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martes, 3 de abril de 2018

Video: ¿Qué sucede un minuto después de que mueres? – Parte 1



¿Qué espera al otro lado de la tumba? ¿Qué veremos y sentiremos un minuto después que muramos?

Vea la parte 2 aquí

El invitado del programa es el Dr. Erwin Lutzer

miércoles, 24 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 3 de 3



     
El Significado de la Ira

¿Convierte esto a Dios en un “monstruo”? ¡No! Al contrario, la ira de Dios demuestra Su bondad, porque, ¿cómo podría un Dios bueno ignorar la maldad del pecado y permitir que quede impune? Su ira contra el mal demostrará Su justicia. 

El profeta Nahúm lo resumió mejor. Hablando del amor de Dios, dijo, “El Señor es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahúm 1:7). Pero unos pocos versículos antes Nahúm había hablado también de la santidad y la ira de Dios:

2) “El SEÑOR es Dios celoso y vengador; El SEÑOR es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.

3) El SEÑOR es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable

(Nahúm 1:2-3)

La ira de Dios nunca está motivada principalmente por el deseo de castigar. Por el contrario, está diseñada para traer a la gente al arrepentimiento, para que puedan ser salvas. Incluso en Su ira, Dios se acuerda de la misericordia.

Dios demuestra Su misericordia en la ira al no derramar nunca Su ira sin advertencia. Él trató de advertirles a Sodoma y a Gomorra a través de Abraham. Él le advirtió al mundo de Noé a través de la predicación de Noé durante 120 años. Él envió a Jonás y a Nahúm para advertirle a la ciudadana pagana de Nínive. 

Considere también cómo Él envió profeta tras profeta para llamar a las naciones de Israel y de Judá al arrepentimiento (2 Crónicas 36:15-16):

15) Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación.

16) Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.

La misericordia de Dios en la ira también se manifiesta en el hecho de que Él siempre conduce a Su derramamiento final de la ira a través de una serie de juicios progresivos. Estos juicios se describen en detalle en Deuteronomio 28:15-57.

Esta característica de la ira de Dios se demuestra en las profecías concernientes a la Tribulación. En lugar de simplemente derramar Su ira sobre las naciones rebeldes del mundo, destruyéndolas en un instante de abrumadora catástrofe, Él somete al mundo a una serie de juicios que se incrementan secuencialmente en alcance e intensidad (Apocalipsis 6, 8-9, 16). 

Aunque la mayoría de las personas se niegan a arrepentirse a estos juicios (Apocalipsis 9:20-21), hay “una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas” que se arrepienten y responden a Jesús en fe (Apocalipsis 7:9).

Estas respuestas radicalmente diferentes a la ira de Dios ilustran el punto que a menudo hace Billy Graham: “El mismo sol que derrite la mantequilla también endurece la arcilla”. La ira de Dios derrite algunos corazones en arrepentimiento, pero tiene el efecto de endurecer los corazones de muchos otros. 

La Ira y los Redimidos

Muchos cristianos responden negativamente a la profecía bíblica. No es inusual escuchar a un cristiano decir algo como esto: “No quiero escuchar nada sobre profecía porque está demasiado llena de pesimismo”.

Bueno, hay mucho pesimismo para aquellos que se niegan a responder al regalo de amor de Dios en Jesús. Pero hay sólo buenas noticias para los redimidos.

El Antiguo Testamento termina con un pasaje que presenta tanto la tristeza como el gozo de la profecía del tiempo del fin. Malaquías dice que cuando el Señor regrese, el día será “como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa” (Malaquías 4:1). Ésa es la mala noticia.

Pero considere las buenas noticias: “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada” (Malaquías 4:2).

No hay razón para que cualquier hijo de Dios tema la ira de Dios. Pablo escribió que, dado que hemos sido justificados por la sangre de Cristo, “por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9). Y, en un versículo sumamente reconfortante, Pablo les dijo a los tesalonicenses que Jesús “librará” a los redimidos “de la ira venidera” (1 Tesalonicenses 1:10). La razón, explicó Pablo, es que “no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:9).

Una Súplica

¿Está bajo la gracia o la ira? La decisión es suya. Jesús viene pronto. Cuando Él aparezca, ¿será su Esperanza Bienaventurada o su Santo Terror? ¿Clamará para que los montes caigan sobre usted? O, ¿saldrá saltando de alegría como un becerro liberado de un establo?

