miércoles, 31 de mayo de 2017

El Arca del Pacto

Su origen, propósito y destino




Fue a mediados de la década de los 80’s, y yo estaba llevando a un grupo de peregrinos en una gira a Tierra Santa. Habíamos hecho el largo viaje desde el Mar de Galilea hasta Jerusalén y habíamos llegado a “la ciudad del Gran Rey” agotados.

Parecía como si apenas me hubiera ido a dormir, cuando fui despertado de golpe por el teléfono. Asumiendo que era mi llamada para despertarme, levanté el auricular y mascullé, “Gracias”.

Me sorprendí al escuchar una voz familiar del otro lado. “¡Hola David, te llamo desde Texas!”.

 “¿De Texas?”, respondí. "¿Desde Texas?".

 “Sí”, respondió mi amigo, “¿y adivina qué? ¡Han encontrado el arca!”.

 “¿Qué cosa?”.

 “¡El arca!”.

 “¿De Noé?”.

 “No, tonto, el Arca del Pacto”.

Huelga decir que esa declaración realmente me despertó.

Un Descubrimiento Sorprendente

Mi amigo procedió a explicarme que acababa de leer en el Dallas Morning News acerca del descubrimiento del Arca del Pacto perdida. Supuestamente había sido hallada en el Monte Pisga (Monte Nebo) en Jordania, por un grupo religioso de Kansas.


Todo sonaba un poco raro para mí. Sospeché que alguien había perdido contacto con la realidad después de haber visto la popular película, Los Cazadores del Arca Perdida.

No obstante, descendí rápidamente al vestíbulo del hotel para conseguir la última copia de The Jerusalem Post. Efectivamente, ahí en la portada estaba la historia. El escritor evidentemente compartía mi escepticismo debido a que el titular decía: “¡Hay un Arca en esas colinas!”.

Un Descubrimiento Sospechoso

La historia era directamente de Alicia en el País de las Maravillas. Una secta del tiempo del fin de Winfield, Kansas, que se hacía llamar Instituto para la Restauración de la Historia Antigua Internacional, había emitido una declaración que afirmaba que habían descubierto el Arca en un pasaje sellado en el interior del Monte Pisga.

No ofrecieron ninguna evidencia, a pesar de que afirmaron haber tomado fotografías. También se negaron a revelar la ubicación exacta de su hallazgo.

El líder del grupo, quien tenía reputación de ser antisemita, dijo que iba a probar su buena voluntad hacia los judíos al entregar toda su evidencia a David Rothschild.

Cuando se le preguntó el porqué había escogido a Rothschild, él respondió que consideraba que Rothschild era el líder de los judíos (¡una antigua actitud antisemita!). También explicó que él pensó que Rothschild tenía el poder para ayudar a su grupo a lidiar con el gobierno jordano y el Vaticano.

Un Descubrimiento Provocador

Los titulares han disminuido desde entonces. El grupo de Kansas ha regresado a su anonimato en los campos de trigo. Y la película, Los Cazadores del Arca Perdida, se ha convertido en una aventura clásica.

Pero el incidente y la película motivaron muchas preguntas, algunas de las cuales se relacionan con los eventos del tiempo del fin. ¿Qué era el Arca del Pacto? ¿Por qué era tan importante para los judíos? ¿Qué le ocurrió? ¿Será hallada otra vez? ¿Es esencial para la reedificación del Templo judío?

La Biblia y el Arca

El origen del Arca se encuentra en Éxodo 25:10-22. Dios le ordenó a Moisés construir el Arca para que albergara las tablas de piedra en las que Él había escrito los Diez Mandamientos. El Arca era una caja de aproximadamente 4 pies de largo, 2 ½ pies de ancho y 2 ½ pies de altura. Estaba hecha de madera de acacia y estaba cubierta de oro por dentro y por fuera.

La tapa que cubría la caja era llamada el “propiciatorio”. Estaba hecha de oro puro. Dos querubines de oro estaban montados sobre la tapa, uno en cada extremo. Los querubines estaban el uno frente al otro y las alas de uno estaban extendidas hacia el otro, eclipsando al propiciatorio.



Según Hebreos 9:4, dos objetos más fueron añadidos después al contenido del Arca. Uno de éstos era una vasija con maná, la comida milagrosa que Dios suplió a los hijos de Israel en el desierto (Éxodo 16). El otro objeto era la vara de Aarón que floreció (Números 17). Y, según Deuteronomio 31:24-26, el Arca también contenía el Pentateuco de Moisés (los primeros cinco libros de las Escrituras hebreas).

Posteriormente, estos objetos adicionales debieron haber sido removidos del Arca, ya que cuando el Templo de Salomón fue dedicado, el Arca sólo contenía las tablas de piedra con los Diez Mandamientos grabados sobre ellas (2 Crónicas 5:7-10).

El Arca estaba alojada en el Lugar Santísimo, la cámara más recóndita del Templo. Una vez al año, el Día de la Expiación, el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo y rociaba sangre sobre el asiento de la misericordia para hacer expiación por sus pecados y los pecados de la nación de Israel (Levítico 16 y Hebreos 9). Debido a que Dios le había prometido a Moisés que Él comulgaría con Israel “de sobre el propiciatorio” (Éxodo 25:22), se desarrolló el concepto de que Jehová de los Ejércitos estaba entronado en los querubines del Arca (vea 1 Samuel 4:4 e Isaías 37:16).

El Simbolismo del Arca

Se ha hablado mucho del simbolismo del Arca, y con justa razón. Basta decir que cada aspecto del Arca apuntaba a Jesús.

La madera de acacia simbolizaba la humanidad de nuestro Señor. La incrustación de oro denotaba Su deidad. Los Diez Mandamientos y el Pentateuco en el interior del Arca describían a Jesús con la Ley de Dios en Su corazón, viviendo en perfecta obediencia a ella. La vasija de maná hablaba de Jesús como el Pan de Vida o como nuestro sustentador de la vida. La vara de Aarón que floreció profetizaba obviamente la resurrección.

El propiciatorio también era un símbolo que señalaba al Mesías. Representaba el hecho de que la obra de Jesús en la Cruz cubriría la Ley de Dios con Su misericordia, haciendo posible que aquellos que pongan su fe en Jesús sean reconciliados con Dios. Es una ilustración de cómo el trono divino se transformó de un trono de juicio en un trono de gracia, por la sangre expiatoria que fue rociada sobre él.

El Peregrinaje del Arca

Mientras los hijos de Israel vagaron en el desierto durante 40 años, el Arca fue llevada delante de ellos en postes dorados por los sacerdotes, siguiendo “la nube de Jehová” con el fin de “buscarles un lugar de descanso” (Núm. 10:33). El Arca fue llevada a Canaán cuando los israelitas cruzaron el Jordán, y fue decisiva en su victoria sobre Jericó (Josué 6). Durante el periodo de 400 años de los Jueces, el Arca estuvo alojada en el Lugar Santísimo del Tabernáculo, que fue erigido en el centro religioso de Shiloh (Jueces 18:31 y 1 Samuel 1:3).

