Mostrando las entradas para la consulta cabaña ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta cabaña ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

martes, 21 de octubre de 2025

Libro: Cómo Morir con una Sonrisa en el Rostro – Capítulo 6 (Parte 3 de 3)

 El Destino Final del Creyente 

Por Dr. David R. Reagan

Haga clic en la imagen para ir al Índice


Preguntas Sobre el Cielo

Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo… (Filipenses 3:20).  

1) ¿Puedo ir al cielo haciendo buenas obras?

La idea de que las personas pueden ganarse el camino al Cielo mediante buenas obras es la creencia religiosa más aceptada en el mundo hoy en día.

Es característico de todas las religiones del mundo, excepto del cristianismo. Recientemente escuché al Dr. Robert Jeffress, pastor de la Primera Iglesia Bautista en Dallas, abordar este tema de una manera novedosa. Él dijo: “Todas las religiones del mundo, excepto el cristianismo, se pueden escribir como HAZ. ¡Sólo el cristianismo se puede escribir como HECHO!”.

Lo que él quiso decir con esa afirmación perspicaz es que todas las religiones del mundo, excepto el cristianismo, requieren que compiles un registro de buenas obras para ser salvo. En cambio, el cristianismo dice que Jesús hizo todo lo necesario para nuestra salvación en la Cruz cuando murió por nosotros, por lo que sus últimas palabras fueron: “Consumado es” (Juan 19:30).

Recientemente escuché otro buen resumen del punto de Jeffress en un sermón de Skip Heitzig, el pastor de Calvary Chapel en Albuquerque, Nuevo México. Él lo expresó así: “El cielo no es para personas buenas; es para personas salvadas”.

Desde el principio de la Biblia hasta su fin, se nos enseña una y otra vez que no podemos ser salvos por nuestras buenas obras. El profeta Isaías expresó esta verdad de manera dramática cuando escribió que “todas nuestras obras justas son como trapos de inmundicia” (Isaías 64:6). En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo lo expresó así: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). ¿Significa esto que las buenas obras son irrelevantes? ¡De ninguna manera! Sólo significa que no podemos usarlas para justificarnos ante Dios y reclamar la vida eterna.

De hecho, la Biblia deja claro que somos salvados para hacer buenas obras que glorifiquen a Jesús. En el mismo pasaje en Efesios donde Pablo afirma que somos salvados por gracia mediante la fe, y no por obras, procede a decir: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

Pablo repitió este punto en su carta a Tito cuando afirmó que Jesús “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:14). Pablo concluyó dicha carta diciendo que aquellos que han sido justificados por gracia (el don gratuito de Dios) deben procurar “ocuparse en buenas obras” (Tito 3:7-8).

Santiago, el hermano de Jesús, hizo el mismo punto en su sermón a la Iglesia cuando enseñó que “la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26).

El mensaje de estas escrituras es que no somos salvos por las obras, sino que somos salvos para hacer buenas obras. En consecuencia, nuestro destino eterno no será determinado por nuestras obras, pero para aquellos que son salvos, sus buenas obras serán reconocidas con recompensas especiales (Mateo 16:27 y Romanos 2:5-7).

Entonces, si las personas no pueden ganarse el cielo mediante sus obras, ¿cómo pueden ser salvos? Pablo respondió a esta pregunta en Romanos 10:9 cuando escribió: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo”. La esperanza del cielo depende de que pongas tu fe en Jesús como tu Señor y Salvador (Juan 3:16).

La Biblia dice: “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). El mismo versículo dice que la vida eterna es el “don gratuito de Dios... en Cristo Jesús nuestro Señor”. Toda persona que haya vivido alguna vez, excepto una, ha sido pecadora y, por lo tanto, merecedora de la muerte. Jesús es la única persona que vivió una vida sin pecado (1 Pedro 2:21-22), y por lo tanto, no merecía morir. Así, cuando Él murió, lo hizo porque tomó sobre sí nuestros pecados, muriendo por nosotros para que pudiéramos ser reconciliados con Dios Padre mediante la fe en Él (1 Pedro 2:24 y 2 Corintios 5:21).

2) Pero soy un hombre muy bueno. Soy fiel a mi esposa. Soy atento con mis hijos. Soy un empleado honesto y diligente, mantengo bien a mi familia y pago mis impuestos. Incluso hago trabajo voluntario en nuestro hospital local y ayudo a los Boy Scouts a recaudar fondos. Seguramente un Dios justo no pasaría por alto estas buenas obras en mi vida.

Tienes razón al decir que Dios es justo (Dt. 32:4). Sin embargo, como Dios justo, Él debe tratar con el pecado en nuestras vidas. La Biblia dice que Dios trata con el pecado de cualquiera de dos maneras: por gracia o por ira (Juan 3:36). Todas las personas en este planeta están bajo la gracia o la ira de Dios. La única manera de convertirse en un candidato de la gracia de Dios es poner tu fe en Su Hijo como tu Señor y Salvador.

En cuanto a tus buenas obras, sugeriría que las compares con las buenas acciones de un hombre llamado Cornelio. Su historia se narra en Hechos capítulo 10. Él era un soldado romano emplazado en Israel y, aunque era representante de un opresor cruel, era tan devoto y generoso que era muy respetado por el pueblo judío. Se le describe como un hombre “que temía a Dios... y oraba a Dios continuamente” (Hechos 10:1-2). Además, se le describe como “un hombre justo y temeroso de Dios, como bien lo testifica toda la nación de los judíos” (Hechos 10:22). Pero a pesar de todo esto, estaba espiritualmente perdido. Necesitaba un Salvador.

Entonces, Dios envió al apóstol Pedro para dar testimonio de Jesús a él y a toda su familia. Cornelio recibió a Pedro, y Pedro procedió a compartir con él las buenas noticias de que Jesús había muerto por sus pecados, había resucitado y había sido “designado por Dios como Juez de vivos y muertos” (Hechos 10:34-43). Cornelio y toda su familia respondieron a este mensaje aceptando a Jesús como Señor y Salvador (Hechos 10:44-48).

Cornelio, a pesar de toda su rectitud y buenas obras, aún necesitaba un Salvador.

3) Pero conozco a varios cristianos que van a la iglesia regularmente, y sé por observación que soy una mejor persona que ellos. ¿Cómo podrían salvarse ellos y yo estar perdido?

Porque Dios no califica según la curva; Él califica en la cruz. Siempre puedes encontrar a alguien peor que tú, pero eso nunca te justificará ante Dios.

Además, debes tener en cuenta que los cristianos no son personas perfectas. Son pecadores que han reconocido su condición pecaminosa y su necesidad de un Salvador. Al poner su fe en Jesús, han sido regenerados espiritualmente y sellados para la salvación, pero aún no han sido perfeccionados. Todavía habitan en un cuerpo carnal con todos sus deseos carnales.

Pero cuando aceptaron a Jesús, recibieron la morada del Espíritu Santo (Hechos 2:38), y el Espíritu está obrando dentro de ellos para formarlos más plenamente cada día a la imagen de Jesús (2 Corintios 3:17-18).

4) ¿Qué hay de “una vez salvo, siempre salvo”? ¿Crees en eso?

Esta probablemente sea una de las preguntas más frecuentes en mis foros de profecía bíblica, aunque no esté directamente relacionada con la profecía bíblica.

Cuando se hace la pregunta en un foro público, siempre evito responderla porque he descubierto que es un tema explosivo que no es productivo tratar públicamente. Por lo tanto, generalmente respondo a la pregunta diciendo: “Lo siento, pero su pregunta no es relevante para la profecía bíblica, por lo que le sugeriría que la discuta con su pastor”.

