viernes, 15 de mayo de 2020

¿Dios Aún Habla a Través de las Señales de la Naturaleza? (parte 1 de 3)

Las Señales de la Naturaleza del Tiempo del Fin




“Desastres naturales una realidad creciente”. San Francisco Chronicle, 3 de octubre, 2018.

“¿Se está preparando el anillo de fuego del Pacífico para el fin de los días”. BreakingIsraelNews.com, 17 de diciembre, 2018.

 “Con un aumento en la actividad de los tornados, los científicos quieren saber por qué”. Washington Post, 29 de mayo, 2019.

“Actividad sísmica muy inusual en la Costa Oeste tiene a los expertos extremadamente preocupados”. Zero Hedge.com, 26 de diciembre, 2019.

“Plaga de langostas de proporciones bíblicas amenaza a África con hambruna”. TheEconomicCollapseBlog.com, 31 de enero, 2020.

“Se prevé que la economía mundial se contraiga por primera vez desde 2009, a medida que el coronavirus causa estragos en las cadenas de suministro mundiales”. TheEconomicCollapseBlog.com, 13 de febrero, 2020.

“Históricas inundaciones sin precedentes en el sur de EE.UU.”. USAToday.com, 17 de febrero, 2020.

“Continúan los fracasos de los cultivos mundiales”. TheEconomic CollapseBlog.com, 19 de febrero, 2020.

“Astrónomos descubren once asteroides peligrosos que podrían impactar la tierra”. SciTechDaily.com, 6 de marzo, 2020.


Estos titulares son suficientes para hacerle pensar que toda la naturaleza se está descontrolando. Y eso, de hecho, es exactamente lo que está pasando desde el punto de vista humano. Pero, espiritualmente, la Biblia nos asegura que Dios está en control, y que lo que estamos presenciando es el cumplimiento de las profecías del tiempo del fin.

Incluso los escritores seculares han reconocido el fenómeno. Tomemos, por ejemplo, a Michael Snyder, quien mantiene un blog llamado El Colapso Económico. Recientemente escribió:

En las últimas décadas, ¿alguna vez hemos visto comenzar un año tan extrañamente como lo ha hecho el 2020? Los patrones climáticos mundiales se han vuelto completamente locos, grandes terremotos están estallando como petardos, parece que la plaga de langostas en África pronto podría convertirse en la peor de la historia moderna, y una plaga masiva de murciélagos está aterrorizando severamente partes de Australia. Además de todo eso, la peste porcina africana está acabando con millones y millones de cerdos en todo el mundo, la gripe porcina H1N1 está matando personas en Taiwán, ha habido brotes de gripe aviar H5N1 en China y en India, y la gripe aviar ha hecho una aparición en una instalación avícola en Arabia Saudita. Y luego, por supuesto, está el brote de coronavirus…

Aquellos de nosotros que nos especializamos en la enseñanza de la profecía bíblica, nos referimos a todos estos desastres naturales como “Señales de la Naturaleza”. Constituyen una de de las seis categorías de señales que la Biblia nos dice que debemos vigilar en los tiempos del fin.

Esta categoría de señales del tiempo del fin es una muy importante y, sin embargo, es la categoría que recibe el menor respeto. Hay dos razones para esto — una conceptual y otra filosófica.


Problemas con las Señales de la Naturaleza

El problema conceptual reside en el hecho de que siempre ha habido señales de la naturaleza. Entonces, cuando son confrontados con las señales de la naturaleza profetizadas, se encogen de hombros y preguntan, “¿Qué más hay de nuevo? Siempre ha habido tornados, huracanes y terremotos”.

Lo que pasan por alto es que Jesús dijo que estas señales serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8). Eso significa que aumentarán en frecuencia e intensidad a medida que nos acerquemos al regreso del Señor. Y eso es exactamente lo que parece estar sucediendo hoy.

El problema filosófico que muchas personas tienen con las señales de la naturaleza se debe al hecho de que el racionalismo científico occidental nos ha lavado el cerebro para creer que, para que algo exista, debes poder verlo, medirlo, pesarlo y diseccionarlo.

Por el contrario, la Biblia enseña que hay todo un reino de lo sobrenatural que normalmente no puede ser percibido por los sentidos. Este reino incluye ángeles, demonios, y la operación del Espíritu Santo. También incluye la intervención de Dios en la historia de vez en cuando, a través de manifestaciones sobrenaturales y desastres naturales.