Durante la última parte del período de los Jueces, cuando la apostasía era rampante en Israel, se tomó la decisión de llevar el Arca a una batalla contra los filisteos como un amuleto de buena suerte (1 Sam. 4:1-4). Esta profanación del Arca sagrada enfureció al Señor, y Él permitió que los filisteos ganaran la batalla y capturaran el Arca (1 Samuel  4:5-11).

Los filisteos llevaron el Arca a Asdod, donde la colocaron en el templo de Dagón. Pero el Arca demostró ser una caja caliente para los filisteos. Cuando toda clase de calamidades empezaron a afligirlos, decidieron regresar el Arca (1 Samuel 5 y 6).

Fue llevada primero a Gat, pero cuando los hombres de la ciudad fueron afectados con tumores, fue enviada a Ecrón, donde estallaron aflicciones similares. En ese punto, la cargaron sobre una carreta halada por dos vacas y apuntando en la dirección de Israel. Las vacas vagaron hasta que llegaron a la aldea llamada Bet-semes. Cuando la gente de esa ciudad se aventuró a mirar dentro del Arca por curiosidad, un gran número fue herido de muerte (1 Samuel 6:19-21). Decidieron rápidamente permitir que el Arca prosiguiera su viaje. Ésta acabó en la villa de Quiriat-jearim, localizada a pocos kilómetros del noroeste de Jerusalén (1 Sam. 7:1-2). Permaneció ahí durante casi 70 años en la casa de Abinadab. (Los 70 años fueron los últimos 20 años de la judicatura de Samuel, los 40 años del reinado de Saúl, y los primeros 7 años del reinado de David en Hebrón, antes que se mudara a Jerusalén).


La Iglesia del Arca del Pacto en la moderna Abu Gosh, la ciudad bíblica de Quiriat-jearim. La iglesia marca el sitio donde el Arca descansó en una granja por casi 70 años durante un tiempo de gran apostasía en Israel.

Cuando David llegó a Jerusalén, la primera prioridad de su administración fue proveerle al Arca un lugar adecuado de descanso, porque estaba ansioso por devolver el símbolo de la presencia de Dios a la vida de la nación (Salmo 132:1-5). El regreso del Arca fue una ocasión de gran regocijo (1 Crónicas 15:25-29). David la puso en una tienda en el Monte Moriah (el Monte del Templo actual), donde permaneció hasta que su hijo Salomón construyó el Templo. El Lugar Santísimo en el Templo se convirtió en el lugar de descanso final del Arca (1 Reyes 8 y 2 Crónicas 5).

El Arca Perdida

Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con el Arca. La última vez que se menciona en las Escrituras es en 2 Crónicas 35:3. Este pasaje deja en claro que el Arca seguía existiendo en la época del avivamiento espiritual dirigido por el joven rey Josías. 22 años después de la muerte de Josías, Judá cayó ante los babilonios (586 a.C.) y el Arca desapareció.

La mayoría de los eruditos creen que simplemente fue destruida cuando el Templo fue quemado. Otros creen que fue capturado como un trofeo de guerra, llevada a Babilonia y, probablemente, fundida por su oro. Pero muchos creen que sobrevivió y que en la actualidad está oculta en alguna parte.

La Teoría de la Destrucción

Aquellos que creen que el Arca se perdió cuando los babilonios conquistaron Jerusalén y destruyeron el Templo señalan a 2 Reyes 24:13 y el pasaje paralelo en 2 Crónicas 36:18. Ambos afirman que “todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y pequeños, y los tesoros de la casa de Dios”, fueron llevados a Babilonia. Pero los sabios judíos han argumentado siempre que el Rey Salomón anticipó ataques contra Jerusalén y el Templo y que, por lo tanto, construyó una bóveda para el Arca que estaba ubicada en lo profundo del Monte del Templo y protegida por laberintos y pasajes secretos.1 Además, señalan que cuando los judíos fueron liberados de la cautividad babilónica por Ciro, el Arca no se menciona en la lista de tesoros del Templo que fueron dados a aquellos que regresaban a Jerusalén (Esdras 1:5-11).

La idea de una bóveda secreta debajo del Monte del Templo es ciertamente plausible. Por otra parte, la existencia de tal escondite está implícito en 2 Crónicas 35, donde se nos dice que el Rey Josías ordenó a los sacerdotes levitas que restauraran el Arca al Templo. Evidentemente había sido removida durante el reinado del malvado rey Manasés, quien profanó el Templo con altares dedicados a dioses extraños (2 Crónicas 33:1-5).

Evidencia adicional de que el Arca pudo haber sido destruida por los babilonios, es el hecho de que el Arca nunca fue restaurada al Lugar Santísimo cuando el Segundo Templo fue construido después del regreso de los judíos de la cautividad babilónica. Cada año, en Yom Kippur, cuando el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo, rociaba la sangre en una porción del lecho de la roca que sobresalía del suelo — supuestamente la roca sobre la cual el Arca había descansado tradicionalmente . Esta roca era llamada “la piedra de fundamento”.2 El hecho de que el Lugar Santísimo permaneció vacío sin el Arca es atestiguado por el historiador romano, Tácito. Él declara que cuando el general romano, Pompeyo, conquistó a Judá en el 63 a.C., entró al Lugar Santísimo y lo encontró completamente vacío.3

Los sabios judíos contra argumentan que la razón por la que el Arca nunca fue restaurada al Lugar Santísimo en el Segundo Templo es debido a que los judíos nunca fueron independientes después que regresaron a su tierra. Primero estuvieron bajo el control persa, y luego fueron conquistados por los romanos. Mantienen que debido a esta dominación extranjera, el Arca fue dejada en su escondite durante el periodo del Segundo Templo (516 a.C. al 70 EC).

La Tradición Judía

Como se indicó anteriormente, la tradición judía es que el Arca fue colocada en una bóveda subterránea en la época del asedio babilonio de Jerusalén y que permanece ahí hasta este día. Esta tradición es afirmada por varios pasajes en el Talmud. Los sabios judíos también creen que sepultados con el Arca existen otros tesoros del Templo tales como el Tabernáculo de Moisés (el templo tienda usado durante la peregrinación por el desierto y el periodo de los Jueces), el altar del incienso, la vara de Aarón, la olla de maná y las tablas de Moisés.4

En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, los judíos recuperaron el control de la Ciudad Antigua de Jerusalén por primera vez en la historia moderna. Las esperanzas se elevaron entre muchos de los judíos ortodoxos de que este evento trascendental les daría la oportunidad de explorar debajo del Monte del Templo para buscar la bóveda que contiene el Arca. Sin embargo, el General Moshe Dayán, actuando bajo su propia autoridad, decidió casi inmediatamente entregar de regreso el control del Monte a las autoridades musulmanas. Hizo esto para prevenir cualquier intento de destruir el Domo de la Roca. También consideró que tal gesto les indicaría a los árabes que los israelíes querían vivir en paz con ellos. Dayán era un judío secular, y el Monte del Templo significaba poco para él.