Dios le ama y quiere que acepte a Su Hijo como su Salvador, para que pueda estar bajo la gracia y pueda participar en un evento que ocurrirá cuando Jesús regrese (Isaías 35:10):

Y los redimidos de Jehová volverán, 
Y vendrán a Sion con alegría; 
Y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; 
Y tendrán gozo y alegría, 
Y huirán la tristeza y el gemido.


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

viernes, 5 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 2 de 3




El Dios Inmutable

A pesar de la clara enseñanza bíblica de que nuestro Creador es un Dios de amor e ira, nunca dejo de sorprenderme por la cantidad de pastores que encuentro que argumentan que el Dios de ira es el Dios del Antiguo Testamento y no el Dios del Nuevo Testamento. En el proceso, ignoran otra enseñanza clara de la Biblia que se encuentra en Malaquías 3:6, donde Dios, hablando de Sí Mismo, dice, “Porque yo, el SEÑOR, no cambio…”.

El Nuevo Testamento confirma este importante punto en Hebreos 13:8, donde dice, “¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!.

Sin embargo, Jesús siempre parece ser presentado en sermones como el Salvador manso y gentil, que está lleno de gracia y perdón. Esa afirmación es cierta, pero no es el cuadro completo. Jesús fustigó a los fariseos, llamándolos “hipócritas”, “serpientes”, y un “nido de víboras”.

Asimismo, en Sus cartas a las sietes iglesias de Asia Menor, Jesús condenó a la iglesia en Tiatira por tolerar a una falsa profetiza. Exhortó a la iglesia a arrepentirse, y luego les advirtió que, si se negaban a arrepentirse de su inmoralidad, Él arrojaría a los ofensores “sobre un lecho de enfermedad”, y los mataría con pestilencia (Apocalipsis 2:22-23). 

Tipos de Ira

La Biblia revela varios aspectos diferentes de la ira de Dios:
  • Ira Consecuencial — Esto es lo que podría ser llamado “sembrar y cosechar ira”. Es la ira que traemos sobre nosotros mismos cuando cosechamos lo que sembramos mediante la vida pecaminosa.
  • Ira Cataclísmica — Evidenciada en los desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre, como los ataques del 11/9. Dios permite éstos como una forma de llamar a la gente y a las naciones al arrepentimiento.
  • Ira de Abandono — La ira exhibida por Dios cuando le da la espalda a una persona o a una sociedad, lo que permite la autodestrucción.
  • Ira Escatológica — La ira de Dios se desatará sobre todo el mundo durante la Gran Tribulación.
  • Ira Eterna — El castigo máximo que Dios infligirá a aquellos que sean consignados al lago de fuego.

La Ira de Abandono

La ira de abandono de Dios es lo que nuestra nación está experimentando hoy. De nuevo, este tipo de ira puede caer tanto sobre un individuo como en una sociedad.


Un ejemplo bíblico de esto en la vida de un individuo puede encontrarse en la historia de Sansón. Aunque Dios lo ungió poderosamente para proteger a Israel de los filisteos, persistió en el pecado sexual hasta el punto de que las Escrituras dicen que “el Señor se apartó de él” (Jueces 16:20). Como resultado, fue capturado por los filisteos y terminó suicidándose.

En el capítulo uno de Romanos, el apóstol Pablo advierte fuertemente sobre la ira de abandono de Dios con respecto a las naciones. Él afirma que, “la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad…” (Romanos 1:18). Luego procede a contar cómo Dios hace esto cuando trata con una nación que está en rebelión contra Él.

Primero, Dios da un paso atrás y baja la cobertura de protección alrededor de la nación, lo que permite que la maldad se multiplique. El resultado es un brote de pecado sexual (Romanos 1:24-25), que es lo que le sucedió a la nación en la década de 1960.

Si la nación se niega a arrepentirse, Dios da un segundo paso atrás y baja la cobertura aun más (Romanos 1:26-27), lo que produce una plaga de homosexualidad. De nuevo, esta nación ha experimentado esta segunda fase desde la década de 1990, pero ganó impulso en 2003, cuando nuestra Corte Suprema anuló todas las leyes contra la sodomía.

