jueves, 27 de febrero de 2020

Eternamente Seguro



¿Puede una persona que es salva perder o abandonar esa salvación? La Biblia contesta “No”, que una vez que una persona es salva permanece salva por toda la eternidad. Esto generalmente se llama la doctrina de la seguridad eterna, y a menudo se le llama (a veces en tono derogatorio) como “una vez salvo siempre salvo”.

Si hacemos la pregunta de otra manera, es fácil ver cómo la seguridad eterna tiene sentido. Por ejemplo, ¿qué tal si preguntamos: ¿Puede una persona eternamente salva perder esa salvación eterna? O, ¿puede una persona justificada ser des-justificada? O, ¿puede desnacer una persona que ha nacido espiritualmente? O, ¿puede una persona a la que gratuitamente se le da el regalo de la vida eterna perderla en función de alguna condición?

Aquellos que creen en la seguridad eterna generalmente son etiquetados como calvinistas. Aquellos que creen que la salvación se puede perder son generalmente etiquetados como arminianos.

Lo que dice la Biblia

La Biblia enseña la seguridad eterna de muchas maneras diferentes.

1. La Biblia habla con certeza acerca de la posesión de una nueva vida basada únicamente en la fe en Cristo como Salvador (Juan 3:1-16; 5:24; 10:28; 20:31).

2. La Biblia se refiere a esta vida como “eterna” lo que significa para siempre e implica que no hay interrupción (Juan 10:28; 11:25-26).

3. Ya que la salvación por gracia esencialmente significa que es un regalo, entonces es un regalo incondicional que no depende de las obras de la persona, conducta, o condición después de la salvación (Ro. 3:24; 4:5; Ef. 2:8-9).

4. La Biblia nos enseña que el propósito predestinante de Dios y la justificación inicial resultan en una eventual glorificación sin excepción para cada creyente (Ro. 8:29-30; Ef. 1:4-5).

5. La Biblia presenta la salvación eterna como una relación legal y vinculante con Dios que no puede ser separada por nadie (incluidos nosotros mismos) ni nada (Ro. 8:1, 31-39).

6. La Biblia presenta la salvación eterna como una irrevocable relación filial con el Padre por adopción, que resulta en bendiciones eternas (Juan 17:3; Ro. 8:15-17; Gá. 3:26).

7. Somos sellados por el Espíritu Santo, Quien garantiza nuestra glorificación (2 Cor. 1:22; Ef. 1:13-14; 4:30).

8. Somos mantenidos seguros por el poder del Padre y del Hijo (Juan 10:28-30; 17:9-12; Judas 24).

9. Ya que todos nuestros pecados (pasados, presentes, futuros) han sido perdonados por Jesucristo y Su sacrificio eternamente suficiente, no hay pecado que pueda hacernos perder nuestra relación con Él. Col. 2:13-14; Heb. 10:12-14

10. Las oraciones intercesoras de Jesucristo y Su defensa cuando pecamos garantizan que nuestra salvación se completará eternamente (Juan 17:9-12, 24; Heb. 7:25; 1 Juan 2:1).

11. La Biblia habla de la salvación en voz pasiva, lo que indica que la causalidad no es de nosotros, sino de Dios; por lo tanto, se basa en Su obra, no en la nuestra (Ef. 2:5, 8; 2 Tes. 2:10; 1 Tim. 2:4).

12. La Biblia demuestra con el ejemplo (Abraham, David, Israel) y por precepto de que Dios es fiel a Sus promesas, incluso cuando nosotros no lo somos (Sal. 89:30-37; Ro. 3:3-4; 4:16; 2 Tim. 2:13).

Algunos problemas de negar la seguridad eterna

Negar la salvación eterna presenta muchos problemas, tales como: ¿Cuánto pecado o qué pecados cancelan mi salvación? ¿Cuántas veces puede una persona nacer de nuevo? ¿No hay un nivel de intimidad con Dios más allá de Su aceptación o rechazo? ¿No existe otra consecuencia para el pecado del creyente que el Infierno? Si una persona cree en Cristo y es salvada, pero peca y pierde su salvación, entonces, ¿lo que tiene que creer no es lo que ya había creído? Se necesita otra condición además de la fe sola. Es fácil ver que sin la seguridad de la salvación eterna la garantía es imposible y no hay un cimiento sólido para el crecimiento cristiano.

