Mostrando entradas con la etiqueta Evangelio de la Prosperidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Evangelio de la Prosperidad. Mostrar todas las entradas

viernes, 22 de julio de 2011

Una firme denuncia en contra de varios pastores asalariados de Nicaragua



Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha (Jeremías 2:8)

No me sorprendió mucho pero sí me enardeció cuando un hermano muy cercano a mí me llamó por teléfono y me dijo: "Anoche en los noticieros aparecieron algunos pastores desbordándose en halagos hacia el Presidente Ortega, hasta el punto que lo llamaron cristiano". Inmediatamente procedí a investigar al respecto y esto fue lo que encontré:



La razón por la cual esta noticia no me tomó por sorpresa es por el conocimiento que tengo acerca de que muchos de ellos han estado predicando durante mucho tiempo falsas doctrinas. Algunos de ellos pertenecen al G12, otros sólo predican el evangelio de la prosperidad, otros han buscado cargos políticos sin importar el gobierno de turno, otros han sido cobardes en denunciar las injusticias que los gobernantes cometen, otros simplemente son unos oportunistas de primera y mercenarios probados que se pondrán al servicio del mejor postor cuando las circunstancias así lo ameriten.

Esta noticia tiene una trascendencia enorme, ya que los nicaragüenses nos encontramos en medio de una campaña electoral que terminará en noviembre, con la elección del próximo Presidente de Nicaragua. Con estas declaraciones que hicieron, de forma deliberada o no, estos pastores hicieron proselitismo político a favor del Sr. Ortega. Sin darse cuenta o no, les dijeron a los miembros de sus iglesias: "Señores y señoras, aquí tienen al futuro Presidente de nuestra nación. Tienen dos opciones: O votan por él o votan por él, ya que tiene 'la bendición de Dios' y la nuestra".

De forma increíble, o no, ninguno de estos pastores habló acerca de la forma en la cual Daniel Ortega está participando de forma inconstitucional en esta campaña electoral ni tampoco de los constantes abusos que éste ha estado cometiendo en contra de la libertad de expresión o de los derechos humanos de los nicaragüenses. Tampoco les importó un comino que hace más de un año, el gobierno de Nicaragua rompió relaciones diplomáticas con la nación de Israel. (¿Se acuerdan de Génesis 12:3? ¿Se acuerdan quién estaba maldiciendo a la nación de Israel hace un año atrás y hoy tiene un pronóstico reservado? Así es, es Hugo Chávez, el socio más cercano de Ortega) La causa: Los soldados de Israel se defendieron del intento de asesinato por parte de terroristas a bordo del barco Mavi Marmara, mientras éstos intentaban romper el bloqueo marítimo que el gobierno israelí mantiene contra la Franja de Gaza, dirigida por los terroristas de Hamás. Durante el abordaje, los soldados israelíes mataron a 8 terroristas que iban a bordo de ese barco. Pero no importa que todo esto ocurra, mientras el Presidente aparezca con una Biblia bajo el brazo y se haga llamar a sí mismo cristiano, ya que sin duda esto significa que es uno más de nosotros (perdón por el sarcasmo).

La descripción que estos pastores hicieron de la implementación de los programas económicos y sociales de Ortega, lo hacen ver como uno más de los discípulos de Jesús, quizá hasta poniéndolo a la par de Pedro o Juan. Ya no es necesario ser una nacido de nuevo por medio de la obra del Espíritu Santo, sino que basta con que le des de comer al hambriento y de beber al sediento para que tengas garantizada tu entrada al Cielo.

Le podrá parecer increíble, pero los que se están parando firmes en contra de los abusos de estos modernos Acab y Jezabel, han sido los obispos de la Iglesia Católica (¡Cuán bajo han llegado los pastores evangélicos cobardes: Los que se suponen que tienen la verdad y que deberían de defender la justicia se asocian y se deleitan con aquellos que practican la injusticia!).

Hace unos minutos atrás, les envié a varios pastores amigos míos, un correo electrónico donde les hice ver que el Señor me ha estado haciendo sentir que un juicio inminente de gran magnitud pende sobre nuestro país. Y, al igual que con el antiguo Israel, el Señor le dice a esta nación:

"Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé. Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor" (Ezequiel 22:30).

Éstas fueron las palabras que el Señor me dio mientras dirigía la oración de cierre de la conferencia de profecía bíblica que impartí el día 19 de julio.

Por lo pronto, los pastores que figuran en esta patética lista de pastores asalariados son:

Reverendo y Doctor Gustavo Parajón, Pastor Emérito de la Primera Iglesia Bautista de Managua.

Reverendo Augusto César Marenco, del Ministerio Apostolar Centro Cristiano.

Pastor Neftalí Cortés, Presidente de CNIEN.

Reverendo Sixto Ulloa, líder bautista.

Obispo Ramón Rodríguez, Iglesia de Dios de la Profecía.

Pastor Félix Tijerino, también de la Iglesia de Dios de la Profecía.

