miércoles, 30 de abril de 2025

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 5 (Parte 2 de 3)

 Reinar con Jesús 

Por Dr. David R. Reagan

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Características del Reinado Milenial

Políticas — El reinado será mundial (Isaías 2:2; 9:6-7). Será de naturaleza pacífica (Isaías 2:4) y el mundo será bendecido con rectitud (Isaías 11:4-5) y justicia (Isaías 42:3-4).

El trono del Señor será establecido en Jerusalén, ya que Él ocupará el trono de David (Isaías 2:3). Su gobierno será uno teocrático en el que fungirá como rey, legislador y juez (Isaías 33:17-22). Los redimidos reinarán con el Señor como príncipes (Isaías 32:1). Y debido a que el Señor estará reinando desde Jerusalén, la nación de Israel será la nación más importante en el mundo (Isaías 2:2-3; 49:22-23; 60:1-62:7).

Espirituales — Isaías pasa una gran cantidad de tiempo describiendo las bendiciones espirituales del Milenio, la mayor de las cuales es el hecho de que la gloria y la santidad del Señor se manifestarán (Isaías 40:3-5; 52:13-15; 61:3; 66:18). La santidad abundará (Isaías 4:2-4) y una actitud de gozo y alabanza prevalecerá (Isaías 35:10):

“Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido”

Un templo reconstruido en Jerusalén servirá como el centro de adoración del mundo (Isaías 2:2-3; 56:6-8; 60 7b, 13). De forma increíble, la gloria Shejiná de Dios se cernirá sobre la ciudad de Jerusalén como un dosel (Isaías 4:5). Y “la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar” (Isaías 11:9).

Naturaleza — Un aspecto del Milenio que es fuertemente resaltado por los profetas hebreos es la redención de la naturaleza. La tierra de Israel ya no será un lugar de desolación (Isaías 62:3-5). En cambio, “el fruto de la tierra”, será el orgullo de Israel (Isaías 4:2). “Aguas brotarán en el desierto” y los desiertos se volverán estanques de agua (Isaías 35:6b-7).

Además de la abundancia agrícola, el reino animal será restaurado a su perfección original. Los animales venenosos dejarán de serlo y los animales carnívoros se volverán herbívoros. Todos los miembros del reino animal vivirán juntos en perfecta paz entre sí  y con la humanidad (Isaías 11:6-9; 65:25).

Calidad de Vida — En un emocionante pasaje en Isaías 65, el profeta revela que la esperanza de vida de quienes vivan en sus cuerpos físicos será grandemente  expandida a “según los días de los árboles” (Isaías 65:22). Por consiguiente, cualquiera que muera a la edad de 100 será considerado un joven (Isaías 65:20).

Toda persona tendrá su propia casa y un viñedo. No habrá desamparados o hambrientos (Isaías 65:21-22). Todo el trabajo será redimido (Isaías 65:23) en el sentido de que será productivo y no será confiscado por otros.

La enfermedad será reducida (Isaías 33:24) y las personas nacidas con desventajas físicas serán curadas (Isaías 35:5-6a):

5) Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 

6) Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo . . .

El Clímax de Isaías 

A Isaías le fueron dadas tantas visiones gloriosas y palabras de conocimiento en relación con el majestuoso reinado del Señor, que casi estaba rebozando con anticipación para cuando llegó al final de su libro. Esto lo motivó a exclamar repentinamente (Isaías 64:1-2):

1) ¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, 

2) como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia!” 

Ahora bien, tengan en cuenta que sólo he compartido con ustedes unos cuantos pasajes del libro de Isaías. Hay muchos otros pasajes con respecto al Milenio que están esparcidos por todo el Antiguo Testamento.

Profecías de los Profetas Mayores Acerca del Milenio

Jeremías describe el Milenio como un tiempo cuando Israel y Judá estarán unidos en paz y la ciudad de Jerusalén será llamada “El Trono del Señor” (Jeremías 3:17-18). Jesús, “el Renuevo justo”, “reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra” (Jeremías 23:5). Y por causa de Su nuevo papel como rey, el nombre de Jesús será cambiado a Jehová-Tsidkenu, que significa, “Jehová, justicia nuestra” (Jeremías 23:6).

