jueves, 23 de octubre de 2025

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 7 (Parte 1 de 2)

 El Destino de los Incrédulos 

Por Dr. David R. Reagan

Haga clic en la imagen para ir al Índice

“No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien teman a Aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno”. Mateo 10:28

Nota del traductor/editor: En este artículo, la palabra infierno debe entenderse como lago de fuego.


Muchas personas consideran que el infierno no es más que una palabrota o una broma.

Constantemente escucho a personas en la televisión decir: “¡Voy a ir de fiesta al infierno!”. Lo dicen con entusiasmo, como si estuvieran presumiendo de un gran logro. Conan O’Brien, el exconductor del programa de NBC Late-Night Show, escribió e interpretó una canción burlándose del infierno. La canción es tan perversa que sólo se pueden citar partes. La siguiente sección les dará una idea:1

Voy a ir al infierno cuando muera
Voy a ir al infierno cuando muera
No puedo ser salvado, es demasiado tarde para mí
Voy a ir al I-N-F-I-E-R-N-O cuando M-U-E-R-A
Podrías decir que estoy hecho un desastre, pero soy sincero
Dormiré con tu madre por una comida casera.
Le daré a un tipo sin piernas un par de zapatos nuevos...
Voy a ir al infierno cuando muera
Voy a ir al infierno cuando muera

Cuando se le preguntó al actor de cine Tom Hanks sobre sus esfuerzos de colaboración con el director Ron Howard, él dijo: “Ron Howard es un gran hombre y un gran director. Seguiría a Ron Howard hasta el infierno”.2 Ted Turner, de la televisión por cable, se burló del infierno de manera similar cuando dijo: “No necesito que nadie muera por mí. He tomado algunas copas y he tenido algunas novias, y si eso me va a enviar al infierno, que así sea”.3

La banda australiana de hard rock, AC/DC, lanzó un álbum en 1979 titulado Highway to Hell. La canción principal alardeaba de su determinación de acabar en el infierno. Aquí está la primera estrofa:4

Viviendo tranquilo, viviendo libre
Con un boleto solo de ida voy
Sin pedir nada, déjame estar
Voy tomando todo a mi manera
No necesito razón, no necesito rima
No es nada que prefiera hacer
Voy bajando, festejando
Mis amigos también estarán allá
Estoy en la carretera al infierno

La segunda estrofa es aún peor. Presume de pagar sus deudas a Satanás e incluso se refiere al infierno como “la tierra prometida”.

La actitud burlona sobre el infierno ha sido quizás mejor expresada por el cómico blasfemo y de lenguaje soez, George Carlin (1937-2008):5

La religión en realidad ha convencido a la gente de que hay un hombre invisible—que vive en el cielo—que observa todo lo que haces, cada minuto de cada día. Y el hombre invisible tiene una lista especial de diez cosas que no quiere que hagas. Y si haces alguna de estas diez cosas, tiene un lugar especial, lleno de fuego y humo, de quemaduras y tortura y angustia, donde te enviará a vivir y sufrir y quemarte y ahogarte y gritar y llorar por siempre hasta el fin de los tiempos… ¡pero te ama!

El comentario de Carlin sobre el infierno es interesante porque resume bastante bien por qué creo que la mayoría de los pastores rara vez predican sobre el infierno. Estoy convencido de que a la mayoría les resulta difícil hablar de un Dios justo y amoroso que va a atormentar a las personas perdidas eternamente. Cuando mencionan el infierno, generalmente sólo dicen que significa “separación eterna de Dios”. Se evita el concepto de tormento eterno.

No hay duda al respecto: el infierno ha sido trivializado por el mundo e ignorado por la Iglesia. Pero el infierno era un tema muy importante para Jesús. Habló de él repetidamente, mientras que rara vez habló del cielo.

La Realidad del Infierno

La Biblia presenta el infierno, al igual que el cielo, como un lugar real. La Biblia dice que Dios creó este lugar terrible para servir como el destino final del Diablo y sus ángeles (Mateo 25:41). La Biblia también enseña que el infierno será el destino de todas las personas que rechacen la gracia y misericordia que Dios ha proporcionado a través de Jesús y que elijan, en cambio, seguir a Satanás (Mateo 25:46).

El infierno se describe en las Escrituras como un lugar de oscuridad y tristeza (Mateo 22:13), un lugar de fuego (Mateo 5:22), un lugar de tormento (Ap. 14:10), un lugar de destrucción (Mateo 7:13) y un lugar de deshonra y desprecio eterno (Daniel 12:2).

Su Distinción del Hades

El infierno no es el Hades. Un estudio cuidadoso de las Escrituras revelará que Hades en el Nuevo Testamento es el mismo lugar que el Seol en el Antiguo Testamento (Salmo 49:15).

Antes de la cruz, el Hades (o Seol) era el lugar de espera para los espíritus de los muertos que aguardaban su resurrección, juicio y eventual asignación al cielo o al infierno. Según la parábola de Jesús sobre el hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31), el Hades estaba compuesto por dos compartimentos: el Paraíso y los Tormentos.

Al morir, los espíritus de los justos (aquellos que habían puesto su fe en Dios) iban al compartimiento en el Hades llamado Paraíso. A los injustos se les asignaba el compartimiento llamado Tormentos. Los dos compartimientos estaban separados por un abismo amplio y profundo que no podía cruzarse. Este abismo también se conoce como “el pozo sin fondo” (Ap. 9:1-2, NVI).

La Biblia indica que la naturaleza del Hades cambió radicalmente en el momento de la cruz. Después de Su muerte en la cruz, Jesús descendió al Hades y declaró a todos los espíritus allí Su triunfo sobre Satanás mediante el derramamiento de Su sangre por los pecados de la humanidad (1 Pedro 3:18-19 y 4:6).

La Biblia también indica que, después de Su resurrección, cuando ascendió al cielo, Jesús se llevó el Paraíso con Él, transfiriendo los espíritus de los muertos justos del Hades al cielo (Efesios 4:8-9 y 2 Corintios 12:1-4). A partir de entonces, los espíritus de los muertos justos son presentados estando en el cielo ante el trono de Dios (Ap. 6:9 y 7:9).

Así, desde el tiempo de la cruz, los espíritus de los santos fallecidos ya no van al Hades. En cambio, son llevados directamente al cielo. Los espíritus de los santos del Antiguo Testamento no podían ir directamente al cielo porque sus pecados no habían sido perdonados. Sus pecados sólo habían sido cubiertos, por así decirlo, por su fe. Sus pecados no podían ser perdonados hasta que Jesús derramara Su sangre por ellos en la cruz.

Las almas de los muertos injustos todavía van al Hades y permanecerán allí hasta el fin del reinado milenial de Jesús. En ese momento, serán resucitados y juzgados en el Gran Juicio del Trono Blanco descrito en Apocalipsis 20:11-15. Serán juzgados por sus obras y, dado que ninguna persona puede ser justificada ante Dios por obras (Efesios 2:8-10), todos los injustos serán arrojados al infierno, al que el pasaje en Apocalipsis se refiere como “el lago de fuego” (Ap. 20:14).

La Duración del Infierno

¿Cuánto tiempo serán atormentados los impíos en el infierno? El punto de vista Tradicional sostiene que el infierno es un lugar de tormento consciente y eterno. Según esta visión, una persona que termina en el infierno está condenada a una existencia interminable de dolor y sufrimiento insoportables. El infierno es un lugar sin escape y sin esperanza.

Otro punto de vista, el que sostengo, se llama Condicionalismo. Adopta la posición de que la inmortalidad es condicional, dependiendo de la aceptación de Cristo. Por lo tanto, creo que la Biblia enseña que los injustos serán resucitados, juzgados y castigados en el infierno por un período de tiempo proporcional a sus pecados y luego sufrirán destrucción (la muerte del cuerpo y del alma).

En un momento echaremos un breve vistazo a ambas perspectivas pero, antes de hacerlo, me gustaría recordarles una verdad aleccionadora: el infierno es una realidad, y es un destino espantoso. El infierno existe porque Dios no puede ser burlado (Gálatas 6:7). Él va a tratar con el pecado, y lo hace de una de dos maneras: mediante la gracia o mediante la ira. Juan 3:36 dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”.

Cualquiera que sea la conclusión que saquemos de las Escrituras sobre la duración del infierno, debemos recordar que el infierno debe ser evitado a toda costa. Ya sea que los malvados sufran allí eternamente o sean destruidos después de soportar el terrible castigo de Dios, el infierno es un lugar inimaginablemente aterrador.

También debemos recordar que nuestras creencias sobre la duración del infierno no se encuentran en el plano de la doctrina fundamental. Los cristianos sinceros y piadosos pueden estudiar los mismos pasajes de las escrituras sobre el infierno y llegar a conclusiones diferentes acerca de la cuestión de su duración. Nuestros puntos de vista variados, alcanzados mediante un estudio diligente y piadoso, no deben causar división ni resentimiento en el cuerpo de Cristo.