Pastora Martha Pedrosa, de Una Cita con Dios.

Pastor Ovidio Balladares, Ministerio de Restauración.

Pastor Omar Duarte, de la Iglesia Ríos de Agua Viva.

Pastor Ronny Coffer, de la Iglesia Nueva Creación.

Reverendo Mauricio Fonseca, Presidente de la Alianza Evangélica de Nicaragua.

Mi llamado urgente a todos los verdaderos cristianos que se congregan en las iglesias que estas hienas pastorean es similar al que hace el hermano Carter Conlon: ¡Corran por sus vidas! ¡Salgan de esas iglesias cuyos pastores predican un cristianismo sin Cristo! ¡Salgan de en medio de estas iglesias, antes que los juicios de Dios los alcancen! ¡Dejen de poner su mirada en hombres corruptos, que dejaron de predicar la verdad hace mucho tiempo!

Finalmente, éstas son las palabras que el Dios de Israel, el Eterno Gran Yo Soy le dice a Su Pueblo en esta nación:

Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra (I Reyes 18:21).

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas. Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida (Ezequiel 34;1-10)

¿A quién seguirás tú?

Lea también:

sábado, 9 de julio de 2011

La Crisis del Pensamiento Cristiano de la Prosperidad - Parte 2



La teología de la prosperidad ni siquiera resiste los criterios del sentido común. En caso de que las promesas del evangelio de la prosperidad realmente fueran legítimas y perceptibles, sus seguidores deberían ser más prósperos que el promedio de la población. En la realidad, sin embargo, el caso demuestra ser contrario.

¿De qué depende que los cristianos sean tan incautos? Quizás esta credulidad explique el porqué las actas más extensas de reclamos en las oficinas de protección al consumidor en América del Norte (Oficina del Consejo de Mejor Comercio) están llenas de casos de engaños por motivos religiosos. El hecho es que la gente, incluso, inmediatamente abre sus billeteras cuando un estafador o falso maestro declara tener una relación especial con Dios, o cuando, por medio de citas bíblicas, les dan una esperanza de prosperidad a sus oyentes. ¿Por qué será que justamente las congregaciones carismáticas, una y otra vez, son receptivas a los engaños más raídos? Este fenómeno es sorprendente y explicable a la vez. La siguiente cita, de una columna del portal online del diario ruso Pravda (en idioma inglés), ofrece a los lectores una explicación inquietante, si bien, a primera vista, aparentemente secundaria. El periodista no tiene una opinión elevada de Estados Unidos, y es un ardiente defensor de la iglesia ortodoxa-rusa. Para él existe una conexión entre el descenso económico de Estados Unidos y el cristianismo liberalizado.

“Primero se ha entontecido a la población con un sistema educativo politizado y por debajo del promedio, ajustado a una cultura pop y no a los clásicos. Los norteamericanos saben más sobre los dramas televisivos más vistos que sobre el drama en Washington, el cual afecta sus vidas en forma directa. (…) Luego, se ha destruido su fe en Dios hasta que sus iglesias, miles y miles de ‘agrupaciones y congregaciones’, finalmente han llegado a parecer actuaciones dominicales de circo. Sus tele-evangelistas y megapredicadores protestantes, voluntariamente han vendido sus almas y congregaciones para poder estar del “lado ganador”, con uno u otro de los políticos pseudo-marxistas. Las congregaciones quizás se hayan quejado al principio, pero cuando se les explicó que también ellos estarían del ‘lado ganador’, estuvieron dispuestos, con demasiada rapidez, a negar a Cristo por la esperanza del poder terrenal. Esta liberalización escandalosa, incluso, ha afectado a nuestra santa iglesia ortodoxa en Estados Unidos.”1

Nuestra sinopsis de los aspectos extremos del evangelio de la prosperidad no está pensada para parecer un ataque personal a determinados representantes de esta tendencia. Sencillamente, queremos ponernos en la brecha por la verdad, y oponernos a peligrosas doctrinas falsas. Es muy posible que muchos predicadores del evangelio de la prosperidad tengan prédicas inspiradoras, un buen nombre y, quizás, ni siquiera se den cuenta hasta donde están influenciados por esta falsa doctrina. Pero aun así, eso no hace que la teología de la prosperidad sea menos peligrosa. En nuestro mundo real, la pureza es de gran importancia. Si quisiéramos, por ejemplo, comprar una barra de oro fino, esperaríamos obtener oro puro de 24 quilates. Si llenamos el tanque de nuestro automóvil en la estación de servicio, o el doctor nos prescribe penicilina, el contenido debe corresponder a las indicaciones en el empaque. Todo lo demás sería fraude, o engaño premeditado. Lo mismo es válido para toda doctrina que no concuerde en todos los puntos con el evangelio y con la totalidad de la Biblia.