David, en su cuerpo glorificado, fungirá como rey de Israel (Jeremías 30:9) y todos los enemigos de Israel serán destruidos (Jeremías 30:11). La ciudad de Jerusalén y el Templo serán reedificados (Jeremías 30:18) y la población se multiplicará (Jeremías 30:19). El luto del pueblo judío se convertirá en gozo (Jeremías 31:13).

El pueblo judío se arrepentirá del rechazo de su Mesías y entrará en un nuevo pacto con Dios que estará escrito en sus corazones (Jeremías 31:31-34; 32:37-40). Las calles de Jerusalén estarán llenas con “voz de gozo y de alegría…” (Jeremías 33:11).

Ezequiel confirma que el pueblo judío entrará en un nuevo pacto con Dios que estará escrito en sus corazones (Ezequiel 11:19-20; 16:60-62). También confirma que el Señor garantizará su seguridad y hará “juicios en todos los que los despojan en sus alrededores” (Ezequiel 28:26). La tierra de Egipto será castigada particularmente por su trato de Israel y permanecerá desolada durante los primeros 40 años del Milenio (Ezequiel 29:9-16).

Ezequiel también confirma que David será hecho rey de Israel (Ezequiel 34:23-24; 37:24). El Señor derramará “lluvias de bendición” sobre Israel, incluyendo la abundancia agrícola (Ezequiel 34:26-29) y la reedificación de su Templo (Ezequiel 37:26-27). El resultado es que la gloria del Señor será establecida entre las naciones (Ezequiel 39:21).

Desde el capítulo 40 hasta el capítulo 46, Ezequiel se centra en describir el Templo Milenial. Es mucho más grande que cualquiera de los templos judíos anteriores y el Lugar Santísimo en el Templo no contiene ningún arca. Jeremías ya había profetizado que el arca no sería reconstruido ni recordado (Jeremías 3:16). 

Una de las profecías del tiempo del fin de Ezequiel que ya ha sido cumplida se relaciona con la Puerta Oriental. Él dice que ésta será sellada y no será reabierta hasta que el Mesías regrese (Ezequiel 44:1-3). La puerta fue cerrada en los años 1500’s y permanece así hasta este día.

Ezequiel revela que parte de la redención de la naturaleza será la conversión del Mar Muerto en un mar de agua dulce (Ezequiel 47:8-9). Él concluye su libro diciendo cómo la redimida y muy expandida tierra de Israel será dividida entre las 12 tribus (Ezequiel 48).

Las profecías del tiempo del fin de Daniel se centran en la Tribulación y el Anticristo. Su primera mención del Milenio ocurre en el capítulo 2, donde él interpreta el sueño de Nabucodonosor acerca de la secuencia de imperios gentiles. Él revela que el último imperio será destruido por el regreso del Mesías y el establecimiento de Su reino “que no será jamás destruido” (Daniel 2:44-45).

En el capítulo 7, Daniel enfatiza que los redimidos reinarán con el Mesías: “y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo…” (Daniel 7:27).

Daniel concluye su libro indicando que habrá un interregnum de 75 días entre el momento del regreso del Señor y el establecimiento de Su gobierno mundial (Daniel 12:11-12). Éste es muy probablemente el periodo de tiempo cuando el Mesías juzgará a todos aquellos que queden vivos al final de la Tribulación para determinar si entrarán o no al Milenio en sus cuerpos físicos.

Este periodo de tiempo muy probablemente también será usado para organizar el gobierno del Mesías, parte del cual será para hacer nombramientos de gobierno para los redimidos que estarán en cuerpos glorificados.

Profecías de los Profetas Menores Acerca del Milenio

Oseas habla acerca de cómo Dios usará el Milenio para cumplir todas las promesas que les ha hecho al pueblo judío (Oseas 1:10-11; 2:14-20; 14:4-7).

Él confirma que Dios establecerá la paz en el reino animal y la paz entre las naciones (Oseas 2:18). Y él deja en claro que las bendiciones de Dios también serán derramadas sobre los gentiles (Oseas 2:23).

La profecía más fascinante de Oseas tiene que ver con el momento del regreso del Señor. Él indica que será “dos días” después de Su ascensión al Cielo (Oseas 5:15-6:2). El contexto del pasaje indica que los dos días representan 2,000 años. Oseas dice que después de los dos días, el Mesías “nos resucitará” (la resurrección) para que “vivamos delante de Él” durante “el tercer día” (los 1,000 años del Milenio).

