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martes, 1 de noviembre de 2022

Libro: Islam y Cristianismo – Capítulo 1 (parte 1 de 5)

 La Naturaleza del Islam

Por Dr. David R. Reagan

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Desde el ataque a Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, hemos escuchado un coro interminable de voces del gobierno, la academia y los   medios de comunicación asegurándonos que los terroristas islámicos, que atacaron las Torres Gemelas y el Pentágono, no representan el “verdadero islam”. Del mismo modo, líderes espirituales — incluso algunos portavoces cristianos — nos han asegurado que el islam es una religión de paz y que los musulmanes adoran al mismo Dios que los   cristianos y los judíos. 

“Nuestra guerra no es contra el islam”, nos han dicho repetidamente. “Nuestra guerra es contra el terrorismo”.

Preguntas Centrales

Bueno, ¿qué pasa con eso?

  • ¿Son los musulmanes hermanos y hermanas espirituales de cristianos y judíos? 
  • ¿Adoramos todos al mismo Dios?
  • ¿Son las sagradas escrituras islámicas, conocidas como el Corán, inspiradas por Dios? 
  • ¿Es el islam otro camino hacia Dios por el cual uno puede alcanzar la vida eterna?
  • ¿Son los fundamentalistas islámicos representantes del verdadero islam, o son una terrible aberración de una religión amante de la paz? 
  • ¿Es nuestra guerra realmente política contra terroristas internacionales, o es una batalla espiritual contra una religión demoníaca, intolerante, militante e imperialista conocida como islam?

Una Perspectiva Histórica Sobre el Islam

Comencemos nuestra consideración de estas preguntas con algunos antecedentes históricos.

Mahoma, el hombre que dictó el Corán y dio a luz al islam, nació en La Meca, en la península de Arabia Saudita, en el año 570 d. C.  Su padre murió antes de que él naciera, y su madre murió cuando él tenía seis años. Fue criado primero por un abuelo y más tarde por un tío.

Mahoma fue analfabeto durante toda su vida. Hasta los 25 años trabajó en caravanas. Durante sus extensos viajes, se encontró con muchos cristianos y judíos.  A través de sus conversaciones con ellos, recogió fragmentos tanto del judaísmo como del cristianismo.

Su vida cambió radicalmente a los 25 años, cuando conoció a una viuda rica de 40 años, que se enamoró de él. Su matrimonio permitió a Mahoma vivir una vida de ocio a partir de ese momento.

El Llamado de Mahoma

Quince años después de su matrimonio, a los 40 años, Mahoma tuvo la visita de un espíritu.  Supuestamente, este espíritu le dijo que había sido llamado por Dios para ser un “profeta” y un “apóstol”. Es interesante notar que no había tradición en las religiones árabes de profetas o apóstoles. Estos términos fueron obviamente utilizados por Mahoma para atraer a los judíos y a los cristianos.

Mahoma continuó teniendo visitas espirituales. Lo arrojaban a un trance, y sus declaraciones durante los trances eran escritas por escribas. Estas declaraciones etéreas se convirtieron en el Corán, pero no fueron compiladas hasta después de la muerte de Mahoma. Cuando se hizo la compilación, las declaraciones no estaban organizadas ni cronológicamente ni por temas. El resultado fue un revoltijo de dichos desorganizados y a menudo incoherentes, que a menudo son contradictorios. 

Por ejemplo, el Corán  da cuatro relatos contradictorios del llamado de Mahoma a ser profeta [la palabra Sura significa capítulo]:

  1. Suras 53 y 81 — Dios, o Alá como se le llama en árabe, se le apareció personalmente a Mahoma.
  2. Suras 16 y 26 — El llamado fue de parte del Espíritu Santo.
  3. Sura 15 — Los ángeles emitieron el llamado.
  4. Sura 2 — Gabriel fue quien se le apareció.

Las Revelaciones de Mahoma

En el momento en que Mahoma recibió su visita inicial, había más de 300 dioses adorados en La Meca por peregrinos que acudían allí cada año para rezar en la Ka’aba, un pequeño edificio cúbico que albergaba un meteorito negro y efigies de varios dioses.  Uno de esos dioses era Alá, el dios de la luna. 

Mahoma decidió proclamar que sólo había un dios — y seleccionó a Alá como ese dios. Ésa es la razón por la que la luna creciente se convirtió en el símbolo del islam.  Mahoma también proclamó que él era el profeta de Alá.

Inicialmente, Mahoma esperaba que tanto judíos como cristianos recibieran su nueva revelación. Por lo tanto, los primeros pasajes del Corán hablan con admiración de “el pueblo del Libro”.  Éstos son los pasajes que a los musulmanes de Occidente les encanta citar en su esfuerzo por demostrar que el islam es una religión tolerante. Un ejemplo es Sura 5:82, que dice: “Encontrarás a los más cercanos de ellos en afecto a los creyentes [musulmanes] aquellos que dicen: ‘Somos cristianos’” (Sahih).  

El Rechazo a Mahoma

Pero cuando judíos y cristianos rechazaron a Mahoma, se volvió ferozmente contra ellos, y pasajes posteriores en el Corán hablan de ellos despectivamente:

  • Sura 5:51 ordena a los musulmanes no tomar a judíos y cristianos como amigos.
  • Sura 9:29 ordena a los musulmanes luchar contra judíos y cristianos, hasta que se sometan a Alá, o acepten pagar un impuesto especial. 
  • Sura 2:65-66 y Sura 5:60 contienen referencias a los judíos como “monos y cerdos”, que deben ser “despreciados y odiados” (Pickthall). ¡Piense en eso!  Puede estar seguro de que tal declaración no provino del verdadero Dios de este universo, que seleccionó a los judíos para ser Su Pueblo Escogido.

Los judíos y los cristianos no fueron los únicos que rechazaron las nuevas revelaciones de Mahoma.  La gente de su propia tribu, los Qurays, también lo rechazaron. En respuesta, Mahoma sucumbió a la tentación de apaciguar a su tribu anunciando que estaría bien que adoraran a las tres hijas de Alá — llamadas Al-Lat, Al-Uzza y Manat. 

Esta declaración condujo a los infames “versos satánicos” del Corán, que más tarde fueron eliminados cuando Mahoma volvió al monoteísmo.  Los musulmanes han tratado desde entonces de encubrir esta desviación de la fe.

Tal vez recuerde que, en 1989, un escritor indio llamado Salman Rushdie, sacó a relucir este tema tabú cuando escribió una novela titulada Los Versos Satánicos.  El ayatolá Jomeini de Irán lo condenó y pidió su asesinato.  Una recompensa de tres millones de dólares fue colocada sobre su cabeza, y ha estado escondido desde entonces.