Si la nación persiste en su rebelión, Dios dará un tercer paso atrás y abandonará la nación a “una mente reprobada” (Romanos 1:28). Esta depravación se manifestó en esta nación cuando nuestra Corte Suprema sancionó el matrimonio entre personas del mismo sexo en junio de 2015, y nuestro presidente celebró la decisión haciendo que la Casa Blanca se iluminara con los colores del arcoíris del Movimiento de la Perversión Sexual.

La Ira Venidera

La ira escatológica de Dios caerá sobre todo el mundo cuando Jesús regrese (Judas 1:14-15). El pasaje en Apocalipsis que ilustra el regreso de Jesús dice que Él regresará en justicia para “juzgar y hacer guerra” (Apocalipsis 19:11).

La primera vez que Jesús vino, vino en amorosa compasión con ojos llenos de lágrimas. Pero cuando regrese, vendrá en venganza (Apocalipsis 6:12-17), con ojos como llama de fuego (Apocalipsis 19:12). Vendrá a destruir a los enemigos de Dios (Apocalipsis 19:11).

Los presidentes y reyes y primeros ministros del mundo se arrodillarán y clamarán a las rocas y a las montañas para que caigan sobre ellos, así de gran será el terror del Señor (Apocalipsis 6:15-17). Los injustos tropezarán como ciegos, y su sangre será derramada como polvo (Sofonías 1:17).

En la tercera y última parte de esta exploración sobre el carácter de Dios, buscaremos en las Escrituras para saber si los redimidos deben temer que la ira de Dios venga sobre ellos. 

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article: 
The Wrath of God: Is it a Myth or a Reality?

jueves, 4 de enero de 2018

La Ira de Dios: ¿Mito o Realidad? – Parte 1 de 3


"El Gran Día de Su Ira", (ca. 1853), por el pintor inglés John Martin (1789-1854)


A mediados de la década de 1990, un popular presentador de un programa de radio en una estación secular de Oklahoma City me entrevistó en vivo vía telefónica. Él había visto un artículo que yo había escrito acerca de la responsabilidad financiera de los ministerios cristianos, y le había gustado. 

Comenzó la entrevista dándome amablemente la oportunidad de hablar sin parar durante unos diez minutos acerca de la forma en la que Dios había transformado mi vida y me había llamado al ministerio. Luego pasamos a una discusión de los escándalos que habían sacudido recientemente a la comunidad cristiana en todo el país. 

La Palabra Innombrable

Todo iba bien, hasta que el anfitrión me pidió que resumiera el mensaje fundamental de mi ministerio. Respondí diciendo que Dios me había llamado a proclamar “el pronto regreso de Jesús en ira”.

Antes de que pudiera continuar con mi explicación, el locutor me interrumpió. “¿Qué quiere decir, ‘ira’?”, preguntó.

“Quiero decir que  Jesús va a regresar muy pronto para derramar la ira de Dios sobre aquellos que han rechazado el amor, la gracia y la misericordia de Dios”.

“¡Su Dios es un Dios monstruo!”, espetó. Luego añadió: “Soy cristiano, ¡y puedo decirle que mi Dios no le haría daño a una pulga!”.

Ése fue el final de la entrevista. Él me colgó. No se me dio la oportunidad de responder a su tergiversación de nuestro Creador. 

El Gran Engaño de Satanás

La respuesta vehemente del presentador de radio a la ira de Dios no me sorprendió. Es característica de cristianos y no cristianos, y la he encontrado muchas veces.

Satanás le ha vendido al mundo una lista de bienes con respecto a la naturaleza de Dios. La mayoría de las personas, tanto cristianas como no cristianas, tienden a ver a Dios como una especie de oso de peluche cósmico. 

Lo ven grande y cálido y suave, lleno de amor y perdón infinitos. Él no podría lastimar a una mosca, y ciertamente no sería tan cruel como para condenar o dañar a cualquier ser creado a Su imagen. El Día del Juicio. Dios simplemente les dará a todos un gran abrazo y un guiño a sus pecados. 

El problema con esta imagen maravillosamente reconfortante es que es una mentira directamente del abismo del infierno.

El Dios Verdadero

Sí, la Biblia enseña que Dios es amoroso, paciente, atento y clemente (Salmo 86:15 y Juan 3:16). Como lo dijo el apóstol Juan, “Dios es amor” (1 Juan 4:8).

