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jueves, 23 de diciembre de 2010

El Fin del Experimento Estadounidense


Mientras veo el futuro de nuestra nación hoy, debo admitir que tengo sentimientos ambivalentes. Estoy extremadamente triste y, sin embargo, estoy lleno de una gozosa expectativa.

Siento un profundo sentido de tristeza mientras veo al Gran Experimento Estadounidense en el gobierno representativo llegar a su fin. Hemos sido bendecidos abundantemente por Dios desde que nuestros ancestros llegaron a este continente, y hemos servido como un canal de Sus bendiciones a otras naciones, como un proclamador del Evangelio y como un campeón de los derechos humanos.

Claves de Nuestro Éxito

Uno de los secretos de nuestro gran éxito fue nuestro compromiso a los principios judeo-cristianos revelados en la Palabra de Dios. Esos principios sirvieron como el fundamento de nuestros sistemas de gobierno, educación y economía.

Una razón aún mayor para nuestro éxito fenomenal fue nuestro compromiso al Evangelio del Señor Jesucristo. Nuestros ancestros vinieron a este continente en busca de libertad para proclamar el Evangelio. Nuestra nación fue establecida como una nación cristiana. Nuestras relaciones estaban gobernadas por principios cristianos. Nuestras leyes estaban basadas en los mandamientos de Dios. La Iglesia, fuera Católica o Protestante, nos proporcionaba nuestra razón de ser.

Nuestra Trayectoria

Estábamos lejos de ser perfectos. Batallamos con asuntos difíciles como relaciones raciales, derechos de las mujeres y el balance entre los obreros y la administración. Pero nuestros corazones estaban en el lugar correcto, debido a los principios cristianos que nos impulsaron en la dirección correcta. Gradualmente progresamos en todas estas áreas difíciles y muchas otras.

A lo largo de los siglos, mientras buscamos evangelizar el continente americano, también enviamos misioneros a las partes más remotas de la tierra.

En la primera mitad del XX Siglo, nos remontamos a grandes alturas mientras llegamos al rescate del mundo en dos guerras mundiales. En ambos casos, entramos a estos conflictos internacionales por propósitos desinteresados – no para ganar territorio, sino para “hacer al mundo seguro para la democracia”.

Nuestro Punto de Tropiezo

Pero en la cúspide de nuestro poder y gloria, después de nuestra victoria en la II Guerra Mundial, empezamos a volver nuestras espaldas a Dios. Quitamos nuestros ojos de Quien nos había bendecido tan abundantemente y empezamos a enfocarnos en nosotros mismos. Le entregamos nuestros corazones al materialismo.

En el proceso, empezamos a divorciar a Dios de nuestras vidas – sacándole de nuestras escuelas y separándole de nuestros procesos de gobierno. La secularización de nuestra sociedad se convirtió en nuestra pasión, y el resultado fue el creciente paganismo en cada aspecto de la vida.

Nuestra Rebelión Persistente

Nos hemos burlado de Dios. Le hemos dado nuestros corazones a los ídolos. Nos hemos olvidado de la fuente de nuestras bendiciones. Hemos puesto oídos sordos a las voces proféticas que Dios ha levantado para llamarnos al arrepentimiento. Hemos ignorado los juicios remediales que Él ha colocado sobre nosotros, descartándolos como coincidencia.

Ahora debemos enfrentar las consecuencias de nuestra rebelión. Dios ha retrocedido y ha bajado nuestra barrera de protección. Él está permitiendo que la maldad se multiplique. La codicia está destruyendo nuestra economía. La incivilidad está destrozando nuestra estructura social.

El dinero se ha convertido en nuestro dios.

La creencia en el Hombre se ha convertido en nuestra religión.

La búsqueda del placer se ha convertido en nuestro estilo de vida.

Y la recompensa es el nihilismo. Estamos sumidos en la desesperación.

Estamos destinados a la destrucción. Pero aun cuando soy testigo de la desintegración de todo lo que estimo querido, mi corazón está lleno de gozosa expectativa debido a que las señales de los tiempos literalmente están gritando que toda la historia está a punto de llegar a su consumación con el regreso de Jesús.

Un Recordatorio Bíblico

Mis sentimientos mezclados me recuerdan a Jeremías, después de que su amada ciudad y templo habían sido destruidos por los babilonios y su nación había sido llevada cautivada. Él escribió un lamento fúnebre llamado Lamentaciones, en el que ventiló la agonía de su corazón. Pero justo a la mitad de él, en un gran acto de fe, repentinamente se detuvo e hizo una de las declaraciones más prometedoras que puedan hallarse en la Palabra de Dios (Lamentaciones 3:21-24):

"Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré".

Basado en esas promesas, sé con absoluta seguridad:

Que Jesús vuelve pronto;

Que Él derrotará a todos los enemigos de Dios;

Que Él establecerá un reinado mundial que traerá paz, rectitud y justicia a todas las naciones.

Y que a todos nosotros que somos creyentes nos será dada la increíble bendición de gobernar con Él.

Difícilmente puedo esperar. Todo dentro de mí anhela el día glorioso muy cercano cuando Jesús surgirá de los cielos.

El Nuevo Mundo en el Horizonte

El sistema mundial corrupto que actualmente domina a este mundo está destinado a ser destruido. Un nuevo mundo se acerca donde no habrá desamparados, pobres, ni hambre. La justicia prevalecerá. La justicia y la equidad abundarán.

Una representación de un artista desconocido del reinado milenial de Jesús. La luz sale desde Jerusalén, los hombres convierten sus espadas en arados, un niño juega con una serpiente y el lobo habita pacíficamente con el cordero.