El Viaje de Mahoma

La oposición a Mahoma en su ciudad natal de La Meca continuó creciendo hasta que se vio obligado a huir 250 millas a Medina, donde se recibió su mensaje.  El calendario islámico data de este año, cuando Mahoma huyó a Medina y encontró una audiencia receptiva, lo que resultó en el establecimiento formal del islam como religión.   Era el año 622 d. C., y esa fecha representa el año uno del calendario musulmán, que es un calendario lunar.   El año 2022 fue el año 1444 en el sistema de datación musulmán. 

Después de la muerte de su esposa, Mahoma se casó con al menos otras 11 mujeres (algunas fuentes sitúan el total en 16). También tomó varias concubinas. Se casó con una niña que tenía sólo seis años y tuvo relaciones sexuales con ella cuando tenía nueve.  Según el Corán, sólo el profeta podía tener esposas ilimitadas. Todos los demás hombres musulmanes están limitados a cuatro (Sura 4:3).

Mahoma murió el 8 de junio de 632 d. C.  en Medina, a los 63 años. No dejó sucesor, y el islam pronto se dividió en sectas beligerantes llamadas chiítas y sunitas.

La Expansión del Islam

Todos los que sobrevivieron a Mahoma empuñaron la espada, según lo indicado por el Corán, y se dedicaron a hacer avanzar el islam a través del poder militar.  La difusión resultante de la religión fue fenomenal. En un siglo, las fuerzas islámicas habían conquistado Arabia Saudita, todo el Medio Oriente, Asia Central y gran parte de la India. Los ejércitos arrasaron Egipto y el norte de África, destruyendo a su paso el cristianismo bizantino corrupto. 

En el año 710 d. C., los ejércitos islámicos cruzaron el Estrecho de Gibraltar y conquistaron rápidamente tres cuartas partes de España y Portugal.   Luego invadieron Francia y tomaron un tercio de la nación.   Estaban a 125 millas de París cuando fueron derrotados milagrosamente en la Batalla de Poitiers (también conocida como la Batalla de Tours) en 732 d. C., por un ejército francés dirigido por Charles Martel. Su influencia en España vivió durante unos siglos más, antes de que fueran empujados lentamente hacia el norte de África.

Un segundo intento poderoso de subyugar a toda Europa se hizo 900 años más tarde en el siglo XVII, cuando los turcos comenzaron a expandir su Imperio Otomano. Tomaron Grecia, Yugoslavia, Bulgaria y partes de Rumania y Hungría.  En 1683 habían llegado a las puertas de Viena, donde una vez más, las fuerzas occidentales obtuvieron una victoria milagrosa contra probabilidades abrumadoras.  

Después de este segundo intento de conquistar Europa, el islam cayó en un estado de depresión y estancamiento, hasta que se despertó en el siglo XX debido a varios factores:

  1. La acumulación de grandes riquezas — debido al descubrimiento de vastos yacimientos de petróleo en tierras árabes.
  2. El restablecimiento de la nación de Israel — interpretado por clérigos islámicos como Jomeini como un juicio de Alá debido al estancamiento y la apostasía islámicos.
  3. El posicionamiento de las fuerzas armadas de EE.UU. — el emplazamiento durante la década de 1990 de tropas estadounidenses en todo el Oriente Medio en respuesta a la invasión iraquí de Kuwait.  
  4. La invasión de la cultura occidental en el mundo musulmán — debido a la penetración de películas, programas de televisión y bienes de consumo occidentales.


Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 3 aquí

Lea la parte 4 aquí 

Lea la parte final aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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viernes, 16 de septiembre de 2022

Su Cosmovisión: ¿Pagana o Cristiana?

Por Dr. David R. Reagan

La Universidad de Harvard celebró su cosmovisión pagana este año invitando a Jacinda Ardern a pronunciar el discurso de graduación de la escuela. Ella es la Primera Ministra de Nueva Zelanda. Como dijo un observador, su discurso sonó como “una homilía que promueve la ideología doctrinal del secularismo religioso”.1 Ella se jactó elogiosamente de su parlamento y de sus logros legislativos:2

Tenemos un sistema proporcional mixto de miembros, lo que significa que... ha garantizado que nuestro parlamento refleje mejor a nuestras comunidades. Casi el 50 por ciento de nuestro parlamento son mujeres [aplausos]; el 20 por ciento maoríes, los pueblos indígenas de Nueva Zelanda; y nuestro Viceprimer Ministro es un orgulloso hombre gay [grandes vítores], y se sienta entre varios otros parlamentarios del arco iris [aplausos].

En los últimos diez años, hemos aprobado leyes que incluyen todo, desde la introducción del matrimonio gay [vítores alegres] y la prohibición de la terapia de conversión [aplausos], hasta la incorporación de un objetivo de cambio climático de 1.5 grados en la ley [aplausos], la prohibición de armas semiautomáticas de estilo militar y rifles de asalto [aplausos], y la despenalización del aborto [ovación eufórica].

La ocasión me recordó el discurso de graduación que el gran novelista ruso, Alexander Solzhenitsyn, pronunció en Harvard en junio de 1978. Su recepción fue muy diferente a la de la Primer Ministro de Nueva Zelanda. Como ella, llegó al campus como un héroe; pero a diferencia de ella, partió como paria.

Eso es porque lo que tenía que decir indignó a la intelectualidad de Harvard, algunos de los cuales en realidad lo abuchearon. El New York Times incluso llegó a declararlo un “fanático peligroso”.3 Otros críticos lo denunciaron como un “reaccionario zarista, un ayatolá cristiano ortodoxo, un odiador de la democracia y un ultranacionalista ruso”.4 Como ha dicho uno de sus biógrafos, Daniel J. H. Mahoney: “Solzhenitsyn no sólo fue desestimado, fue demonizado”.5

El “Error” de Solzhenitsyn

¿Qué hizo Solzhenitsyn para provocar tanta ira? La respuesta es simple. Habló desde una cosmovisión cristiana, denunciando la creciente degradación de la sociedad estadounidense en la política, los negocios, el periodismo, el arte y la religión. En el proceso, reprendió a la religión del humanismo de Harvard porque, como él mismo dijo: “El humanismo siempre conduce al materialismo, y el materialismo produce ‘pobreza moral’”.6

Esta observación llevó a Solzhenitsyn a su declaración final y definitoria: “En el camino desde el Renacimiento hasta nuestros días...hemos perdido el concepto de una Entidad Suprema Completa que solía restringir nuestras pasiones y nuestra irresponsabilidad”.7

Solzhenitsyn desarrolló su tesis de Harvard de manera más completa y contundente cinco años más tarde, en 1983, cuando recibió el Premio Templeton por su “contribución excepcional a afirmar la dimensión espiritual de la vida”.8 Su discurso de aceptación se tituló: “La Impiedad: El Primer Paso Hacia el Gulag”. (El gulag es el sistema de campos de trabajo forzado soviéticos). Él comenzó con una reminiscencia de su infancia:9

Hace más de medio siglo, cuando todavía era un niño, recuerdo haber escuchado a varias personas mayores ofrecer la siguiente explicación para los grandes desastres que habían ocurrido en Rusia: Los hombres se han olvidado de Dios; es por eso que todo esto ha sucedido.

