero que resultó ser tan dañino o peor que el anterior. Era un adulto joven de aspecto sano, carácter muy dulce, inteligencia notable y con una sonrisa que podía desarmar a cualquiera. Aparentemente poseía un conocimiento de la Biblia admirable y hablaba mucho del amor de Dios. En su aspecto, según la opinión de varias ex-miembros de "Nuevo Amanecer", parecía ser una persona sumamente espiritual, sensible y con una gran preocupación por el bienestar de sus ovejas. Él no tenía lo que podríamos llamar un carácter impositivo o "fuerte". Más bien era el tipo de persona que te podía llevar a hacer lo que él quisiera por medio de sus palabras amables y cargadas de emocionalismo. Era un manipulador profesional de los sentimientos. 

En cambio, el tristemente célebre David Koresh se sale de los dos estereotipos anteriores. Tanto su manera de vestir como de vivir eran bastante descuidadas. Utilizaba el pelo crecido hasta el hombro y usaba ropa informal. Su lenguaje, aun al predicar, a veces caía en lo vulgar. Sus enseñanzas no tenían un enfoque especial en el amor ni tampoco estaban basadas en un credo denominacional. No había tradiciones, ni rituales, ni nada parecido. Su énfasis estaba en las enseñanzas apocalípticas y las "revelaciones personales". Era adicto al rock, a las películas de violencia y a coleccionar rifles. Su estilo de vida proyectaba una imagen de promiscuidad y rebeldía contra todo. No era el típico pastor. Era totalmente diferente en su manera de ser a los líderes autoritarios anteriores, pero su estilo resultaba atractivo para cierta audiencia. 

El padre Luis Parra, por otra parte, era un sacerdote de edad madura, seco, que oficiaba misa fielmente de acuerdo a los preceptos ortodoxos del catolicismo. Le gustaba relacionarse con gente influyente, pero parecía también un hombre versado en la caridad al cuidar de una anciana en su vejez, mostrando interés en ayudarla a administrar sus propiedades. Cuando le hubo saqueado todos sus bienes emergió su verdadero carácter. Su inhabilidad para mostrar empatía con su víctima y pesar por sus acciones, su prepotencia así como el cinismo con que se expresaba de la viuda agraviada, son rasgos sociopáticos magnificados. Esto es en parte consecuencia del gran respaldo institucional con que contaba para delinquir. Luis Parra se sabía protegido y eso lo hacía más dañino y peligroso. 

En resumen, los malos líderes religiosos pueden ser muy distintos unos de otros. 

Obsesión por Controlar 

Si queremos identificar a los pastores abusivos tenemos que aprender esta lección: No nos guiemos por las apariencias externas pues puede tratarse de cualquier persona, en especial del tipo en que todo se ve bien por fuera. Para aprender a reconocerlos tenemos más bien que conocer qué tienen en común. 

Sin importar doctrinas, denominación, iglesia, rito, secta, o estilo de predicación, la característica inconfundible de los líderes autoritarios es ésta: ejercen un fuerte control sobre sus congregantes para sacar provecho personal. En otras palabras, tienen una mentalidad tendiente a dominar y manipular la conciencia de la gente para obtener algo de ella. Los líderes autoritarios, aunque sean distintos en carácter o en apariencia, siempre tienen esto en común y con tal de controlar a la gente utilizan todo tipo de trucos. Manipulan la conciencia, las creencias, las expectativas, las necesidades y en especial la Biblia. Manipulan los sentimientos, las emociones y el respeto que sus seguidores sienten hacia ellos. Este espíritu o mentalidad de control no es un pequeño defecto de carácter o algo que se hereda o que se adquiere por contagio o accidente. Es más bien la consecuencia de una vida de egocentrismo perverso. 

Jeroboam y el Rey Saúl 

La Biblia nos muestra ejemplos de esta obsesión por controlar a la gente en las vidas de líderes religiosos como Jezabel, el rey Saúl y Jeroboam. 