¿Qué hay acerca de los otros pasajes?

Hay una serie de pasajes en la Biblia comúnmente citados por aquellos que no creen en la seguridad eterna. Sería imposible analizarlos todos individualmente aquí. Cuando se interpretan consistente y correctamente, cada uno de estos pasajes se puede entender de una manera que armonice con la seguridad eterna. Primero, deben ser interpretados fieles al contexto que considera el estado eterno de los creyentes y el propósito del autor. Segundo, deben ser consistentes con el completo plan de Dios para bendecirnos eternamente por Su gracia. Tercero, deben armonizarse con la enseñanza consistente de la justificación por gracia a través de la fe sola, aparte de las obras o algún otro mérito. Cuarto, algunos de estos pasajes se están refiriendo a la pérdida de las recompensas, no de la vida eterna. Quinto, algunos de estos pasajes son condiciones para el discipulado, no para la vida eterna.

¿Y qué acerca de proveer una licencia para pecar?

La objeción más común a la seguridad eterna es que ésta es una excusa conveniente para pecar. Después de todo, el que se opone podría decir, si una persona tiene garantizada la vida eterna, entonces puede hacer lo que desee sin temor a las consecuencias. Pero este argumento es débil por varias razones:
  • Primero, el argumento que proviene de una experiencia hipotética o real (aunque no es común), no determina la veracidad de una doctrina. 
  • Segundo, mientras que algunos que sostienen la seguridad eterna pueden pecar y excusarse en esto, esto también es cierto para aquellos que rechazan la seguridad eterna. 
  • Tercero, la naturaleza de la salvación por gracia es que le enseña al creyente a negar la impiedad y a vivir para Dios (Tito 2:11-12). 
  • Cuarto, el resultado del nuevo nacimiento es una nueva persona con una nueva capacidad para las cosas espirituales. Hay una nueva relación con Dios (Ro. 6:1-5), una nueva libertad para no pecar (Ro. 6:6-14), una nueva vida (Ro. 6:11; Ef. 2:1), y una nueva perspectiva y orientación (2 Cor. 5:17). 
  • Quinto, la Biblia enseña que existen graves consecuencias y pérdida de recompensas para los creyentes que viven pecaminosamente (1 Cor. 3:12-15; 5:5; 9:27; 2 Cor. 5:10), lo que es una motivación para que uno viva una vida piadosa.

Algunas implicaciones

La seguridad eterna del creyente (la realidad objetiva de que uno posee la vida eterna) es un asunto separado de la seguridad del creyente (la realización subjetiva de que uno posee la vida eterna). Sin embargo, si alguno no cree en la garantía eterna, entonces inevitablemente habrá ocasiones en las que la persona pierda su seguridad. También están los que pueden profesar que conocen a Cristo como su Salvador, pero que no poseen vida eterna y, por lo tanto, no tienen la seguridad eterna, sino sólo una falsa seguridad. La doctrina de la seguridad eterna del creyente en Cristo últimamente descansa en el carácter de Dios, quien es fiel a Su Palabra, y también en la gratuidad de Su gracia.


Fuente:

Si desea obtener materiales adicionales sobre este tema, visite nuestra sección:

lunes, 24 de febrero de 2020

El Vigilante: Un Viaje por Timna, en lo Profundo del Desierto del Néguev


Erick Stakelbeck y Elliot Chodoff visitan el Parque Timna, en el interior del Desierto del Néguev en Israel, para explorar las antiguas minas de cobre utilizadas por el faraón durante el Éxodo.

jueves, 20 de febrero de 2020

“Los Poderosos Ángeles de Apocalipsis” (parte 2 de 6)

Una Entrevista con Nathan Jones 

Haga clic sobre la imagen para leer el Prólogo del libro

(Nota: Nathan Jones sirve como evangelista en el Ministerio Cordero y León y es el co-anfitrión del programa de televisión Cristo en la Profecía. Este artículo es una entrevista que el Dr. David Reagan condujo con Nathan acerca de su más reciente libro, Los Poderosos Ángeles de Apocalipsis).


2. ¿Qué papeles desempeñan los ángeles en el libro de Apocalipsis?

