miércoles, 26 de noviembre de 2025

Acción de Gracia por Dos de las Mayores Bendiciones Espirituales

Por Dr. Nathan E. Jones


¿Cuál consideras que es tu mayor bendición? 

¿Es tu salud? ¿Tu trabajo? ¿Tu familia? 

¿Y qué hay de las bendiciones espirituales? ¿También las estás contando?

Como creyentes, cada día debería ser un día de acción de gracias. Y, sin embargo, con demasiada frecuencia somos desagradecidos. Tendemos a preocuparnos por las cosas que no tenemos.

Y, sin embargo, la Escritura nos enseña en ese gran Salmo de Acción de Gracias—el Salmo 100—que “Aclamen con júbilo al Señor, toda la tierra. Sirvan al Señor con alegría; vengan ante Él con cánticos de júbilo”. Esa es la actitud con la que se nos dice que debemos vivir, incluso en los tiempos difíciles.

A medida que se acerca el Día de Acción de Gracias, hagamos una pausa para considerar dos de las mayores bendiciones espirituales por las que debemos estar agradecidos como cristianos. ¡Estas dos bendiciones espirituales deberían llenar nuestros corazones de gratitud cada día! Y ambas se relacionan directamente con la profecía bíblica y el plan de Dios para el futuro.

1. Salvación por Gracia por Medio de la Fe

La primera bendición espiritual por la que deberíamos estar más agradecidos es aquella que distingue al cristianismo de todas las demás religiones del mundo: la salvación por gracia mediante la fe en Jesucristo.

¿Qué hace que la gracia a través de la fe sea tan especial?

Todas las demás religiones del mundo enseñan el concepto satánico de la salvación a través de las buenas obras. “¡Haz!”. Sólo el cristianismo enseña que no podemos ser salvos por las buenas obras. Nuestra única esperanza es la justicia de Jesús aplicada a nosotros cuando ponemos nuestra fe en Él. “¡Hecho!”

El fundamento bíblico de la gracia se encuentra en Efesios 2:8-9: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Asimismo, Romanos 3:23-24 revela: “Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios. Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús”.

Por lo tanto, debemos estar agradecidos de que el perdón de nuestros pecados no se pueda ganar. ¡Es un regalo gratuito de Dios! Jesús completó todo el trabajo necesario para la salvación al sacrificar Su vida perfecta por nuestros pecados y luego vencer a la muerte resucitando de entre los muertos. Entonces podemos tener confianza de que nuestro destino eterno es el cielo, porque nuestro ir allí depende únicamente de la obra terminada de Cristo, y nunca de nuestro desempeño.

La salvación por gracia mediante la fe tiene una conexión profética. Esta salvación fue profetizada a lo largo del Antiguo Testamento. Por ejemplo, en Isaías 53:5-6 aprendemos: “Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por Sus heridas hemos sido sanados…Pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros”. La cruz debía ser el eje central del plan profético de Dios desde el principio.

El don de la gracia mediante la fe debería llenarnos de una gratitud abrumadora cada día. Pero hay otra bendición espiritual que también debería hacernos regocijar—una que aún está por venir pero que es tan segura como nuestra salvación.

2. El Rapto de la Iglesia

La segunda bendición espiritual aún no ha tenido lugar. Se basa en la promesa de Dios que se encuentra en Juan 14, 1 Corintios 15 y 1 Tesalonicenses 4. Se llama el Rapto de la Iglesia.

¿Qué es el Rapto? Es ese día glorioso en el que Jesús aparecerá en las nubes y llamará a su Iglesia de este mundo al Cielo. Como revela 1 Tesalonicenses 4:16-17: “Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre”.

El regreso de Jesucristo puede considerarse un evento de dos etapas. La primera etapa del retorno de Cristo es el Rapto. Jesús aparece repentinamente en las nubes. Los creyentes en Cristo son arrebatados para encontrarse con Él en el aire. Y todo esto sucederá en “un abrir y cerrar de ojos”. El Rapto es considerado un evento inminente, en el sentido de que podría ocurrir en cualquier momento, sin señales que deban precederlo.