Desde ese entonces, Israel ha tenido soberanía sobre el Monte del Templo, pero ha cedido el control del mismo a las autoridades musulmanas. Esto ha hecho que sea imposible para los judíos llevar a cabo excavaciones arqueológicas en, o debajo, del Monte del Templo.

El Domo del Espíritu, en la cima del Monte del Templo, es el lugar que algunos arqueólogos creen que era el sitio real del Lugar Santísimo, por tres razones: 1) está en perfecta alineación con la antigua Puerta Oriental; 2) es el único lugar en el Monte del Templo donde el lecho sólido está expuesto; y 3) la cúpula se encuentra a 330 pies al norte del Domo de la Roca, lo que permite suficiente espacio para reconstruir el templo judío en este sitio si uno fuera a "deja aparte el atrio de afuera del templo", como Dios le instruyó a Juan en Apocalipsis 11:2. 

En 1981, algunos rabinos judíos comenzaron a limpiar los escombros de un área cercana a la zona del Muro de los Lamentos con el fin de establecer una sinagoga. En el proceso descubrieron lo que se llama La Puerta de Warren. Era una puerta que había sido descubierta un siglo antes por el explorador británico Charles Warren durante una investigación subterránea, pero que nunca había sido excavada en su totalidad. Se creyó que ésta era la puerta que conducía al área más cercana del Lugar Santísimo. La puerta estaba sellada, pero los rabinos la abrieron y empezaron a hacer un túnel debajo del Monte del Templo hacia el área que estaba debajo del Lugar Santísimo. Pero antes de que pudieran llegar muy lejos, fueron descubiertos por las autoridades musulmanes y fueron forzados a detenerse.

El Rabinato judío actual adopta la postura de que el Arca está ubicada definitivamente en una bóveda debajo del Monte del Templo, pero han dictaminado que ningún judío puede entrar a la bóveda hasta que el Mesías aparezca y revele la ubicación exacta del Lugar Santísimo.5

Una de las autoridades principales de la cristiandad en el tema del Arca es Randall Price, un experto de la profecía bíblica y un profesor de Estudios Judaicos en la Universidad Liberty en Lynchburg, Virginia. Él ha concluido que el Arca aún sigue existiendo y se encuentra debajo del Monte del Templo.6

La Tradición de Jeremías

Una de las tradiciones más antigua y fuerte con respecto al destino del Arca es una que se encuentra en el libro apócrifo de 2 Macabeos, que fue escrito durante el periodo inter-Testamentario. Ésta argumenta que Jeremías huyó de Jerusalén con el Arca y la enterró en una cueva en el Monte Nebo, que está ubicado en la moderna nación de Jordania.

La narrativa en ese libro dice:

 “…el profeta Jeremías, obedeciendo a órdenes del Cielo, se hizo acompañar por el Arca de la Alianza con su toldo y fue al cerro donde Moisés había subido y desde el cual había contemplado la tierra prometida. Allí Jeremías encontró una caverna; metió en ella el Arca, el toldo que la cubría y el altar del incienso y luego tapó la entrada con piedras” (2 Macabeos 2:4-5).

Los dos libros de Macabeos no son parte del canon bíblico aceptado y, por lo tanto, no son considerados como inspirados por Dios. La historia acerca de Jeremías podría ser cierta, o podría ser simplemente una leyenda.

La Tradición Vaticana

Hay algunas personas que creen que el Arca del Pacto está en el Vaticano. Basan su creencia en el hecho de que el arco que se construyó en Roma en honor de la victoria de Tito sobre los judíos contiene un friso que muestra a los cautivos judíos cargando una gran menorá, que es un candelabro de siete brazos.

Una sección de un friso del Arco de Tito en Roma que muestra a cautivos judíos marchando hacia la ciudad cargando artefactos de Jerusalén, incluyendo una enorme menorá.

Muchos asumen que la menorá es una del Templo, pero eso es poco probable por muchas razones. En primer lugar, su base es de forma octagonal con imágenes grabadas. La menorah del Templo siempre es descrita en la literatura judía teniendo una base de tres patas o triangular. Y ningún objeto en el Templo habría tenido alguna imagen grabada en ellos. Eso habría sido considerado crasa idolatría. Además, la menorá del Templo estaba hecha de oro macizo y, de esta forma, habría sido demasiada pesada como para que una o dos personas la cargaran en sus hombros, como muestra el friso.

La teoría es que los tesoros del Templo, incluyendo el Arca, fueron llevados a Roma y, finalmente, terminaron en las bóvedas del Vaticano después del colapso del Imperio Romano. Con el paso de los años, el Vaticano ha negado firmemente que tenga posesión de alguno de los tesoros del Templo.

La Tradición Etíope

Ha existido un rumor durante muchos años de que el Arca del Pacto está en la Iglesia Santa María de Sión, en Axum, Etiopía. Durante los últimos años, esta idea ha sido popularizada en los escritos de Grant Jeffrey, un escritor canadiense de profecía bíblica.

Este rumor está basado en una historia extraña de que el Arca fue contrabandeada fuera de Jerusalén por Menelik I, el supuesto hijo de una unión entre la Reina de Saba y el Rey Salomón. Supuestamente, una réplica del Arca quedó en el Lugar Santísimo en el Templo en Jerusalén. La motivación para mover el Arca fue para protegerla del Rey Manasés, uno de los reyes más malvados de la historia de Judá.7

La Iglesia de Santa María de Sion en Axum, Etiopía, donde el Arca del Pacto supuestamente está alojada.

Hay todo tipo de problemas con esta leyenda. Por un lado, es dudoso que la Reina de Saba gobernara sobre Etiopía. Es más probable que su reino fuera el moderno Yemen.

En cuanto a Menelik I, gobernó sobre Etiopía alrededor del 950 a.C., según la tradición. Manasés no se convirtió en rey de Judá hasta 253 años más tarde. Por lo tanto, la supuesta remoción de Jerusalén del Arca por Menelik, no pudo haber tenido algo que ver con tratar de protegerla del rey Manasés.