Dos de mis pasajes favoritos en la Biblia enfatizan la naturaleza personal amorosa de Dios. Uno fue escrito por el apóstol Pedro. En 1 Pedro 5:6-7, él dice que debemos echar todas nuestras ansiedades sobre Dios, “porque él tiene cuidado de vosotros”. Ése es un pensamiento muy reconfortante.

El otro pasaje que me gusta leer una y otra vez consiste de palabras pronunciadas por el profeta Jeremías en Lamentaciones 3:22-24 (RVA-2015): 

Por la bondad del SEÑOR
es que no somos consumidos, porque nunca decaen
sus misericordias.
Nuevas son cada mañana;
grande es tu fidelidad.
“El SEÑOR es mi porción”, ha dicho
mi alma; “por eso, en él esperaré”.

Pero la Biblia también enseña claramente que hay otro aspecto del carácter de Dios que es igualmente importante. Es el aspecto que Satanás quiere que ignoremos, y ha sido muy exitoso al incitar a los ministros a pasarlo por alto. Después de todo, ¡éste no produce sermones populares! Estoy hablando, por supuesto, de la santidad de Dios (Levítico 11:44; Isaías 6:3; 1 Pedro 1:16).

¿Gracia o Ira?

La Biblia enseña que Dios es perfectamente santo. Debido a este atributo de Su carácter, Él no puede tolerar el pecado (Números 14:18). La Biblia dice que Dios debe tratar con el pecado, y Él lo hace de una de dos maneras — con gracia o con ira —. 

Todos nosotros parecemos conocer Juan 3:16 — un versículo muy reconfortante acerca del amor de Dios por nosotros. Pero pocos de nosotros parecemos estar al tanto de las palabras registradas unos versículos más adelante, en Juan 3:36 — palabras tomadas de un sermón de Juan el Bautista: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.

El apóstol Pablo enfatizó este punto en su predicación y enseñanza. En Efesios 5, advierte contra la inmoralidad, la codicia, y la idolatría, y luego añade esta observación: “Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia” (Efesios 5:6).

Llegamos a estar bajo la gracia de Dios cuando ponemos nuestra fe en Jesús y cuando nos apropiamos Su sacrificio expiatorio por nuestras vidas (1 Juan 1:7). No hay salvación aparte de Jesús (Hechos 4:10-12). Aquellos que han rechazado el regalo de gracia de Dios en Jesús están bajo la ira de Dios (Juan 3:36), y no tienen a nadie a quién culpar más que a sí mismos. 

En la segunda parte de esta exploración sobre el carácter de Dios, buscaremos en la Biblia para ver si el Dios de ira retratado en el Antiguo Testamento no es el Dios del Nuevo Testamento.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article: 
The Wrath of God: Is it a Myth or a Reality?

viernes, 20 de octubre de 2017

La Historia de Satanás: Engañador Autoengañado



¿Por qué persiste Satanás en su rebelión contra Dios? ¿No se da cuenta de que no hay esperanza en su intento de destronar al Creador del universo? 

Satanás puede ser el gran engañador, pero él mismo es el ser más engañado en el universo. No hay engaño mayor que el autoengaño, y Satanás se ha convencido a sí mismo de que, finalmente, puede triunfar.

Pero él está condenado. No importa lo que le lance a Dios, eso se le lanzará de regreso a la cara y se convertirá para la gloria de Jesús.

"El dragón lanzado al lago de fuego", de Pat Marvenko Smith (revelationillustrated.com)

Considere la Cruz. Satanás manipuló el asesinato del Hijo de Dios. Pensó que había logrado su mayor victoria. Pero, por medio del poder de la Resurrección, Dios convirtió el acto más cobarde de la historia en una los eventos más gloriosos de la historia.

Satanás tiene que ser la criatura más frustrada en toda la creación de Dios. No es de extrañar que Salmo 2 nos dice que, mientras Satanás conspira y trama contra Dios y Su Ungido, ¡el Creador se sienta en el Cielo y se ríe! (Salmo 2:4). Su risa no está motivada por una falta de preocupación. Él se ríe debido a que tiene la sabiduría y el poder para orquestar toda la maldad de Satanás para el triunfo de Su Hijo.

