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martes, 10 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 3 (parte 2 de 2)

  Profecía y Probabilidad

Por Dr. David R. Reagan

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Tercera Parte: Profecía Mesiánica

La tercera y más famosa sección del libro de Stoner se refiere a la profecía mesiánica.7 Su versículo principal para esta sección es Juan 5:39 que dice: “Escudriñad las Escrituras porque...ellas son las que dan testimonio de mí”.

Stoner procede a seleccionar 8 de las profecías más conocidas sobre el Mesías y calcula las probabilidades de su cumplimiento accidental en una persona como 1 en 10^17.

Los Cálculos de Peter Stoner con Respecto a la Profecía Mesiánica

A continuación se muestra una lista de las 8 profecías que Stoner seleccionó, junto con una explicación de cómo calculó las probabilidades. A medida que lea estas profecías, verá que todas las estimaciones se calcularon de la manera más conservadora posible.

1) El Mesías nacerá en Belén (Miqueas 5:2). 
La población promedio de Belén desde la época de Miqueas hasta el presente (1958), dividida por la población promedio de la tierra durante el mismo período es igual a 7,150 dividida por 2,000,000,000 o 2.8x10^5.

2) Un mensajero preparará el camino para el Mesías (Malaquías 3:1). 
¿Un hombre entre cuántos, en todo el mundo, ha tenido un precursor (en este caso, Juan el Bautista) para preparar su camino? Estimación: 1 en 1,000 o 1x103.

3) El Mesías entrará en Jerusalén como un rey montado en un asno (Zacarías 9:9). 
¿Un hombre de cuántos, que ha entrado en Jerusalén como gobernante, ha entrado montado en un asno? Estimación: 1 en 100 o 1x10^2.

4) El Mesías será traicionado por un amigo y sufrirá heridas en Sus manos (Zacarías 13:6). 
¿Un hombre de cuántos, en todo el mundo, ha sido traicionado por un amigo, lo que le ha causado heridas en sus manos? Estimación: 1 en 1,000 o 1x10^3.

5) El Mesías será traicionado por 30 piezas de plata (Zacarías 11:12). 
De las personas que han sido traicionadas, ¿cuántas han sido traicionadas por exactamente 30 piezas de plata? Estimación: 1 en 1,000 o 1x10^3.

6) El dinero de la traición se usará para comprar un campo de un alfarero (Zacarías 11:13). 
¿Un hombre de cuántos, después de recibir un soborno por la traición de un amigo, ha devuelto el dinero, se lo rechazaron, y luego ha experimentado que se usa para comprar el campo de un alfarero? Estimación: 1 en 100,000 o 1x10^5.

7) El Mesías permanecerá en silencio mientras sea afligido (Isaías 53:7). 
¿Un hombre de cuántos, cuando está oprimido y afligido, aunque inocente, no se defenderá a sí mismo? Estimación: 1 en 1,000 o 1x10^3.

8) El Mesías morirá con Sus manos y pies traspasados (Salmo 22:16). 
¿Un hombre de cuántos, desde la época de David, ha sido crucificado? Estimación: 1 en 10,000 o 1x10^4.

Al multiplicar todas estas probabilidades juntas se obtiene un número (redondeado) de 1x10^28. Al dividir este número por una estimación del número de personas que han vivido desde el tiempo de estas profecías (88 mil millones) se obtiene una probabilidad de que las 8 profecías se cumplan accidentalmente en la vida de una persona. Una vez más, esa probabilidad es 1 en 10^17 ó 1 en 100,000,000,000,000,000.  ¡Eso es uno en cien mil billones!

Una Ilustración Fascinante

Me encanta la forma en que Stoner ilustró el significado de este número. Le pidió al lector que imaginara llenar el estado de Texas hasta las rodillas con dólares de plata. Incluya en este enorme número un dólar de plata con una marca de verificación negra. Luego, suelte a una persona con los ojos vendados en este mar de dólares de plata. Las probabilidades de que la primera moneda que tomaría sería la que tiene la marca de verificación negra son las mismas que 8 profecías que se cumplen accidentalmente en la vida de Jesús.

El punto, por supuesto, es que, cuando las personas dicen que el cumplimiento de la profecía en la vida de Jesús fue accidental, no saben de lo que están hablando. Tenga en cuenta que Jesús no sólo cumplió 8 profecías, sino que cumplió 109. Las posibilidades de cumplir 16 es de 1 en 10^45. Cuando llega a un total de 48, las probabilidades aumentan a 1 en 10^157. El cumplimiento accidental de estas profecías está simplemente más allá del ámbito de la posibilidad.

¿Cumplimiento a Propósito?

Cuando son confrontados por estas estadísticas, los escépticos a menudo recurren al argumento de que Jesús cumplió las profecías a propósito. No hay duda de que Jesús estaba al tanto de las profecías, y de Su cumplimiento de ellas. Por ejemplo, cuando se preparó para entrar en Jerusalén la última vez, les dijo a sus discípulos que le encontraran un asno para montarlo, para que se pudiera cumplir la profecía de Zacarías que decía: “He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y montado en un pollino” (Mateo 21:1-5 y Zacarías 9: 9).

Pero muchas de las profecías concernientes al Mesías no pudieron cumplirse a propósito — como la ciudad de Su nacimiento (Miqueas 5:2), o la naturaleza de Su traición (Salmo 41:9), o la forma de Su muerte (Zacarías 13:6 y Salmos 22:16).

Una de las profecías mesiánicas más notables en las Escrituras Hebreas es la que precisamente declara que el Mesías morirá por crucifixión. Se encuentra en el Salmo 22, donde David profetizó que el Mesías moriría teniendo Sus manos y pies traspasados (Salmo 22:16). Esa profecía fue escrita 1,000 años antes de que Jesús naciera. Cuando fue escrita, el método judío de ejecución era por lapidación. La profecía también fue escrita 700 años antes de que los romanos perfeccionaran la crucifixión como método de ejecución.

Incluso cuando mataron a Jesús, los judíos todavía confiaban en la lapidación como su método de ejecución, pero habían perdido el poder de implementar la pena de muerte debido a la ocupación romana. Es por eso que se vieron obligados a llevar a Jesús ante Pilato, el gobernador romano, y así fue como Jesús terminó siendo crucificado, en cumplimiento de la profecía de David.

Conclusión

La conclusión es que el cumplimiento de la profecía bíblica en la vida de Jesús prueba de manera concluyente que Él realmente es Dios en la carne. No se puede atribuir al cumplimiento intencional. Y ciertamente no se puede descartar por coincidencia. Está completamente más allá del ámbito de la coincidencia.

Otro Punto Crucial

El cumplimiento preciso de tantas profecías mesiánicas también prueba que la Biblia es de origen sobrenatural. Éste es un punto importante. No hay otro libro en el mundo que contenga profecías cumplidas.

Piénselo: No hay una sola profecía cumplida en el Corán. Ni una sola en los Vedas hindúes. Ninguna en los dichos de Buda o Confucio. Y ni una sola en el Libro del Mormón.

En contraste, la Biblia contiene cientos de profecías que ya se han cumplido. Y no estoy hablando sólo de profecías mesiánicas. En la Biblia puede encontrar numerosas profecías con respecto a personas, ciudades y naciones que ya se han cumplido.

Considere la profecía de un profeta judío anónimo registrada en 1 Reyes 13:2. Dijo que vendría un día en que un rey llamado Josías, de la casa de David, destruiría todos los altares paganos en la tierra de Judá y quemaría los huesos de los sacerdotes paganos en los altares (1 Reyes 13:2). Trescientos años después, cuando Josías llegó al poder como rey de Judá, cumplió esta profecía (2 Reyes 23:16).

