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miércoles, 19 de febrero de 2020

¡40 Años!


Dave y Ann Reagan en 1982


El 1 de abril de este año celebraremos el 40º año de este ministerio. 

Sí, dije 1 de abril — ¡el Día de los Inocentes de Abril! Hay una historia detrás de esa fecha. 

En mayo de 1980, yo vivía en Enid, Oklahoma, donde servía como Vicepresidente de Desarrollo de la Universidad Phillips. Tuve una experiencia muy vívida con el Señor, que he descrito en detalle en mi libro Confiando en Dios: Aprendiendo a Andar por Fe. Como resultado de esa experiencia, me sentí guiado por el Señor a renunciar a mi puesto, renunciar a mi carrera académica y dar un paso de fe para comenzar a predicar el pronto regreso de Jesús.

Fui al presidente de la universidad y le dije que había decidido renunciar. Antes de que pudiera decir algo más, ¡respondió ofreciéndose a proporcionarme un auto nuevo y una membresía de un club de campo! Procedí a explicarle que mi renuncia no tenía nada que ver con dinero o beneficios. Más bien, se debía a un llamado de Dios a mi vida. Lo entendió porque era un ex pastor.

“¿Qué iglesia te ha llamado a ser su pastor?”, preguntó. Le dije que no había sido llamado para ser pastor. En cambio, iba a ser un evangelista independiente, especializado en la enseñanza de la profecía bíblica. Me preguntó cuál iba a ser mi mensaje, y le respondí: “Jesús viene pronto porque estamos viviendo en la época del regreso del Señor”.

Me preguntó cuándo planeaba renunciar. Le dije que le iba a avisar dos semanas antes y eso significaba que renuncia sería efectiva el 1 de abril. Miró fijamente su escritorio por un momento, y luego me miró y dijo: “¡Todo lo que puedo decir en respuesta es que has seleccionado una fecha muy apropiada!”. Esa fue su buena manera de llamarme tonto.

Un año después, regresé de un viaje a Israel. Mi esposa me recibió en el aeropuerto y me entregó una caja que estaba hermosamente envuelta. Estaba perplejo. Le dije que no era ni mi cumpleaños ni nuestro aniversario. Ella dijo, “Tienes razón, pero es un aniversario importante. Es el aniversario de nuestro ministerio”. Abrí el regalo y encontré un certificado enmarcado preparado por un calígrafo profesional que mi esposa había contratado. El logotipo del ministerio estaba en la parte superior, y debajo de él estaban estas palabras: “Feliz Aniversario del Ministerio Cordero y León, 1 de abril de 1980 al 1 de abril de 1981”. Y debajo de esas palabras, estaba la siguiente cita de las Escrituras: “Nosotros somos tontos por amor de Cristo…” (1 Corintios 4:10, NASB). Esa placa es una de mis posesiones más preciadas.

Al recordar mi vida, uno de mis mayores remordimientos es que no me rendí al llamado del Señor a mi vida cuando tenía 22 años. De ser así, estaríamos celebrando el 60º aniversario de este ministerio, en lugar de su 40º. 

Huí del Señor durante 20 años, mientras seguía una carrera académica. Pero más tarde, cuando finalmente me cedí a Su llamado, me di cuenta de que, incluso mientras huía de Él, me estaba preparando para este ministerio. Eso es porque durante esos años, estaba enseñando  política internacional, y el ministerio que Él estaba preparando para mí tenía que ver con la profecía del tiempo del fin, que tiene que ver con la política internacional.

Esos primeros años del ministerio (1980-1983) fueron muy desafiantes. Casi todas las iglesias en las que hablaba eran muy pequeñas, y las donaciones eran mínimas. Mi salario durante los primeros siete años fue de $1,000 por mes. Básicamente vivíamos del salario de mi esposa como maestra de primer grado, lo cual no era mucho. Durante esos años, el Señor desarrolló mi mensaje y me enseñó a vivir por fe. De nuevo, todo esto se cuenta en detalle en mi libro, Confiando en Dios, que ahora está en su tercera 

Durante los años transcurridos desde 1980, Dios me ha bendecido con excelentes miembros del personal y maravillosos fideicomisarios. Y ahora nos ha bendecido a todos aquí en Cordero y León al levantar un sucesor excepcional para mí: el coronel Tim Moore. ¡Alabado sea el Señor!      
                                                                                                                                                                                     
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 28 de septiembre de 2019

Observaciones del Editor: Nuestra Portada


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El Monte de los Olivos es uno de mis lugares favoritos en el planeta tierra. Desde su cima se puede ver la magnífica y antigua ciudad amurallada de Jerusalén. Y, a medida que absorbe esa escena deslumbrante, puede sentir que se encuentra en el centro de la historia mundial, donde el Mesías derramó Su sangre y donde regresará a esta tierra.