Para aquellos de ustedes que pueden no estar familiarizados con el tema, se trata de un debate entre quienes tienen un punto de vista arminiano y quienes tienen un punto de vista calvinista. El arminiano sostiene que es posible que un cristiano “caiga de la gracia” y, por lo tanto, se pierda. El calvinista sostiene que, una vez que una persona es salva, no es posible que pierda su salvación.

Creo que los extremos de ambos puntos de vista son antibíblicos. El arminiano extremo argumentará que cada vez que pecas, pierdes tu salvación a menos que te arrepientas de inmediato. Crecí en una iglesia que enseñaba esta teología, así que la conozco bien. Esto crea un agudo sentido de inseguridad espiritual y contribuye a la inestabilidad emocional. Cuando era niño, recuerdo ver a personas acercarse una y otra vez en nuestros servicios de la iglesia para confesar sus pecados y ser re-bautizadas una y otra vez, para asegurarse de que eran salvas.

En mi opinión, la posición ultra-calvinista es igual de mala. Según esta teología, Dios predetermina quién va a ser salvo y quién va a perderse, y no hay nada que nadie pueda hacer para cambiar su destino. Para mí, este concepto hace que Dios parezca un monstruo.

Me encontré con un ejemplo trágico de esta visión hace varios años cuando estaba escuchando una cinta de audio de un sermón que se había dado en una iglesia bautista en Denton, Texas. El orador invitado, que era un teólogo reconocido, comenzó su sermón preguntando: “¿Cuántos de ustedes aquí esta mañana han recibido a Jesús como su Señor y Salvador?”. Después de una breve pausa (durante la cual me imagino que la mayoría de las personas presentes levantaron la mano), el predicador dijo: “Tengo malas noticias para ustedes. Cada uno de ustedes que levantó la mano está perdido porque son demasiado naturalmente depravados para recibir a Jesús por su propia voluntad. Por lo tanto, están confiando en sus propias obras. La verdad del asunto es que Dios o los ha predestinado para ser salvos, o no lo ha hecho, y no hay nada que puedan hacer al respecto”.

Cuando se trata de opiniones más moderadas en ambos lados, podría presentar un argumento aparentemente irrefutable a favor de cualquiera de las posiciones, dependiendo de los versículos de la Escritura que eligiera usar. Y he descubierto que, cuando ese es el caso, la verdad del asunto generalmente se encuentra en algún punto intermedio.

Aquí es donde he llegado respecto al tema. Creo que somos salvos por fe, aparte de las obras, y creo que permanecemos en un estado de salvación por fe, aparte de las obras. Pero no creo que cuando acepté a Jesús por fe entregué mi libre albedrío y me convertí en un robot. Creo que todavía tengo la libertad de rechazar mi fe con palabras o con hechos: con palabras, renunciando a Jesús; con hechos, persistiendo en vivir en pecado abierto.

Mientras camine en fe con el Señor, puedo decir con absoluta confianza que estoy salvo. Pero creo que es posible que pierda esa fe, y baso esa conclusión en la experiencia así como en las Escrituras.

En mi experiencia, he visto a demasiados cristianos que profesan su fe alejarse de ella, abandonando a sus familias y alineándose con el mundo. Recientemente leí el testimonio de un imán musulmán (líder espiritual) que durante muchos años fue pastor bautista del sur. Durante años enseñó que Jesús era Dios hecho carne y que nuestra única esperanza de salvación era poner nuestra fe en Jesús como Señor y Salvador. Hoy, él niega la divinidad de Jesús y sostiene que Él fue sólo un gran profeta preparando el camino para el mayor profeta, Mahoma.

Aquellos que creen en “una vez salvo, siempre salvo” responden a ejemplos como éste citando 1 Juan 2:19, donde el apóstol Juan afirma que algunos apóstatas que habían dejado la Iglesia lo hicieron porque “no eran realmente de nosotros”. En otras palabras, los calvinistas moderados siempre argumentarán que aquellos que renuncian a su fe cristiana o que se vuelven apóstatas en sus creencias, nunca fueron verdaderos cristianos desde el principio.

Estoy seguro de que esto es cierto en muchos casos, pero también estoy igualmente seguro de que no es cierto en todos los casos. Lo digo con confianza porque hay escrituras que, en mi opinión, dejan claro que un verdadero creyente puede perder la gracia. Tomemos, por ejemplo, 1 Corintios 15:1-2. En este pasaje Pablo habla del evangelio que había predicado, “por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os he proclamado”. ¿Si? El Nuevo Testamento está lleno de tales declaraciones condicionales. Consideremos este pasaje de Hebreos 3:

12) Miren, hermanos, que no haya en ninguno de ustedes un corazón malo de incredulidad que se aparte del Dios vivo. 

13) Más bien, exhórtense los unos a los otros cada día mientras aún se dice: “Hoy”, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. 

14) Porque hemos llegado a ser participantes de Cristo, si de veras retenemos el principio de nuestra confianza hasta el fin… (Énfasis agregado).

En este pasaje se advierte a los cristianos que resistan el mal para no endurecerse por el pecado. Además, se les advierte que se mantengan firmes en su fe hasta el final. ¿Por qué la advertencia si no existe peligro de apartarse de la fe?

Este es un tema persistente a lo largo del libro de Hebreos. Por ejemplo, en el capítulo 6 se hace referencia a aquellos que una vez fueron “iluminados y que han probado el don celestial y se han hecho partícipes del Espíritu Santo” y luego han “caído” (Hebreos 6:4-6). ¿Cómo puede alguien ser partícipe del Espíritu Santo sin haber nacido de nuevo? Esto tiene que referirse a un verdadero cristiano.

De manera similar, el apóstol Pedro describe a personas que han “escapado de las contaminaciones del mundo mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo” y luego se han vuelto a enredar en el mundo. Él dice que su estado posterior es peor que el primero, observando: “Sería mejor para ellos no haber conocido el camino de la justicia, que habiéndolo conocido, volverse atrás”. Concluye con una vívida ilustración, diciendo que tales personas son como un perro que “vuelve a su propio vómito” (2 Pedro 2:20-22).

Hay otra razón por la que no me gusta pasar tiempo lidiando con este problema. ¡Eso es porque, al llegar al fondo del asunto, los dos puntos de vista moderados están de acuerdo!

Explicaré lo que quiero decir con una ilustración. Consideremos a un hombre —lo llamaremos Tom— que nunca ha tenido ninguna experiencia religiosa en su vida. Se casa con una mujer creyente, y ella comienza a presionarlo para que vaya a la iglesia con ella. Finalmente acepta, y el mensaje toca su corazón y lo llena de convicción. Pasa varios días leyendo la Biblia y luego llama al pastor para informarle que ha decidido aceptar a Jesús como su Señor y Salvador.

El domingo siguiente, pasa al frente y hace su confesión. Es bautizado, y comienza a asistir a la iglesia con regularidad y se involucra en un estudio bíblico profundo. En dos años, se convierte en diácono de la iglesia y en uno de sus líderes juveniles.

Y luego, una noche mientras navegaba por Internet, accidentalmente llega a un sitio pornográfico y decide echar un vistazo. En poco tiempo, se vuelve adicto. Su esposa descubre la situación cuando reciben una factura de tarjeta de crédito con más de $500 en cargos de sitios pornográficos. Él confiesa y le pide perdón, pero el problema continúa, y pronto sus hijos descubren videos pornográficos que él había escondido en un armario.