Según las declaraciones bíblicas, Satanás es un astuto mentiroso (Jn. 8:44) y actor (2 Co. 11:14). Supongamos, por ejemplo, que quisiéramos asesinar a alguien con arsénico. En este caso, sabríamos exactamente como administrar el veneno sin que sea notado. Quizás lo escondiéramos en un pedazo de torta de manzana, decorando todo eso, aún, con helado de vainilla. El eficaz veneno de ratas, es ofrecido en un envoltorio de alimentos animales gustosos y nutritivos. Aun cuando sólo un pequeño porcentaje del mismo es venenoso, esa cantidad es suficiente para matar una rata. El hecho de que el 99 por ciento del veneno de ratas consista de alimento para la supervivencia, o que el 99 por ciento de una doctrina esté bíblicamente fundamentada, no cambia nada en su efecto mortal.

¿Qué consecuencias negativas tiene la teología de la prosperidad? ¿Por qué será que esta falsa doctrina se acomoda tan bien en los acontecimientos de los últimos tiempos? Existe una multitud de razones, y puede que algunas de ellas suenen extrañas. Primero, una concepción edificada sobre riquezas materiales y bienestar físico, induce a los cristianos, caracterizados por la misma, a sentirse en casa en el área del poder de las riquezas. Como ya hemos mencionado, en esta ideología los riesgos y recompensas del mundo material son elevados a un nivel espiritual. Esto hace que se desvanezcan los contrastes entre el reino de Dios y el reino del dinero. El éxito financiero, el sube y baja de las cuentas bancarias, y el depósito de los valores, son interpretados como señales divinas. Si yo, por ejemplo, pierdo mi lugar de trabajo, eso es un castigo de Dios. Si recibo una herencia inesperada de algún familiar lejano, soy bendecido por Dios. Esta manera de ver las cosas no es bíblica… ni puede ser hallada en el Nuevo Testamento.


A través de esta doctrina del dinero, se propaga otro error más, es decir, el concepto de que Dios está gobernando Su reino según los principios de los incentivos monetarios y materiales. ¡Qué groseros que son algunos cristianos! ¿Será que Dios logra que Sus hijos Lo amen, atrayéndolos con bienestar material y físico? En una manera tal de ver las cosas, se confunde el reino de las riquezas con el Reino de Dios. El peligro de esta manera de pensar, se muestra también en la actual crisis económica y financiera. Como la cotización de la bolsa y los precios inmobiliarios habían alcanzado alturas vertiginosas, aquellos que han sido fascinados por el espíritu de las riquezas, pensaron que ese acontecimiento era una bendición de Dios y una señal de Su benevolencia hacia Estados Unidos. Pero, en realidad, se trataba de una trampa sistemática y engañosa. Es por eso que ese país se encuentra tan debilitado por la situación de la crisis actual.

La teología de la prosperidad también puede llevar a que los cristianos ya no tomen en serio su responsabilidad financiera. ¿Por qué administrar razonablemente, si uno tiene un par de ‘billetes de lotería’ divina que pronto darán una gran ganancia? ¿Por qué no gastar el dinero por adelantado, si uno de todos modos puede esperar un “rédito” del cien por cien? ¿O será que realmente es una señal de intervención divina, si una sociedad financiera le otorga a uno una hipoteca sin participación de capital propio? ¿Será que Dios realmente quiere hacer posible que un así “favorecido” se compre una casa demasiado grande que, en realidad, no tiene como pagar? Con una manera de pensar tan indisciplinada, muy pronto se termina la conciencia de la responsabilidad en asuntos financieros. Por esta razón, una actitud de ese tipo no es nada provechosa, cuando se trata de una administración razonable del dinero.

La peligrosa manera de pensar de la teología de la prosperidad conlleva por lo menos tres peligros más. Mencionaré aquí tan solamente los peores ejemplos. En primer lugar, el evangelio de la prosperidad es un precursor del último gran ecumenismo, un entramado pervertido de Dios y de las riquezas. ¿Será que Jesucristo realmente ha dicho que no se puede servir a dos señores? Sí, por supuesto. En Mateo 6:24 y en Lucas 16:13, leemos que uno puede servir ya sea a las riquezas o a Dios, pero no a ambos. Esto último solamente es posible si redefinimos bienestar material y dinero como bendición divina, y denominamos a la comercialización masiva al igual que a la globalización como deseados por Dios, porque a través de eso podría solucionarse el problema de la pobreza en el mundo. Si pensamos así, representamos la errada opinión de que el capitalismo y otras ideologías se basan en la Biblia, y que el manipulado auge económico global es el obrar de un Dios que está conforme con nosotros, los seres humanos. Justamente este tipo de mundo, con su fusión global de religión y comercio, es representado en Apocalipsis 17 y 18.


Cuando la utopía de la prosperidad fácil de adquirir no ha correspondido a la realidad, se ha perfilado la segunda catástrofe para Estados Unidos. El país, a través de la crisis actual, ha perdido importancia en la esfera geopolítica de este mundo. Eso, no obstante, no es una buena señal para Israel. Al liderazgo político de EE.UU. no le será demasiado difícil darle la espalda a Israel, si ese paso les garantiza el regreso a la prosperidad anterior.