Otro problema que identificó fue la negativa de las personas a darse cuenta del mal que está en el corazón humano individual, y la consiguiente falta de voluntad para declarar algo como bueno o malo. El resultado, declaró, es que Occidente “se está deslizando ineludiblemente hacia el abismo”.10

Solzhenitsyn enfatizó que nosotros en Occidente debemos darnos cuenta “de que la salvación humana no se puede encontrar ni en la profusión de bienes materiales ni en simplemente ganar dinero”. Más bien, el objetivo debe ser “la búsqueda de un crecimiento espiritual digno”. Luego afirmó que la esperanza de la humanidad sólo se puede encontrar redirigiendo nuestra conciencia “en arrepentimiento al Creador de todo; sin esto, ninguna salida estará iluminada, y la buscaremos en vano”.11

Expresando el mismo pensamiento en diferentes palabras, Solzhenitsyn concluyó sus comentarios instando a sus oyentes a participar en “una búsqueda decidida de la cálida mano de Dios, que hemos despreciado con tanta temeridad y confianza en nosotros mismos”.12

Del Cristianismo al Humanismo

Nuestra nación nació basada en una cosmovisión cristiana. Ese es el punto de vista de la Declaración de Independencia y la Constitución de nuestra nación. La cosmovisión cristiana sirvió a lo largo del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX como el pegamento que mantuvo unida a nuestra sociedad.

Tan fuerte fue la aceptación generalizada de la cosmovisión cristiana que, en 1892, nuestra Corte Suprema declaró: “Ésta es una nación cristiana... Somos un pueblo cristiano, y la moralidad del país está profundamente arraigada en el cristianismo”.13 Sí, nuestros partidos políticos no estaban de acuerdo sobre muchas cosas, pero estaban de acuerdo en los principios fundamentales de la cosmovisión cristiana.

Ese acuerdo comenzó a desmoronarse durante la segunda mitad del siglo XX, lo que resultó en una guerra cultural cada vez más virulenta. Para cuando el siglo llegó a su fin, la cosmovisión humanista había triunfado, lo que dio como resultado tensiones tan extremas que amenazan la existencia futura de nuestra nación.

Una Definición de Cosmovisión

Entonces, ¿qué es una visión del mundo? El término en realidad se define a sí mismo. Es la forma en que una persona ve filosóficamente el mundo. Considere las diferencias en las cosmovisiones en competencia en Estados Unidos hoy en día, que se ilustran en el cuadro a continuación.

¿Cuál es su cosmovisión? ¿Está enfocado en Jesús y en servirle? ¿Está defendiendo la verdad de la Palabra de Dios, o se ha acostado con el mundo y se ha convertido en cristiano sólo de nombre? ¿Se ha enamorado del mundo y ha olvidado que se supone que debe ser distinto del mundo?

Cosmovisiones Opuestas

Humanismo                        Cristianismo

El Hombre es Supremo Dios es Supremo

El Hombre es básicamente bueno El Hombre es básicamente malo

La evolución produjo la vida Dios creó la vida

La vida no tiene significado Jesús le da significado a la vida

La moralidad es irrelevante La Palabra de Dios determina la moralidad

La verdad es relativa La verdad es absoluta

Lo supernatural es un mito Lo sobrenatural es real

No hay vida después de la muerte La vida continúa después de la muerte

La vida se trata de logros La vida se trata de servicio a Dios

La única esperanza del mundo es una reforma económica, política y social 

La única esperanza del mundo es Jesús

Hay una vieja canción espiritual negra que siempre me desafía a examinar mi actitud hacia el mundo. El primer verso dice así:14

Este mundo no es mi hogar, solo soy un paso. Mis tesoros están depositados en algún lugar más allá del azul. Los ángeles me llaman Desde la puerta abierta del cielo, Y ya no puedo sentirme como en casa en este mundo.

¿Esas palabras expresan sus sentimientos acerca de este mundo? ¿Qué palabra usaría para resumir sus sentimientos? ¿Celoso? ¿Ansioso? ¿Enamorado? ¿Separado? ¿Está cómodo o se siente incómodo?

El Punto de Vista Bíblico

Jesús dijo: ...el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:25). El apóstol Pablo dio una fuerte advertencia muy similar acerca de sentirse cómodo con el mundo. En Romanos 12:2 escribió: No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de vuestro entendimiento…”. ¿Está a la altura de esta exhortación?

¿Está conformado al mundo? ¿Ha adoptado la forma de vestir del mundo? ¿Qué pasa con la forma de hablar del mundo, o el amor del mundo por el dinero? ¿Son sus metas las metas del mundo — poder, éxito, fama y riquezas?

El hermano de Jesús expresó el asunto en un lenguaje muy directo. Él dijo: “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Jacobo 4:4).

¿Es amigo del mundo? ¿Se siente cómodo con lo que el mundo tiene para ofrecer en música, películas, programas de televisión y libros más vendidos? ¡La amistad con el mundo es enemistad contra Dios!

De hecho, Jacobo lo pone aún más fuerte que eso, porque al comienzo del pasaje que cité anteriormente (Jacobo 4:4), dice que aquellos que son amigos del mundo son adúlteros espirituales.

El apóstol Juan enfatiza lo mismo con la misma fuerza en 1 Juan 2:15–16:

No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo.

No hay forma de escapar de la triste realidad de estas palabras. ¿Ama el mundo? Si es así, ¡el amor del Padre no está en usted!

La Perspectiva Necesaria de la Cosmovisión

Si quiere sobrevivir a los peligrosos tiempos del fin en los que estamos viviendo, debe comprometerse a vivir con una perspectiva eterna.