Yo soy Dios, y no hay otro. 
Yo soy Dios, y no hay nadie semejante a mí.
“Yo anuncio lo porvenir desde el principio, 
Y desde la antigüedad lo que aún no ha sido hecho. 
Digo: ‘Mi plan se realizará, 
Y haré todo lo que quiero’. 
Yo hablé, 
Y yo haré que suceda. 
Lo he planeado y también lo haré.
(Isaías 46:9b-11)


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La Historia de Satanás: Falso mesías

La Historia de Satanás: Destino eterno
El Ministerio de los Ángeles


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Satan’s story

La Historia de Satanás: Destino Eterno




La Tribulación terminará con la Segunda Venida de Jesús. El Anticristo y su Falso Profeta serán capturados y lanzados vivos al lago de fuego (Apocalipsis 19:20-21). En ese momento, la actividad de Satanás llegará a un fin temporal. Estará cautivo durante los próximos mil años, mientras Jesús reina sobre toda la tierra desde Jerusalén (Apocalipsis 20:1-3).

Al final del reinado milenial del Señor, Satanás será liberado, y saldrá a engañar a las naciones (Apocalipsis 20:7-8). Éste es un acontecimiento muy desconcertante para la mayoría de las personas. 

La atadura de Satanás en un abismo durante mil años (Apocalisps 20:1-3). Un dibujo de Pat Marvenko Smith (revelationillustrated.com

La respuesta tiene que ver con uno de los propósitos fundamentales del Milenio. Los humanistas creen que el mal está enraizado en la sociedad y puede ser desarraigado a través de reformas sociales. En agudo contraste, la Palabra de Dios enseña que el mal está arraigado en la naturaleza caída del hombre (Jeremías 17:9 y Marcos 7:20-23).

Dios va a refutar la teoría humanista durante el Milenio. Él va a poner a toda la humanidad en una sociedad perfecta, donde prevalezcan la rectitud y la justicia. No habrá personas sin hogar o pobres. No habrá necesidades insatisfechas (Isaías 11:4-9).

Sin embargo, al final de ese tiempo glorioso, cuando Satanás sea liberado, él reunirá a las naciones del mundo contra Jesús, y marcharán contra Jerusalén para derrocar al Rey de reyes (Apocalipsis 20:7-9). Esta rebelión mundial demostrará que no se puede cambiar verdaderamente a las personas cambiando su entorno.

El cambio no puede ser externo. Debe ser interno, y eso puede pasar sólo por medio de la obra del Espíritu Santo, quien es recibido por los creyentes cuando ponen su fe en Jesús como Señor y Salvador (Hechos 2:38 y Efesios 1:13).

Esto plantea una pregunta adicional. ¿Por qué la mayoría de los que vivan en la carne se unirían a una rebelión contra Dios después de vivir durante mil años en una sociedad perfecta? Bueno, sólo deténgase por un momento y considere el hecho de que las Escrituras dicen que Jesús gobernará con una vara de hierro (Salmo 2:9 y Apocalipsis 2:27). Esto significa que Él dictará la ley, y ésta será estrictamente aplicada por aquellos de nosotros que tengamos cuerpos glorificados, que estaremos reinando con Jesús (Apocalipsis 2:26-27). La justicia será rápida y segura.

Ahora, piense cómo sería vivir en la carne durante un gobierno así. La naturaleza caída constantemente desearía las cosas del mundo —drogas, alcohol, sexo promiscuo, juegos de azar, etc.—. Sin embargo, sabiendo que la justicia es rápida y segura, la mayoría de las personas se refrenarán y alabarán a Jesús con los dientes apretados. Pero una vez que Satanás sea liberado, llamará a los pecadores frustrados e impenitentes del mundo a unirse a él para derrocar al “guasón en Jerusalén”.

Así pues, la historia va a terminar tal como empezó, yendo en círculo completo. Comenzó con dos personas en un ambiente perfecto llamado el Jardín del Edén. Se rebelaron contra su Creador. Ésta terminará con toda la humanidad viviendo en un ambiente perfecto, el Milenio, y la mayoría de ellos, como Adán y Eva, decidirán rebelarse.

Los últimos rebeldes de la historia serán destruidos sobrenaturalmente por Dios cuando marchen contra Jerusalén (Apocalipsis 20:9). En ese momento, Satanás será lanzado al lago de fuego donde será atormentado día y noche para siempre, junto con sus demonios y el Anticristo y el Falso Profeta (Apocalipsis 20:10).

Satanás en el Lago de Fuego. Una pintura de un artista desconocido.