De manera similar, Isaías profetizó que una persona llamada Ciro, un día emitiría un decreto para la reconstrucción de Jerusalén (Isaías 44:28). Esta profecía fue escrita 140 años antes de que el rey Ciro de Persia conquistara el Imperio Babilónico, y decidiera liberar a los judíos que habían sido llevados cautivos 70 años antes por Nabucodonosor. El edicto de Ciro para la reconstrucción de Jerusalén está registrado en Esdras 1:1-4. El decreto de Ciro también cumplió otra profecía muy precisa que había sido dada por Jeremías. En ella, declaró que el cautiverio babilónico de los judíos duraría 70 años (Jeremías 25:11-12), y eso es exactamente lo que duró.

Escribiendo alrededor del año 700 a. C., el profeta Miqueas predijo que la ciudad de Jerusalén se convertiría en “montones de ruinas”, el templo sería destruido y el Monte del Templo sería “arado como campo” (Miqueas 3:12). Cien años después, Jeremías le recordó al pueblo judío esta profecía (Jeremías 26:18). Cuando persistieron en su rebelión contra Dios, los caldeos conquistaron la ciudad y destruyeron el Templo, tal como se profetizó.

De la misma manera, Jesús profetizó que la ciudad reconstruida de Jerusalén y su Templo, que existían en Su época, serían destruidos; y serían destruidos tan completamente que “no quedará aquí piedra sobre piedra” (Mateo 24:2). Treinta años más tarde, en el año 70 d. C., los romanos demolieron la ciudad y su Templo.

Jesús también profetizó la destrucción de las tres ciudades en las que había centrado su ministerio: Capernaum, Corazín y Betsaida. Él puso una maldición sobre ellas debido a su incredulidad, a pesar de los poderosos milagros que había realizado entre ellas. Como Él dijo, si Él hubiera realizado los mismos milagros en Tiro, Sidón y Sodoma, se habrían arrepentido. Declaró que sería más tolerable para Sodoma en el día del juicio que para las tres ciudades donde había derramado Su vida (Mateo 11:20-24).

Años más tarde, las tres ciudades fueron devastadas por terremotos y abandonadas. Fueron tan completamente destruidas que para 1800, los críticos de la Biblia las señalaban como prueba positiva de que la Biblia está llena de mitos. Pero luego, en 1838, Capernaum, que había servido como cuartel general de Jesús, fue descubierta. Corazín fue excavada en la década de 1960, y la ubicación de Betsaida fue confirmada en 1987. Hoy en día, puede visitar los tres sitios.

El cumplimiento de estas profecías, y muchas otras similares, es prueba positiva de que la Biblia es de origen sobrenatural. Esto es lo que llevó al profeta Isaías a burlarse de aquellos que adoraban dioses falsos en su época (Isaías 41:21-24; Living Bible):

¿Pueden sus ídolos hacer afirmaciones como éstas? ¡Qué vengan y demuestren lo que pueden hacer!”, dice Dios, el Rey de Israel. “Que intenten decirnos lo que ocurrió en años pasados, o lo que depara el futuro. ¡Sí, eso es! ¡Si sois dioses, decid lo que sucederá en los días venideros!”.

No hace falta decir que Isaías se encontró con el silencio.

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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sábado, 7 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 3 (parte 1)

 Profecía y Probabilidad

Por Dr. David R. Reagan

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Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro. . . — 2 Pedro 1:19

Hemos examinado muchas profecías bíblicas concernientes a la Primera Venida del Mesías, y hemos visto cómo se han cumplido en la vida de Jesús.

La pregunta crucial que surge naturalmente en este punto es si las profecías se cumplieron sobrenaturalmente o no. ¿Podría su cumplimiento haber sido simplemente una cuestión de coincidencia? ¿Podría Jesús haberls cumplido a propósito?

Un Libro Extraordinario

Durante años he estado citando un libro de Peter Stoner llamado La Ciencia Habla.1 Me gusta usar una ilustración notable de él, para mostrar cómo la profecía bíblica prueba que Jesús es verdaderamente Dios en la carne.

Recientemente, decidí que trataría de encontrar una copia del libro para poder descubrir todo lo que tenía que decir sobre la profecía bíblica. El libro fue publicado por primera vez en 1958 por Moody Press. Después de una búsqueda considerable en Internet, finalmente pude encontrar una edición revisada publicada en 1976.2

Peter Stoner fue presidente de los departamentos de matemáticas y astronomía del Pasadena City College hasta 1953, cuando se mudó al Westmont College en Santa Bárbara, California. Allí se desempeñó como presidente de la división de ciencias. En el momento en que escribió este libro, era profesor emérito de ciencias en Westmont.

En la edición que compré, había un prólogo del Dr. Harold Hartzler, funcionario de la American Scientific Affiliation. Escribió que el manuscrito había sido cuidadosamente revisado por un comité de su organización y que “el análisis matemático incluido se basa en principios de probabilidad que son completamente sólidos”. Afirmó además que, en opinión de la Afiliación, el profesor Stoner “ha aplicado estos principios de manera adecuada y convincente”.3

El libro está dividido en tres secciones. Dos se relacionan directamente con la profecía bíblica. La primera sección trata de la validez científica del relato del Génesis sobre la creación.

Primera parte: El Registro del Génesis

Stoner comienza con una observación muy interesante.  Señala que su copia de Young’s General Astronomy, publicada en 1898, está llena de errores. Sin embargo, la Biblia, escrita hace más de 2,000 años, está libre de errores científicos. Por ejemplo, la forma de la tierra se menciona en Isaías 40:22 como circular. La gravedad se puede encontrar en Job 26:7. Eclesiastés 1:6 menciona la circulación atmosférica. Una referencia a las corrientes oceánicas se puede encontrar en Salmos 8:8, y el ciclo hidráulico se describe en Eclesiastés 1:7 e Isaías 55:10. La segunda ley de la termodinámica se describe en Salmos 102:25-27 y Romanos 8:21. Y éstos son sólo algunos ejemplos de verdades científicas escritas en las Escrituras mucho antes de que fueran “descubiertas” por los científicos.

Stoner procede a presentar evidencia científica a favor de la creación especial. Por ejemplo, señala que la ciencia había enseñado previamente que la creación especial era imposible porque la materia no podía ser destruida o creada. Luego señala que los físicos atómicos han demostrado que la energía puede convertirse en materia y la materia en energía.

Luego considera el orden de la creación como se presenta en Génesis 1:1-13. Presenta argumento tras argumento desde un punto de vista científico para sostener el orden que narra el Génesis. Luego pregunta: “¿Qué posibilidades tuvo Moisés al escribir el primer capítulo [de Génesis] de obtener trece elementos precisos y en orden satisfactorio?”. Sus cálculos concluyen que sería una posibilidad en 31,135,104,000,000,000,000,000 (1 en 31 x 10^21). Concluye: “Quizás Dios escribió tal relato en Génesis para que en estos días postreros, cuando la ciencia se ha desarrollado grandemente, podamos verificar Su relato y saber con certeza que Dios creó este planeta y la vida en él”.4

Lo único decepcionante del libro de Stoner es que espiritualiza la referencia a los días en el Génesis, concluyendo que se refieren a períodos de tiempo de duración indefinida. En consecuencia, concluye que la tierra tiene aproximadamente 4 mil millones de años. En su defensa, tenga en cuenta que escribió este libro antes de la fundación del Movimiento de la Ciencia de la Creación moderno, que fue fundado en la década de 1960 por el Dr. Henry Morris. Desde entonces, ese movimiento ha producido muchos argumentos científicos convincentes a favor de una tierra joven con una edad de sólo 6,000 años.5

Segunda Parte: La Exactitud de la Profecía Bíblica

La segunda sección del libro de Stoner se titula “Exactitud profética”.6 Aquí es donde el libro se vuelve absolutamente fascinante. Una por una, toma las principales profecías bíblicas concernientes a ciudades y naciones y calcula las probabilidades de que se cumplan. La primera es una profecía en Ezequiel 26 concerniente a la ciudad de Tiro. Siete profecías están contenidas en este capítulo que fue escrito en el año 590 a. C.:

1) Nabucodonosor conquistará la ciudad (7-11).