¿Qué significa eso? En palabras de Pedro, eso significa vivir como “extranjeros y peregrinos” en este mundo (1 Pedro 2:11). De manera similar, en palabras del escritor de Hebreos, significa vivir como “extranjeros y peregrinos” (Hebreos 11:13). Pablo lo expresó de esta manera: No piensen en las cosas terrenales porque, “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:19–20). Pablo explicó por qué se sentía así: Porque considero que los padecimientos del tiempo presente no son dignos de comparar con la gloria que pronto nos ha de ser revelada” (Romanos 8:18). Tenga en cuenta que ésas son las palabras de un hombre que fue llevado al cielo y experimentó personalmente sus glorias (2 Corintios 12:1-4).

El gran escritor cristiano, C. S. Lewis, explicó que vivir con una perspectiva eterna significa “vivir como comandos que operan detrás de las líneas enemigas, preparando el camino para la llegada del Comandante en Jefe”.15  ¡Maranata! (1 Corintios 16:22).

Referencias

1) David Lane, “Our Judeo-Christian Heritage Squandered: Is It Any Wonder Judgment Is Upon America?” CharismaNews, June 7, 2022, www.charismanews.com/opinion/renewing-america/89366-our-judeo-christian-heritage-squandered-is-it-any-wonder-judgment-is-upon-america, page 1.

2) Ibid.

3) David Aikman, “Profiles in Faith: Aleksandr Solzhenitsyn, Part II: A World Split Apart: Solzhenitsyn’s Harvard Speech Twenty-four Years Later,” www.cslewisinstitute.org, page 1.

4) Ibid.

5) Brian C. Anderson, “Solzhenitsyn’s Permanence,” www.newcriterion.comarticles.cfm/Solzhenitsyn-s-permanence-8077, page 1.

6) Ibid.

7) American Rhetoric Online Speech Bank, “Alexandr Solzhenitsyn: ‘A World Split Apart,’ Address at Harvard University on June 8, 1978,” http://americanrhetoric.com/speeches/alexandersolzhenitsynharvard.htm, page 11.

8) NobelPrize.org, “Lists of Nobel Prizes and Laureates: 1970,” www.nobelprize.org/search/?query=1970.

9) Aleksandr Solzhenitsyn, “‘Men Have Forgotten God’ — The Templeton Address,” May 1983, www.roca.org/OA/36/36h.htm, page 1.

10) Ibid., page 3.

11) Ibid,. Pages 3-4.

12) Ibid., page 4.

13) Jane G. Rainey, “Church of the Holy Trinity v. United States (1892),” www.mtsu.edu/first-amendment/article/724/church-of-the-holy-trinity-v-united-states, pages 1-2.

14) Hymnary.org, “This World is Not My Home,” https://hymnary.org/text/this_world_is_not_my_home_im_just_a?extended=true.

15) El autor no pudo localizar la fuente precisa de esta cita que se atribuye a C. S. Lewis. Lewis se refiere varias veces a “vivir en territorio enemigo” en su clásico, Mero Cristianismo, (Nueva York, Nueva York: MacMillan Publishing Co., 1960), página 51.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 12 de septiembre de 2022

Libro: Islam y Cristianismo – Prefacio

 ¿Dos Caminos Hacia el Mismo Dios?

Por Dr. David R. Reagan

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La Biblia enseña que la Iglesia del tiempo del fin estará llena de apostasía.  El apóstol Pablo profetizó que se caracterizaría por defender “doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1). También dijo que tendría “apariencia de piedad”, pero que “negaría su poder” (2 Timoteo 3:5). En otras palabras, renunciaría a la guía del Espíritu Santo. Además, afirmó que la Iglesia del tiempo del fin   estaría llena de personas que “no soportarían la sana doctrina”, sino que desearían, en cambio, “tener comezón en los oídos” (2 Timoteo 4: 3). 

El libro de Apocalipsis describe proféticamente a la Iglesia del tiempo del fin en la carta que Jesús dictó a la iglesia en Laodicea. En ella, reprendió a la iglesia por ser tibia, y resumió la actitud de la iglesia diciendo al mundo: “Soy rico, me he enriquecido, y no tengo ninguna necesidad”.  La respuesta de Jesús a esta actitud fue condenar a la iglesia como “desgraciada, miserable, pobre, ciega y desnuda” (Ap. 3:17).

De hecho, la iglesia de Laodicea del tiempo del fin es descrita en Apocalipsis 3 como tan apóstata que ni siquiera permitirá que Jesús entre en su presencia. En cambio, Él es retratado de pie en la puerta de la iglesia, llamando y suplicando que lo dejen entrar (Ap. 3:20).

A finales del siglo XIX, William Booth, el fundador británico del Ejército de Salvación, pudo ver cómo la Iglesia avanzaba hacia el cumplimiento de estas profecías.  Y aunque sus compañeros líderes cristianos en Europa y América sentían que el siglo XX sería el “Siglo Cristiano”, cuando la Iglesia ganaría el mundo para Cristo, profetizó que, para el final del siglo, la Iglesia se caracterizaría por:1 

Religión sin el Espíritu Santo
Cristianismo sin Cristo
Perdón sin Arrepentimiento
Salvación sin Renovación
Cielo sin Infierno

La Iglesia Apóstata de Hoy

¿Necesito señalar que hemos llegado?  La Iglesia de hoy se ha acostado el mundo y está devastada por la apostasía.  Una doctrina totalmente apóstata que está haciendo estragos en la Iglesia — incluso entre algunos que se llaman a sí mismos “evangélicos” — es la idea de que “hay muchos caminos hacia Dios”, y que el cristianismo es sólo uno de esos caminos.

Tal concepto es, por supuesto, directamente del abismo del infierno. Por un lado, convierte a Jesús en un mentiroso porque dijo rotundamente que Él, y sólo Él, es el único camino a la reconciliación con el único y verdadero Dios, Yahvé, quien creó el universo y toda la vida (Juan 14: 6). 

Sin embargo, la idea de “muchos caminos a Dios” está engañando a muchos cristianos hoy en día. Después de todo, sus defensores dicen: “Nosotros, como cristianos, no queremos ser intolerantes con otras religiones”.

El Intento de Fusionar a Yahvé y Alá

Un aspecto de esta apostasía es la idea de que el Dios del islam, Alá, es el mismo que el Dios del cristianismo, Yahvé, y, por lo tanto, cuando los musulmanes ponen su fe en Alá, realmente están poniendo su fe en el único Dios verdadero y pueden ser salvos al hacerlo. Algunos que están enseñando esto incluso están tratando de crear una unión entre el islam y el cristianismo llamada “crislam”.

