domingo, 19 de febrero de 2012

La diferencia entre doctrinas y doctrina

1 Timoteo 1:3-11



En la primera carta a Timoteo, el apóstol Pablo muestra “cómo debe comportarse uno en la Casa de Dios, que es la congregación del Dios viviente, la columna y el fundamento de la verdad”. Lea usted aquí la Parte 2.

Llama la atención que cada vez que la primera carta a Timoteo trata de doctrinas falsas (doctrina de demonios, doctrinas falsas, doctrinas no sanas, extrañas y diferentes), doctrinas que no concuerdan con la Biblia, la palabra “doctrina” se encuentra en plural = “doctrinas”. Por el contrario, si se trata de la doctrina de las Sagradas Escrituras, la palabra “doctrina” siempre se encuentra en singular y, además, con la clara exhortación a “no enseñar algo diferente”. “Doctrinas extrañas” versus “doctrina sana” (1 Ti. 1:3,10; cp. 1 Ti. 4:1,6; 1 Ti. 6:3); este principio está contenido también en las demás cartas del Nuevo Testamento (por ej.: Hebreos 13:9). Es decir: la Biblia solamente conoce una doctrina. Eso debería llevarnos a tener un santo respeto por la Palabra de Dios. ¡Qué importante es que en nuestra interpretación encontremos esta doctrina, la representemos y no enseñemos nada diferente!

Conocemos diferentes interpretaciones, diversos comentarios, pero en verdad existe solamente una única doctrina verdadera sobre cada área de la vida y de la congregación, sobre la historia de la salvación, sobre Israel, sobre el pecado y la justificación, sobre la vida eterna, sobre la predestinación, sobre la ley y la gracia, sobre el Espíritu Santo, sobre la escatología (el arrebatamiento, el milenio, la esposa), etc.

Primera Timoteo 1:7 nos presenta esta conexión en forma de exhortación, diciendo que se puede representar cosas como seguras sin haberlas comprendido realmente. “Queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman”. De modo que con toda convicción uno puede estar pasando de largo de la verdad. Uno cree estar haciendo lo correcto, y aun así uno se encuentra errado.

La mejor manera de encontrar la verdadera doctrina es a través de un serio estudio de la Biblia y de la mano del Hilo Conductor Rojo que atraviesa la Biblia, de modo que la doctrina, al final, quede clara y sin contradicción. Eso, en verdad, necesita mucha oración, un estudio cuidadoso, respeto, y un mantenerse lo más cercano posible a la Biblia y a su contexto.

Un ejemplo al respecto lo encontramos en Hechos de los Apóstoles 18:24-28: “Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo”.

Apolos era un hombre elocuente y poderoso en las Escrituras del Antiguo Testamento. Era instruido y fogoso en el espíritu. Además, enseñaba con exactitud todo con respecto al Señor, pero le faltaba la enseñanza y la orientación neotestamentaria. Aquila y Priscila se hicieron cargo de él y le interpretaron la Palabra de Dios con mayor exactitud. Después de eso, él pudo predicar la Palabra del Señor mucho más intensamente. El trabajo de Aquila y Priscila fue el trabajo de un buen comentario del Nuevo Testamento. Algunos contemporáneos piensan que ellos no necesitan comentarios, pero este ejemplo nos muestra lo contrario.

El ejemplo mencionado, nos quiere mostrar lo importante que es para el Espíritu Santo el que sigamos siendo instruidos cada vez con mayor profundidad. Para un hijo de Dios nunca existe un “suficiente”, nunca una etapa final de aprendizaje. Debemos leer y estudiar sin cesar la Biblia, para poder comprender las conexiones de la salvación y así poder trasmitirlas. Parte de eso es, también, leer comentarios, aprobar cursos bíblicos, o ir a una escuela bíblica. Solamente podemos trasmitir aquello que nosotros mismos hemos aprendido.

En Apolos, el Señor nos muestra un hombre que se dejaba corregir y enseñar, un ejemplo para nosotros. Al mismo tiempo, vemos en él a una persona que, más adelante, se sujetó estrictamente a la guía de la Palabra de Dios y no fue más allá de lo que las Escrituras enseñan con claridad. “Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros” (1 Co. 4:6).

