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viernes, 8 de octubre de 2021

Viviendo con una Perspectiva Eterna: Una Prueba de Actitud Eterna


Permítame darle una prueba para determinar si está viviendo con una perspectiva eterna o no: ¿Cómo se siente acerca del regreso del Señor? Ésta es una prueba de fuego que determinará si está enamorado del mundo o del Señor.

La actitud de la persona que está enamorada del mundo se puede expresar mejor con estas palabras: “Quiero que el Señor vuelva, pero...”. Siempre hay un “pero”.

  • “Quiero que el Señor regrese, pero quiero que Él venga después de haber ganado un millón de dólares”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de haber escrito una gran novela”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que yo aparezca en la portada de la revista Time”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que haya construido una gran iglesia”.
  • Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que tenga 85 años y haya experimentado todo lo que la vida tiene para ofrecer.

Lo que esta gente realmente está diciendo es: “¡Quiero que venga Jesús, pero no quiero que arruine mi vida!”. Están enamorados del mundo.

Verás, cuando estás enamorado de alguien, quieres estar con él. Eso es un hecho de la vida. Observa a las personas que se acaban de enamorar. Quieren estar juntos todo el tiempo. Cuando están separados, ¡están constantemente hablando por teléfono sobre cuándo volverán a estar juntos!

Lo mismo ocurre con el Señor. Si realmente amas a Jesús, querrás estar con él. Hablarás con él en oración. Tendrás comunión con Él en Su Palabra y en adoración. Pero estas formas de comunicación nunca satisfarán su anhelo de estar en Su presencia, de tener una comunión personal e íntima con Él, cara a cara.

Serás como Pablo, dispuesto a permanecer en este mundo sirviendo al Señor, pero anhelando el día en que estarás unido a Él, ya sea a través de la muerte o Su regreso (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23–24). 

Una Sugerencia Práctica

Te sugiero que la próxima vez que dejes escapar tu perspectiva eterna, recuerdes el Salmo 73 y léelo. Cuando termines, invierte los números y vaya al Salmo 37. Allí encontrará un poderoso resumen de lo que Asaf aprendió. Es un salmo del mentor de Asaf, el rey David.

David dice: “No te impacientes a causa de los malignos…porque como la hierba serán pronto cortados y como la hierba verde se secarán” (versículos 1–2). Nos dice qué hacer en su lugar: “Confía en Jehová y haz el bien…Deléitate asimismo en Jehová” (versículos 3–4). Una y otra vez nos advierte que no nos preocupemos por los malhechores, porque dice que llegará el día cuando serán “cortados” (v. 9). En contraste, “los que esperan en Jehová heredarán la tierra” (v. 9).

¿Cuál es tu Actitud?

¿Estás enfocado en este mundo? ¿Estás apegado a él o tienes la sensación de que sólo estás de paso, en dirección a un hogar eterno?

Esta vida es transitoria. Esta vida es sólo el preludio de la eternidad. 

El compositor de himnos, Emiliano Ponce, lo puso todo en perspectiva cuando escribió:

Aunque en esta vida no tengo riquezas,
Sé que allá en la gloria tengo una mansión;
Cual alma perdida entre las pobrezas,
De mí es Jesucristo tuvo compasión.

//Más allá del sol, más allá del sol,
Yo tengo un hogar, hogar bello hogar,
Mas allá del sol//

Así, por el mundo, yo voy caminando,
De pruebas rodeado, y de tentación;
Pero a mi lado viene consolando
Mi bendito Cristo en la turbación.

A los pueblos todos del linaje humano
Cristo quiere darles plena salvación.
También una casa para cada hermano,
Fue a prepararle a la santa Sion.

Hay otro cántico que resume toda la esencia de lo que significa vivir con una perspectiva eterna:6

Vuelve tus ojos a Jesús
Míralo de lleno en Su rostro maravilloso,
Y las cosas de la tierra
Se volverán extrañamente oscuro
A la luz de Su gloria y gracia.

Hace algunos años recibí la bendición de conocer a un gran hombre de Dios llamado Leonard Ravenhill, un predicador profético de Inglaterra. Después de nuestra reunión, mantuvimos una breve correspondencia. Justo antes de morir, en la última carta que me envió, adjuntó una pequeña tarjeta que contenía un breve mensaje de una oración. Me instó a memorizar el mensaje y vivirlo a diario.

Eso fue en julio de 1988. Todavía tengo la tarjeta. Está desgastada y hecha jirones, porque me he propuesto mantenerla en el bolsillo de mi camisa en todo momento. El mensaje impreso en ella es simple pero profundo: “Señor, mantenme consciente de la eternidad”.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 3 aquí

Lea la parte 4 aquí

Lea también:
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» Viviendo a la Luz de Su Venida
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Un Manifiesto Profético (pdf)
»» 50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

Notas

6) Helen H. Lemmel, “Turn Your Eyes Upon Jesus,” © 1922, renovado en 1950 por Singspiration, Inc.

Este artículo es una abreviatura de un capítulo contenido en el libro del Dr. Reagan, Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin.

jueves, 7 de octubre de 2021

Viviendo con una Perspectiva Eterna: El Ejemplo Bíblico de Asaf


Hay un poderoso ejemplo bíblico de lo que puede suceder cuando un creyente aparta los ojos del Señor y comienza a enfocarse en cosas transitorias, en lugar de asuntos eternos. Se encuentra en el Salmo 73.

Todos los estudiantes de la Biblia están familiarizados con el Salmo 51, en el que David confesó su pecado de adulterio con Betsabé. Pero pocos parecen estar al tanto del Salmo 73, que contiene la confesión del líder de adoración de David, Asaf.

En este notable salmo, Asaf confiesa que casi perdió la fe cuando perdió su perspectiva eterna. Sucedió cuando hizo algo que todos solemos hacer de vez en cuando — es decir, apartó los ojos del Señor y los puso en los malvados. Cuando lo hizo, notó la prosperidad de los malvados y comenzó a preguntarse si su devoción a Dios realmente valía el esfuerzo (Salmo 73:1–3).