2) Otras naciones ayudarán a Nabucodonosor (3).

3) La ciudad será convertida en una roca desnuda (4 y 14).

4) Se convertirá en un lugar de tendido de redes de pesca (5 y 14).

5) Sus piedras y maderos serán arrojadas al mar (12).

6) Otras ciudades temerán mucho por la caída de Tiro (16).

7) La antigua ciudad de Tiro nunca será reconstruida (14).

Cuatro años después de que se diera esta profecía, Nabucodonosor puso sitio a Tiro. El asedio duró 13 años. Cuando la ciudad finalmente cayó en el 573 a. C., se descubrió que todo lo de valor había sido trasladado a una isla cercana.

Doscientos cuarenta y un años después, Alejandro Magno llegó a la escena. Temiendo que la flota de Tiro pudiera ser utilizada contra su tierra natal, decidió tomar la isla donde la ciudad había sido trasladada. Logró este objetivo construyendo una calzada desde el continente hasta la isla, y lo hizo utilizando todos los materiales de construcción de las ruinas de la ciudad vieja. Las ciudades vecinas estaban tan asustadas por la conquista de Alejandro, que inmediatamente le abrieron sus puertas. Desde entonces, Tiro ha permanecido en ruinas y es un lugar donde los pescadores extienden sus redes.

Por lo tanto, cada detalle de la profecía se cumplió exactamente como se predijo. Stoner calculó las probabilidades de que tal profecía se cumpliera por casualidad como 1 en 75,000,000, ó 1 en 7.5x10^7. (El exponente 7 indica que el decimal debe moverse siete lugares a la derecha).

Stoner procede a calcular las probabilidades de las profecías concernientes a Samaria, Gaza y Ascalón, Jericó, Palestina, Moab y Amón, Edom y Babilonia. También calcula las probabilidades de que se cumplan las profecías que predijeron el cierre de la Puerta Oriental (Ezequiel 44:1-3), el arado del Monte Sion (Miqueas 3:12) y la ampliación de Jerusalén de acuerdo con un patrón prescrito (Jeremías 31:38-40).

Combinando todas estas profecías, concluye que “la probabilidad de que estas 11 profecías se hagan realidad, si fueron escritas en sabiduría humana, es... 1 en 5.76x10^59”. No hace falta decir que éste es un número más allá del ámbito de la posibilidad.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 4 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 2 (parte 2)

Jesús en la Profecía Simbólica

Por Dr. David R. Reagan

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Objetos Simbólicos

Incluso los objetos inanimados pueden ser tipos proféticos que apuntan a Jesús. Consideremos el Arca del Pacto. Todo en él era simbólico del Mesías. Estaba hecho de madera, lo que indicaba que el Mesías sería humano. Estaba cubierto de oro, lo que significaba que el Mesías sería divino. Contenía tres objetos: las tablas de piedra, una olla de maná y la vara de Aarón que reverdeció. 

Las tablas significaban que el Mesías tendría la ley de Dios en Su corazón. El maná significaba que el Mesías sería el Pan de Vida. La vara con flores era una profecía de que el Mesías resucitaría de entre los muertos.

La tapa del Arca se llamaba el Propiciatorio. Tenía un ángel dorado en cada extremo. Los ángeles estaban uno frente al otro y sus alas se cernían sobre la tapa. Una vez al año, el Sumo Sacerdote rociaba sangre sobre el Propiciatorio y comulgaba con la gloria Shejiná de Dios que se cernía sobre los ángeles.

El Propiciatorio señalaba el hecho de que, a través de la obra del Mesías, la misericordia de Dios cubriría la Ley. La sangre presagiaba el hecho de que el Mesías tendría que derramar Su propia sangre para expiar nuestros pecados.

Jesús cumplió todos los tipos proféticos del Arca. Él era Dios hecho carne (Juan 10:30). Él tenía la Ley en Su corazón (Mateo 5:17). Él se declaró a sí mismo como el “Pan de Vida” (Juan 6:35). Él derramó Su sangre en la Cruz y resucitó en poder, expiando nuestros pecados y cubriendo la Ley con la Gracia (Romanos 3:21-26).

María vio el cumplimiento del Arca cuando fue a la tumba y descubrió que faltaba el cuerpo de Jesús. Juan 20:11-12 dice que miró dentro de la tumba y “vio a dos ángeles con vestiduras blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera y el otro a los pies donde había sido puesto el cuerpo de Jesús”. ¿Entiende lo que vio? Ella vio el “propiciatorio” donde se había derramado la sangre, con un ángel en cada extremo — ¡exactamente como el Propiciatorio que cubría el Arca!

Una de las lecciones objetivas más detalladas sobre el Mesías que se pueden encontrar en el Antiguo Testamento es el Tabernáculo de Moisés. Cada aspecto del Tabernáculo era profético del Mesías, como se ilustra a continuación:

El Tabernáculo de Moisés como un Tipo Profético

1) La Puerta — Jesús como la Puerta. (Juan 10:9)

2) El Altar — Jesús como el Cordero del Sacrificio. (Juan 1:29)

3) La Fuente — Jesús como el Espíritu que Bautiza. (Juan 1:33)

4) El Pan de la Proposición — Jesús como el Pan de Vida. (Juan 6:35)

5) La Menorá — Jesús como la Luz del Mundo. (Juan 8:12)

6) El Incienso — Jesús como el Intercesor que ofrece las oraciones de los santos a Dios. (Hebreos 4:14-16)

7) El Velo — Jesús como el Único Camino que rasgaría el velo haciendo posible que los santos tuvieran acceso a Dios a través de Él. (Mateo 27:51 y Juan 14:6)

8) El Arca — Jesús como nuestra Propiciación, habiendo cumplido perfectamente la Ley de Dios. (1 Juan 2:2)

9) El Sumo Sacerdote — Jesús como nuestro Sumo Sacerdote que entra en el Lugar Santísimo en el Cielo como nuestro Mediador ante el Padre. (Hebreos 8:1-2; 9:24)

Antitipos Proféticos

Otro tipo de simbolismo profético que se puede encontrar en el Antiguo Testamento es el antitipo. Un antitipo es un símbolo negativo que apunta a verdades positivas. La naturaleza profética antitípica de Adán se ilustra a continuación:

Figura 1 

Adán como un Anti-tipo de Jesús

Adán                                               Jesús

1) Un alma viviente.                 1) Un espíritu vivificador

(1 Corintios 15:45)                     (1 Corintios 15:45)

2) De la tierra                          2) Del Cielo

(1 Corintios 15:47)                 (1 Corintios 15:45)

3) Se rebeló contra Dios             3) Obedeció a Dios perfectamente

(Génesis 3:1-7)                      (Hebreos 5:8-9)

4) Por medio de él, todos fueron hechos pecadores 4) Por medio de Él, muchos serán hechos justos.

(Romanos 5:19)                     (1 Corintios 15:45)

5) Trajo la muerte              5) Trajo la vida

(Romanos 5:14-15; 1 Corintios 15:22) (Hebreos 2:14-15)

6) Perdió el dominio             6) Ganó el dominio

(Génesis 1:26; 3:17-24)     (Hebreos 2:5-9)

Satanás es otro antitipo de Cristo. Sus debilidades apuntan a las fortalezas de Jesús. Por ejemplo, el pecado básico que causó su caída fue el orgullo (Isaías 14:13-14). Por el contrario, Jesús era la esencia de la humildad (Filipenses 2:5-8).

