miércoles, 1 de febrero de 2023

Señales Naturales del Pronto Regreso de Jesús (parte 1 de 2)

Por Dr. David R. Reagan

Titulares como éstos son suficientes para hacerle pensar que toda la naturaleza está fuera de control. Y eso, de hecho, es exactamente lo que está sucediendo desde un punto de vista humano. Pero espiritualmente, la Biblia nos asegura que Dios está en control, y lo que estamos presenciando es el cumplimiento de las profecías del tiempo del fin.

Incluso los escritores seculares han reconocido el fenómeno. La autora Alva Yaffe escribió recientemente en Living Magazine: “Desde las aves que vuelan hacia el sur antes de una tormenta, hasta la nieve agrietada antes de una avalancha, hasta lagos cercanos a volcanes, la naturaleza tiene su forma de enviarnos señales que pueden tomarse en serio o ignorarse. Y todo se reduce a tomar una decisión de vida o muerte en muchos casos”.

Si bien aquellos de nosotros que nos especializamos en la enseñanza de la profecía bíblica no atribuimos la Fuente de esas señales simplemente a la “naturaleza”, estaríamos de acuerdo en que el discernimiento con respecto a las señales realmente hace la diferencia en la vida o la muerte. Eso se debe a que Dios usa señales de la naturaleza, junto con otras cinco categorías de señales, para ofrecer una advertencia profética al mundo. La Biblia nos dice que estemos atentos a todas las categorías de señales en los tiempos del fin.

Estas señales de la naturaleza son muy importantes y, sin embargo, reciben el menor respeto. Hay dos razones para esto: una que es conceptual y la otra que es filosófica.

Problemas con las Señales de la Naturaleza

El problema conceptual reside en el hecho de que siempre ha habido señales de la naturaleza. Entonces, cuando se enfrentan con las señales de la naturaleza profetizadas, muchas personas se encogen de hombros y preguntan: “¿Qué más hay de nuevo? Siempre ha habido tornados, huracanes y terremotos”.

Lo que pasan por alto es que Jesús dijo que estas señales serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8). Eso significa que aumentarán en frecuencia e intensidad a medida que nos acerquemos al regreso del Señor. Y eso es exactamente lo que parece estar sucediendo hoy.

El problema filosófico que muchas personas tienen con las señales de la naturaleza se debe al hecho de que el racionalismo científico occidental nos ha lavado el cerebro para que creamos que, para que algo exista, debes poder verlo, medirlo, pesarlo y diseccionarlo.

En contraste, la Biblia enseña que hay todo un reino de lo sobrenatural que normalmente no puede ser percibido por los sentidos. Este reino incluye ángeles, demonios y la operación del Espíritu Santo. También incluye la intervención de Dios en la historia de vez en cuando a través de manifestaciones sobrenaturales y desastres naturales.

Dios y las Señales de la Naturaleza

A veces Dios usa señales de la naturaleza para subrayar la importancia de los eventos importantes. Por lo tanto, en el nacimiento de Jesús, Dios colocó una luz especial en los cielos, probablemente una manifestación de Su gloria Shejiná. Cuando Jesús fue crucificado, la tierra experimentó tres horas de oscuridad y un gran terremoto. Y la Biblia dice que, cuando Jesús regrese, el mundo experimentará el terremoto más grande de su historia. Toda isla se moverá, los valles serán levantados, las montañas serán abatidas, y la ciudad de Jerusalén será levantada como una joya, posiblemente convirtiéndose en el lugar más alto de la tierra (Ap. 16:18-21 e Isaías 40:3-5).

Más a menudo, Dios usa las señales de la naturaleza como juicios correctivos para llamar a las naciones al arrepentimiento. Tanto la Biblia como la historia atestiguan el hecho de que Dios tiene un patrón para tratar con las naciones. Cuando una nación se rebela contra Dios, Él responde primero levantando voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Éstas no son necesariamente personas con conocimiento sobrenatural del futuro. Simplemente tienen el don del discernimiento para ver dónde una nación está perdiendo la marca de Dios. Para decirlo de otra manera, saben cómo aplicar las Escrituras a los acontecimientos contemporáneos.

Si una nación se niega a escuchar las voces proféticas, Dios enviará juicios correctivos. Éstos pueden tomar muchas formas. Deuteronomio 28 menciona el fracaso económico, la rebelión de la juventud, una epidemia de divorcios, confusión en el gobierno, dominación extranjera y derrota militar. El capítulo también menciona desastres naturales como sequías, malas cosechas y pestilencias.