El Punto de Vista Tradicional

A pocos tradicionalistas les complace la doctrina del tormento eterno de los malvados, pero la aceptan de todos modos porque creen que es bíblica. En esto merecen ser elogiados.

La mayoría señala escrituras como Mateo 25:46 para apoyo: “Y éstos [los malvados] irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna”. Dado que la palabra “eterna” se usa tanto para los malvados como para los justos, concluyen que el castigo debe ser eterno, de la misma manera que lo es la vida.

Muchos tradicionalistas también citan Apocalipsis 20:10 — un versículo específicamente sobre el Diablo, el Anticristo y el Falso Profeta — para demostrar que un Dios de amor puede, de hecho, condenar al menos a algunas de Sus criaturas a un tormento eterno: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Si es posible que Dios trate a un grupo de Sus criaturas de esta manera, razonan, ¿por qué sería imposible para Él hacer lo mismo con otro grupo?

Aun así, otro pasaje del Apocalipsis en el capítulo 14 también figura en el argumento de los Tradicionalistas. Dice:

9) Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: «Si alguien adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, 

10) él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en la copa de Su ira. Será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero. 

11) El humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos. No tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre».

Los tradicionalistas notan que no sólo estos incrédulos son arrojados al lago de fuego donde “el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos”, sino que no tienen descanso “ni de día ni de noche”. Esto contrasta marcadamente con los salvos, que disfrutarán del descanso eternamente (Ap. 14:13). Para los tradicionalistas, tanto el “descanso” de los creyentes como la “inquietud” de los incrédulos parecen implicar un estado consciente y eterno.

Otros Argumentos Tradicionalistas

En otras partes de la Biblia, varios pasajes que hablan del infierno usan la palabra “destruir” o “destrucción” para describir lo que les ocurre a los impíos. Los tradicionalistas afirman que la imagen en estos pasajes no es de aniquilación, sino de una ruina de la vida humana fuera de la presencia de Dios para siempre. De esta manera, pueden concebir una “destrucción” que dura para siempre.

Un argumento tradicionalista más filosófico concierne a la creación de la humanidad a imagen de Dios. Algunos tradicionalistas creen que los tormentos del infierno deben ser eternos, ya que la humanidad fue creada a imagen de Dios y esa imagen no puede ser “descreada”. Por lo tanto, creen que la inmortalidad fue otorgada a la humanidad cuando Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen.

Por último, muchos tradicionalistas creen que el infierno debe ser eterno debido a la naturaleza del pecado en sí mismo. Todo pecado es una ofensa contra Dios, dice este argumento, y dado que Dios es infinito, todo pecado es infinitamente odioso. Jonathan Edwards (1703-1758), el gran teólogo puritano, siguió esta línea de argumentación en su famoso sermón, “La justicia de Dios en la condenación de los pecadores”.

Como pueden ver, estos argumentos parecen tanto bíblicos como sustanciales. Sin embargo, no están exentos de problemas importantes. Permítanme explicar por qué creo que el enfoque condicionalista es una mejor solución a la dificultad.

El Punto de Vista Condicionalista

La doctrina de la duración del infierno ha sido sostenida con tanta firmeza a lo largo de la historia del cristianismo que pocos han osado desafiarla. A esto se suma el hecho de que la mayoría de los desafíos modernos han provenido de las sectas. Así, una persona que se atreva a cuestionar el punto de vista tradicional corre el riesgo de ser etiquetada como miembro de una secta.

Una característica clásica de las sectas “cristianas” modernas es su negación de la realidad del infierno. Algunos argumentan que todos serán salvados. La mayoría sostiene que los injustos son aniquilados al morir.

Las opiniones de las sectas sobre el infierno siempre me han resultado repugnantes, porque niegan la enseñanza clara de las Escrituras de que los injustos serán enviados a un lugar de sufrimiento llamado infierno. Sin embargo, nunca he podido aceptar completamente el punto de vista tradicionalista de un castigo consciente y eterno.

Dificultades Tradicionalistas

Mi primera dificultad con la visión tradicionalista es que parece impugnar el carácter de Dios. Me seguía preguntando: “¿Cómo podría un Dios de gracia, misericordia y amor atormentar a la gran mayoría de la humanidad eternamente?”. No me parecía ni amoroso ni justo. Me doy cuenta de que Él es un Dios de rectitud, santidad y justicia, pero ¿es el sufrimiento eterno justicia? El concepto de tormento eterno parece convertir al verdadero Dios de justicia en un sádico cósmico.

En segundo lugar, el concepto de tormento eterno parece contradecir los ejemplos bíblicos. Dios destruyó Sodoma y Gomorra con fuego — de manera repentina y rápida. Destruyó el malvado mundo de Noé con agua — de manera repentina y rápida. Ordenó que los cananeos fueran asesinados rápidamente. En la Ley de Moisés no había disposición para el encarcelamiento o la tortura. Los castigos por la violación de la Ley consistían ya sea en restitución o en la muerte. Incluso los animales sacrificados eran liberados del sufrimiento mediante prescripciones precisas para su matanza, que garantizaban una muerte lo más rápida e indolora posible.

Como estudiante de la Palabra Profética de Dios, encontré un tercer problema con la visión tradicionalista. Parece contradecir una frase descriptiva que se utiliza en la profecía para describir el infierno. Ese término es “la segunda muerte”. Es un término peculiar del libro de Apocalipsis (Ap. 2:11; 20:6,14 y 21:8). ¿Cómo puede el infierno ser una “segunda muerte” si consiste en un tormento eterno y consciente?

El Problema de la Destrucción

Una cuarta razón por la que siempre me ha preocupado la visión tradicionalista es que parece ignorar una enseñanza bíblica importante sobre el infierno; a saber, que el infierno es un lugar de destrucción. El propio Jesús habló del infierno como un lugar de “destrucción” (Mateo 7:13). Además, en Mateo 10:28 Jesús dijo: “No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno”.

Del mismo modo, en 2 Tesalonicenses 1:9, Pablo dice que aquellos que no obedecen el evangelio “sufrirán el castigo de eterna destrucción”. El autor de Hebreos dice que los injustos experimentarán un juicio aterrador que consistirá en un “fuego que ha de consumir a los adversarios” (Hebreos 10:27). Incluso uno de los versículos más reconfortantes de la Biblia habla de la destrucción de los injustos: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree  en él, no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16, énfasis añadido; RVR1977).

El argumento Tradicionalista de que la palabra “destruir” o “destrucción” debería interpretarse como “pérdida irreparable” me parece exagerado. Parece mucho más probable que “destruir” deba entenderse exactamente en ese sentido.

El Significado del Castigo

Quinto, hay una diferencia entre castigo eterno y castigar eternamente. Una cosa es experimentar un castigo que es eterno en sus consecuencias; otra cosa es experimentar un castigo eterno en sí mismo.

La Biblia también habla del juicio eterno (Hebreos 6:2). ¿Es eso un juicio que continúa eternamente, o es un juicio con consecuencias eternas? De manera similar, la Biblia habla de la redención eterna (Hebreos 9:12). Pero esto no significa que Cristo continúe el acto de redención eternamente. Ese acto tuvo lugar en la Cruz, una vez y para siempre. Fue una redención eterna porque el resultado de la redención tuvo consecuencias eternas.

Simbolismo

Sexto, mencioné anteriormente que los tradicionalistas a menudo citan Apocalipsis 14:9-11 para demostrar que el sufrimiento de los malvados será eterno. Con mayor frecuencia destacan dos frases. La primera se refiere a aquellos que reciben la marca de la bestia durante la Tribulación, quienes serán “atormentados con fuego y azufre en presencia de los santos ángeles”. La segunda es que “el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos”. Observe que este pasaje no habla de un tormento eterno. Más bien, habla de “el humo de su tormento” que asciende para siempre.

La Biblia es su propia mejor intérprete, y cuando busques declaraciones similares a ésta, verás que son simbólicas de un castigo que tiene consecuencias eternas, no de un castigo que continúa eternamente. Por ejemplo, considera Isaías 34:10, que habla de la destrucción de Edom. Dice que el humo de la destrucción de Edom “subirá para siempre”.

He estado en Edom (la parte sur de la actual Jordania en el área alrededor de Petra). He visto su destrucción. Pero no había humo elevándose al cielo. Esta referencia al humo eterno es obviamente simbólica, indicando que la destrucción de Edom dará testimonio eterno de cómo Dios trata con una sociedad pecadora.

Lo mismo ocurre con Judas 7, cuando dice que Sodoma y Gomorra experimentaron “el castigo del fuego eterno”. Nuevamente, he estado en la zona de Jordania donde se cree que existieron estas ciudades gemelas. El área está completamente devastada, pero no hay humo que se eleve al cielo. No están ardiendo eternamente. Simplemente sufrieron una destrucción por fuego que tuvo consecuencias eternas.

Inmortalidad

Por último, muchos tradicionalistas creen que el alma es inmortal. ¿Pero lo es? Creo que la Biblia niega muy específicamente la inmortalidad del alma.