Las profecías del tiempo del fin de Joel se centran principalmente en “el día del Señor”, el cual, en su contexto, es el día de la Segunda Venida del Mesías (Joel 1:15; 2:1,13; 3:14). Pero nos da un vistazo del Milenio cuando declara que cuando el Mesías regrese, Él habitará “en Sión, mi santo monte” y que Jerusalén estará caracterizada por la santidad (Joel 3:17, 21). También confirma que la tierra será revitalizada para una gran producción agrícola: “Los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas” (Joel 3:18). 

Amós presenta una imagen del Mesías regresando como un león rugiente (Amós 1:2). Lo único que él tiene que decir acerca del Milenio es que se caracterizará por la abundancia agrícola (Amós 9:14) – hasta el punto que “el que ara alcanzará al segador” (Amós 9:13).

El único comentario significativo de Abdías acerca del Milenio es su declaración de que éste se caracterizará por la santidad (Abdías 17).

Jonás no tiene nada que decir acerca del Milenio.

Miqueas comienza su profecía con una visión de la Segunda Venida (Miqueas 1:3-4). Con respecto al Milenio, Miqueas presenta una visión gloriosa de él y lo hace con palabras que son casi idénticas a las de Isaías (Miqueas 4:1-7; Isaías 2:2-4). El enfatiza la paz y prosperidad que caracterizarán el Milenio (Miqueas 4:3-4). También subraya la promesa de Dios de que Él hará al pueblo judío la nación más importante del mundo durante el Milenio (Miqueas 4:6-7).

Nahúm se hace eco de Joel al centrar sus profecías en “el día del Señor” (Nahúm 1:1-8). Lo único que él tiene que decir con respecto al Milenio es que el pueblo judío disfrutará de perfecta paz (Nahúm 1:15) y que el esplendor de su nación será restaurado (Nahúm 2:2).

Habacuc comienza su libro asegurándole al lector que Dios será fiel en enviar al Mesías de regreso “en el tiempo señalado” (Habacuc 2:3 NVI). Luego presenta una visión muy dramática de la Segunda Venida (Habacuc 3:3-13). Él no tiene nada que decir acerca del Milenio.

Sofonías comienza su libro presentando una visión poderosa y aterradora acerca de la Segunda Venida (Sofonías 1:14-18). Él concluye su libro con una breve profecía acerca del Milenio (Sofonías 3:14-20). Él revela que el Señor reunirá a todos los creyentes judíos de regreso en la tierra y que Él vivirá en medio de ellos (Sofonías 3:17-20). Y él promete que Dios convertirá a la nación judía en la nación más importante del mundo (Sofonías 3:20).

Hageo afirma que en el momento de la Segunda Venida, Dios hará temblar los cielos y la tierra (Hageo 2:6-7), derrocando a todos los reinos gentiles (Hageo 2:22). La riqueza de las naciones será transferida a Jerusalén, y el Templo será reconstruido en gloria (Hageo 2:7). Y luego, usando a Zorobabel, el gobernador de Judá, como un tipo profético del Mesías, Hageo dice que Dios le dará Su “anillo de sellar” – lo que significa que él se convertirá en el Rey de reyes y Señor de señores (Hageo 2:23).

Zacarías dice que el Señor “volverá a Jerusalén” y reconstruirá el Templo (Zacarías 1:16). Exhorta al pueblo judío a “cantar y a alegrarse” debido a que el Señor le ha dicho que “he aquí vengo, y moraré en medio de ti” (Zacarías 2:10).

En cuanto a la naturaleza del reinado del Señor, Zacarías dice que Él será “un sacerdote en su propio trono”, confirmando que el gobierno será una teocracia (Zacarías 6:12-13). La ciudad de Jerusalén será llamada “La Ciudad de la Verdad” y “El Monte de la Santidad” (Zacarías 8:3 NVI). Los creyentes judíos serán reunidos desde todas partes del mundo (Zacarías 9:14-17), y la población de Jerusalén vivirá en paz y prosperidad (Zacarías 8:8, 12). El pueblo judío será grandemente bendecido que cuando un judío camine, diez gentiles agarrarán su túnica y dirán, “¡Déjanos acompañarte! ¡Hemos sabido que Dios está con ustedes!” (Zacarías 8:23 NVI).

