miércoles, 19 de septiembre de 2018

¿Cuál es el Destino de los Estados Unidos? – Conclusión

¿Arrepentimiento o Juicio?




La Advertencia de Romanos 1

El capítulo 1 de Romanos deja en claro que el destino de nuestra nación está sellado. Éste dice que la ira de Dios es llamada desde el Cielo por: la impiedad, la injusticia, la supresión de la verdad, y la adoración de la creación en lugar del Creador.

Bueno, allí es exactamente donde estamos en la historia de nuestra nación. 
  • Estamos practicando la impiedad cuando expulsamos a Dios de nuestras escuelas y de todos los aspectos de nuestra vida pública.
  • Estamos practicando la injusticia en nuestro asesinato diario de bebés.
  • Estamos suprimiendo la verdad del origen del universo y de la vida.
  • Estamos adorando a la creación en lugar del Creador.

Romanos 1 dice que Dios responde a esta clase de rebelión contra Él y Su Palabra retrocediendo y bajando la cobertura de protección de la nación, permitiendo que la maldad se multiplique. Y los resultados son:

1) Una revolución sexual — que ocurrió en nuestra nación en la década de 1960 (versículos 24-25).

2) Una plaga de homosexualidad — que siguió en los años ochenta y noventa (versículos 26-27).

3) La sociedad siendo entregada a una mente reprobada — que es donde estamos hoy (versículos 28-32).


¿Qué otra cosa más que la depravación sexual podría explicar la celebración de nuestra nación de la decisión de la Corte Suprema de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo? Cuando lo celebramos, Dios debe haber llorado. Especialmente cuando nuestro Presidente tuvo la audacia de iluminar la Casa Blanca con los colores del movimiento de la perversión sexual. ¡Qué espectáculo tan depravado y sórdido fue!

No tengo dudas de que firmamos la sentencia de muerte de nuestra nación el 26 de junio de 2015, cuando nuestra Corte Suprema emitió su decisión despreciable e impía.

Ni tampoco estamos solos. Europa ha rechazado al cristianismo, y los cristianos están siendo perseguidos y masacrados en todo el mundo. Nuestro mundo es una bomba de tiempo. Y una de las tragedias es que la persona promedio simplemente está viviendo su vida normal como si nada estuviera mal, ajena al hecho de que la ira de Dio está a punto de derramarse.

Nuestra Esperanza

¿Hay alguna esperanza para nuestra nación? No lo creo. Pero no debemos desesperarnos por varias razones. 

En primer lugar, lo que estamos experimentando es un cumplimiento de la profecía del tiempo del fin. Todos los profetas bíblicos, incluyendo a Jesús, profetizaron que, en los tiempos del fin, la sociedad se desintegraría en violencia e inmoralidad — que llegaría a ser tan malvada como en los días de Noé, y que la gente se ocuparía de sus asuntos como si todo estuviera normal.

Allí es exactamente donde estamos hoy. Y, por lo tanto, somos testigos de las señales que están anunciando el pronto regreso de Jesús.

Ésta es la razón por la que el gran pastor, Adrián Rogers, una vez dijo: “El mundo se está volviendo gloriosamente oscuro”. O, como a Jan Markell le gusta decirlo: “El mundo no se está cayendo a pedazos; más bien, las piezas están cayendo en su lugar”.

La segunda razón por la que no debemos desesperar es porque hay una esperanza individual. Para aquellos de nosotros que somos creyentes. Dios nos ha prometido que nunca nos desamparará.

Una tercera razón por la que no deberíamos desesperar es debido a lo que Dios está haciendo en el cielo en este momento. La Biblia dice en Salmos 2 que, mientras todos los líderes políticos del mundo conspiran contra Él, Su Palabra y Su Hijo, nuestro Creador se sienta en Su trono y se ríe. No se está riendo porque no le importe. ¡Oh no! Él se está riendo porque tiene la sabiduría y el poder para orquestar toda la maldad de la humanidad y de Satanás para el triunfo de Su voluntad en la historia. 

Y no se olvide, tenemos una cuarta razón por la esperanza. Tenemos la increíble esperanza del Rapto. 

También hay esperanza para los incrédulos. Como a Robert Jeffress le gusta señalar:

Cuando la oscuridad se profundice, la luz de Jesús brillará más intensamente, como un diamante sobre una tela negra, y más y más serán atraídas a Jesús y serán salvas. 

Mientras tanto, a medida que la oscuridad se profundiza, aquellos de nosotros debemos servir como sal y luz, defendiendo a Dios y Su Palabra y negándonos a ceder a las exigencias de una sociedad pagana, sin importar el costo.

Debemos ser faros de esperanza, señalándole a la gente el Dios de esperanza, mientras los instamos a poner su esperanza en su única Esperanza — Jesús, el Hijo de Dios y el pronto regreso del Rey de reyes y Señor de señores.

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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