A la mitad del Monte, en la Capilla Dominus Flevit, se puede obtener una vista clara de la Puerta Oriental, que ha sido cerrada en cumplimiento de la profecía bíblica (Ezequiel 44:1-2).  Yace en silencio, mirando hacia el Este, esperando el regreso del Rey de Gloria (Salmos 24:1-10).

La Capilla marca el sitio tradicional donde Jesús lloró por la ciudad de Jerusalén. Apropiadamente, la Capilla tiene la forma de una lágrima. Cuando Jesús llegaba a Jerusalén, siempre se quedaba con sus parientes — María, Marta, y Lázaro — quienes vivían en la parte oriental del Monte de los Olivos, en la aldea de Betania. Cada mañana, Jesús caminaba por el Monte de los Olivos, e imagino que siempre se detenía a mitad del camino por el lado occidental, en el sitio de la Capilla Dominus Flevit, para admirar el Templo y orar.

En la base del Monte está el Jardín de Getsamaní, donde Jesús oró en agonía antes de Su arresto. El sitio está ocupado por olivos antiguos y por la Iglesia de Todas las Naciones. Sus ventanas están hechas de alabastro opaco que permite la entrada de muy poca luz, lo que le da al interior una sensación oscura y lúgubre. El altar está ubicado adyacente a un afloramiento de roca, donde supuestamente tuvo lugar la agonía de Jesús.

El Monte de los Olivos está cubierto con decenas de miles de tumbas de judíos ortodoxos. Desean ser enterrados allí porque el libro de Zacarías dice que, cuando el Mesías regrese a la tierra, llegará al Monte de los Olivos, y cuando Sus pies toquen el Monte, se partirá en pedazos por un gran terremoto (Zacarías 14:4). Los judíos creen que los enterrados en el Monte serán los primeros en resucitar.

Hace varios años, uno de mis amigos cercanos, Clem Stewart, murió ahogado en un trágico accidente. Él y su esposa, Nancy, habían estado planeando ir a Israel conmigo. Su hija tomó su lugar, y ella y su mamá trajeron las cenizas de Clem con ellas. Llevamos a cabo un servicio conmemorativo para Clem en un jardín adyacente a la Capilla Dominus Flevit, y esparcí sus cenizas allí, en la base de un olivo. Así pues, hay al menos un gentil cuyos restos están en el Monte esperando el regreso de Jesús.

Nuestra foto de portada muestra un capitel en el pináculo del Monte. Es la Iglesia rusa de la Ascensión. Marca uno de los dos sitios tradicionales desde los cuales Jesús ascendió al Cielo (Hechos 1:1-11). El otro sitio ubicado cerca es más auténtico, pero está controlado por musulmanes, que han transformado una pequeña y antigua iglesia con una cúpula en una mezquita.

Cúpula de la Ascensión. El capitel de la iglesia rusa se puede ver a la derecha.

Si mira a la derecha del capitel de la Iglesia de la Ascensión, verá un edificio con siete arcos. Es un hotel árabe conocido como el Hotel Siete Arcos. Cuando estaba siendo construido, se descubrió que se encuentra en una falla sísmica importante. Aquí es muy probable donde el Monte se dividirá por un terremoto cuando el Señor regrese.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 22 de diciembre de 2018

Nuestra Portada

Observaciones del Editor



La Iglesia de la Natividad marca el sitio tradicional del nacimiento de Jesús en la ciudad de Belén. Está construida sobre una cueva donde se cree que tuvo lugar el nacimiento.

La antigüedad de esta tradición es atestiguada por el apologista cristiano, Justino Mártir (ca. 100-165), quien se refirió a ella en su Diálogo con Trifón. Afirmó que María y José se había refugiado en una caverna fuera de la ciudad, donde nació el niño Jesús (capítulo LXVIII). Otro de los primeros Padres de la Iglesia, Orígenes de Alejandría (ca. 185-254), también afirmó en sus escritos que la cueva de Belén fue el lugar del nacimiento de Jesús (Contra Celso, libro 1, capítulo LI).