En tercer lugar, sabemos que vendrá un tiempo en el cual el mundo entero caerá en la “falsa doctrina de la prosperidad”. El soberano mundial anticristiano se levantará, cumpliendo aparentemente la promesa de la prosperidad, quizás incluso la de la eliminación completa de la pobreza. Para la mente fascinada por las riquezas, su promesa sonará convincente: Solamente necesitas aceptar la “señal”, y ya te habrás asegurado un futuro exitoso.

Pero volvamos a la crisis económica actual: Los cristianos, fácilmente podrían dejarse seducir a pensar que Dios y su país los han dejado de lado. El sueño norteamericano se ha terminado, y las palabras suavizantes de sus predicadores no han resistido la realidad. Ahora, ellos experimentan una desilusión en todos los aspectos por tener que pasar por necesidades y dificultades. En esta situación, puede que los cristianos se comporten como Jeremías en su tiempo, haciéndole reproches a Dios. El profeta preguntó a Dios, en aquel entonces: “¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?" (Jer. 15:18). Como Jeremías caminaba con Dios y respondía a Su llamado, él pensaba merecer un trato especial. Por eso, trataba de negociar con Dios. “No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación. ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió curación?" (Jer. 15:17-18). ¿Cómo responde Dios a esas quejas? Él no las confirma, sino que dice: “Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás” (v.19).

Sin lugar a dudas, los apóstoles del Nuevo Testamento habrían encontrado una solución satisfactoria para este problema. Ellos vivían según la voluntad del Señor y, por eso, eran bendecidos con prosperidad, con ropas ostentosas y comidas deliciosas. ¡No! Por supuesto que no. Ellos experimentaron justamente lo contrario. La mayoría de ellos murieron de muertes violentas, y todos tuvieron que sufrir por su fe. ¿Y eso, acaso, era justo? El Apóstol Pablo lo puntualiza con estas palabras: “Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero” (2 Co. 6:4-6).

Traducción desde el inglés: Brigitte Hahn; versión ligeramente resumida.

1 Stanislav Mishin,Columna, Pravda Rusia, 1º de junio, 2009

Artículos relacionados:
La Crisis del Pensamiento Cristiano de la Prosperidad – Parte 1
Video: Contra los Pastores de la Prosperidad – Parte 1
Video: Contra los Pastores de la Prosperidad – Parte 2
Video: Contra los Pastores de la Prosperidad – Parte 3
Apologética Cristiana

 
Reproducido con permiso de:
Ministerio Llamada de Medianoche

Lea el artículo en la revista:


En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

martes, 5 de julio de 2011

La Crisis del Pensamiento Cristiano de la Prosperidad - Parte 1



¿Cómo se llegó a la quiebra de los sistemas financieros en los EE.UU., quiebra que afectó sobre todo a las economías privadas? Un rol significativo jugó en esto la religión más importante de América del Norte: Una desviación postmoderna del cristianismo fundamentado en la Biblia, caracterizada por el pensamiento utilitario: el evangelio de la prosperidad.

Algunos investigadores de la economía, han llegado a darse cuenta que el quiebre de los sistemas financieros en EE.UU. se diferencia de otras crisis parecidas (como la de Japón en los años 90, por ejemplo) en un punto importante. El hecho es, que en este caso se trata de un endeudamiento extremo de casas privadas, es decir de individuos y de familias. Ése no fue el caso en los años 90 en Japón, y en casi toda Asia. Las crisis económicas y financieras de esos lugares fueron desencadenadas por decisiones erróneas de empresas y gobiernos. Pero, ¿por qué será que la gente en América del Norte se dejó seducir tan fácilmente a tener deudas tan grandes? ¿Por qué creyeron las promesas y los pronósticos vacíos acerca de una prosperidad duradera? ¿Por qué, en su imprudencia, ellos descuidaron todos los principios de responsabilidad y de una administración razonable? Quizás, la causa también se encuentre en una diferenciación más con otros países, es decir en la religión más significativa de América del Norte: Una desviación postmoderna del cristianismo fundamentado en la Biblia, caracterizada por el pensamiento utilitario. Puede que esta aseveración suene dura, pero considero que la misma es confirmada por los hechos. En comparación con otras naciones líderes en el mundo, Estados Unidos es la más caracterizada por su confesión de la fe cristiana. Y ya es sabido que las convicciones y filosofías religiosas, tienen una influencia en los mercados económicos y financieros. Después de todo, los sistemas económicos son creados por los seres humanos, cuyo actuar está determinado por sus deseos y conceptos.