Harry Atkins, un historiador etíope, sostiene que no existe ningún registro de esta leyenda en la historia etíope hasta a finales del Siglo XIII. En esa época, había una disputa sobre quién debería ser rey y uno de los contendientes afirmaba ser un descendiente del Rey Salomón y la Reina de Saba. Atkins dice que fue en ese momento que la leyenda del Arca entró en la historia etíope.8

La Teoría Celestial

Otra teoría con respecto al destino del Arca es que fue trasladada o raptada, siendo llevada al Cielo para evitar que cayera en las manos de los babilonios. Esta teoría se basa en una referencia al Arca en Apocalipsis 11:19. Este pasaje es un flash-forward al final de la Tribulación, cuando el Cielo se abre y Jesús regresa en ira. El escritor afirma que cuando el Cielo se abrió “el arca de Su pacto se veía en Su templo”.

Descripción de un artista del Tabernáculo Celestial siendo revelado a Moisés en el Sinaí. Se le instruyó a Moisés a modelar el tabernáculo terrenal de acuerdo a él, incluyendo el Arca del Pacto (Éx. 25:8-9). [Artista desconocido]

Aquellos que rechazan esta teoría argumentan que el Arca vista en el Cielo en este pasaje es la realidad celestial de la que el Arca del Pacto fue sólo una sombra o copia terrenal (Hebreos 8:5).

El Arca Olvidada

Independientemente de lo que pasó con el Arca, las Escrituras sugieren que nunca se encontrará de nuevo. Ésta es una gran sorpresa para algunos cristianos que han asumido que se debe encontrar el Arca antes de que el Templo de la Tribulación sea construido y que el sacrificio de animales sea reinstituido. Otros simplemente han asumido que el Arca será reemplazada en el Lugar Santísimo cuando el Templo Milenial del Señor sea construido.

Pero Jeremías dice sin rodeos que “el arca del pacto del Señor… no vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se hará otra” (Jeremías 3:16). El contexto de este pasaje es el reinado Milenial de Jesús, por lo que no excluye la posibilidad de un descubrimiento antes de ese tiempo. De forma concebible, el Arca podría ser descubierta, y Satanás podría usar su descubrimiento para incitar la reconstrucción de un Templo donde un sistema sacrificial apóstata sería reinstituido. Sabemos que dicho Templo será construido, pero dudo que su construcción vaya a estar motivada por el descubrimiento del Arca.

El Arca No Esencial

El punto importante a tener en cuenta aquí es que el redescubrimiento del Arca no es esencial para la reconstrucción del Templo. Después de todo, el Templo fue reconstruido por Zorobabel después del cautiverio babilónico, y el Arca ya había estado perdida para esa época. No había ningún Arca en el Lugar Santísimo en el tiempo cuando Jesús adoró en el Templo.

Tampoco es necesaria el Arca para el Templo Milenial. Ezequiel describe el Templo con gran detalle (capítulos 40-42) y él nunca menciona el Arca. Hay un Lugar Santísimo (Ezequiel 41:4), pero está vacío, y no está separado del Lugar Santo por un velo.

Jesús ya ha entrado al Lugar Santísimo celestial en nuestro favor (Hebreos 4:14-16, 8:1-6). Él ha rasgado el velo que nos separaba de Dios, y sirve como nuestro Sumo Sacerdote, habiendo ofrecido Su propia sangre como el sacrificio perfecto por nuestros pecados (Hebreos 9:11-16). Él sirve como nuestro Mediador ante el trono del Padre (Hebreos 9:24-28).

Así pues, durante el Milenio, no habrá necesidad de un sumo sacerdote humano o de un Arca con un propiciatorio. Jesús servirá como rey y sumo sacerdote y, como tales, continuará sirviendo como el propiciatorio de la humanidad (Zacarías 6:12-13).

El Arca Verdadera

Con respecto a este concepto de Cristo como nuestro propiciatorio, permítame añadir una perspectiva penetrante que tomé de John MacArthur, uno de los más grandes predicadores de este país. El señaló un sencillo verso histórico que contiene una profunda verdad acerca de que Jesús es nuestro propiciatorio.

El verso es Juan 20:12. Hablando de María viendo dentro de la tumba vacía de Jesús, el verso dice, “y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto”. Lo que María vio, observó MacArthur, fue el nuevo propiciatorio, el propiciatorio perfecto.

Considere nuevamente lo que María vio. Ella observó a dos ángeles, sentado cada uno en cada extremo de la losa que había tenido el cuerpo quebrantado de nuestro Señor. Esa escena nos remite al Arca del Pacto, ¡donde dos querubines se cernían sobre su propiciatorio salpicado de sangre!

El Arca ya no es necesaria. Jesús ha cumplido todo lo que el Arca representaba. Él era Dios hecho carne. Él representó la obediencia completa a la Ley, habiendo sido perfeccionado y convirtiéndose en la fuente de nuestra salvación (Hebreos 5:8-9). Su sangre fue derramada por nuestros pecados, y Su victoria está atestiguada por el hecho y el poder de Su resurrección.

Así como el Arca fue diseñada para ser un símbolo de la presencia de Dios en medio de Su pueblo, Jesús es la máxima expresión del amor, cuidado y presencia de Dios. Él es nuestra Arca. Él es nuestra Ley. Él es nuestro Maná. Él es nuestra Vara Florecida. Y, gracias a Dios, Él es nuestro Propiciatorio.

Notas

1) Randall Price, Searching for the Ark of the Covenant: Latest Discoveries and Research (Eugene, Oregon: Harvest House Publishers, 2005), p. 142.
2) Price, pp. 144-145.
3) Tacitus, Historiae, 5.9.1.
4) Babylonian Talmud, Yomah 52b and The Tosefta, Sotah 13:2).
5) Price, p. 150.
6) Ibid., p. 147.
7) "Menelik I," Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Menelik_I.
8) Harry R. Atkins, "Ark of the Covenant: Not in Ethiopia," Queries & Comments, Biblical Archaeology Review (November-December, 1993), p. 78.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Ark of the Covenant

miércoles, 24 de mayo de 2017

El Ministerio de los Ángeles — Parte 2 de 2

Pasado, Presente y Futuro




El Ministerio de los Ángeles

Miguel es el comandante en jefe del ejército celestial y el defensor designado de Israel. Gabriel es el mensajero especial de Dios. Los serafines son los líderes de la adoración. Los querubines son guardianes. Los Cuatro Seres Vivientes de Apocalipsis son idénticos a los querubines o son representantes especiales de toda la creación de Dios. Como los serafines, alaban a Dios sin cesar (Apocalipsis 4:8-9).

En cuanto a la hueste de ángeles regulares, la Biblia deja claro que son siervos de Dios que tienen una variedad de tareas. Una de esas tareas está indicada por su nombre. La palabra misma, ángel, se deriva de la palabra griega, angelos, que significa “mensajero”.