Saúl, un dirigente del pueblo de Israel, tenía obsesión de ser siempre el más importante (1 Samuel 15:12; 15:30; 18:6-8). Tenía tanto miedo de perder su posición que vivía en una constante preocupación. Eso lo llevó a implantar un opresivo sistema de gobierno sobre el pueblo de Dios para vigilar que nadie fuera a llegar a ser tan popular como él (1 Samuel 18:9-12; 19:1; 20:30-33; 22:17-18). 

Jeroboam, por su parte, creó un sistema religioso para controlar a las multitudes y seguir teniendo la posición cómoda y próspera de un rey. Así tendría ganancias económicas, un trato especial y poder (1 Reyes 12:26; 28-33). La avaricia y el materialismo del pastor Jeroboam lo llevaron a ejercer un autoritarismo tan fuerte que aun agredió y persiguió a gente justa e inocente (2 a Crónicas 13:8-9). 

Este tipo de control autoritario es egoísmo en su máxima expresión. Es el hombre queriéndose hacer como Dios, al exigir obediencia absoluta. 

Jesús no Tenía una Obsesión por Controlar 

En contraste con todo esto, vemos que Cristo, siendo el Hijo de Dios, no tuvo un espíritu de control; aun cuando en una ocasión vio que varios de sus discípulos se iban, no los persiguió ni los amenazó. Tampoco montó una campaña de difamación en su contra para oprimirlos y hacerlos volver al redil. Es más, aún preguntó a Pedro y a los pocos que le quedaban, si también ellos se querían ir. 

Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? (Juan 6:66-67).

Jesús tampoco actuaba como tirano ni manipulaba los sentimientos de la gente para extraerle dinero. No estaba cada dos semanas diciendo a sus discípulos que él era la autoridad. No tenía necesidad, pues los discípulos lo sabían. La autoridad de Cristo venía del servicio, del amor desinteresado y de la unción que había sobre su vida (Mateo 20:25-28; Juan 15:12-13; Hechos 10:38). Aunque él instruía, corregía y mantenía una disciplina entre los discípulos, siempre les enseñó que las Escrituras y el Padre eran la máxima autoridad espiritual (Mateo 16:23; Juan 14:28; 5:39).

Es fácil ver por qué los líderes y grupos autoritarios siempre tienen que estar adoctrinando casi hasta el punto de la obsesión a sus pupilos diciéndoles que tienen que estar sujetos a ellos y que ellos son los "ungidos" de Dios. Es porque simplemente no tienen ninguna autoridad espiritual y eso se nota. Por eso tienen que convencer a sus iglesias casi cada semana de que les hagan caso. 

El Origen del Espíritu de Control 

¿Qué razones puede tener un líder espiritual para querer controlar a las personas? Existen muchas, pero todas se resumen en una: satisfacer algún deseo egoísta. En el caso de David Koresh era obvio que anhelaba dos cosas: placer sexual a toda costa y tener la preeminencia. El manipuló a la gente hasta lograr exactamente eso. Al final, pudo tener relaciones sexuales con muchas mujeres de su grupo y su rebaño le sirvió como plataforma para centrar en sí mismo la atención pública mundial. El origen de su autoritarismo eran la lujuria y el orgullo. 

