lunes, 22 de diciembre de 2025

Belén: Pequeña Ciudad de Batalla Espiritual (Parte 2 de 2)

 Por Tim Moore


Jesús como Palestino

A medida que el islam llegó a dominar el Medio Oriente, varios enclaves cristianos disminuyeron o fueron abrumados y erradicados. Eso incluía los bastiones cristianos eruditos de Alejandría, Damasco y Alepo. Sé que aún hoy permanecen minorías cristianas considerables en esos lugares (al menos hasta la guerra civil siria y el auge del ISIS que diezmaron a la Iglesia siria), pero el centro cristiano se trasladó notablemente hacia el Oeste. Ese hecho se demuestra con el cambio de nombre de Constantinopla (la capital oriental de la Iglesia Ortodoxa) a Estambul, una ciudad marcadamente musulmana hoy en día.

Con respecto a Belén, una población cristiana significativa permaneció también hasta tiempos muy recientes. La mayoría de los árabes palestinos que vivían en Belén (86%) afirmaban tener una herencia cristiana tan recientemente como en 1950, pero esa mayoría se ha reducido hoy a menos del 10% ante la hostilidad musulmana implacable. Parece existir una compulsión por parte de los musulmanes de apoderarse, o al menos intentar afirmar su superioridad sobre, los sitios sagrados cristianos. Es la razón por la cual la llamada a la oración musulmana más alta (y más larga) en Israel se hace escuchar a todo volumen desde los altavoces del minarete erigido inmediatamente junto a la Iglesia del Santo Sepulcro. Los musulmanes olvidan que, aunque el adhan (llamada a la oración) sea lo suficientemente fuerte como para despertar a los muertos, ¡Jesús ya ha resucitado! (Ese deseo de marcar territorio y obtener ascendencia también explica el intento musulmán de erigir una mezquita en el sitio del 11 de Septiembre de las Torres Gemelas). Esa impulsión de negar y destruir es evidente en Belén.

Incluso ahora, los cristianos restantes en Belén pueden señalar la Universidad de Belén (católica) y el Colegio Bíblico de Belén (evangélico). Pero, al igual que muchos que se describen a sí mismos como cristianos en toda Europa y el hemisferio occidental hoy en día, la identidad cristiana es algo que la mayoría de los árabes palestinos ven como un patrimonio, no como una fe activa o una relación personal.

Un querido amigo fue invitado una vez al Bethlehem Bible College para considerar posibles oportunidades de enseñanza. Durante su reunión con el presidente y el personal, mientras también estaba en un viaje de peregrinación, sus anfitriones se ofendieron cuando él se refirió a Israel como Israel. Los cristianos árabes expresaron gran desagrado y le aconsejaron que nunca llamara a la tierra de Palestina con ese odioso nombre (Israel). Su reverencia por la Palabra de Dios y Sus promesas al pueblo y a la Tierra de Israel era superada por su nacionalismo árabe palestino. Mi amigo se dio cuenta de que no podría enseñar todo el consejo de la Palabra de Dios en un lugar así.

Incluso ahora, la propaganda generalizada afirma que Jesús era palestino. Trágicamente, algunos que profesan seguir a Cristo han abrazado un antisemitismo virulento, distorsionando Su identidad judía y negando las promesas de pacto de Dios a Israel. 

Un episodio refleja esta animosidad mejor que cualquier otro que conozca.

En los años 90, una oleada de atentados terroristas sacudió Israel mientras los palestinos intentaban infligir gran dolor y sufrimiento al pueblo judío. Tras un ataque insensible contra civiles judíos (siempre el blanco más fácil para los terroristas), un grupo de árabes huyó hacia Belén y se lanzó a la Iglesia de la Natividad. Durante varios días, las FDI intentaron atraer a los terroristas fuera de la iglesia sin asaltar realmente el edificio. Seguían el protocolo clásico de rehenes, con música alta, luces brillantes y negociaciones las 24 horas. Finalmente, francotiradores de las FDI intercambiaron disparos con los terroristas mientras estos disparaban desde el interior de la iglesia.

Finalmente, se llegó a un acuerdo por el cual se permitiría a los terroristas viajar sin obstáculos a Gaza. Llegaron a la franja de tierra ahora controlada por Hamás y fueron recibidos como héroes. Tras su partida, los sacerdotes y monjes que administraban la Iglesia de la Natividad descubrieron bombas y trampas dejadas por los terroristas. Se vieron obligados a solicitar la ayuda de zapadores de las FDI (expertos en desactivación de explosivos) para desactivar y retirar los dispositivos amenazantes.