Finalmente, si una nación se atrinchera contra Dios y no responde positivamente a Sus llamados al arrepentimiento, se alcanzará un punto de no retorno — a menudo referido como “cuando la herida se vuelve incurable” (Nahum 3:19, Jeremías 30:12 y Miqueas 1:9). En este punto, el Señor llevará a la nación del juicio a la destrucción. Esa destrucción puede ocurrir rápidamente, como con Babilonia y la Unión Soviética, o puede ocurrir gradualmente durante un período de tiempo, como con el Imperio Romano.

Ejemplos de Juicios Correctivos

Hay muchos ejemplos de juicios correctivos en la Biblia que involucran desastres naturales. Tomemos, por ejemplo, las plagas con las que Dios afligió a Egipto para convencer a Faraón de que debía liberar a los hijos de Israel del cautiverio. El Señor envió plagas de ranas, mosquitos, moscas y langostas. Además, contaminó el agua de la nación, afligió al ganado con pestilencia, hirió a la gente con llagas y forúnculos, envolvió la tierra en una espesa oscuridad y, finalmente, tomó la vida de los primogénitos, tanto de hombres como de ganado.

Cuando el rey Acab llevó a los israelitas a adorar a un dios pagano, el Señor levantó al profeta Elías para llamar al rey y a su pueblo al arrepentimiento. Cuando ignoraron a Elías, el Señor puso un juicio correctivo sobre la tierra en la forma de una severa sequía de tres años y medio (1 Reyes 17 y 18).

El libro de Joel habla de una invasión de langostas que afligió a Judá. Ésta era una de las peores calamidades que podía sobrevenirle a una sociedad agrícola. Parece que la gente comenzó a lamentarse de su “mala suerte”. Fue entonces cuando Dios envió al profeta Joel para informarles que el desastre no tenía nada que ver con la suerte. Joel proclamó audazmente que las langostas habían sido enviadas por Dios para llamar al pueblo al arrepentimiento. Advirtió que, si no se arrepentían, el Señor enviaría algo aún peor: un ejército enemigo. La gente ignoró a Joel y a los profetas que lo siguieron, y finalmente Dios envió al ejército, llevándolos del juicio a la destrucción.

Setenta años más tarde, cuando terminó el cautiverio babilónico, los judíos que regresaron a Judá sentaron los cimientos para un nuevo templo, y luego rápidamente perdieron interés en el proyecto. En cambio, dirigieron su atención a la construcción de sus hogares personales. Durante 14 años, los cimientos del templo permanecieron vacíos. Finalmente, Dios levantó a un profeta anciano y de habla dura llamado Hageo. Se enfrentó a la gente preguntándoles: ¿Habéis notado que cuando plantáis vuestros cultivos, son destruidos por la podredumbre de raíz? ¿Y que cuando los volvéis a plantar, son destruidos de nuevo por el granizo? ¿Y que cuando los volvéis a plantar, una tormenta de viento viene? ¡Dios les está hablando! Él los está llamando a arrepentirse por tener vuestras prioridades fuera de lugar y a prestar atención a la reconstrucción de Su templo”.  Por una vez, el pueblo escuchó, obedeció y fue bendecido.

La Naturaleza de Dios

Dios ha continuado a lo largo de la historia usando señales de la naturaleza para llamar a las naciones al arrepentimiento. Algunas personas dicen: “Oh no, Dios ya no hace eso porque ésta es la ‘Era de la Gracia’”. El primer problema con esa declaración es que implica que hubo un tiempo anterior sin gracia. De hecho, sólo hay un medio de salvación, a saber, la gracia por medio de la fe (Joel 2:32).

Además, la Biblia dice que Dios es “el mismo ayer, hoy y siempre” (Hebreos 13:8). No existe tal cosa como el Dios de la ira del Antiguo Testamento, y el Dios de la gracia del Nuevo Testamento. Dios no cambia (Malaquías 3:6). Él es inmutable.

El Dios de la ira del Antiguo Testamento es el que mostró gracia hacia la malvada ciudad de Nínive, cuando su pueblo se arrepintió en respuesta al mensaje de Jonás. El Dios de la gracia del Nuevo Testamento es quien advirtió a la iglesia en Tiatira que si continuaba tolerando a una falsa profetisa, “la arrojaría sobre un lecho de enfermedad y, a aquellos que cometieran adulterio con ella, en gran tribulación”. Además, Él amenazó con “matar a sus hijos con pestilencia” (Ap. 2:22-23).