Tanto en el caso del sacerdote Luis Parra como en el caso de Samuel y su esposa en la Iglesia Betania, el móvil del liderazgo para ejercer control era más fácil de identificar. Simple y sencillamente era avaricia. En este último caso, el plan era obtener dinero a cualquier costo y para eso se utilizaban la manipulación y la presión grupal. Lo mismo les sucedió a la señora López y a su familia en su denominación apostólica. El "pastor" y su esposa eran increíblemente voraces y materialistas. Tanto que se atrevieron a construir una casa para uso personal con las ofrendas que habían estado levantando entre indígenas mayas pobres para supuestamente construir un templo. Cuando la señora López y su hermana Elizabeth decidieron no seguir siendo cómplices de estas fechorías, fueron ferozmente perseguidas y difamadas porque eran un obstáculo para lograr estos fines. Volviendo al sacerdote Luis Parra, vemos también, además de una voracidad profana, la misma reacción de persecución feroz contra las víctimas. En ambos ejemplos, la persecución contra los agredidos tenía dos fines. Uno psicológico y otro pragmático. Al "satanizar" a quien se ha agraviado, el líder explotador intenta aliviar el cargo de conciencia tratando de pensar que de alguna manera, la víctima era "mala" y merecía haber sufrido. Pero sobre todo, se persigue a la víctima para intimidarla y que no denuncie los hechos. De esa manera, los pastores que abusan tratan de evitar tener consecuencias por sus acciones y seguir con su reputación intacta para poder explotar a otros impunemente. 

El Nuevo Testamento, en 3 Juan 9-11, nos narra la historia de un líder de la Iglesia, llamado Diótrefes, un sujeto que expulsaba a los congregantes que no se sometían a sus caprichos. El también difamaba a los que se oponían a sus maldades enseñoreándose de la Iglesia. ¿Por qué actuaba así? El apóstol Juan nos dice en el versículo 9 que a Diótrefes le gustaba "tener el primer lugar" en la congregación. Su pecado y motivación eran la vanidad. 

También existen dirigentes de sectas, a quienes el orgullo los mueve a controlar a otros. Quieren ser considerados "exitosos" por la sociedad y eso implica que deben tener una congregación lo más grande posible. Si por alguna razón una persona o familia decide en un momento dado dejar de asistir a su organización, eso hará que por consecuencia haya menos gente. Es más, eso puede provocar también que otros sigan el mismo ejemplo y se vayan. Eso significará menos congregantes, y ante los ojos de sus seguidores y de las demás iglesias menos éxito. Un liderazgo orgulloso no puede soportar eso y por lo general recurrirá a implantar un sistema tiránico para retener a las personas y lograr a como dé lugar que la gente que se fue, regrese. En estos casos se ha visto que el espíritu de control empezará a operar inmediatamente. La doctrina de "eres un rebelde si no me obedeces" hará su aparición y comenzarán las manipulaciones, la presión grupal, y el miedo infundido por medio de amenazas religiosas. Quizá se recurrirá también a difamar y ensuciar la reputación de aquellos que se fueron para que a lo menos la gente no siga su ejemplo. Normalmente, los pastores que buscan el éxito a toda costa recurrirán a lo que sea con tal de no perder adeptos y disminuir su popularidad. 

No es necesario complicarnos buscando demasiadas causas o porqués de la obsesión que algunos líderes tienen por controlar. La Biblia, el libro por excelencia sobre la conducta humana, enseña a través de incontables y gráficos ejemplos que la causa de que existan líderes religiosos autoritarios será por lo general: sexo, dinero, poder, orgullo, fama, etcétera.

Lea también: 

lunes, 13 de noviembre de 2017

Libro: Pastores que Abusan – Capítulo 13

¿A Quién le Puede Pasar?



Nadie está inmune de llegar a caer presa de líderes espirituales explotadores. Nadie está realmente a salvo de este peligro, mucho menos aquellas personas que con actitud orgullosa dicen "a mí no me puede pasar". Parejas, familias, hombres casados, madres solteras, amas de casa, profesionistas, científicos y personas de mucho mundo, han llegado a ser, según los estudios más recientes, víctimas de ministros y organizaciones autoritarias. Ni siquiera el ser alguien con educación superior constituye una protección absoluta. Joanna era una joven estudiante universitaria y le pasó. David Koresh tenía entre sus seguidores ¡a un teólogo! Más adelante mencionaremos el caso de un universitario que fue atrapado por una secta absolutista que operaba en colegios de educación superior. El grupo apocalíptico japonés Verdad Suprema, tenía entre sus más fieles seguidores a varios científicos que adoraban al gurú Shoko Asahara, un iluminado totalitario que guió a su secta a cometer actos terroristas. Mujeres muy cultas y devotas han sido objeto de fraudes o abusos sexuales por parte de sacerdotes manipuladores. 