Observe cómo estas revelaciones de la Palabra de Dios disipan el concepto mítico de la Edad Media de que Satanás y sus demonios estarán a cargo del Lago de Fuego, donde ellos atormentarán eternamente las almas perdidas de la humanidad. Por el contrario, la Biblia enseña que el Lago de Fuego fue creado para el tormento de Satanás y sus ángeles (Mateo 25:41). Satanás no será el presidente ejecutivo del Lago de Fuego. Él será un prisionero del Lago de Fuego. 

Él también será un objeto de burla. Isaías dice que los salvos podrán mirarlo y que se burlarán de él diciendo, “¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades?” (Isaías 14:16-17).

En el último segmento de esta serie de la “Historia de Satanás”, responderé a la desconcertante pregunta, “Si Satanás sabe por la profecía bíblica que perderá, ¿por qué persiste?”.

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Satan’s story

martes, 10 de octubre de 2017

Viviendo con una Perspectiva Eterna: La Naturaleza Fugaz de la Vida




Este pasaje siempre me recuerda un incidente que ocurrió en mi vida hace varios años. Un querido amigo mío con quien había enseñado en una universidad de Texas, me llamó un día y me dijo que le habían diagnosticado cáncer de próstata.

“El doctor me ha dado sólo seis meses de vida”, indicó.

Le dije que sentía mucho escuchar esas noticias, y le prometí que oraría por él y su familia. Luego, añadí: “Pero ten en cuenta que puedo estar muerto antes que tú”. 

“Oh, ¿tienes cáncer también?, preguntó.

“No”, respondí, “es sólo que no tengo la promesa de siquiera un solo día de vida, mucho menos de seis meses”.

Irónicamente, la Biblia nos dice que debemos vivir como que si fuéramos a vivir para siempre — pero no en esta tierra —. Debemos vivir en preparación para la eternidad, con esperanza, una eternidad con Dios. 

“…el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”. Jesús en Juan 12:25

Lo más probable es que usted sea un creyente nacido de nuevo que ha pensado seriamente en la eternidad, pero a quien se le hace difícil mantener una perspectiva eterna. Usted repetidamente se encuentra atrapado con los problemas de la vida, y el resultado es estrés, ansiedad e incluso depresión.

Vivir con una perspectiva eterna es una de las claves para vivir como un vencedor. Es una virtud que va a ser cada vez más importante a medida que la sociedad continúa desintegrándose y los cristianos sufren cada vez más ataques.

¿Cuál es el secreto para mantener una perspectiva eterna? Gran parte de la respuesta está en su actitud acerca de este mundo.

Su Actitud Hacia el Mundo

Deténgase por un momento y piense. ¿Cuál es su actitud respecto a este mundo? ¿Está entusiasmado con él? ¿O se siente incómodo con él? ¿Ama al mundo? ¿O se siente a menudo alienado de él? ¿Está en casa en este mundo? ¿O se siente como un extraño?

Hay una antigua canción espiritual de los negros que siempre me desafía a examinar mi actitud hacia el mundo. El primer verso es el siguiente:4

Este mundo no es mi hogar,
Sólo estoy de paso
Mis tesoros están guardados
En algún lugar más allá de lo azul.
Los ángeles me llaman
Desde la puerta abierta del cielo
Y no puedo sentirme como en casa
En este mundo ya. 

¿Expresan esas palabras su sentimiento acerca de este mundo? ¿Qué palabra usaría para resumir su sentimiento? ¿Celoso? ¿Ansioso? ¿Enamorado? ¿Separado? ¿Está cómodo o se siente a disgusto?


En la tercera parte de esta serie acerca de vivir con una perspectiva eterna, explicaré por qué odio este mundo, y ver si Jesús y los apóstoles están de acuerdo. 

Artículos relacionados:
»» Viviendo con una perspectiva eterna - Parte 1
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin 
»» Viviendo a la Luz de Su Venida

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Living with an Eternal Perspective

Notas:
4) Albert Brumley, “Este mundo no es mi hogar (Sólo estoy de paso),” un himno espiritual negro de origen desconocido, arreglado por Albert E. Brumley. Arrangement © by Albert E. Brumley.

jueves, 20 de julio de 2017

Viviendo con una Perspectiva Eterna: Un Buen Consejo


Uno de los servidores públicos más grandes en la historia de Inglaterra fue William Gladstone (1809-1898), quien sirvió como Primer Ministro cuatro veces durante la segunda mitad del siglo XIX.

