jueves, 23 de octubre de 2025

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 7 (Parte 1 de 2)

 El Destino de los Incrédulos 

Por Dr. David R. Reagan

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“No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien teman a Aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno”. Mateo 10:28

Nota del traductor/editor: En este artículo, la palabra infierno debe entenderse como lago de fuego.


Muchas personas consideran que el infierno no es más que una palabrota o una broma.

Constantemente escucho a personas en la televisión decir: “¡Voy a ir de fiesta al infierno!”. Lo dicen con entusiasmo, como si estuvieran presumiendo de un gran logro. Conan O’Brien, el exconductor del programa de NBC Late-Night Show, escribió e interpretó una canción burlándose del infierno. La canción es tan perversa que sólo se pueden citar partes. La siguiente sección les dará una idea:1

Voy a ir al infierno cuando muera
Voy a ir al infierno cuando muera
No puedo ser salvado, es demasiado tarde para mí
Vou a ir al I-N-F-I-E-R-N-O cuando M-U-E-R-A
Podrías decir que estoy hecho un desastre, pero soy sincero
Dormiré con tu madre por una comida casera.
Le daré a un tipo sin piernas un par de zapatos nuevos...
Voy a ir al infierno cuando muera
Voy a ir al infierno cuando muera

Cuando se le preguntó al actor de cine Tom Hanks sobre sus esfuerzos de colaboración con el director Ron Howard, él dijo: “Ron Howard es un gran hombre y un gran director. Seguiría a Ron Howard hasta el infierno”.2 Ted Turner, de la televisión por cable, se burló del infierno de manera similar cuando dijo: “No necesito que nadie muera por mí. He tomado algunas copas y he tenido algunas novias, y si eso me va a enviar al infierno, que así sea”.3

La banda australiana de hard rock, AC/DC, lanzó un álbum en 1979 titulado Highway to Hell. La canción principal alardeaba de su determinación de acabar en el infierno. Aquí está la primera estrofa:4

Viviendo tranquillo, viviendo libre
Con un boleto solo de ida voy
Sin pedir nada, déjame estar
Voy tomando todo a mi manera
No necesito razón, no necesito rima
No es nada que prefiera hacer
Voy bajando, festejando
Mis amigos también estarán allá
Estoy en la carretera al infierno

La segunda estrofa es aún peor. Presume de pagar sus deudas a Satanás e incluso se refiere al infierno como “la tierra prometida”.

La actitud burlona sobre el infierno ha sido quizás mejor expresada por el cómico blasfemo y de lenguaje soez, George Carlin (1937-2008):5

La religión en realidad ha convencido a la gente de que hay un hombre invisible—que vive en el cielo—que observa todo lo que haces, cada minuto de cada día. Y el hombre invisible tiene una lista especial de diez cosas que no quiere que hagas. Y si haces alguna de estas diez cosas, tiene un lugar especial, lleno de fuego y humo, de quemaduras y tortura y angustia, donde te enviará a vivir y sufrir y quemarte y ahogarte y gritar y llorar por siempre hasta el fin de los tiempos… ¡pero te ama!

El comentario de Carlin sobre el infierno es interesante porque resume bastante bien por qué creo que la mayoría de los pastores rara vez predican sobre el infierno. Estoy convencido de que a la mayoría les resulta difícil hablar de un Dios justo y amoroso que va a atormentar a las personas perdidas eternamente. Cuando mencionan el infierno, generalmente sólo dicen que significa “separación eterna de Dios”. Se evita el concepto de tormento eterno.

No hay duda al respecto: el infierno ha sido trivializado por el mundo e ignorado por la Iglesia. Pero el infierno era un tema muy importante para Jesús. Habló de él repetidamente, mientras que rara vez habló del cielo.

La Realidad del Infierno

La Biblia presenta el infierno, al igual que el cielo, como un lugar real. La Biblia dice que Dios creó este lugar terrible para servir como el destino final del Diablo y sus ángeles (Mateo 25:41). La Biblia también enseña que el infierno será el destino de todas las personas que rechacen la gracia y misericordia que Dios ha proporcionado a través de Jesús y que elijan, en cambio, seguir a Satanás (Mateo 25:46).

El infierno se describe en las Escrituras como un lugar de oscuridad y tristeza (Mateo 22:13), un lugar de fuego (Mateo 5:22), un lugar de tormento (Ap. 14:10), un lugar de destrucción (Mateo 7:13) y un lugar de deshonra y desprecio eterno (Daniel 12:2).