La palabra “ángel”, malak en el hebreo original y angeloi en el griego, en realidad significa “mensajero”. Ciertamente, los ángeles realizan otras tareas en su servicio al Dios Todopoderoso — guardianes, rescatadores, guerreros, adoradores, evangelistas, ejecutores, siervos, e incluso verdugos — pero en realidad son nombrados por su deber principal como mensajeros de Dios. Los ángeles a menudo actúan como intermediarios entre Dios y el hombre. Y, eso es lo que encontramos a estos seres celestiales en todo el libro de Apocalipsis.

Tenga en cuenta que no todos los seres celestiales mencionados en Apocalipsis son seres celestiales. El apóstol Juan, por ejemplo, “que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto”, cumplió su deber de escribano a las Siete Iglesias y a la Iglesia universal, pero era un simple hombre. Otro mensajero mencionado es el “Ángel del Señor”, el nombre pre-encarnado de Jesucristo, quien es claramente divino y no un ser angelical creado. También encontramos a los “Siete Espíritus”, un nombre representativo del Espíritu Santo. Incluso echamos un vistazo a los 24 Ancianos en la sala del trono de Dios y concluimos que ninguno de ellos son ángeles, pero todos eran mensajeros.

La palabra “Revelación” se deriva de la palabra griega apokalypsis. Se usa 18 veces en la Biblia, y es de donde obtenemos nuestra palabra inglesa “apocalypse”. En el griego, significa “desvelar”. Y eso es justo lo que hace el libro de Apocalipsis — revela las actividades veladas de Dios y Sus poderosos ángeles. Al leer Apocalipsis, se maravillará de cómo Jesucristo utiliza a Sus fieles ayudantes para distribuir Su Apocalipsis — Su ira — durante los 21 juicios de la Tribulación. 

Ésta es una de las 12 ilustraciones de página completa de ángeles dibujados especialmente para el libro de Nathan, por la artista cristiana, Shalis Stevens.

Los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis presentan a los ángeles que guardan y protegen, como los ángeles de las Siete Iglesias. Luego, en los capítulos 4 y 5, la escena se traslada a la sala del trono de Dios en el Cielo, donde somos testigos de algunos de los más extraordinarios de todos los poderosos ángeles de Dios. Los Serafines de múltiples caras y alas cantan alabanzas incesantes al que está en el trono. Los Querubines transportan el trono de Dios a través de los cielos. Las multitudes de coros angelicales cantan alabanzas a Dios.

De vuelta en la tierra, los capítulos 6 al 19 presentan a los Ángeles Siervos, como el Ángel del Sello, que marca a los 144,000 evangelistas judíos; y los Ángeles de los Cuatro Vientos, que controlan el clima, realizando la voluntad divina de Dios. Los ángeles que promulgan el juicio de Dios, como los Ángeles del Juicio de las Siete Trompetas y los Ángeles del Juicio de las Siete Copas, liberan la ira de Dios sobre un mundo rebelde. Los Ángeles Verdugos, como el Ángel de la Piedra, que aplasta la capital del Anticristo; y el Ángel Carcelero, que encierra a Satanás en el Pozo sin Fondo durante mil años, llevan a cabo los juicios de Dios.

En el período después de la Tribulación, descrito en el capítulo 20, el Cordero de Dios establece Su trono sobre toda la Tierra, y nos presentan a otros ángeles como el Ángel de las Buenas Nuevas y los Guardianes de las Doce Puertas, que ayudan a marcar el comienzo del Estado Eterno de los capítulos 21 y 22. Podría nombrar a muchos, muchos otros ángeles y grupos de ángeles ocupados en la obra en casi todos los párrafos en el libro de Apocalipsis, porque hay muchos.

En la tercera parte de esta entrevista con el autor Nathan Jones, veremos la historia detrás de los ángeles caídos. 


Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Nota: La versión completa de esta entrevista en pdf, estará disponible exclusivamente para nuestros colaboradores. Si desea apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos:

“Los Poderosos Ángeles de Apocalipsis” (parte 1 de 6)

Una Entrevista con Nathan Jones

Haga clic sobre la imagen para leer el Prólogo del libro

(Nota: Nathan Jones sirve como evangelista en el Ministerio Cordero y León y es el co-anfitrión del programa de televisión Cristo en la Profecía. Este artículo es una entrevista que el Dr. David Reagan condujo con Nathan acerca de su más reciente libro, Los Poderosos Ángeles de Apocalipsis).

1. ¿Qué te llevó a escribir un libro sobre los ángeles?