Si existen doctrinas extrañas, según 1 Ti. 1:3-11, entonces obligadamente también debe haber una doctrina conocida y reconocida. Existe una sola doctrina divina, y distintas doctrinas humanas. Si existe una doctrina sana, entonces también existen doctrinas no-sanas, es decir que “hacen enfermar”. La doctrina sana fortalece, las doctrinas no-sanas debilitan. Las doctrinas falsas confunden, la doctrina verdadera da seguridad.

¿Qué es lo que caracteriza a las doctrinas extrañas, no-bíblicas? Las doctrinas extrañas se ocupan principalmente de cosas secundarias. Quieren atar a la gente a personas u organizaciones. “Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hch. 20:30). Ése es el origen de toda secta y de toda agrupación con características sectarias. Se ocupan de leyendas, mitos, fábulas, y fantasías. Los contenidos, a menudo, también son esotéricos o filosóficos. Son agregados extra-bíblicos, es decir humanos, a la Palabra de Dios.

Timoteo debía cuidar de que no se propagaran doctrinas extrañas (vs. 3-4): “Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora” (cp. Tito 1:14).

En el caso de las genealogías, probablemente se trataba de que los judíos, a toda costa, querían ver de cuál patriarca provenían. Pero eso no juega ningún rol en el Nuevo Testamento. “Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho” (Tito 3:9). Las genealogías actualmente, a veces, también juegan un rol importante en algunas sectas, como por ejemplo en los mormones y supuestos movimientos mesiánicos. Pero, el Nuevo Testamento ya no trata de descendencia, sino de llamado, fe y conversión.

Las doctrinas extrañas mayormente son agresivas, causan disensiones y cuestionamientos, y no sirven para la edificación divina. A menudo tergiversan ciertos puntos importantes, que son convertidos en lo principal. Es muy difícil dialogar con los representantes de tales doctrinas.

Los falsos maestros siempre quieren tener la razón y son altaneros, son desdeñosos y arrogantes, no se dejan corregir, e ignoran todo argumento bíblico contrario a lo que ellos dicen. No se pueden mantener diálogos edificantes con ellos; generalmente todo queda en charlatanería infructuosa o, incluso, termina en discusión (1 Ti. 1:6). Una cosa típica de los falsos maestros, es que ellos convierten la ley en lo principal, sin tener en cuenta que la misma ya fue cumplida (cp. Gá. 1:6-10; 3:1-5). En esto, llama la atención que ellos se presentan con mucha seguridad en sí mismos y que presentan su doctrina como algo irrefutable, siendo que, en realidad, ni siquiera han comprendido, todavía, la doctrina bíblica de la justificación. Porque a una persona justificada a través del evangelio de Jesucristo, ya no le es impuesta ninguna ley. Las instrucciones del Nuevo Testamento lo cumplen todo, y la obediencia a esas instrucciones es una señal de justicia. En la primera carta a Timoteo, por ejemplo, existen más de 20 ordenanzas personales.

La ley es buena (cp. Ro. 7:12), “si uno la usa legítimamente” (1 Ti. 1:8). Esto significa: Cuando la vemos y usamos para lo que fue dada. La ley no justifica a nadie. La ley trae maldición. La ley hace ver el pecado. La ley pone barreras protectoras. La ley no es por la fe. Pero, la ley lleva a la fe en Jesucristo. La ley es un maestro que nos lleva a Cristo. La ley no fue dada como medio de salvación, pero lleva a la salvación (Gá. 1:16,21; 3:10-13,23-25; Ro. 3:20). Alguien dijo, correctamente: “La ley nos enseña tres lecciones: Debemos. No tenemos. No podemos”.

En esas cosas la ley es buena. Quien la usa de esa manera y, a través de ella, se aferra a la gracia en Jesucristo, es justificado. Y porque ha sido justificado, la ley ha perdido su validez para él, ha dejado de servirle. Porque la ley fue dada – así lo dicen claramente las Escrituras – para convencer a los transgresores: “Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina” (1 Ti. 1:8-10).

Los “transgresores” son las personas no salvas que no viven según la ley. El Anticristo venidero es denominado “el inicuo” (2 Ts. 2:8). Los insumisos son aquellos que abiertamente se rebelan contra la voluntad de Dios. Las palabras “impíos y pecadores, irreverentes y profanos”, describen todo lo que corresponde a una vida sin Dios. Los “parricidas y matricidas” (los que maltratan a su padre y madre) infringen contra el quinto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre”. Aquellos que “matan seres humanos” infringen contra el sexto mandamiento: “No matarás”.