Adán y Eva no eran inmortales cuando fueron creados. Su existencia eterna dependía de su relación con Dios y de que comieran del árbol de la vida. Cuando su relación con Dios se rompió, se les dio la sentencia de muerte, y Dios los expulsó inmediatamente del Jardín del Edén para evitar que comieran del fruto del árbol de la vida y pudieran “vivir para siempre” (Génesis 3:22).

En 1 Timoteo 6, Pablo dice claramente que sólo Dios posee la inmortalidad:

15) …el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; 

16) el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén. (Énfasis agregado).

Además, en 1 Corintios 15, Pablo enseña que los creyentes no se vuelven inmortales hasta que son resucitados. Él dice que nuestros cuerpos muertos son “sembrados en corrupción,” pero son “resucitados en incorrupción” (1 Corintios 15:42).

Él repite este punto importante unos versículos más adelante cuando describe lo que sucederá en el momento del Arrebatamiento:

51) Así que les digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados 

52) en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

53) Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. [Énfasis agregado]. 

54) Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Devorada ha sido la muerte en victoria. 

55) ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?».

En otras palabras, la inmortalidad es un don de Dios que Él concede por Su gracia a los redimidos en el momento de su resurrección. La inmortalidad está  condicionada a que pongamos la fe en Dios. Nunca se menciona que los incrédulos se vuelvan inmortales. No hay necesidad de creer en un castigo eterno si el alma no es intrínsecamente inmortal. Y no lo es.

Un Resumen

A estas alturas deberías darte cuenta de que tanto las posiciones Tradicional como Condicional sobre el infierno pueden reunir un buen respaldo bíblico para su punto de vista. No estamos hablando aquí de una visión bíblica frente a una no bíblica.

Al definir cualquier doctrina, se debe considerar todo lo que la Biblia tiene que decir sobre el tema. En lo que respecta al tema del infierno, la única forma en que he podido incorporar todo lo que la Biblia tiene que decir es concluir:

1) Aquellos que mueren fuera de una relación de fe con Jesús son inicialmente confinados en un compartimiento en el Hades llamado Tormentos.

2) Al final del Milenio, serán resucitados y juzgados por sus obras por Jesús en el Gran Juicio del Trono Blanco.

3) Todos ellos serán condenados al Infierno porque nadie puede ser justificado ante Dios por sus obras.

4) Serán arrojados al lago de fuego (infierno) donde sufrirán un tiempo de tormento proporcional a sus pecados.

5) Luego experimentarán la “segunda muerte” (muerte del cuerpo, alma y espíritu).

La Realidad del Infierno

¿Cuál punto de vista es correcto: el Tradicionalista o el concepto Condicionalista? He emitido mi voto a favor de la comprensión Condicionalista. Puedes decidir que la evidencia apunta en la otra dirección. Está bien. Lo importante es tener en cuenta que el infierno es una realidad y, independientemente de su naturaleza específica, es un destino terrible.

Y porque es una realidad horrible, necesita ser predicada. La gente necesita conocer la consecuencia de rechazar el amor, la gracia y la misericordia de Dios.

Se ha contado la historia de C. S. Lewis escuchando el sermón de un joven predicador sobre el juicio de Dios sobre el pecado. Al final de su mensaje, el joven dijo: “¡Si no recibes a Cristo como Salvador, sufrirás graves ramificaciones escatológicas!”.

Después del servicio, Lewis le preguntó: “¿Quiso decir que quien no cree en Cristo irá al infierno?”.

“Exactamente”, respondió el joven predicador.

“Entonces dígalo”, respondió Lewis.

Hay demasiado en juego como para andarse con rodeos.


Comentarios Cristianos Sobre el Infierno

“La moralidad puede mantenerte fuera de la cárcel, pero se necesita la sangre de Jesucristo para mantenerte fuera del infierno”. Charles Spurgeon (1834-1892), pastor británico.

“Dios no mantiene casas a medio camino. Es o el cielo o el infierno para ti y para mí”. Billy Sunday (1862-1935), evangelista estadounidense.

“El himno nacional del infierno es, ‘Lo Hice a Mi Manera’”. Varios autores.

“Creo que un gran número de personas van a morir e ir al infierno porque están confiando en su religiosidad en la iglesia, en lugar de su relación con Jesús para llevarlos al cielo. Dan muestras de arrepentimiento y fe con palabras, pero nunca han nacido de nuevo”. Adrian Rogers (1931-2005), pastor estadounidense.

“No digas que un Dios amoroso te va a enviar al infierno: no lo hará. Lo que te va a enviar al infierno es que eres un pecador y no quieres admitirlo”. J. Vernon McGee (1904-1988), comentarista bíblico estadounidense en la radio.


Lea la parte 2 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

If you are interested in buying the book, click on the image below:

miércoles, 22 de octubre de 2025

Qué Sucede Después

Por Dr. David R. Reagan


Reseña de David Reagan del libro más reciente de Max Lucado

Hay un nuevo libro de profecía bíblica muy importante que le recomendaría leer. Se titula “Qué Sucede Después: Guía del Viajero a Través del Fin de Esta Era”. Su autor es uno de los escritores más queridos de la cristiandad: Max Lucado.

Aquellos de ustedes que están familiarizados con los escritos de Max saben muy bien que él es un narrador muy talentoso. Este libro, de no ficción,  trata sobre lo que la Biblia dice acerca de los Tiempos del Fin, y muestra sus maravilloso talento literario de principio a fin.

Personalmente, ¡este libro me pareció asombroso! La razón es que Max revela que tiene un punto de vista Pre-Milenial de la profecía del tiempo del fin. ¿Por qué es tan asombroso? Porque tanto Max como yo crecimos en la misma denominación cristiana: las Iglesias de Cristo No Instrumentales, y ese grupo de iglesias es radicalmente amilenial. En otras palabras, enseñan que estamos viviendo en el Milenio ahora — que éste comenzó en la cruz y continuará hasta la Segunda Venida. Por lo tanto, estas iglesias no creen en un reinado literal futuro de Jesús en esta tierra.

Con “radical” me refiero a que cuando estaba creciendo en estas iglesias en los años 40 y 50, te expulsaban si tenías cualquier otra opinión sobre la profecía del tiempo del fin que no fuera la amilenialista. Muchas de las personas en las Iglesias de Cristo a las que asistía en Waco, Texas, creían que los premilenialistas iban directo al infierno.

Antecedentes de Lucado

Max se graduó de la principal escuela de su denominación — Abilene Christian College en Abilene, Texas (ahora una universidad). Después de un breve período como ministro asociado en una iglesia en Miami, él y su esposa decidieron mudarse a Río de Janeiro, Brasil, para convertirse en misioneros. Regresaron a Estados Unidos en 1987, y al año siguiente, Max se convirtió en ministro del púlpito de la Iglesia de Cristo de Oak Hills en San Antonio, Texas.

Max finalmente se desanimó por el legalismo de las Iglesias de Cristo y, después de un tiempo, decidió valientemente renunciar a la enseñanza de su denominación de que el bautismo es necesario para la salvación.

Eso fue seguido por una decisión igualmente impactante de comenzar a usar instrumentos musicales en los servicios de adoración de su iglesia. En 2003, se decidió que la iglesia dejaría su afiliación con las Iglesias de Cristo, y el nombre de la iglesia se cambió simplemente a Oak Hills Church. En 2007, Max renunció a su puesto debido a problemas de salud. Todavía es miembro de la iglesia, pero hoy centra su tiempo en el evangelismo independiente y la escritura como independiente.

Max es el autor de más de 100 libros, con más de 150 millones de ejemplares impresos. En tres ocasiones, ha ganado el Premio Medalla de Oro al Libro Cristiano del Año. Ha sido nombrado “El Pastor de América” por la revista Christianity Today y, en 2005, fue nombrado por Reader’s Digest como “El Mejor Predicador de Estados Unidos”.

Un Cambio Impresionante

Por decirlo suavemente, este nuevo libro de Max representa un punto de vista totalmente nuevo y revolucionario. No hace falta decir que la escritura en todo el libro es fascinante, incluyendo su uso imaginativo de ilustraciones para apoyar sus puntos.

Comienza el libro confesando que nunca tuvo un pastor o profesor premilenial y que el seminario al que asistió enseñaba que el Reino Milenario es la actual Era de la Iglesia. Luego explica que la razón de su cambio hacia un punto de vista premilenial se puede resumir en el acróstico, P.O.W.E.R. (en inglés):

  • Promesas aún no cumplidas
  • Derrocamiento de Satanás
  • Interpretación palabra por palabra
  • Padres de la iglesia primitiva
  • Resurrecciones en Apocalipsis

El Significado del Acróstico

Con respecto a “Promesas aún no cumplidas,” Max afirma que “Dios ha decretado un futuro reinado de Cristo en la tierra en el cual nosotros [los creyentes] seremos sacerdotes de Dios y de Cristo y reinaremos con Él por mil años” (Ap. 20:6). También señala muchas otras promesas que aún están por cumplirse, como la promesa de la tierra a Israel y la renovación de la naturaleza.