Después de todo, ¿por qué se ahorra tanto en los hogares chinos? ¿No podría ser que la cultura china, caracterizada por los valores del confusionismo, haya creado las condiciones para un comportamiento tal? ¿Por qué será que en el siglo 19 comenzó la era de la revolución industrial, en pueblos que reciben su inspiración del cristianismo? ¿O por qué será que justamente los países latinoamericanos son tan vulnerables a las crisis económicas y a la corrupción, condicionadas ambas por las inflaciones? Max Weber (sobre todo en su obra La Ética protestante y el Espíritu del Capitalismo1), y otros social-economistas, como ser R. H. Tawney, han tratado la relación entre la religión y la economía. Su conclusión fue: Las convicciones religiosas o filosóficas caracterizan el actuar del ser humano.

En ningún otro país la influencia de la teología de la prosperidad es más fuerte que en Estados Unidos. De ahí que no debería sorprendernos, que esa doctrina haya realizado una contribución importante a este último bajón económico en ese país, es más, que quizás, incluso, lo haya causado. Intentemos hacer un análisis de esas conexiones, analizando más detalladamente algunas falsas enseñanzas del, así llamado, “evangelio de la prosperidad”. En este “movimiento” confluyen valores cristianos y materiales, en un eje de tiempo apocalíptico. Por esta razón, este fenómeno también es parte de los acontecimientos de los últimos días mencionados en la Biblia, que durarán hasta el tiempo de la gran Tribulación.

Imagen que muestra a Cash Luna participando de una de las tantas "Maratónicas" promovidas por el Canal Enlace, altamente cuestionado por la forma en que utilizan durante éstas, pasajes bíblicos sacados de su contexto para despojar de su dinero a los incautos, con promesas de milagros que Dios deberá cumplir por la "siembra" que estos mercenarios reciben. Tetzel les quedó corto a estos mafiosos. 

Aun cuando la teología de la prosperidad en el mundo evangélico pertenece más bien al lado carismático, prácticamente todos los grupos cristianos en Estados Unidos se han dejado contagiar por este modo de pensar, ya que el mismo era fácilmente compatible con la ideología del “sueño americano”. Ya desde hace varias décadas, la América “cristiana” es considerada como el “país de las posibilidades ilimitadas” y de las oportunidades de ascenso para todos los que las aspiran. Por esta razón, el pensamiento de prosperidad está firmemente anclado en la psiquis de los cristianos en Estados Unidos. En algunos círculos cristianos, incluso, se ha llegado al punto de decir que tendríamos un derecho a la prosperidad. Por supuesto, la mayoría de los cristianos evangélicos enfrentan críticamente las enseñanzas y técnicas recomendadas por predicadores como Benny Hinn, Kenneth Copeland, Creflo Dollar, Peter Popoff (el defensor de la “transferencia divina”) y muchos otros. Después de todo, algunos de estos representantes extremos de la teología de la prosperidad llegan, incluso, al punto de sostener que uno podría llegar a ser rico si tan sólo tuviera una gran fe. Uno solamente debería enviar una donación del dinero correspondiente (una “semilla”), y ya se podría esperar una “transferencia divina de prosperidad”, o un “rédito del cien por ciento”. En este comercio de trueque con el Todopoderoso, Dios debe multiplicar la “semilla” muchas veces y devolverla como “bendición” material; por ejemplo, en forma de cheque de un remitente misterioso, o a través de otras formas de suerte. Si uno solamente cree “correctamente”, es retribuido, por ello, por un Dios que puede sobrecargar a los cristianos con dinero y bienes terrenales. En el caso de que eso realmente funcionara, habríamos descubierto un “sistema celestial de bola de nieve”. ¿Qué es un sistema de bola de nieve? Este asunto engañoso, en Estados Unidos también es denominado como “truco Ponzi”. Charles Ponzi fue algo así como el “padre del sistema bola de nieve”, en ese país. El prometía altos réditos a los inversionistas, réditos que él pagaba desvalijando las cuentas de nuevos inversores. De este modo, en los últimos años, también Bernie Madoff malversó la sorprendente suma de unos 60 mil millones de dólares. Mientras sus víctimas invirtieran más dinero del que él desembolsaba, su engaño no sería descubierto.

Examinemos la probabilidad matemática de las promesas hechas por los predicadores de la teología de la prosperidad. Un versículo bíblico que esta gente cita a menudo, se encuentra en Mateo 19:29: “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”. Ésta es una promesa maravillosa, pero la misma no se refiere a riquezas terrenales, como lo enseñan los seguidores del evangelio de la prosperidad, sino a una recompensa eterna.

A modo de ilustración, supongamos que en la tierra hubiera 100 millones de cristianos verdaderos” (o sea, aproximadamente un 1,5 por ciento de la población mundial), y que ellos debieran recibir un “rédito celestial” de diez veces más de lo que depositaron (no cien veces más).