¿Le ha pasado alguna vez? Seguro que sí. Creo que nos ha pasado a todos de vez en cuando.

Luchando con la Prosperidad de los Malvados

Es fin de mes y las facturas están vencidas. Estás sentado en tu escritorio escribiendo cheque tras cheque. De repente, alcanzas ese saldo mínimo que debes mantener para poder pagar las facturas diarias del nuevo mes: comida, gasolina, ropa, reparaciones, etc. ¡Pero aún tienes un montón de facturas por pagar! Suspiras exasperado, preguntándote cuándo podrás ponerte al día con lo que debes.

Mientras se sienta allí, mirando abatido su escaso equilibrio, comienza a pensar en un amigo suyo en el trabajo. Es un hombre vanidoso y profano, con una boca de alcantarilla. Al que no le importa nada Dios. Le es infiel a su esposa. Ignora a sus hijos. Está consumido por los deportes y apuesta constantemente. Sin embargo, nunca parece preocuparse. Vive en una hermosa casa, conduce un automóvil elegante y come en los mejores restaurantes.

Tu corazón comienza a llenarse de envidia e ira. Sientes ganas de clamar: “Señor, te sirvo fielmente, y todo lo que parece que obtengo a cambio son problemas. Mi colega en el trabajo es un completo réprobo, ¡y no parece tener ninguna preocupación en el mundo! ¿Qué ocurre? ¿Me estoy esforzando para nada? ¿Es mi diezmo una pérdida de mi dinero? ¿No te importa mi fidelidad? ¡De la forma en que van las cosas, también podría servir al diablo y disfrutar un poco de la vida!”.

¿Suena familiar? Bueno, esto es exactamente lo que le pasó a Asaf. Perdió su perspectiva eterna, puso sus ojos en los malvados y comenzó a revolcarse en la autocompasión (Salmo 73:2–3).

El Pecado de Asaf

Es sorprendente lo irracionales que nos volvemos cuando permitimos que la autocompasión se apodere de nuestro pensamiento. Cuando le sucedió a Asaf, comenzó a fantasear con los ricos. Comenzó a decirse a sí mismo que “siempre están a gusto”, siempre aumentando en riqueza, sin enfrentarse nunca a los problemas de otras personas (Salmo 73:4–5, 12). Todo lo cual, por supuesto, es una absoluta tontería. De hecho, lo opuesto es verdad. Los ricos suelen tener muchos más problemas que otras personas. Por un lado, deben estar constantemente preocupados por su dinero: cómo protegerlo y multiplicarlo.

Fue mientras Asaf estaba atrapado en este mundo de fantasía que cometió un pecado grave contra Dios. Blasfemó contra el amor y la fidelidad de Dios al exclamar: “¡Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón y en inocencia he lavado mis manos!, pues he sido azotado todo el día y castigado todas las mañanas” (Salmo 73:13–14).

El Punto de Inflexión de Asaf

Asaf estaba literalmente a punto de perder su fe. Su espíritu estaba alborotado. Estaba luchando con una duda monstruosa. El combate de lucha continuó hasta… “hasta que, entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos [el fin de los impíos]” (Salmo 73:17).

Asaph es exasperantemente vago en este punto. No nos dice qué le sucedió cuando fue a la casa del Señor, excepto que su perspectiva eterna fue restaurada. ¿Fue un cántico que tocó su corazón? ¿Podría haber sido una lectura de las Escrituras o un sermón? Quizás fue una palabra de aliento de un amigo perspicaz. Incluso podría haber sido una muerte en su familia. Simplemente no lo sabemos. Todo lo que sabemos con certeza es que algo tocó su corazón y le recordó el destino eterno de los malvados.

Afirma que se le recordó que los malvados caminan en “lugares resbaladizos” y que Dios puede hacer que sean arrojados en cualquier momento, arrastrados por un “terror repentino” (Salmo 73:18–19). En otras palabras, a Asaph se le recordó que la vida es muy tentativa: aquí en un momento y desaparecer en el siguiente.

El Impacto de la Muerte

Creo que ésta es la razón por la que la muerte de la princesa Diana tuvo un impacto tan enorme en el mundo. Aquí estaba una mujer que lo tenía todo, todo lo que el mundo sueña con tener. Tenía belleza, encanto, riqueza, fama e influencia. Ella tenía la “buena vida”. Sin embargo, en un momento aterrador, todo desapareció. Ella fue reducida a la igualdad con todos nosotros: una persona mortal que fue a encontrarse con su Creador.

Fue un evento aleccionador. Hizo entender la naturaleza transitoria de la vida. Estoy seguro de que hizo que muchas personas se detuvieran y pensaran en la eternidad por primera vez en sus vidas.

La Biblia dice que la mayoría de la gente vive con el miedo a la muerte de por vida. De hecho, la Biblia lo pone aún más fuerte que eso. Dice que la mayoría de la gente vive en “esclavitud” del miedo a la muerte (Hebreos 2:15). Ésta es la razón por la que una muerte en la familia, o la muerte de un amigo o una celebridad, siempre tiene tanto impacto. Nos recuerda nuestra mortalidad y activa nuestra perspectiva eterna.

La Fe de Asaf es Restaurada

Creo que es interesante notar que una vez que se restauró la perspectiva eterna de Asaf, miró hacia atrás en su combate con las dudas y se maravilló de lo estúpido que había sido. Concluyó que era tan “insensato e ignorante” como una bestia (Salmo 73:21–22).

Asaf concluyó su salmo alabando al Señor por su fidelidad con palabras que recuerdan a las de Pablo cuando escribió: “Si somos infieles, él permanece fiel; porque no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13).

Asaf expresó sus prioridades restauradas en palabras memorables (Salmo 73:25–28):

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Mi carne y mi corazón desfallecen;
mas la roca de mi corazón y mi porción
es Dios para siempre.
Ciertamente los que se alejan de ti perecerán;
tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien.
He puesto en Jehová el Señor mi esperanza,
para contar todas tus obras.