La primera iglesia en el sitio fue construida por orden de Helena, la madre del Emperador Constantino. Se inició en el año 327 y se completó en el 333. Fue destruida por un incendio en el año 529.

La iglesia actual fue reconstruida en su forma actual en el año 565 por el Emperador Justiniano I. Cuando los persas invadieron en el año 614, la iglesia se salvó de la destrucción, debido a que contenía un mural de los magos que visitaron a Jesús, todos los cuales estaban representados con ropas persas. 

Los cruzados hicieron reparaciones a la iglesia y la expandieron. El primer Rey de Jerusalén, Balduino de Boloña, fue coronado en la iglesia el 25 de diciembre de 1100.

Durante los tiempos de los cruzados (1095-1291) la entrada a la iglesia fue reducida en gran medida para prevenir que los soldados montaran sus caballos en la iglesia. La puerta es tan baja que sólo se puede se puede entrar inclinándose. Por eso llegó a ser conocida como “La Puerta de la Humildad”.

Entrada a la Iglesia de la Natividad

El interior de la iglesia es oscuro y lúgubre, tanto literal como espiritualmente. Es administrada conjuntamente por sacerdotes de tres iglesias: católica romana, ortodoxa griega, y armenia.

El altar de la iglesia está situado directamente sobre una cueva llamada “la Gruta de la Natividad”. Éste es el sitio donde se cree que Jesús nació. El punto exacto está marcado por una estrella de plata de 14 puntas. No es inusual encontrar peregrinos arrodillados, besando la estrella.

La estrella de plata de 14 puntas en la Gruta de la Natividad.

En una cueva cercana, también ubicada debajo de la iglesia, San Jerónimo (347-427) vivió durante 36 años, mientras traducía la Biblia al latín, lo que produjo la traducción de la Vulgata Latina, que se usó en el mundo occidental durante más de mil años.

Si desea conocer más acerca de este tema, visite nuestra sección:

La foto de la portada fue tomada por el Dr. Reagan. Fue mejorada por Jack Smith. El diseño de la portada fue ejecutado por Keith Fink, de The Master's Press en Dallas, Texas.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

miércoles, 28 de noviembre de 2018

El Milagro de la Encarnación

Observaciones del Editor




Durante todo el año, mantengo un pequeño pesebre en mi escritorio en mi casa, que me recuerda diariamente el milagro de la encarnación. 

Para mí, es simplemente asombroso pensar que Dios amó a la humanidad lo suficiente, a pesar de nuestra miseria pecaminosa, como para enviar a Su precioso Hijo a morir por nuestros pecados, para que podamos ser reconciliados con nuestro Creador. ¡Qué amor! ¡Qué gracia tan sublime!

El nacimiento virginal de Jesús debe considerarse uno de los milagros más grandes de la historia, junto con la resurrección. Sin embargo, filósofos y científicos se burlan del nacimiento virginal como nada más que un “mito infantil”. Los líderes judíos, desde los primeros tiempos, lo han calificado como “un fraude cruel”. Lo más triste de todo es que muchos teólogos cristianos modernos afirman que es “una leyenda no esencial”.

Hoy en día, el nacimiento virginal es negado flagrantemente por los profesores en muchos seminarios cristianos. De hecho, me atrevería a decir que es la doctrina más ridiculizada en la fe cristiana. Generalmente es desestimada como nada más que un “mito recién llegado”, conjurado por un puñado de pastores y pescadores ignorantes en el primer siglo.

Dios anticipó totalmente estos ataques y, como parte de Su refutación, se aseguró de que la mayor parte de la información en la Biblia acerca del nacimiento virginal fuera escrita por un hombre altamente educado llamado Lucas, quien no era un pastor o pescador ignorante. De hecho, era un médico quien entendía completamente cómo se concebía un bebé.

¿Por qué el nacimiento virginal es tan esencial para la fe cristiana? Yo diría que hay tres razones.

1 En primer lugar, se relaciona con la integridad de la Biblia como la Palabra de Dios. La Biblia dice rotundamente que Jesús nació de una virgen. Si eso no es cierto, entonces, ¿qué podemos creer en la Biblia?