Los “fornicarios” y “sodomitas” son mencionados separadamente. Eso significa que se trata de dos cosas diferentes. Fornicación es toda relación sexual antes y fuera del matrimonio. La Biblia habla claramente en cuanto al pacto del matrimonio, eso Jesús lo deja claro cuando habla con la samaritana en el Pozo de Jacob. “Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad” (Jn. 4:17-18). La mujer vivía con un hombre sin haberse casado, lo que Jesucristo no reconoció como matrimonio. La palabra “sodomitas”, por el contrario, se deriva de una palabra griega, y se refiere a un hombre que fornica con otros hombres y con niños varones (1 Co. 6:9). El término “secuestradores”, se refiere al comercio de esclavos y a los secuestros, y seguramente también puede aplicarse a las sectas. Los “mentirosos” y “perjuros” son aquellos que no dicen la verdad, que resisten a la verdad o la quebrantan.

Todo lo que “se oponga a la sana doctrina” debilita el cuerpo de Cristo y lo enferma. Por un lado, no se puede enseñar ningún tipo de impiedad y, por otro lado, no se le puede quitar importancia al pecado. Pablo advierte tanto del legalismo como también de la impiedad.

¿Qué es lo que caracteriza la sana doctrina? Primera Timoteo 1:5 dice: “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida”. Esto también se podría leer: “El propósito de la instrucción”, ya que la ley a la que se refiere Pablo acá es “instrucción”, “directiva”, “doctrina” o “mensaje”. De modo que esta exigencia quiere determinar en qué se diferencia la doctrina pura, buena y sana, de las “doctrinas extrañas”.Son cuatro las características:

1. Amor puro. No se obra para provecho propio, sino con la meta de edificar al otro.

2. Un corazón puro. No se tienen motivos impuros.

3. Una conciencia limpia. La palabra conciencia es mencionada tres veces en primera Timoteo (1:5,19; 4:2). El capítulo 1, versículos 5-6, dice: Quien se aparta de la doctrina pura, se ha apartado de una conciencia limpia. Según el versículo 19, una buena conciencia da testimonio de que uno se encuentra bien ubicado en la doctrina, y no ha tomado una dirección equivocada. Y según el capítulo 4, versículo 2, los falsos maestros están marcados con fuego en su conciencia, aun cuando ellos declaran su doctrina como segura. Personalmente, no creo, por ejemplo, que uno pueda negar la deidad de Jesucristo con una conciencia limpia.

4. Fe pura. La sana doctrina, nuevamente se distingue en que corresponde al evangelio apostólico: “…según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado” (v. 11). Al apóstol de los gentiles le fue encomendado un evangelio especial, el cual, incluso, él lo llama repetidas veces “mi evangelio” (Ro. 2:16; 16:25). ¿En qué consiste su evangelio? No debemos reducir la palabra “evangelio” a un mensaje puramente evangelístico. El evangelio recibido por Pablo es la totalidad de la doctrina que él trasmite en sus cartas. La profunda carta a los romanos, por ejemplo, él la llama “evangelio”: “Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos” (Ro. 16:25; cp. Gá. 1:8-9).

Es el evangelio del “Dios glorioso” que le fue encomendado a Pablo. ¿Qué significa “Dios glorioso”? Dios es totalmente glorioso en sí mismo. Él, en realidad, no necesita a nadie, Él posee todo perfectamente en sí mismo. La palabra significa: “poseer total satisfacción”, “total independencia”. De modo que Él no nos necesita. Y aun así Él nos ama, y nos quiere ganar para sí a través del evangelio. Dios no se vuelve más glorioso con nosotros, ¡pero nosotros somos recibidos en Su gloria! Todo aquél que cree en Él, es recibido en la paz divina, y es feliz.
Tomado de la edición de junio del 2011 de la revista Llamada de Medianoche


Si desea seguir leyendo la serie, visite el siguiente sitio web:

martes, 14 de febrero de 2012

¿Es el libre albedrío un término bíblico?


Pregunta: En un reciente sermón, nuestro pastor dijo, “El libre albedrío no es un término bíblico”. ¿Es cierto? Por favor explique.

Respuesta: El libre albedrío para obedecer o desobedecer, amar u odiar, someterse o rebelarse, no sólo es bíblico sino también esencial para la relación del hombre con Dios. Él nos llama a amarle, obedecerle, servirle y adorarle y a hacerlo por elección: “Escogeos hoy a quién sirváis” (Jos. 24:15). Dios no sería glorificado en cualquier obediencia, adoración o amor que no surgiera voluntariamente desde el corazón.