El matrimonio se rompe. Tom comienza a beber. Pronto se muda con una mujer que resulta ser traficante de drogas. Un año después es encontrado muerto por una sobredosis de drogas.

El calvinista moderado diría: “Nunca fue salvo en primer lugar” (1 Juan 2:19). El arminiano moderado afirmaría que “cayó de la gracia” (Gálatas 5:4). Ambos estarían de acuerdo en que se perdió. Entonces, ¿por qué toda la discusión?

¿En qué punto me sitúo en este argumento? Creo en la seguridad eterna del creyente.

5) ¿Van al cielo los niños cuando mueren antes de la edad de responsabilidad?

Esta es una pregunta difícil de responder. Comencemos nuestra reflexión analizando el concepto de “la edad de la responsabilidad”.

Este es un término teológico que se refiere a la edad en la que un niño es capaz de discernir entre el bien y el mal. Algunos argumentan que antes de esa edad, los niños no son responsables ante Dios por sus pecados.

La Biblia no asigna una edad específica de responsabilidad. En la tradición judía, esa edad siempre ha sido de 12 ó 13 años, y esa es la razón por la que los niños judíos participan en una ceremonia a estas edades llamada Bar Mitzvá para los niños y Bat Mitzvá para las niñas. Estas ceremonias son celebraciones de la transición de la infancia a la adultez. Y marcan el momento en que un niño comienza a ser responsable de sus pecados.

Los cristianos han reconocido durante mucho tiempo que la verdadera edad de responsabilidad puede variar considerablemente entre los niños. Algunos niños definitivamente desarrollan un fuerte sentido de la rectitud (lo correcto y lo incorrecto) a una edad muy temprana, alrededor de los 6 ó 7 años. Para la mayoría, generalmente parece ser alrededor de los 12 años.

Personalmente, me volví profundamente consciente de mi pecado alrededor de los ocho años, pero no respondí recibiendo públicamente a Jesús en mi vida porque la iglesia en la que crecí desaprobaba firmemente que los niños fueran bautizados antes de los 12 años. Pero cuando llegué a los 11, ya no pude contenerme más. Convencí tanto a mi pastor como a mis padres de que estaba listo para aceptar a Jesús como mi Señor y Salvador, así que pasé al frente en mi iglesia el 19 de marzo de 1950, confesé mi fe en Jesús y fui bautizado.

Ahora bien, en cuanto a la cuestión de la salvación para aquellos que mueren antes de la edad de responsabilidad, la Biblia no proporciona una respuesta precisa. Por lo tanto, el asunto es objeto de debate dentro de la iglesia.

Este debate se hizo público en 1995, cuando Billy Graham (1918-2018) habló en un servicio conmemorativo por los 19 niños que fueron asesinados en el atentado terrorista contra el edificio federal en la ciudad de Oklahoma. Graham expresó su opinión de que todos los niños fueron salvos y estaban en el cielo con el Señor. Específicamente, expresó su creencia en las siguientes palabras.4

Algún día habrá una gloriosa reunión con aquellos que han muerto y han ido al cielo antes que nosotros, y eso incluye a todos esos niños inocentes que se han perdido. No están perdidos para Dios, porque cualquier niño tan pequeño está automáticamente en el cielo y en los brazos de Dios.

El renombrado teólogo calvinista, R. C. Sproul (1939-2017), acusó a Graham de predicar un nuevo evangelio de “justificación sólo por la juventud”. Él explicó:5

Aunque las Escrituras son claras al señalar que somos concebidos en pecado, aunque afirman que fuera de la fe en Cristo solamente no hay salvación, nos consolamos ante imágenes sombrías de niños muertos sacados de los escombros con la seguridad bíblicamente injustificada de que si uno muere lo suficientemente joven, será salvo.

Creo que la verdad se encuentra entre las dos posiciones adoptadas por Graham y Sproul. Este último tenía razón al señalar que los niños son concebidos en pecado porque heredan la naturaleza pecaminosa de Adán. El rey David dejó este punto muy claro en el Salmo 51:5, donde dijo: “He aquí, yo fui formado en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre”. Por lo tanto, realmente no hay “niños inocentes”, y es poco probable que exista alguna salvación “automática” por edad.

Pero creo que Graham tenía razón en su afirmación de que algunos niños van al cielo si mueren antes de la edad de responsabilidad. Donde no estoy de acuerdo con Graham es que no creo que todos los niños menores vayan automáticamente al cielo al morir.

El hecho de que algunos son recibidos en el cielo al morir se hace evidente en la historia de la muerte del hijo del rey David, quien nació de su adulterio con Betsabé (2 Samuel 12:15-23). Se nos dice que mientras su hijo enfermo permanecía por 7 días después de su nacimiento, David se postró en el suelo y ayunó y oró sin descanso por la sanación de su hijo.

Cuando le informaron que su hijo había muerto, David se levantó, se lavó y fue al Templo y adoró a Dios. Sus siervos estaban desconcertados por su comportamiento. Se acercaron a él y le preguntaron: “¿Qué es esto que ha hecho? Mientras el niño estaba vivo, usted ayunaba y lloraba; pero cuando el niño murió, se levantó y comió pan”. La respuesta de David fue: “Mientras el niño aún vivía, yo ayunaba y lloraba, pues me decía, ‘¿Quién sabe si el Señor tendrá compasión de mí y el niño viva?’. Pero ahora que ha muerto; ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él, pero él no volverá a mí” (Énfasis añadido).

David había declarado en el Salmo 23 que estaba destinado a “habitar en la casa del Señor para siempre”. Así que, cuando dijo que después de su muerte iría a estar con su hijo, quería decir que su hijo estaba en el cielo.

Considera también cómo este principio de salvación de aquellos que están por debajo de la edad de responsabilidad se ve reforzado por algo que ocurrió anteriormente en la historia del pueblo judío.

Cuando fueron liberados de la cautividad egipcia, casi volvieron loco a Moisés mientras los guiaba por el desierto hacia la Tierra Prometida. Se quejaban de todo: la comida, el agua, el clima, las dificultades. Y debido a su falta de gratitud y de fe, Dios finalmente se cansó de ellos.

Y así, hablando a través de Moisés, Dios hizo esta declaración que está registrada en Deuteronomio 1:

35) ‘Ninguno de estos hombres de esta mala generación verá la buena tierra que juré dar a sus padres,

39) Pero sus pequeños que hoy no distinguen entre lo bueno y lo malo, ellos entrarán allá. A ellos la daré, y ellos tomarán posesión de ella. (Énfasis agregado).

Dios cumplió esa declaración deteniendo a los hijos de Israel en el desierto durante 40 años hasta que todos los adultos que habían salido de Egipto murieron. Sólo sus hijos menores, que estaban vivos cuando Él pronunció la declaración, llegaron a la Tierra Prometida.

Ambas ilustraciones son utilizadas por aquellos que argumentan que todos los niños van automáticamente al cielo si mueren antes de alcanzar la edad de responsabilidad.

Además, señalan la actitud de Jesús hacia los niños que se revela en Marcos 10:14 cuando dijo: “...Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”. Jesús también dijo en Mateo 18:3: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”.

El punto resumido planteado por el grupo inclusivo está relacionado con la edad de responsabilidad. Señalan que, aunque los niños nacen con una naturaleza pecaminosa debido al pecado original de Adán, no son responsables del pecado de Adán, ni son responsables de sus propios pecados hasta que alcanzan la edad de responsabilidad. Por lo tanto, si los niños mueren antes de alcanzar la edad de responsabilidad, serán salvos.