Su Distinción del Hades

El infierno no es el Hades. Un estudio cuidadoso de las Escrituras revelará que Hades en el Nuevo Testamento es el mismo lugar que el Seol en el Antiguo Testamento (Salmo 49:15).

Antes de la cruz, el Hades (o Seol) era el lugar de espera para los espíritus de los muertos que aguardaban su resurrección, juicio y eventual asignación al cielo o al infierno. Según la parábola de Jesús sobre el hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31), el Hades estaba compuesto por dos compartimentos: el Paraíso y los Tormentos.

Al morir, los espíritus de los justos (aquellos que habían puesto su fe en Dios) iban al compartimiento en el Hades llamado Paraíso. A los injustos se les asignaba el compartimiento llamado Tormentos. Los dos compartimientos estaban separados por un abismo amplio y profundo que no podía cruzarse. Este abismo también se conoce como “el pozo sin fondo” (Ap. 9:1-2, NVI).

La Biblia indica que la naturaleza del Hades cambió radicalmente en el momento de la cruz. Después de Su muerte en la cruz, Jesús descendió al Hades y declaró a todos los espíritus allí Su triunfo sobre Satanás mediante el derramamiento de Su sangre por los pecados de la humanidad (1 Pedro 3:18-19 y 4:6).

La Biblia también indica que, después de Su resurrección, cuando ascendió al cielo, Jesús se llevó el Paraíso con Él, transfiriendo los espíritus de los muertos justos del Hades al cielo (Efesios 4:8-9 y 2 Corintios 12:1-4). A partir de entonces, los espíritus de los muertos justos son presentados estando en el cielo ante el trono de Dios (Ap. 6:9 y 7:9).

Así, desde el tiempo de la cruz, los espíritus de los santos fallecidos ya no van al Hades. En cambio, son llevados directamente al cielo. Los espíritus de los santos del Antiguo Testamento no podían ir directamente al cielo porque sus pecados no habían sido perdonados. Sus pecados sólo habían sido cubiertos, por así decirlo, por su fe. Sus pecados no podían ser perdonados hasta que Jesús derramara Su sangre por ellos en la cruz.

Las almas de los muertos injustos todavía van al Hades y permanecerán allí hasta el fin del reinado milenial de Jesús. En ese momento, serán resucitados y juzgados en el Gran Juicio del Trono Blanco descrito en Apocalipsis 20:11-15. Serán juzgados por sus obras y, dado que ninguna persona puede ser justificada ante Dios por obras (Efesios 2:8-10), todos los injustos serán arrojados al infierno, al que el pasaje en Apocalipsis se refiere como “el lago de fuego” (Ap. 20:14).

La Duración del Infierno

¿Cuánto tiempo serán atormentados los impíos en el infierno? El punto de vista Tradicional sostiene que el infierno es un lugar de tormento consciente y eterno. Según esta visión, una persona que termina en el infierno está condenada a una existencia interminable de dolor y sufrimiento insoportables. El infierno es un lugar sin escape y sin esperanza.

Otro punto de vista, el que sostengo, se llama Condicionalismo. Adopta la posición de que la inmortalidad es condicional, dependiendo de la aceptación de Cristo. Por lo tanto, creo que la Biblia enseña que los injustos serán resucitados, juzgados y castigados en el infierno por un período de tiempo proporcional a sus pecados y luego sufrirán destrucción (la muerte del cuerpo y del alma).

En un momento echaremos un breve vistazo a ambas perspectivas pero, antes de hacerlo, me gustaría recordarles una verdad aleccionadora: el infierno es una realidad, y es un destino espantoso. El infierno existe porque Dios no puede ser burlado (Gálatas 6:7). Él va a tratar con el pecado, y lo hace de una de dos maneras: mediante la gracia o mediante la ira. Juan 3:36 dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”.

Cualquiera que sea la conclusión que saquemos de las Escrituras sobre la duración del infierno, debemos recordar que el infierno debe ser evitado a toda costa. Ya sea que los malvados sufran allí eternamente o sean destruidos después de soportar el terrible castigo de Dios, el infierno es un lugar inimaginablemente aterrador.

También debemos recordar que nuestras creencias sobre la duración del infierno no se encuentran en el plano de la doctrina fundamental. Los cristianos sinceros y piadosos pueden estudiar los mismos pasajes de las escrituras sobre el infierno y llegar a conclusiones diferentes acerca de la cuestión de su duración. Nuestros puntos de vista variados, alcanzados mediante un estudio diligente y piadoso, no deben causar división ni resentimiento en el cuerpo de Cristo.