El ímpetu para escribir el libro surgió debido a un devastador accidente automovilístico, al que mis padres apenas sobrevivieron. Fueron golpeados de frente por otro vehículo, con una fuerza de impacto tan poderosa que su motor caliente fue empujado a través del cortafuego, fijando a mi madre a su asiento. Un lado de su cuerpo se convirtió en una dolorosa colección de huesos rotos, laceraciones y marcas de quemadura. Terminaría necesitando una gran cirugía reconstructiva en varios órganos internos, y aunque sobrevivió, luchó para caminar normalmente de nuevo.

Mi padre, por otro lado, sufrió un hematoma de la longitud del cuerpo y tres costillas rotas, pero, alabado sea Dios, nada más. Se las arregló para escurrirse por su ventana, con la esperanza de llegar al otro lado del vehículo, para ayudar a mi madre a salir. Pero, había sufrido una contusión, que rápidamente lo hizo desmayarse en medio de la carretera. 

Después de unos momentos, se despertó confundido semi-consciente y, a través del dolor de sus heridas, sintió, más que oír, el sonido gutural que, como entusiasta de las motocicletas, instantáneamente reconoció como una Harley-Davidson. A través de un ojo hinchado vio una gigantesca rueda cromada visiblemente acercarse y detenerse justo al lado de su cabeza. El sonido de un motor que se apaga abruptamente fue reemplazado por el golpeteo de botas de acero en la carretera. El cielo y el suelo cambiaron de lugar, mientras era levantado del asfalto caliente y suavemente colocado en la fresca suavidad de la cuneta cubierta de hierba.
Ésta es una de las 12 ilustraciones de página completa de ángeles dibujados especialmente para el libro de Nathan, por la artista cristiana, Shalis Stevens. 

El motociclista, todo ataviado con una bandana y con una chaqueta de cuero negro, adornada con las palabras “Los Ángeles del Cielo”, se levantó y se acercó al auto destrozado. El sonido de metal de clavos en una pizarra del metal siendo separado de metal resonó en las laderas, mientras la puerta del pasajero era arrancada en pedazos. El motociclista luego revisó el otro vehículo arrugado, y luego comenzó a alejar el tráfico de la escena del accidente.

Para entonces, mi padre se había desmayado una vez más y, cuando se despertó la próxima vez su camilla estaba siendo cargada en una ambulancia en espera. Después de preguntar si todos los pasajeros de ambos coches habían sobrevivido, que gracias a Dios lo hicieron, le pidió al paramédico que le agradeciera al motociclista por él. El problema, sin embargo, era que nadie más que él podía recordar que el motociclista hubiese estado allí. ¡Su rescatista había desaparecido misteriosamente sin dejar rastro! Mi padre era el único sobreviviente que podía recordar al motociclista, por lo que insistía en que debieron haber sido rescatados, no por un simple hombre, sino por un ángel real enviado por Dios.

Cuando recibí la terrible llamada de que mis padres casi habían muerto en un accidente automovilístico, y escuché la historia de mi padre sobre el ángel motociclista, admito que al principio estaba escéptico. Después de todo, había pasado años en las aulas obteniendo un título bíblico. Había seguido eso con algunos cursos de seminario, e incluso estaba trabajando a tiempo completo como evangelista. Había tomado clases enteras en la doctrina de la Angelología. Y, sin embargo, aquí estaba dudando de que los ángeles pudieran estar activos en nuestros asuntos modernos, como claramente lo estaban tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

Después de todo, hay casi 300 casos diferentes donde la Biblia describe encuentros fantásticos entre los seres celestiales de Dios y Sus creaciones terrenales. Ciertamente creía en los relatos de ángeles de la Palabra de Dios, pero aún tenía dudas acerca de sus actividades hoy, porque ni yo ni nadie que hubiera conocido se había encontrado a sabiendas con un ángel.

Pronto me sentí impulsado a aprender todo lo que pudiera sobre los poderosos ángeles de Dios. Le expresé mi interés a mi viejo amigo, Vic Batista, quien en ese momento era el pastor de una Iglesia Capilla Calvario (Calvary Chapel), en Florida. Él y yo hemos sido los coanfitriones de su programa de radio y podcast, “La Verdad te Hará Libre”. Vic es de República Dominicana  y fue salvado de la iglesia católica. Las iglesias católicas de América Latina están inmersas en la errante adoración de los ángeles, por lo que había desarrollado un sano respeto por la doctrina de la Angelología.