El “Derrocamiento de Satanás” se refiere al hecho de que él todavía recorre la tierra como “el gobernante de este mundo” (Juan 12:31). No será destronado hasta que Jesús regrese y comience a reinar.

La “Interpretación palabra por palabra” se basa en el hecho de que todas las profecías sobre la Primera Venida del Mesías significaron lo que decían y, por lo tanto, las profecías sobre la Segunda Venida deben interpretarse según su sentido literal y no deben espiritualizarse.

Su referencia a los “Padres de la iglesia primitiva” apunta al hecho de que, “durante los primeros trescientos años de la historia de la iglesia, casi todos sus líderes eran premilenialistas”. Proporciona una lista detallada de estos líderes y luego concluye diciendo: “La evidencia histórica es convincente”.

Su quinto punto, “Resurrecciones en Apocalipsis,” se relaciona con el hecho de que la Biblia enseña “dos resurrecciones: una para los redimidos y otra para los rebeldes. Una al comienzo del Milenio, otra al final. Si no hay Milenio, ¿cómo puede haber dos resurrecciones?”.

La Secuencia de los Eventos del Tiempo del Fin

El libro contiene un cuadro simplificado de los eventos del tiempo del fin, y se presentan en el orden exacto en que se representan en las Escrituras: el Rapto, la Tribulación, las Recompensas Celestiales, la Fiesta de las Bodas del Cordero, la Segunda Venida, el Milenio y el Cielo.

Al hablar del Estado Eterno, Max enfatiza que Dios va a redimir toda Su creación y no destruirla, como enseñan algunos. Así es como él lo expresa:

Dios redimirá cada átomo, insecto, animal y galaxia a su gloria original. Hacer menos sería una admisión de derrota. Destruir el universo es admitir que no puede ser recuperado y renovado. Rescatarlo y redimirlo, sin embargo, es otra demostración del máximo poder de nuestro Creador. Será tiempo de un nuevo comienzo.

Una Ilustración

Max cierra este notable libro con una referencia a una película en la que el actor Jack Nicholson “interpreta a un autor gruñón de la ciudad de Nueva York que se irrita con cualquier cosa que se mueva”. Una y otra vez, lamenta la vida, preguntando: “¿Esto es lo mejor que se puede tener?”.

Max responde a la pregunta observando que muchas personas asumen que lo es. Pero Max dice: “¡No!”.

Ellos piensan equivocadamente que su momento más querido, su alegría más profunda y su experiencia más intensa ocurre en algún momento entre el nacimiento y el ataúd. Alguien necesita decirles la buena noticia: “¿Lo mejor que puede ser? De ninguna manera y en ningún caso. Si estás en Cristo, esta vida es lo peor que puede ser”.

Puedo decir, “¡Aleluya!” a eso.

Conclusión

Alabo a Dios por este libro. Las Señales de los Tiempos están clamando desde los cielos que somos la generación terminal que vive en tiempo prestado. Jesús está en las mismas puertas del Cielo, esperando la orden de Su Padre para salir en una nube y regresar por Su Iglesia.

Sin embargo, la iglesia promedio en Estados Unidos hoy está ciega a las señales y no tiene interés en predicar la profecía bíblica para preparar a su gente para el Rapto. En resumen, la iglesia de hoy está bostezando y no anhelando el regreso de Jesús.

Con suerte, este libro, con su gran cantidad de admiradores del autor, impactará los corazones de muchos, incluidos los pastores, para que se despierten ante la profecía bíblica y lo que tiene que decir sobre los Tiempos del Fin.

¡Maranata! (1 Corintios 16:22).


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Read in Lamplighter:

martes, 21 de octubre de 2025

Israel Derrotó a Hamás, ¿Ahora Qué?



Hamás se está retirando debido a la “Nueva Paz en el Medio Oriente” del Presidente Donald Trump, y los rehenes del 7 de octubre finalmente han sido liberados. ¡Alabado sea el Señor! Pero, ¿y ahora qué?

Los estudiantes de la profecía bíblica han estado examinando los eventos actuales desde todos los ángulos para discernir si hay alguna implicación profética en torno a la guerra de Israel con Hamás. Algunos se preguntan si este acuerdo de paz es el profetizado pacto de paz del Anticristo que se encuentra en Daniel 9:27. No lo es, ya que no hay un requisito de siete años. Otros se preguntan si esta subyugación de los vecinos hostiles restantes de Israel es el cumplimiento de la Guerra del Salmo 83. Posiblemente, ya que esta guerra de los tiempos del fin puede que no tenga que ocurrir en una batalla titánica, sino que en realidad ha sido la culminación de las guerras de Israel por la supervivencia desde 1948. Algunos se cuestionan si los líderes del Medio Oriente, al firmar este acuerdo de paz y regresar a los Acuerdos de Abraham, marcan el tiempo temporal de paz que Israel disfrutará, aunque sin esperarlo, mientras el mundo islámico más amplio planea la horrible invasión de Gog y Magog del Ezequiel 38-39. Creo que podemos contar con eso.

De todos modos, realmente estamos viviendo tiempos emocionantes, ya que estamos siendo testigos de que las profecías bíblicas se están cumpliendo ante nuestros propios ojos. En el siglo pasado, hemos visto al pueblo judío ser reunido nuevamente en incredulidad desde los cuatro rincones de la tierra (Isaías 11:11-12). El Estado de Israel fue restablecido el 14 de mayo de 1948 (Isaías 66:7-8; Ezequiel 37:21-22). La tierra de Israel ha sido recuperada de su desolación, volviéndose una vez más una tierra de abundancia agrícola (Ezequiel 36:34-35). El idioma hebreo ha sido resucitado (Sofonías 3:9). Los judíos una vez más ocupan la ciudad de Jerusalén y la han hecho su capital (Zacarías 8:4-8). Y todas las naciones del mundo se han unido contra Israel por el tema de quién controla Jerusalén y la Tierra Santa (Zacarías 12:1-3).

Hemos sido testigos de que las naciones árabes del mundo han atacado a Israel repetidamente en un esfuerzo coordinado por aniquilar el Estado y siempre han fracasado. Aquellos que “han tomado consejo astuto contra Tu pueblo” son “humillados y perecen,” “para que sepan que Tú, cuyo nombre sólo es el Señor, eres el Altísimo sobre toda la tierra” (Salmo 83; Zacarías 12:6). Israel ha demostrado que no será, ni nunca será, removido de su tierra prometida (Amós 9:15). Y ahora esperaremos a ver si Israel realmente ha alcanzado una paz temporal para que la nación habite en un estado de seguridad y prosperidad, aunque sin esperar un ataque ruso-islámico mayor (Ezequiel 38:11).

Profecías aún por Cumplirse

Aunque sólo podemos especular sobre si la guerra de Israel con Hamas fue profética, podemos saber con certeza qué profecías bíblicas le esperan a la nación de Israel y al pueblo judío.

1. La Invasión de Gog-Magog Contra Israel

Una coalición rusa compuesta principalmente por naciones musulmanas lideradas por Rusia invadirá Israel.

De aquí a muchos días serás visitado [Israel]. Al cabo de años vendrás [Gog] a la tierra restaurada de la espada y recogida de entre muchos pueblos, contra los montes de Israel, que continuamente han sido objeto de destrucción. Sus habitantes han sido sacados de entre las naciones y todos ellos habitan confiadamente. Tú subirás; vendrás como una tempestad y serás como una nube que cubre la tierra, tú con todas tus tropas, y muchos pueblos contigo” (Ezequiel 39-39).

2. Destrucción de Rusia y el Islam

La coalición ruso-islámica será destruida sobrenaturalmente por Dios.

Caerás sobre los montes de Israel, junto con tus tropas y las naciones que te acompañan. Te arrojaré a las aves de rapiña y a las bestias del campo para que te devoren. Enviaré fuego sobre Magog y sobre los que viven seguros en las costas. Entonces sabrán que yo soy el Señor” (Ezequiel 38-39).

3. Dios se Revela al Mundo

La derrota sobrenatural de Dios sobre los invasores de Gog y Magog lo da a conocer al mundo y vuelve el corazón de Israel hacia Él, aunque todavía no hacia Su Hijo.

Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel. Ya no permitiré que mi santo nombre sea profanado; las naciones sabrán que yo soy el Señor, el Santo de Israel. Todo esto se acerca y está a punto de suceder. Este es el día del que he hablado” (Ez. 38-39).

4. El Anticristo Hace un Pacto de Paz con Israel

El Anticristo intervendrá y garantizará la seguridad de Israel, posiblemente permitiendo a los judíos reconstruir su Templo.

Entonces confirmará el pacto con muchos por otra semana…” (Daniel 9:27)

5. El Anticristo Profana el Templo

Al final de tres años y medio, el Anticristo entrará en el Templo reconstruido en Jerusalén y se declarará Dios.

Pero a la mitad de la semana pondrá fin al sacrificio y a la ofrenda. Y sobre el ala de las abominaciones estará el desolador, hasta que la consumación, que está determinada, se derrame sobre el desolador” (Daniel 9:27).

Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, entonces los que estén en Judea, huyan a los montes…” (Mateo 24:15-18).