El Punto de Vista Tradicional

A pocos tradicionalistas les complace la doctrina del tormento eterno de los malvados, pero la aceptan de todos modos porque creen que es bíblica. En esto merecen ser elogiados.

La mayoría señala escrituras como Mateo 25:46 para apoyo: “Y éstos [los malvados] irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna”. Dado que la palabra “eterna” se usa tanto para los malvados como para los justos, concluyen que el castigo debe ser eterno, de la misma manera que lo es la vida.

Muchos tradicionalistas también citan Apocalipsis 20:10 — un versículo específicamente sobre el Diablo, el Anticristo y el Falso Profeta — para demostrar que un Dios de amor puede, de hecho, condenar al menos a algunas de Sus criaturas a un tormento eterno: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Si es posible que Dios trate a un grupo de Sus criaturas de esta manera, razonan, ¿por qué sería imposible para Él hacer lo mismo con otro grupo?

Aun así, otro pasaje del Apocalipsis en el capítulo 14 también figura en el argumento de los Tradicionalistas. Dice:

9) Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: «Si alguien adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, 

10) él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en la copa de Su ira. Será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero. 

11) El humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos. No tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre».

Los tradicionalistas notan que no sólo estos incrédulos son arrojados al lago de fuego donde “el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos”, sino que no tienen descanso “ni de día ni de noche”. Esto contrasta marcadamente con los salvos, que disfrutarán del descanso eternamente (Ap. 14:13). Para los tradicionalistas, tanto el “descanso” de los creyentes como la “inquietud” de los incrédulos parecen implicar un estado consciente y eterno.

Otros Argumentos Tradicionalistas

En otras partes de la Biblia, varios pasajes que hablan del infierno usan la palabra “destruir” o “destrucción” para describir lo que les ocurre a los impíos. Los tradicionalistas afirman que la imagen en estos pasajes no es de aniquilación, sino de una ruina de la vida humana fuera de la presencia de Dios para siempre. De esta manera, pueden concebir una “destrucción” que dura para siempre.

Un argumento tradicionalista más filosófico concierne a la creación de la humanidad a imagen de Dios. Algunos tradicionalistas creen que los tormentos del infierno deben ser eternos, ya que la humanidad fue creada a imagen de Dios y esa imagen no puede ser “descreada”. Por lo tanto, creen que la inmortalidad fue otorgada a la humanidad cuando Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen.

Por último, muchos tradicionalistas creen que el infierno debe ser eterno debido a la naturaleza del pecado en sí mismo. Todo pecado es una ofensa contra Dios, dice este argumento, y dado que Dios es infinito, todo pecado es infinitamente odioso. Jonathan Edwards (1703-1758), el gran teólogo puritano, siguió esta línea de argumentación en su famoso sermón, “La justicia de Dios en la condenación de los pecadores”.

Como pueden ver, estos argumentos parecen tanto bíblicos como sustanciales. Sin embargo, no están exentos de problemas importantes. Permítanme explicar por qué creo que el enfoque condicionalista es una mejor solución a la dificultad.

El Punto de Vista Condicionalista

La doctrina de la duración del infierno ha sido sostenida con tanta firmeza a lo largo de la historia del cristianismo que pocos han osado desafiarla. A esto se suma el hecho de que la mayoría de los desafíos modernos han provenido de las sectas. Así, una persona que se atreva a cuestionar el punto de vista tradicional corre el riesgo de ser etiquetada como miembro de una secta.

Una característica clásica de las sectas “cristianas” modernas es su negación de la realidad del infierno. Algunos argumentan que todos serán salvados. La mayoría sostiene que los injustos son aniquilados al morir.

Las opiniones de las sectas sobre el infierno siempre me han resultado repugnantes, porque niegan la enseñanza clara de las Escrituras de que los injustos serán enviados a un lugar de sufrimiento llamado infierno. Sin embargo, nunca he podido aceptar completamente el punto de vista tradicionalista de un castigo consciente y eterno.

Dificultades Tradicionalistas

Mi primera dificultad con la visión tradicionalista es que parece impugnar el carácter de Dios. Me seguía preguntando: “¿Cómo podría un Dios de gracia, misericordia y amor atormentar a la gran mayoría de la humanidad eternamente?”. No me parecía ni amoroso ni justo. Me doy cuenta de que Él es un Dios de rectitud, santidad y justicia, pero ¿es el sufrimiento eterno justicia? El concepto de tormento eterno parece convertir al verdadero Dios de justicia en un sádico cósmico.