De hecho, la Iglesia Católica Romana ya se ha vendido a este concepto antibíblico. En la segunda sesión del Concilio Vaticano II en 1965, bajo la supervisión del Papa Pablo VI, se adoptó una resolución que reconoce a los musulmanes como personas redimidas.2  Este concepto apóstata fue añadido al Catecismo Católico en 1994 con las siguientes palabras:3 

841 – Las relaciones de la Iglesia con los musulmanes. “El designio de salvación comprende también a los que reconocen al Creador. Entre ellos están, ante todo, los musulmanes, que profesan tener la fe de Abraham y adoran con nosotros al Dios único y misericordioso que juzgará a los hombres al fin del mundo”.

Entonces, la Iglesia Católica ha declarado oficialmente que Alá es el mismo dios que el Dios verdadero, Yahvé. Sería difícil encontrar una declaración más antibíblica, excepto una que niegue la deidad de Jesús.

Los Propósitos de Este Libro

El propósito principal de este libro es demostrar que Alá y Yahvé no son los mismos dioses y que, de hecho, Alá es un dios falso que ni siquiera existe.  Más bien, es el mismo Satanás, disfrazado de dios.

Además, consideraremos tres temas relacionados:

  1. El Jesús de la profecía islámica del tiempo del fin 
  2. El destino final del islam
  3. Cómo testificar a un musulmán

Una Nota Sobre las Fuentes

Al citar el Corán, siempre se hará una anotación entre paréntesis al final de la cita en cuanto a su fuente.   Esto se hará   porque hoy en día existen cinco traducciones diferentes al inglés del Corán, que son muy populares y que se consideran válidas, aunque contengan diferencias en la redacción. Son los siguientes:4 

  1. El Significado del Glorioso Corán (1928), de Muhammad Marmaduke Pickthall. Un inglés convertido al islam. Considerada por muchos como la mejor traducción al inglés.
  2. El Significado del Sagrado Corán (1934), por Abdullah Yusuf Ali, que nació en la India británica. En uso entre los angloparlantes, esta traducción sólo es superada por la de Pickthall.
  3. El Sagrado Corán en Idioma Inglés (1968), por Muhammad Habib Shakir.  El autor era un juez egipcio que murió en 1959. Había terminado la traducción antes de su muerte, pero no se publicó hasta 1968. Ha pasado por muchas ediciones desde entonces.
  4. Interpretación de los Significados del Noble Corán en el Idioma Inglés (1985), por Muhammad Muhsin Khan, un médico nacido en la India de ascendencia afgana. Fue asistido por Muhammad Al-Hilali, un teólogo y profesor marroquí.
  5. El Corán: Significados en Inglés (1997), es una traducción de  tres mujeres conversas estadounidenses que se llaman a  sí mismas “Sahih Internacional”. Es publicado por Arabia Saudita y es la versión preferida de los musulmanes fundamentalistas.

Todas las citas bíblicas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, están tomadas de la nueva Legacy Standard Bible, a menos que se indique lo contrario. Esta nueva Biblia fue publicada por la Fundación Lockman en 2021, y representa una versión actualizada de la Nueva Biblia Estándar Americana (NASB).5 

La Biblia fue preparada por la facultad de The Master's University en California, bajo la supervisión de John MacArthur. Una de sus características distintivas es el uso del nombre de Dios, Yahvé, donde la mayoría de las Biblias usan la palabra, SEÑOR, todo en letras mayúsculas. Otra característica es que presenta los géneros tal como están registrados en las Escrituras en lugar de agregar “hermanas” cada vez que se hace referencia a hermanos, como se hizo en la revisión de 2020 de la Nueva Biblia Estándar Americana.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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martes, 6 de septiembre de 2022

Libro: Islam y Cristianismo – Índice

¿Dos Caminos Hacia el Mismo Dios?

Por Dr. David R. Reagan


Contenido

Prefacio

Los Autores

Parte 1 

Introducción

Por Dr. David R. Reagan

Capítulo 1: La Naturaleza del Islam


Parte 2

Robo de Identidad

Por Marko Kiroglu

Capítulo 2: ¿Son Jehová y Alá el Mismo Dios?

Capítulo 3: ¿Es Alá el Padre Amoroso de la Biblia?

Capítulo 4: ¿Cuál es la Opinión de Alá Sobre la Biblia?

Capítulo 5: ¿Es Isa el Jesús de la Biblia?


Parte 3 

Profecía Islámica del Tiempo del Fin

Por Dr. David R. Reagan

Capítulo 6: El Jesús Islámico de los Tiempos del Fin


Parte 4 

El Destino del Islam

Por Cnel. Tim Moore

Capítulo 7: ¿Triunfará el Islam Sobre el Mundo?


Parte 5 

La Salvación de los Musulmanes

Por Nathan Jones

Capítulo 8: Cómo Testificar a un Musulmán

Conclusión


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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Libro: Islam y Cristianismo

¿Dos Caminos Hacia el Mismo Dios?

Por Dr. David R. Reagan

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  • ¿Son COMPATIBLES el cristianismo y el islam? 
  • ¿Los cristianos y los musulmanes ADORAN AL MISMO DIOS? 
  • ¿Son el CRISTIANISMO Y EL ISLAM caminos que conducen al mismo Dios?
  • ¿Son las sagradas escrituras islámicas, conocidas como el Corán, INSPIRADAS POR DIOS? 
  • ¿Es el JESÚS DEL ISLAM el mismo que el JESÚS DE LA BIBLIA?
  • ¿Son los fundamentalistas islámicos representativos del verdadero islam, o son una terrible aberración de una RELIGIÓN AMANTE DE LA PAZ?

Encuentre las respuestas a estas preguntas en detalle y MÁS, a medida que este libro despega las capas para revelar la verdad sobre el Dios de Abraham, Isaac y Jacob que dice: “¿Hay algún Dios fuera de mí, o hay alguna otra Roca? No conozco ninguna” (Isaías 44:8).

El Dr. David R. Reagan es un autor prolífico de muchos libros, artículos y otros materiales sobre la profecía bíblica del tiempo del fin. Rindiéndose al llamado de Dios en su vida en medio de una exitosa carrera académica en Derecho Internacional y Política, fundó el Ministerio Cordero y León, cuya misión es proclamar el pronto regreso de Jesucristo. Un orador sobresaliente en muchas conferencias y otros eventos, su inconfundible voz retumbante, su risa contagiosa y su tremenda pasión por compartir el Evangelio y las buenas nuevas del regreso de Cristo, ha señalado a innumerables almas a Jesús como su Señor y Salvador.

