Ministerio Cordero y León
“Señal, señal, en todas partes una señal”.
Esas palabras al inicio de un coro, cantado por la Five Man Electric Band en 1970, capturaron la angustia de una nación que estaba experimentando un cambio social radical. Pero, para aquellos con ojos para ver, esas mismas palabras reflejaron una creciente conciencia de que las Señales Proféticas de los Tiempos del Fin comenzaban a proliferar.
Diez años después, el Ministerio Cordero y León comenzó a proclamar el pronto regreso de Jesucristo. El Dr. David Reagan señaló la creciente frecuencia e intensidad de las señales proféticas para afirmar que estamos en la época del regreso del Señor. Durante las siguientes cuatro décadas y media, las señales que describió se han vuelto evidentes para todos, excepto para aquellos que son espiritualmente ciegos.
En los últimos años, estas seis categorías de señales han estado convergiendo como nunca antes, manifestando un entrelazamiento de hilos proféticos individuales en un tapiz cada vez más intrincado de la omnisciencia y el poder de Dios.
Pedro profetizó que, en los últimos días, la gente se burlará de la creciente evidencia de que el regreso prometido de Jesús se acerca—queriendo disfrutar de su “mejor vida ahora”, en lugar de anticipar la gloria que vendrá. Las Escrituras dicen que muchos se volverán complacientes y carecerán de contexto para comprender, incluso al ser testigos de eventos como la guerra entre Israel e Irán.
Quizás la pregunta más importante no sea si las Señales de los Tiempos se están multiplicando como nunca antes, sino por qué Dios predijo tantos indicadores de que el Fin está cerca. Si podemos entender Su motivación para enviar profetas y revelar profecías, nos daremos cuenta de por qué es imperativo que reconozcamos lo que Él claramente quiere que discernamos.
En esta edición del Farolero, consideraremos la convergencia profética que es tan urgente como los titulares de hoy, y buscaremos reflejar el corazón de nuestro Salvador. Sin duda, estamos llamados a hacer precisamente eso mientras esperamos Su llegada.
Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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