Antes de reabrir la iglesia como una importante atracción turística, los cuidadores “cristianos” de la Iglesia de la Natividad celebraron un servicio especial para limpiar ceremonialmente el edificio de la presencia de los judíos. Esa actitud reprobable (y el hecho de que la Autoridad Palestina, similar a la mafia, controle Belén) es la razón por la que el Ministerio Cordero y León ya no va allí durante los viajes de peregrinación. Eso, y el hecho de que mi guía judío probablemente sea perseguido y asesinado si se atreve a visitar Belén.

Hay cristianos fieles en Belén. Conozco a algunos de ellos personalmente. Pero la ciudad está en las garras de matones que justifican su odio como parte de su fervor religioso. Esa ideología satánica incluso ha infectado a muchos que dicen seguir a Jesús pero rechazan Su judaísmo y niegan Su fidelidad a Su pacto con los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Cuando incluso el nombre de Israel es repugnante para quienes se llaman a sí mismos cristianos, es evidente que están adorando a un Cristo falso.

Pero esa actitud cada día se está extendiendo más.

Belén como Símbolo de la Oscuridad Creciente

Cada Navidad, los cristianos de todo el mundo cantarán villancicos que describen la Natividad. Mostrarán belenes que incluyen a Jesús y a Sus padres terrenales, junto con animales, pastores, Reyes Magos y ángeles (mezclando a los diversos participantes que son descritos por Mateo y Lucas, aunque comprimiendo la cronología de sus visitas de adoración). Incluso imaginarán con nostalgia el pequeño pueblo donde nació Jesús e intentarán imaginar los pastos tranquilos y las calles oscuras del lugar de nacimiento de Jesús.

Al mismo tiempo, demasiados de ellos caerán en la mentira de que Jesús era palestino— o al menos estaba muy alejado del pueblo judío y de la nación de Israel que conocemos hoy. En lugar de compartir Su amor tanto por judíos como por gentiles, han decidido, ya sea de manera subconsciente o intencional, que la Iglesia ha reemplazado a Israel en el pacto eterno establecido por Dios. Tal teología va en contra de los escritos de Pablo en Romanos 9-11 y de todo el alcance de la Palabra de Dios.

¿Por qué esta batalla espiritual por los corazones y las mentes de los cristianos (sin mencionar la actitud y los prejuicios del mundo incrédulo) está tan encarnizada? Porque Satanás sabe que su tiempo es corto. Puede discernir las mismas señales de los tiempos que tú y yo deberíamos reconocer, y conoce la profecía bíblica. Él, quizás más que cualquier criatura mortal, cree en la Palabra de Dios al pie de la letra, aunque esté tratando desesperadamente de frustrar la voluntad de Dios y anular Sus promesas. Satanás cree que si puede erradicar a los judíos (algo que Amán, Herodes, Hitler y Hamás han intentado hacer en diferentes momentos de la historia humana), puede demostrar que Dios es un mentiroso. Aunque muchos caerán en sus engaños, el diablo fracasará en ese malvado intento.

Cuando Phillips Brooks escribió el querido villancico, Oh, Pequeña Ciudad de Belén, capturó la desesperada esperanza de todo corazón que se acobarda en la oscuridad, incluso si ignora la Luz. La Luz eterna brilló en la pequeña ciudad, cuyas calles yacían oscuras y silenciosas, y cuyos habitantes dormían profundamente y sin soñar.

Phillips Brooks

La batalla entre la Oscuridad y la Luz continúa hoy en día. Pero, a todos los que lo invocan, el Santo Niño de Belén expulsará el pecado y entrará, haciendo que un corazón oscuro renazca.

La canción de Brooks termina con un anhelo de que Cristo descienda nuevamente. Cuando lo haga—primero viniendo por Su Iglesia y, luego, para reinar en la Tierra—habrá de permanecer con nosotros como Emanuel, Dios con nosotros, por los siglos de los siglos

¡No teman, pueblo de Belén! ¡Nuestra Esperanza Bienaventurada viene pronto!


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Recurso recomendado:

domingo, 21 de diciembre de 2025

Video: ¿Mateo 24:31 se Refiere al Rapto?


En este programa, Graciela realiza un análisis exegético de varios versículos de Mateo 24 para descubrir si la reunión de los escogidos se refiere al Rapto de la Iglesia.

Los invito a suscribirse al canal “Profecías, Misterios y Otras Cosas”, y activar las notificaciones, para que puedan recibir las alertas cada que vez que Graciela publique un nuevo video. También los animo a compartir estos videos con sus contactos. 