Jesús dijo, “El primer y gran mandamiento [es] amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mt. 22:37-38). El hecho de que el amor surge del corazón, del alma y de la mente demuestra que éste debe ser un acto del libre albedrío. El amor debe darse y recibirse de buen grado o sino no es amor. Nuestro Señor dijo que el segundo mandamiento era amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos y, “De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mt. 22:40). De esta forma, sin la capacidad de amar a Dios y al prójimo no podemos obedecer la Biblia.

¿Su pastor dice que el libre albedrío “no es un término bíblico”? ¡Pero ese concepto aparece 17 veces en la Biblia! El mismo significado es expresado en otras palabras. “Ofrendas voluntarias” se halla dos veces (Ez. 36:3; Am. 4:5), así como “ofrenda voluntaria” (Lv. 7:16). Todas deberán ser traídas “libremente a Jehová” (Ez. 46:12).

La primera ofrenda en Levítico (un patrón para todas) debía ser traída por el adorador “de su voluntad” (Lv. 1:3-4). Las muchas ofrendas de “libre albedrío” debían ser dadas por el individuo “de su voluntad, de corazón” (Ex. 25:2). Los que dieron materiales para edificar el tabernáculo tenían que traerlos con “un corazón dispuesto” (Ex. 35:5).

Cristo declaró: “El que quiera [es decir, desee] hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta” (Jn. 7:17). La Biblia finaliza con una oferta que repite o implica muchas veces: “Y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Ap. 22:17). La Escritura no puede ser más clara acerca de este punto. El libre albedrío es bíblico y esencial.

Dave Hunt
The Berean Call

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

domingo, 12 de febrero de 2012

Libro: Jesús - El Cordero y el León

Prefacio

 Portada del libro, Jesús - El Cordero y el León, escrito por el Dr. David R. Reagan, Fundador y Presidente del Ministerio Cordero y León. (Haga clic sobre la imagen para ir al Índice)

El nombre del Ministerio que fundé en 1980 es Cordero y León (Lamb & Lion Ministries). Por causa de ese nombre, cada semana recibimos mensajes preguntando, “¿En qué parte de la Biblia dice que el cordero yacerá con el león?”. La persona usualmente añade que ha pasado un tiempo considerable buscando el versículo sin éxito, y decidió ponerse en contacto con nosotros debido al nombre del ministerio. “Con un nombre como Cordero y León”, dicen, “seguramente saben dónde está ubicado este versículo”.

La Respuesta Sorprendente

Bueno, amigos, ¡la respuesta asombrosa es que no existe tal pasaje! La gente encuentra esto difícil de creer. Tal como una persona me lo expresó, ““¡He recibido demasiadas tarjetas de navidad con fotos de un cordero y un león como para que no exista tal versículo!” Creo que este verso mítico en particular está clasificado junto al que supuestamente dice, “El Señor ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos”.

El pasaje que la gente está buscando es Isaías 11:6. Es el primer versículo en un pasaje que describe cómo será transformada la tierra cuando Jesús regrese y cómo la maldición sobre la naturaleza será removida. El versículo dice: “Morará el lobo con el cordero”.

Sí, es el lobo el que está representado con el cordero, no el león. El león es mencionado en el versículo 7 donde dice: “El león como el buey comerá paja”.

No hay ninguna duda de que el cordero y el león yacerán juntos durante el reinado milenial del Señor, porque toda la naturaleza será reconciliada en paz, pero la referencia bíblica es al lobo y al cordero. Me parece que los artistas siempre han encontrado más dramático dibujar juntos al cordero y al león

Buscando un Nombre para el Ministerio

El nombre de nuestro ministerio no tiene nada qué ver con estos versículos en Isaías 11. Cuando formé este ministerio en 1980, busqué un nombre que estuviera relacionado con el propósito del ministerio, que era la enseñanza de la profecía bíblica y la proclamación del cercano regreso de Jesús. Mi primera opción fue el nombre Maranatha Ministries. Amaba ese nombre ya que en el lenguaje arameo, “Maranatha” significa “¡El Señor viene!” (1 Corintios 16:22). Pero cuando verifiqué con la Secretaría del Estado de Texas, descubrí que el nombre ya había sido escogido.