El agente de Satanás en la Tribulación, el Anticristo, también será un antitipo del verdadero Cristo. Mientras que el Anticristo será un engañador, un mentiroso y un blasfemo (Apocalipsis 13:1-6), Jesucristo regresará como el “Fiel y Verdadero” (Apocalipsis 19:11).

Jesús en Cada Libro del Antiguo Testamento

Génesis — La Simiente de la Mujer (Génesis 3:15)

Éxodo  El Cordero Pascual (Éxodo 12:1-14)

Levítico  La Ofrenda por el Pecado (Levítico 1-8)

Números  La Nube y el Fuego (Números 9:15-23)

Deuteronomio  El Profeta (Deuteronomio 18:15-18)

Josué  El Capitán de Nuestra Salvación (Josué 5:14)

Jueces  El Ángel del Señor (Jueces 6:11-24)

Rut  El Pariente-Redentor (Como se tipifica en Booz)

1 Samuel  El Ungido de Dios (1 Samuel 2:10)

2 Samuel  El Hijo de David (2 Samuel 7:12-16)

1 Reyes  El Entronizado (1 Reyes 22:19)

2 Reyes  El Soberano (2 Reyes 19:25)

1 Crónicas  El Digno (1 Crónicas 16:7-36)

2 Crónicas  El Paciente (2 Crónicas 36:15-16)

Esdras  El Maestro de la Santidad (Como se tipifica en Esdras)

Nehemías  El Restaurador (Como se tipifica en Nehemías)

Ester  El Salvador (Como se tipifica en Mardoqueo)

Job  El Redentor (Job 19:25-27)

Salmos  El Rey de Gloria (Salmo 24:7-10)

Proverbios  La Sabiduría de Dios (Proverbios 8)

Eclesiastés  El Único Pastor (Eclesiastés 12:11)

Cantares  La Rosa de Sarón y el Lirio del Valle (Cantares 2:1)

Isaías  El Siervo Sufriente (Isaías 53:1-7)

Jeremías  El Renuevo Justo (Jeremías 23:5-6)

Lamentaciones  El Fiel (Lamentaciones 3:21-24)

Ezequiel  El Señor (Ezequiel 6:7,10,13,14)

Daniel  El Hijo del Hombre (Daniel 7:13)

Oseas  El Redentor (Oseas 13:14)

Joel  El Bautista del Espíritu Santo (Joel 2:28-32)

Amós  El León Rugiente (Amós 1:2)

Abdías  El Libertador (Abdías 15-21)

Jonás  El Compasivo (Jonás 4:2)

Miqueas  El Eterno (Miqueas 5:1-2)

Nahúm  La Fortaleza (Nahúm 1:7)

Habacuc  El Santo (Habacuc 3:3-6)

Sofonías  El Vengador (Sofonías 1:14-18)

Hageo  El Anillo de Sellar (Hageo 2:23)

Zacarías  El Rey Humilde (Zacarías 9:9)

Malaquías  El Sol de Justicia (Malaquías 4:2)

Acerca de esta salvación han inquirido e investigado diligentemente los profetas que profetizaron de la gracia que fue destinada para ustedes. Ellos escudriñaban para ver qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, quien predijo las aflicciones que habían de venir a Cristo y las glorias después de ellas. — 1 Pedro 1:10-11

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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martes, 3 de enero de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 2 (parte 1)

Jesús en la Profecía Simbólica

Por Dr. David R. Reagan

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El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. —  Apocalipsis 19:10

“¡El Antiguo Testamento es tan difícil de entender!”. Ése es un lamento que he escuchado una y otra vez. Y es comprensible.

Después de todo, el Antiguo Testamento está lleno de historias arraigadas en una antigua cultura judía, con la que la mayoría de nosotros no estamos familiarizados. Esas historias también están situadas en un entorno geográfico en el Medio Oriente que nos es ajeno. Y las historias se refieren constantemente a civilizaciones como los hititas y los babilonios, de las que sabemos poco.

Sin embargo, un conocimiento práctico del Antiguo Testamento es esencial para una comprensión adecuada del Nuevo Testamento. No hay manera, por ejemplo, de entender los principios espirituales del libro de Hebreos sin alguna apreciación de las leyes sacrificiales del Pacto Mosaico. O considere el hecho de que el libro de Apocalipsis contiene más de 300 referencias a las escrituras del Antiguo Testamento y, sin embargo, ni una sola se identifica específicamente. Un ejemplo se puede encontrar en el tema del libro, expresado en Apocalipsis 1:7: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá: aun los que le traspasaron. Todas las tribus de la tierra harán lamentación por él...”. Este pasaje se compone de dos versículos del Antiguo Testamento puestos uno al lado del otro sin ninguna referencia a ninguno de ellos: Daniel 7:13 y Zacarías 12:10.

El Evangelio de Mateo estaba dirigido al pueblo judío, y debido a eso, cita constantemente las profecías del Antiguo Testamento que Jesús cumplió. Todo el concepto del Rapto de la Iglesia sigue el modelo de las prácticas matrimoniales judías del Antiguo Testamento. El compromiso continuo de Dios con la salvación del pueblo judío, como se expresa tan poderosamente en Romanos 9 al 11, es incomprensible aparte de la enseñanza del Antiguo Testamento de que los judíos son el Pueblo Escogido de Dios, escogidos para ser testigos de Él ante el mundo. Y volviendo al “misterioso” libro de Apocalipsis, una de las razones más importantes por las que es tan incomprensible para tantos cristianos es porque no se puede entender aparte del libro de Daniel. Los dos encajan como una mano en un guante.

Motivaciones para Estudiar el Antiguo Testamento

Entonces, ¿cómo se puede motivar a los cristianos a estudiar las Escrituras hebreas? Primero, es mostrarles, como he ilustrado anteriormente, que el Antiguo Testamento es esencial para una comprensión del Nuevo. Segundo, los animo a leer el Antiguo Testamento en una paráfrasis moderna, como The Living Bible.1 O bien, recomiendo que lo lean en una Biblia de estudio excepcional, como la nueva Biblia de Estudio ESV2 (Versión Estándar en Inglés), que contiene una gran cantidad de notas, mapas e ilustraciones que ayudan al lector a comprender la cultura, la geografía y la historia relevantes.

Pero la motivación más importante que trato de proporcionar es animar a las personas a buscar a Jesús mientras leen el Antiguo Testamento. Como ya he demostrado en el capítulo 1, hay muchas profecías específicas en el Antiguo Testamento concernientes a la Primera Venida del Mesías. En el capítulo 13, mostraré que hay aún más profecías — al menos el doble — sobre la Segunda Venida del Mesías. Y en el capítulo 8, señalaré que hay muchas apariciones pre-encarnadas de Jesús que están registradas en las Escrituras Hebreas.

Además de todos estos pasajes del Antiguo Testamento concernientes al Mesías, también hay muchas profecías simbólicas que apuntan al Mesías. La mayoría de las personas no son conscientes de éstas, sin embargo, se pueden encontrar en todos los libros del Antiguo Testamento, si sólo sabe cómo buscarlas.3

Profecía Simbólica

La profecía simbólica a menudo se conoce como “profecía en tipo”. Pablo se refiere a este tipo de profecía en Romanos 5:14, donde señala a Adán como “figura del que había de venir”. El autor de Hebreos también se refiere a ella cuando afirma que el Sumo Sacerdote y el Tabernáculo eran una “sombra de las cosas celestiales” (Hebreos 8:5).

