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lunes, 9 de noviembre de 2020

Revista Time anuncia "El Gran Reseteo"...

 ...para marcar el comienzo del socialismo mundial

Por Donald Dolmus – Ministerio En Defensa de la Fe


La revista Time ha dedicado un número completo a promover una iniciativa llamada "El Gran Reinicio", de la que un comentarista se refirió como "el Green New Deal con esteroides" que buscará "promover los ideales socialistas, incluida la destrucción del capitalismo y los derechos individuales". 

Según el Foro Económico Mundial (FEM), el patrocinador principal de la iniciativa, "El Gran Reseteo" busca abordar "una necesidad urgente de que las partes interesadas globales cooperen en la gestión simultánea de las consecuencias directas de la crisis COVID-19", con un objetivo ampliado de mejorar "el estado del mundo".

El FEM fue fundado por el profesor alemán Klaus Schwab en 1971 y ha estado reuniendo "jefes de estado, multimillonarios y jefes de grandes empresas" anualmente para discutir "cuestiones económicas y de gobernanza...reglas mundiales comunes para reemplazar las decisiones nacionales soberanas, promoviendo la no discriminación, para transformar economías y sociedades".

En un video que circula en Internet, Schwab anuncia: "La crisis del COVID-19 nos ha demostrado que nuestros viejos sistemas ya no son aptos para el siglo XXI. Ha puesto al descubierto la falta fundamental de cohesión social, justicia, inclusión e igualdad. Ahora es el momento histórico, el momento, no sólo de luchar contra el virus, sino de dar forma al sistema...para la era posterior al COVID...En resumen, ¡necesitamos un Gran Reinicio!".

Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial.

Todo esto no se trata sobre la covid19, sino de un establecimiento de un Nuevo Orden Mundial. Y Estados Unidos está en el camino de todo esto, por eso es que están desestabilizando al país, principalmente a través de grupos radicales de izquierda como Antifa y Black Lives Matter, apoyados sin ambages por los demócratas.

El objetivo principal de estos globalistas es poner de rodillas a Estado Unidos, por medio de la destrucción de su economía, para que todos los demás quieran El Gran Reseteo. Política y económicamente, este plan quiere implementar masivos programas socialistas y esclavizantes regulaciones relacionadas con el fraude del cambio climático. 

¡La única persona que se interpone en el camino de este esfuerzo de dominación mundial es DONALD TRUMP!

Tomemos como ejemplo las declaraciones emitidas por Trump el 24 de septiembre de 2019 ante la Asamblea General de la obsoleta e inservible ONU:

¿Acaso piensan que los arquitectos del Nuevo Orden Mundial se iban a quedar sin hacer nada mientras Trump les decía en sus caras que él, como representante del pueblo estadounidense, no iba a permitir que los globalistas traten de destruir a esa nación? 

Otro ejemplo claro de esto es cuando, en enero de este año, durante la apertura del Foro Económico de Davos, Suiza, declaró en la cara de los promotores del GR: 

El mundo no debería prestar atención a los permanentes profetas de la fatalidad...

También advirtió que hay fuerzas dedicadas a intentar destruir nuestra economía y arruinar nuestro país o acabar con nuestra libertad.

No es momento para el pesimismo. Es momento para el optimismo. Para abrazar las posibilidades del mañana, debemos rechazar las constantes ganancias de la fatalidad y sus predicciones del apocalipsis. Estos son los herederos de los insensatos videntes.

Quieren que nos vaya mal, pero no dejaremos que eso suceda. Predijeron una crisis de superpoblación para los años 60, hambrunas masivas en los años 70, y el fin del petróleo en la década de los 90. Estos alarmistas siempre exigen lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada uno de los aspectos de nuestras vidas. Nunca dejaremos que los socialistas radicales destruyan nuestra economía, arruinen nuestro país y acaben con nuestra libertad.

Aquí el video:

 

La actual convergencia de eventos indica que el mundo se dirige hacia un horrible período, donde las masas serán controladas a través de la tecnología por un Gobierno Único Mundial dirigido por un solo hombre. Y dichas masas entregarán voluntaria y gustosamente su libertad, a cambio de la oportunidad de poder pertenecer a ese sistema de esclavitud mundial, a cambio de la satisfacción de sus necesidades. La Palabra de Dios ya nos ha advertido sobre esto en pasajes como Mateo 24; 2 Tesalonicenses 2 y Apocalipsis 6 y 13.