Si bien el Dr. Reagan se retiró como Director y Evangelista Sénior del Ministerio Cordero y León, continúa sirviendo escribiendo y apareciendo ocasionalmente como invitado en el programa de televisión del Ministerio, Cristo en la Profecía, así como enseñando en su iglesia local.

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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 5 de septiembre de 2022

Libro: ¿Cuál es la Diferencia Entre un Milenio y un Milpiés? – Capítulo 11

Nuestra Bienaventurada Esperanza 
La razón para exclamar: "¡Maranata!" 

Por Dr. David R. Reagan

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Asistía a la iglesia cada vez que se abría la puerta durante los primeros 30 años de mi vida. Sin embargo, al final de ese tiempo, si me hubiera preguntado qué sucede cuando muere, le habría dado una respuesta patética.

Le habría dicho que, cuando muere, su alma se duerme y permanece en la tumba hasta que el Señor regrese. Al regreso del Señor, su alma resucitará y será juzgada, y será consignado al infierno, o se le permitirá entrar al Cielo.

Mi concepto del cielo era el de un mundo espiritual donde los salvos pasan la eternidad como espíritus incorpóreos, flotando en las nubes, tocando arpas.

Una Idea Equivocada

No hace falta decir que no podía emocionarme mucho con todo eso. Ciertamente no me gustaba la idea de estar inconsciente en una tumba durante eones de tiempo. Tampoco podía desarrollar ningún entusiasmo por la perspectiva de ser un espíritu incorpóreo sin identidad o personalidad particular. ¡Y la idea de tocar un arpa por toda la eternidad era francamente escandalosa, porque me habían enseñado que la música instrumental en la adoración era una abominación!

Por lo tanto, pueden imaginar la sensación de conmoción que sentí cuando comencé a estudiar la profecía bíblica y descubrí que todas estas ideas mías sobre la vida después de la muerte eran ajenas a la Palabra de Dios. Pero mi conmoción rápidamente dio paso a la euforia, cuando descubrí lo que el Señor realmente tiene reservado para mí.

El Punto de Vista Bíblico

Aprendí de la Palabra de Dios que, cuando los que somos cristianos morimos, nuestros espíritus nunca pierden su conciencia (Filipenses 1:21-23; 2 Corintios 5:8). En cambio, nuestros espíritus plenamente conscientes son llevados inmediatamente a la presencia de Jesús por Sus santos ángeles (Lucas 16:22).

Nuestros espíritus permanecen en la presencia del Señor hasta que Él aparezca por Su Iglesia en lo que se llama el Rapto. En ese momento, Él trae nuestros espíritus con Él, resucita nuestros cuerpos, reúne nuestros espíritus con nuestros cuerpos, y luego glorifica nuestros cuerpos, perfeccionándolos y haciéndolos eternos (1 Tes. 4:13-18).

Regresaremos con Él al Cielo en nuestros cuerpos glorificados, donde seremos juzgados por nuestras obras para determinar nuestros grados de recompensa (2 Corintios 5:10). Cuando se complete este juicio, participaremos en una gloriosa fiesta de bodas para celebrar la unión de Jesús y Su Novia, la Iglesia (Ap. 19:7-9).

Testigos de Gloria

Al concluir la fiesta, irrumpimos de los cielos con Jesús, regresando con Él a la tierra en gloria (Colosenses 3:4; Ap. 19:14). Somos testigos de Su victoria en Armagedón, exclamamos “¡Aleluya!”, cuando Él es coronado Rey de reyes y Señor de señores, y nos deleitamos en Su gloria cuando comience a reinar sobre toda la tierra desde el Monte Sion en Jerusalén (Zacarías 14:1-9; Ap. 19:17-21).

Participamos en ese reinado durante mil años, ayudándole con la instrucción, administración y aplicación de Sus leyes perfectas (Daniel 7:13-14, 18, 27; Ap. 20:1-6). Vemos la tierra regenerada y la naturaleza reconciliada (Isaías 11:6-9). Vemos abundar la santidad y la tierra inundada de paz, rectitud y justicia (Miqueas 4:1-7).

Al final del Milenio, somos testigos de la liberación de Satanás para engañar a las naciones. Vemos la naturaleza verdaderamente despreciable del corazón del hombre, cuando millones de personas se unen a Satanás en su intento de derrocar el trono de Jesús. Pero exclamaremos “¡Aleluya!” de nuevo, cuando seamos testigos de la destrucción sobrenatural por parte de Dios de los ejércitos de Satanás, y veamos a Satanás mismo arrojado al lago de fuego, donde será atormentado para siempre (Ap. 20:7-10).

A continuación, seremos testigos del Juicio del Gran Trono Blanco, cuando los injustos sean resucitados para comparecer ante Dios. Veremos la santidad y la justicia perfectas en acción, cuando Dios pronuncie Su terrible juicio sobre esta congregación de condenados que han rechazado Su don de amor y gracia en Jesucristo (Ap. 20:11-13).

Jesús será plenamente vindicado cuando toda rodilla se doble y toda lengua confiese que Él es el Señor. Entonces los injustos recibirán su justa recompensa cuando sean arrojados al lago de fuego (Ap. 20:14-15).

Testigos de una Nueva Creación

A continuación, seremos testigos del espectáculo de fuegos artificiales más espectacular de toda la historia.

Seremos llevados a la Nueva Jerusalén, la mansión eterna preparada por Jesús para Su Novia, y desde allí veremos cómo Dios renueva esta tierra con fuego, quemando toda la inmundicia y la contaminación dejada por la última batalla de Satanás (2 Pedro 3: 12-13).

Así como los ángeles se regocijaron cuando Dios creó el universo, nos regocijaremos cuando veamos a Dios sobrecalentar esta tierra y remodelarla como una bola caliente de cera en la Tierra Nueva, la tierra eterna, el paraíso donde viviremos para siempre en la presencia de Dios (Ap. 21:1-7).

Qué glorioso momento será cuando seamos descendidos a la Tierra Nueva dentro de la fabulosa Nueva Jerusalén (Ap. 21:2). Dios descenderá del Cielo para morar con nosotros (Ap. 21:3). Él proclamará: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Ap. 21:5).

Veremos a Dios cara a cara (Ap. 22:4). Él enjugará todas nuestras lágrimas (Ap. 21:4). La muerte ya no existirá (Ap. 21:4). Se nos darán nuevos nombres (Ap. 2:17), y existiremos como personalidades individuales revestidos por cuerpos perfectos e inmortales (Filipenses 3:21). Y creceremos eternamente en el conocimiento y amor de nuestro Creador infinito, honrándolo con nuestros talentos y dones.