La solución a la agonía espiritual de Asaf fue la restauración de su perspectiva eterna. Se le recordó que esta vida es fugaz y que se acerca un día de juicio. Se dio cuenta de que es posible que nunca vea justicia en esta vida, pero un día la justicia prevalecerá. Se dio cuenta de que había sido llamado a vivir por fe y no por vista.

En la quinta y última parte de esta serie sobre cómo vivir con una perspectiva eterna, te pondré a prueba para ver si eres consciente de la eternidad.


Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 3 aquí

Lea también:
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» Viviendo a la Luz de Su Venida
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Un Manifiesto Profético (pdf)
»» 50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 6 de octubre de 2021

Viviendo con una Perspectiva Eterna: Mi Actitud sobre el Mundo


Permítanme pedirles su indulgencia por un momento, mientras les comparto mis sentimientos personales sobre este mundo. La palabra que usaría es “odio”. Sí, odio este mundo. Lo odio con una pasión tan fuerte y tan intensa que me cuesta expresarlo con palabras.

Ahora, permítanme apresurarme a aclarar mi sentimiento afirmando que no odio la hermosa y maravillosa creación de Dios. He tenido el privilegio de ver la majestuosidad de los Alpes. Me ha impresionado la belleza escarpada de Alaska. Nunca dejo de asombrarme por las maravillas creativas de Dios en el gran suroeste de Estados Unidos. He tenido la suerte de ver la increíble belleza de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Y me he sentido abrumado una y otra vez por la cruda y casi mística desnudez del desierto de Judea en Israel.

Cuando digo que “odio” este mundo, no me refiero a la creación de Dios. Me refiero, en cambio, al malvado sistema mundial en el que vivimos. Permítanme darles algunos ejemplos de lo que estoy hablando:

  • Odio un mundo donde miles de bebés son asesinados todos los días en el útero de sus madres.
  • Odio un mundo donde las drogas ilícitas destruyen la vida de los jóvenes en la flor de la vida.
  • Odio un mundo que mima a los criminales y se burla de la justicia.
  • Odio un mundo que glorifica el crimen en sus películas y programas de televisión.
  • Odio un mundo que aplaude a artistas indecentes y vulgares como Lady Gaga.
  • Odio un mundo donde el gobierno ha convertido el juego de un vicio en una virtud.
  • Odio un mundo en el que a los atletas profesionales se les paga millones de dólares al año, mientras cientos de miles duermen sin hogar en las calles todas las noches.
  • Odio un mundo en el que las personas se juzgan y se condenan unas a otras por el color de la piel.
  • Odio un mundo que llama al mal bien al exigir que la homosexualidad sea reconocida como un estilo de vida alternativo legítimo.
  • Odio un mundo en el que las madres se ven obligadas a trabajar, mientras sus hijos crecen en guarderías impersonales.

Espero que ahora entiendan a qué me refiero cuando digo: “¡Odio este mundo!”.

El Punto de Vista de Jesús

Pero, cómo me siento personalmente sobre este mundo no es importante. El punto crucial que debe considerar es el punto de vista bíblico. Veámoslo y, mientras lo hacemos, compare el punto de vista bíblico con el suyo.

Comencemos con el punto de vista que Jesús nos dijo que deberíamos tener. Está registrado en Juan 12:25: “El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”.

Ésas son palabras fuertes. Son del tipo que nos hacen estremecernos y pensar: “Seguramente no quiso decir lo que dijo”. Pero el contexto indica que Jesús quiso decir exactamente lo que dijo. Entonces, ¿qué pasa con eso? ¿Odias tu vida en este mundo o la amas? 

El Punto de Vista de los Apóstoles

El apóstol Pablo dio una advertencia muy fuerte acerca de sentirse cómodo con el mundo. En Romanos 12: 2, escribió: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente”. ¿Cómo está a la altura de esta exhortación?

¿Está conformado al mundo? ¿Ha adoptado la forma de vestir del mundo? ¿Qué pasa con la forma de hablar del mundo o el amor del mundo por el dinero? ¿Son sus metas las metas del mundo: poder, éxito, fama y riquezas?

El hermano de Jesús expresó el asunto en un lenguaje muy directo. Él dijo: “¿No saben que la amistad con el mundo es hostilidad hacia Dios?” (Jacobo 4:4).

¿Eres amigo del mundo? ¿Se siente cómodo con lo que el mundo tiene para ofrecer en música, películas, programas de televisión y libros más vendidos? ¡La amistad con el mundo es hostilidad hacia Dios!

De hecho, Jacobo lo pone aún más fuerte que eso, porque al comienzo del pasaje que cité anteriormente (Jacobo 4:4), dice que aquellos que son amigos del mundo son adúlteros espirituales.

El apóstol Juan argumenta eso con la misma fuerza en 1 Juan 2:15–16:

No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. 

Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo.

No hay forma de escapar de la triste realidad de estas palabras. ¿Amas el mundo? Si es así, ¡el amor del Padre no está en ti!

El Enfoque de tu Mente

Pablo nos dice cómo evitar sentirnos cómodos con el mundo. En Colosenses 3:2 dice: “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. En Filipenses 4:8, expresa la misma advertencia en estas palabras:

Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.

Como indican estos versículos, una de las claves para vivir una vida triunfante en Cristo — para vivir una vida gozosa y victoriosa en medio de un mundo que se revuelca en la desesperación — es vivir con una perspectiva eterna consciente.

Los cristianos estamos llamados a ser "extranjeros y extraños" en este mundo porque estamos de paso en nuestro camino hacia nuestro hogar celestial definitivo.

¿Qué significa eso? En palabras de Pedro, eso significa vivir como “extranjeros y peregrinos” en este mundo (1 Pedro 2:11). De manera similar, en palabras del escritor de Hebreos, significa vivir como extranjeros y peregrinos” (Hebreos 11:13). Pablo lo expresó de esta manera: No pongan la mente en las cosas terrenales porque, “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:19–20).