Esto sucede en gran parte porque las doctrinas del autoritarismo llegan a lavarle sutilmente el cerebro a los que las escuchan. El proceso de adoctrinamiento y manipulación está tan bien disfrazado que la gente difícilmente se da cuenta, sino hasta que ha sufrido algún grado de explotación. Con la gracia de Dios, lo único que realmente puede ayudar a alguien a no caer en esta trampa, o a escapar de ella, es que aprenda a identificar las características de los líderes religiosos autoritarios y sus doctrinas y tome la firme resolución de mantenerse alejada de ellos. 

Normalmente, el escenario en que suceden los abusos por parte de ministros es al interior de comunidades religiosas, en contacto con líderes en un contexto de relación pastoral y jerárquica. Manejando categorías muy amplias, el primer grupo de riesgo, por lo tanto, está compuesto precisamente por quienes pertenecen o son miembros de un grupo x. El segundo son los simpatizantes, aquellos que se encuentran en un proceso de búsqueda espiritual aunque aun no son miembros comprometidos. El tercer grupo de riesgo es la sociedad en general, que es el campo natural de captación y proselitismo religioso. Aunque existe una escala de riesgo ascendente en el tránsito de prosélito potencial a miembro comprometido, es obvio que finalmente esta realidad abarca a la población en su conjunto. En países con libertad de creencias es posible transitar y, por decirlo así, des-transitar ese camino varias veces y a distintas velocidades. No se trata necesariamente de estados permanentes, aunque a menudo lo son. Y los procesos de proselitismo pueden ser bastante rápidos, sobre todo cuando las alternativas religiosas se presentan o publicitan a sí mismas con tintes comerciales y hasta consumistas. En el presente boom de la globalización religiosa, es ingenuo pensar que existen sectores de la sociedad que se pueden sustraer totalmente de la influencia del "marketing espiritual" o que son inmunes a ser sujetos de proselitismo. Por ello es crucial adquirir información para poder detectar a los maestros de la manipulación religiosa. Sin ella es casi imposible estar a salvo de una mala experiencia, una vez que alguien se ha involucrado con un pastor, sacerdote, o liderazgo explotador. 

A continuación se proporcionan varios puntos clave para identificar a líderes y organizaciones destructivas. Más que dar una lista de nombres, lo cual resultaría impráctico, se describen las características generales y sus principales estrategias de manipulación. Dado que éste es un libro dirigido principalmente al público de habla hispana en el contexto latino, el énfasis es necesariamente el de grupos y líderes que utilizan elementos cristianos en su discurso y se identifican ante la sociedad como tales.

Lea también: 

domingo, 12 de noviembre de 2017

Libro: Pastores que Abusan – Capítulo 14

Métodos de Manipulación y Doctrinas Autoritarias



Una vez que hemos comprendido que la gran característica de los pastores autoritarios es su insaciable apetito por controlar para sacar provecho de sus ovejas,  podemos movernos ahora a estudiar dos puntos más que nos darán el panorama completo para poder identificarlos fácilmente. 

Las formas en que una organización religiosa o un ministro cristiano pueden ejercer control y enseñorearse sobre sus congregantes por lo general se resumen en dos: métodos de manipulación y doctrinas autoritarias. 

Los métodos de manipulación son formas o maneras de presionar a la gente y llevarla a hacer lo que quieren. Las doctrinas autoritarias son enseñanzas, a veces mezcladas con perversiones de conceptos cristianos o versículos bíblicos, que tienen el objeto de provocar una especie de lavado de cerebro; un severo adoctrinamiento que puede lograr que las personas dejen de utilizar su razón, inhiban su capacidad de decisión propia y lleguen a llenarse de un temor supersticioso al líder. Esto dará por resultado que los miembros de una organización se sometan incondicionalmente a sus líderes en varias áreas y les obedezcan a veces hasta en sus más mínimos caprichos. 