En segundo lugar, el concepto de tormento eterno parece contradecir los ejemplos bíblicos. Dios destruyó Sodoma y Gomorra con fuego — de manera repentina y rápida. Destruyó el malvado mundo de Noé con agua — de manera repentina y rápida. Ordenó que los cananeos fueran asesinados rápidamente. En la Ley de Moisés no había disposición para el encarcelamiento o la tortura. Los castigos por la violación de la Ley consistían ya sea en restitución o en la muerte. Incluso los animales sacrificados eran liberados del sufrimiento mediante prescripciones precisas para su matanza, que garantizaban una muerte lo más rápida e indolora posible.

Como estudiante de la Palabra Profética de Dios, encontré un tercer problema con la visión tradicionalista. Parece contradecir una frase descriptiva que se utiliza en la profecía para describir el infierno. Ese término es “la segunda muerte”. Es un término peculiar del libro de Apocalipsis (Ap. 2:11; 20:6,14 y 21:8). ¿Cómo puede el infierno ser una “segunda muerte” si consiste en un tormento eterno y consciente?

El Problema de la Destrucción

Una cuarta razón por la que siempre me ha preocupado la visión tradicionalista es que parece ignorar una enseñanza bíblica importante sobre el infierno; a saber, que el infierno es un lugar de destrucción. El propio Jesús habló del infierno como un lugar de “destrucción” (Mateo 7:13). Además, en Mateo 10:28 Jesús dijo: “No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno”.

Del mismo modo, en 2 Tesalonicenses 1:9, Pablo dice que aquellos que no obedecen el evangelio “sufrirán el castigo de eterna destrucción”. El autor de Hebreos dice que los injustos experimentarán un juicio aterrador que consistirá en un “fuego que ha de consumir a los adversarios” (Hebreos 10:27). Incluso uno de los versículos más reconfortantes de la Biblia habla de la destrucción de los injustos: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16, énfasis añadido).

El argumento Tradicionalista de que la palabra “destruir” o “destrucción” debería interpretarse como “pérdida irreparable” me parece exagerado. Parece mucho más probable que “destruir” deba entenderse exactamente en ese sentido.

El Significado del Castigo

Quinto, hay una diferencia entre castigo eterno y castigar eternamente. Una cosa es experimentar un castigo que es eterno en sus consecuencias; otra cosa es experimentar un castigo eterno en sí mismo.

La Biblia también habla del juicio eterno (Hebreos 6:2). ¿Es eso un juicio que continúa eternamente, o es un juicio con consecuencias eternas? De manera similar, la Biblia habla de la redención eterna (Hebreos 9:12). Pero esto no significa que Cristo continúe el acto de redención eternamente. Ese acto tuvo lugar en la Cruz, una vez y para siempre. Fue una redención eterna porque el resultado de la redención tuvo consecuencias eternas.

Simbolismo

Sexto, mencioné anteriormente que los tradicionalistas a menudo citan Apocalipsis 14:9-11 para demostrar que el sufrimiento de los malvados será eterno. Con mayor frecuencia destacan dos frases. La primera se refiere a aquellos que reciben la marca de la bestia durante la Tribulación, quienes serán “atormentados con fuego y azufre en presencia de los santos ángeles”. La segunda es que “el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos”. Observe que este pasaje no habla de un tormento eterno. Más bien, habla de “el humo de su tormento” que asciende para siempre.

La Biblia es su propia mejor intérprete, y cuando busques declaraciones similares a ésta, verás que son simbólicas de un castigo que tiene consecuencias eternas, no de un castigo que continúa eternamente. Por ejemplo, considera Isaías 34:10, que habla de la destrucción de Edom. Dice que el humo de la destrucción de Edom “subirá para siempre”.

He estado en Edom (la parte sur de la actual Jordania en el área alrededor de Petra). He visto su destrucción. Pero no había humo elevándose al cielo. Esta referencia al humo eterno es obviamente simbólica, indicando que la destrucción de Edom dará testimonio eterno de cómo Dios trata con una sociedad pecadora.

Lo mismo ocurre con Judas 7, cuando dice que Sodoma y Gomorra experimentaron “el castigo del fuego eterno”. Nuevamente, he estado en la zona de Jordania donde se cree que existieron estas ciudades gemelas. El área está completamente devastada, pero no hay humo que se eleve al cielo. No están ardiendo eternamente. Simplemente sufrieron una destrucción por fuego que tuvo consecuencias eternas.

Inmortalidad

Por último, muchos tradicionalistas creen que el alma es inmortal. ¿Pero lo es? Creo que la Biblia niega muy específicamente la inmortalidad del alma.