Los Evangelios relatan que Jesús pasó parte de los 40 días entre Su resurrección y ascensión enseñando las Escrituras a Sus discípulos. Lucas dice: “Les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras” (Lucas 24:45). Sospecho que gran parte de Su enseñanza se centró en la profecía en tipo. Lo más probable es que haya pasado por la Torá, rollo por rollo, y les mostró cómo encontrarlo en cada columna, escondido en los tipos proféticos.

Hay cuatro clases principales de tipos proféticos: personas, eventos históricos, ceremonias y objetos inanimados.

Personas como Tipos

Casi todas las personas principales en el Antiguo Testamento son tipos de Cristo en el sentido de que algunos eventos en sus vidas profetizaron cosas que le sucederían a Jesús.

Tomemos a José, por ejemplo. Fue rechazado por sus hermanos. Fue dado por muerto, pero fue “resucitado” del pozo en el que había sido arrojado. Tomó una novia gentil, y luego redimió a sus hermanos de su hambre.

Del mismo modo, Jesús fue rechazado por Sus hermanos (los judíos), experimentó la muerte y la resurrección, ahora está tomando una Novia gentil (la Iglesia), y pronto regresará para salvar a un remanente de Sus hermanos de su hambre espiritual.

Otro buen ejemplo es Booz, en el libro de Rut. Él es un hermoso tipo profético de Jesús, porque es un Pariente-Redentor que toma una novia gentil. De la misma manera, Oseas y su tumultuosa relación con su esposa prostituta representan la relación de Dios con Su esposa infiel, Israel, y Su disposición, en Su amor perfecto, a pagar el precio de la redención para hacer posible que su esposa se reconcilie con él. Nehemías nos dice que los jueces fueron “salvadores” (Nehemías 9:27 – NVI), y en ese sentido, señalaron al Salvador supremo, el Mesías.

Josué, Jeremías y Daniel nos dan percepciones sobre la fe, el valor y la compasión del Mesías. Josué y Jesús incluso tenían exactamente el mismo nombre: Yeshúa, que significa la Salvación de Dios. “Josué” es una transliteración inglesa del nombre hebreo, Yeshúa, y “Jesús” es una transliteración del mismo nombre del griego.

Jesús identificó a Jonás como un tipo profético. Señaló que, así como Jonás había sido sepultado tres días en el vientre de un gran pez, Él también sería sepultado en la tierra durante tres días (Mateo 12:38-40).

La experiencia de Abraham al ofrecer a su hijo Isaac como sacrificio es uno de los tipos proféticos más importantes en el Antiguo Testamento (Génesis 22). Es la imagen de un padre amoroso dispuesto a sacrificar a su hijo inocente. El evento incluso tuvo lugar en el Monte Moriah, donde Jesús más tarde sería crucificado. Este evento se refiere específicamente en el Nuevo Testamento como un tipo profético que apunta simbólicamente a la muerte y resurrección de Jesús (Hebreos 11:19).

Eventos Simbólicos

La experiencia de la Pascua (Éxodo 12) es un ejemplo dramático de simbolismo histórico. Para evitar la muerte de los primogénitos, tanto de hombres como de bestias, en cada familia el día en que el Señor pasó sobre Egipto, cada familia judía tenía que sacrificar un cordero y poner su sangre en los postes de las puertas y dinteles de sus casas. Éste fue un símbolo profético de que la salvación de todos los hombres sería posible a través del sacrificio del Cordero de Dios y la apropiación de Su sangre.

Otro evento histórico con significado profético, ocurrió en el desierto, cuando los hijos de Israel fueron atacados por serpientes ardientes (Números 21:4-9). Una serpiente de bronce fue colocada en un poste y levantada para que todos la vieran. A los mordidos por las serpientes se les dijo que miraran a la serpiente de bronce para ser sanados.

Esa serpiente de bronce era un tipo de Cristo. Así como los israelitas mordidos por las serpientes ardientes murieron, así los hombres mordidos por la serpiente del pecado de Satanás deben sufrir la muerte espiritual. Y así como la serpiente de bronce fue levantada para su salvación, de la misma manera, Jesús fue levantado en una asta para salvar a los hombres de sus pecados (Juan 3:14).

Tanto el bronce como las serpientes son símbolos bíblicos del pecado. Jesús es tipificado como una serpiente de bronce en una asta, porque Él tomó los pecados de la humanidad sobre Sí mismo mientras estaba en la Cruz.

Finalmente, los mordidos por las serpientes sólo tenían que mirar con fe a la serpiente de bronce para ser sanados. Y de la misma manera, los pecadores sólo necesitan mirar a Jesús con fe para ser salvos.

La historia temprana de la nación judía es la historia de Jesús en tipo profético. Los hijos de Israel nacieron en Canaán, descendieron a Egipto, emergieron a través del Mar Rojo (el bautismo de Moisés), soportaron pruebas en el desierto y luego entraron en la Tierra Prometida. Del mismo modo, Jesús nació en Canaán, descendió a Egipto, emergió públicamente en Su bautismo, fue tentado en el desierto y luego abrió el camino al Cielo.

Tipos Ceremoniales

Las siete fiestas de Israel son un buen ejemplo de simbolismo ceremonial. Jesús fue crucificado en la Fiesta de la Pascua como nuestro “cordero sacrificial”. Él se convirtió en nuestro “pan sin levadura”, cuando Su cuerpo sin pecado descansó en la tierra en ese día de fiesta. Él resucitó de entre los muertos en la Fiesta de las Primicias, y la Iglesia fue establecida en la Fiesta de Pentecostés.

Las tres fiestas incumplidas (Trompetas, Expiación y Tabernáculos) deben, de la misma manera, señalar eventos que aún no han ocurrido — muy probablemente, el Rapto, la Segunda Venida y el Reinado Milenial de Jesús.

Muchas de las ceremonias de la Ley de Moisés están profundamente impregnadas de una tipología simbólica relacionada con la Primera Venida. Todos los diversos tipos de ofrendas por el pecado (Levítico 1-6) apuntaban al adorador al Mesías, que serviría como la ofrenda perfecta y suficiente por todos nuestros pecados.

Éste es uno de los temas del libro de Hebreos. Comparando el sacrificio de animales bajo la Ley con el sacrificio de Jesús, el libro de Hebreos dice: “Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestra conciencia de las obras muertas para servir al Dios vivo!” (Hebreos 9:13-14).

Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 21 de diciembre de 2022

Libro: Angustiados Pero No Abandonados – Prólogo

El Injusto Encarcelamiento de Derek y Alex Henry

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“Creemos que usted causó la muerte de Israel”. Las palabras atravesaron las almas de Derek y Alex Henry. Todavía no habían comenzado a recuperarse de la inesperada muerte de su hijo de un año. Había sido un niño enfermizo, y con frecuencia lo habían llevado al médico. Se había sometido a muchas pruebas médicas, pero nunca se había encontrado una causa subyacente para sus episodios de enfermedad. Cada vez que se enfermaba, había superado lo que lo estaba enfermando sin nada más que medicamentos de venta libre. Cuando comenzó a vomitar de nuevo, aunque sus padres estaban profundamente preocupados, decidieron no buscar ayuda médica. En cambio, siguieron las instrucciones que les habían dado en ocasiones anteriores, y luego lo acostaron por la noche. Cuando se levantaron a la mañana siguiente, estaba muerto.