El gran escritor cristiano, C. S. Lewis, explicó que vivir con una perspectiva eterna significa “vivir como comandos que operan detrás de las líneas enemigas, preparando el camino para la llegada del Comandante en Jefe”.5

En la cuarta parte de esta serie sobre cómo vivir con una perspectiva eterna, veremos el ejemplo bíblico de Asaf.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea también:
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» Viviendo a la Luz de Su Venida
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Un Manifiesto Profético (pdf)
»» 50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Notas

5) El autor no pudo localizar la fuente precisa de esta cita que se atribuye a C. S. Lewis. Lewis se refiere varias veces a vivir en territorio enemigo en su clásico, Mere Christianity, (Nueva York, Nueva York: MacMillan Publishing Co., 1960), p. 51.

jueves, 14 de enero de 2021

Libro: Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin – Prólogo

Lidiando con la Anarquía y la Apostasía

Por Dr. David R. Reagan

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Este libro trata sobre el paganismo secular y espiritual y cómo los cristianos deben responder a ambos. Al tratar con el paganismo espiritual, tengo algunas cosas duras que decir con respecto a los líderes cristianos como a las iglesias cristianas. No disfruto hacer tales declaraciones. Me he sentido obligado a hacerlas porque hay mucho en juego. Las almas están en peligro debido a la herejía y la apostasía generalizadas en la Iglesia de hoy. No creo que podamos permitirnos más el lujo de “caminar de puntillas entre los tulipanes”.

La Biblia dice que los tiempos del fin serán un período de gran engaño (Hechos 20:28-30; 1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 4:3-4). Siento que aquellos a quienes Dios ha llamado a ser atalayas en los muros (Isaías 62:6) deben ponerle rostro a la herejía y la apostasía al mencionar nombres. 

Respuestas a las Críticas

A lo largo de los años, he descubierto que cuando alguien identifica a líderes herejes o apóstatas en la Iglesia, siempre son condenados de una de cuatro maneras. La respuesta más común es que la gente cite el versículo que dice: “No toquéis a mis ungidos” (1 Crónicas 16:22). Lamentablemente, este versículo se ha convertido en un escudo para todo tipo de falsos profetas y maestros. El contexto del versículo deja en claro que está dirigido a líderes políticos que desean asesinar a los predicadores y profetas de Dios. No tiene nada que ver con la exposición pública de un falso maestro. Además, los falsos maestros no son ungidos por Dios.

Un segundo versículo que siempre es recitado en respuesta a las críticas es Mateo 18:15, que dice que cuando un hermano peca contra ti, debe reprenderlo en privado. Este versículo se aplica a los errores personales. Cuando denuncio públicamente a un falso maestro, no estoy respondiendo a alguien que me ha hecho daño personalmente. Más bien, estoy tratando con una persona que está dañando públicamente el cuerpo de Cristo, con falsas enseñanzas. Debe tratarse con esa persona públicamente, y si la persona siente que eso no es apropiado, entonces debería mantener la boca cerrada. Cuando hable en público, ya sea a través de un libro, un programa de radio, o un programa de televisión, debe esperar que se le haga responsable públicamente. 

Pablo practicó esto. Él confrontó públicamente a Pedro, cuando Pedro recurrió a jugar a la política con los judaizantes en la Iglesia primitiva (Gálatas 2:11-14). Pablo también mencionó nombres, cuando se trataba de lidiar con los falsos maestros. En dos ocasiones, advirtió a la Iglesia contra Himeneo, Fileto, y Alejandro, quienes estaban enseñando falsas doctrinas (1 Timoteo 1:20; 2 Timoteo 2:17).

Argumentos sobre Juzgar

La tercera forma en la que la gente reacciona a menudo a las críticas de los falsos maestros es citar Mateo 7:1  — “No juzguéis, para que no seáis juzgados”. Pero este versículo debe equilibrarse con el mandato de Jesús en Juan 7:24 — “Juzgad con justo juicio”. También debemos tener en cuenta que la Biblia nos dice repetidamente que debemos examinar lo que se nos enseña (Hechos 17:11; 1 Tesalonicenses 5:21; 1 Juan 4:1; Apocalipsis 2:2). Simplemente no hay forma de evaluar lo que escuchamos sin sacar conclusiones de juicio.

Lo que no debemos juzgar son los motivos. Sólo Dios conoce los motivos de una persona. Además, no debemos juzgar basándonos en la apariencia (Juan 7:24). Pero ciertamente tenemos el derecho y la responsabilidad de juzgar las palabras y las acciones, al ponerlas a prueba contra la Palabra de Dios. 

La cuarta respuesta común a las críticas es de naturaleza más general. “No debemos criticar a los nuestros”. Esta actitud tiene sus raíces en el sentimiento de que los cristianos reciben suficientes críticas del mundo. Por lo tanto, deberíamos rodear los vagones y proteger a los nuestros, independientemente de cuán disparatados puedan estar. Bueno, los líderes cristianos que critico en este libro no son “de los nuestros”. Una persona que niega la resurrección de Jesús no es un cristiano, sin importa cómo se llame a sí mismo y sin importar qué posición eclesiástica pueda ocupar. Lo mismo ocurre con una persona que niegue que Jesús es Dios encarnado.

Pablo escribió que cualquiera que niegue la resurrección no tiene esperanza (1 Corintios 15:12-19). No importa si la persona es pastor, obispo, o profesor de seminario. Si niega la resurrección de Jesús, esa persona no es cristiana. En cuanto a la identidad de Jesús, es el corazón del cristianismo. Si Él no era quien dijo que era — Dios encarnado — entonces no tenemos esperanza, porque nadie más podría morir por nuestros pecados. 

La Centralidad de Jesús

Con respecto a este tema, debemos tener en cuenta que toda la verdad es importante, pero no toda la verdad es igualmente importante. Una persona puede estar equivocada acerca de muchas cosas y aun así ser salva, pero si está equivocada acerca de Jesús, no hay esperanza para él.

No puedes ser salvo poniendo tu fe en un Jesús falso. Éste es el error de las sectas. El jesús de los testigos de Jehová es el Arcángel Miguel. El jesús de los mormones es el hermano de Lucifer, y se le considera uno de los miles de dioses creados por el súper-dios, Adán, un hombre exaltado. El jesús de los muchos grupos espiritistas es un médium de la sexta esfera de la astro-proyección (¡lo que sea que signifiquen esas galimatías!).