Estos dos puntos, los métodos de manipulación, y las doctrinas autoritarias, son la  gran clave para detectar a tiempo cuando estamos frente a un pastor, líder,  sacerdote, organización o secta autoritaria. 

Métodos de Manipulación: 

Presión Grupal, Difamación, y Descrédito 

Uno de los métodos religiosos más utilizados para controlar las conciencias humanas es la presión grupal. Ministros sin escrúpulos no dudarán en voltear a la gente de su iglesia en contra de personas que han caído de su gracia o que se han dado cuenta de sus fechorías. Cuando esto sucede es común que el liderazgo comience campañas de murmuración en contra de aquellos que ya no les obedecen ciegamente como antes. La idea con esto, es asegurar que la gente rechace a los que se han salido de su control al desacreditarlos. Esto hará también que haya una fuerte presión moral sobre las personas disidentes. Es clásico que los malos pastores manchen la reputación de las personas en cuestión, pues solo así podrán lograr que la gente los rechace. Puede ser que culpen a sus ovejas de ser "rebeldes" o quizás les digan que "no tienen a Dios", como vimos que sucedió con la familia López. Si esto no funciona, entonces pueden acusarlos de deslealtad a la iglesia, como hicieron los directivos de Casa del Niño Don Bosco contra la madre del niño abusado sexualmente que se atrevió a denunciar penalmente al sacerdote Juan Manzo. Comúnmente utilizarán difamaciones fuertes y que causen impacto entre su audiencia. Alarmantes acusaciones de que la persona está "endemoniada" son comunes. También de que predica "doctrinas falsas". O como en otros casos que estudiamos, rumores de que se intenta provocar "división" por personas "satánicas", entre otras imputaciones. 

El rechazo de aquellos que han sido compañeros de una persona por años y con quienes se ha creado un lazo de afecto y amistad, puede causar muchísimo sufrimiento y es una forma preferida por algunos para ejercer presión y volver a traer a la sumisión incondicional a la "oveja extraviada". 

Manipulación Emocional 

Sin embargo, hay organizaciones que prefieren otros métodos para manipular, y pueden ser inclusive formas totalmente diferentes a la anterior. Un joven universitario que junto con otras personas escapó de una secta que era guiada por un iluminado sumamente autoritario, nos contó cómo intentaron hacerlos regresar. Sus ex compañeros lo rodeaban de halagos y apelaban mucho a sus sentimientos con frases como: "Regresen para que todo sea como antes", "Los amamos mucho", "Acuérdense que hemos sido amigos", "No nos dejen solos". Este joven nos narró cómo sentía por dentro que sus sentimientos se desgarraban al oír estas palabras de parte de líderes a los cuales él amaba, pero que definitivamente estaban causando daño a muchos. Él y sus compañeros tuvieron que ser muy firmes. Muchas veces sintieron que flaqueaban cuando manipulaban sus sentimientos. A veces se sintieron muy tentados a regresar a la secta. 

Terrorismo Religioso 

Cuando estos métodos no surtieron el efecto esperado, los dirigentes de la secta cambiaron a lo que vendría a ser una tercera forma de manipulación: el miedo; una especie de "terrorismo religioso". Ya no eran palabras dulces. De pronto comenzaron a lanzarles amenazas horribles de lo que les "haría Dios" si no volvían a la secta y los atormentaban cada vez que los veían con frases tales como: "Ustedes ya están desechados". También les hicieron negras predicciones acerca de que se perderían eternamente si no regresaban al grupo. Gracias a Dios, el miedo no surtió su efecto y ellos se mantuvieron firmes y valientes en su decisión de no seguir en ese lugar. Obviamente, tampoco se cumplieron las amenazas que recibieron. Por el contrario, la secta se desintegró alrededor de un año después. 