Vic me desafió con una idea de estudio que creía me ayudaría en mi nueva búsqueda para aprender más acerca de los poderosos ángeles de Dios. Me dijo que el libro de Apocalipsis es EL lugar al que ir para aprender acerca de los ángeles. Después de todo, señaló, el libro de Apocalipsis, con sus 72 instancias de ángeles, demonios, y grupos enteros de ángeles y demonios, se destaca de entre los otros 65 libros de la Biblia como la fuente más prolífica en todo el mundo para el estudio de la Angelología.

¡Vic me enganchó!  Y así, acepté su desafío del Apocalipsis. Luego pasamos un año enseñando Angelología a través de un estudio versículo a versículo del libro de Apocalipsis, y lo blogueamos en “The Christ in Prophecy Journal” (christinprophecyblog.org). Finalmente tomé todo lo que habíamos aprendido y lo incorporé a mi nuevo libro, The Mighty Angels of Revelation.


En la segunda parte de esta entrevista con el autor Nathan Jones, veremos qué papeles juegan los ángeles en el libro de Apocalipsis. 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Nota: La versión completa de esta entrevista en pdf, estará disponible exclusivamente para nuestros colaboradores. Si desea apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos:

miércoles, 19 de febrero de 2020

Libro: Viviendo en Tiempo Prestado – Capítulo 10 (parte 4)

La Convulsión de la Naturaleza 

El mensaje de los desastres naturales


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El Impacto de la Teología

Hablando del presidente Bush, muchos se preguntaban en ese momento por qué un cristiano evangélico tan comprometido pondría tal presión excesiva sobre Israel. Muchas personas preguntaron: “¿Por qué no ve el presidente Bush el significado profético del Israel del tiempo del fin?”. Le hice esa pregunta a Bill Koenig cuando lo entrevisté en televisión. Su respuesta fue muy iluminadora.13

Koenig señaló que el presidente Bush fue criado en la Iglesia episcopal y, en los últimos años, había asistido a la iglesia metodista. Aunque hay pastores en estas dos iglesias que reconocen el significado profético del Israel actual, la gran mayoría de los líderes espirituales en ambas iglesias (y especialmente los del nivel nacional) creen en la teología del reemplazo. Ésta es la teología que dice que Dios descartó al pueblo judío en el primer siglo y reemplazó a Israel con la Iglesia. Por lo tanto, no ven ningún significado profético en el restablecimiento de Israel.

Koenig declaró que, dentro del Gobierno de Bush, el presidente no es la única víctima de esta teología errónea. Él estaba rodeado de personas piadosas que también habían crecido espiritualmente en iglesias de la teología del reemplazo. Entonces, aunque estas personas pueden respetar las raíces judaicas de su fe, no tienen aprecio por el significado profético del Israel del tiempo actual.

El Mensaje de Katrina

Creo que el mensaje de Katrina, y otros desastres naturales similares, es que Dios está en Su trono. El está en control. Él no puede ser burlado. El no tolerará la división de Su Tierra Santa. Ni tolerará la repugnante inmoralidad que se burla de todo lo que es decente y moral.

Dios ama a nuestra nación. Él nos ha bendecido más que a cualquier otra nación. Su Palabra dice que aquellos a quienes mucho se les da, mucho se les demandará (Lucas 12:47-48). Su Palabra también dice que Él disciplina a aquellos a los que ama (Hebreos 12:7).

Otra cosa que Su Palabra deja claro es que cuando Él envía disciplina, el propósito nunca es castigar. En vez de eso, el propósito es llamarnos al arrepentimiento, de manera que podamos ser salvos. Así es como el profeta Isaías lo expresó: “Cuando la tierra experimenta Tus juicios, los habitantes del mundo aprenden justicia” (Isaías 26:9b, NASB).

Una Experiencia Personal

Conozco la verdad de esta declaración de primera mano. En mayo de 1953, cuando tenía 15 años, un tornado de fuerza 5 golpeó mi ciudad natal, Waco, en Texas. Es el tornado más mortífero hasta el día de hoy en la historia de Texas. Mató a 114 personas e hirió a 597. Atravesó el centro de la ciudad y arrasó 5 edificios históricos con facilidad. Cuando el tornado desapareció, la ciudad parecía como si hubiese sido atacada con una bomba atómica.