Recurso recomendado:

jueves, 18 de diciembre de 2025

Belén: Pequeña Ciudad de Batalla Espiritual (Parte 1 de 2)

 Por Tim Moore


¡Qué vivas en tiempos interesantes!

He hecho referencia a ese frase proverbial más de una vez como una maldición envuelta en una bendición. La insinuación es que los “tiempos interesantes” a menudo son peligrosos, o al menos están llenos de incertidumbre. La mayoría de la gente prefiere vivir vidas tranquilas y previsibles. Algunos incluso se alteran bastante cuando alguien cambia de lugar sus cosas.

Pero, como proclamó Bob Dylan en una canción llena de alusiones a profecías bíblicas, “los tiempos, están cambiando”.

Incluso se predijo el aumento de la frecuencia e intensidad de las señales de los tiempos, así como las guerras y rumores de guerras, los trastornos sociales y el miedo que llena los corazones de aquellos que no comprenden los tiempos. Sin embargo, para los estudiantes de la Palabra de Dios, ninguno de estos cambios debería ser una sorpresa. Como los hijos de Isacar, tenemos entendimiento que trasciende el conocimiento humano y paz que sobrepasa todo entendimiento.

Con eso en mente, Belén se erige como un monumento viviente a la batalla que se libra en la tierra. La antigua Ciudad de David, que hace 2,000 años era un pequeño y tranquilo pueblo alejado de los caminos transitados, sigue siendo un sitio un importante escenario de batalla. Aprendamos la lección de Belén y adquiramos sabiduría de las verdades que revela.

La Ciudad de David

Belén se menciona por primera vez en Génesis 35 como el lugar donde fue enterrada la amada esposa de Jacob, Raquel. El nombre de Raquel significa “oveja”—una oveja hembra. El nombre pretende transmitir dulzura y la bendición de la fertilidad, lo cual es irónico, dado que el vientre de Raquel permaneció cerrado mientras su hermana Lea comenzaba a tener los hijos de Jacob.

Varias generaciones más tarde, Booz, el pariente redentor que tomó a Rut, la moabita, como su esposa, vivía en Belén. Las escenas de Rut recogiendo grano en los campos cerca de Belén explican por qué Belén fue llamado “casa del pan”. Desde el lado de la Encarnación, reconocemos que Booz prefiguraba a nuestro gran Redentor, quien ha elegido una Esposa (en su mayoría) gentil en la forma de la Iglesia mientras redime a aquellos que una vez estuvieron marginados y sin esperanza. (Incluso Noemí prefigura la alegría restaurada de los judíos desamparados una vez que ven el amor expresado por el Redentor hacia Su esposa gentil).

Para cuando el nieto de Booz, Isaí, estaba criando niños en las proximidades de Belén, la ciudad también era conocida por sus pastores y sus rebaños. Esto continuaría durante la época de Cristo. Brock y Bodie Thoene han incorporado el sitio de Migdal Eder (“torre del rebaño”), mencionado en Génesis 35 y Miqueas 4:8, en Las Crónicas A. D., su serie de ficción basada en el relato verdadero e histórico de la vida y ministerio de Cristo. Su investigación indica que, en tiempos de Jesús, los corderos del templo habrían sido criados y nacidos en las cercanías de Belén y, a menudo, envueltos al nacer para evitar lesiones que los hicieran inadecuados para el sacrificio.

Sitio de un Censo

Todos sabemos que, mientras María estaba embarazada de Jesús, César Augusto ordenó un censo en todo el mundo romano. A diferencia de nuestro censo decenal requerido por la Constitución para determinar la representación en el Congreso, el censo romano se realizaba para garantizar el cumplimiento de los impuestos. José, cumpliendo con su deber, viajó hasta Belén con su prometida, María, porque era descendiente de David.

Éste es otro ejemplo de la voluntad profética de Dios actuando a través de las circunstancias más improbables. Para la mayoría de los judíos, la obligación de viajar a su lugar de nacimiento o a la tierra de sus antepasados habría sido un inconveniente que se sumaba a su resentimiento hacia la supervisión romana. Pero, en la providencia de Dios, los dictados de un gobernante pagano autoritario aseguraron el cumplimiento perfecto de lo que Él ya había declarado.

Se ha escrito y predicado mucho sobre la falta de espacio en la posada cuando los padres terrenales de Jesús llegaron a Belén. Para nuestra sensibilidad, parece cruel rechazar a una mujer embarazada a punto de dar a luz. Pero, ya fuera porque el posadero se mostraba reacio a ensuciar su establecimiento (y por lo tanto hacerlo no alquilable) por la presencia de sangre que implica el parto, o porque la avalancha de personas había realmente desbordado a la pequeña ciudad, María y José fueron relegados a un establo.