Estos son argumentos poderosos a favor de que todos los niños menores vayan al cielo cuando mueren. Pero ignoran una realidad bíblica. No hay ni un solo ejemplo en la Biblia de niños menores que se hayan librado de la ira de Dios. Considera:

  • Cuando Dios derramó Su ira sobre la generación de Noé con un diluvio mundial, toda la humanidad murió excepto Noé y su familia.
  • Cuando Dios sometió al pueblo egipcio a Su ira matando a los primogénitos de cada familia, ninguno fue perdonado, sin importar la edad. Y esto también se aplicaba al primogénito de cualquier familia judía que se negara a pintar los postes de sus puertas con la sangre de un sacrificio animal.
  • Cuando Dios permitió que Israel fuera conquistado por Asiria y Judá por los babilonios, los niños también fueron incluidos en las masacres.
  • Cuando Dios derramó Su ira sobre el pueblo judío en el año 70 d. C. a través de los ejércitos romanos, los niños no fueron perdonados.
  • Cuando Dios desate Su ira durante la Tribulación, resultando en la destrucción de la mitad de la población mundial en los primeros tres años y medio, no se menciona que los niños estén protegidos.
Aquellos que incluyen a los niños en el cielo cuando mueren a veces señalan la liberación de Noé y toda su familia del diluvio mundial. También enfatizan que Lot y toda su familia fueron salvados de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Pero ninguno de los hijos de Noé y Lot eran menores de edad. Eran creyentes adultos.

Mi posición es que los únicos niños que van automáticamente al cielo al morir son los hijos menores de los creyentes. Mi posición se basa en dos pasajes de las Escrituras:

Porque el esposo no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el creyente. De otra manera sus hijos serían impuros, pero ahora son santos (1 Corintios 7:14).

En el temor de Yahvé hay confianza segura, y para sus hijos habrá un refugio (Prov. 14:26).

El primero de estos pasajes es bastante nebuloso en su significado. Así es como se expresa en paráfrasis diseñadas para transmitir su intención:

Porque el esposo incrédulo se consagra, en cierto sentido, al unirse a la persona de su esposa; la esposa incrédula se consagra igualmente por el hermano cristiano con el que se ha casado. Si no fuera así, sus hijos llevarían las manchas del paganismo, mientras que en realidad están consagrados a Dios (The Phillips New Testament).6

Pues la esposa creyente da santidad a su matrimonio, y el esposo creyente da santidad al suyo. De otro modo, sus hijos no serían santos, pero ahora son santos (Nueva Traducción Viviente).7.

Independientemente de la traducción o paráfrasis, el sentido del pasaje parece ser que los hijos menores de incluso un solo padre creyente están apartados para Dios como santos, ya que han sido santificados (apartados) por la fe de su padre.

Bueno, creo que ahora puedes ver por qué dije al principio que ésta es una pregunta muy difícil de responder, y cualquier conclusión a la que llegues no debería ser tomada de manera dogmática.

6) ¿Crees que nuestras mascotas estarán con nosotros en el cielo?

Esta es siempre una de las primeras preguntas que surgen al hablar del cielo. Recibo la pregunta constantemente de personas que están de luto por la pérdida de una querida mascota. Conozco su sentimiento, ya que he perdido varias mascotas en mi vida a las que quería mucho.

El destino eterno de los animales es una pregunta que la Biblia no responde directamente. Lo que sí podemos decir con certeza es que Dios ama Su creación, incluidos los animales:

  • Apocalipsis 4:11 nos dice que todas las cosas fueron creadas para el placer de Dios.
  • Mateo 10:29 dice que incluso cuando un pequeño gorrión cae al suelo, Dios lo nota.
  • Lucas 12:6 dice que Dios nunca olvida a los animales.
  • Salmos 104:21,23-30 y Mateo 6:26 describen cómo Dios mismo alimenta a los animales.
  • Job 12:9-10 nos asegura que en la mano de Dios “está la vida de todo ser viviente”.
Otra cosa que podemos decir con certeza es que Dios está decidido a restaurar toda la creación —tanto el reino vegetal como el animal— a la perfección original que disfrutaban antes de ser corrompidos por el pecado del hombre (Hechos 3:21 y Romanos 8:19-21).

Jesús murió no sólo para redimir a la humanidad, sino para redimir la creación. Esto se enfatizó proféticamente en las Escrituras hebreas de manera simbólica. Cuando el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo una vez al año para rociar sangre sobre el propiciatorio del Arca del Pacto, el libro de Levítico nos dice que él daba un paso atrás y rociaba un poco de la sangre en el suelo frente al Arca (Levítico 16:15).

¿Por qué hacía esto? La sangre sobre el propiciatorio era una profecía de que un día la sangre del Mesías haría posible que la gracia de Dios cubriera la ley de Dios (las tablas de la ley descansaban dentro del Arca bajo la tapa llamada propiciatorio). La sangre en el suelo era una profecía de que el sacrificio del Mesías también haría posible que Dios levantara la maldición que pesa sobre la creación y redimiera todo a su perfección original.

Con respecto a escrituras específicas, Lucas 3:6 dice: “Y toda carne verá la salvación de Dios”. Algunas traducciones dicen “todas las personas,” pero la palabra griega clave aquí es sarx, que incluye toda carne, incluidos los animales.

También hay una declaración interesante en el Salmo 104. Hablando de los animales, el salmo dice:

29) Escondes tu rostro, y se desvanecen; les quitas el aliento, y dejan de ser. Así vuelven a ser polvo.

30) Envías tu hálito, y son creados; y renuevas la superficie de la tierra.

En respuesta a este pasaje, Randy Alcorn en su libro, El Cielo, pregunta: “¿Qué significa Dios al enviar Su Espíritu y crearlos?”. Concluye que el pasaje habla de “recrear a los animales después de que han muerto”.8 Como señala, los mismos “ellos” que mueren son los “ellos” que son creados o recreados como parte de la renovación de la tierra. Esto es quizás parte de lo que Jesús quiso decir cuando dijo que Su regreso sería el tiempo de la “regeneración” (Mateo 19:28).

Sabemos que los animales existen en el cielo ahora (Ap. 4:6-8). También sabemos con certeza que los animales existirán en la tierra durante el reinado milenario de Jesús (Isaías 11:6-9). En ese tiempo, se nos dice que todos los animales volverán a ser herbívoros. El lobo yacerá con el cordero. El león comerá paja con el buey. Un niño pequeño jugará en el agujero de la cobra porque ésta ya no será venenosa (Isaías 11:8). Tengo un cuadro del “reino pacífico” colgado detrás de mi escritorio. Muestra a un niño pequeño con una túnica blanca caminando por un camino con un león con correa. El león será una mascota en lugar de una amenaza.

La Biblia nos dice muy poco sobre el Estado Eterno que seguirá al reinado milenario de nuestro Señor. Todo lo que sabemos con certeza es que los redimidos vivirán en cuerpos nuevos en una Nueva Jerusalén en una Tierra Nueva, en la presencia del Dios Todopoderoso, sirviéndole y experimentando una comunión íntima con Él. El libro de Apocalipsis dice que veremos “su rostro” (Ap. 22:4). Los animales no se mencionan en el contexto eterno.