Entonces, empecé a orar para que el Señor me diera un nombre nuevo y distintivo. Ahí fue cuando Él puso en mi corazón Lamb & Lion Ministries. Me gustó el nombre ya que apuntaba a las dos grandiosas imágenes proféticas del Mesías que se hallan en las Escrituras hebreas. El Mesías es descrito como el Cordero Sufriente y como el León Conquistador.

Como el Cordero Sufriente, se profetizó que Él moriría por los pecados de la humanidad. Esa imagen se relaciona con Su Primera Venida. Su imagen como el León Conquistador tenía que ver con los tiempos del fin cuando vendría una segunda vez para derramar ira sobre los enemigos de Dios y luego empezar a reinar sobre toda la tierra.

Las dos imágenes eran tan distintas que los sabios judíos concluyeron que deben estar hablando acerca de dos Mesías. Llamaron al Cordero Sufriente “Messiah Ben Joseph” (Mesías hijo de José) y llamaron al león conquistador “Messiah Ben David” (Mesías hijo de David). No pudieron ver ni entender que los profetas estaban hablando acerca de un Mesías que vendría dos veces, cada vez en un papel y para un propósito diferentes.

El Cordero Sufriente

El concepto del Mesías como un Cordero Sufriente está arraigado en la Fiesta de la Pascua y el requisito de que cada familia sacrificara un cordero macho sin defecto como una expiación animal por sus pecados. Sabemos, por supuesto, que tal sacrificio era insuficiente, porque Hebreos 9 dice que la sangre de animales era insuficiente para verdaderamente expiar los pecados (Hebreos 9:11-16), pero era una expresión de fe que proveía una cobertura temporal de sus pecados. Su perdón total tendría que esperar el sacrificio de un hombre perfecto – el Cordero de Dios.

Ésa es la razón por la que cuando los santos del Antiguo Testamento morían, sus almas no iban al Cielo. En cambio, iban a un lugar temporal de espera llamado el Paraíso o “Seno de Abraham”, el cual era un compartimento en el Seol –llamado Hades en el Nuevo Testamento (Lucas 16:19-31). No podían ir al Cielo y vivir en la presencia de un Dios santo debido a que sus pecados sólo estaban cubiertos por su fe y no perdonados.

Cuando Jesús, el perfecto Cordero de Dios, murió en la Cruz, Su Espíritu descendió al Hades donde hizo una proclamación (1 Pedro 3:19 y 4:16). No se nos dice específicamente lo que Él proclamó, pero indudablemente ha de haber sido, “¡La sangre ha sido derramada!”

Sólo puedo imaginar el rugido de celebración que debe haber provenido de los santos que habían estado esperando durante todos esos años esa noticia gloriosa. Ahora, sus pecados estaban perdonados. Ahora, podían finalmente ir al Cielo.

Ése es el significado de un pasaje muy enigmático que se encuentra en Efesios 4:8 que dice, “Cuando [Jesús] ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres” (NVI). Cuando Jesús ascendió al Cielo, se llevó el Paraíso con Él. Pablo después afirmó esto en sus escritos (2 Corintios 12:1-4).

Desde ese momento, cuando un creyente muere, su espíritu se va directamente al Cielo. La Cruz lo cambió todo. Hoy, cuando una persona pone su fe en Jesucristo como Señor y Salvador, sus pecados no sólo son cubiertos sino también perdonados porque “la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). y nace de nuevo, cuando esa persona muere su espíritu va directamente al Cielo y no al Hades. Es una situación diferente después de la Cruz que antes de la Cruz, porque cuando hoy ponemos nuestra fe en Jesucristo nuestros pecados no sólo son perdonados, también son olvidados. No sólo son cubiertos, son lavados. ¡Alabado sea Dios! Y, por lo tanto, cuando morimos vamos directamente al Cielo. La sangre de Jesús, el Hijo de Dios, nos limpia de todo pecado.

En las Escrituras hebreas, Isaías 53 es el grandioso pasaje acerca del Cordero Sufriente. Éste declara que los pecados de la humanidad serían colocados sobre el Mesías y “como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca" (Isaías 53:7). Él sería dado como “expiación” y como resultado de “la aflicción de Su alma”, Él “justificaría a muchos” (Isaías 53:10-11).