Como decía Bodie Thoene: “Todo significa algo”.

Dios no ordenó que Su Hijo naciera en un palacio o entre los poderosos y altos. Quiso que el lugar de nacimiento de Jesús fuera tan humilde como el mismo Mesías. Rodeado de animales, recibido por una madre virgen y un padre carpintero, y adorado por humildes pastores, la llegada de Jesús fue ignorada tanto por los pretenciosos como por la multitud común. Pero Su llegada sí fue notada por otros.

Aunque nuestros nacimientos están llenos de representantes de los sabios, es probable que los Reyes Magos del Oriente no llegaran sino hasta varias semanas o meses después. Provenientes del territorio del antiguo Imperio Babilónico, habían estado anticipando la llegada de un Mesías-Rey judío porque eran estudiosos de las profecías de Daniel. Estos magos del Oriente observaban mientras esperaban con expectación y percibieron señales en los cielos que les avisaron del nacimiento de Jesús.

Las Escrituras registran que siguieron la Estrella (ya fuera sobrenatural o una convergencia de estrellas y planetas) hasta llegar a Jerusalén. Sus preguntas sobre el nacimiento del Mesías causaron gran revuelo, revelando que antes de su llegada, nadie en la capital judía había estado siquiera al tanto de Su nacimiento. Herodes los invitó rápidamente a su palacio para determinar la naturaleza de su búsqueda (no porque fuera devoto o deseoso de adorar, sino porque desconfiaba de cualquier amenaza a su poder celosamente guardado). Cuando hizo consultas con los sumos sacerdotes y escribas, ellos estaban bien versados en las profecías bíblicas centradas en el Mesías judío: Nacería en Belén, la Ciudad de David.

Y tú, torre del rebaño, colina de la hija de Sion, hasta ti vendrá, vendrá el antiguo dominio, el reino de la hija de Jerusalén. Miqueas 4:8

Pero, incluso cuando los magos extranjeros llegaron ansiosos por encontrar y adorar al Mesías recién nacido, las Escrituras no registran que un solo sacerdote o escriba se molestara en acompañarlos las pocas millas para ver por sí mismos. En palabras de Santiago (1:22-25), no eran “hacedores de la palabra, sino solamente oidores que se engañan a sí mismos”.

Una Amenaza Creciente

Por mucho trastorno que causara la noticia del nacimiento de Jesús en Jerusalén, hubo otro ámbito que fue sumido en absoluto rechazo y caos: el ámbito espiritual.

Al igual que los principales sacerdotes y escribas judíos, Satanás sabía que el Mesías nacería en Belén; simplemente no sabía cuándo. Inmediatamente después de que Jesús nació, Satanás debió haber sido impedido de amenazar al recién nacido y a sus padres. Pero la llegada de los Magos a Jerusalén presentó una oportunidad para dirigir el corazón paranoico y malvado de Herodes a cometer un gran mal, uno que también fue proféticamente predicho.

Al enterarse del momento exacto en que apareció la estrella para guiar a los sabios hacia Judea, Herodes trató de manipularlos para que regresaran y revelaran la ubicación exacta del Niño. Cuando abandonaron la zona por otra ruta (habiendo sido advertidos por Dios de evitar a Herodes y sus planes), el autoproclamado rey idumeo de los judíos se enfureció. Herodes ordenó la masacre de todos los niños varones menores de dos años en los alrededores de Belén, lo que indicaba que su investigación lo había llevado a creer que Jesús probablemente tenía entre uno y dos años.

La trágica profecía de Jeremías se cumplió: “Se oyó una voz en Ramá, llanto y gran lamentación, Raquel que llora por sus hijos; y que no quiso ser consolada, porque ya no existen” (Mateo 2:18, citando Jeremías 31:15). El lugar de descanso de Raquel estaba empapado de sangre inocente, pero José había sido advertido de llevar a Jesús y a María a Egipto para escapar de la matanzacumpliendo así la promesa de otra profecía (Mateo 2:13-15).

La Esperanza se Convierte en Miedo

Tras el nacimiento de Jesús y la huida de la Sagrada Familia, Belén no se menciona de nuevo en las páginas de las Escrituras. Pero ha seguido siendo un referente para personas de muchas religiones.

Es bien sabido que la madre del emperador Constantino, Helena, visitó la Tierra Santa alrededor del año 325 d.C. y designó varios lugares relacionados con eventos clave en la vida de Cristo. Hay cierta evidencia de que la tradición de la Iglesia primitiva ya habría reconocido lugares legítimos e incluso habría adorado en las cercanías del lugar de nacimiento de Jesús (Belén), su ciudad natal (Nazaret), la sede de su ministerio (Capernaúm) y el sitio de la Crucifixión (Gólgota). Pero podría haber sido difícil determinar la ubicación exacta de Su nacimiento, incluso 35 o 40 años después del Primer Adviento, cuando los primeros cristianos comenzaron a congregarse en los lugares descritos en los Evangelios.