Que nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tes. 2:3-4).

6. El Segundo Holocausto

Los judíos rechazarán al Anticristo, y él responderá con un intento de aniquilarlos, matando a dos tercios de ellos en el proceso.

Y cuando el dragón [Satanás] vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer [Israel] que había dado a luz al Hijo varón [Jesús]… Y el dragón se llenó de ira contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de su descendencia, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Ap. 12:13-17).

Y en todo el país, afirma el Señor, las dos terceras partes serán abatidas y perecerán; solo una tercera parte quedará con vida.  Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo. Ellos dirán: El Señor es nuestro Dios” (Zacarías 13:8-9).

7. El Remanente Librado por el Mesías

Al final de la Tribulación, cuando los judíos enfrenten su extinción, clamarán a Jesús, su Mesías.

Y así todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el libertador; quitará de Jacob la impiedad, Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados” (Romanos 11:25-27).

Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de súplica. Mirarán al que traspasaron y harán duelo por él con duelo como por hijo único, afligiéndose por él como quien se aflige por un primogénito” (Zacarías 12:10).

Aunque el número de los hijos de Israel sea tan numeroso como la arena del mar, el remanente será salvo; porque plenamente y sin demora el Señor cumplirá su sentencia en la tierra” (Romanos 9:27-28).

8. El Mesías Bendice al Remanente Judío Creyente

Jesús regresará y reunirá a todos los judíos creyentes en Israel.

…el Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y vivas… Volverás a obedecer la voz del Señor y a poner por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy… El Señor tu Dios te hará abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en la cría de tu ganado y en el fruto de tu tierra para bien. Porque el Señor volverá a gozarse de ti para bien, como se gozó de tus padres” (Dt. 30:1-9).

9. El Mesías Gobierna Desde Jerusalén

Israel se establecerá como la nación principal en el mundo.

Acontecerá en los postreros días que el monte de la casa del Señor será establecido como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones… Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor” (Isaías 2:1-4).

Y el Señor reinará sobre ellos en el monte Sion desde ahora y para siempre” (Miqueas 4:1-7).

10. Israel Recibe su Herencia

El Señor bendecirá al remanente judío cumpliendo todas las promesas que ha hecho a Israel.

¡Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz! Y la gloria del Señor ha amanecido sobre ti… y su gloria será vista sobre ti. Las naciones andarán a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento…” (Isaías 60:1-62:7).

…En aquel tiempo os traeré de vuelta, en aquel tiempo os reuniré; porque os daré renombre y alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando restituya a vuestros cautivos ante vuestros ojos, dice el Señor” (Sofonías 3:17-20).

Reyes serán vuestros padres adoptivos, y sus reinas vuestras nodrizas; se inclinarán ante ti rostro en tierra, y lamerán el polvo de vuestros pies. Entonces sabréis que yo soy el Señor” (Isaías 49:22-23).

11. El Mundo Bendecido por el Pueblo Judío

Las bendiciones de Dios fluirán a todas las naciones a través del pueblo judío durante el gobierno milenario de Jesucristo.

Sí, muchos pueblos y naciones poderosas vendrán a buscar al Señor de los ejércitos en Jerusalén, y a orar delante del Señor… En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas de las naciones tomarán de la manga a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:22-23).

La Advertencia de Dios

Finalmente, ya sea que ames u odies a la nación de Israel, o incluso al pueblo judío, sin importar lo que nosotros, simples mortales, pensemos, la profecía bíblica se cumplirá. La voluntad de Dios se hará, y simplemente no hay manera de detenerla. Después de todo, ¿quién podría alguna vez enfrentarse al Dios viviente y esperar ganar?

En respuesta al antisemitsmo rabioso que se está propagando por todo el mundo, aquí está la advertencia de Dios para todos aquellos—tanto incrédulos como cristianos—que continúan oponiéndose a la obra de Dios a través de Israel. Como revela Hebreos 10:31, “¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!”. ¡Has sido advertido!


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article.

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 6 (Parte 3 de 3)

 El Destino Final del Creyente 

Por Dr. David R. Reagan

Haga clic en la imagen para ir al Índice


Preguntas Sobre el Cielo

Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo… (Filipenses 3:20).  

1) ¿Puedo ir al cielo haciendo buenas obras?

La idea de que las personas pueden ganarse el camino al Cielo mediante buenas obras es la creencia religiosa más aceptada en el mundo hoy en día.

Es característico de todas las religiones del mundo, excepto del cristianismo. Recientemente escuché al Dr. Robert Jeffress, pastor de la Primera Iglesia Bautista en Dallas, abordar este tema de una manera novedosa. Él dijo: “Todas las religiones del mundo, excepto el cristianismo, se pueden escribir como HAZ. ¡Sólo el cristianismo se puede escribir como HECHO!”.

Lo que él quiso decir con esa afirmación perspicaz es que todas las religiones del mundo, excepto el cristianismo, requieren que compiles un registro de buenas obras para ser salvo. En cambio, el cristianismo dice que Jesús hizo todo lo necesario para nuestra salvación en la Cruz cuando murió por nosotros, por lo que sus últimas palabras fueron: “Consumado es” (Juan 19:30).

Recientemente escuché otro buen resumen del punto de Jeffress en un sermón de Skip Heitzig, el pastor de Calvary Chapel en Albuquerque, Nuevo México. Él lo expresó así: “El cielo no es para personas buenas; es para personas salvadas”.

Desde el principio de la Biblia hasta su fin, se nos enseña una y otra vez que no podemos ser salvos por nuestras buenas obras. El profeta Isaías expresó esta verdad de manera dramática cuando escribió que “todas nuestras obras justas son como trapos de inmundicia” (Isaías 64:6). En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo lo expresó así: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). ¿Significa esto que las buenas obras son irrelevantes? ¡De ninguna manera! Sólo significa que no podemos usarlas para justificarnos ante Dios y reclamar la vida eterna.

De hecho, la Biblia deja claro que somos salvados para hacer buenas obras que glorifiquen a Jesús. En el mismo pasaje en Efesios donde Pablo afirma que somos salvados por gracia mediante la fe, y no por obras, procede a decir: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

Pablo repitió este punto en su carta a Tito cuando afirmó que Jesús “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:14). Pablo concluyó dicha carta diciendo que aquellos que han sido justificados por gracia (el don gratuito de Dios) deben procurar “ocuparse en buenas obras” (Tito 3:7-8).

Santiago, el hermano de Jesús, hizo el mismo punto en su sermón a la Iglesia cuando enseñó que “la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26).

El mensaje de estas escrituras es que no somos salvos por las obras, sino que somos salvos para hacer buenas obras. En consecuencia, nuestro destino eterno no será determinado por nuestras obras, pero para aquellos que son salvos, sus buenas obras serán reconocidas con recompensas especiales (Mateo 16:27 y Romanos 2:5-7).

Entonces, si las personas no pueden ganarse el cielo mediante sus obras, ¿cómo pueden ser salvos? Pablo respondió a esta pregunta en Romanos 10:9 cuando escribió: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo”. La esperanza del cielo depende de que pongas tu fe en Jesús como tu Señor y Salvador (Juan 3:16).

La Biblia dice: “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). El mismo versículo dice que la vida eterna es el “don gratuito de Dios... en Cristo Jesús nuestro Señor”. Toda persona que haya vivido alguna vez, excepto una, ha sido pecadora y, por lo tanto, merecedora de la muerte. Jesús es la única persona que vivió una vida sin pecado (1 Pedro 2:21-22), y por lo tanto, no merecía morir. Así, cuando Él murió, lo hizo porque tomó sobre sí nuestros pecados, muriendo por nosotros para que pudiéramos ser reconciliados con Dios Padre mediante la fe en Él (1 Pedro 2:24 y 2 Corintios 5:21).

2) Pero soy un hombre muy bueno. Soy fiel a mi esposa. Soy atento con mis hijos. Soy un empleado honesto y diligente, mantengo bien a mi familia y pago mis impuestos. Incluso hago trabajo voluntario en nuestro hospital local y ayudo a los Boy Scouts a recaudar fondos. Seguramente un Dios justo no pasaría por alto estas buenas obras en mi vida.

Tienes razón al decir que Dios es justo (Dt. 32:4). Sin embargo, como Dios justo, Él debe tratar con el pecado en nuestras vidas. La Biblia dice que Dios trata con el pecado de cualquiera de dos maneras: por gracia o por ira (Juan 3:36). Todas las personas en este planeta están bajo la gracia o la ira de Dios. La única manera de convertirse en un candidato de la gracia de Dios es poner tu fe en Su Hijo como tu Señor y Salvador.

En cuanto a tus buenas obras, sugeriría que las compares con las buenas acciones de un hombre llamado Cornelio. Su historia se narra en Hechos capítulo 10. Él era un soldado romano emplazado en Israel y, aunque era representante de un opresor cruel, era tan devoto y generoso que era muy respetado por el pueblo judío. Se le describe como un hombre “que temía a Dios... y oraba a Dios continuamente” (Hechos 10:1-2). Además, se le describe como “un hombre justo y temeroso de Dios, como bien lo testifica toda la nación de los judíos” (Hechos 10:22). Pero a pesar de todo esto, estaba espiritualmente perdido. Necesitaba un Salvador.