¡Sí que puedo emocionarme con eso!

El Estado Intermedio

Algunas de las mayores confusiones sobre la vida después de la muerte se relacionan con el estado intermedio entre la muerte y la eternidad. Algunas personas defienden un concepto llamado “sueño del alma”. Argumentan que tanto los salvos como los no salvos están inconscientes después de la muerte hasta el regreso de Jesús.

Pero la Biblia deja muy claro que nuestro espíritu no pierde la conciencia al morir. Lo único que “se duerme” es nuestro cuerpo, en un sentido simbólico (ya que algún día se despertará cuando resucite). Pablo dice en 2 Corintios 5:8, que preferiría estar “ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”. En Filipenses 1:21, observa: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Luego agrega en el versículo 23 que su deseo es “partir y estar con Cristo”. ¡Pablo ciertamente no esperaba estar en una tumba en coma después de morir!

Entonces, si nuestros espíritus retienen su conciencia después de la muerte, ¿a dónde van? La Biblia enseña que, antes de la resurrección de Jesús, los espíritus de los muertos iban a un lugar llamado Hades (“Seol” en el Antiguo Testamento). Los espíritus existían allí conscientemente en uno de los dos compartimentos, ya sea el Paraíso o Tormentos. Este concepto se representa gráficamente en la historia de Jesús del hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31).

Figura 10: El Hades o Seol antes de la Cruz

La Biblia indica que, después de la muerte de Jesús en la Cruz, Él descendió al Hades para declarar las buenas nuevas de que Él había derramado Su sangre por los pecados de la humanidad (1 Pedro 3:18-19 y 4:6).

La Biblia también indica que, después de Su anuncio, Jesús ascendió al Cielo, llevándose con Él las almas que estaban en el Paraíso (Efesios 4:8-9; 2 Corintios 12:1-4). A partir de entonces, los espíritus de los santos muertos son descritos somo si estuvieran en el Cielo ante el trono de Dios (ver Ap.6:9 y 7:9).

Figura 11: El Paraíso trasladado al Cielo después de la Cruz.

Los espíritus de los muertos justos no podían ir directamente al Cielo antes de la Cruz, porque sus pecados no estaban perdonados. En cambio, sus pecados fueron simplemente cubiertos por su fe. El perdón de sus pecados tenía que esperar el derramamiento de la sangre del Mesías (Levítico 17:11; Romanos 5:8-9; Hebreos 9:22).

El Cuerpo Intermedio

Durante el estado intermedio, entre la muerte y la resurrección, ¿cuál es la naturaleza de la existencia de los salvos y los perdidos? ¿Se convierten en espíritu puro en la naturaleza? La respuesta es no, no en absoluto.

Sólo Dios es espíritu (Juan 4:24). El hombre, como los ángeles, fue creado para tener un cuerpo. Como Pablo lo expresa en 2 Corintios 5:3, “no seremos hallados desnudos”.

Cuando nos despojamos de nuestros cuerpos mortales en la muerte, con la separación del espíritu del cuerpo, la Biblia enseña claramente que recibimos un cuerpo espiritual intermedio — intermedio entre nuestro cuerpo mortal actual y el cuerpo inmortal que recibiremos en el momento en que resucitemos. La evidencia de este hecho se puede encontrar en varios lugares de la Biblia.

  • Cuando el rey Saúl quiso saber cómo le iría en una próxima batalla, acudió a una bruja en Endor y le pidió que llamara a Samuel de entre los muertos, para que pudiera consultar con él. Evidentemente pensando que su espíritu demoníaco familiar aparecería, la bruja se sorprendió cuando Samuel apareció en su lugar y procedió a condenar a Saúl por traficar con lo oculto (1 Samuel 28:7-19). Tanto ella como Saúl reconocieron inmediatamente a Samuel cuando apareció.
  • Cuando Jesús contó la historia de Lázaro y el hombre rico, dejó en claro que se reconocieron completamente después de que murieron y sus espíritus fueron al Hades — Lázaro al compartimento llamado Paraíso, y el hombre rico al compartimento llamado Tormentos. Sus espíritus fueron incorporados en cuerpos identificables (Lucas 16:19-31).
  • En Su transfiguración, Moisés y Elías se unieron a Jesús, y los apóstoles que estaban presentes pudieron reconocer a ambos hombres mientras hablaban con Jesús (Mateo 17:1-7).
  • Cuando el apóstol Juan fue llevado al cielo, vio a una inmensa multitud de personas vestidas de blanco de pie ante el trono de Dios con ramas de palma en sus manos. Cuando preguntó quiénes eran, se le dijo que eran mártires que salían de la Gran Tribulación (Ap.  7:9-15).

En cada uno de estos casos, vemos personas muertas cuyos espíritus han sido incorporados a cuerpos reconocibles que están vestidos.

Eventos en la Muerte

Entonces, ¿qué sucede hoy cuando mueres? Si eres un hijo de Dios, tu espíritu es llevado inmediatamente a la presencia de Jesús por Sus santos ángeles. Se te da un cuerpo espiritual intermedio, y permaneces en el Cielo, en la presencia de Dios, hasta el momento del Rapto.

Cuando Jesús viene por Su Iglesia, trae tu espíritu con Él. Él resucita tu cuerpo, infundiéndolo con tu espíritu, y glorifica tu cuerpo, haciéndolo de naturaleza eterna (1 Corintios 15 y 1 Tesalonicenses 4). Reinas con Jesús por mil años y luego vives eternamente con Él en la nueva tierra (Apocalipsis 20-22).

Si no eres un hijo de Dios, entonces tu espíritu irá al Hades cuando mueras. Éste es un lugar de tormentos donde tu espíritu es retenido hasta la resurrección de los injustos, que tiene lugar al final del Reinado Milenial de Jesús. En esa resurrección eres llevado ante el Gran Trono Blanco de Dios donde eres juzgado por tus obras y luego condenado a la “segunda muerte”, que es el “lago de fuego” o infierno (Ap. 20:11-15).1

Preparándose para la Eternidad

Una cosa es cierta: “Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que ‘¡Jesús es el Señor!’” (Isaías 45:23 y Romanos 14:11). Tu destino eterno estará determinado por el momento en que hagas esta confesión.

Si se hace antes de que mueras, entonces pasarás la eternidad con Dios. Si no, entonces harás la confesión en el juicio del Gran Trono Blanco antes de ser arrojado al Lago de Fuego. Para pasar la eternidad con Dios, tu confesión de Jesús como Señor debe hacerse ahora.