Gladstone era un cristiano comprometido quien siempre asistía a la iglesia. También enseñó clases de la escuela dominical durante toda su vida adulta. De hecho, su objetivo temprano en la vida era convertirse en un clérigo anglicano, pero después de su graduación de Oxford,  su empecinado padre insistió en que entrara en la política.1

William Gladstone

Poco antes de morir, Gladstone pronunció un discurso en el que contó que había sido visitado por un joven ambicioso que buscaba su consejo acerca de la vida. El muchacho le dijo al anciano estadista que lo admiraba más que a nadie y quería pedirle sus consejos con respecto a su carrera.2

Una Entrevista Extraordinaria

“¿Qué esperas hacer cuando te gradúes de la universidad”, le preguntó Gladstone.

El joven respondió, “Espero poder asistir a la facultad de Derecho, señor, tal como usted lo hizo”.

“Ésa es una meta noble”, dijo Gladstone, “¿y luego qué?”.

“Espero practicar la ley y hacerme un buen nombre, al defender a los pobres y a los marginados de la sociedad, tal como usted lo hizo”.

“Ése es un propósito noble”, respondió Gladstone. “¿Y luego qué?”.

“Bueno, señor, espero un día postularme para el Parlamento y convertirme en un servidor del pueblo, tal como usted lo hizo”.

“Ésa también es una esperanza noble. ¿Luego qué?, preguntó Gladstone.

“Espero poder servir en el Parlamento con gran distinción, al evidenciar integridad y preocupación por la justicia — así como usted lo hizo —”.

 ¿Luego qué?, preguntó Gladstone.

“Espero servir al gobierno como Primer Ministro, con los mismos vigor, dedicación visión e integridad que usted”.

“¿Y luego qué?”, preguntó Gladstone.

“Espero retirarme con honores y escribir mis memorias — así como usted lo está haciendo actualmente — para que otros puedan aprender de mis errores y triunfos”.

 “Todo eso es muy noble”, dijo Gladstone, “¿y luego qué?”.

El joven pensó por un momento. “Bueno, señor, supongo que entonces moriré”.
“Eso es correcto”, dijo Gladstone. “¿Y luego qué?”.

El joven estaba perplejo. “Bueno, señor”, respondió con vacilación, “nunca he pensado en eso”.

“Joven”, respondió Gladstone, “el único consejo que tengo para ti es que vayas a casa, leas tu Biblia y piensa en la eternidad”.

Un Buen Consejo

¡Piensa en la eternidad! Qué buen consejo. La vida pasa muy rápidamente. Es como un vapor que está aquí en un momento y se evapora el siguiente. Nos estamos preparando para la eternidad. ¿Está usted listo?

O, ¿está viviendo como si esperara vivir para siempre? ¿Está enfocado en esta vida, determinado a acumular todo el dinero, el poder y la fama que pueda? ¿Es usted como el joven que visitó a Gladstone — es usted una persona que nunca ha pensado en la eternidad? —. Si es así, la Palabra de Dios tiene una severa advertencia para usted (Santiago 4:13-15):3

Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». 

¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma.

Lo que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello».

En la segunda parte de esta serie acerca de vivir con una perspectiva eterna, exploraremos la fugaz naturaleza de la vida.

Lea también:
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» Viviendo a la Luz de Su Venida
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Un Manifiesto Profético (pdf)
»» 50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Notas
1) Roy Jenkins, Gladstone: A Biography (New York, New York: Random House, 1997), 768 pages.


2) Hay muchas versiones de esta conversación que circulan por Internet, todas haciendo el mismo punto. La versión reproducida aquí es una composición preparada por el autor.

3) Nueva Traducción Viviente

domingo, 24 de abril de 2011

¿Hay muchos caminos a Dios?



“¿Qué pasará con aquellos que nunca han escuchado el Evangelio?” Ésta es una de las preguntas más frecuentes que me hacen. Las personas creen que Dios es justo y no pueden reconciliar esa creencia con la idea de que Él puede consignar al Infierno a una persona a la que nunca se le dio la oportunidad de escuchar el Evangelio.

Por lo tanto, cada vez más, muchos cristianos están concluyendo que debe haber muchos caminos a Dios y que judíos, musulmanes, budistas y otros sinceros lograrán llegar al Cielo.