Para concluir, les dejo este revelador editorial del Dr. César Vidal sobre los macabros objetivos que pretende lograr el plan del FEM para inicios del año que viene:

viernes, 26 de junio de 2020

Realidades del Medio Oriente: El Acuerdo Muerto



El “Acuerdo del Siglo” del Presidente Trump, que presentó en enero para la paz entre Israel y los palestinos, estaba muerto a su llegada. Era, de hecho, un acuerdo absurdo.

La paz entre las naciones requiere que ambas partes estén dispuestas a negociar. El Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbás, ni siquiera asistió a la ceremonia. De hecho, durante los días previos al evento, incluso se negó a hablar por teléfono con el Presidente Trump.

Los Detalles

El “acuerdo” preveía el intercambio de algunos territorios en Cisjordania (Judea y Samaria) por tierra en el Desierto del Néguev, a lo largo de la frontera con Egipto. Los asentamientos de Israel en territorio “ocupado” permanecerían. Jerusalén continuaría siendo la capital indivisible de Israel. Los palestinos establecerían su capital en la frontera oriental de Jerusalén. Jordania conservaría su autoridad de status quo sobre el Monte del Templo, bajo soberanía Israelí. A los “refugiados” palestinos se les prohibiría regresar a Israel.

Las zonas palestinas estarían completamente desmilitarizadas. Israel sería responsable por la seguridad de ambas áreas, con un control absoluto sobre el Valle del Jordán.

Aunque en la propuesta hay referencias constantes a un “Estado palestino”, las referencias son sólo semánticas. La realidad es que el acuerdo no crea tal Estado. A lo sumo, daría lugar a lo que podría llamarse una “Entidad Palestina”.

Para endulzar el acuerdo, a los palestinos se les ofreció un plan de desarrollo económico de 50 mil millones de dólares.

Los Requisitos

Pero las exigencias impuestas a los palestinos, aunque necesarias, eran totalmente irrealistas. Para completar el acuerdo y obtener el dinero, tendrían que dejar de incitar el terrorismo y pagar a los terroristas. Tendrían que limpiar su corrupción gubernamental y comenzar a respetar los derechos humanos.

Además, tendrían que proporcionar libertad de religión y de prensa. Y, por supuesto, los palestinos tendrían que reconocer la existencia del Estado de Israel.

No hace falta decir que todos estos requisitos son cosas que los palestinos no tienen intención de hacer.

Hechos Ignorados

La propuesta de paz de Trump ignora varios hechos incontrovertibles y, por lo tanto, está condenada al fracaso, como todos los planes de dos Estados similares antes de ella.

El primer hecho que el Presidente ignoró es que los palestinos no quieren una solución de dos Estados. Ya han rechazado tales propuestas varias veces en el pasado, y continuarán haciéndolo porque su verdadero deseo es la aniquilación de Israel, y no se conformarán con nada menos.

El segundo hecho que hace imposible el acuerdo del Presidente es que la disputa del Medio Oriente no es política. Más bien, es espiritual y no se puede resolver con maniobras y acuerdos políticos. 

El tercer hecho que el Presidente no parece entender es que nunca habrá paz en el Medio Oriente hasta que el Príncipe de la Paz, Jesús, regrese para reinar sobre todo el mundo.

Hay un cuarto hecho que es muy siniestro. Es la advertencia en las Escrituras que Dios derramará Su juicio sobre todas las naciones en los tiempos del fin que se involucren en dividir Su tierra (Joel 3:2).


Realidades del Medio Oriente

La verdad del asunto es que ya existe un Estado palestino. Se llama Jordania. Constituye dos tercios de la tierra de Palestina que los británicos le prometieron a los judíos en la Declaración Balfour de noviembre de 1917. Los británicos luego renegaron de su promesa a favor de los judíos, para obtener el favor de los árabes y conseguir acceso a su petróleo. Dos tercios de las personas que viven en Jordania son palestinos.

Los así llamados refugiados palestinos son simplemente peones políticos usados por los Estados árabes para ganar simpatía mundial. La Guerra de los Seis Días de 1967 dio lugar a un millón de refugiados judíos que fueron desalojados por la fuerza de países árabes. Israel los absorbió. El mundo árabe se negó a absorber a los refugiados palestinos que huyeron de Israel, cuando los Estados árabes que atacaron a Israel les pidieron que lo hicieran.