En respuesta a esta profecía, muchos, muchos años después, cuando Jesús apareció en el Río Jordán para ser bautizado, Juan el Bautista exclamó: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29 y 36). Usando la misma imagen, el apóstol Pedro escribió que hemos sido “rescatados no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18-19).

El León Conquistador

La imagen del León Conquistador fue usada por los profetas hebreos para simbolizar lo que hoy en día “La Segunda Venida”. El Mesías fue descrito como un león rugiente que vendría para derramar la ira de Dios sobre aquellos que han rechazado la gracia, la misericordia y el amor del Señor.

Isaías 31:4-5, “Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion. Jehová de los ejércitos protegerá a Jerusalén. Él la protegerá y la librará, la defenderá y la rescatará”.

Jeremías 25:30, “Jehová rugirá desde lo alto, y desde su morada santa dará su voz; rugirá fuertemente contra su morada; canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la tierra”.

Oseas 11:10-11, “El Señor rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente. Como ave acudirán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como paloma; y los haré habitar en sus casas, dice Jehová”.

Joel 3:14-16, “Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel”.

El Libro de Apocalipsis

En el libro de Apocalipsis, el apóstol Juan combina las imágenes del cordero y del león para expresar el significado pleno de Jesús como el Mesías.

Al comienzo del capítulo 4, Juan es arrebatado al Cielo (una forma simbólica del Rapto de la Iglesia antes de que la Tribulación comience).En los capítulos 4 y5 Juan describe la gloriosa escena celestial del magnífico trono de Dios rodeado por 24 ancianos y protegido por cuatro extrañas criaturas que representan toda la creación de Dios.

Al principio, Juan se enfoca en la adoración sin fin y los cánticos de adoración que celebran la santidad y el poder de Dios. Pero, en el capítulo 5, la atención de Juan cambia repentinamente hacia un pequeño rollo en la mano derecha de Dios. Está sellado con siete sellos. Juan parece percibir inmediatamente la importancia de este rollo el cual, en el capítulo diez, se revela que es el título de propiedad del planeta tierra.

Un “ángel fuerte” proclama de repente en voz alta, “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?” (Ap. 5:2). Nadie parece ser digno y Juan comienza a llorar. Es en este momento que uno de los 24 ancianos le dice a Juan, “No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos” (Ap. 5:5).

Cuando Juan voltea para ver al león, mira en cambio a un Cordero que “estaba en pie…como inmolado”. Él busca al León y sólo mira a un Cordero ensangrentado. El Cordero toma el rollo de la mano de Dios, y todas las huestes celestiales irrumpen en alabanza:

“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Ap. 5:9).

En el capítulo 10, se nos presenta un flash-forward* que muestra a Jesús en la Segunda Venida representado como un “ángel fuerte” que regresa a la tierra con el rollo abierto en Su mano. El regresa para reclamar la tierra para Sus santos quienes gobernarán con Él. Volviendo de nuevo a las imágenes del Antiguo Testamento, el pasaje dice que Él exclamará “a gran voz, como ruge un león” (Ap. 10:3)

Extrañamente, a lo largo del resto del libro de Apocalipsis, Juan usa las imágenes del Cordero en cuando se refiere al Mesías durante la Tribulación y en Su Segunda Venida. Es el Cordero quien es descrito derramando la ira de Dios (Ap. 6:16-17). Es el Cordero quien hace la guerra contra el Anticristo y sus fuerzas (Ap. 17:14).

Creo que Juan resalta al Mesías como un Cordero debido a que simboliza el gran precio que pagó por los pecados de la humanidad. También nos recuerda la reivindicación del Cordero cuando regrese para quitarle a Satanás el dominio de la tierra. Y recalca que Jesús va a recibir el honor y la gloria que tanto merece — el honor y la gloria que se le negaron cuando vino como el Cordero Sufriente.

Mientras aguardamos el cumplimiento de las profecías de Apocalipsis, exaltemos al Cordero y añoremos al León.

El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza…Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos — Apocalipsis 5:12-13

Dr. David R. Reagan
Allen, Texas
Primavera del 2011

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

*Flashforward es una técnica utilizada tanto en el cine como en la literatura que altera la secuencia cronológica de la historia, conectando momentos distintos y trasladando la acción al futuro. El flashforward es una ida repentina y rápida al futuro de un personaje en una historia. Se asemeja a flashback con la única diferencia que en éste último se conectan el pasado y el presente.

You may acquire this book clicking on the image below (available only in English):

Share/Bookmark