Pero eso no significa que estarán ausentes. Randy Alcorn argumenta que estarán presentes de acuerdo con lo que él llama “el principio de la continuidad redentora”.9 Esto significa que Dios no destruirá Su creación original y comenzará de nuevo. En cambio, tomará a sus hijos caídos y corrompidos y nos restaurará, refrescará y renovará a nuestro diseño original; no sólo a nosotros, sino también a la creación.

Romanos 8:18 dice que los sufrimientos de este siglo no son comparables con la gloria que nos ha de ser revelada. Sospecho que una de las muchas sorpresas maravillosas que Dios dará a los redimidos será la alegre compañía de las mascotas que conocieron y amaron aquí en la tierra. Así lo espero.

7) ¿Estaremos casados en el cielo?

No, no lo estaremos. Jesús dijo que cuando resucitemos y recibamos nuestros cuerpos glorificados, seremos como ángeles en el sentido de que ni nos casaremos ni procrearemos (Mateo 22:30).

Esto no significa que un esposo y una esposa dejarán de conocerse en el cielo. Tampoco significa que un esposo y una esposa no tendrán una relación cercana en el cielo. Lo que sí significa es que ya no estarán casados en el cielo.

Dios estableció el matrimonio para proporcionar al hombre una comunión íntima y para proveer la procreación. No habrá necesidad de procreación en el cielo, y la necesidad del hombre de una comunión íntima será satisfecha por su perfecta comunión con Dios y sus hermanos santos.

8) ¿Seremos ángeles en el Cielo?

No, los ángeles son seres espirituales eternos creados por Dios (Colosenses 1:15-17). Nunca fueron seres humanos y nunca seremos ángeles. La Biblia dice que uno de los propósitos de los ángeles hoy es “prestar servicio” a los que han sido salvados (Hebreos 1:14). La Biblia también dice que los redimidos algún día juzgarán a los ángeles (1 Corintios 6:3).10


Los Anhelos Mal Dirigidos del Hombre

“Nada se diagnostica con más frecuencia de manera incorrecta que nuestra nostalgia por el cielo. Pensamos que lo que queremos es sexo, drogas, alcohol, un nuevo trabajo, un aumento, un doctorado, un cónyuge, un televisor de pantalla grande, un coche nuevo, una cabaña en el bosque, un condominio en Hawái. Lo que realmente queremos es la persona para la que fuimos hechos, Jesús, y el lugar para el que fuimos hechos, el cielo. Nada menos puede satisfacernos”. Randy Alcorn (1954-). El Sr. Alcorn es un autor cristiano prolífico que reside en Oregon. Esta cita es de su libro, El Cielo, publicado por Tyndale en 2004.

Lea la parte 1 »»aquí

Lea la parte 2 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

If you are interested in buying the book, click on the image below:

lunes, 22 de mayo de 2017

El Pecado que Nadie Confiesa

Por William MacDonald


“Sin embargo, grande ganancia es la piedad con contentamiento.  Porque nada trajimos a este mundo, y es evidente que nada podremos sacar. Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos estaremos contentos con esto.  Porque los que desean enriquecerse caen en tentación y trampa, y en muchas pasiones insensatas y dañinas que hunden a los hombres en ruina y perdición.  Porque el amor al dinero es raíz de todos los males; el cual codiciando algunos, fueron descarriados de la fe y se traspasaron a sí mismos con muchos dolores”.


“A los ricos de la edad presente manda que no sean altivos ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas sino en Dios quien nos provee todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 8 Que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, que sean generosos y dispuestos a compartir,  atesorando para sí buen fundamento para el porvenir para que echen mano de la vida verdadera”.

1 Timoteo 6:6-10; 17-19 (RVA-2015)


En 1 Timoteo 6:3-5, Pablo le advierte a Timoteo sobre ciertos líderes cristianos que creen que el ministerio cristiano es una forma de enriquecerse. Estos nombres suponen que la piedad profesional es una forma fácil de llenarse de oro los bolsillos. Sus descendientes aún están con nosotros (celebridades de radio y televisión que han elevado la captación de recursos a la categoría de arte y la han reducido a una ciencia). A través del uso de ciertas estrategias psicológicas y astutas, manipulan a algunos creyentes que son fácilmente impresionables. Siempre tienen algún nuevo proyecto para agregarle a su vasto imperio. Ellos viven en casas lujosas, construyen carteras de inversión bastante abultadas, visten ropas y joyas muy elegantes, y exhiben un peinado realizado por el coiffure de moda. Y todo esto lo hacen en nombre de nuestro Amigo de Nazareth, el cual no tenía ni un centavo. 

El apóstol advierte a Timoteo que se aleje de estos traficantes religiosos, y por implicación de sus prácticas. La combinación ideal es tener piedad con contentamiento. Una persona piadosa que tenga contentamiento, que sea rica en carácter y rica en las pocas cosas que desea, tiene algo que el dinero no puede comprar.

Malcolm Muggeridge testificó que los momentos más felices de su vida fueron aquellos en los que disfrutó de la sencillez y la austeridad (una pequeña cabaña, una mesa, una silla, un poco de arroz sobre una hoja verde). Estas cosas, dijo, conllevan su cuota de entusiasmo. 

Nada hemos traído a este mundo y ciertamente nada nos llevaremos del mismo. Las manos de un recién nacido están cerradas con firmeza pero no tienen nada en ellas. Cuando la persona muere más adelante, sus manos están abiertas y vacías. Alejandro Magno dejó instrucciones para que cuando muriera, sus manos quedaran visibles con sus palmas vacías. Había conquistado al mundo pero había muerto con las manos vacías. 

El Dr. James Dobson aprendió esta lección al jugar un juego con su familia. Dejaremos que él nos cuente la historia. 

Shirley y yo nos casamos en 1960 y no tuvimos ninguna especie de problema financiero debido a que no teníamos finanzas. A partir de allí el Señor nos bendijo, y hemos probado un poco lo que el mundo piensa que debes tener para ser feliz, como una casa, un auto, y otras cosas. Pero estoy aprendiendo más y más que la felicidad no se encuentra en las posesiones materiales. El Señor me ha estado enseñando sobre el vacío del materialismo, incluso ha usado un juego para trasmitirme el mensaje. 

Recientemente con mi familia jugamos Monopolio, haciendo que volviera a jugarlo por primera vez luego de más de quince años. Unos momentos después de empezar, volví a sentir aquel entusiasmo y pasión, especialmente cuando comencé a ganar. Todo me salía bien y llegué a ser el maestro de la partida. Ya era dueño del Boardwalk y del Park Place, y tenía casas y hoteles por todos lados. Mi familia estaba ofuscada, y yo colocaba billetes de 500 dólares en mis bolsillos, debajo del juego y en el asiento. Repentinamente el juego terminó. Yo había ganado. Shirley y los chicos fueron a la cama y yo puse todo de nuevo en la caja. Entonces me impactó un sentimiento de vacío. Todo el entusiasmo y la pasión que había sentido anteriormente no tenían fundamento. No poseía a nadie más que aquellos a quienes había derrotado. ¡Todo lo demás tuvo que volver a la caja!

El Señor me mostró que debía aprender una lección más allá del juego del Monopolio. Reconocí que también estaba siendo testigo del juego de la vida. Luchamos para acumular y comprar y poseer y refinanciar, y repentinamente llegamos al final de nuestras vidas y tenemos que colocar todo nuevamente en la caja. No podemos llevar ni un sólo centavo. No hay compañías de transporte que nos acompañen a través del Valle de Sombra de Muerte. Ahora entiendo por qué la Escritura nos dice: "La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee".