Nuestro Dios es un Dios de gracia, misericordia y amor. Pero también es un Dios de santidad, rectitud y justicia. La visión equilibrada de Dios es presentada por el profeta Nahúm. Hablando de la gracia de Dios, escribió: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahúm 1:7). Pero Nahúm advirtió que el mismo Dios es Uno que es justo y santo, y que no tolerará el pecado (Nahúm 1:2-3):

Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)


Recurso recomendado:

martes, 31 de enero de 2023

La Naturaleza y el Dios de la Naturaleza (parte 2 de 2)

Discerniendo las Señales de los Tiempos

Director y Evangelista Sénior
Ministerio Cordero y León

En la Parte 1 de este artículo de dos partes, vimos cómo Dios ha utilizado con frecuencia las señales de la naturaleza para confirmar Su llamado y Su voluntad, para advertir y juzgar a individuos y naciones. Ahora exploraremos las señales del Mesías.

Señales del Mesías

Claramente, el Dios de la naturaleza tiene autoridad sobre Su creación. Por medio de Sus profetas, pronunció señales que demostrarían Su poder y provisión para Su pueblo. También ofreció señales que apuntarían a la demostración final de Su misericordia y gracia: el advenimiento de su Hijo unigénito, Jesucristo.

Entre las señales de la naturaleza que Dios predijo que rodearían el nacimiento del Mesías:

  • Él vendría a través de “la simiente de la mujer”, no a través del proceso natural que involucra la simiente de un hombre (Génesis 3:15) 
  • Una estrella señalaría Su nacimiento (Números 24:17;  Isaías 9:2)
  • Él nacería de una virgen que lo llamaría Emanuel — Dios con nosotros (Isaías 7:14)
  • Su linaje fluiría a través de una rama particular de la humanidad, incluidos muchos que no serían considerados particularmente justos aparte de su fe en Dios (Génesis 12:3, 17:21, 28:14, 49:8; Jeremías 23:5).

Durante Su ministerio en la tierra, Jesús también demostró Su autoridad sobre la naturaleza. En el primer sermón de Pedro, afirmó que la naturaleza divina de Jesús el Nazareno les fue atestiguada “por Dios con milagros, señales y prodigios y señales que Dios realizó entre ustedes por medio de Él” (Hechos 2:22).  Esas señales incluyen:

  • Su primer milagro — cambiar el agua en vino — manifestó poder sobre el espacio, el tiempo y la materia (Juan 2:1-11)
  • Con frecuencia sanaba a las personas de enfermedades físicas, incluso resucitando a las personas de entre los muertos (Juan 4:46-54;  5:1-8; 9:1-7; y 11:1-44)
  • Caminó sobre el agua y ordenó que cesara una tormenta (Juan 6:16-21 y Marcos 4:35-41)
  • Multiplicó cinco panes y dos peces para alimentar a miles (Mateo 14:15-21)
  • Mediante Su propia autoridad, venció la muerte (Hechos 2:22-28; 1 Corintios 6:14)
  • Después de Su resurrección, atravesó puertas y ascendió al cielo (Juan 20:19; Lucas 24:51)

Claramente, Jesús fue el cumplimiento de las profecías concernientes al Mesías, como se predijo en el Antiguo Testamento. Él era el Verbo hecho carne. Incluso en Su crucifixión, Dios estaba ofreciendo señales de Su divinidad y papel como Mesías: la tierra tembló y las rocas se partieron; el velo del templo se rasgó en dos de arriba a abajo, la oscuridad cayó sobre la tierra durante tres horas mientras el sol ocultaba su rostro; y muchos santos muertos fueron resucitados y se aparecieron a muchos (Mateo 27: 51-53 y Lucas 23: 44-45).

Al presenciar todo esto, el quejumbroso centurión que supervisó Su ejecución alabó a Dios y exclamó: ¡Verdaderamente éste era el Hijo de Dios!” (Mateo 27:54 y Lucas 23:47).

Señales de Cosas por Venir

David Reagan, el fundador del Ministerio Cordero y León, ha documentado más de 300 profecías en el Antiguo Testamento que apuntan al Primer Advenimiento y al ministerio terrenal de Jesús — de las cuales 109 son únicas. Muchas de ellas pueden ser categorizadas como señales de la naturaleza.