Una pintura ortodoxa del emperador Constantino y su madre, Helena.

También se registra que, antes de que el emperador romano abrazara el cristianismo, otros gobernantes habían intentado erradicar la fe cristiana en su mismo lugar de nacimiento. En el año 135 d.C., el emperador Adriano ordenó que se erigiera un templo a Adonis en el lugar donde nació Jesús. Incluso mandó plantar un bosque sagrado para borrar la memoria del supuesto Mesías judío. Sin embargo, más de 100 años después, Orígenes (un Padre de la Iglesia de Alejandría) referiría a Belén como el lugar donde “Él nació, y el pesebre en la cueva donde fue envuelto en pañales”, citando una cueva en particular aún identificable en la ciudad.

Según el informe de su madre, Constantino ordenó la construcción de una basílica (iglesia). Fue dedicada el 31 de mayo de 339. Posteriormente, destruida por un incendio, el emperador Justiniano construyó una nueva basílica a mediados del siglo V. Esa estructura formó la base de la Iglesia de la Natividad, que todavía se encuentra en Belén hoy en día. Pero estaba destinada a una larga serie de reclamos y contrarreclamos por parte de personas de diversas confesiones cristianas e incluso de diferentes religiones.

El primer asalto extranjero en la era cristiana ocurrió en el siglo VII, cuando un ejército persa invadió Palestina (el nombre insultante que los romanos dieron a Israel tras las revueltas judías del primer siglo). Aun así, algunas tradiciones se salvaron. La leyenda dice que el comandante persa Sharvaraz decidió no destruir la iglesia porque sobre la puerta de entrada estaban representados tres magos con vestimenta persa.

Tras el período de los cruzados (en el siglo XII), la ciudad y la iglesia fueron propiedad disputada de un rey, emperador o sultán tras otro. Mientras el Imperio Islámico Otomano controlaba territorios en todo el Mediterráneo occidental, la iglesia fue repetidamente profanada. Incluso hoy, los visitantes notan que la puerta principal es sorprendentemente pequeña, una medida tomada para impedir que los soldados otomanos entraran montados a caballo en la iglesia.

La Iglesia de la Natividad en Belén

Hoy, la Iglesia de la Natividad es casi tan oscura e inquietante como la Iglesia del Santo Sepulcro. La división y el rencor marcan las relaciones entre los sacerdotes y defensores de las diferentes sectas cristianas que afirman venerar el lugar. Esa acritud llegó a ser tan intensa y violenta que en 1757, el gobernador musulmán de Palestina promulgó lo que se conoce como el Status Quo, estipulando que todos los límites denominacionales en nueve sitios cristianos se mantendrían fijos. Reconocidos en posteriores tratados europeos, los límites del Status Quo todavía se observan hoy en día.

Esa breve lección de historia tiene como objetivo transmitir la reverencia (a veces equivocada) que los cristianos otorgan a la ciudad y al lugar del nacimiento de Jesús, y el desprecio mostrado por aquellos que tienen diferentes lealtades. Aunque a los musulmanes se les enseña que Jesús fue un profeta y que debe ser honrado como tal, rechazan vehementemente la creencia cristiana en Su naturaleza divina y Su concepción sobrenatural. Y los musulmanes que viven en Israel se han vuelto apasionadamente revisionistas respecto a las circunstancias que rodean el nacimiento de Jesús.


Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Recurso recomendado:

martes, 16 de diciembre de 2025

Por Qué los Cristianos Deben Despertar Ante la Amenaza del Islam Radical

Por Michael Youssef


Como cristiano copto nacido en Egipto y como persona que pasó años en el ámbito académico, incluyendo obtener un doctorado en la Universidad de Emory, en Atlanta, estudiando movimientos islámicos radicales, hablo con autoridad cuando advierto sobre la amenaza del islamismo, que está invadiendo abrumadoramente Occidente.

Durante décadas, he advertido que esta ideología no sólo es incompatible con la civilización occidental; rechaza por completo la coexistencia  y busca tomar el control. Ahora, los islamistas han formado una alianza impía con los marxistas, dos grupos que normalmente estarían enfrentados, pero que ahora se están uniendo en toda Europa y América del Norte con el propósito de causar estragos en Occidente. Su propósito final es construir una utopía en el desierto árabe del siglo VII a partir de los restos de la civilización occidental.