El equivalente hebreo, malakh, también significa “mensajero”. En consecuencia, los ángeles a menudo son representados en las Escrituras entregando mensajes de Dios. Los ejemplos abundan a lo largo de las Escrituras. Por mencionar sólo algunos:

»» La Ley fue dada a Moisés por medio de ángeles (Hechos 7:53 y Gálatas 3:19).

»» Los ángeles son retratados como medios de revelación a los profetas de Dios (Daniel 4:13-17; Zacarías 1:9-11; y Hebreos 2:2). 

»» Abraham fue informado por ángeles que su esposa tendría un hijo (Génesis 18:1-10)

»» Lot fue advertido por los ángeles de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19:1-16).

»» José fue visitado por ángeles tres veces en sueños. Se le aseguró que María era virgen (Mateo 1:20). Se le dijo que tomara a su familia y que huyera a Egipto (Mateo 2:13). Y se le informó cuando era seguro dejar Egipto y regresar a Nazareth (Mateo 2:19-20).

»» A Cornelio, el primer gentil convertido, le fue dicho por un ángel que enviara por Pedro, para recibir un mensaje especial de Dios (Hechos 10:1-8).

Un segundo papel importante de los ángeles es ministrar las necesidades de los santos. Fueron enviados para proveer comida y bebida a Elías cuando yacía moribundo en el desierto (1 Reyes 19:1-8). De igual manera, ángeles fueron despachados para ministrar a Jesús después de Sus agotadores 40 días de tentación en el desierto (Mateo 4:11). Un ejército de ángeles rodeó al profeta Eliseo para protegerlo cuando su vida estaba en peligro (2 Reyes 6:15-19). En el Nuevo Testamento, se nos dice que Pedro fue liberado de la prisión por un ángel (Hechos 12:5-11).

Un papel igualmente importante de los ángeles es el de ejecutar juicios de Dios. Fueron enviados para destruir a Sodoma y Gomorra (Génesis 19:12-15). El Ángel del Señor mató a 185,000 soldados asirios en una noche, para evitar que atacaran a Jerusalén (2 Reyes 19:35). Salmo 78:49 habla de un “ejército de ángeles destructores”, que fue enviado a atormentar a los judíos en el desierto, cuando se rebelaron contra Dios. El Nuevo Testamento deja claro que Dios ejecutará Sus juicios del tiempo del fin sobre las naciones por medio de ángeles (Mateo 13:49 y Judas 14-15). 

Algunos ángeles parecen tener responsabilidades altamente especializadas, que se relacionan con el universo natural. Apocalipsis 16:5 se refiere al “ángel de las aguas”. Otro es llamado el ángel “que tiene el poder sobre el fuego” (Apocalipsis 14:18). En Apocalipsis 7:1, cuatro ángeles son representados que tienen el control de los vientos de la tierra. 

El concepto más popular del papel de los ángeles es el de guardianes. La mayoría de la gente parece creer que Dios ha asignado un ángel guardián a cada persona. La Biblia nunca dice esto, pero sí indica un papel de guardián para los ángeles. Como ya he mencionado, el arcángel Miguel es el protector de Israel (Daniel 12:1). Jesús indicó que los niños tienen ángeles guardianes. Él es citado en Mateo 18:10 diciendo, “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”.

Hebreos 1:14 indica que los creyentes podrían tener ángeles guardianes: “¿No son todos [los ángeles] espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”. Amo este versículo, y a menudo lo afirmo en la oración. Por ejemplo, cuando tengo que viajar fuera de la ciudad, siempre oro que el Señor ponga un ángel en mi casa para proteger a mi esposa. Y siempre oro para que el Señor rodee mi avión con ángeles que garanticen un vuelo seguro. 

Un verso que acompaña a Hebreos 1:14 se puede encontrar en Salmo 91:1-2 —

11) Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.

12) En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.

Las cartas que Jesús dictó a Juan para las siete iglesias de Asia Menor son dirigidas “al ángel” de cada iglesia. Algunos creen que esto es una referencia al pastor, y eso muy bien podría serlo, pero no puedo evitar imaginar que el Señor ha asignado un ángel real para guardar a cada una de Sus verdaderas iglesias. 

Con una excepción, que veremos más adelante, a los ángeles nunca se les da la responsabilidad de proclamar el Evangelio. Ésta es la obra del Espíritu Santo a través de evangelistas, pastores y laicos humanos. Sin embargo, a menudo los ángeles son representados desempeñando un papel activo en la preparación evangelística. Así, fue un ángel quien dirigió al evangelista Felipe a la ubicación del eunuco etíope para que el Evangelio pudiera ser compartido con él (Hechos 8:26). La situación se invierte con el soldado romano, Cornelio. Un ángel se le apareció con el fin de dirigirlo a Pedro, para que Pedro pudiera compartir el Evangelio con él. Los ángeles guían, pero el Espíritu Santo instruye (Hechos 8:29).

Varios versículos indican que los ángeles son testigos oculares activos e involucrados de lo que está sucediendo en la Iglesia y en las vidas de los creyentes (1 Corintios 4:9; 11:10; y Timoteo 5:21). Seguramente la “nube de testigos” mencionada en Hebreos 12:1 debe incluir a los ángeles así como a los santos que se han ido para estar con el Señor. En este sentido, ¡creo que podemos considerar a los ángeles como nuestros animadores! Sabemos con certeza que celebran cuando un pecador se arrepiente y es salvo (Lucas 15:10). La Biblia también indica que asisten a la muerte de un creyente. En Su historia sobre Lázaro y el hombre rico (Lucas 16:19-31), Jesús nos dejó con el reconfortante concepto de que, cuando un creyente muere, su espíritu es llevado a la presencia del Señor por los ángeles (Lucas 16:22).

El Dr. Vance Havner, comentó sobre el impacto de los ángeles como observadores en su libro, Though I Walk Through the Valley (1974) [Aunque Camine por el Valle]. Él narra la historia del pastor de una pequeña iglesia rural que estaba trabajando hasta tarde en la noche en un sermón. Su esposa le preguntó por qué estaba pasando tanto tiempo en un mensaje que sería dado a una congregación tan pequeña. Él respondió, “Olvidas, querida, ¡cuán grande será mi audiencia!”. El Dr. Havner añadió, “Nada es trivial aquí si el Cielo lo mira. Jugaremos un juego mejor si, ‘viendo que estamos rodeados’, recordamos quién está en la tribuna”.

Ángeles en los Tiempos del Fin


La Biblia revela que habrá un aluvión de actividad angelical en los tiempos del fin.