Más de 500 referencias en el Antiguo Testamento apuntan a la gloriosa Segunda Venida de Jesús. Jesús y los autores del Nuevo Testamento proporcionan señales adicionales para que discernamos, a fin de reconocer la época de Su regreso. Las que se relacionan con las señales de la naturaleza incluyen:

  • Hambrunas y terremotos (Mateo 24:7)
  • Grandes terremotos, plagas, hambrunas y terrores y grandes señales del cielo (Lucas 21:11)
  • Señales en el sol, la luna y las estrellas (Lucas 21:25)
  • Rugido del mar y de las olas (Lucas 21:25)
  • Los hombres se desmayarán de miedo cuando las potencias de los cielos sean sacudidas — algunos piensan que apuntan al miedo inspirado por la amenaza de una guerra nuclear (Lucas 21:26)

Incluso después de que la Iglesia sea sacada del mundo (arrebatada), las señales naturales continuarán y se multiplicarán. Los que sean dejados atrás experimentarán:

  • Oscuridad, porque el sol y la luna no darán su luz y las estrellas caerán del cielo (Mateo 24:29; Ap. 6:12-13)
  • La hambruna inducida por la guerra conducirá a la muerte de 1/4 de la población mundial (Ap. 6:1-8)
  • Un gran terremoto removerá cada montaña e isla (Ap. 6:12-14)
  • Granizo y fuego caerán sobre la tierra y quemarán 1/3 de los árboles y la hierba verde (Ap. 8:7)
  • Algo “como una gran montaña” caerá en el mar, corrompiendo 1/3 del agua y matando a 1/3 de las criaturas marinas (Ap. 8:8-9)
  • Otra “gran estrella” caerá del cielo y envenenará 1/3 del agua dulce en la tierra (Ap. 8:10-11)
  • Las personas que acepten la Marca de la Bestia serán infligidas con llagas repugnantes y malignas (Ap. 16:2)
  • El sol entonces dará llamaradas y quemará a la humanidad (Ap. 16:8)

Ésta no es de ninguna manera una lista completa, sino meramente representativa de las señales de la naturaleza que le aguardan a un mundo rebelde. Sorprendentemente, aquellos que están condenados a soportar tal castigo reconocerán la Fuente de su sufrimiento. Los reyes de la tierra, y los grandes hombres, y los comandantes, y los ricos, y los fuertes, y todo esclavo y hombre libre buscarán refugio entre las rocas de las montañas y dirán: “Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero” (Ap. 6:15-16).

Cuando Juan prevé el derramamiento de seis copas de ira, registra que los hombres blasfemarán “el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas placas” (Ap. 16:9). Trágicamente, predice que no se arrepentirán “para darle gloria” — y ser salvos.

Muestre Discernimiento y Atienda la Advertencia

Al final, ésa es la lección de las señales de la naturaleza. Dios es el Dios de la naturaleza y tiene poder sobre toda Su creación. Él usa legítimamente mecanismos naturales y sobrenaturales para cumplir Su voluntad.

La naturaleza se rinde ante Dios porque debe hacerlo. Así como Él habló una palabra y la totalidad del cosmos fue arrojada a la existencia ordenada, Su Palabra nunca volverá vacía.

Por Su Palabra, las Señales de la Naturaleza se multiplican ante nuestros ojos. Así como los sabios pudieron reconocer y seguir la Estrella de Belén que anunció Su nacimiento, aquellos que han estudiado Su Palabra y lo están anticipando, discernirán la época de Su regreso. Otros simplemente se burlarán y seguirán con sus vidas. Al igual que las personas que se burlaron de la predicación de Noé, serán barridos cuando los pronunciamientos de advertencia se conviertan en un derramamiento de ira.

¡No se demore! Refúgiese en el Salvador que rescatará a los que le pertenecen antes de la tormenta venidera — Jesucristo, el único Camino, Verdad y Vida de Dios.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Nature and Nature's God

Recurso recomendado:

martes, 24 de enero de 2023

La Naturaleza y el Dios de la Naturaleza (parte 1 de 2)

Discerniendo las Señales de los Tiempos

Director y Evangelista Sénior
Ministerio Cordero y León


En el Congreso, 4 de julio de 1776

La declaración unánime de los trece Estados unidos de América:

Cuando en el curso de los acontecimientos humanos, se hace necesario que un pueblo disuelva los vínculos políticos que lo han conectado con otro, y asuma entre las naciones de la tierra, la posición separada e igual a la que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho ...

Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales, que están dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad…

Esas palabras una vez describieron un respeto occidental y una comprensión de todo el orden natural. La naturaleza existe — y nos movemos en un orden creado — pero sobre todo lo que vemos y observamos está Dios.

Él no puede ser visto. Ningún instrumento puede medirlo o comprender Sus proporciones. Ninguna mente mortal o inteligencia artificial puede comprender Sus caminos o sondear Sus pensamientos.

Por el poder de Su Palabra — hablada como se revela en Génesis 1 — comenzó el cosmos. Se cree que el universo observable, más expansivo de lo que la mente del hombre puede captar, es sólo una pequeña fracción de lo que realmente existe más allá de los confines de nuestro propio rincón del espacio.

