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miércoles, 12 de septiembre de 2018

Libro: Voces Proféticas de Dios para los Estados Unidos – Índice



Contenido

Prefacio

Prólogo: La Crisis Espiritual de los Estados Unidos


Parte 1: Voces Pasadas

Capítulo 1 — Peter Marshall
Una Voz Pidiendo Compromiso

Capítulo 2 — David Wilkerson
Una Voz Advirtiendo a los Estados Unidos

Capítulo 3 — Francis Schaeffer
Una Voz Abogando por una Cosmovisión Bíblica

Capítulo 4 — Aleksandr Solzhenitsyn
Una Voz Suplicando Recuerdo


Parte 2: Voces Actuales

Capítulo 5 — Donald Wildmon
Una Voz Clamando por Decencia

Capítulo 6 — Erwin Lutzer
Una Voz Enfatizando la Maldad del Hombre

Capítulo 7 — David Jeremiah
Una Voz Condenando la Rebelión

Capítulo 8 — William Koenig
Una Voz de Advertencia Concerniente a Israel

Capítulo 9 — Jan Markell
Una Voz Denunciando la Apostasía

Capítulo 10 — Albert Mohler Jr.
Una Voz Confrontando a los Intelectuales

Capítulo 11 — Franklin Graham
Una Voz Llamando al Arrepentimiento

Capítulo 12 — Robert Jeffress
Una Voz Advirtiendo del Juicio Inminente

Capítulo 13 — Jonathan Cahn
Una Voz Declarando la Destrucción Inminente


Parte 3: Un Resumen

Capítulo 14 — ¿Están los Estados Unidos Condenados?

Acerca del Autor

Créditos de las Fotografías

Referencias



Estimado lector: Si siente de parte de Dios apoyar la traducción de este valioso libro, visite la sección Donativos para que conozca cómo podrá hacerlo. 

viernes, 13 de abril de 2018

La Prueba del Profeta




Los imitadores y los falsificadores siempre han asediado la Palabra y el Camino verdaderos de Dios. Por esta razón, el Señor determinó un claro conjunto de pruebas que la persona debe pasar para que la reconozcan como vocero auténtico de Dios. Hay cuatro pasajes principales del Antiguo Testamento que tratan el tema de los falsos profetas: 

1) Deuteronomio 13:1-18; 
2) Deuteronomio 18:9-22; 
3) Jeremías 23:9-40; y 
4) Ezequiel 12:21-14:11.

Al examinar estos cuatro pasajes, y muchos otros, la Escritura presenta por lo menos siete características del profeta verdadero. Aunque todas estas características no se hallen en cada profeta, algunos profetas las presentan todas. Sin embargo, para todo seguidor de Dios que realmente deseara saber quién era verdadero y quién era falso, no había duda acerca de la autenticidad del profeta.

Las siete características distintivas del profeta verdadero

1. El profeta verdadero nunca recurría a la adivinación, la hechicería ni la astrología (Deuteronomio 18:9-14: Miqueas 3:7; Ezequiel 12:24). La fuente del mensaje profético era Dios mismo (2 Pedro 1:20-21).

2. El profeta verdadero nunca adaptaba su mensaje para servir las ansias o deseos de la gente (Jeremías 8:11; 28:8; Ezequiel 13:10). Los profetas falsos daban un mensaje que les acarreaba popularidad y dinero. Eran los profetas al estilo de las grandes empresas ricas, como las 500 de la revista Fortune, los oportunistas religiosos (Miqueas 3:5-6, 11). El profeta verdadero daba el mensaje de Dios sin alteraciones e independientemente de sufrir pérdidas y vergüenzas personales y hasta daño físico.

3. El profeta verdadero mantenía su integridad y carácter personal (Isaías 28:7; Jeremías 23:11; Oseas 9:7-9; Miqueas 3:5, 11; Sofonías 3:4). Jesús dice que los profetas verdaderos y los falsos serían conocidos por sus frutos, esto es, por lo que hacen y dicen (Mateo 7:15-20).

4. El profeta verdadero estaba dispuesto a sufrir en aras de su mensaje (1Reyes 22:27-28; Jeremías 38:4-13; Ezequiel 3:4-8).

5. El profeta verdadero anunciaba el mensaje coherente con la ley y los mensajes de otros profetas verdaderos (Jeremías 26:17-19). El mensaje nunca contradecía ni desechaba una verdad anteriormente revelada, sino que la confirmaba y se edificaba sobre ese cuerpo de verdad (Deuteronomio 13:1-3).

6. El profeta verdadero tenía el cien por ciento de éxito cuando predecía acontecimientos futuros (Deuteronomio 18:21-22). ¡Al contrario de los “psíquicos” (espiritistas) modernos, no bastaba con tener una tasa de éxito que fuera interior a lo absoluto! Si el supuesto profeta no tenía el cien por ciento de precisión, la gente tenía que sacarlo fuera de la ciudad y apedrearlo (Deuteronomio 18:20).

7. A veces el profeta veía legitimado su mensaje por la obra de uno o más milagros (ver Éxodo 5-12). Sin embargo, esta prueba no era concluyente porque los profetas falsos también hacían milagros ocasionalmente (Éxodo 7:1-12; 8:5-7; Marcos 13:22; 2 Tesalonicenses 2:9). Por tanto, Moisés señala más de esta prueba en Deuteronomio 13:1-3:

Si se levanta en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncia una señal o un prodigio, y la señal o el prodigio se cumple, acerca del cual él te había hablado, diciendo: “Vamos en pos de otros dioses a los cuales no has conocido y sirvámosles”, no darás oído a las palabras de ese profeta o de ese soñador de sueños; porque el Señor tu Dios te está probando para ver si amas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.

La prueba verdadera era el contenido del mensaje, no los milagros. El profeta verdadero sólo hablaba en el nombre del Señor y llamaba a la gente hacia Dios, no para alejarla de Dios.

Tomado de: 
El Libro Completo sobre Profecía Bíblica, por Mark Hitchcock (págs. 18-20).

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