El Antisemitismo como Presagio

Los crímenes contra los judíos estadounidenses continúan en los titulares, desde el asesinato de la joven pareja en Washington, D.C., hasta el flagrante ataque antisemita de un migrante egipcio ilegal en Boulder, Colorado. Los judíos, sin embargo, son los canarios en la mina de carbón. El objetivo más grande, en el que se centran las miras de los islamistas radicales, es la civilización occidental.

Estos incidentes no son aislados; son presagios del caos alimentado por fronteras abiertas y la obstrucción judicial. Los cristianos y las personas con valores morales en todas partes deben despertar, discernir la verdad y reclamar nuestra cultura antes de que se pierda. Debemos compartir el Evangelio de Cristo con valentía. No te equivoques: incluso si los occidentales mismos no son conscientes de ello, la civilización occidental es el subproducto de la reforma cristiana del siglo XIV.

El objetivo del islam radical es claro: no compatibilidad, sino un califato global. En La Tercera Yihad, explico cómo se está llevando a cabo una guerra santa, no sólo con terror sino también con sigilo, y algunos incluso apuntan a imponer un Estado Islámico de América del Norte para 2050. Esta “tercera yihad”, a diferencia de la primera yihad impulsada por la espada (622-751) o la segunda yihad (1302-1922), utiliza nuestras libertades — migración, sistemas legales, influencia cultural — para infiltrarse y dominar. El llamado del Corán a la “hijrah” (yihad mediante la migración) insta a los musulmanes a difundir el islam, considerando la reubicación como sagrada.

En Europa, los cantos de “Alá da la victoria al islam en todas partes” acompañan a enclaves no asimilados. Los nueve millones de musulmanes de Francia, con tasas de natalidad que superan a las de los nativos diez a uno, están construyendo mezquitas y transformando la cultura, a menudo rechazando los valores occidentales. Los concilios de la Sharia en Gran Bretaña erosionan la soberanía, funcionando como sistemas legales paralelos. Esto no es integración; es conquista.

La Agenda del Islam

La violencia no es la única amenaza. Ahora enfrentamos la erosión cultural. Los islamistas radicales explotan nuestros sistemas.

En El Enemigo Oculto, noté: “El enemigo externo [el islamismo radical] busca un califato; el enemigo interno [los izquierdistas secularistas] borra los valores judeocristianos”. Su alianza es evidente: los izquierdistas, rechazando la verdad bíblica, defienden a los defensores de la Sharía como Linda Sarsour, que co-lideró la Marcha de las Mujeres de 2017 junto a defensores del aborto y de los derechos LGBTQ. La corrección política califica a los críticos de “islamófobos”, protegiendo este pacto. El vacío espiritual del secularismo—evidente desde el canto de Jesse Jackson en 1987, “¡La civilización occidental tiene que desaparecer!”—invita a los islamistas a llenar el vacío, usando la asistencia social, los tribunales y los medios para avanzar en su agenda. A medida que el cristianismo se desvanece, con las iglesias de Europa ahora convertidas en museos, el islamismo radical ve nuestra cultura como “fruta demasiado madura”, lista para ser conquistada.

Los eventos recientes subrayan lo que está en juego. El ataque en Nueva Orleans, inspirado en ISIS en enero de 2025, que dejó 14 muertos, expuso nuestra vulnerabilidad. En Chipre, las recientes protestas acusaron a Turquía de imponer el islam político, erosionando raíces seculares, lo que constituye una advertencia para Occidente. Las publicaciones en X (anteriormente Twitter) amplifican estas preocupaciones, denunciando la silenciosa expansión de la Sharía. Aplacar a los radicales, como hicimos antes de la victoria talibán en 2021, genera extremismo. Históricamente, los cristianos detuvieron las conquistas islámicas en Tours (732) y Viena (1683). La lucha de hoy es espiritual y cultural, sin embargo, muchos cristianos permanecen en silencio, intimidados por la “tolerancia”. Como he dicho antes, este engaño es “del abismo del infierno”. Justificar la no asimilación o las zonas de Sharía supone rendir nuestra herencia.

La crisis de fronteras abiertas amplifica esto. Durante más de cuatro años, las políticas laxas y los bloqueos judiciales han importado caos. El atacante de Boulder, un migrante ilegal, encarna el riesgo: la entrada sin control trae ideologías que alimentan el antisemitismo y la violencia. Si no hacemos cumplir las fronteras, veremos más tragedias como las de Washington D.C. y Boulder. El islam radical no está aquí para integrarse, está aquí para dominar, como confirman mis décadas estudiando sus trampas.