En algunos países atrapan a los monos colocando arroz en un recipiente lo suficientemente grande como para que el animal logre hacer entrar su mano vacía. Cuando obtiene el arroz y cierra su puño ya no la puede quitar. Pero no suelta el arroz. Por lo cual queda atrapado. Atrapado por su propia codicia.

Anteriormente Pablo sobre habló sobre el contentamiento. Ahora el versículo 8 lo define como una satisfacción provocada por la comida y la vestimenta. La palabra que usa para "abrigo " no sólo se refiere a la ropa sino también a un techo sobre nuestra cabeza. Así que se refiere a lo básico de la vida. Nos hemos familiarizado tanto con este versículo que dejamos de darnos cuenta lo radical que es. 

Quizá nos ayude si recordamos cuan pocos creyentes que conocemos quedan satisfechos con la comida, la ropa y la casa. Para una mayoría de la cristiandad sería muy bueno si este versículo no estuviera en la Biblia. 

En el versículo 9 el apóstol continúa hablando y se refiere a aquellos que desean hacerse ricos. Esto incluye a todos, tanto a los ricos, como a los pobres. Incluye a todo aquel que sea avaro. La avaricia es la compulsión de obtener cada vez más, la determinación de obtener algo incluso si Dios no quiere que la persona lo tenga. Una persona codiciosa no puede disfrutar de algo a menos que lo posea o por lo menos que posea parte de ello. 

El pecado puede ser sexual (''No codiciarás la mujer de tu prójimo") o, como en el caso de 1 Timoteo 6, puede ser materialista. En todo caso, se trata de idolatría porque adora y sirve aquello que es creado en vez de al Creador.

El problema es que hemos tomado este pecado y lo hemos bautizado con el bautismo cristiano. Le hemos otorgado un respeto cristiano al llamarlo prudencia, sentido común, responsabilidad financiera, y previsión. Cuando preguntamos, "¿Cuánto vale aquel hombre?" queremos decir, "¿Cuánto dinero ha acumulado?" "Avanzar en el mundo" significa acumular cosas materiales. Llamamos a los codiciosos "la crema de la sociedad" y "la cresta de la ola". Algunos han señalado que la codicia fue la que vendió a Jesús por 30 piezas de plata. Una vez que Cristo fue vendido para ir a la cruz, la iglesia profesante comenzó a vender la cruz misma. Luego comenzó a vender la forma de llegar al cielo a través de las indulgencias, prometiendo la liberación del purgatorio. 

La codicia niega el verdadero propósito de nuestra existencia. Se olvida que estamos aquí con una misión superior que la de hacer dinero o absolvernos a nosotros mismos. Se olvida que el mejor uso de nuestro dinero es para propósitos espirituales. Es engañosa. J.H. Jowett dijo,

Las riquezas pueden hacer que un hombre piense que crece en tamaño cuando en realidad está decreciendo. Considera su propio tamaño en base a sus ingresos y no en base a sus egresos por razones de beneficencia. Mientras sus ingresos se expanden, sus egresos se contraen. 

Es irracional. Luchamos por obtener cosas que no necesitamos para impresionar a gente que no nos cae bien. 

El hecho que amontonemos dinero que podría usarse en la propagación del evangelio frustra el plan de Dios en pro de la evangelización mundial. 

Descalifica a una persona del liderazgo de la iglesia, ya que un anciano debe ser "no codicioso" (1 Timoteo 3:3). Pero, peor que eso, excluye al hombre del reino de Dios (1 Corintios 6:10). 

Aquí en nuestro pasaje, Pablo advierte a Timoteo que el deseo de enriquecerse conduce a la tentación. Un hombre codicioso buscará medios ilegales para obtener lo que quiere. Esto lo conduce a una trampa. Es como aferrarse a un cable de electricidad pelado; no puede soltarlo. O como beber agua salada; produce más sed. 

Un hombre le dijo a un amigo, "Cuando tenía 500 dólares era feliz. Ahora tengo un millón y soy un miserable".

"No hay problema", dijo el amigo, "regala los 950.000". 

El millonario se quejó, "no puedo".

El deseo de enriquecerse lleva a "muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición ". Estas son expresiones fuertes. Pablo advierte que la codicia conduce a la ruina eterna. ¡Qué extraño, por lo tanto, que los creyentes aprueben aquello que Dios condena en forma tan fehaciente! 

El amor al dinero es la raíz de todos los males. Por ejemplo, es la raíz de las mentiras. J.H. Jowett cuenta que le pidió ayuda a un hombre acaudalado en Nueva York a favor de una causa extremadamente digna. 

Su rostro inmediatamente respondió mi apelación, y habló como si él fuera alguien al borde la miseria: "En realidad no puedo darte dinero. Con todo lo que está sucediendo no sé en qué vamos a terminar". Pocas semanas después murió y su testamento tenía más de 60 millones de dólares. Me pregunto, me pregunto si al final de su último día escuchó al mensajero del Señor diciéndole, "Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?".

El amor al dinero conduce a cometer fraudes, robos e incluso homicidios. Resquebraja matrimonios y arruina a los hijos. Causa perturbaciones nerviosas y emocionales, y ha conducido al suicidio. Las personas acaudaladas viven en el temor del robo, secuestro y extorsión. Se preocupan sobre la inflación y el colapso mercantil. Sufren de estrés, aburrimiento, insatisfacción y envidia. Algunas veces caen en la prisión y en la desgracia. Debido a que las Escrituras condenan todo ese estilo de vida, se apartan de la fe en lugar de lograr un verdadero cambio. Ellos tergiversan, cambian y reescriben la Biblia para justificar su afluencia. No sólo eso, son traspasados con muchos dolores. Cuando Howard Hughes murió, dejó un estimativo de unos 2.300 millones de dólares. Sin embargo una revista informó:

Paradójicamente, para todo el poder que poseía, vivió una vida sombría, sin alegría, media lunática fue prácticamente prisionero de sus propios temores y debilidades. Quien una vez fue una figura vibrante y dinámica, descuidó su apariencia y salud durante los últimos quince años, hasta que se convirtió en un espectro patético. Era adicto a las drogas. Su apariencia física era terrible. Si bien cuatro doctores rotaban para cuidarlo, su condición médica era muy pobre. Su principal entretenimiento era mirar películas. Vivía semana tras semana en base a una dieta que incluso una tienda de artículos a diez centavos habría despreciado, pero era muy meticuloso sobre la preparación de la misma. Comía una cucharada de sopa y entonces se interesaba en una película. La misma sopa era recalentada doce veces. 

Al terminar esta sección, Pablo le dice a Timoteo que se encargue de aquellos que son ricos en este mundo. Que no deberían ser orgullosos ni arrogantes, ni confiar en las riquezas inciertas. Más bien su confianza debía estar en el Dios vivo, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. Esta última expresión "el cual nos da abundantemente para que las disfrutemos" a menudo se ha usado para justificar la acumulación de riquezas. Pero el siguiente versículo lo explica todo muy bien. 

No disfrutamos el dinero cuando se apila en el banco, sino cuando lo usamos para hacer lo bueno, para distribuir a los necesitados, y para compartir con nuestros vecinos menos afortunados. De esa forma, amontonamos una gran recompensa en el mundo venidero y disfrutamos una vida que ciertamente es vida. 

¿Qué concluimos? Ronald Sider nos lo dice en su libro. Rich Christians in an Age of Hunger (Cristianos Ricos en una Época de Hambre). 