Si lo que ella dice acerca del nacimiento de Jesús es ficción, ¿entonces como podemos creer lo que dice acerca de Su muerte y resurrección?

2 En segundo lugar, se relaciona con la integridad de Jesús como el Mesías. Para que Jesús fuera nuestro Salvador, tres condiciones debían cumplirse:

a) Él tenía que ser Humano. Ningún ángel podía morir por nuestros pecados.

b) Él tenía que ser Divino. Un simple mortal no podía soportar el precio infinito que debía pagarse por nuestros pecados.

c) Él tenía que ser Inmaculado. Un pecador no podía morir por los pecados de otros.

El nacimiento virginal garantizó el cumplimiento de estas tres condiciones:

a) Debido a que nació de María, Él era Humano.

b) Debido a que fue concebido por el Espíritu Santo, Él era Divino.

c) Debido a que nació santo, sin una naturaleza pecaminosa, Él estaba calificado para servir como nuestro Salvador.

3 Finalmente, el concepto del nacimiento virginal no fue alguna ocurrencia tardía. Fue claramente profetizado cientos e incluso miles de años antes de que Jesús naciera. La primera profecía mesiánica en la Biblia se encuentra en Génesis 3:15, donde se nos dice que el Mesías nacerá de la simiente de la mujer.

Isaías profetizó que el Mesías nacería de una virgen y que Él sería Dios en la carne (Isaías 7:14). Jeremías reforzó esto en sus profecías (Jeremías 31:22). Y un ángel de Dios se lo confirmó tanto a María (Lucas 1:26-37) como a José (Mateo 1:18-25).


La pintura de la portada es de un artista desconocido y data de finales del siglo XIX. Cuelga en una parroquia católica en Marianka, Slovakia. 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

jueves, 27 de septiembre de 2018

Observaciones del Editor: Un Hito



Alcancé un hito importante en mi vida el 29 de julio, cuando cumplí 80 años. Y repasando mi vida, puedo testificar la verdad del dicho de que “el tiempo vuela”.

Parece que fue ayer cuando di un paso de fe, abandoné mi carrera en la educación superior, y establecí este ministerio. Sin embargo, eso fue hace casi 40 años en 1980.

Durante nuestra reciente conferencia bíblica anual a mediados de julio, mis dos hijas, junto con el personal de este ministerio, me dieron una fiesta de cumpleaños sorpresa durante el almuerzo en el segundo día de la conferencia. Afortunadamente,  tenían sólo dos velas en el pastel — de lo contrario, ¡habría activado la alarma contra incendios y el sistema de riego!

Como lo he testificado en detalle en mi libro, Confiando en Dios, huí del llamado del Señor a mi vida durante 20 años, antes de que finalmente me rindiera. Ése es el pesar más grande de mi vida. Cuando el Señor finalmente me llevó al final de mí mismo al golpearme en la cabeza con un garrote, me arrepentí y re-dediqué el resto de mi vida a Su servicio. Eso fue hace 38 años.

Cuando eso ocurrió, comencé a orar por dos cosas en particular: 1) “Señor, permíteme recuperar esos 20 años de servicio para Ti”, y 2) “Señor, permíteme terminar fuerte”.

La Biblia dice que el lapso de vida natural es de 70 años (Salmos 90:10). Cualquier cosa más allá de eso es un regalo diario de Dios. Ahora he completado diez de esos veinte años que le pedí al Señor que me permitiera compensar, y estoy agradecido por Su gracia al permitirme vivir tanto tiempo y continuar sirviéndole.

Sigo orando para que pueda terminar fuerte, como el apóstol Pablo, y no como el rey Saúl. Considero que Saúl es una de las figuras más tristes de la Biblia. Él comenzó muy fuerte. Era alto y guapo. Se le dio una unción especial del Espíritu de Dios. Pero quitó sus ojos del Señor y se vio atrapado en una espiral descendente de celos, odio y rebelión que, finalmente, resultó en su suicidio en el campo de batalla.

Quiero terminar fuerte — justo en el centro de la voluntad de Dios, haciendo lo que Él quiere que haga — proclamando el pronto regreso de Jesús.