Los árabes podrían haber declarado la existencia de un segundo Estado palestino el 14 de mayo de 1948 — el día que los israelíes establecieron su Estado. Habían sido autorizados para hacerlo por las Naciones Unidas. Pero en su lugar decidieron atacar a Israel y “hacer que el Mediterráneo se vuelva rojo con la sangre de los judíos”.

Conclusión

Abba Eban (1915-2002), Ministro de Relaciones Exteriores de Israel de 1966 a 1974, dijo una vez: “Los palestinos nunca han perdido una oportunidad de perder una oportunidad”.

Benjamín Netanyahu, el Primer Ministro en servicio más antiguo de Israel, ha dicho: “Si el mundo árabe se desarmara, tendríamos paz en el Medio Oriente. Si Israel se desarmara, Israel dejaría de existir”.

Golda Meir (1898-1978), una judía rusa que se crió en los Estados Unidos, y que se convirtió en Primer Ministro de Israel (1969-1974), una vez observó: “La paz llegará cuando los árabes amen más a sus hijos de lo que nos odian”.

En el Salmo 122 se nos ordena orar por la paz de Jerusalén. Cuando lo hace, no está orando por el “acuerdo del siglo” de Trump. No, está orando por el regreso del Rey de reyes y Señor de señores, Jesús. 

¡Maranata!


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Original article
The Dead Deal

domingo, 29 de abril de 2018

Gracias, Sr. Presidente, por Reconocer a Jerusalén como la Capital de Israel – Parte 2 de 4




El Reclamo Árabe de la Tierra

Los árabes también quieren la tierra porque hay una enseñanza en la religión islámica que dice que una vez que un territorio es conquistado por fuerzas musulmanas, siempre le pertenece a Alá. Por lo tanto, los musulmanes del Medio Oriente creen que tienen una obligación espiritual de reconquistar la tierra.

Ésta es la razón por la que el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dicho a menudo, “Si los árabes dejaran las armas hoy, no habría más violencia. Si los judíos dejaran sus armas hoy, no habría más Israel”.1

Intenciones Árabes

Cuando los líderes musulmanes del Medio Oriente dicen que quieren una “solución de dos estados”, están mintiendo. Su deseo no es simplemente un Estado palestino separado. Su meta es la aniquilación de Israel. Ganar un Estado palestino separado serviría solamente como un trampolín hacia su ataque final contra Israel, del mismo modo que han utilizado su adquisición de Gaza como una plataforma de lanzamiento para misiles. 

Debe tenerse en cuenta que ya existe un Estado palestino. Se llama Jordania. Dos tercios de sus ciudadanos son palestinos, y la nación ocupa dos tercios del área de Palestina que fue ofrecida al pueblo judío en la Declaración Balfour en 1917. Fue sólo cuando los británicos se comenzaron a preocuparse por su acceso al petróleo árabe que decidieron en 1921 forjar este estado árabe del territorio de Palestina.

Los judíos se quedaron con sólo un pedacito de tierra (26,000 kilómetros cuadrados) a lo largo de la costa mediterránea para la creación de un Estado judío. Y perdieron casi la mitad de ese pedacito cuando las Naciones Unidas decidieron en noviembre de 1947 que el pequeño pedazo de tierra debía dividirse en dos estados: uno judío y el otro árabe.  

El Restablecimiento de Israel

Los judíos se sintieron traicionados una vez más, pero a regañadientes aceptaron la resolución de la ONU y procedieron a proclamar el establecimiento de su estado el  14 de mayo de 1948. Los árabes denunciaron la resolución de la ONU, y cinco naciones árabes atacaron a Israel cuando la declaración de independencia israelí fue anunciada. 

Un punto importante que generalmente se pasa por alto es que el mismo día que los israelíes declararon la existencia de su estado, los árabes podrían haber declarado legalmente el establecimiento de un segundo estado palestino. Pero no, ellos lo querían todo, así que atacaron a Israel, y los israelíes lucharon hasta detenerlos en la Guerra de la Independencia (1948-1949).

El Estatus de Jerusalén

Cuando la Guerra finalmente terminó, los jordanos estaban en control de Jerusalén Oriental, incluyendo la Ciudad Vieja de Jerusalén, que incluía el Monte del Templo y el Muro Occidental. Y aunque los jordanos prometieron en los acuerdos de cese al fuego permitir el acceso al pueblo judío al Muro Occidental, inmediatamente incumplieron ese acuerdo antes de que la tinta se secara. El resultado fue que a ningún judío se le permitió orar en el Muro Occidental entre 1949 y 1967.