La Contraofensiva del Cristianismo

Entonces, ¿qué deben hacer los cristianos? Primero, acudir a la Palabra de Dios, no a los titulares. Segundo, evangelizar con valentía. Comprender la oscuridad del islam radical, pero amar a las personas musulmanas. El Evangelio es nuestro poder, por lo que debemos encontrar el valor para compartir a Cristo con los vecinos musulmanes. Tercero, fortalecer las iglesias. Los pastores deben predicar sin complejos, equipando a los creyentes para contrarrestar el secularismo y el islamismo. Las congregaciones deben discipular a las familias, orientar a los jóvenes y orar para que Dios actúe.

Lo que está en juego es eterno. En el Evangelio de Mateo, Jesús advirtió sobre lobos con piel de oveja. El islam radical oculta su dominio bajo la apariencia de tolerancia, pero su objetivo es un califato, no la coexistencia. El antisemitismo aumentará a medida que crezca la migración sin control. Sin embargo, la esperanza perdura. La iglesia primitiva se enfrentó a Roma y ganó almas a través del amor. Nosotros también podemos hacerlo. Cristianos, ¡levántense! Compartan el Evangelio, amen a los musulmanes, defiendan nuestra fe y exijan fronteras seguras.

El islam radical cuenta con nuestro silencio—demostremos que están equivocados.

(Nota: Nuestro colaborador invitado, el Dr. Michael Youssef, nació en Egipto y es pastor principal de la Iglesia de los Apóstoles, en Atlanta. Es autor de más de 50 libros y fundador de Leading the Way, un programa de radio que llega a 190 países. Apareció en el programa Cristo en la Profecía para hablar sobre la creciente amenaza de los bárbaros entre nosotros, basada en su libro, The Barbarians Are Here. Este artículo apareció por primera vez en DailyWire.com (4 de junio de 2025). Todavía es relevante y urgente, y se reimprime con el permiso del autor).

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Recurso recomendado:

Libro: Islam y Cristianismo

sábado, 13 de diciembre de 2025

El Milagro de la Encarnación

 Dr. David R. Reagan

“La Natividad”, por Lenain. Las pinturas simplemente firmadas, “Lenain”, fueron un esfuerzo de colaboración producido por tres hermanos, que eran pintores en la Francia del siglo XVII Antoine Le Nain (c.1600-1648), Louis Le Nain (c.1603-1648), y Mathieu Le Nain (1607–1677).


Recientemente estaba pensando en los milagros de Dios, y decidí hacer una lista de los que considero los mayores milagros de la historia. A continuación, la lista que compilé:

  • La Creación de la Tierra
  • El Diluvio de Noé
  • La Encarnación de Jesús
  • La Resurrección de Jesús
  • La Reunión del Pueblo Judío

Mientras meditaba en esta lista, algo en lo que nunca antes había pensado me llamó la atención. En términos de la profecía bíblica, sólo hay un milagro en la lista que es único.

La Resurrección

Y no es el que la mayoría de la gente identificaría —a saber, la Resurrección de Jesús. Muchos no lo consideran único, porque hay ejemplos esparcidos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento de personas que fueron resucitadas de entre los muertos.

Pero éstas no fueron verdaderas resurrecciones. En cambio, fueron resucitaciones, porque cada una de estas personas murió de nuevo. Una verdadera resurrección es cuando una persona regresa de entre los muertos para vivir para siempre.

Por lo tanto, la resurrección de Jesús es única por el momento. Pero la profecía bíblica dice que no seguirá siendo única, porque llegará un momento cuando otras resurrecciones ocurrirán. En el Rapto de la Iglesia, todos aquellos que hayan aceptado a Jesús como Señor y Salvador durante la Era de la Iglesia, y que hayan muerto, serán resucitados a la vida eterna. Además, en la Segunda Venida de Jesús, al final de la Tribulación, todos los santos del Antiguo Testamento y los mártires de la Tribulación serán resucitados.

La Creación

Entonces, ¿qué acerca del primer elemento de la lista? Seguramente la creación de la tierra es un milagro único. Bueno, no según la profecía bíblica. Después del reino milenial de Jesús, Dios va a envolver esta tierra en fuego, para quemar la contaminación de la última rebelión de Satanás (2 Pedro 3:12). Y se nos dice que de ese infierno ardiente saldrá una tierra nueva y perfecta, que servirá como el hogar eterno de los redimidos. En otras palabras, Dios va a realizar una recreación milagrosa de esta tierra (Ap. 21:1).