Si nosotros ahora asentáramos a estos 100 millones de cristianos en Estados Unidos (allí cada ciudadano promedio dispone de un capital propio de unos 166.000 dólares2), notamos que esta promesa solamente puede ser válida para un pequeño grupo escogido de personas. Porque en el caso de que el rédito “celestial” realmente fuera algo tan seguro, estos 100 millones de cristianos donarían todo su capital a un predicador del evangelio de la prosperidad. Y si después, todos ellos, respectivamente, recibieran un “rédito” de diez vez más que su aporte, eso daría una suma total de 16,5 billones de dólares. ¿Cuánto es eso? Esta suma supera la suma total de todas las inversiones monetarias en todos los bancos del mundo. Ya tan solamente por eso, el principio del “rédito celestial” no puede funcionar en la práctica.

Piense usted en las consecuencias si estas y otras enseñanzas fueran verdad. El mundo experimentaría la inflación más grande de la historia de la humanidad, y en Estados Unidos, los cristianos se entregarían a una avidez de placeres imposible de imaginar. Quizás la consecuencia de estos hechos no se encuentre muy lejana de la verdad. Después de todo, la avidez por los placeres es parte de los efectos secundarios más notables de la teología de la prosperidad.

 

Un evangelio falso tiene un efecto mortal, ya que las falsas doctrinas predicadas tergiversan prácticamente todo dogma, cosmovisión y perspectiva de los últimos tiempos. De un modo similar, la teología de la prosperidad caracteriza muchas doctrinas y opiniones en círculos cristianos. Si todavía creemos que esta ideología no ha tenido un rol demasiado grande en el actual declive de la economía en Estados Unidos, entonces habría que considerar puntos de vista adicionales en la reflexión sobre el pensamiento de la prosperidad.

Una característica infalible de todo evangelio falso es la manera de pensar acerca del dinero que el mismo trasmite. Toda falsa doctrina mencionada en las cartas neo-testamentarias (y hay muchas de ellas) tienen algo que ver con la codicia o con un amor desmesurado hacia el dinero y las riquezas. Ése es el caso tanto hoy en día como en la época primitiva de la iglesia de Jesucristo. La diferencia con el tiempo del Nuevo Testamento, quizás se encuentre en que algunas de esas falsas doctrinas, en la actualidad son presentadas mucho más sistemáticamente. Aun cuando las interpretaciones representadas por determinadas agrupaciones cristianas, supuestamente tengan raíces bíblicas, es preocupante ver lo subjetivas y sin fundamento que son en realidad. Las mismas sencillamente no pueden ser sostenidas si se las examina a la luz de la totalidad de las Sagradas Escrituras. En mejor compañía, sin embargo, se encuentran estas falsas doctrinas, con religiones paganas y el Movimiento de la Nueva Era. Un artículo en la plataforma de Internet Wikipedia (en idioma inglés, bajo “Prosperity Theology”; nota del trad.) dice: Este “concepto parecido (pero notablemente diferente) puede ser encontrado en la mayoría de las religiones del así-llamado ‘Nuevo Pensar’, en agrupaciones tales como Unity, Religious Science y Divine Science”. Quizás parezca extraño que, a pesar de todas las diferencias entre cristianos evangélicos y seguidores de movimientos no cristianos, exista una coincidencia tan fuerte en el pensamiento de la prosperidad, pero eso no es mucha casualidad.

Como ya hemos notado, la teología de la prosperidad ni siquiera resiste los criterios del sentido común. Si las promesas del evangelio de la prosperidad realmente fueran legítimas y perceptibles, sus seguidores deberían ser más prósperos que el promedio de la población. En la realidad, sin embargo, el caso es más bien todo lo contrario. Según una encuesta del Instituto de Investigación de Opinión, Pew Forum3, los cristianos en EE.UU. tienen un ingreso promedio más bajo que los miembros de otras religiones. El grupo de los cristianos protestantes, con un ingreso anual de más de 100.000 dólares, se encuentra, con un 15 por ciento, por debajo del de los musulmanes (con un 16 por ciento), judíos (con un 46 por ciento), budistas (con un 43 por ciento), e hindúes (con un 43 por ciento). Una comparación entre congregaciones cristianas, permite llegar a conclusiones parecidas. Si uno parte del punto de que el evangelio de la prosperidad está más difundido entre círculos del movimiento pentecostal, esta doctrina termina siendo desenmascarada definitivamente como un engaño. Al margen de los bautistas de las iglesias negras tradicionales, los miembros de las iglesias pentecostales pertenecen a las agrupaciones cristianas más débiles en ingresos. En el 48 por ciento de los casos, el ingreso anual de los pentecostales se encuentra por debajo de los 30.000 dólares – en comparación con el 31 por ciento de la totalidad de la población cristiana de Estados Unidos. Y en solamente el 7 por ciento de los pentecostales, el ingreso anual se encuentra por encima de los 100.000 dólares – comparado con el 18 por ciento de todos los cristianos americanos.