Zacarías también declara que durante el Milenio, todas las naciones del mundo deberán enviar delegaciones a Jerusalén para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos (Zacarías 14:16). Aquellas naciones que no lo hagan, no recibirán lluvia (Zacarías 14:17-18).

Zacarías concluye su libro haciendo hincapié en la santidad que abundará durante el Milenio. Él dice que las campanas en las bridas de los caballos estarán grabadas con las palabras “Santidad a Jehová” (Zacarías 14:20-21).

Malaquías contiene varios pasajes acerca de la Segunda Venida, pero lo único que tiene que decir acerca del Milenio es que el nombre del Señor será “grande entre las naciones” (Malaquías 1:11).

Otras Profecías del Antiguo Testamento

Hay referencias dispersas entre los libros históricos del Antiguo Testamento acerca de la Segunda Venida y el Milenio, y los Salmos están llenas de ellas, pero no tengo el espacio para enumerarlas en detalle. Puede encontrar esa lista en mi libro La Guía de Estudio de Cristo en la Profecía (disponible sólo en idioma inglés). Baste con decir que creo que he presentado evidencia más que suficiente para demostrar que el Antiguo Testamento está lleno de profecías acerca de los tiempos del fin y el Milenio.

Algunos Puntos Finales

Así que permítanme enfatizar una vez más que Apocalipsis 20 no es el único capítulo en la Biblia donde el Milenio es profetizado. Sin embargo, sí nos presenta información nueva que no es mencionada en otras partes:

1) Satanás estará atado durante el Milenio.

2) El reinado del Señor durará 1,000 años (Esto está fuertemente implicado en lenguaje figurado en el libro de Oseas).

3) El Milenio terminará con una gran rebelión que será dirigida por Satanás y que será sofocada por Dios.

Se nos dice en el libro de los Hechos que, después de Su resurrección, Jesús pasó 40 días con Sus discípulos “hablándoles acerca del reino de Dios” (Hechos 1:3). Al final de esos 40 días, cuando reunió a Sus discípulos en el Monte de los Olivos para Su ascensión al Cielo, ellos le preguntaron, “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Él no respondió diciéndoles que no habría ningún reino. Por el contrario, les dijo que no les correspondía a ellos saber el tiempo (Hechos 1:7).

Y tengan en cuenta que, aunque el reino del Señor será judío y estará centrado en Jerusalén, los creyentes judíos jugarán un papel importante en él. Nosotros, en nuestros cuerpos glorificados, seremos esparcidos por toda la tierra para reinar sobre aquellos a quienes se les permita entrar en el Milenio en sus cuerpos físicos. Eso significa que toda persona en una posición de autoridad — administradores, funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, jueces y maestros— será un creyente glorificado con la mente de Cristo. No es de extrañar que “la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Yahvé, como las aguas cubren el mar” (Hab. 2:14).

Jesús nos dejó muchas señales que debemos observar y que marcarían la época de Su regreso (véase Mateo 24). Esas señales están por todas partes. Jesús regresará pronto. Él va a reinar en majestad desde Jerusalén, y los redimidos compartirán ese reinado con Él (2 Ti. 2:12 y Ap. 2:26-27). Vivimos en tiempo prestado. ¿Estás listo?

Billy Graham sobre el Milenio

“El difunto Arnold Toynbee previó que ‘sólo un gobierno mundial puede salvar a la humanidad de la aniquilación por armas nucleares’. ¡Así es! Y Jesucristo será el Rey sobre toda la tierra en Su gobierno teocrático mundial. . .

No puede haber un nuevo gobierno mundial en las condiciones actuales. Algo dramático tiene que suceder para alterar al hombre y su mundo. Eso nos deja con una sola certeza absoluta sobre el futuro: Cristo como el Príncipe de Paz, con el gobierno sobre sus hombros. Los sueños utópicos de los filósofos e idealistas a lo largo de la historia se cumplirán a través de su gobierno. El Mesías se hará cargo por completo de los pueblos de toda la tierra...”.

— Billy Graham, Approaching Hoofbeats: The Four Horsemen of the Apocalypse (Waco, TX: Word Books, 1983) páginas 228-229.


Lea la parte 1 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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