El jesús de los líderes cristianos liberales y apóstatas es el jesús del tema musical del musical de Broadway, Jesucristo Superestrella. Esa canción dice una y otra vez: “Él es un hombre, es sólo un hombre”. Es un falso salvador creado a su propia imagen, lleno de sus propias faltas. 

Muchos líderes apóstatas hoy afirman creer en un Jesús ortodoxo, pero niegan que Él es el único camino a Dios. En cambio, enseñan que Él es uno de muchos caminos a Dios. Argumentan que también se puede encontrar a Dios a través de Mahoma, Buda, el Dalai Lama, o un centenar de otros falsos líderes espirituales.

Lo que debemos tener en cuenta es que, cuando toman esta posición, están llamando a Jesús mentiroso, porque Él dijo claramente que no hay camino al Padre sino a través de Él (Juan 14:6). Las personas que llaman mentiroso a Jesús no están entre “los nuestros”. No son verdaderos cristianos. Son lobos vestidos de oveja (Mateo 7:15; Hechos 20:28-30).

Críticas a las Iglesias

Con respecto a las Iglesias, nombro denominaciones específicas cuando doy ejemplos de herejía y apostasía. Habría sido más fácil y ciertamente más diplomático haberse referido simplemente a “una denominación tradicional”, en lugar de nombrar una específicamente. Pero, nuevamente, siento la necesidad de ponerle un rostro a la apostasía que existe en la Iglesia hoy. Como dije antes, hay demasiado en juego para hacer lo contrario. Además, la lealtad denominacional a menudo nos hace estar ciegos sobre la apostasía. Podemos verla en otros grupos, pero no en el nuestro, a menos que alguien nos confronte. 

Pero lo principal que debe tener en cuenta al leer mis críticas a las denominaciones, es que la herejía y la apostasía existen hoy en todos los grupos denominacionales. La impureza doctrinal es una de las señales de los tiempos del fin (2 Timoteo 4:1-4). Personalmente he experimentado iglesias metodistas que eran apóstatas. También me he encontrado con iglesias metodistas que eran ortodoxas, pero que estaban muertas; y he experimentado iglesias metodistas que estaban vivas y bien. Lo mismo es cierto en todas las denominaciones. Hay iglesias bautistas apóstatas e iglesias bautistas que están ardiendo por el Señor. 

Durante 35 años, he tenido la bendición de predicar para un ministerio no denominacional que va a iglesias de todas las denominaciones. En el proceso, he descubierto que no se puede juzgar a una iglesia por su letrero o su afiliación denominacional. Una iglesia debe ser juzgada por lo que está sucediendo en su púlpito. ¿Se está predicando la Biblia como la Palabra de Dios y está Jesús siendo exaltado como la única esperanza para la humanidad? Si es así, la iglesia es buena, independientemente de su etiqueta denominacional.

Iglesias Locales Fieles

Muchas de nuestras denominaciones hoy son corruptas en la parte superior, en el sentido de que sus líderes nacionales son apóstatas que niegan los fundamentos de la fe. Pero muchas de las iglesias locales afiliadas a esas denominaciones son sólidas como una roca, se mantienen firmes en la Palabra y predican a Jesús.

Pienso en la Primera Iglesia Bautista en North East, Pennsylvania, un suburbio de Erie. Cuando fui contactado por esta iglesia en la década de 1980, estaba afiliada con la denominación Bautista del Norte, que es muy liberal. Cuando el pastro, Randy Elliott, me pidió que realizara una reunión para su iglesia, me sorprendí.

"¿No eres de una iglesia Bautista del Norte?", pregunté.

"Sí", respondió. "¿Por qué preguntas?".

"Bueno", respondí, "¿sabes de dónde vengo?".

“Oh, sí”, dijo, “escucho tu programa de radio todos los días. Nuestra iglesia se alinea con lo que predicas".

"¿Y todavía estás afiliado a los bautistas del norte?", pregunté con sorpresa.

"Sí, estamos aguantando con la esperanza de que podamos tener un impacto en nuestra denominación".

Esa historia es cierta para muchas iglesias locales en las denominaciones presbiteriana, metodista y luterana, así como para otras como los Discípulos de Cristo. Muchas iglesias locales que creen en la Biblia y exaltan a Cristo han conservado sus afiliaciones denominacionales porque esperan influir en sus líderes nacionales para que regresen a casa con el Señor. Saben que no tendrán ninguna influencia si se van y terminan afuera mirando hacia adentro.

Otros han mantenido su afiliación denominacional porque su sede central reclama la propiedad de todos sus terrenos y edificios. Ésta, por ejemplo, es la situación entre las iglesias episcopales. 

Mi Herencia Personal

Siento que debo añadir una palabra especial sobre un grupo del que hablo mucho en este libro — las Iglesias de Cristo que no usan instrumentos. Éste es el grupo en el que nací y crecí. Dejé el grupo en la década de 1960, pero estuve afiliado con ellos durante los primeros 30 años de mi vida.

Este grupo surgió de lo que se llama el Movimiento de la Restauración, un movimiento religioso que comenzó entre los presbiterianos a inicios de 1800. Los líderes, Barton W. Stone y Alexander Campbell, deseaban deshacerse del denominacionalismo y regresar a la Biblia como su único credo. Fue uno de los muchos movimientos de “Volver a la Biblia” que han caracterizado la escena estadounidense a lo largo de los años. 

El Movimiento de la Restauración finalmente generó tres grupos: los liberales Discípulos de Cristo; las intermedias Iglesias Cristianas Independientes; y las reaccionarias Iglesias de Cristo. Dado que muchas de las Iglesias Cristianas Independientes tomaron el nombre, Iglesia de Cristo, las Iglesias de Cristo comenzaron a referirse a sí mismas como “las Iglesias de Cristo sin instrumentos”. Usaron esta designación porque una de sus doctrinas distintivas es la condena de los instrumentos musicales en la adoración. Son estrictamente a capella. 