Seis semanas después, mientras el impacto de su pérdida aún estaba fresco, los Servicios de Protección Infantil se presentaron en su puerta. Derek estaba trabajando. Alarmada, Alex lo llamó para que volviera a casa. Antes de que pudiera llegar, un trabajador social arrancó a su hijo de dos años de su madre que lloraba. Impotente para consolar a su afligida esposa, y profundamente angustiado, Derek apenas pudo discernir lo que dijo el detective de la policía:

“Creemos que causaron la muerte de Israel”.

“¿QUÉ? ¿Cómo podía pensar tal cosa? ¿Cómo podría alguien sospechar de nosotros de un crimen tan escandaloso? Amábamos a nuestro hijo. ¡Después de Dios, nuestros hijos son nuestra vida!”. Tales eran sus pensamientos, o habrían sido sus pensamientos, si en medio de su intenso sufrimiento, hubiera podido pensar coherentemente. De alguna manera, en su lucha por la vida y la familia, Derek logró preguntarle al detective qué pruebas había de que él o Alex habían abusado de sus hijos. No obtuvo una respuesta real. “No es un ambiente seguro”, dijo el detective una y otra vez, sin cargos específicos ni la menor evidencia.

El detective había conversado con la enfermera del médico forense que había examinado a Israel en el hospital después de su muerte. La enfermera había visto moretones en el cuerpo del bebé. Aunque sabía que esto no había contribuido a su muerte, despertaron sus sospechas. Tenía la corazonada de que sus padres — quienesquiera que fueran — habían abusado de él. Ella compartió sus pensamientos con el detective de la policía y un trabajador social de los Servicios de Protección de Menores. Estos profesionales habían sido testigos de muchos casos de abuso infantil, y coincidieron en que las circunstancias eran incriminatorias. 

Un niño había muerto. Había pocas dudas en la mente de los profesionales involucrados de que los padres debían ser personas verdaderamente horribles que, por el bien de la sociedad, necesitaban ser llevados ante la justicia. No necesitaban una investigación. Ellos lo sabían. Pero no sabían toda la historia. Y no conocían a los Henry. El Señor lo sabía — y lo recordaba.  

Lea la reseña del libro »»aquí

martes, 20 de diciembre de 2022

Libro Recomendado: Angustiados Pero No Abandonados

El Injusto Encarcelamiento de Derek y Alex Henry

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El Señor me concedió el privilegio de traducir al español este libro, el cual demostró ser una valiosa fuente de ánimo, que Dios usó para traer una palabra de aliento a mi vida, mientras trabajaba en su traducción. La revisión del texto fue realizada por mi amigo y colaborador del ministerio, el pastor Marcos A. Nehoda.

La autora es Nita Brainard, quien magistralmente nos lleva en una montaña rusa de emociones. Con su estilo, nos hace experimentar junto a Derek y Alex, las angustiosas situaciones que tuvieron que enfrentar de forma inesperada. También nos hace regocijarnos con ellos por la maravillosa fidelidad de Dios hacia Sus hijos, en medio de las tribulaciones que deben atravesar. 

Estoy seguro que su lectura será de mucha bendición para sus vidas. 

El libro ya está disponible en Amazon. Aquí les dejo su descripción:

Antes de que Derek y Alex Henry comiencen a recuperarse de la inesperada muerte de su hijo de un año, son acusados de asesinarlo. Les arrebatan a otros dos hijos; Derek pierde su trabajo; y ambos son encerrados en la Cárcel del Condado de Wayne. En medio de su horror y angustia, se aferran a la fe en el Dios vivo, y luchan contra el sistema para volver a unir a su familia.

Un libro que de seguro demostrará ser un valioso instrumento para alentar la fe y la esperanza en el Señor y Sus promesas, de todos aquellos creyentes que se encuentran enfrentando al temible Euroclidón en sus vidas.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

Libro: Islam y Cristianismo – Capítulo 1 (parte 3 de 5)

 La Naturaleza del Islam

Por Dr. David R. Reagan

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La Naturaleza Intolerante y Militante del Islam

Uno de los temas más controvertidos con respecto al islam se refiere a si es o no una religión militante. Los musulmanes en Occidente argumentan que es amante de la paz. Los occidentales que lo han experimentado en el mundo musulmán argumentan que es intrínsecamente intolerante y militante.

El Corán mismo predica la intolerancia hacia otras religiones. Sura 5 contiene la siguiente orden:

No toméis a judíos y cristianos por amigos . .  . El que entre vosotros los tome por amigos es uno de ellos. . . No escojáis por guardianes tales a aquellos que recibieron la Escritura antes que vosotros [judíos y cristianos] .   .  .  Pero mantengan su deber para con Alá .  .  .  (versículos 51 y 57, Pickthall).

La intolerancia extrema es ordenada en Sura 5:33 —

De hecho, el castigo para aquellos que hacen la guerra contra Alá y Su Mensajero y se esfuerzan en la tierra [para causar] corrupción no es más que sean asesinados o crucificados o que sus manos y pies sean cortados de lados opuestos o que sean exiliados de la tierra (Sahih). 

El Corán también expresa una actitud intolerante hacia cualquier persona que decida rechazar la fe islámica o convertirse a otra religión. Tales personas deben ser ejecutadas (Sura 9:12). En el Hadiz (la tradición oral de los dichos de Mahoma) hay esta cita: “Quien cambie de religión, mátalo” (Hadiz 9:57). Estos mandatos se practican en todos los países fundamentalistas islámicos hoy en día.

Con respecto a la militancia, el Corán la aprueba y la ordena:

Se os ha prescrito combatir, aunque os sea odioso, pero puede que os disguste algo que sea un bien para vosotros y que améis algo que es un mal. Alá sabe y vosotros no sabéis (Sura 2:216; Sahih)

Luchen y maten a los paganos dondequiera que los encuentren, y captúrenlos, sítienlos y acéchenlos en cada estratagema de guerra (Sura 9: 5, Ali).  

Combatid en el camino de Alá. . . y matadlos [a los incrédulos] dondequiera que los encuentren y expulsadlos. . . y luchen contra ellos hasta que  no haya más oposición,  y la religión debe ser sólo para Alá (Sura 2:190-193, Shakir).

Mahoma es citado en el Hadiz diciendo: “La espada es la llave del cielo y del infierno. Una gota de sangre por la causa de Alá — una noche pasada en armas [guerra] — vale más que dos meses de ayuno y oración.   Cualquiera que caiga en batalla, sus pecados le son perdonados, y en el día del juicio, sus miembros serán suplidos por las alas de ángeles y querubines”. 

Propaganda Musulmana

Los musulmanes que viven en las democracias occidentales tratan de defender su religión citando la Sura 2:256 que dice: “No hay compulsión en la religión” (Shakir). 

Al evaluar este versículo tan solitario en el Corán, primero debe tener en cuenta que   fue escrito antes de que Mahoma fuera rechazado por judíos, cristianos y sus compañeros árabes, antes de que huyera a Medina y comenzara a responder con odio a todos sus detractores. Pero aún más importante es el hecho de que los propios maestros islámicos argumentan que este versículo fue abrogado más tarde, ya sea por las palabras o acciones de Mahoma. 

Algunos argumentan que el versículo fue abrogado por las órdenes posteriores de Mahoma para que sus tropas lucharan hasta que los incrédulos se vieran obligados a rendirse al islam. 

Otros argumentan que fue abrogado por Sura 9:73 que dice: “¡Oh Profeta! Lucha contra los incrédulos y los hipócritas. Sé duro con ellos” (Pickthall).

Un tercer grupo argumenta que las palabras del versículo no significan lo que parecen decir. Argumentan que las palabras significan que la religión no puede usarse para obligar a alguien a hacer algo malo, pero obligar a las personas a aceptar la verdad de Alá es un deber religioso. 