Las promesas de la teología de la prosperidad claramente demuestran ser un mal chiste. Incluso, se les podría imputar cosas aún peores a los predicadores de esta falsa doctrina. Si los defensores del evangelio de la prosperidad se aprovechan de la situación desesperada de los miembros de sus congregaciones, se podría denominar a sus prácticas como un truco engañoso. Sí, incluso se los podría comparar con los conocidos abusos en el negocio de los créditos de los consumidores. ¿Qué grupos de la población siempre fueron los más lucrativos para las instituciones de crédito en la historia más reciente – al menos hasta la crisis económica y financiera mundial? Los pobres. Esta gente debe pagar altos intereses y cuotas por los créditos. Cuando ellos cargan sus tarjetas de crédito con importes altos, eso significa enormes gastos para ellos. Algo parecido ocurre con el evangelio de la prosperidad. El mismo, después de todo, no promete “libertad a los cautivos” (Lc. 4:18), según Jesús entendía Su misión aquí en la tierra.

Lea usted en la segunda parte de este artículo, acerca de las peligrosas consecuencias de la falsa doctrina del evangelio de la prosperidad.

Traducción del inglés: Brigitte Hahn; edición ligeramente resumida.
 1 La obra publicada originalmente en 1904, salió en el 2006 en la Editorial Beck como libro de bolsillo (nota del trad).
2 Calculado según instrucciones del Federal Reserve Board Z1 Report, 11 de junio del 2009; como base sirven las condiciones del 31 de marzo de 2009.
3 U.S. Religious Landscape Survey,The Pew Forum on Religion & Public Life, febrero 2008, tabla sobre ingresos promedio en agrupaciones religiosas significativas, pág.60.
4 Ibíd., Ingresos promedio en iglesias protestantes, pág. 80.

Artículos relacionados:
Los Pactos Bíblicos
Pactos financieros con Dios
Los explotadores de la fe
Video: ¡Cuidado con estos lobos rapaces!
Los profetas del Evangelio de la Prosperidad
Artículos de Apologética

Reproducido con permiso de:
Ministerio Llamada de Medianoche

Lea el artículo completo aquí:


En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 13 de diciembre de 2008

¿Iglesias para artistas?

Pablo Caballero

“No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento”. (Mateo 10:9-10)


Le pido a nuestro Padre Celestial que permita que este editorial nos haga reflexionar en lo que está sucediendo en medio de la iglesia cristiana de los tiempos modernos.

Estas líneas no tienen el propósito de ofender, pero si una persona se siente ofendida, sólo porque se dice una verdad delante de la cual muchos prefieren hacerse ciegos, sólo le pido a Dios que le traiga a esa persona convicción en su corazón. Esta verdad tiene que decirse, ya no podemos seguir jugando este juego, y seguir ofendiendo a Dios como lo estamos haciendo.

La palabra ministro quiere decir uno que sirve, nunca ha querido decir uno que es servido.

La iglesia es una asamblea, una unión de miembros, el cuerpo de Cristo. La iglesia no es un centro de negocios, no es una discoteca, no es un lugar de entretenimiento, no es la plataforma de la fama. La iglesia es donde viene el que está golpeado, el herido en el camino, el despreciado y el rechazado.

A continuación, imágenes de la megaiglesia Fraternidad Cristiana de Guatemala:

Mi hermano en Cristo y compatriota nicaragüense, Jorge Vargas, listo para ingresar a las instalaciones de la Fraternidad Cristiana de Guatemala.

En la Biblia cuando alguien se hacía famoso era porque estaba dando la vida por el ministerio. La fama no venía por los títulos que esa persona llevaba, porque lo mismo Dios usaba a un apóstol como a un diácono. ¿Acaso no era Felipe diácono? ¿Acaso no fue llevado éste por el Espíritu adonde el Eunuco? ¿Acaso no fue un simple diácono quien bautizó al recién convertido?

Hoy día, los títulos son tan grandes que en lugar de ministros pareciéramos tener a jefes de estados. La retórica se vuelve que somos hijos de un rey, que somos embajadores del rey, que somos miembros del reino; pero el ejemplo del Rey de reyes fue el de nacer en un pesebre y el de limpiarle los pies a sus estudiantes. Hoy somos tan grandes, que se nos ha olvidado todo el concepto de la humildad, aquel que dice que nadie tenga mayor concepto de sí del que debe de tener. Hoy en lugar de servir, tenemos que andar rodeados de escuderos.

El mercado de cantantes cristianos se ha hecho más comercial que el del mundo. Cantantes que nunca hubieran vendido más de dos discos en el mundo, en las iglesias se están haciendo ricos. Cuando uno los invita a participar en una actividad, primero pregunta cuántas personas van a ir, y lo siguiente que dicen, éstos son mis requisitos. Ni siquiera preguntan a Dios si deben ir o no. Sus respuestas están basadas en dinero y fama. Cantan que no quieren fama, pero después hacen hasta lo imposible por tenerla. Cuando se les paga lo que piden, van sin consultar a Dios. Además, si el pago es grande, dicen que fue Dios quien abrió la puerta.