Los Cuatro Seres Vivientes delante del trono de Dios son los que ejecutarán la primera serie de juicios que marcarán el inicio de la Tribulación. Es en respuesta a sus órdenes que los Cuatro Jinetes salen con los Juicios de los Sellos, que ocasionan la muerte de un cuarto de la humanidad (Apocalipsis 6:1-8). Simultáneamente, son ángeles los que sellarán a 144,00 judíos para que sean protegidos sobrenaturalmente de todos los juicios (Apocalipsis 7:2-3).


Cuando la segunda serie de juicios comience — los Juicios de las Trompetas — serán ángeles una vez más quienes servirán como los instrumentos de la ira de Dios, lo que ocasionará la muerte de un tercio de los que aún quedan vivos (Apocalipsis 8 y 9).

A la mitad de la Tribulación, Satanás intentará una última vez tomar el trono de Dios, dando como resultado una guerra en los cielos entre Satanás y sus ángeles demoníacos y Miguel y sus santos ángeles. Satanás será derrotado, y él y sus ángeles serán lanzados a la tierra. Su acceso al Cielo será cortado permanentemente (Apocalipsis 12:7-12).


En la segunda mitad de la Tribulación, se nos dice que Dios le dará a la humanidad una última oportunidad de arrepentirse antes de que derrame Su ira final. Lo hace de una manera muy inusual. Envía a tres ángeles con tareas muy específicas. 

Al primer ángel, al que me gusta llamar “el Ángel del Evangelio”, se le da la responsabilidad de proclamar el “evangelio eterno” a “toda nación, y tribu, y lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6). Ésta será la única vez en la historia que Dios ha permitido que un ángel predique el Evangelio. Constituirá el cumplimiento de una profecía dada por Jesús cuando dijo: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).

El segundo ángel seguirá al primero, mientras circunnavega la tierra. Su tarea será proclamar la inminente destrucción del reino del Anticristo (Apocalipsis 14:8). El tercer ángel seguirá detrás de los dos primeros. Su papel será el de emitir una advertencia que cualquiera que adore al Anticristo y que reciba su marca sufrirá la ira y el tormento de Dios en el lago de fuego (Apocalipsis 14:9-11). 


Estas tres proclamaciones serán seguidas por el derramamiento final de la ira de Dios, llamada los Juicios de las Copas (Apocalipsis 16). Una vez más, siete ángeles ejecutarán estos juicios (Apocalipsis 16:1). Los ángeles son también los que destruirán la capital del Anticristo en una hora en un día (Apocalipsis 18).

La destrucción del Anticristo y su reino traerán a su fin el terrible período de la Tribulación y dará lugar a que todas las huestes celestiales estallen en celebración gritando, “¡Aleluya!” (Apocalipsis 19:1-7). Poco después, esta misma hueste de ángeles regresará a la tierra con Jesús en Su Segunda Venida (Mateo 24:30-31). Reunirán a los elegidos (los salvos durante la Tribulación que todavía estén vivos) desde los cuatro ángulos de la tierra (Mateo 24:31).

Conclusión

La única información que se nos da acerca de los ángeles en el Estado Eterno es que los ángeles caídos, junto con Satanás, serán atormentados en el Lago de Fuego para siempre (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10). No se proporciona información con respecto a los ángeles de Dios.

Supongo que los santos ángeles continuarán sirviendo a Dios eternamente y que también continuarán sirviendo a los Redimidos. Anhelo escuchar sus historias acerca de sus intervenciones en mi vida. Aguardo con ansia su compañía y, sobre todo, ¡tengo muchas ganas de oírlos cantar!


Nota: Todas las imágenes fueron hechas por Pat Marvenko Smith (revelationillustrated.com)

Lea la parte 1 aquí.

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Ministry of Angels

Video: Aprenda la Biblia en 24 Horas - Hora 2 (subtitulado)




»» Vea la Hora 1


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El Ministerio de los Ángeles — Parte 1 de 2

Pasado, Presente y Futuro


"La Palabra de Dios", por William Hallmark (williamhallmark.com)


El Ministerio Cordero y León tuvo cuatro fundadores en 1980. Uno suplió la fe; otro, el liderazgo; un tercero, el dinero. El cuarto fue a quien Dios le dio la visión del ministerio — un hombre llamado Dudley Head —.

Dudley es uno de los hombres más piadosos que alguna vez haya conocido. Desde que lo conocí en la década de los 70, él ha tenido una relación íntima con el Señor, lo que ha producido muchas experiencias espirituales especiales en su vida.

Por ejemplo, recuerdo el día que me llamó muy emocionado para contarme acerca de algo que le había pasado en su patio. “Estaba meditando en el Señor”, dijo, “cuando sentí Su presencia. En voz baja dije, ‘Señor, por favor manifiéstame tu presencia en alguna forma especial’”.

Dudley dijo que las palabras apenas habían salido de su boca, cuando una mariposa monarca apareció de repente, lo rodeó unas cuantas veces y luego aterrizó en la palma abierta de su mano derecha. “Nos sentamos ahí y nos miramos el uno el otro por un largo tiempo”, dijo Dudley.

En 1963, Dudley estaba sirviendo como el predicador laico de una pequeña iglesia en Dakota del Sur y necesitaba desesperadamente ánimo. Un día recibió una llamada telefónica de un extraño. “¿Cree usted en ayudar a las personas?”, preguntó el hombre.

 “Sí lo creo”, respondió Dudley

“¿Aun si son judíos?”.

“Sí”, respondió Dudley.

El hombre entonces explicó que él era un judío que estaba varado en la ciudad y necesitaba ayuda. Dijo que estaba en una gasolinera en la calle principal que atravesaba la ciudad.

Dudley manejó hasta allá y lo recogió. Era un hombre joven como de 30 años. Dijo que había estado viajando al raid desde California.

Dudley lo llevó a casa, y su esposa preparó la cena para él. Después de la cena, Dudley le preguntó al hombre si le gustaría ir al estudio bíblico de miércoles por la noche de su iglesia. El hombre accedió.

Estaban estudiando el Antiguo Testamento, algo con lo que ninguno de los miembros de la iglesia estaba familiarizado, incluyendo a Dudley. Mientras comenzaban su estudio esa noche, el extraño judío pronto tomó la palabra y empezó a explicar el significado de las Escrituras. Dudley estaba asombrado, iluminado y alentado.

Dudley encontró un lugar para que el hombre pasara esa noche y pagó por su alojamiento. A la mañana siguiente, había desaparecido sin dejar rastro.

Hasta este día Dudley cree que el hombre era un ángel enviado por Dios para animarlo y para hacer que se interesara en las profecías contenidas en las Escrituras hebreas. Y desde esa extraña experiencia hace más de 40 años, Dudley le ha enfatizado Hebreos 13:2 a todos: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.

Sí, la Biblia enseña la realidad de los ángeles, y enseña que a veces toman forma humana con el fin de ministrar a aquellos que están en el proceso de ser salvos (Hebreos 1:14).