Un cuarto grupo de clérigos islámicos acepta que las palabras significan lo que dicen, pero argumentan que eran parte de la estrategia de Alá para promover el islam. Mientras los musulmanes eran débiles, Alá habló a través de Mahoma y les dijo que toleraran a los infieles. Pero cuando los musulmanes se hicieron fuertes, Alá les ordenó que dejaran de ser tolerantes y atacaran y sometieran a los infieles.

La conclusión es que, independientemente de la explicación, el resultado es el mismo: el versículo ha sido abrogado y los infieles deben abrazar el islam o enfrentar la muerte. 

La Defensa Musulmana

Los musulmanes a veces responden señalando la intolerancia y la violencia que han caracterizado tanto a judíos como a cristianos en ciertos momentos de sus historias.  Señalan la matanza de los cananeos cuando los judíos tomaron la Tierra Prometida bajo el liderazgo de Josué.  Y, por supuesto, apuntan a las Cruzadas cristianas en la Edad Media. Usando estos ejemplos, acusan a judíos y cristianos de ser hipócritas al atacar la intolerancia y la violencia del islam hoy.

Con respecto a los judíos, este argumento ignora el hecho de que Dios los usó como un instrumento de Su juicio contra las tribus que vivían en Canaán, tal como más tarde usó a los asirios y caldeos para juzgar a los judíos. Dios nunca les dijo a los judíos que conquistaran el mundo para Él.

También proporcionó al pueblo judío instrucciones precisas sobre cómo debían tratar a los extranjeros que pudieran desear vivir entre ellos. Debían ser tratados con dignidad y debían ser provistos de justicia (Levítico 19:33 y Deuteronomio 27:19).  Aún más, a los judíos se les ordenó amar a su prójimo como se amaban a sí mismos (Levítico 19:18). 

Con respecto a las Cruzadas cristianas, fueron una   aberración en la historia cristiana basada en la doctrina católica pervertida y no en ningún mandato bíblico. En contraste, la intolerancia y la violencia que han caracterizado al islam a lo largo de su historia están firmemente arraigadas en el Corán.

Qué contraste tienen todos los espantosos mandamientos de Mahoma con las palabras amorosas de Jesús, quien les dijo a los cristianos: 

  • “Amen a sus enemigos y oren por los que les persiguen” (Mateo 5:44).
  • “A cualquiera que te golpea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Mateo 5:39).
  • “No juzguen, para que no sean juzgados” (Mateo 7:1).
  • “Así que, todo lo que quieran que hagan los hombres por ustedes, así también hagan por ellos” (Mateo 7:12).
  • “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).
  • “Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado” (Juan 15:12).
  • “Nadie tiene mayor amor que este: que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).

Qué contraste hay entre la admonición de Mahoma de conquistar para Alá con la espada, y la exhortación   de Jesús a salir en paz y apelar a los corazones de las personas a través de la predicación del Evangelio, confiando en el poder persuasivo del Espíritu Santo de Dios.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 4 aquí 

Lea la parte final aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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jueves, 1 de diciembre de 2022

El Reino Venidero – Parte 27

 Por Dr. Andy Woods

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Comenzamos a escudriñar los textos del Nuevo Testamento que los teólogos del “reino ahora” emplean en su intento de argumentar que el reino es una realidad presente. El propósito de este examen es mostrar que ninguno de estos pasajes, cuando se entiende correctamente, enseña una forma presente y espiritual del reino. En el artículo del mes pasado, comenzamos a examinar los textos típicos del Libro de los Hechos utilizados por los teólogos del “reino ahora”.

¿Está Jesús Reinando Actualmente en el Trono de David?

Tal vez la razón principal presentada por los teólogos del "reino ahora", en su intento de equiparar la obra presente de Dios en la iglesia, con la manifestación espiritual actual del reino mesiánico, es que, después de Su Ascensión, Cristo supuestamente tomó Su asiento en el Trono de David en el cielo. Desde esta posición real, Él ahora orquesta el reino mesiánico espiritual a través de la iglesia. Como veremos, los teólogos del reino ahora" construyen gran parte de su caso a partir de Hechos 2. Sin embargo, en general, es mucho mejor rechazar la noción de que el Reino Davídico está presente en cualquier sentido hoy, y en su lugar mantener que el Reino Davídico no será inaugurado hasta la era milenaria. Existen al menos seis razones en apoyo de esta conclusión.

Primera, en el último artículo, notamos que el Antiguo Testamento describe consistentemente el Trono Davídico en términos terrestres en lugar de celestiales. Segunda, debido a esta representación bíblica del Trono Davídico, observamos que argumentar que el Trono Davídico se está manifestando ahora en esta era desde el cielo es colocar bajo coacción antinatural las nociones de progreso de la revelación y hermenéutica literal o normal, gramatical e histórica. La revelación progresiva es la idea de que, aunque la Escritura posterior puede aclarar, explicar o especificar lo que la Escritura anterior ha dicho, la última Escritura nunca puede cambiar la promesa original. En el último artículo, notamos cómo tanto los amilenialistas como los premilenaristas históricos, al abrazar una interpretación presente y celestial del Trono y el Reino Davídicos, se apartan de una comprensión normal de la revelación progresiva. Sin embargo, no son los únicos.

Los dispensacionalistas progresivos son aquellos que sostienen que el Reino Davídico está presente en forma espiritual. Mientras todavía se aferran a un reinado terrenal futuro o “todavía no” de Cristo después de la Segunda Venida de Cristo, los dispensacionalistas progresivos todavía sostienen que el Reino Davídico “ya” está aquí en forma espiritual. Por lo tanto, también afirman que Jesús ahora reina desde el Trono de David en el cielo sobre la iglesia. Argumentan que “el trono davídico y el trono celestial de Jesús a la diestra del Padre son uno y el mismo”.[1] Sin embargo, sólo es posible transferir el Trono de David de la tierra al cielo en el sistema dispensacional progresista si uno adopta a priori una nueva metodología hermenéutica conocida como “hermenéutica complementaria”. Este enfoque interpretativo novedoso permite meras “alusiones cruciales vinculantes” o “descripciones pictóricas” de Jesús como el heredero del Trono de David para expandir la promesa terrestre original del Trono Davídico para que ahora abarque una forma espiritual actual del Reino Davídico con Jesús actualmente gobernando desde un Trono Davídico celestial.[2] Así es como los dispensacionalistas progresivos definen la “hermenéutica complementaria”: “El Nuevo Testamento introduce cambios y avances; no se limita a repetir la revelación del Antiguo Testamento. Sin embargo, al hacer adiciones complementarias, no descarta las promesas del Antiguo Testamento. La mejora no se realiza a expensas de la promesa original”.[3]

Lightner explica por qué la hermenéutica complementaria no es lo mismo que la revelación progresiva.

La “hermenéutica complementaria” no debe confundirse con la doctrina histórica ortodoxa de la revelación progresiva. La última verdad significa que Dios reveló Su verdad gradualmente, a veces durante un largo período de tiempo. Sin embargo, lo que se reveló más tarde nunca cambió la revelación original. El significado y los destinatarios de la promesa original siempre son los mismos.[4]

En otras palabras, debido a que los dispensacionalistas progresivos creen que el Nuevo Testamento en realidad da un nuevo significado a un pasaje del Antiguo Testamento en lugar de simplemente amplificar o aclarar lo que se declaró originalmente allí, la hermenéutica complementaria no puede categorizarse adecuadamente como revelación progresiva. Sólo aceptando la presuposición de la “hermenéutica complementaria” (que el Nuevo Testamento basado en meras alusiones a Jesús como el heredero davídico en Su sesión presente agrega significado o cambia la promesa original), y, en el proceso, rechazando una visión adecuada de la revelación progresiva, es una teología del “reino davídico ahora”, incluso remotamente posible.

