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Hay un
sentido de urgencia en el aire. Nuestra nación está al borde del colapso moral
y económico. El mundo se encuentra atrapado en un loco frenesí de terrorismo.
El Medio Oriente está a punto de explotar. Y las señales bíblicas de los
tiempos están gritando desde los cielos que Jesús está a punto de regresar.
En las
palabras de Charles Dickens, “Es el mejor de los tiempos, es el peor de los
tiempos”.
Es el
peor de los tiempos debido a que la depravación del Hombre se está manifestando
en los crecientes rechazo y blasfemia de Dios. El resultado es un incremento
exponencial en la violencia y la inmoralidad.
Es el
mejor de los tiempos porque el colapso de la sociedad a nivel mundial es el
cumplimiento de profecías de los tiempos del fin que apuntan al pronto regreso
de Jesús.
Jesús
mismo dijo que regresaría en un momento cuando la sociedad fuera una vez más
tan inmoral y violenta como lo fue en los días de Noé (Mateo 24:37).
Un
emocionante pero desafiante momento
Tenemos
el privilegio de vivir en un momento tan emocionante y trascendental cuando
podemos ser testigos de la preparación del escenario para el regreso triunfal
de Jesús. Pero es un momento que exige valentía.
Simplemente
debemos mantener nuestros ojos en Jesús y debemos recordar que aunque nuestra
nación no tiene esperanza, nosotros como
cristianos individuales tenemos una gran esperanza.
Pero ese
sentimiento de esperanza prevalecerá en nuestras vidas sólo si consciente y
decididamente vivimos con una perspectiva eterna.
Dios
está en control
Debemos
tener en cuenta que mientras el mundo se desmorona a nuestro alrededor, la
Palabra de Dios dice que “el que reina en los cielos se ríe” (Salmo 2:4). Su
risa no es motivada por la falta de preocupación. Más bien, se ríe porque Dios
tiene todo bajo control, ya que Él tiene la sabiduría y el poder para orquestar
toda la maldad del Hombre y de Satanás para el triunfo final de Su Hijo.
Él
también ha prometido que caminará con aquellos que somos cristianos,
acompañándonos a través del fuego y del agua (Isaías 43:1-3).
Y Dios
nos ha prometido un escape antes de que el mundo se derrumbe totalmente en el
caos absoluto (Lucas 21:36). Ése escape es llamado el Rapto. Cuando Pablo
reveló este escape en detalle en 1 Tesalonicenses 4:13-18, concluyó diciendo:
“Consolaos unos a otros con estas palabras”.
Adicionalmente, tenemos la promesa del reinado milenial de Jesús a la cual
aguardar. ¡Qué gran día será ése!
Jesús
reinará como Rey de reyes y Señor de señores desde Jerusalén. David, en su
cuerpo glorificado, reinará como Rey de Israel. Nosotros, en nuestros cuerpos
glorificados, estaremos esparcidos por toda la tierra para reinar sobre los que
vivan en sus cuerpos físicos. Y la tierra será inundada con paz, rectitud y
justicia, como las aguas cubren el mar (Isaías 2:1-4; 11:3-9).
¡Maranata!
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Traducido
por Donald Dolmus
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