Es por eso que la mayor bendición de mi cumpleaños 80 el domingo 29 de julio, fue el hecho de  tuve la oportunidad de predicar la Palabra Profética de Dios esa noche en mi congregación — la Iglesia Brookhaven en McKinney, Texas. ¡Gracias, Señor!

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 30 de junio de 2018

Observaciones del Editor: Un Lugar Especial




Para mí, uno de los lugares más importantes para visitar en Israel es el Salón de la Independencia, en Tel Aviv. Allí es donde David Ben–Gurión leyó la Declaración de Independencia de Israel el 14 de mayo de 1948. Cuando va allí, se da cuenta de que está en un lugar donde se cumplió la profecía bíblica. Y, en mi opinión, desde una perspectiva bíblica, es el sitio del evento más importante del Siglo XX — más significativo que la detonación de la primera bomba atómica o la primera caminata en la luna. 

Es una tragedia que el 90 por ciento de los grupos de peregrinación no visiten este sitio. La razón es que la mayoría de las iglesias ignoran la profecía bíblica,  y sus miembros no tienen idea de la importancia del restablecimiento del Estado de Israel. Y por eso, después de aterrizar en Tel Aviv, casi todos los grupos abordan un autobús y se dirigen inmediatamente a Tiberíades, en el Mar de Galilea. 

Salón de la Independencia, en Tel Aviv.

Tel Aviv fue fundada en 1909, en la playa justo al Norte del antiguo puerto de Jaffa. Así pues, una de las ciudades más antiguas de Israel se encuentra junto a una de las más nuevas. El Salón de la Independencia fue construido poco después del establecimiento de la ciudad. Originalmente, era el hogar de Meir Dizengoff, un temprano sionista y hombre de negocio. Se convirtió en el primer alcalde de Tel Aviv. Cuando su esposa murió en 1930, le dio el edificio a la ciudad, y éste fue convertido en un museo de arte.

Uno de los momentos más memorable de mi vida ocurrió en 1987, cuando fui a Israel para rodar nuestro primer álbum de video sobre Israel en la profecía bíblica. Me otorgaron el permiso para pararme en el punto exacto en el Salón de la Independencia donde David Ben–Gurión estuvo en 1948. Mientras estaba allí, leí porciones de la Declaración de Independencia. Ése soy yo en la siguiente fotografía. 



Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

martes, 27 de febrero de 2018

Observaciones del Editor: Añorando el Hogar


Mi esposa, Ann, y yo de pie en el Monte de los Olivos en Jerusalén en 1985. Estábamos celebrando nuestro 25mo aniversario de bodas en este viaje. Detrás de nosotros, corriendo hacia el Norte y el Sur está el Valle del Cedrón, que separa al Monte de los Olivos de la Ciudad Vieja. A la izquierda del hombro derecho de Ann está la Puerta Oriental. 

Tengo nostalgia de Jerusalén. Es mi hogar espiritual, y no he podido ir allí durante los últimos cuatro años debido a la enfermedad de mi esposa. 

Entre 1979 y 2014, visité Jerusalén 45 veces — ya sea llevando grupos de peregrinaje, dirigiendo equipos de video o hablando en eventos especiales —.

Nunca olvidaré mi primera visita en el verano de 1979. Mi primera mañana en Jerusalén, estaba tan emocionado de estar allí que me levanté a las 4 am y tomé un taxi a la cima del Monte de los Olivos. Me senté en el monte mirando hacia el Este sobre el Valle del Cedrón hacia la Ciudad Vieja, el Monte del Templo y la Puerta Oriental. Tomé la gloriosa vista en mi alma mientras miraba los primeros rayos del sol subir detrás de mí e iluminar la antigua ciudad amurallada, reflejándose en la cúpula dorada del santuario musulmán llamado El Domo de la Roca.

Escuché los sonidos de una antigua ciudad despertándose. Parecía que había gallos cantando por todas partes, acentuados a veces por el rebuznar de los burros. Carros tirados por caballos comenzaron a pasar por las calles.

Las escenas, los olores, y los sonidos de esos momentos están grabados en mi memoria.

Pero lo más significativo que experimenté fue espiritual. Sentí en mi espíritu que estaba sentado en el centro de la tierra y el punto focal de toda la historia — donde Dios se hizo carne y donde enseñó, sanó, murió y resucitó de entre los muertos.

De hecho, se me ocurrió que estaba sentado en el mismo sitio donde Él ascendió al Cielo, y me acordé de Su promesa de regresar a ese mismo lugar en el Monte de los Olivos.