Entonces, Dios envió al apóstol Pedro para dar testimonio de Jesús a él y a toda su familia. Cornelio recibió a Pedro, y Pedro procedió a compartir con él las buenas noticias de que Jesús había muerto por sus pecados, había resucitado y había sido “designado por Dios como Juez de vivos y muertos” (Hechos 10:34-43). Cornelio y toda su familia respondieron a este mensaje aceptando a Jesús como Señor y Salvador (Hechos 10:44-48).

Cornelio, a pesar de toda su rectitud y buenas obras, aún necesitaba un Salvador.

3) Pero conozco a varios cristianos que van a la iglesia regularmente, y sé por observación que soy una mejor persona que ellos. ¿Cómo podrían salvarse ellos y yo estar perdido?

Porque Dios no califica según la curva; Él califica en la cruz. Siempre puedes encontrar a alguien peor que tú, pero eso nunca te justificará ante Dios.

Además, debes tener en cuenta que los cristianos no son personas perfectas. Son pecadores que han reconocido su condición pecaminosa y su necesidad de un Salvador. Al poner su fe en Jesús, han sido regenerados espiritualmente y sellados para la salvación, pero aún no han sido perfeccionados. Todavía habitan en un cuerpo carnal con todos sus deseos carnales.

Pero cuando aceptaron a Jesús, recibieron la morada del Espíritu Santo (Hechos 2:38), y el Espíritu está obrando dentro de ellos para formarlos más plenamente cada día a la imagen de Jesús (2 Corintios 3:17-18).

4) ¿Qué hay de “una vez salvo, siempre salvo”? ¿Crees en eso?

Esta probablemente sea una de las preguntas más frecuentes en mis foros de profecía bíblica, aunque no esté directamente relacionada con la profecía bíblica.

Cuando se hace la pregunta en un foro público, siempre evito responderla porque he descubierto que es un tema explosivo que no es productivo tratar públicamente. Por lo tanto, generalmente respondo a la pregunta diciendo: “Lo siento, pero su pregunta no es relevante para la profecía bíblica, por lo que le sugeriría que la discuta con su pastor”.

Para aquellos de ustedes que pueden no estar familiarizados con el tema, se trata de un debate entre quienes tienen un punto de vista arminiano y quienes tienen un punto de vista calvinista. El arminiano sostiene que es posible que un cristiano “caiga de la gracia” y, por lo tanto, se pierda. El calvinista sostiene que, una vez que una persona es salva, no es posible que pierda su salvación.

Creo que los extremos de ambos puntos de vista son antibíblicos. El arminiano extremo argumentará que cada vez que pecas, pierdes tu salvación a menos que te arrepientas de inmediato. Crecí en una iglesia que enseñaba esta teología, así que la conozco bien. Esto crea un agudo sentido de inseguridad espiritual y contribuye a la inestabilidad emocional. Cuando era niño, recuerdo ver a personas acercarse una y otra vez en nuestros servicios de la iglesia para confesar sus pecados y ser re-bautizadas una y otra vez, para asegurarse de que eran salvas.

En mi opinión, la posición ultra-calvinista es igual de mala. Según esta teología, Dios predetermina quién va a ser salvo y quién va a perderse, y no hay nada que nadie pueda hacer para cambiar su destino. Para mí, este concepto hace que Dios parezca un monstruo.

Me encontré con un ejemplo trágico de esta visión hace varios años cuando estaba escuchando una cinta de audio de un sermón que se había dado en una iglesia bautista en Denton, Texas. El orador invitado, que era un teólogo reconocido, comenzó su sermón preguntando: “¿Cuántos de ustedes aquí esta mañana han recibido a Jesús como su Señor y Salvador?”. Después de una breve pausa (durante la cual me imagino que la mayoría de las personas presentes levantaron la mano), el predicador dijo: “Tengo malas noticias para ustedes. Cada uno de ustedes que levantó la mano está perdido porque son demasiado naturalmente depravados para recibir a Jesús por su propia voluntad. Por lo tanto, están confiando en sus propias obras. La verdad del asunto es que Dios o los ha predestinado para ser salvos, o no lo ha hecho, y no hay nada que puedan hacer al respecto”.

Cuando se trata de opiniones más moderadas en ambos lados, podría presentar un argumento aparentemente irrefutable a favor de cualquiera de las posiciones, dependiendo de los versículos de la Escritura que eligiera usar. Y he descubierto que, cuando ese es el caso, la verdad del asunto generalmente se encuentra en algún punto intermedio.

Aquí es donde he llegado respecto al tema. Creo que somos salvos por fe, aparte de las obras, y creo que permanecemos en un estado de salvación por fe, aparte de las obras. Pero no creo que cuando acepté a Jesús por fe entregué mi libre albedrío y me convertí en un robot. Creo que todavía tengo la libertad de rechazar mi fe con palabras o con hechos: con palabras, renunciando a Jesús; con hechos, persistiendo en vivir en pecado abierto.

Mientras camine en fe con el Señor, puedo decir con absoluta confianza que estoy salvo. Pero creo que es posible que pierda esa fe, y baso esa conclusión en la experiencia así como en las Escrituras.

En mi experiencia, he visto a demasiados cristianos que profesan su fe alejarse de ella, abandonando a sus familias y alineándose con el mundo. Recientemente leí el testimonio de un imán musulmán (líder espiritual) que durante muchos años fue pastor bautista del sur. Durante años enseñó que Jesús era Dios hecho carne y que nuestra única esperanza de salvación era poner nuestra fe en Jesús como Señor y Salvador. Hoy, él niega la divinidad de Jesús y sostiene que Él fue sólo un gran profeta preparando el camino para el mayor profeta, Mahoma.

Aquellos que creen en “una vez salvo, siempre salvo” responden a ejemplos como éste citando 1 Juan 2:19, donde el apóstol Juan afirma que algunos apóstatas que habían dejado la Iglesia lo hicieron porque “no eran realmente de nosotros”. En otras palabras, los calvinistas moderados siempre argumentarán que aquellos que renuncian a su fe cristiana o que se vuelven apóstatas en sus creencias, nunca fueron verdaderos cristianos desde el principio.

Estoy seguro de que esto es cierto en muchos casos, pero también estoy igualmente seguro de que no es cierto en todos los casos. Lo digo con confianza porque hay escrituras que, en mi opinión, dejan claro que un verdadero creyente puede perder la gracia. Tomemos, por ejemplo, 1 Corintios 15:1-2. En este pasaje Pablo habla del evangelio que había predicado, “por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os he proclamado”. ¿Si? El Nuevo Testamento está lleno de tales declaraciones condicionales. Consideremos este pasaje de Hebreos 3:

12) Miren, hermanos, que no haya en ninguno de ustedes un corazón malo de incredulidad que se aparte del Dios vivo. 

13) Más bien, exhórtense los unos a los otros cada día mientras aún se dice: “Hoy”, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. 

14) Porque hemos llegado a ser participantes de Cristo, si de veras retenemos el principio de nuestra confianza hasta el fin… (Énfasis agregado).

En este pasaje se advierte a los cristianos que resistan el mal para no endurecerse por el pecado. Además, se les advierte que se mantengan firmes en su fe hasta el final. ¿Por qué la advertencia si no existe peligro de apartarse de la fe?

Este es un tema persistente a lo largo del libro de Hebreos. Por ejemplo, en el capítulo 6 se hace referencia a aquellos que una vez fueron “iluminados y que han probado el don celestial y se han hecho partícipes del Espíritu Santo” y luego han “caído” (Hebreos 6:4-6). ¿Cómo puede alguien ser partícipe del Espíritu Santo sin haber nacido de nuevo? Esto tiene que referirse a un verdadero cristiano.

De manera similar, el apóstol Pedro describe a personas que han “escapado de las contaminaciones del mundo mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo” y luego se han vuelto a enredar en el mundo. Él dice que su estado posterior es peor que el primero, observando: “Sería mejor para ellos no haber conocido el camino de la justicia, que habiéndolo conocido, volverse atrás”. Concluye con una vívida ilustración, diciendo que tales personas son como un perro que “vuelve a su propio vómito” (2 Pedro 2:20-22).

Hay otra razón por la que no me gusta pasar tiempo lidiando con este problema. ¡Eso es porque, al llegar al fondo del asunto, los dos puntos de vista moderados están de acuerdo!

Explicaré lo que quiero decir con una ilustración. Consideremos a un hombre —lo llamaremos Tom— que nunca ha tenido ninguna experiencia religiosa en su vida. Se casa con una mujer creyente, y ella comienza a presionarlo para que vaya a la iglesia con ella. Finalmente acepta, y el mensaje toca su corazón y lo llena de convicción. Pasa varios días leyendo la Biblia y luego llama al pastor para informarle que ha decidido aceptar a Jesús como su Señor y Salvador.