Son estrictos acerca de muchas otras cosas. Tan estrictos, de hecho, que se volvieron cada vez más legalistas a medida que pasaban los años. ¡Para la década de 1950, había más de 25 grupos de la Iglesia de Cristo que eran tan legalistas, sectarios y exclusivistas que no querían tener nada que ver entre sí!

Estaba el grupo que no tenía Escuela Dominical; el grupo que no tenía literatura humana; el grupo que no tenía cocina en la iglesia; el de una copa (que se oponía al uso de múltiples copas para la comunión), el grupo del vino antes del pan (que se oponía a los que partían el pan primero); y los premilenialistas (la mayoría de las Iglesias de Cristo son amileniales). 

Incluso había un grupo que era simplemente conocido como “Los Antis”. Se oponían a predicadores localizados, sociedades misioneras, hogares para huérfanos, y a una variedad de otras cosas. Un bromista los resumió diciendo: “¡Menciona algo, y se opondrán a ello!”.

Estaba, por supuesto, la “iglesia principal”, que era amilenial, de copas múltiples, pan antes del vino, y que tenía Escuela Dominical, ministros localizados, y cocinas en sus edificios. 

¿Denominación, Secta o Culto?

Las Iglesias de Cristo afirmaban ser no denominacionales, y esa afirmación era correcta en cierto sentido. Aunque eran un grupo claramente identificable como los bautistas y los metodistas, no se consideraban a sí mismos parte del cuerpo de Cristo, como las otras denominaciones. No, ¡se consideraban el cuerpo de Cristo! En otras palabras, se consideraban a sí mismos como la única verdadera.

Es por eso, que al mirarlos hacia atrás, los considero lo que llamo una secta. No eran un culto porque tenían una visión ortodoxa de Jesús. Pero ciertamente no eran una denominación ya que no se consideraban a sí mismos como una parte denominada del cuerpo de Cristo. Eran el cuerpo de Cristo.

Las Iglesias de Cristo han recorrido un largo camino en los últimos 50 años, para ser más abiertas y aceptar a otras iglesias. Esto se ha debido principalmente al impacto de las librerías cristianas y a la radio y televisión cristianas.

Verá, ninguna de estas cosas existía antes de la década de 1960. Cuando era niño, no había librerías cristianas, la televisión no existía, y la radio cristiana consistía en la transmisión de servicios religiosos los domingos por la mañana. El resultado fue que era fácil mantener a la gente aislada e ignorante.

Cuando nuestros predicadores se levantaban y la emprendían contra los bautistas como “paganos”, fácilmente podíamos gritar “¡Amén!”. Después de todo, la mayoría de nosotros nunca había leído un libro escrito por un bautista, ni habíamos escuchado un sermón de un bautista o visitado una iglesia bautista. Los editores cristianos y los medios de comunicación cristianos han abierto todos los aspectos de la cristiandad para que todos puedan experimentarlos y, con esta apertura, ha llegado la comprensión de que el cuerpo de Cristo no puede limitarse a ningún grupo.

Siempre ha habido pequeños grupos dentro de las Iglesias de Cristo, que estaban orientados hacia la gracia, en particular el grupo que no tenía Escuela Dominical, y los premilenialistas. Pero hoy, las iglesias tradicionales se están moviendo más en la dirección de la apertura, como lo ejemplifica Max Lucado, uno de los escritores cristianos más populares en Estados Unidos hoy. Él es el ex ministro de predicación de una Iglesia de Cristo en San Antonio, Texas (las Iglesias de Cristo no creen en el uso del término pastor).

Herejía y Apostasía

Hablo mucho en este libro sobre la apostasía, así que creo que necesito definir a qué me refiero. Veo una diferencia entre herejía y apostasía. Para mí, la herejía consiste de doctrinas no bíblicas que no amenazan la salvación de uno. Impiden su santificación (su desarrollo a la imagen de Cristo), pero no impactan su justificación (su posición legal ante Dios como nacido de nuevo y, por lo tanto, perdonado de todos sus pecados).

La profecía es un buen ejemplo. Lo que crea sobre la profecía bíblica impactará la forma en la que vive aquí y ahora, y por eso es importante. Pero no impactará dónde pasará la eternidad, así que las líneas de compañerismo no deben trazarse sobre las diferencias en los puntos de vista proféticos. ¡El Cielo va a contener amilenialistas, premilenialistas, postmilenialistas, y personas que nunca supieron la diferencia entre un milenio y un milpiés!

La apostasía es un asunto más serio. La apostasía consiste en la negación de los fundamentos de la fe — asuntos que se relacionan con la identidad de Jesús y la eficacia de Su sacrificio en la Cruz. Éstos son temas que se relacionan con la salvación y, por lo tanto, con el destino eterno de uno. 

Un ejemplo de apostasía sería la negación del nacimiento virginal, porque si Jesús no nació de una virgen, entonces no era Dios encarnado. Lo mismo ocurre con la resurrección. Si Jesús no resucitó, entonces no era divino, y no es nuestro Salvador. 

Paganismo Secular

Dado que este libro trata de muchos temas que a menudo se consideran puramente políticos, creo que debería añadir un descargo de responsabilidad con respecto a la política.

En primer lugar, no soy ni republicano ni demócrata. Soy un monárquico. Y lo digo porque he dedicado mi vida a hacer todo lo posible para preparar el camino para la llegada del Rey de reyes y Señor de señores, quien reinará con una vara de hierro desde el Monte Sión en Jerusalén, y quien traerá paz, rectitud y justicia a toda la tierra. 

Así es como el comentarista social, Todd Starnes, lo expresó en uno de sus libros:1

No necesitamos más estadounidenses inclinándose ante el burro demócrata o el elefante republicano. Necesitamos más estadounidenses inclinándose ante el León de Judá.

Otro punto que me gustaría hacer es que muchos, si no la mayoría, de los problemas que la sociedad considera políticos son, en esencia, problemas morales y, por lo tanto, bíblicos.

Tomemos el aborto, por ejemplo. Hay políticos a los que les gustaría cerrar la boca de los líderes cristianos que están hablando contra el aborto, y lo hacen alegando que es un “asunto político” y, por lo tanto, fuera del alcance de los predicadores. Ciertamente es un tema que ha sido politizado, pero en esencia es un tema moral y, por lo tanto, es apropiado que los líderes espirituales hablen sobre él. Lo mismo puede decirse de la homosexualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo, los juegos de azar, el abuso de drogas e incluso nuestra deuda nacional fuera de control. 