Las naciones de ese mundo estarán comprometidas con el Señor, y las bendiciones del Señor cubrirán la tierra como las aguas cubren el mar.

No es de extrañar que el apóstol Pablo escribió: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18).

En los días tenebrosos que tenemos por delante, tengamos en cuenta que Dios está en Su trono, Él aún escucha las oraciones, Él aún responde las oraciones y tiene la sabiduría y el poder para orquestar toda la maldad de Satanás y el Hombre para el triunfo de Jesús. También tenga en cuenta que:

“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Cor. 2:9).

Pero Dios nos ha revelado estas cosas en Su Palabra. Aférrese a estas revelaciones en los días venideros. Aférrese a Sus promesas gloriosas y usted será sostenido.

"!Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!" (Salmo 8:1)

Nota del traductor: Este artículo está tomado del Epílogo de la tercera edición del nuevo libro del Dr. Reagan, America the Beautiful? The United States in Bible Prophecy) [Available only in English]


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Estados Unidos en la Profecía Bíblica

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (
endefensadelafe.org)

Original article:
The End of the American Experiment

Cortesía de:
The Christ in Prophecy Journal (
lamblion.us)

sábado, 27 de noviembre de 2010

¿Está Defendiendo la Justicia?



En estos tiempos del fin, Dios nos está llamando a defender la justicia en medio de una sociedad que se vuelto tan malvada que ha olvidado cómo avergonzarse (Jeremías 6:15).

Hay tres cosas que cada uno de nosotros necesita hacer con el fin de defender la justicia.

Un Llamado a la Acción

En primer lugar, necesita pedirle a Dios que ponga un asunto en su corazón. Usted no puede oponerse activamente a toda la maldad, porque es mucha. Debe enfocar su tiempo y energía. Piense en ello de esta forma: Si usted derrama agua sobre el suelo, ésta corre en cualquier dirección; pero si la vierte sobre un canal que corre sobre un molino de agua, usted puede generar electricidad.

Así pues, pídale a Dios que ponga en su corazón la carga de un tema en particular. Usted podría despertar en la noche llorando por los que están atados por el homosexualismo. O, mientras ora, usted podría empezar a sentir un gran sentido de compasión por las mujeres que estén considerando un aborto.

Una vez que Dios le dé la carga, entonces cambie su oración y empiece a preguntar lo que Él quiere que usted haga al respecto. Recuerde, Dios no llama a todos a hacer la misma cosa.

Tome, por ejemplo, el tema del aborto. Él podría llamar a una persona a que sea un soldado de vanguardia que se siente en la puerta de una clínica y que se arriesgue a ser arrestado. Él podría llamar a otro para que se mantenga al otro lado de la calle y ore o sirva como un consejero de acera. Él podría motivar a otro para que escriba cartas a los periódicos y a los políticos. El podría llamar a otros para que sirvan como contribuyentes financieros. Él aun podría llamarlo para que adopte a un bebé que alguien quiera abortar.

Finalmente, después de que el Señor haya identificado su asunto y le haya dicho lo que tenga qué hacer, entonces siga ese lema popular que dice, “¡Sólo hazlo!”. Él le dará los dones que necesita para hacer el trabajo y le dará las oportunidades. Recuerde, Él está buscando activamente en la tierra personas que le hayan entregado su corazón a Él para mostrar Su poder a favor de ellos (2 Crónicas 16:9). Donald K. Campbell, autor de Jueces: Líderes en Tiempos de Crisis, escribió, “El requisito de la utilidad no es la habilidad, sino la disponibilidad y la confianza en el poder capacitador de Dios”.

Así es como Pablo lo dijo: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (1 Timoteo 1:12).

Un Monje que Desafió a un Imperio

En el Siglo IV, había un monje llamado Telémaco. Vivía solo como un ermitaño en el desierto buscando a Dios. Un día se convenció de que él era egoísta y no desinteresado y decidió que pasaría el resto de su vida sirviendo a las personas, permitiéndole a Dios tocarlas por medio de él.

El se dirigió hacia Roma. Llegó cuando los romanos estaban celebrando una victoria militar sobre los godos. Los prisioneros de guerra estaban desfilando por las calles. Escuchó que iba a haber una gran celebración de victoria en el Coliseo y decidió ir.

Estaba sorprendido de encontrar a 50,000 personas vitoreando mientras los prisioneros de guerra peleaban entre ellos hasta la muerte en los juegos de gladiadores (Tenga en mente que Roma se había convertido oficialmente en cristiana para esta época). Telémaco no pudo soportar lo que estaba viendo. Estaba moralmente ultrajado y decidió tomar acción.

Descendió corriendo los escalones, saltó el muro de contención y se puso entre dos gladiadores, señalándoles que detuvieran su combate. La multitud estaba enfurecida. Empezaron a cantar por la vida del monje. Finalmente, el comandante de los juegos cedió a la lujuria de sangre de la multitud y dio la señal para que Telémaco fuera masacrado.

Telémaco separa a los gladiadores y pierde su propia vida.

Repentinamente, un silencio cayó sobre la multitud, a medida que las personas empezaban a darse cuenta de que habían alentado el asesinato de un hombre piadoso – un ministro de Cristo. Los juegos terminaron y no se reanudaron jamás. Edward Gibbon, en su libro, La Decadencia y la Caída del Imperio Romano escribió: “Su muerte fue más útil a la Humanidad que su vida”.

Nunca subestime lo que una persona puede lograr cuando esa persona es llamada y facultada por Dios.

[Nota: Este ensayo fue tomado del libro del Dr. Reagan, Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (written in English), páginas 174-175].


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (
endefensadelafe.org)

Original article:
Are you standing for righteousness?

Cortesía de:
The Christ in Prophecy Journal Blog

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