A pesar del hecho de que los israelíes controlaban sólo la parte occidental de Jerusalén después de la Guerra de Independencia, en diciembre de 1949, el gabinete israelí procedió a declarar a Jerusalén como la capital de Israel.2

Esta proclamación fue confirmada por el parlamento israelí, la Knéset, el 23 de enero de 1950. La resolución parlamentaria afirmaba que, “Jerusalén fue, y siempre ha sido, la capital de Israel”.3

Esta declaración era por supuesto, históricamente correcta. Jerusalén había servido como la capital nacional del pueblo judío por más de mil años, desde la época del rey David hasta el 70 d.C., cuando la ciudad fue destruida por los romanos y los judíos fueron dispersados por todo el mundo. A partir de entonces, la ciudad sirvió como la sentida capital espiritual del pueblo judío hasta que una vez más adquirieron su posesión en 1967. 

La Reunificación de Jerusalén

Cuando la Guerra de los Seis Días estalló en junio de 1967, los israelíes advirtieron a los jordanos que no se involucraran. Pero ellos ignoraron la advertencia y atacaron a Israel. Fueron derrotados rápidamente, lo que resultó en que Israel conquistó todo el territorio jordano en la rivera occidental del Río Jordán, incluida toda la ciudad de Jerusalén.

Trece años después de la Guerra de los Seis Días, que dio lugar a la reunificación de Jerusalén bajo la soberanía israelí, la Knéset aprobó la que ha llegado a ser conocida como “La Ley de Jerusalén”. Aprobada el 30 de julio de 1980, la ley declaraba que, “Jerusalén, completa y unida, es la capital de Israel”. La ley también garantizaba la protección de todos los “Lugares Sagrados” dentro de la ciudad.4

Las Naciones Unidas respondieron un mes después en agosto con una Resolución del Consejo de Seguridad, que condenaba enérgicamente el “intento israelí de anexar Jerusalén Oriental”.5 También llamaba a todos los estados miembros a rechazar la ley israelí y a retirar sus misiones diplomáticas de Jerusalén. La resolución pasó 14-0, con la abstención de Estados Unidos. Jimmy Carter era el Presidente en ese momento.

La Salida de Jerusalén

Esta resolución del Consejo de Seguridad resultó en el traslado de 13 embajadas de Jerusalén a Tel Aviv.6 El resto de las embajadas ya se encontraban en Tel Aviv. La Embajada de Estados Unidos fue establecida en Tel Aviv en 1949, ya que era la sede original del gobierno israelí. Había permanecido allí a pesar de que los israelíes más tarde cambiaron sus operaciones gubernamentales a Jerusalén.

En 1982, Costa Rica trasladó su embajada de vuelta a Jerusalén, seguida por El Salvador en 1984.7 Las naciones árabes respondieron cortando los lazos diplomáticos, económicos y culturales con los dos países. Desde el reconocimiento de Trump, Guatemala ha anunciado que su embajada volverá a Jerusalén.8 Se espera que otras naciones la sigan.

El firme rechazo de la mayoría de las naciones del mundo en reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y mover sus embajadas ahí es un increíble insulto al pueblo judío. Es realmente una expresión de antisemitismo, puesto que ninguna otra nación ha sido tratada de una manera tan lamentable. Es equivalente a que alguna nación le diga al pueblo estadounidense, “No reconocemos a Washington, D.C. como su capital, así que vamos a ubicar nuestra embajada en Chicago”.

El Antisemitismo de la ONU

Este virulento antisemitismo se expresa con regularidad en las resoluciones de la Naciones Unidas que condenan a Israel por crímenes imaginarios, mientras que temerarias naciones corruptas como Irán y Corea del Norte son ignoradas. También se ha expresado en resoluciones recientes de la UNESCO.