Hay principios bíblicos para lidiar con todas estas cuestiones, y cuando los ignoramos, estamos buscando problemas. ¿Por qué, por ejemplo, deberíamos esperar que nuestra economía florezca si nuestra nación está viviendo en rebelión abierta contra Dios? Y, sin embargo, las encuestas de opinión pública muestran que el estadounidense promedio sólo está preocupado por la economía y tiene poco interés en los problemas morales que están destrozando a nuestra nación.

Conclusión

Este libro no trata solo de apostasía y herejía. Se trata principalmente de cómo desarrollar una relación profunda y significativa con Dios que, a su vez, lo protegerá del engaño espiritual y lo sostendrá en medio de la persecución secular. Tengo la esperanza de que su lectura de este libro lo lleve a una relación más profunda con el Señor de lo que alguna vez haya conocido. 


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

miércoles, 13 de enero de 2021

Libro: Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin – Prefacio

Lidiando con la Anarquía y la Apostasía

Por Dr. David R. Reagan

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Escribí la primera edición de este libro en 1999, y fue publicado en el año 2000.

A medida que nos acercábamos al comienzo del nuevo siglo, tuve un fuerte sentido de presentimiento. Estaba muy preocupado por dos acontecimientos que habían ocurrido en mi vida y que habían comenzado a acelerarse durante los últimos 30 años del siglo XX. Los dos acontecimientos eran la secularización de la sociedad y la corrupción de la iglesia — mejor resumidos en dos palabras: Anarquía y Apostasía.

Creciente Rebelión Civil

La anarquía puede parecer una palabra extrema, pero no lo es. Se define en el Diccionario Merriam-Webster como “un estado de desorden debido a la ausencia o al no reconocimiento de la autoridad”. Es lo que existía en Israel durante el tiempo de los Jueces cuando “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25). Es lo que está aumentando en nuestra sociedad hoy, y alrededor del mundo.

Hemos expulsado a Dios de la vida de nuestra sociedad, y el resultado es una avalancha de violencia e inmoralidad indiscriminadas. Hemos perdido nuestro compás moral, y estamos criando una generación de pigmeos morales.

Creciente Error Espiritual

Lo mismo es cierto de la furiosa apostasía dentro de la Iglesia. El término, evangélico, ha perdido su significado, ya que algunos que dicen ser evangélicos están proclamando que hay muchos caminos al Cielo y que no hay Infierno.

Una Segunda Reforma está sucediendo en la Iglesia hoy, pero, a diferencia de la primera, que se basó en un llamado a regresar a la Biblia, esta nueva reforma está llamando a las personas a abandonar la Biblia a favor de sus propios sentimientos y creencias.

A medida que la Iglesia se debilita cada vez más por su podredumbre interna, la sociedad continúa sumiéndose en la oscuridad. 

Creciente Velocidad

Lo que me ha asombrado en los años transcurridos desde que escribí la primera edición de este libro, es la velocidad a la que la anarquía y la apostasía han aumentado. Ambas están en una curva exponencial.

Tampoco es sólo un fenómeno estadounidense. Vemos una creciente rebelión civil y apostasía espiritual en todo el mundo, que produce un nivel cada vez mayor de inmoralidad y violencia.

Y uno de los subproductos es una creciente intensidad de persecución, acoso, violencia y asesinato dirigido a los cristianos.

Creciente Preocupación

¿Cómo puede un cristiano lidiar con estos acontecimientos? La respuesta fundamental es que aquellos que profesan a Jesús mantengan sus ojos enfocados en Él. Pero esto es más fácil decirlo que hacerlo. Esperanzadamente, este libro provee algunas guías útiles. 

Puede que no haya mucha esperanza para el mundo, pero hay una gran esperanza para aquellos que son verdaderamente creyentes nacidos de nuevo en Jesús como su Señor y Salvador.

Y, de hecho, a medida que el mundo se vuelve cada más secularizado y paganizado, y que líderes cristianos apóstatas insisten en sustituir sus opiniones por la Palabra de Dios, aquellos de nosotros que somos cristianos creyentes en la Biblia, podemos estar seguros de que estamos viviendo en la época del regreso del Señor — porque la Biblia dice que Jesús regresará cuando el mundo vuelva a ser tan malo como lo era en los días de Noé (Mateo 24:37).

Creciente Gratitud

Como ahora estoy en los años del ocaso de mi vida, siento una gratitud cada vez mayor por la gracia y la misericordia del Señor hacia mí y mi familia. Estoy tan agradecido de que Él nunca se rindió conmigo durante los 20 años que huí de Su llamado a mi vida — una historia que se relata en mi libro, Confiando en Dios: Aprendiendo a Andar por Fe (1987, 3ra edición en 2015). Y estoy sumamente agradecido porque Él me ha guardado durante los años desde que me rendí a Él.

Quiero agradecer al personal excepcional del Ministerio Cordero y León, por todo el apoyo y aliento que me dieron durante la escritura de este libro. La única forma en la que puedo escribir es aislarme y enfocarme totalmente en la escritura. Cuando lo hago, esto pone una carga extra en todos los miembros de mi personal, ya que deben cubrir cartas, mensajes de correo electrónico, y llamadas telefónicas  que yo normalmente manejaría.

Hay dos miembros del personal que merecen un agradecimiento especial. Uno es Kay Bien, quien revisó el texto. El otro es director financiero del ministerio, George Collich, Jr., quien realizó el tedioso trabajo de verificar todas las referencias de la escritura.

Otra persona con la que estoy agradecido es Jim Fletcher, fundador y director de un ministerio llamado Prophecy Matters. Él fue quien vino con la idea del libro y me animó a escribirlo.

También quiero agradecerles a los fideicomisarios del Ministerio Cordero y León, quienes han sido tan solidarios y alentadores. Estoy particularmente en deuda con el actual presidente de nuestro consejo, James Hugg, por haberme insistido constantemente a lo largo de los años a escribir más.