Es apropiado y saludable para nosotros considerar por un momento la inmensidad de la creación de Dios antes de volver nuestra mirada hacia Su criatura más elevada.

Danos una Señal

Cuando Jesús estaba ministrando en la tierra, los escribas, fariseos y saduceos con frecuencia le exigían que les mostrara una señal (Mateo 12:38, 16:1;  Marcos 8:11; Lucas 11:16;  Juan 2:18). Fueron tan lejos como para preguntar: “¿Qué, pues, haces como señal, para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces?”.

La narración en Juan sigue inmediatamente a Jesús alimentando a miles de personas, multiplicando cinco panes de cebada y dos peces. Mateo registra esta audaz demanda después de múltiples milagros de sanidad y otro milagro de alimentación. Jesús estaba claramente exasperado porque los supuestos líderes religiosos podían discernir señales del clima y, sin embargo, no podían discernir las señales de los tiempos (Mateo 16:1-4).

Su negativa a reconocer la multitud de señales que Jesús realizó reflejaba dureza de corazón en lugar de incapacidad para ver. Jesús afirmó correctamente en una parábola que los duros de corazón no serán “persuadidos aunque alguien resucite de entre los muertos” (Lucas 16:31). El punto de Jesús fue remachado dramáticamente en Juan 11 y 12. Después de que resucitó a Lázaro de entre los muertos, los fariseos finalmente admitieron que estaba realizando “muchas señales” (Juan 11:47). 

Pero, en lugar de reconocer en su corazón la clara autoridad de Jesús para hacer maravillas y dar señales, los principales sacerdotes resolvieron matar a Jesús y a Lázaro también (Juan 11:43, 12:9-11).

¿Cuál es el valor de una señal que no será vista ni creída? La incredulidad deliberada en las señales y prodigios de Dios demuestra un rechazo de Él como Dios (Romanos 1:18-20).

Aquí Está su Señal

Dios ha provisto Su Palabra como un testimonio infalible de Su Persona, Su poder y Su plan. Sólo necesitamos creerle, y como Abraham, seremos acreditados con justicia. En otras palabras, el consejo completo de Su Palabra apunta a Jesús (Su Persona), Su resurrección (Su poder) y Su Evangelio (Su plan).

Él también extiende gracia y bondad amorosa hacia las criaturas creadas a Su propia imagen. Debido a que Él es paciente y amable y no "quiere que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9), Él también proporciona señales que apuntan a Su Persona, Su poder y Su plan. El Ministerio Cordero y León ha categorizado durante mucho tiempo la señales de los Tiempos del Fin en señales de la naturaleza, sociedad, espiritualidad, política mundial, tecnología e Israel.

Dios ha utilizado con frecuencia señales de la naturaleza para confirmar Su llamado y Su voluntad, para advertir y juzgar a individuos y naciones. Por ejemplo:

  • La maldición que Él puso sobre la Creación fue en respuesta a la desobediencia y el pecado de Adán y Eva (Génesis 3:17-19)
  • El diluvio sin precedentes, que nunca se repetirá, y que cubrió toda la tierra (Génesis 7)
  • El fuego que cayó del cielo para destruir Sodoma y Gomorra (Génesis 19)
  • Isaac fue concebido en cumplimiento de una promesa de Dios, a pesar de que su madre ya había pasado la edad fértil (Génesis 18:10-14)
  • Diez plagas cayeron sobre Egipto antes de que Faraón cediera y dejara ir a los hijos de Israel (Éxodo 7-12)
  • La afirmación de Gedeón por parte de Dios, por la cual el rocío cayó alternativamente sobre un vellón de lana y sobre el suelo (Jueces 6:36-40)
  • El día diferente a cualquier otro antes o después, cuando el sol se detuvo en medio del cielo mientras Israel derrotaba a su enemigo (Josué 10:12-14)
  • Tumores que afligían a los hombres filisteos que habían capturado el Arca de la Alianza (1 Samuel 5-6)
  • El pronunciamiento de Elías de una sequía de tres años (1 Reyes 17:1, 18:1)
  • La sombra proyectada por el sol retrocedió diez pasos, para afirmar la palabra profética de Isaías a Ezequías (2 Reyes 20:8-11)

Como Gobernante del Cielo y la Tierra, Dios también puede levantar burros que hablan, grandes peces y humildes gusanos para servir a Su propósito.