El rico necio es el epítome de la persona codiciosa. Él tiene una compulsión avara para adquirir más y más posesiones a pesar que no las necesita. Y este éxito fenomenal de apilar más y más posesiones conduce a la conclusión blasfema que las posesiones pueden satisfacer sus necesidades. Pero desde la perspectiva divina, esta actitud es una tremenda locura. Él no es más que un necio.

Acerca del autor: William MacDonald, por más de cincuenta años, abordó los temas cruciales del cristianismo, en términos claros y sencillos. Sus más de ochenta libros se caracterizan por una presentación enérgica y valiente de la verdad.

Tomado de:

Haga clic sobre la imagen para adquirir este libro, el cual es distribuido por el Ministerio Llamada de Medianoche

viernes, 21 de abril de 2017

¿Es "La Cabaña" Bíblica?


Pocos libros cristianos en el mundo de hoy se han comparado al clásico de John Bunyan El Progreso del Peregrino, en su enorme impacto en la formación de la fe del mundo. La novela auto-publicada de 256 páginas de William P. Young, La Cabaña, sin embargo, ha logrado esa comparación épica.

En el lapso de un año tras la fecha de su publicación, en mayo de 2007, La Cabaña vendió nada menos que 1,1 millones de copias y ha dominado la lista de los libros más vendidos de The New York Times, Publishers Weekly y USA Today. Un largometraje llegó a los cines en marzo de 2017. Ahora este popular libro se puede encontrar en la mayoría de las librerías cristianas, estudios bíblicos, e incluso es predicado durante los servicios de la mañana del domingo.

Pero, ¿es La Cabaña bíblica? 

Hemos hecho esta pregunta en nuestro programa de televisión "Cristo en la Profecía" durante los últimos años a tres expertos en doctrina cristiana.  Ellos son: 

  1. El Dr. Ron Rhodes — Presidente de “Reasoning from the Scriptures Ministries”, un prolífico autor de más de 70 libros que tiene un doctorado en teología sistemática del Seminario Teológico de Dallas, y es profesor adjunto en varios seminarios de enseñanza en el campo de la Apologética.
  2. Eric Barger — Fundador y Director de “Take a Stand! Ministries”, que es una autoridad con experiencia de primera mano en los cultos, la Nueva Era, y la cultura de la droga de la música rock and roll.
  3. Warren Smith — El autor de muchos libros incluyendo su testimonio "La Luz que era Oscura", que cuenta la conmovedora historia de Warren, de cómo en su búsqueda de un Salvador, se desvió hacia la oscuridad ocultista del Movimiento de la Nueva Era.
Dr. Ron Rhodes

La Trinidad

El hecho es que La Cabaña está lleno de problemas. Sin duda, es un libro que es tan increíblemente popular y es inspirador cuando lo lees, pero es doctrinalmente incorrecto. Tenemos librerías haciendo cola para vender este libro. No los culpo, ya que sé que les está dando mucho dinero, pero sólo miren algunos de los problemas.

El libro, por cierto, recibió la aprobación de Eugene Peterson quien elaboró la biblia “The Message” (El Mensaje). Dijo que La Cabaña tiene el potencial de hacer por nuestra generación lo que El Progreso del Peregrino de John Bunyan, hizo por la suya. ¡No lo creo! 

El libro comunica que el acercamiento tradicional al cristianismo está todo errado. Su concepto de la Trinidad con respecto al Padre es de una gran mujer afroamericana. Jesús es un hombre del Medio Oriente vestido como un obrero, un cinturón de herramientas y guantes. El Espíritu Santo se llama Sarayu y es una pequeña mujer, distintivamente asiática. Eso es Triteísmo, eso no es Trinitarianismo. Esto es poner a la Trinidad en tres personas, y eso es herejía.

También hay una visión falsa de la encarnación de Cristo. En lugar de que Jesús venga en carne, tenemos a toda la Trinidad viniendo. “Cuando nosotros tres nos hablamos a la existencia humana como el Hijo de Dios, nos volvimos plenamente humanos. También elegimos abrazar todas las limitaciones que esto implicaba, aunque siempre hemos estado presentes en este universo. Ahora nos hemos convertido en carne y sangre”.

William Young, autor de La Cabaña, sostiene que debemos olvidar nuestras nociones preconcebidas acerca de Dios. ¡Olvídese de su formación del seminario! Dios nos aparece en cualquier forma que necesitemos personalmente.

Él dice que el cristianismo tiene que ser revisado para ser entendido. ¡Cómo se atreve cualquier ser humano a decir que el cristianismo, que se basa en la revelación del Dios Todopoderoso, debe ser revisado! Dudo en pensar en William Young en el juicio cuando Dios le pegunte "¿Qué es esto acerca de una revisión?".

Autoridad Bíblica 

La experiencia personal es suprema en La Cabaña. Este libro comunica que la experiencia personal supera a la revelación. Si tienes problemas, no vas a la Biblia, vas en cambio a tu experiencia. La experiencia se utiliza para interpretar la Biblia en lugar de que la Biblia sea utilizaa para interpretar las Escrituras.

Justicia de Dios 

En cuanto al pecado, Papá o el Padre, dice esto: "Yo no soy quien tú crees que soy. No necesito castigar a la gente por el pecado. El pecado es su propio castigo devorándote por dentro. No es mi propósito castigarlo, es mi gozo curarlo". Estoy de acuerdo en que Dios está curando, pero Dios sí castiga el pecado. De hecho, los incrédulos serán castigados por toda la eternidad en un lugar políticamente incorrecto que llamamos Infierno. 

Salvación 

La herejía de La Cabaña en términos de la salvación enseña que Cristo es simplemente la mejor manera de relacionarse con el Padre, no es la única manera. 

Advertencia 

El hecho es que las librerías cristianas no debieran estar vendiendo La Cabaña. Que lo hagan me lleva a creer que hay minas terrestres en las librerías cristianas hoy, y gente inocente entra allí pensando que están a salvo, pero pisan una mina terrestre y toda su fe explota. ¡Es peligroso! Por eso es que necesitamos discernimiento espiritual.

Eric Barger 

Dios se comunica

Cuando tienes La Cabaña tan cargado de problemas doctrinales, sin embargo, hace que uno se pregunte ¿cómo pudieron las iglesias haber aceptado esto tan fácilmente? La única razón puede ser que hemos desactivado nuestra cosmovisión bíblica del mundo y dejado que nuestras emociones nos guíen, porque La Cabaña es una historia muy emocional. 

La Cabaña fue escrita por un hombre llamado William Paul Young. Le gusta ser llamado Paul. Él es un graduado de la escuela de la Biblia de la universidad de Warner Pacific en Portland, Oregón, y más adelante fue a otra escuela de la Biblia en Canadá. Éste es su primer libro y hay varias cosas en él. 

En primer lugar, Dios le pasa una nota para decirle que se encuentre con él en la cabaña, que es un lugar en el desierto de Oregón donde su niña, asumimos por el libro, fue asesinada. Ésta es una historia muy trágica. Así pues Dios ahora se limita a pasar notas a la gente. Yo pensé que Dios habló a través de Su Palabra y a través de Su Espíritu Santo a nosotros, pero ahora es con notas.

La Trinidad

Cuando Dios viene a la cabaña, Él viene en la forma de una mujer afroamericana llamada Papá. Ahora, es difícil hablar de esto debido a los géneros que suceden aquí. Bueno, Papá es un dios, un dios de estilo africano o un dios negro del ocultismo polinesio que es de donde vino. Ahora, Young no va a anunciar esto cuando va a la televisión cristiana y a la radio y habla de esto. Ha habido muchos ministerios cristianos que me sorprende que hayan ofrecido este libro y hablado sobre él favorablemente. Pero, esa figura de Papá proviene del ocultismo polinesio. 