Por ejemplo, en octubre de 2016, la UNESCO respaldó una moción que anulaba los lazos judíos al Monte del Templo y el Muro Occidental.9 El Primer Ministro israelí Netanyahu respondió afirmando que la resolución era una “decisión delirante”. Agregó: “Declara que Israel no tiene alguna conexión con el Monte del Templo y el Muro Occidental es como decir que China no tiene conexión con la Gran Muralla de China o que Egipto no tiene conexión con las Pirámides”.10

El año siguiente, en mayo de 3017, la UNESCO fue aún más lejos. ¡La organización aprobó una resolución que negaba que Israel tenga derechos legales o históricos en cualquier lugar de Jerusalén! Y, como para meter un dedo en el ojo de Israel, ¡aprobaron esta resolución en el Día de la Independencia de Israel!



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Material recomendado:

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

sábado, 28 de abril de 2018

Gracias, Sr. Presidente, por Reconocer a Jerusalén como la Capital de Israel – Parte 1 de 4


En mayo de 2017, Donald Trump se convirtió en el primer Presidente en visitar el Muro Occidental mientras ocupaba el cargo.

Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.
(Zacarías 12:3)

  • El candidato presidencial Bill Clinton prometió reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar la Embajada de EE.UU. de Tel Aviv a esa ciudad.
  • El candidato presidencial George W. Bush prometió hacer lo mismo.
  • El candidato presidencial Barack Obama se abstuvo de hacer cualquier promesa de reconocimiento.
  • El candidato presidencial Donald Trump renovó la promesa.

Las promesas de Clinton y Bush demostraron ser insinceras e insignificantes. La negativa de Obama a tomar una postura señaló que se convertiría en el presidente más anti-Israel en la historia estadounidense. El Presidente Trump ha cumplido su promesa, y deber ser felicitado por hacerlo.

Hizo su proclamación el 6 de diciembre de 2017. En ella declaró: “Este [reconocimiento] no es más que un reconocimiento de la realidad. También es lo correcto. Es algo que tenía que hacerse”.

El Lazo Judío a Jerusalén

Jerusalén se convirtió en la capital del pueblo judío hace 3,000 años cuando David conquistó la ciudad de los jebuseos (2 Samuel 5:6-7). Durante los 1,878 años que el pueblo judío fue desalojado de la tierra (70 d.C. a 1948), Jerusalén nunca sirvió como la capital de ninguna nación árabe o musulmana.

También se debe tener en cuenta que cuando Dios dio la tierra de Canaán al pueblo judío, les dio un título eterno (Salmos 105:8-11). Él les advirtió que si no le eran fieles, serían desalojados de la tierra (Deuteronomio 28:64-67). Pero Él dejó en claro en Su Palabra que, si eran expulsados, retendrían su título sobre la tierra, y un día serían reunidos en ella (Ezequiel 11:14-17).

Durante el período de su dispersión de la tierra, ésta se convirtió en un páramo estéril, con pantanos infestados de malaria a lo largo de la costa mediterránea y en la Alta Galilea. Era una tierra que nadie codiciaba, excepto el pueblo judío.

Cada año, al final de sus comidas de Pascua, los judíos en todo el mundo oraban, “El próximo año en Jerusalén”. Y cuando construían sus sinagogas en cualquier parte del mundo, se aseguraban de que miraran en la dirección de Jerusalén.

El Regreso de los Judíos a su Patria

La tierra de Palestina, como fue renombrada por los romanos, permaneció escasamente poblada. Era propiedad principalmente de terratenientes ausentes, y estaba bajo el dominio del Imperio Otomano, cuya capital era Constantinopla (la actual Estambul). Las personas que vivían en Palestina se consideraban a sí mismas sirias. 

Cuando el pueblo judío comenzó a regresar a su tierra en la década de 1890, compraron la tierra que Dios ya les había dado en perpetuidad, y pagaron precios inflados por ella. Los árabes se reían todo el camino hasta el banco de los tontos judíos que estaban dispuestos a comprar una tierra tan inútil.

Los árabes desconocían una profecía contenida en Ezequiel 36:35, donde Dios prometió que, cuando llegara el día en que los judíos regresarían a su tierra, llegaría a ser “como el jardín del Edén”.

Y eso es exactamente lo que pasó desde 1948, cuando el Estado judío fue restablecido. Hoy, la tierra de Israel es la canasta de pan de todo el Medio Oriente, y los árabes ahora la quieren de regreso. 


En el segundo segmento de mi análisis del reconocimiento del Presidente Trump de Jerusalén como la capital de Israel, examinaremos si hay alguna validez del reclamo árabe de la tierra. 


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Material recomendado:
»» Ebook :Israel en la Profecía Bíblica

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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