Adán y Eva no eran inmortales cuando fueron creados. Su existencia eterna dependía de su relación con Dios y de que comieran del árbol de la vida. Cuando su relación con Dios se rompió, se les dio la sentencia de muerte, y Dios los expulsó inmediatamente del Jardín del Edén para evitar que comieran del fruto del árbol de la vida y pudieran “vivir para siempre” (Génesis 3:22).

En 1 Timoteo 6, Pablo dice claramente que sólo Dios posee la inmortalidad:

15) …el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; 

16) el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén. (Énfasis agregado).

Además, en 1 Corintios 15, Pablo enseña que los creyentes no se vuelven inmortales hasta que son resucitados. Él dice que nuestros cuerpos muertos son “sembrados en corrupción,” pero son “resucitados en incorrupción” (1 Corintios 15:42).

Él repite este punto importante unos versículos más adelante cuando describe lo que sucederá en el momento del Arrebatamiento:

51) Así que les digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados 

52) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

53) Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. [Énfasis agregado]. 

54) Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Devorada ha sido la muerte en victoria. 

55) ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?».

En otras palabras, la inmortalidad es un don de Dios que Él concede por Su gracia a los redimidos en el momento de su resurrección. La inmortalidad está  condicionada a que pongamos la fe en Dios. Nunca se menciona que los incrédulos se vuelvan inmortales. No hay necesidad de creer en un castigo eterno si el alma no es intrínsecamente inmortal. Y no lo es.

Un Resumen

A estas alturas deberías darte cuenta de que tanto las posiciones Tradicional como Condicional sobre el infierno pueden reunir un buen respaldo bíblico para su punto de vista. No estamos hablando aquí de una visión bíblica frente a una no bíblica.

Al definir cualquier doctrina, se debe considerar todo lo que la Biblia tiene que decir sobre el tema. En lo que respecta al tema del infierno, la única forma en que he podido incorporar todo lo que la Biblia tiene que decir es concluir:

1) Aquellos que mueren fuera de una relación de fe con Jesús son inicialmente confinados en un compartimiento en el Hades llamado Tormentos.

2) Al final del Milenio, serán resucitados y juzgados por sus obras por Jesús en el Gran Juicio del Trono Blanco.

3) Todos ellos serán condenados al Infierno porque nadie puede ser justificado ante Dios por sus obras.

4) Serán arrojados al lago de fuego (infierno) donde sufrirán un tiempo de tormento proporcional a sus pecados.

5) Luego experimentarán la “segunda muerte” (muerte del cuerpo, alma y espíritu).

La Realidad del Infierno

¿Cuál punto de vista es correcto: el Tradicionalista o el concepto Condicionalista? He emitido mi voto a favor de la comprensión Condicionalista. Puedes decidir que la evidencia apunta en la otra dirección. Está bien. Lo importante es tener en cuenta que el infierno es una realidad y, independientemente de su naturaleza específica, es un destino terrible.

Y porque es una realidad horrible, necesita ser predicada. La gente necesita conocer la consecuencia de rechazar el amor, la gracia y la misericordia de Dios.

Se ha contado la historia de C. S. Lewis escuchando el sermón de un joven predicador sobre el juicio de Dios sobre el pecado. Al final de su mensaje, el joven dijo: “¡Si no recibes a Cristo como Salvador, sufrirás graves ramificaciones escatológicas!”.

Después del servicio, Lewis le preguntó: “¿Quiso decir que quien no cree en Cristo irá al infierno?”.

“Exactamente”, respondió el joven predicador.

“Entonces dígalo”, respondió Lewis.

Hay demasiado en juego como para andarse con rodeos.


Comentarios Cristianos Sobre el Infierno

“La moralidad puede mantenerte fuera de la cárcel, pero se necesita la sangre de Jesucristo para mantenerte fuera del infierno”. Charles Spurgeon (1834-1892), pastor británico.

“Dios no mantiene casas a medio camino. Es o el cielo o el infierno para ti y para mí”. Billy Sunday (1862-1935), evangelista estadounidense.

“El himno nacional del infierno es, ‘Lo Hice a Mi Manera’”. Varios autores.

“Creo que un gran número de personas van a morir e ir al infierno porque están confiando en su religiosidad en la iglesia, en lugar de su relación con Jesús para llevarlos al cielo. Dan muestras de arrepentimiento y fe con palabras, pero nunca han nacido de nuevo”. Adrian Rogers (1931-2005), pastor estadounidense.

“No digas que un Dios amoroso te va a enviar al infierno: no lo hará. Lo que te va a enviar al infierno es que eres un pecador y no quieres admitirlo”. J. Vernon McGee (1904-1988), comentarista bíblico estadounidense en la radio.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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