El Espíritu Santo en este libro es una mujer asiática y el Jesús en el libro nunca es llamado el Cristo. ¿Qué te dice eso? Es otro Jesús, y, por supuesto, Pablo nos advierte que habrá falsos Jesús y falsos evangelios y falsos espíritus. 2 Corintios 11:3-4 2 se ajusta a esa clasificación.

No creo que sea un accidente que Jesús nunca fue llamado "el Cristo" en el libro. También tenemos una trinidad, pero no LA Trinidad en el libro.

El autor hace a Dios a la imagen de un hombre. En Romanos 1:21-23 dice que está prohibido que lo hagamos, hacer a Dios a la imagen de un hombre. Sé que es una novela y me doy cuenta de que te puedes tomar libertades en una novela, que no puedes con otro tipo de libro, pero en este caso Young está jugando con algo de lo que las Escrituras hablan tan claramente.

Salvación 

Lo siguiente que vemos es que se dice que Jesús es el mejor camino de conocer a Papá, no EL camino para conocer a Papá. Es un lenguaje muy sutil. Eso deja la puerta abierta para que el Universalismo sea la verdad que Young está tratando de resaltar. 

El autor es un buen amigo de un profesor del Western Seminary en Portland que ha escrito un documento muy erudito de 38 páginas y que ahora ha roto lazos con su amigo, Paul Young. El autor de este artículo se llama James DeYoung. Él ha escrito este documento diciendo que él sabe que Paul Young es un Universalista puesto que ha tenido discusiones con él sobre eso. Han hablado de ello una y otra vez y, sin embargo, Paul Young está participando en programas de televisión cristiana y en sesiones de preguntas y respuestas después de hablar en las iglesias y voluntariamente diciendo: "No soy un universalista". Nadie está haciendo la pregunta, pero él lo saca a colación de todos modos. Y aquí está el por qué, porque según James DeYoung, este profesor en el Western Seminary, los editores del libro pasaron más de un año tratando de convencer a Young de sacar el Universalismo del libro, y él nunca lo sacó todo. Todavía está allí. 

Esto no es sólo una suposición de que Young es un Universalista. No, éste es un tipo que está enseñando lo que se llama Universalismo de Reconciliación, que es diferente a la idea de que todos los caminos conducen a Dios, que es el Universalismo Clásico. El Universalismo de Reconciliación dice que Jesús murió por los pecados de todo el mundo y que Dios no quiere que nadie perezca, y así todos somos salvos. 

Universalismo de Reconciliación es lo mismo en lo que Carlton Pearson cayó en Tulsa. Es la misma herejía. Por cierto, las puertas de esa iglesia están totalmente cerradas ahora. Él envió al resto de su gente a una Iglesia Unitaria en Tulsa. Él siguió la misma idea de que ya somos salvos y que tenemos que decirle al mundo: “Saquen a los misioneros del campo, porque si están en un lugar peligroso, están en el lugar equivocado, porque no tenemos que decirle nada a nadie, ya que todo el mundo ha sido salvado, ya sea que hayan oído hablar de Jesús o no”. Pensar así destruye completamente el mensaje de la Biblia, pero eso es de lo que se trata el Universalismo de Reconciliación. Y La Cabaña enseña eso.

Advertencia 

Es chocante para mí ver cuántos cristianos experimentados han apagado su pensamiento bíblico debido al agarre emocional que la historia tiene sobre ellos desde el principio del libro. 

Warren Smith 

Dios se Comunica 

La Biblia describe y advierte sobre cada engaño en el que me involucré antes de ser salvo. La Biblia advierte acerca de cada falsa doctrina que está entrando en la Iglesia, que la gente trata de justificar, como lo hacen con La Cabaña. La gente incluso diría que es un buen libro para dar a los incrédulos. ¡No, no lo es! No es sólo por las enseñanzas de la Nueva Era que están ahí, como que Dios mora en y alrededor y a través de todas las cosas. 

Por un lado, el autor es un Universalista declarado, aunque se llama sí mismo un cristiano. Oprah Winfrey también se autodenomina cristiana, y no lo es. Ella es una nuevaerista. Por lo tanto, usted tiene que ver exactamente de qué tipo de "cristianismo" están hablando. 

La Escritura que me viene a la mente es: "Un poco de levadura, leuda toda la masa". Usted no puede tener estas falsas enseñanzas insertadas en estos libros supuestamente "cristianos", rodeando las mentiras de Satanás con un poco de verdad. Algunos dirán que toda verdad es la verdad de Dios, pero luego tomarán una enseñanza del libro de la Nueva Era “Un Curso en Milagros” y usar eso como la "verdad".

Hay una gran cantidad de voces engañosas por ahí, y muchas de estas voces ahora están entrando en nuestras iglesias a través de libros como La Cabaña. La gente simplemente no se da cuenta de que el autor de La Cabaña les dijo a un pequeño grupo que se reunía en privado en una iglesia en casa, que él tenía conversaciones reales con Dios y que las enseñanzas en su libro vinieron directo de Dios, pero que él simplemente lo puso en forma de una novela.

Morando

La Cabaña es un libro muy popular, no sólo en el mundo cristiano, sino que en realidad también estuvo en los primeros lugares de la lista de los libros más vendidos de la Nueva Era.

La gente dirá: “Bueno, pero Jesús está ahí”. Lo que mucha gente no entiende es que en la página 112, creo, el Jesús de La Cabaña dijo: "Dios, que es el fundamento de todo ser habita en y alrededor y a través de todas las cosas". Entonces, si usted mira cuidadosamente el libro cuando aparece la palabra "Creación", se usa una "C" mayúscula. Los que salimos de la Nueva Era, sabemos que cuando ves creación con "C" mayúscula, significa que Dios habita en Su creación. 

Eso es muy diferente de lo que la Biblia enseña. No, Dios no está habitando en Su creación. Salmo 39: 5 nos dice: "De veras, sólo vanidad es todo hombre en su gloria". O, en Juan 2:24-25, Juan dijo refiriéndose a Jesús: "Él no confiaba en hombres porque sabía lo que había en los hombres". Ahora, ¿por qué se diría eso, si Dios está en el hombre? ¿Por qué Él no enfatizaría eso? En su lugar, Jesús estaba diciendo en efecto: "¡Cuidado! Los hombres entre sí pueden ser muy peligrosos". Eso es lo que Jesús estaba enseñando. Entonces, no, Dios no está dentro de cada persona. 

Advertencia

Sólo quiero parar y advertir a la gente que cuando alguien le da una copia de un libro supuestamente cristiano, pero que en realidad no es cristiano, como por ejemplo La Cabaña, sólo porque alguien en la mañana le pregunta: "Oye, ¿has leído La Cabaña?", o alguien en la tarde pregunta lo mismo, no creo que Dios está diciendo: "Oye, deberías leer La Cabaña". Puede parecer que la coincidencia viene de Dios, pero también puede venir del diablo.


Lea también:
»» Una reseña del libro La Cabaña
»» La Cabaña: La próxima película taquillera blasfema
»» La apostasía y su antídoto
»» 13 herejías en La Cabaña

Original article:
Is “The Shack” Biblical

Traducido por Helena Aillón
Revisado por Donald Dolmus
Share/Bookmark