¿Qué son los ángeles? ¿De dónde provienen? ¿Cuál es su propósito? ¿Tienen un ministerio hoy? ¿Cómo se relacionan con los tiempos del fin?

El Origen de los Ángeles

Los ángeles son seres espirituales (Hebreos 1:14) que fueron creados por Dios (Génesis 2:1 y Colosenses 1:16). Exactamente cuándo fueron creados no está claro, pero ellos preceden a la creación del universo material, ya que las Escrituras dicen que fueron testigos de la creación y se regocijaron de ella (Job 38:4-7).

Uno de los mitos más grandes con respecto a los ángeles corresponde a su origen. Muchas personas están convencidas que cuando una persona salva se va al Cielo, se convierte en un ángel. No existe ninguna base bíblica para esta creencia. Los ángeles y los humanos son dos entidades separadas. La Biblia dice que el hombre es ligeramente menor que los ángeles (Hebreos 2:5-7), pero la Biblia también enseña que, a través de la redención, el Hombre se vuelve superior a los ángeles y que los salvos un día juzgarán a los ángeles — muy probablemente a los ángeles caídos (1 Corintios 6:3) —.

"La Nueva Era de los Ángeles. El 69% de los estadounidenses cree que existen. ¿Qué está sucediendo?".

Jesús habló de dos clases de ángeles — los “ángeles del Cielo” (Mateo 22:30) y “el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41) —. Estos últimos parecen haberse originado de la rebelión de Satanás contra Dios.

Satanás originalmente fue uno de los ángeles más gloriosos de Dios, “lleno de sabiduría y perfecto en hermosura” (Ezequiel 28:12). Pero su corazón se enalteció por causa de su belleza (Ezequiel 28:17), y su orgullo lo motivó a intentar apoderarse del trono de Dios (Isaías 14:12-14). Debido a su rebelión, fue expulsado del Cielo, hacia la tierra, y un tercio de los ángeles fueron expulsados con él debido a que se unieron a su rebelión (Apocalipsis 12:4).

La Biblia no nos dice cuándo se llevó a cabo esta revuelta, pero fue muy probablemente después del final de la semana de la creación, porque al final de esa semana Dios pronunció que toda Su creación era “buena” (Génesis 1:31).

Creo que estos ángeles caídos son los demonios que están mencionados tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Satanás, de hecho, es llamado el “príncipe de los demonios” (Mateo 9:34).

En tres lugares de las Escrituras hebreas se nos dice que las personas sacrificaban a los demonios (Levítico 17:7; Deuteronomio 32:17 y Salmo 106.37). Con la apertura del Nuevo Testamento, hay una explosión de actividad demoníaca, indudablemente en respuesta a la Primera Venida del Mesías. Jesús fue confrontado a menudo por demonios que reconocieron quién era Él (Marcos 3:11) y gran parte de Su ministerio de sanidad estaba dirigido a expulsar demonios de la gente (Mateo 8:16).

La Biblia enseña que algunos de estos ángeles caídos no guardaron su dominio asignado adecuadamente (Judas 6) y fueron destinados, por lo tanto, a un lugar llamado Tártaro, probablemente un compartimento en Hades, posiblemente incluso el abismo o cisma que existe en Hades (Lucas 16:26). Lo que se entiende por “no guardaron su propio dominio” no está claro. Algunos creen que esto es una referencia a Génesis 6 donde se nos dice que “los hijos de Dios” tuvieron relaciones sexuales con “las hijas de los hombres” y que su unión produjo una raza de gigantes conocidos como los Nefilim (Génesis. 6:1-4).

La Naturaleza de los Ángeles

Los ángeles son seres espirituales creados (Nehemías 9:6 y Hebreos 1:14). Sin embargo, la Biblia claramente enseña que ellos pueden tomar forma humana y aparecer a las personas. En el Antiguo Testamento hay registradas apariciones de ángeles a Abraham, Agar, Lot, Moisés, Josué, Gedeón, David, Daniel y muchos otros. El Nuevo Testamento abre con una serie completa de apariciones angelicales relacionadas con el nacimiento del Mesías. Después de la muerte de Jesús, los ángeles aparecieron en Su tumba y en Su ascensión. Pedro, Juan, Felipe y Pablo tuvieron encuentros angelicales en sus ministerios.

En sus apariciones bíblicas los ángeles siempre se manifiestan a sí mismos como hombres. No se menciona que tengan alas. La idea de que los ángeles tienen alas está arraigada en la descripción de la Biblia de algunos seres angelicales especiales llamados Serafines y Querubines, que residen en la sala del trono de Dios en el Cielo. Los serafines son descritos como teniendo seis alas (Isaías 6:2). Los querubines son representados con cuatro alas (Ezequiel 1:5-6). 

Cuando los ángeles toman forma humana, aparecen como cualquier persona normal (Génesis 18:2 y Génesis 19:1-17). Cuando se manifiestan a sí mismos en su forma espiritual, tienden a aparecer como una luz deslumbrante (Mateo 28:1-4).

Los ángeles tienen emociones. Se regocijaron por la creación del universo (Job 38:7) y se nos dice que “hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:10).

Los ángeles no se casan o procrean (Mateo 22:30). No envejecen ni tampoco están sujetos a la muerte (Lucas 20:36). Por lo tanto, su número permanece constante. El número exacto no está revelado, pero es muy grande. Diez mil ángeles se le aparecieron a Moisés en el Monte Sinaí (Deuteronomio 33:2). David vio 20,000 en una ocasión (Salmo 68:17). Cuando Juan fue arrebatado a la sala del trono de Dios, vio diez veces diez mil (King James Version) o, como lo dice la Versión Reina Valera de 1977: “miríadas de miríadas, y millares de millares” (Apocalipsis 5:11). El libro de Hebreos dice que hay “incontables miríadas” (Hebreos 12:22).

Los ángeles tienen gran conocimiento, pero no son omniscientes. Jesús dijo, por ejemplo, que los ángeles no saben cuándo se llevará a cabo Su Segunda Venida (Marcos 13:32). Los ángeles son muy poderosos (2 Tesalonicenses 1:7 y 2 Pedro 2:11), pero no son omnipotentes. Son siervos obedientes de su Creador (Salmo 103.2). Se pueden trasladar rápidamente, pero no son omnipresentes. En resumen, los ángeles no son dioses y, por lo tanto, no deben ser adorados (Colosenses 2:18 y Apocalipsis 22:8-9). No hay ningún pasaje bíblico que diga que los ángeles deben comer para mantenerse con vida, pero la Biblia los describe comiendo cuando toman la forma humana (Génesis 18:1-8 y 19:1-3). También, Salmo 78:25 se refiere al maná que Dios proveyó para alimentar a los hijos de Israel en el desierto como “el pan de los ángeles”.