Dios y las Señales de la Naturaleza

Algunas veces Dios usa las señales de la naturaleza para subrayar la importancia de los eventos importantes. Así pues, en el nacimiento de Jesús, Dios puso una luz especial en los cielos, probablemente una manifestación de Su gloria Shejiná. Cuando Jesús fue crucificado, la tierra experimentó tres horas de oscuridad, y un gran terremoto. Y la Biblia dice que, cuando Jesús regrese, el mundo experimentará el mayor terremoto de su historia. Toda isla será movida, los valles serán levantados, las montañas serán bajadas, y la ciudad de Jerusalén será levantada como una joya, posiblemente convirtiéndose en el lugar más alto de la tierra (Apocalipsis 16:18-21; Isaías 40:3-5).

Más a menudo, Dios usa las señales de la naturaleza como juicios correctivos para llamar a las naciones al arrepentimiento. Tanto la Biblia como la historia dan fe del hecho de que Dios tiene un patrón para tratar con las naciones. Cuando una nación se rebela contra Dios, responde primero levantando voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Éstas no son necesariamente personas con conocimiento sobrenatural del futuro. Simplemente tienen el don de discernimiento para ver dónde es que una nación está errando la marca de Dios. para decirlo de otra manera, saben cómo aplicar las Escrituras a los eventos contemporáneos. 

Si una nación se niega a escuchar las voces proféticas, Dios entonces enviará juicios correctivos. Éstos pueden tomar muchas formas. Deuteronomio 28 menciona el fracaso económico, la rebelión de la juventud, una epidemia de divorcios, confusión en el gobierno, dominación extranjera y derrota militar.  El capítulo también menciona desastres naturales como la sequía, la pérdida de cultivos y la pestilencia. 

Finalmente, si una nación se empecina contra Dios y se obstina en contra de Sus llamados al arrepentimiento, se alcanzará un punto de no retorno — a menudo referido como cuando la “herida es incurable” (Nahúm 3:19; Jeremías 30:12; Miqueas 1:9). En este punto, el Señor entregará a la nación del juicio a la destrucción. Esa destrucción puede ocurrir rápidamente — como con Babilonia y la Unión Soviética — o puede ocurrir gradualmente durante un período de tiempo, como con el Imperio Romano.  

Ejemplos de Juicios Correctivos

Hay muchos ejemplos de juicios correctivos en la Biblia que involucran desastres naturales. Tomemos, por ejemplo, las plagas con las que Dios afligió a Egipto para convencer a Faraón de que debía liberar a los hijos de Israel del cautiverio. El Señor envió plagas de ranas, mosquitos, moscas y langostas. Además, contaminó el agua de la nación, afligió al ganado  con pestes, golpeó a la gente con llagas y furúnculos, envolvió la tierra en una espesa oscuridad y, finalmente, tomó la vida de los primogénitos de los hombres y el ganado.

Cuando el rey Acab llevó a los israelitas a la adoración de un dios pagano, el Señor levantó al profeta Elías para llamar al rey y a su pueblo al arrepentimiento. Cuando ignoraron a Elías, el Señor emitió entonces un juicio correctivo sobre la tierra en forma de una severa sequía de tres años y medio (1 Reyes 17 y 18). 

El libro de Joel habla de una invasión de langostas que afligió a Judá. Ésta era una de las peores calamidades que podría sucederle a una sociedad agrícola. Parece que la gente comenzó a lamentar su “mala suerte”. Fue entonces cuando Dios envió al profeta Joel para informarles que el desastre no tenía nada que ver con la suerte. Joel proclamó audazmente que las langostas habían sido enviadas por Dios para llamar al pueblo al arrepentimiento. Advirtió que, si no se arrepentían, el Señor enviaría algo aún peor: un ejército enemigo. El pueblo ignoró a Joel y a los profetas que lo siguieron, y Dios finalmente envió al ejército, entregándolos del juicio a la destrucción.

Setenta años después, cuando terminó el cautiverio babilónico, los judíos que regresaron a Judá sentaros las bases para un nuevo templo, y luego rápidamente perdieron el interés en el proyecto. En su lugar, centraron su atención en la construcción de sus hogares personales. Durante 14 años, los cimientos del templo permanecieron vacantes. Finalmente, Dios levantó a un profeta anciano y rudo llamado Hageo. Se enfrentó al pueblo preguntándole: “¿Han notado que, cuando plantan sus cultivos, son destruidos por la podredumbre de la raíz? Y que cuando los replantan, ¿son destruidos nuevamente por el granizo? Y cuando los replantan, ¿viene una tormenta? ¡Dios les está hablando! Los está llamando a arrepentirse de sus prioridades equivocadas y a prestar atención a la reconstrucción de Su templo”. Por una vez, el pueblo escuchó, obedeció y fue bendecido.

En la segunda parte de esta mirada a las señales de la naturaleza, exploraremos el papel de Satanás en las calamidades naturales.

Lea la conclusión »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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