El domingo siguiente, pasa al frente y hace su confesión. Es bautizado, y comienza a asistir a la iglesia con regularidad y se involucra en un estudio bíblico profundo. En dos años, se convierte en diácono de la iglesia y en uno de sus líderes juveniles.

Y luego, una noche mientras navegaba por Internet, accidentalmente llega a un sitio pornográfico y decide echar un vistazo. En poco tiempo, se vuelve adicto. Su esposa descubre la situación cuando reciben una factura de tarjeta de crédito con más de $500 en cargos de sitios pornográficos. Él confiesa y le pide perdón, pero el problema continúa, y pronto sus hijos descubren videos pornográficos que él había escondido en un armario.

El matrimonio se rompe. Tom comienza a beber. Pronto se muda con una mujer que resulta ser traficante de drogas. Un año después es encontrado muerto por una sobredosis de drogas.

El calvinista moderado diría: “Nunca fue salvo en primer lugar” (1 Juan 2:19). El arminiano moderado afirmaría que “cayó de la gracia” (Gálatas 5:4). Ambos estarían de acuerdo en que se perdió. Entonces, ¿por qué toda la discusión?

¿En qué punto me sitúo en este argumento? Creo en la seguridad eterna del creyente.

5) ¿Van al cielo los niños cuando mueren antes de la edad de responsabilidad?

Esta es una pregunta difícil de responder. Comencemos nuestra reflexión analizando el concepto de “la edad de la responsabilidad”.

Este es un término teológico que se refiere a la edad en la que un niño es capaz de discernir entre el bien y el mal. Algunos argumentan que antes de esa edad, los niños no son responsables ante Dios por sus pecados.

La Biblia no asigna una edad específica de responsabilidad. En la tradición judía, esa edad siempre ha sido de 12 ó 13 años, y esa es la razón por la que los niños judíos participan en una ceremonia a estas edades llamada Bar Mitzvá para los niños y Bat Mitzvá para las niñas. Estas ceremonias son celebraciones de la transición de la infancia a la adultez. Y marcan el momento en que un niño comienza a ser responsable de sus pecados.

Los cristianos han reconocido durante mucho tiempo que la verdadera edad de responsabilidad puede variar considerablemente entre los niños. Algunos niños definitivamente desarrollan un fuerte sentido de la rectitud (lo correcto y lo incorrecto) a una edad muy temprana, alrededor de los 6 ó 7 años. Para la mayoría, generalmente parece ser alrededor de los 12 años.

Personalmente, me volví profundamente consciente de mi pecado alrededor de los ocho años, pero no respondí recibiendo públicamente a Jesús en mi vida porque la iglesia en la que crecí desaprobaba firmemente que los niños fueran bautizados antes de los 12 años. Pero cuando llegué a los 11, ya no pude contenerme más. Convencí tanto a mi pastor como a mis padres de que estaba listo para aceptar a Jesús como mi Señor y Salvador, así que pasé al frente en mi iglesia el 19 de marzo de 1950, confesé mi fe en Jesús y fui bautizado.

Ahora bien, en cuanto a la cuestión de la salvación para aquellos que mueren antes de la edad de responsabilidad, la Biblia no proporciona una respuesta precisa. Por lo tanto, el asunto es objeto de debate dentro de la iglesia.

Este debate se hizo público en 1995, cuando Billy Graham (1918-2018) habló en un servicio conmemorativo por los 19 niños que fueron asesinados en el atentado terrorista contra el edificio federal en la ciudad de Oklahoma. Graham expresó su opinión de que todos los niños fueron salvos y estaban en el cielo con el Señor. Específicamente, expresó su creencia en las siguientes palabras.4

Algún día habrá una gloriosa reunión con aquellos que han muerto y han ido al cielo antes que nosotros, y eso incluye a todos esos niños inocentes que se han perdido. No están perdidos para Dios, porque cualquier niño tan pequeño está automáticamente en el cielo y en los brazos de Dios.

El renombrado teólogo calvinista, R. C. Sproul (1939-2017), acusó a Graham de predicar un nuevo evangelio de “justificación sólo por la juventud”. Él explicó:5

Aunque las Escrituras son claras al señalar que somos concebidos en pecado, aunque afirman que fuera de la fe en Cristo solamente no hay salvación, nos consolamos ante imágenes sombrías de niños muertos sacados de los escombros con la seguridad bíblicamente injustificada de que si uno muere lo suficientemente joven, será salvo.

Creo que la verdad se encuentra entre las dos posiciones adoptadas por Graham y Sproul. Este último tenía razón al señalar que los niños son concebidos en pecado porque heredan la naturaleza pecaminosa de Adán. El rey David dejó este punto muy claro en el Salmo 51:5, donde dijo: “He aquí, yo fui formado en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre”. Por lo tanto, realmente no hay “niños inocentes”, y es poco probable que exista alguna salvación “automática” por edad.

Pero creo que Graham tenía razón en su afirmación de que algunos niños van al cielo si mueren antes de la edad de responsabilidad. Donde no estoy de acuerdo con Graham es que no creo que todos los niños menores vayan automáticamente al cielo al morir.

El hecho de que algunos son recibidos en el cielo al morir se hace evidente en la historia de la muerte del hijo del rey David, quien nació de su adulterio con Betsabé (2 Samuel 12:15-23). Se nos dice que mientras su hijo enfermo permanecía por 7 días después de su nacimiento, David se postró en el suelo y ayunó y oró sin descanso por la sanación de su hijo.

Cuando le informaron que su hijo había muerto, David se levantó, se lavó y fue al Templo y adoró a Dios. Sus siervos estaban desconcertados por su comportamiento. Se acercaron a él y le preguntaron: “¿Qué es esto que ha hecho? Mientras el niño estaba vivo, usted ayunaba y lloraba; pero cuando el niño murió, se levantó y comió pan”. La respuesta de David fue: “Mientras el niño aún vivía, yo ayunaba y lloraba, pues me decía, ‘¿Quién sabe si el Señor tendrá compasión de mí y el niño viva?’. Pero ahora que ha muerto; ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él, pero él no volverá a mí” (Énfasis añadido).

David había declarado en el Salmo 23 que estaba destinado a “habitar en la casa del Señor para siempre”. Así que, cuando dijo que después de su muerte iría a estar con su hijo, quería decir que su hijo estaba en el cielo.

Considera también cómo este principio de salvación de aquellos que están por debajo de la edad de responsabilidad se ve reforzado por algo que ocurrió anteriormente en la historia del pueblo judío.

Cuando fueron liberados de la cautividad egipcia, casi volvieron loco a Moisés mientras los guiaba por el desierto hacia la Tierra Prometida. Se quejaban de todo: la comida, el agua, el clima, las dificultades. Y debido a su falta de gratitud y de fe, Dios finalmente se cansó de ellos.

Y así, hablando a través de Moisés, Dios hizo esta declaración que está registrada en Deuteronomio 1:

35) ‘Ninguno de estos hombres de esta mala generación verá la buena tierra que juré dar a sus padres,

39) Pero sus pequeños que hoy no distinguen entre lo bueno y lo malo, ellos entrarán allá. A ellos la daré, y ellos tomarán posesión de ella. (Énfasis agregado).

Dios cumplió esa declaración deteniendo a los hijos de Israel en el desierto durante 40 años hasta que todos los adultos que habían salido de Egipto murieron. Sólo sus hijos menores, que estaban vivos cuando Él pronunció la declaración, llegaron a la Tierra Prometida.

Ambas ilustraciones son utilizadas por aquellos que argumentan que todos los niños van automáticamente al cielo si mueren antes de alcanzar la edad de responsabilidad.

Además, señalan la actitud de Jesús hacia los niños que se revela en Marcos 10:14 cuando dijo: “...Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”. Jesús también dijo en Mateo 18:3: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”.

El punto resumido planteado por el grupo inclusivo está relacionado con la edad de responsabilidad. Señalan que, aunque los niños nacen con una naturaleza pecaminosa debido al pecado original de Adán, no son responsables del pecado de Adán, ni son responsables de sus propios pecados hasta que alcanzan la edad de responsabilidad. Por lo tanto, si los niños mueren antes de alcanzar la edad de responsabilidad, serán salvos.

Estos son argumentos poderosos a favor de que todos los niños menores vayan al cielo cuando mueren. Pero ignoran una realidad bíblica. No hay ni un solo ejemplo en la Biblia de niños menores que se hayan librado de la ira de Dios. Considera:

  • Cuando Dios derramó Su ira sobre la generación de Noé con un diluvio mundial, toda la humanidad murió excepto Noé y su familia.
  • Cuando Dios sometió al pueblo egipcio a Su ira matando a los primogénitos de cada familia, ninguno fue perdonado, sin importar la edad. Y esto también se aplicaba al primogénito de cualquier familia judía que se negara a pintar los postes de sus puertas con la sangre de un sacrificio animal.
  • Cuando Dios permitió que Israel fuera conquistado por Asiria y Judá por los babilonios, los niños también fueron incluidos en las masacres.
  • Cuando Dios derramó Su ira sobre el pueblo judío en el año 70 d. C. a través de los ejércitos romanos, los niños no fueron perdonados.
  • Cuando Dios desate Su ira durante la Tribulación, resultando en la destrucción de la mitad de la población mundial en los primeros tres años y medio, no se menciona que los niños estén protegidos.
Aquellos que incluyen a los niños en el cielo cuando mueren a veces señalan la liberación de Noé y toda su familia del diluvio mundial. También enfatizan que Lot y toda su familia fueron salvados de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Pero ninguno de los hijos de Noé y Lot eran menores de edad. Eran creyentes adultos.