Me encanta el detalle incluido en la Palabra de Dios. Al describir la última plaga en Egipto, que llevaría a Faraón a dejar ir a los hijos de Israel, el Señor dijo: Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas” (Éxodo 11:6-7). ¡Este pasaje demuestra que a veces la soberanía de Dios sobre la naturaleza se manifiesta por Su supresión de resultados que serían completamente naturales!

Señales de Advertencia

Tomados en su conjunto, algunos de estas señales podrían tener explicaciones naturalistas. El mundo todavía experimenta pestilencia y plagas de langostas; huracanes y tornados; terremotos y tsunamis; sequías e incendios. Éstos y otros desastres naturales son inherentes a la maldición posterior a la Caída impuesta sobre el mundo. Pero, a menudo, son el resultado de un juicio específico de Dios.

Cuando el rey David pecó contra Dios, al ordenar un censo para determinar la fuerza de su ejército, el Señor envió a Gad para reprenderlo. Gad transmitió un mensaje desgarrador: David podría elegir uno de los tres castigos por su falta de fe: una hambruna de siete años, un ataque de tres meses por parte de un enemigo extranjero o un brote de pestilencia (o enfermedad) de tres días. David estaba en “gran angustia” por tal elección, y se rindió a la misericordia de Dios. Pero nunca dudó de que Dios tenía el poder y el derecho de infligir cualquiera de esos juicios sobre él y sobre Israel (2 Samuel 24:1-14).

El entendimiento de David está en el corazón de cualquier comprensión de las señales de la naturaleza. La naturaleza no es un mecanismo autónomo; en palabras de Thomas Jefferson, está sujeta al Dios de la Naturaleza.

Una vez más, a veces Dios obra a través de procesos naturales para cumplir Su voluntad. Pero, a menudo, incluso esos procesos naturales demuestran un milagro de tiempo — y transmiten el poder todopoderoso de Dios. Por ejemplo, los pescadores se ganaban la vida en el Mar de Galilea. Pero Pedro se dio cuenta de la divina providencia de Dios cuando Jesús le dijo que arrojara su red una vez más en el lado derecho de la barca (Juan 21:3-11).

De manera similar, mientras Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a la medianoche, durante su encarcelamiento en Filipos, un terremoto sacudió la cárcel. Todas las puertas de la prisión se abrieron y las cadenas se soltaron. Un burlador podría descartar ese evento milagroso como una mera coincidencia. Pero no hay coincidencias con Dios, sólo milagros de tiempo.

En la segunda parte de este artículo de dos partes, veremos las señales del Mesías.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Nature and Nature's God

Recurso recomendado:

Revista Llamada de Medianoche – Enero 2023

Una mirada hasta el fin de los tiempos

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Temas incluidos en esta edición:

»» Pablo enseña acerca de la Iglesia e Israel
»» Israel crece y prospera
»» Israel y la oración
»» La necesidad de la paciencia
»» La doble victoria de la iglesia de Filadelfia

Entre otros.

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martes, 10 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 3 (parte 2 de 2)

  Profecía y Probabilidad

Por Dr. David R. Reagan

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Tercera Parte: Profecía Mesiánica

La tercera y más famosa sección del libro de Stoner se refiere a la profecía mesiánica.7 Su versículo principal para esta sección es Juan 5:39 que dice: “Escudriñad las Escrituras porque...ellas son las que dan testimonio de mí”.

Stoner procede a seleccionar 8 de las profecías más conocidas sobre el Mesías y calcula las probabilidades de su cumplimiento accidental en una persona como 1 en 10^17.

Los Cálculos de Peter Stoner con Respecto a la Profecía Mesiánica

A continuación se muestra una lista de las 8 profecías que Stoner seleccionó, junto con una explicación de cómo calculó las probabilidades. A medida que lea estas profecías, verá que todas las estimaciones se calcularon de la manera más conservadora posible.

1) El Mesías nacerá en Belén (Miqueas 5:2). 
La población promedio de Belén desde la época de Miqueas hasta el presente (1958), dividida por la población promedio de la tierra durante el mismo período es igual a 7,150 dividida por 2,000,000,000 o 2.8x10^5.

2) Un mensajero preparará el camino para el Mesías (Malaquías 3:1). 
¿Un hombre entre cuántos, en todo el mundo, ha tenido un precursor (en este caso, Juan el Bautista) para preparar su camino? Estimación: 1 en 1,000 o 1x103.

3) El Mesías entrará en Jerusalén como un rey montado en un asno (Zacarías 9:9). 
¿Un hombre de cuántos, que ha entrado en Jerusalén como gobernante, ha entrado montado en un asno? Estimación: 1 en 100 o 1x10^2.