Sembrando el Miedo por Medio de la Duda 

Cabe señalar aquí que cuando un liderazgo religioso utiliza el método del miedo para controlar a sus feligreses, en ocasiones lo hará en una forma sutil y menos directa que en el caso anterior. 

En más de diez años de estudiar este fenómeno religioso he constatado que es común el método de sembrar la duda para producir temor. "Estoy preocupado por ti", es una expresión que suelen decirle a quien ya no quiere seguir en el juego de algún mal pastor. "Estoy orando por ti", "Tengo una revelación de que estás en peligro", "Siento que algo anda mal". En fin, todo lo que pueda sembrar dudas y confundir, terminará despertando los miedos del ser humano y todos sabemos que cuando el hombre es controlado por el miedo, no es libre para actuar. Esto es lo que buscan los líderes autoritarios. 

Doctrinas Autoritarias 

Sobre-énfasis en la Enseñanza de la Sujeción a la Autoridad 

Siempre será preocupante que un grupo haga demasiado énfasis en el sujetarse a su autoridad. Por lo general eso indica que están temerosos e inseguros, y que la gente no reconoce naturalmente en ellos autoridad espiritual. Recordemos que casi todos los líderes que analizamos en los primeros capítulos hacían un fuerte énfasis en la obediencia a su autoridad. También observamos la misma doctrina, llevada a peculiares extremos, en las sectas de los mormones, los moonies y David Koresh.  Cuando veamos que un liderazgo que se dice cristiano actúa así, tomémoslo como un signo de alerta, pues este sobre-énfasis es una perversión de la doctrina bíblica del respeto a las autoridades espirituales. La Palabra de Dios enseña que debemos respetar, honrar y apoyar a genuinos líderes espirituales. Esto lo sabe cualquier persona que haya leído la Biblia por lo menos una vez. En todos los ámbitos de la sociedad existen relaciones de liderazgo que requieren seguir instrucciones, o sea "sujetarse". Las escuelas secundarias tienen directores: las universidades, rectores y consejos directivos. En la milicia hay jerarquías; en una empresa, gerentes; en los sindicatos, líderes; en la oficina de prensa, un jefe. En distintos grupos sociales existen consensos de obediencia implícitos o explícitos entre dirigentes y subordinados. Esto está basado en el reconocimiento mutuo de la necesidad de dirección, organización y guardar reglamentos por el bien común. Pero en estos acuerdos sociales siempre existen límites a lo que los líderes pueden pedir y hacer. Existen también por lo general mecanismos de rendición de cuentas e instancias superiores que puedan supervisar, corregir, o en su caso destituir a alguien que abusa de su posición de autoridad. Según la Biblia, en el cristianismo también existen normas y mecanismos que regulan la conducta y las funciones de los pastores. El problema es que los líderes autoritarios no suelen informar a sus seguidores de dichos límites. Les conviene más hacerle creer a la gente que "Dios enseña que se les debe obedecer en todo y jamás cuestionarlos". Si más creyentes leyeran con cuidado su Nuevo Testamento, los dirigentes autoritarios tendrían que empezar a buscar otro libro para tratar de respaldar sus tiranías. Eso le quitaría el estatus sagrado a sus doctrinas autoritarias y entonces perderían bastante capacidad de manipular a tantas personas. 

Otro problema es la exageración de la enseñanza del respeto a la autoridad espiritual. Es cierto que la Biblia enseña un nivel de obediencia a los pastores, pero también es cierto que no lo repite cada dos páginas como es costumbre de los líderes autoritarios. La verdad es que de aproximadamente 33 mil versículos que contiene la Biblia, en el Nuevo Testamento sólo existen 6 versículos que hablan de este tema, y además siempre están balanceados con pasajes que nos advierten que hay que dejar de obedecer y aun confrontar a aquellos líderes que se desvían (Hechos 4:19; 5:29; Mateo 15:14; 7:15; Filipenses 3:2). 

Como es de esperarse, estos últimos textos nunca son mencionados por los grupos que sobre-enfatizan la enseñanza de la sujeción a la autoridad. 