Además, uno se pregunta qué estragos podrían causarse en otras doctrinas bíblicas si se aplicara consistentemente la hermenéutica complementaria. Charles Ryrie pregunta si la hermenéutica del dispensacionalismo progresivo, cuando se aplica consistentemente, podría algún día usarse para defender el postribulacionalismo, que es la noción de que el rapto de la iglesia tendrá lugar al final del futuro período de Tribulación. Después de todo, si las alusiones davídicas de Hechos 2 se pueden usar para extender el Pacto Davídico a la Era de la Iglesia, entonces ¿por qué no se puede usar la alusión al templo de Apocalipsis 11:1–2 de manera similar para extender la iglesia, que el Nuevo Testamento consistentemente retrata como un templo, al período de la Tribulación?[5]

La autenticidad de las interpretaciones del Nuevo Testamento debe juzgarse por su armonía y congruencia con la revelación previa. Determinar qué es verdad por su conformidad con la revelación previa es un principio que se enseña a lo largo de las Escrituras (Dt. 13:1–5; Hechos 17:11; Gá. 1:6–9; 1 Tes. 5:21; 1 Co. 14:29; 1 Juan 4:1; Ap.2:2). Debido a que la metodología interpretativa estándar del dispensacionalismo progresivo cambia la promesa original, al colocar a Jesús en el trono de David en el cielo en el presente, basado en meras alusiones a Él como heredero davídico, a pesar de la naturaleza terrestre de la promesa original, el sistema y la teología del dispensacionalismo progresivo son sospechosos. Por lo tanto, sólo a través de una desviación de la revelación progresiva se puede sostener cualquier sistema teológico que involucre un reinado celestial presente de Cristo desde el trono de David.

En tercer lugar, ningún versículo o pasaje del Nuevo Testamento pone claramente a Cristo en el trono de David en la era presente. No existe un pasaje único e irrefutable del Nuevo Testamento que respalde la doctrina de que Jesús reina actualmente en el trono de David. El Nuevo Testamento simplemente describe la posición actual de Cristo como un regreso a la gloria pre-encarnada que experimentó con el Padre desde la eternidad pasada (Juan 13:3; 17:5; Hechos 3:13). El hecho de que Cristo esté experimentando actualmente esta gloria como el último heredero del Trono de David no significa necesariamente que Su Reino Davídico haya sido inaugurado.

Un paralelo interesante se encuentra en la carrera de David. Transcurrió un período intermedio entre la unción de David como rey (1 S. 16) y su entronización real (2 S. 2; 5). Durante este período intermedio, Saúl todavía reinaba como rey. La gente se vio obligada a elegir entre caminar por la vista y seguir a Saúl, o caminar por fe y seguir a David. Hicieron lo último confiando en la promesa de Dios de que el ungido David reinaría un día después de que Saúl fuera depuesto. Existe un período intermedio similar entre la unción de Cristo como heredero davídico y Su disfrute de la gloria a la diestra del Padre (Hechos 2: 33–35) y cuando realmente gobernará en el Trono de David durante el Milenio (Mt. 25:31; Ap. 20:1–10).[6] Durante este período interino actual, una entidad parecida a Saúl, Satanás, está reinando como rey (Lucas 4:5–8; Juan 12:31; 2 Co. 4:4; Ef. 2:2; 1 Juan 5:19). Por lo tanto, la gente de hoy se ve obligada de manera similar a elegir caminar por la vista y seguir a Satanás, o caminar por la fe y seguir a un individuo parecido a David, Cristo. Hacen esto último confiando en la promesa de Dios de que el Cristo ungido reinará un día después de que Satanás haya sido depuesto.

Además, en lugar de describir la posición actual de Cristo reinando en el Trono de David, el Nuevo Testamento simplemente describe la posición actual de Cristo como si estuviera a la diestra del Padre (Hechos 7:55–56; Ro. 8:34; Col. 3:1; He.1:3; 8:1; 10:12; 12:2; 1 P. 3:22). Otros pasajes indican que Cristo fue arrebatado al trono de Dios después de Su ascensión (Ap. 12:5), pero el Nuevo Testamento nunca llama al trono celestial de Dios el Trono de David. De hecho, 60 años después de Su ascensión, Cristo hizo una clara distinción en Apocalipsis 3:21 entre Su posición actual en el trono celestial de Su Padre y Su futuro Trono Davídico terrestre. En Apocalipsis 3:21, Jesús dice: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Con respecto a este versículo, Malcolm Couch hace la siguiente observación: “Cristo está diciendo aquí que, aquellos que sean espiritualmente victoriosos, serán recompensados (tiempo futuro de didōmi) al unirse a Él en Su reinado mesiánico terrenal, tal como Él venció (aoristo o tiempo pasado) y se sentó (aoristo o tiempo pasado) con Su Padre en Su trono”.[7] Al juntar todas las piezas, podemos suponer con seguridad que, en Apocalipsis 3:21, el trono de Cristo se refiere a Su futuro trono terrestre davídico, mientras que el trono del Padre se refiere al trono celestial de Dios (Sal. 110; Dn. 7).

Con frecuencia se apela a los primeros capítulos de Hechos para demostrar la actual entronización celestial de Cristo. Sin embargo, en Hechos 1:6–7, los discípulos le preguntaron al Señor si ahora iba a restaurar el reino a Israel. Tal restauración es una referencia al cumplimiento del Pacto Davídico. En el versículo 7, Cristo respondió: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”. De esta respuesta, Pentecost observa: “Este pasaje deja en claro que, si bien la forma pactada de la Teocracia no ha sido cancelada y sólo ha sido pospuesta, esta era presente definitivamente no es un desarrollo de la forma davídica del reino”.[8]

Continuará

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

El Dr. Andy Woods es oriundo de California, donde asistió a la universidad y obtuvo una licenciatura en Derecho. En 1998, cambió de rumbo y comenzó a hacer la transición del Derecho a la Teología, cuando decidió ingresar al seminario.

Finalmente obtuvo un Doctorado en Exposición Bíblica del Seminario Teológico de Dallas. Actualmente se desempeña como pastor en la Iglesia Bíblica de Sugar Land, en el área de Houston, mientras se desempeña como Presidente del Seminario Teológico Chafer, en Albuquerque, Nuevo México. Es un escritor prolífico y un conferenciante muy solicitado.

Visite el sitio web del Dr. Andy Woods:


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Notas Finales

[1] Darrell Bock, "Evidence from Acts," in The Coming Millennial Kingdom, ed. Donald Campbell and Jeffrey Townsend (Chicago: Moody, 1992), 194.

[2] Darrell Bock, "The Reign of the Lord Christ," in Dispensationalism, Israel, and the Church, ed. Craig Blaising and Darrell Bock (Grand Rapids: Zondervan, 1992), 49, 51.

[3] Craig Blaising and Darrell Bock, "Dispensationalism, Israel and the Church: Assessment and Dialogue," in Dispensationalism, Israel and the Church, ed. Craig Blaising and Darrell Bock (Grand Rapids: Zondervan, 1992), 392-93.

[4] Robert Lightner, Last Days Handbook (Nashville: Thomas Nelson, 1997), 210.

[5] Charles Ryrie, Dispensationalism (Chicago: Moody, 1995), 175.

[6] Alva J. McClain, The Greatness of the Kingdom (Grand Rapids: Zondervan, 1959), 440.

[7] Mal Couch, "Progressive Dispensationalism: Is Christ Now on the Throne of David? (Part I)," Conservative Theological Journal 2 (March 1998): 43.

[8] Dwight Pentecost, Thy Kingdom Come (Wheaton, IL: Victor Books, 1990), 269.

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