De igual forma, la Biblia nunca dice específicamente que los ángeles cantan, pero su canto está implicado de dos maneras. En primer lugar, sus palabras son expresadas a menudo en forma poética (Lucas 2:14;  Apocalipsis 4:8, 11; 5:9-10, 12-13). En segundo lugar, la música es una forma universal de adoración y los ángeles son representados adorando al Señor sin cesar (Salmo 148:1-2 y Apocalipsis 4 y 5).

Cuando los ángeles le hablan a una persona, siempre usan el lenguaje nativo de esa persona. Pero la Biblia indica que los ángeles tienen su propio lenguaje que usan entre ellos mismos (1 Corintios 13:1).

Los Tipos de Ángeles

Existe una gran variedad de ángeles, además de los regulares y los caídos.

La Biblia indica que Satanás pudo haber sido originalmente el ángel supremo. Antes de su caída, él es llamado “el querubín ungido” (Ezequiel 28:14). Es descrito además como “el sello de la perfección, lleno de sabiduría y perfecto en belleza” (Ezequiel 28:12-13). Después de la caída de Satanás, un ángel llamado Miguel se convirtió en el jefe de las huestes celestiales de Dios. Él es el único ángel al que se hace referencia en la Biblia como un “arcángel” (Judas 9).

Las Escrituras hebreas retratan a Miguel como “el gran príncipe que vela sobre los hijos de tu pueblo” [los judíos] (Daniel 12:1). El libro de Apocalipsis describe a Miguel como el comandante en jefe de los ejércitos de Dios y, en esta capacidad, hace guerra  contra Satanás en la mitad de la Tribulación, cuando Satanás intenta por última vez tomar el trono de Dios (Apocalipsis 12:7-9). Tan poderoso e importante es Miguel, que algunos grupos sectarios, como los Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día, lo han identificado incorrectamente con Jesús.

"El Canto de los Ángeles" (1881), una pintura de un artista francés llamado William-Adolphe Bouguereau (1825-1905).

En 1 Tesalonicenses 4:16 se nos dice que cuando Jesús aparezca para el Rapto de la Iglesia, el evento será anunciado por el grito de un arcángel. Dado que Miguel es el único ángel identificado en las Escrituras con este título, es muy probable que será él quien pronunciará el grito.

Otro ángel muy importante es Gabriel. Él emerge en las Escrituras como el mensajero principal de Dios. Él se le apareció dos veces a Daniel, primero para interpretar una visión concerniente al Anticristo (Daniel 8:15-26) y segundo, para presentar la profecía de las 70 Semanas de Años (Daniel 9:20-27).

En el Nuevo Testamento, Gabriel sirve como un ángel de anunciación. Él fue el que le proclamó a Zacarías que su esposa daría a luz a un profeta llamado Juan (Lucas 1:8-20). Y él es el ángel que le dijo a María que ella sería la madre del Mesías (Lucas 1:26-33).

Hay dos grupos misteriosos de ángeles que ocupan la sala del trono de Dios. Son llamados serafines y querubines. Los serafines son representados sólo una vez en las Escrituras, en Isaías 6:1-3. En este pasaje se le da a Isaías un vistazo de la sala del trono de Dios en el Cielo. Él mira criaturas angelicales llamadas serafines flotando sobre el trono de Dios. Son descritos teniendo seis alas cada uno. Parecen ser líderes de adoración ya que ellos exclaman, “Santo, santo, santo, es el Señor de los ejércitos, toda la tierra está llena de Su gloria”.

Los querubines son mencionados por primera vez en Génesis 3:24. Después de la caída de Adán y Eva y su expulsión del Jardín del Edén, Dios puso querubines con espadas en llamas “para guardar el camino al árbol de la vida”. A continuación son mencionados en Éxodo 25, donde Dios le dijo a Moisés que colocara imágenes de dos querubines en el asiento de misericordia (la cubierta) del Arca del Pacto (Éxodo 25:18-20).  

Cuando el Rey Salomón construyó su magnífico templo, colocó dos imágenes gigantescas de querubines en el Lugar Santísimo. Sus alas extendidas se cernían sobre toda la cámara, incluyendo al Arca del Pacto con sus querubines más pequeños (2 Crónicas 3:8-14). Estos usos simbólicos de los símbolos de querubines indican que los querubines son guardianes especiales de las cosas de Dios. 



La descripción más detallada de estas enigmáticas criaturas celestiales se puede encontrar en el capítulo uno de la profecía de Ezequiel. Él era un prisionero en Caldea junto al río Quebar, cuando tuvo una visión de una tormenta proveniente del Norte con figuras brillantes en las nubes (Ezequiel 1:1-4). Los describió como “cuatros seres vivientes” que tenían “forma humana”, pero cada uno de ellos tenía cuatro caras y cuatro alas (Ezequiel 1:4-6). Brillaban como bronce bruñido (Ezequiel 1:7). Cada una de estas criaturas tenía la cara de un hombre, la cara de un león, la cara de un toro y la cara de un águila — que aparentemente representan toda la creación de Dios (Ezequiel 1:10) —.

Tres de las cuatro caras de un querubín

Ezequiel más tarde identifica a estas criaturas como querubines (Ezequiel 10:15), cuando los encuentra por segunda vez. El segundo encuentro es triste. Ocurrió cuando Dios decidió retirar su gloria del Lugar Santísimo, en preparación para la destrucción de Jerusalén por los caldeos. Mientras la gloria del Señor (lo que los judíos llamaban “la Shekiná”) se iba, Ezequiel fue testigo de los querubines que la acompañaban al Cielo (Ezequiel 10:1-22).

Cuando el apóstol Juan fue arrebatado al Cielo desde la isla de Patmos, vio criaturas similares delante del trono de Dios. Como Ezequiel, se refirió a ellos como “cuatro criaturas vivientes” (Apocalipsis 4:6). Lo que él vio era muy similar, pero no exactamente igual. Él no menciona que cada una tenga cuatro caras, y dice que tenían seis alas en lugar de cuatro. Pero sí afirma que cada una tenía una cara diferente, y las caras mencionadas son las mismas que Ezequiel vio — león, buey, hombre, y águila —.

"La Escena del Trono Esmeralda", por Pat Marvenko Smith (revelationillustrated.com)

El único otro ángel especial mencionado en las Escrituras es uno muy especial de hecho. Él es quien a lo largo de todo el Antiguo Testamento es referido como “El Ángel del Señor”. Creo que Él no es otro que Jesús haciendo apariciones pre-encarnadas. 

En el segundo y último segmento de nuestro estudio, veremos el ministerio que llevan a cabo los ángeles y el papel que ocuparán en los tiempos del fin. 

Artículo recomendado:
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Ministry of Angels
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