También debo mucho a mi mentor de profecía bíblica, Tim LaHaye. Cuando me interesé por primera vez en profecía bíblica en 1967, su libro, Revelation Illustrated and Made Plain, fue el primer libro que leí acerca de la Palabra Profética de Dios. Después de comprometerme con el ministerio de tiempo completo en 1980, me familiaricé personalmente con Tim, y él ha servido como un aliento constante desde ese momento.

Quiero expresar mi agradecimiento a los miles de radioescuchas y televidentes que, a lo largo de los años, me han enviado una gran variedad de artículos, principalmente sobre la sociedad estadounidense, la Iglesia, e Israel. He usado muchos de éstos en mi programa, “Cristo en la Profecía”, y he incluido algunos de ellos en este libro. El único problema es que estos artículos son usualmente arrancados de una revista o cortados de un periódico y a menudo llegan sin ninguna indicación de su fuente o su fecha precisa. Donde esto demuestra ser el caso con una referencia en este libro, lo he indicado en las notas finales.

También debo mencionar que tengo una gran deuda de gratitud a Ann, mi esposa de más de 50 años. Ella es una gentil, cariñosa y de voz suave ex maestra de primer grado, ¡quién sabe cómo lidiar conmigo cuando actúo como un niño de primer grado! Alabo a Dios por su amor y compañía y por su constante aliento. Sobre todo, estoy en deuda con mi Señor y Salvador, Jesús de Nazaret, quien murió por los pecados del mundo para que aquellos que pongan su fe en Él puedan reconciliarse con Dios el Padre.

Y estoy agradecido más allá de las palabras suficientes que, cuando llegué al final de mí mismo, Jesús estaba allí, dispuesto a perdonar, y olvidar, y confiarme un ministerio. ¡Qué gracia! Lo alabo por Su misericordia.

Dave Reagan
Allen, Texas
Marzo de 2015


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.




jueves, 2 de enero de 2020

Video: 6 razones por las que todos los cristianos deberían desear el pronto regreso del Señor


Dr. David R. Reagan: "Una de las cosas que me rompe el corazón hoy sobre la Iglesia es que está llena de letargo acerca del regreso de Jesús. La gente está bostezando en lugar de estar anhelando el regreso del Señor. Ésta es una situación trágica, y creo que se debe a la falta de predicación sobre lo que sucederá cuando Jesús regrese. Después de todo, ¿cómo se puede uno emocionar acerca de un evento del que no sabe nada? 

Para contrarrestar esta apatía, quiero compartirles 6 razones por las que todos los cristianos deberían desear fervientemente el pronto regreso del Señor. Quédese en sintonía". 

Material recomendado:
»» ¿Podría Jesús regresar en el 2020? (pdf)

Subtitulado por la hermana Helena Aillón. Les recomiendo que se suscriban a su canal en YouTube

martes, 22 de octubre de 2019

Viviendo con una Perspectiva Eterna: La Naturaleza Fugaz de la Vida




Recuerdo un incidente que ocurrió en mi vida hace varios años. Un querido amigo mío, con quien había enseñado en una universidad de Texas, me llamó un día y me dijo que le habían diagnosticado cáncer de próstata.

 “El médico me ha dado sólo seis meses de vida”, informó. 

Le dije que lamentaba mucho escuchar las noticias, y prometí orar por él y su familia. Luego, agregué: “Pero ten en cuenta que puedo estar muerto antes que tú”.

“¡Oh! ¿También tienes cáncer?”, preguntó.

“No”, respondí, “es sólo que no tengo la promesa de ni siquiera un día de vida, mucho menos seis meses”.

Todos tendemos a vivir como si fuéramos a vivir para siempre, cuando el hecho es que todos somos mortales y podemos morir en cualquier momento por mil causas diferentes, naturales o accidentales.

Irónicamente, la Biblia nos dice que debemos vivir como si fuéramos a vivir para siempre — pero no en esta tierra. Debemos vivir en preparación para la eternidad, esperanzadamente una eternidad con Dios.  

“…el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:25).

Lo más probable es que seas un creyente nacido de nuevo que ha pensado seriamente en eternidad, pero que encuentras difícil mantener una perspectiva eterna. En repetidas ocasiones te encuentras atrapado con los problemas de la vida, y el resultado es estrés, ansiedad e incluso depresión.

Vivir con una perspectiva eterna es una de las claves para vivir como un vencedor. Es una virtud que va a ser cada vez más importante a medida que la sociedad continúa desintegrándose y los cristianos se vean cada vez más atacados.

¿Cuál es el secreto para mantener una perspectiva eterna? Gran parte de la respuesta radica en tu actitud acerca de este mundo.

Tu Actitud hacia el Mundo

Detente por un momento y piensa. ¿Cuál es tu actitud acerca de este mundo? ¿Estás entusiasmado con él? ¿O te sientes incómodo con él? ¿Amas el mundo? ¿O a menudo te sientes alienado de él? ¿Estás en casa en este mundo? ¿O te sientes como un extraño?

Hay una vieja canción espiritual negra que siempre me desafía a examinar mi actitud hacia el mundo. El primer verso es el siguiente:4

El mundo no es mi hogar,
Sólo de paso estoy;
Mis tesoros yo los guardo más allá del cielo azul.
Los ángeles ya me llaman desde la puerta celestial,
Y en este mundo no hay nada que me pueda saciar. 

¿Expresan esas palabras tus sentimientos sobre este mundo?  ¿Qué palabra usarías para resumir tus pensamientos? ¿Celoso? ¿Ansioso? ¿Enamorado? ¿Alejado? ¿Te sientes cómodo o intranquilo?

En la tercera parte de esta serie sobre cómo vivir con una perspectiva eterna, explicaré por qué odio este mundo, y veré si Jesús y los apóstoles están de acuerdo. 


Notas

4) Albert Brumley, “Este Mundo no es mi Hogar (Sólo Estoy Pasando), un cántico espiritual negro de origen desconocido, arreglado por Albert E. Brumley. 

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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