martes, 8 de noviembre de 2011

Ironside acerca del Calvinismo


“Vaya a su Biblia y lea por sí mismo en los únicos dos capítulos en los que esta palabra predestinar o predestinado se encuentra. El primero es Romanos 8:29-30, el otro capítulo es Efesios 1:5 y 11. Notará que no existe ninguna referencia en estos cuatro versículos al cielo o al infierno sino a la semejanza a Cristo eventualmente. En ninguna parte se nos dice en la Escritura que Dios predestinó a un hombre para ser salvo y a otro para perderse. Los hombres se salvan o se pierden eternamente debido a su actitud hacia el Señor Jesucristo. La predestinación significa que algún día todos los redimidos serán como el Señor Jesús”.

“D.L. Moody solía ponerlo muy simple: Los elegidos son los “todo aquel que crea”, los no elegidos son los “todo aquel que no crea”. Esto es exactamente lo que la Escritura enseña, la invitación es para todos, aquellos que la aceptan son los elegidos. Recuerde, nunca se nos dice que Cristo murió por los elegidos”.

“'Todo aquel' significa todo aquel. Sólo un teólogo prejuiciado, con un interés personal, podría pensar que esto significa sólo los elegidos”.

>> Lea más acerca del Calvinismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
H.A. Ironside on Calvinism

1 comentario:

Anónimo dijo...

!Saludos en Cristo!.
Debería poner artículos sobre los frutos putrefactos de la herejía del calvinismo: La segregación y las leyes de Jim Crow, el KuKluxKlan y el crimen del Apartheid, todos ellos creados por la distorsionada mentalidad de las iglesias calvinistas. Le puedo enviar materiales a su dirección de correo electrónico al respecto de ese tema, si me lo permite.
Nuestro Señor y Dios dijo: "Por sus frutos los conoceréis ¿es que acaso se recogen uvas de los espinos o higos de las zarzas? Así, todo árbol bueno da buenos frutos, y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Por tanto, por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7: 15-20).

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