Mi posición es que los únicos niños que van automáticamente al cielo al morir son los hijos menores de los creyentes. Mi posición se basa en dos pasajes de las Escrituras:

Porque el esposo no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el creyente. De otra manera sus hijos serían impuros, pero ahora son santos (1 Corintios 7:14).

En el temor de Yahvé hay confianza segura, y para sus hijos habrá un refugio (Prov. 14:26).

El primero de estos pasajes es bastante nebuloso en su significado. Así es como se expresa en paráfrasis diseñadas para transmitir su intención:

Porque el esposo incrédulo se consagra, en cierto sentido, al unirse a la persona de su esposa; la esposa incrédula se consagra igualmente por el hermano cristiano con el que se ha casado. Si no fuera así, sus hijos llevarían las manchas del paganismo, mientras que en realidad están consagrados a Dios (The Phillips New Testament).6

Pues la esposa creyente da santidad a su matrimonio, y el esposo creyente da santidad al suyo. De otro modo, sus hijos no serían santos, pero ahora son santos (Nueva Traducción Viviente).7.

Independientemente de la traducción o paráfrasis, el sentido del pasaje parece ser que los hijos menores de incluso un solo padre creyente están apartados para Dios como santos, ya que han sido santificados (apartados) por la fe de su padre.

Bueno, creo que ahora puedes ver por qué dije al principio que ésta es una pregunta muy difícil de responder, y cualquier conclusión a la que llegues no debería ser tomada de manera dogmática.

6) ¿Crees que nuestras mascotas estarán con nosotros en el cielo?

Esta es siempre una de las primeras preguntas que surgen al hablar del cielo. Recibo la pregunta constantemente de personas que están de luto por la pérdida de una querida mascota. Conozco su sentimiento, ya que he perdido varias mascotas en mi vida a las que quería mucho.

El destino eterno de los animales es una pregunta que la Biblia no responde directamente. Lo que sí podemos decir con certeza es que Dios ama Su creación, incluidos los animales:

  • Apocalipsis 4:11 nos dice que todas las cosas fueron creadas para el placer de Dios.
  • Mateo 10:29 dice que incluso cuando un pequeño gorrión cae al suelo, Dios lo nota.
  • Lucas 12:6 dice que Dios nunca olvida a los animales.
  • Salmos 104:21,23-30 y Mateo 6:26 describen cómo Dios mismo alimenta a los animales.
  • Job 12:9-10 nos asegura que en la mano de Dios “está la vida de todo ser viviente”.
Otra cosa que podemos decir con certeza es que Dios está decidido a restaurar toda la creación —tanto el reino vegetal como el animal— a la perfección original que disfrutaban antes de ser corrompidos por el pecado del hombre (Hechos 3:21 y Romanos 8:19-21).

Jesús murió no sólo para redimir a la humanidad, sino para redimir la creación. Esto se enfatizó proféticamente en las Escrituras hebreas de manera simbólica. Cuando el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo una vez al año para rociar sangre sobre el propiciatorio del Arca del Pacto, el libro de Levítico nos dice que él daba un paso atrás y rociaba un poco de la sangre en el suelo frente al Arca (Levítico 16:15).

¿Por qué hacía esto? La sangre sobre el propiciatorio era una profecía de que un día la sangre del Mesías haría posible que la gracia de Dios cubriera la ley de Dios (las tablas de la ley descansaban dentro del Arca bajo la tapa llamada propiciatorio). La sangre en el suelo era una profecía de que el sacrificio del Mesías también haría posible que Dios levantara la maldición que pesa sobre la creación y redimiera todo a su perfección original.

Con respecto a escrituras específicas, Lucas 3:6 dice: “Y toda carne verá la salvación de Dios”. Algunas traducciones dicen “todas las personas,” pero la palabra griega clave aquí es sarx, que incluye toda carne, incluidos los animales.

También hay una declaración interesante en el Salmo 104. Hablando de los animales, el salmo dice:

29) Escondes tu rostro, y se desvanecen; les quitas el aliento, y dejan de ser. Así vuelven a ser polvo.

30) Envías tu hálito, y son creados; y renuevas la superficie de la tierra.

En respuesta a este pasaje, Randy Alcorn en su libro, El Cielo, pregunta: “¿Qué significa Dios al enviar Su Espíritu y crearlos?”. Concluye que el pasaje habla de “recrear a los animales después de que han muerto”.8 Como señala, los mismos “ellos” que mueren son los “ellos” que son creados o recreados como parte de la renovación de la tierra. Esto es quizás parte de lo que Jesús quiso decir cuando dijo que Su regreso sería el tiempo de la “regeneración” (Mateo 19:28).

Sabemos que los animales existen en el cielo ahora (Ap. 4:6-8). También sabemos con certeza que los animales existirán en la tierra durante el reinado milenario de Jesús (Isaías 11:6-9). En ese tiempo, se nos dice que todos los animales volverán a ser herbívoros. El lobo yacerá con el cordero. El león comerá paja con el buey. Un niño pequeño jugará en el agujero de la cobra porque ésta ya no será venenosa (Isaías 11:8). Tengo un cuadro del “reino pacífico” colgado detrás de mi escritorio. Muestra a un niño pequeño con una túnica blanca caminando por un camino con un león con correa. El león será una mascota en lugar de una amenaza.

La Biblia nos dice muy poco sobre el Estado Eterno que seguirá al reinado milenario de nuestro Señor. Todo lo que sabemos con certeza es que los redimidos vivirán en cuerpos nuevos en una Nueva Jerusalén en una Tierra Nueva, en la presencia del Dios Todopoderoso, sirviéndole y experimentando una comunión íntima con Él. El libro de Apocalipsis dice que veremos “su rostro” (Ap. 22:4). Los animales no se mencionan en el contexto eterno.

Pero eso no significa que estarán ausentes. Randy Alcorn argumenta que estarán presentes de acuerdo con lo que él llama “el principio de la continuidad redentora”.9 Esto significa que Dios no destruirá Su creación original y comenzará de nuevo. En cambio, tomará a sus hijos caídos y corrompidos y nos restaurará, refrescará y renovará a nuestro diseño original; no sólo a nosotros, sino también a la creación.

Romanos 8:18 dice que los sufrimientos de este siglo no son comparables con la gloria que nos ha de ser revelada. Sospecho que una de las muchas sorpresas maravillosas que Dios dará a los redimidos será la alegre compañía de las mascotas que conocieron y amaron aquí en la tierra. Así lo espero.

7) ¿Estaremos casados en el cielo?

No, no lo estaremos. Jesús dijo que cuando resucitemos y recibamos nuestros cuerpos glorificados, seremos como ángeles en el sentido de que ni nos casaremos ni procrearemos (Mateo 22:30).

Esto no significa que un esposo y una esposa dejarán de conocerse en el cielo. Tampoco significa que un esposo y una esposa no tendrán una relación cercana en el cielo. Lo que sí significa es que ya no estarán casados en el cielo.

Dios estableció el matrimonio para proporcionar al hombre una comunión íntima y para proveer la procreación. No habrá necesidad de procreación en el cielo, y la necesidad del hombre de una comunión íntima será satisfecha por su perfecta comunión con Dios y sus hermanos santos.

8) ¿Seremos ángeles en el Cielo?

No, los ángeles son seres espirituales eternos creados por Dios (Colosenses 1:15-17). Nunca fueron seres humanos y nunca seremos ángeles. La Biblia dice que uno de los propósitos de los ángeles hoy es “prestar servicio” a los que han sido salvados (Hebreos 1:14). La Biblia también dice que los redimidos algún día juzgarán a los ángeles (1 Corintios 6:3).10


Los Anhelos Mal Dirigidos del Hombre

“Nada se diagnostica con más frecuencia de manera incorrecta que nuestra nostalgia por el cielo. Pensamos que lo que queremos es sexo, drogas, alcohol, un nuevo trabajo, un aumento, un doctorado, un cónyuge, un televisor de pantalla grande, un coche nuevo, una cabaña en el bosque, un condominio en Hawái. Lo que realmente queremos es la persona para la que fuimos hechos, Jesús, y el lugar para el que fuimos hechos, el cielo. Nada menos puede satisfacernos”. Randy Alcorn (1954-). El Sr. Alcorn es un autor cristiano prolífico que reside en Oregon. Esta cita es de su libro, El Cielo, publicado por Tyndale en 2004.

Lea la parte 1 »»aquí

Lea la parte 2 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

If you are interested in buying the book, click on the image below:

Share/Bookmark