4) El Mesías será traicionado por un amigo y sufrirá heridas en Sus manos (Zacarías 13:6). 
¿Un hombre de cuántos, en todo el mundo, ha sido traicionado por un amigo, lo que le ha causado heridas en sus manos? Estimación: 1 en 1,000 o 1x10^3.

5) El Mesías será traicionado por 30 piezas de plata (Zacarías 11:12). 
De las personas que han sido traicionadas, ¿cuántas han sido traicionadas por exactamente 30 piezas de plata? Estimación: 1 en 1,000 o 1x10^3.

6) El dinero de la traición se usará para comprar un campo de un alfarero (Zacarías 11:13). 
¿Un hombre de cuántos, después de recibir un soborno por la traición de un amigo, ha devuelto el dinero, se lo rechazaron, y luego ha experimentado que se usa para comprar el campo de un alfarero? Estimación: 1 en 100,000 o 1x10^5.

7) El Mesías permanecerá en silencio mientras sea afligido (Isaías 53:7). 
¿Un hombre de cuántos, cuando está oprimido y afligido, aunque inocente, no se defenderá a sí mismo? Estimación: 1 en 1,000 o 1x10^3.

8) El Mesías morirá con Sus manos y pies traspasados (Salmo 22:16). 
¿Un hombre de cuántos, desde la época de David, ha sido crucificado? Estimación: 1 en 10,000 o 1x10^4.

Al multiplicar todas estas probabilidades juntas se obtiene un número (redondeado) de 1x10^28. Al dividir este número por una estimación del número de personas que han vivido desde el tiempo de estas profecías (88 mil millones) se obtiene una probabilidad de que las 8 profecías se cumplan accidentalmente en la vida de una persona. Una vez más, esa probabilidad es 1 en 10^17 ó 1 en 100,000,000,000,000,000.  ¡Eso es uno en cien mil billones!

Una Ilustración Fascinante

Me encanta la forma en que Stoner ilustró el significado de este número. Le pidió al lector que imaginara llenar el estado de Texas hasta las rodillas con dólares de plata. Incluya en este enorme número un dólar de plata con una marca de verificación negra. Luego, suelte a una persona con los ojos vendados en este mar de dólares de plata. Las probabilidades de que la primera moneda que tomaría sería la que tiene la marca de verificación negra son las mismas que 8 profecías que se cumplen accidentalmente en la vida de Jesús.

El punto, por supuesto, es que, cuando las personas dicen que el cumplimiento de la profecía en la vida de Jesús fue accidental, no saben de lo que están hablando. Tenga en cuenta que Jesús no sólo cumplió 8 profecías, sino que cumplió 109. Las posibilidades de cumplir 16 es de 1 en 10^45. Cuando llega a un total de 48, las probabilidades aumentan a 1 en 10^157. El cumplimiento accidental de estas profecías está simplemente más allá del ámbito de la posibilidad.

¿Cumplimiento a Propósito?

Cuando son confrontados por estas estadísticas, los escépticos a menudo recurren al argumento de que Jesús cumplió las profecías a propósito. No hay duda de que Jesús estaba al tanto de las profecías, y de Su cumplimiento de ellas. Por ejemplo, cuando se preparó para entrar en Jerusalén la última vez, les dijo a sus discípulos que le encontraran un asno para montarlo, para que se pudiera cumplir la profecía de Zacarías que decía: “He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y montado en un pollino” (Mateo 21:1-5 y Zacarías 9: 9).

Pero muchas de las profecías concernientes al Mesías no pudieron cumplirse a propósito — como la ciudad de Su nacimiento (Miqueas 5:2), o la naturaleza de Su traición (Salmo 41:9), o la forma de Su muerte (Zacarías 13:6 y Salmos 22:16).

Una de las profecías mesiánicas más notables en las Escrituras Hebreas es la que precisamente declara que el Mesías morirá por crucifixión. Se encuentra en el Salmo 22, donde David profetizó que el Mesías moriría teniendo Sus manos y pies traspasados (Salmo 22:16). Esa profecía fue escrita 1,000 años antes de que Jesús naciera. Cuando fue escrita, el método judío de ejecución era por lapidación. La profecía también fue escrita 700 años antes de que los romanos perfeccionaran la crucifixión como método de ejecución.

Incluso cuando mataron a Jesús, los judíos todavía confiaban en la lapidación como su método de ejecución, pero habían perdido el poder de implementar la pena de muerte debido a la ocupación romana. Es por eso que se vieron obligados a llevar a Jesús ante Pilato, el gobernador romano, y así fue como Jesús terminó siendo crucificado, en cumplimiento de la profecía de David.