El siguiente elemento de la lista, el Diluvio de Noé, ciertamente parece único, particularmente cuando considera el hecho de que Dios ha prometido que nunca más destruirá la tierra con agua.

Pero, ¿de qué se trataba el diluvio? Fue una manifestación de la ira de Dios en respuesta al abrumador pecado de la humanidad.

Y la profecía bíblica dice que Dios va a desatar Su ira una vez más en el futuro, cuando el mundo se volverá tan violento e inmoral como lo fue en los días de Noé (Mateo 24:37). Se nos dice que Dios responderá a esta maldad derramando Su ira sin límites durante un periodo de siete años llamado la Tribulación (Ap. 8-9).

La Reunión de los Judíos

Entonces, ¿qué pasa con la reunión del pueblo judío desde los cuatro ángulos del mundo? éste es un milagro que comenzó en la década de 1890 y continúa hasta nuestros días. 

Es cierto que hubo una reunión de los judíos del cautiverio babilónico, que comenzó en el año 538 a.C., pero eso fue sólo un puñado, es decir, de las tribus de Benjamín y Judá. No se puede comparar con la reunión que estamos presenciando hoy, ya que Dios está trayendo a la tierra de Israel literalmente a millones de judíos de todas las tribus y de todas las naciones del mundo. 

Dos veces, Jeremías profetizó que, cuando la historia haya terminado, el pueblo judío mirará hacia atrás y ya no jurará por el Dios que los liberó del cautiverio egipcio; pero jurarán, en cambio, por el Dios que los reunió de todo el mundo (Jeremías 16:14-15; 23:7-8). El mismo Dios hizo ambas cosas. El punto que Jeremías está haciendo es que el pueblo judío considerará que su reunión en los tiempos del fin es un milagro mayor que su liberación del cautiverio egipcio.

Pero la reunión del pueblo judío que estamos presenciando hoy no será un milagro único según la profecía bíblica. Eso es porque la Biblia dice que, en la Segunda Venida de Jesús, llevará a cabo otra reunión, en la que llamará a todos los judíos creyentes que queden vivos en la tierra a regresar a Israel, para entrar al Milenio en sus cuerpos mortales, y para convertirse en la nación principal en la tierra, a través de quienes fluirán todas las bendiciones de Dios (Deut. 30:1-9).

La milagrosa reunión que está ocurriendo ahora es una reunión en incredulidad. La que ocurrirá cuando Jesús regrese a esta tierra será una reunión en fe. 

La Encarnación

Bueno, como pueden ver, esto deja sólo un milagro en mi lista — la Encarnación, ese increíble momento cuando Dios se hizo hombre. Éste es el único milagro singular en la lista. Nunca se repetirá.

¡Y qué milagro fue! La Palabra se hizo carne y moró entre nosotros (Juan 1:14). Jesús era Emmanuel, que significa “Dios con nosotros” (Isaías 7:14; Mateo 1:22-23).

Cuando se hizo carne, experimentó la humanidad, con todas sus pruebas, tentaciones y decepciones. Sufrió dolor físico y emocional. La única cosa que nunca experimentó fue el dolor por el pecado — hasta que, por supuesto, fue clavado en la cruz y colocaron todos los pecados de la humanidad sobre Él, momento en el cual experimentó una ruptura momentánea con Dios el Padre, lo que lo motivó a exclamar desde lo más profundo de Su alma: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado” (Mateo 27:46).

Todo esto está más allá de nuestra comprensión. Después de todo, si pudiéramos entender completamente la Trinidad y la Encarnación, entonces Dios no sería Dios. Su naturaleza infinita y eterna como un Dios en tres personas está más allá de nuestras mentes finitas.

La Encarnación emerge, por lo tanto, como el milagro más singular de la historia. Nunca volverá a ocurrir. Jesús todavía está en Su cuerpo resucitado y glorificado, y siempre lo estará. Las heridas en Sus manos y costado eran visibles para Sus discípulos después de Su resurrección, cuando estaba en Su cuerpo glorificado (Lucas 24:39; Juan 20:24-28).

Creo que esas heridas siempre estarán allí como un recordatorio para los redimidos del precio que se tuvo que pagar por nuestros pecados, para permitirnos ser reconciliados con Dios el Padre.

Esta Navidad, en medio de todo el alboroto en el que se ha convertido la celebración, recordemos lo que significa la Navidad: Dios haciéndose hombre en un humilde establo en la pequeña aldea de Belén, hace dos mil años. Alabemos a Dios por ese evento increíble y sagrado, y gritemos: “¡Maranata! ¡Ven pronto, Señor Jesús!”.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Recurso recomendado:

Libro: JESÚS - El Cordero y el León
Share/Bookmark