Durante tres meses a partir de entonces, las iglesias de Waco estuvieron repletas de multitudes de gente, que permanecían de pie en su interior buscando como hacer frente a la tragedia. La gente se vio obligada a pensar en la eternidad. Pero, a medida que el dolor se calmó, la gente volvió a sus viejos caminos, y la asistencia a la iglesia disminuyó otra vez.

Nuestro Dios es verdaderamente un Dios de una sublime gracia. Incluso cuando Él derrama su ira, lo hace esperando que ella provoque arrepentimiento, de manera que la gente pueda ser salva.

Intentos de Responder Espiritualmente

Con respecto al huracán Katrina, la Gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, hizo un llamado a un día de oración en todo el estado: “Al encarar la devastación causada por Katrina, al buscar a aquellos que están necesitados, al consolar a aquellos que sufren, al comenzar las largas tareas de reconstrucción, nos volvemos a Dios por fortaleza, esperanza y consuelo”.14

Nobles palabras. Pero nótese, que no hubo llamado al arrepentimiento. De manera similar, el Presidente Bush convocó a un día nacional de oración. El pidió a la nación a orar por las víctimas y a alcanzarlas con compasión. De nuevo, palabras nobles, pero ninguna expresión de arrepentimiento.15

El Presidente del Consejo de la Ciudad de Nueva Orleans, Oliver Thomas, fue el funcionario que más cerca estuvo de reconocer que Katrina tenía un mensaje espiritual. Refiriéndose a Sodoma y Gomorra, dijo: “Quizá Dios nos está limpiando”16

Pero la limpieza requiere una respuesta en arrepentimiento, algo a lo que Dios está llamando a toda la nación, y no sólo a la ciudad de Nueva Orleans.

La Respuesta Adecuada

Ningún gobernante de nuestra nación ha visto aún las implicaciones espirituales de un desastre tan claramente como lo hizo Abraham Lincoln, cuando evaluó la causa de la Guerra Civil. En una proclamación realizada el 30 de marzo de 1863, el Presidente hizo un llamado a un “día de oración y humillación”.

Él comenzó la proclamación observando: “Es el deber de las naciones, al igual que el de los hombres, el tener su dependencia en la autoridad soberana de Dios, el confesar sus pecados y transgresiones, en pena y humillación, pero con la esperanza certera de que el genuino arrepentimiento conduce a la misericordia y el perdón”.

El corazón de la proclamación se lee como sigue:17

Y, por mucho que lo sepamos, por Su divina ley, que las naciones como individuos están sometidos a castigos y penas en este mundo, ¿no temeremos justamente que la horrible calamidad de la guerra, que ahora desola la tierra, no sea otra cosa que un castigo, infligido sobre nosotros, por nuestros pecados presuntuosos, para el necesario fin de nuestra reforma nacional como un solo Pueblo?

Hemos sido los destinatarios de las más selectas bondades del cielo. Hemos sido preservados, estos muchos años, en paz y prosperidad. Hemos crecido en número, riqueza y poder, como ninguna otra nación ha crecido nunca. Pero hemos olvidado a Dios. Hemos olvidado la mano de gracia que nos ha mantenido en paz, que nos ha multiplicado, y enriquecido y fortalecido; y hemos imaginado inútilmente, en la deshonestidad de nuestros corazones, que estas bendiciones fueron producidas por alguna sabiduría superior y virtud de nuestra propia condición.

Intoxicados con un éxito ininterrumpido, ¡nos hemos vuelto demasiado autosuficientes, como para sentir la necesidad de la gracia que redime y preserva, y demasiado orgullosos para orar al Dios que nos hizo!

Nos corresponde, entonces, humillarnos ante el Poder ofendido, confesar nuestros pecados nacionales, y orar por clemencia y perdón.

¡Cómo necesitamos tal proclamación hoy! Lo triste es que nos hemos vuelto tan seculares y paganos, que si nuestro Presidente emitiera tal declaración, los miembros del Congreso probablemente traerían un juicio político contra él por la “violación de la separación de la iglesia y el Estado”.


Lea la parte 1 »»aquí
Lea la parte 2 »»aquí 
Lea la parte 3 »»aquí 
Lea la conclusión »»aquí 

Traducido por Pablo Losa 
Editado por Donald Dolmus
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