Las exigencias para ser contratados ya no son disimuladas como en otro tiempo. Ya dicen lo que cobran y lo que exigen. Los pastores los contratamos con la esperanza de que nos llenen las iglesias, que traigan un avivamiento, pero el problema es que el que viene en la carne sólo puede producir cosas de la carne. Al final decimos, fue tremendo, pero ¿dónde están los milagros, dónde están los corazones tocados y cambiados para toda una vida, dónde esta el avivamiento de esa conversión que lo entrega todo, que se rinde por completo al Dios de la Gloria?

Me da vergüenza, cuando leo los requisitos de estos llamados salmistas.

• Boletos por X línea aérea.

• Salida de tal aeropuerto.

• Hospedaje, sólo en hotel de primera.

• Comidas sólo en restaurantes.

• Sólo Pastor de la iglesia se puede acercar al hotel.

Muchas emisoras cristianas de radio en Estados Unidos, hacen más comercio cobrándole al cantante cristiano por poner sus canciones que por vender anuncios de publicidad, algo que es totalmente ilegal en este país. Si un cantante cristiano es demasiado espiritual, no ponen su música, su música tiene que ser comercial, y así mismo se lo dicen al salmista o cantante.

Las portadas de los discos cristianos parecen muchas veces ser sacadas de las mismas portadas mundanas.

Las iglesias se pasan todo el tiempo haciendo retiros, encuentros y conferencias, pero los precios de los mismos son exorbitantes. Ya no sólo se procura cubrir gastos, sino que tiene que dejar ganancias. Y decimos que es para Dios.

El Cristo que yo conozco no es así. Mi Cristo comía con las viudas, conversaba con el necesitado, y no exigía nada a cambio, porque Él no vino a que le dieran, Él vino a dar, y dar hasta su vida.

El Pablo de la Biblia, el Pedro de la Biblia, no exigían comidas especiales, ni hospedaje, ni transporte especial, y ninguno de los ministros de hoy día es más grande que estos dos hombres.

La Palabra dice que el obrero es digno de su salario. Yo he visto abusos por los pastores. Personas que no cobran y exigen, y a esas personas se les maltrata. Algo tiene que estar mal en esta iglesia moderna. Pastores que se llenan la boca diciendo que el pueblo es maldito si no diezma, pero ellos no diezman a nadie. Y cuando ofrendan, dan una ofrenda de pobreza al cantante cristiano, o predicador invitado y se quedan con el dinero de la ofrenda que se recolectó. Esto, además de ser vergonzoso, es robo.

A veces me pregunto si no sería mejor vivir en un mundo donde el legalismo era fortísimo pero donde los cristianos ayunaban, hacían vigilias, se humillaban buscando el rostro de Dios. Los predicadores no eran muy estudiados; casi a ninguno se le decía doctor; hablaban con gramática un poco fuera de lugar; pero la unción del Santo fluía por sus vidas. No había que estar diciendo griten ni salten, porque el poder de Dios se manifestaba no por psicología, sino por la “Shequina” Gloria de Jehová.

Basta ya de vender entradas, las puertas de cualquier evento cristiano tienen que estar abiertas para todas las vidas. Basta ya de vender los ministerios, el manto quien lo pone es Dios y el hombre sólo lo reconoce. Basta ya de darle tanto crédito al hombre, de exaltar tanto al hombre, basta ya. El único grande es EL.

Te aseguro consiervo mío, que por cada persona que no quiera hacer el trabajo, Dios levanta a dos más que sí estén dispuestos a pagar un precio.

Volvamos al camino olvidado, volvamos al principio, a aquella iglesia que confiaba y dependía del poder de Dios, no son las palabras bonitas, no son los ritmos de seducción, no son los eventos, es el poder de Dios, ¡Su Palabra Viva que llega a los corazones!

Dios mío, yo no quiero una iglesia de artistas.

El falso apóstol Guillermo Maldonado en su reciente visita a Nicaragua.

El diputado Guillermo Osorno, propietario de Canal 21, Enlace Nicaragua, junto al ex-presidente Arnoldo Alemán, acusado de ser uno de los expresidentes más corruptos de Latinoamérica.

Yo no quiero ver a empresarios dirigiendo la obra tuya. Dios mío, no permitas que la farándula cristiana, los personajes de televisión, los empresarios astutos le roben Tu gloria a Tu Iglesia.

Tuyos son el poder y la gloria por siempre.

AMEN


Visite nuestra sección:


NOTA: Las imágenes utilizadas en este artículo aquí publicado, no se encuentran en el original; ni tampoco el video. Todas las imágenes de la Fraternidad Cristiana de Guatemala, me fueron proporcionadas por mi hermano y compatriota Jorge Vargas, a quien el Señor le permitió viajar hasta ese país, en donde también le dio libre acceso a las instalaciones de dicha megaiglesia. Aprovechando esa gran oportunidad, tomó las fotografías que aquí se muestran.




Share/Bookmark