“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. — Romanos 10:9

El mayor engaño de Satanás siempre ha sido la mentira de que puedes ganarte el camino al cielo realizando buenas obras. La negación de esta mentira es una de las cosas que distingue al cristianismo de todas las demás religiones del mundo. Esto se debe a que todas las demás religiones, incluidos las sectas cristianas, como los mormones y los Testigos de Jehová, enseñan que la salvación debe ganarse viviendo una buena vida y realizando ciertos ritos religiosos.

El cristianismo dice: “¡NO!” a la salvación por obras. Considere estas palabras de Efesios 2:

8) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

9) no por obras, para que nadie se gloríe.

Por lo tanto, la salvación es por gracia a través de la fe en Jesús y no por obras. Robert Jeffress, pastor de la Primera Iglesia Bautista en Dallas, Texas, a menudo destaca este punto al observar: “Todas las demás religiones del mundo dicen: ‘¡HAZ!’. Sólo el cristianismo dice: ‘¡HECHO!’”.2 Su punto, por supuesto, es que Jesús hizo todo lo que era necesario para nuestra salvación cuando murió en la Cruz. Todo lo que debemos hacer para recibir el perdón de nuestros pecados es poner nuestra fe en Él como nuestro Señor y Salvador.

Skip Heitzig, pastor de Calvary Church en Albuquerque, Nuevo México, lo ha resumido todo de otra manera al afirmar: “Las personas buenas no van al Cielo; las personas salvas van al Cielo”.3

Una Aclaración

Nací en una familia cristiana y crecí yendo a la iglesia. Y una y otra y otra vez, escuché la declaración proclamada desde el púlpito de que “Jesús murió por tus pecados”.

No tenía idea de lo que eso significaba, ni entendía afirmaciones similares como: “Eres salvo por la sangre de Jesús”, o “Jesús lo pagó todo”. Pero confié en mis maestros y predicadores de la Biblia, así que cuando tenía 11 años, en mayo de 1950, acepté a Jesús como mi Señor y Salvador y fui bautizado. Pensaba que no necesitaba entender estas declaraciones más de lo que necesitaba entender por qué se encendía una luz cuando accionaba un interruptor.

Cuando estaba al final de mi adolescencia, comencé a hacer preguntas sobre el significado de estas afirmaciones, y la mejor explicación que recibí fue que ser salvado por Jesús era como ser condenado a muerte por cometer un asesinato y luego tener un amigo que se acercara al juez y se ofreciera como voluntario para tomar mi sentencia en mi nombre. Esa explicación ayudó, pero más tarde descubrí que necesitaba profundizar más.

Entonces, permítanme intentar ponerlo en términos bíblicos simples y comprensibles.

Las Verdades Fundamentales

La Biblia dice que todos nosotros somos pecadores. Por supuesto, sabemos eso, pero, sin la Palabra de Dios para confrontarnos con la realidad, siempre podemos lidiar con nuestros pecados justificándolos con excusas o culpando a los demás.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8).

La segunda verdad fundamental que necesitamos reconocer con respecto al pecado es que produce la muerte. Morimos porque somos pecadores. La Biblia lo pone en un lenguaje colorido: “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23).

Salvación Antes de la Cruz

En los tiempos del Antiguo Testamento, las personas lidiaban con sus pecados poniendo su fe en Dios, la que manifestaban al ofrecer sacrificios de animales. ¿Por qué sacrificios? Porque la Biblia enseña que la vida está en la sangre (Levítico 17:11) y "sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).

Pero el derramamiento de la sangre de los animales era insuficiente para pagar en su totalidad el castigo por nuestros pecados (Hebreos 9:12-14). Estos sacrificios sólo cubrían los pecados. No resultaban en un perdón completo. Ésa es la razón por la que antes de la Cruz, cuando los creyentes morían, sus almas iban a un compartimento llamado Paraíso, que estaba ubicado en un lugar llamado Seol (Hades en el Nuevo Testamento). No podían ir directamente al Cielo y estar en la presencia de un Dios Santo hasta que sus pecados hubieran sido completamente perdonados.

La Solución al Pecado

Entonces, ¿qué se necesitaba? Un hombre perfecto que nunca pecó. Sólo una persona que no merecía morir podía servir legítimamente como sustituto de todos los que merecíamos la muerte.

Jesús era esa persona. Vivió una vida sin pecado. Este hecho se afirma muchas veces en las Escrituras. Por ejemplo, el apóstol Pedro proclamó: “Él [Jesús] no cometió ningún pecado, ni se halló engaño en su boca” (1 Pedro 2:22). El apóstol Juan hizo la misma afirmación cuando escribió: “... no hay pecado en Él [Jesús]” (1 Juan 3:5). El autor del libro de Hebreos declaró que Jesús puede “compadecerse de nuestras debilidades”, porque fue “tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).

Entonces, Jesús fue la única persona que ha vivido que no merecía morir porque nunca pecó. Por lo tanto, cuando murió, lo hizo voluntariamente, tomando sobre Sí los pecados — pasados, presentes y futuros — de todos aquellos que ponen su fe en Él.

Salvación Desde la Cruz

Se nos dice que después de Su muerte, Jesús descendió al Hades e hizo una proclamación (1 Pedro 3:18-19). No se nos dice lo que proclamó, pero lo más probable es que fuera la declaración de que “la sangre ha sido derramada”. Eso significaba que los pecados de los que estaban en el Paraíso ya no estaban sólo cubiertos. Más bien, ahora estaban completamente perdonados. Y así, se nos dice en Efesios 4:8-10 que, cuando Jesús ascendió al Cielo, se llevó a los que estaban en el Paraíso con Él, y desde ese momento, cuando los creyentes mueren, sus almas van directamente al Cielo.

Es por eso que Romanos 6:23 no termina con la declaración de que: “La paga del pecado es muerte”. El versículo continúa declarando triunfalmente, “mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Y eso, mis amigos, es justificación para exclamar: “¡ALELUYA!”.

“Al que no conoció pecado [Jesús], por nosotros [Dios] lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).

Además, las increíbles bendiciones que se prometen en la Palabra Profética de Dios a aquellos que ponen su fe en Jesús, son suficientes para que cada creyente comience cada nuevo día exclamando en su corazón: “¡MARANATA!”. Ésta es una frase aramea que significa: “¡El Señor viene!” o “Señor nuestro, ¡ven!” (1 Corintios 16:22).


“Sólo el que conoce la profecía puede morar en la calma de la eternidad ahora”. Charles L. Feinberg, Millennialism (Chicago, IL: Moody Press, 1980) página 30.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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