La segunda etapa se llama la Segunda Venida. Siete o más años después del Rapto, Jesús regresará a la tierra al final de la Tribulación con Sus santos. Jesús primero tocará tierra en el Monte de los Olivos. Sólo tendrá que hablar, y los ejércitos de Satanás se derretirán ante Él. Una vez que los enemigos de Cristo sean vencidos o enterrados, el Rey Jesús establecerá Su Reino Milenario en esta tierra.

Podemos saber que el Rapto ocurrirá antes de la Tribulación porque a la Iglesia se le promete liberación de la ira de Dios. Como confirma 1 Tesalonicenses 5:9: “Porque no nos ha destinado Dios para ira, sino para obtener salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Podemos ver, al leer el libro de Apocalipsis, que la Iglesia está ausente en los capítulos 4-18, que cubren el período de la Tribulación. Sólo entonces, en Apocalipsis 19, se muestra que los creyentes regresan con Cristo, y que Él reina y gobierna con ellos sobre Su Reino.

Porque nuestro Salvador y Señor será victorioso, y así también nosotros como Sus hijos, también seremos victoriosos a través de Él, entonces el Rapto debería proporcionarnos una gran fuente de acción de gracias mientras esperamos nuestra “esperanza bienaventurada” (Tito 2:13). Pablo concluye su explicación en 1 Tes. 4:18 con una exhortación a “consolaos unos a otros con estas palabras”. ¿Quién no está agradecido por la esperanza y el consuelo?

Corazones Llenos de Gratitud

Mientras celebramos el Día de Acción de Gracias, nuestros corazones pueden llenarse de gratitud por tener estas dos increíbles bendiciones espirituales: primero, el regalo de la salvación que Jesús nos dio mediante Su sacrificio en la cruz, un regalo que nunca podríamos ganar pero que recibimos por gracia mediante la fe; y segundo, la bendita esperanza del Rapto, cuando Jesús aparecerá de repente para llevar a su Iglesia a casa.

Estas dos bendiciones deberían transformar la manera en que vemos nuestras circunstancias actuales. Cuando vemos las señales de los tiempos—como guerras, desastres naturales, decadencia moral, la reunión de Israel y muchas más—todas convergiendo a nuestro alrededor, no debemos desesperarnos. “Cuando estas cosas empiecen a suceder, levántense y alcen la cabeza, porque se acerca su redención” (Lucas 21:28). Estas mismas señales apuntan al cumplimiento de las promesas de Dios.

Recuerden lo que nos recuerdan los versículos restantes del Salmo 100: “Entren por Sus puertas con acción de gracias, y a Sus atrios con alabanza. Denle gracias, bendigan Su nombre. Porque el Señor es bueno; para siempre es Su misericordia, y Su fidelidad por todas las generaciones”.

Ya sea que este Día de Acción de Gracias te encuentres rodeado por el abrazo de la familia o enfrentando desafíos aparentemente insuperables completamente solo, recuerda que si perteneces a Jesús, tienes toda razón para dar gracias. Tu salvación está asegurada, habiendo sido sellada por el Espíritu Santo. Tu futuro es brillante, habiendo sido garantizado por la fidelidad de Dios. Y tu esperanza es inminente, ya que Jesús podría llamar a Sus hijos a casa en cualquier momento. Éstas son las realidades eternas que deben llenar tu corazón de gratitud, no sólo en un día festivo, sino cada día.

Así que, mientras se reúnen alrededor de su mesa de Acción de Gracias este año, no se limiten a contar sus bendiciones terrenales, aunque puedan ser muchas. En su lugar, cuenten también sus bendiciones espirituales. Den gracias a Dios por Su increíble gracia que los ha salvado hoy, y también agradezcan por la bendita esperanza que los espera pronto en los días venideros. ¡En un mundo que se oscurece cada día más, los hijos de Dios tienen el futuro más brillante imaginable!

Así que, hasta que Cristo venga, sigan mirando hacia arriba y dando gracias, porque nuestro Dios es fiel, y nuestra redención se acerca cada vez más. ¡Feliz Día de Acción de Gracias para ti y tu familia de parte de todos nosotros en el Ministerio Cordero y León!


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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