Líderes que se Niegan a ser Cuestionados o Corregidos 

Otra doctrina definitivamente autoritaria es aquella en la que los pastores dicen o dan a entender de alguna manera que no los podemos cuestionar en cuanto a su conducta moral. Esto es grave y suele ser un escondrijo para gente con serios problemas éticos. Por no decir también que es el colmo de la soberbia que un simple ser humano se atreva a decir que está más allá de corrección o de necesitar la ayuda de los demás. Si un líder cristiano enseña que no puede ser cuestionado, o se niega a recibir corrección y exhortación por parte de otros cristianos cuando yerra, no es un verdadero pastor. Es un pequeño tirano con delirio de infalibilidad. Las frases que usualmente usan los falsos ministros para evitar ser cuestionados son parecidas a éstas: "Tú no eres nadie para juzgar al ministro", "no juzgues, sólo ora". Recordemos que esto fue lo que sus dirigentes le dijeron a Elizabeth para que siguiera obedeciendo a su pastor aun cuando él quería involucrarla en los fraudes que estaba haciendo. Eso fue también la idea que le metieron en la cabeza a Joanna  para que se dejara golpear por su líder espiritual en "Nuevo Amanecer". David  Koresh adoctrinó a sus seguidores precisamente con esa doctrina para que no cuestionaran su escandalosa inmoralidad sexual y proclividad a la violencia. 

Entendámoslo: cuando un líder autoritario enseña insistentemente que no lo debemos juzgar, por lo general lo que quiere decirnos es que él quiere vivir haciendo fechorías o delinquiendo, y que no desea que nadie lo confronte. 

La Enseñanza de la Obediencia Incondicional 

Otra enseñanza que fomenta el autoritarismo es la que dice que debemos obedecer al ministro en todo lo que él pida, aunque esté contradiciendo la Palabra de Dios que él mismo enseña. Para respaldar esta doctrina torcida se suele hacer mucho énfasis en que estos líderes son "los ungidos de Dios", los siervos elegidos o los representantes en exclusiva de Cristo en la tierra. Esto provoca que las ovejas los vean como superhombres o seres infalibles, en lugar de lo que realmente son: simples seres humanos que derivan su autoridad moral y espiritual a través de las enseñanzas de las Sagradas Escrituras y que pueden desviarse y corromperse si se descuidan. Esta doctrina fue la que hizo que los seguidores de David Koresh le obedecieran inclusive para cometer crímenes. Del mismo modo, Joanna, según explicó ella misma, no se atrevía a cuestionar el que la golpearan, pues le habían enseñado esa doctrina, "si es un siervo de Dios o un ungido, todo lo que hace o dice tiene que estar bien". Teresa, la adolescente que fue abusada sexualmente por su pastor en la Iglesia Pentecostal Peniel, fue expuesta a este mismo tipo de adoctrinamiento. En el catolicismo esta enseñanza está implícita en muchos casos de abuso sexual a menores y en fraudes como el que sufrió María Luisa Montoya. 

La enseñanza falsa de que los líderes religiosos son gente tan "especial" que no está sujeto a rendir cuantas a sus feligreses ha sido propagada en muchas ocasiones por medio de un texto del Antiguo Testamento que dice "No toquéis a mis ungidos" (Salmo 105:15). El objetivo de esta enseñanza es provocar un temor supersticioso en los oyentes. Temor de no "tocar" al ungido para no pecar contra Dios. "No tocarlos" según interpretan estos tiranos modernos, es no cuestionarlos en lo más mínimo o no desobedecer ni siquiera sus más extraños caprichos. De esta manera intimidan a la gente y la inhiben en sus conciencias para manipularlas como ellos quieren. En ocasiones esta enseñanza se refuerza con amenazas de horribles castigos y frases como las que enseña la secta guatemalteca Hebrón, "todos los que no se sujetan, terminarán como Judas". Es la forma de gobernar por medio del imperio del miedo y del temor servil.

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