domingo, 5 de junio de 2011

Demasiados desastres, ¿cuáles son las implicaciones proféticas?



El mundo ha estado tambaleándose durante los últimos meses por los desastres – tanto naturales como por los causados por el hombre. Primero fue el estallido de las revoluciones en todo el Medio Oriente. Y luego vino el gigantesco terremoto en Japón y el posterior tsunami y la crisis de la fusión nuclear.

Nuestra oficina ha sido inundada con peticiones para que produzcamos artículos en relación con las implicaciones proféticas de estos eventos. Mi respuesta ha sido de que no hay ninguna necesidad de nuevos artículos ya que hemos estado hablando acerca de estos eventos durante años, señalando que la Biblia claramente profetiza que en los tiempos del fin habrá guerras entre naciones y rebeliones dentro de ellas (Mt. 24:7) y que habrá un incremento en la frecuencia e intensidad de las calamidades naturales (Mt. 24:7-8 y Lc. 21:11).

En resumen, estamos viendo la profecía bíblica cumplida ante nuestros propios ojos.

La Biblia deja en claro que Dios ha hablado por medio de las señales de la naturaleza a lo largo de la historia. Él golpeó a Egipto con plaga tras plaga hasta que el faraón estuvo dispuesto a liberar a los hijos de Israel de la cautividad (Éx. 7-10). Antes que ocuparan la Tierra Prometida, Dios les advirtió a los hijos de Israel por medio de Moisés que si no eran fieles a Él, los afligiría con desastres naturales como sequías y pérdidas de cosechas. En el libro de Joel, se nos dice acerca de una invasión de langostas que Dios envió para llamar al pueblo judío al arrepentimiento. Del mismo modo, se nos dice en el libro de Hageo que cuando los hijos de Israel ignoraron la reconstrucción del Templo después de su regreso del cautiverio babilónico, Dios envió sequía, granizo y hongos hasta que se volvieron a Él en arrepentimiento.

En el día que Jesús fue crucificado, la importancia del evento fue subrayada por un gran terremoto y oscuridad (Mt. 27:45-54). Y se nos dice que cuando Jesús regrese, la tierra será afligida con grandes piedras de granizo y experimentará los mayores terremotos en su historia, causando que todo monte e isla sean removidas (Ap. 16:20-21).

De igual forma, la Biblia enseña que las guerras y los disturbios civiles a menudo son castigos de Dios por la rebelión contra Él.

Uno de los ejemplos más grandes de esta verdad se encuentra en el libro de Habacuc. El profeta se había cansado de llamar al pueblo de Judá al arrepentimiento y por eso empezó a clamar a Dios para que reivindicara su mensaje poniendo a la nación bajo alguna clase de disciplina. El Señor respondió diciéndole que iba a enviar a los babilonios a atacar a la nación. El profeta se quedó asombrado con estas noticias. Su respuesta fue señalarle a Dios que aunque su nación era impía, no era tan impía como los babilonios. Él preguntó, “¿Cómo puedes castigar a los que son impíos con aquellos que son más impíos?”. La respuesta del Señor fue la misma que ha dado a lo largo de la historia a cualquiera que lo cuestiona: “El justo por su fe vivirá” (Hab. 2:4). En otras palabras, “Deja de cuestionar y empieza a confiar”.

Jesús está a punto de regresar. Dios está proclamando ese hecho por medio de las señales de los tiempos que están profetizadas en Su Palabra. Dios no quiere que el regreso de Jesús sorprenda a nadie debido a que no quiere que ninguno perezca (2 Pedro 3:9). Los eventos caóticos que caracterizan al mundo hoy en día están designados para motivar a las personas a arrepentirse para que así estén listas para el regreso del Mesías de Dios (Isaías 26:9b).

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Too many disasters – What are the prophetic implications?

Cortesía de:
Lamb & Lion Ministries (lamblion.com)

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