Mientras contemplaba estas cosas, de repente me percaté de cuán afortunado era de estar viviendo en la época del regreso del Señor — un tiempo cuando podía ser testigo del cumplimiento de las profecías del tiempo del fin ante mis propios ojos. Me estoy refiriendo a cosas como la reunión del pueblo judíos desde los cuatro ángulos de la tierra, el restablecimiento de su nación y la re-ocupación de su antigua capital.

Jesús mismo les dijo a Sus discípulos que en los tiempos del fin, cuando el pueblo judío regresara a su patria y re-ocupara su capital, Él estaría en la puerta misma del Cielo listo para regresar (Lucas 21:24-28).

¡Grande es el Señor
y digno de suprema alabanza,
en la ciudad de nuestro Dios,
en el monte de su santuario!
¡Qué hermosa altura!
El gozo de toda la tierra
…la ciudad del Gran Rey.
Salmo 48:1-2

lunes, 23 de noviembre de 2015

La Verdadera Convergencia

Observaciones del Dr. David Reagan


En la página 17 de esta edición hay un artículo mío que se titula, “El Fiasco de la Gran Convergencia”. Es acerca del fracaso de tres profecías sensacionales que estaban supuestas a converger en septiembre. Eran profecías de hombres y no de Dios. Eran “profecías” que no pueden hallarse en la Biblia

Sin embargo, muchos estudiantes y maestros de la Profecía Bíblica dieron mucha atención a estas supuestas profecías — al punto de que mucha gente se volvió casi histérica en respuesta a ellas —. Nosotros fuimos inundados con preguntas acerca de ellas, y tratamos de asegurarles a las personas que no significaban nada.


Supongo que es sólo humano que las personas se centren en lo sensacional. Pero también es trágico porque ello resulta en que la Profecía Bíblica es despreciada por la mayoría de las personas. Todo el campo de la escatología (el estudio de los tiempos del fin) tiende a ser un patio de recreo para los fanáticos.

Una vez un sujeto me llamó y me preguntó, “¿Qué está mal con su ministerio?”. Le pregunté de qué estaba hablando, y respondió, “Usted siempre está insistiendo en lo mismo — acerca del cercano regreso de Jesús—. ¿Cuándo se le va a ocurrir algo nuevo?”. Por algo “nuevo”, él se refería a algo raro y sensacional.

No me excuso por centrarme en el cercano regreso del Señor. Eso es lo que Dios me ha llamado a hacer. Además, las promesas de la Palabra de Dios son tan espectaculares, que no necesito inventar cosas sensacionales e imaginativas.

Por eso el apóstol Pablo escribió esta declaración fantástica: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros habrá de manifestarse”. ¡Wow! Ésa es una gran verdad.  Conozco a algunas personas que están sufriendo enormemente, incluyendo a mi esposa, y este verso dice que sin importar lo que puedan sufrir, eso no es nada comparado con las promesas gloriosas de Dios que les esperan en la muerte o el Rapto.

Sólo piense acerca de esas promesas por un momento: el Rapto, cuerpos glorificados, vida eterna en una Nueva Jerusalén en una Tierra Nueva en la presencia de Dios el Padre y Su Hijo. No más enfermedades. No más dolor. No más decepciones. No más llanto. No más muerte.

No es de extrañar que el apóstol Pablo hiciera la siguiente declaración en 1 Corintios 2:9—

Cosa que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que lo aman.

Debemos centrarnos en las profecías y promesas específicas de la Palabra de Dios y no en las especulaciones fantasiosas de los hombres. Como dije antes, la Profecía Bíblica puede ser un patio de recreo para los fanáticos, pero también puede ser pastos verdes para los discípulos. Eso es debido a que ella construye fe y esperanza.


Un punto final. Realmente existe una convergencia profética ocurriendo en el mundo. Éste fue uno de los principales puntos en mi libro acerca de las señales de los tiempos que titulé, Viviendo en Tiempo Prestado: El Inminente Regreso de Jesús. Señalé que muchas de las señales que la Biblia nos dice que debemos vigilar que marcarán el cercano regreso del Señor están convergiendo hoy como nunca antes, indicando claramente que estamos viviendo en la época cuando Jesús irrumpirá de los cielos.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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