Conclusión

La conclusión es que el cumplimiento de la profecía bíblica en la vida de Jesús prueba de manera concluyente que Él realmente es Dios en la carne. No se puede atribuir al cumplimiento intencional. Y ciertamente no se puede descartar por coincidencia. Está completamente más allá del ámbito de la coincidencia.

Otro Punto Crucial

El cumplimiento preciso de tantas profecías mesiánicas también prueba que la Biblia es de origen sobrenatural. Éste es un punto importante. No hay otro libro en el mundo que contenga profecías cumplidas.

Piénselo: No hay una sola profecía cumplida en el Corán. Ni una sola en los Vedas hindúes. Ninguna en los dichos de Buda o Confucio. Y ni una sola en el Libro del Mormón.

En contraste, la Biblia contiene cientos de profecías que ya se han cumplido. Y no estoy hablando sólo de profecías mesiánicas. En la Biblia puede encontrar numerosas profecías con respecto a personas, ciudades y naciones que ya se han cumplido.

Considere la profecía de un profeta judío anónimo registrada en 1 Reyes 13:2. Dijo que vendría un día en que un rey llamado Josías, de la casa de David, destruiría todos los altares paganos en la tierra de Judá y quemaría los huesos de los sacerdotes paganos en los altares (1 Reyes 13:2). Trescientos años después, cuando Josías llegó al poder como rey de Judá, cumplió esta profecía (2 Reyes 23:16).

De manera similar, Isaías profetizó que una persona llamada Ciro, un día emitiría un decreto para la reconstrucción de Jerusalén (Isaías 44:28). Esta profecía fue escrita 140 años antes de que el rey Ciro de Persia conquistara el Imperio Babilónico, y decidiera liberar a los judíos que habían sido llevados cautivos 70 años antes por Nabucodonosor. El edicto de Ciro para la reconstrucción de Jerusalén está registrado en Esdras 1:1-4. El decreto de Ciro también cumplió otra profecía muy precisa que había sido dada por Jeremías. En ella, declaró que el cautiverio babilónico de los judíos duraría 70 años (Jeremías 25:11-12), y eso es exactamente lo que duró.

Escribiendo alrededor del año 700 a. C., el profeta Miqueas predijo que la ciudad de Jerusalén se convertiría en “montones de ruinas”, el templo sería destruido y el Monte del Templo sería “arado como campo” (Miqueas 3:12). Cien años después, Jeremías le recordó al pueblo judío esta profecía (Jeremías 26:18). Cuando persistieron en su rebelión contra Dios, los caldeos conquistaron la ciudad y destruyeron el Templo, tal como se profetizó.

De la misma manera, Jesús profetizó que la ciudad reconstruida de Jerusalén y su Templo, que existían en Su época, serían destruidos; y serían destruidos tan completamente que “no quedará aquí piedra sobre piedra” (Mateo 24:2). Treinta años más tarde, en el año 70 d. C., los romanos demolieron la ciudad y su Templo.

Jesús también profetizó la destrucción de las tres ciudades en las que había centrado su ministerio: Capernaum, Corazín y Betsaida. Él puso una maldición sobre ellas debido a su incredulidad, a pesar de los poderosos milagros que había realizado entre ellas. Como Él dijo, si Él hubiera realizado los mismos milagros en Tiro, Sidón y Sodoma, se habrían arrepentido. Declaró que sería más tolerable para Sodoma en el día del juicio que para las tres ciudades donde había derramado Su vida (Mateo 11:20-24).

Años más tarde, las tres ciudades fueron devastadas por terremotos y abandonadas. Fueron tan completamente destruidas que para 1800, los críticos de la Biblia las señalaban como prueba positiva de que la Biblia está llena de mitos. Pero luego, en 1838, Capernaum, que había servido como cuartel general de Jesús, fue descubierta. Corazín fue excavada en la década de 1960, y la ubicación de Betsaida fue confirmada en 1987. Hoy en día, puede visitar los tres sitios.

El cumplimiento de estas profecías, y muchas otras similares, es prueba positiva de que la Biblia es de origen sobrenatural. Esto es lo que llevó al profeta Isaías a burlarse de aquellos que adoraban dioses falsos en su época (Isaías 41:21-24; Living Bible):

¿Pueden sus ídolos hacer afirmaciones como éstas? ¡Qué vengan y demuestren lo que pueden hacer!”, dice Dios, el Rey de Israel. “Que intenten decirnos lo que ocurrió en años pasados, o lo que depara el futuro. ¡Sí, eso es! ¡Si sois dioses, decid lo que sucederá en los días venideros!”.

No hace falta decir que Isaías se encontró con el silencio.

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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