Preguntas Cruciales

¿Qué tiene la Biblia que decir acerca de este asunto tan importante? ¿Están condenados a una eternidad en el Infierno aquellos que vivan y mueran sin escuchar el Evangelio? ¿Y qué acerca de los que han puesto su fe en el dios de alguna religión distinta al Cristianismo y que luchan para vivir vidas rectas? ¿También están condenados al Infierno? ¿Es posible que Dios se haya revelado a Sí Mismo de maneras diferentes a pueblos diferentes y, por lo tanto, haya muchos caminos diferentes a Dios? ¿Podría ser cierto el rótulo que vi en una clase de Escuela Dominical en una iglesia que decía: “Nuestro Dios es demasiado grande como para ser confinado a una religión”?

Lo que Jesús tenía que decir

Comencemos nuestra búsqueda de una respuesta a estas preguntas dando un vistazo a lo que Jesús tenía que decir:

Hablando al apóstol Tomás, Jesús dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” – Juan 14:6

Después de escoger a sus doce apóstoles, Jesús les dijo, “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” – Mateo 10:32-33

Hablando a 70 discípulos que estaban siendo enviados a proclamar el reino de Dios, Jesús dijo, “El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió” – Lucas 10:16

Al inicio de Su ministerio, estando en Jerusalén, Jesús pronunció un sermón acerca de Su relación con Dios el Padre, y en él dijo, “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” – Juan 5:24

En Su última cena con los apóstoles, Jesús oró, “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” – Juan 17:3

Y luego, por supuesto, está la declaración más famosa de Jesús acerca del tema de la salvación, las palabras que le dijo a Nicodemo, un líder espiritual judío que era un miembro del Concilio del Sanedrín, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” – Juan 3:16

¿Qué conclusión podemos sacar de estas declaraciones? Propongo las siguientes:

1. Jesús es el único y exclusivo camino a Dios.

2. Los que pongan su fe en Jesús como Señor y Salvador serán salvos.

3. Los que rechacen a Jesús serán condenados, porque los que rechazan a Jesús son culpables de rechazar a Dios.

4. La esencia de la salvación es una relación personal con Jesús.

Lo que los apóstoles tenían que decir

Estas conclusiones están basadas en los escritos de los apóstoles, como podrá ver en las siguientes declaraciones:

En el primer sermón del Evangelio alguna vez predicado, Pedro hizo una audaz afirmación: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. Pedro luego mandó a su audiencia a “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados” (Hechos 2:36 y 38).

Al poco tiempo después de esto, Pedro fue arrestado y arrastrado ante el Concilio Sanedrín, el mismo grupo de líderes judíos que habían condenado a muerte a Jesús. En su declaración ante ellos, dijo, “sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos… Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:10 y 12).

El apóstol Pablo afirmó el punto de Pedro en una carta que escribió a Timoteo: “Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos…” (1 Timoteo 2:3-6).

De forma similar, el apóstol Juan confirmó que Jesús es la única esperanza de salvación cuando escribió: “¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? [Mesías] Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre” (1 Juan 2:22-23). Juan repitió este principio cuando añadió: “…Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:11-12).

De nuevo, las conclusiones que pueden sacarse de estas declaraciones son obvias:

1. Jesús era el Mesías – el Salvador – prometido por Dios.

2. No hay salvación en ninguna otra persona excepto en Jesús.

3. Los que rechazan a Jesús son culpables de rechazar al Padre.

La confirmación de estas conclusiones puede encontrarse en un sermón pronunciado por Juan el Bautista en el que proclamó: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36). La declaración de Juan deja en claro que Dios debe lidiar con el pecado, ya que Él es un Dios justo (Salmo 37:28 e Isaías 61:8). Él se ocupa del pecado en una de dos maneras, con gracia o con ira. Si una persona está bajo la gracia o bajo la ira depende de si ha puesto o no su fe en Jesús como su Señor y Salvador. Aquellos que lo han hecho, tienen la promesa de la vida eterna. Aquellos que rechazan hacerlo, experimentarán la ira de Dios.

El deseo de Dios con respecto a la Salvación

¿Pero no dijo Pablo en 1 Timoteo 2:3 que Dios “desea que todos los hombres sean salvos”? Sí, él dijo eso, y Pedro lo repitió en 2 Pedro 3:9, donde él afirmó que “El Señor no desea que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.

No hay duda de que es la perfecta voluntad de Dios de que todos sean salvos. Pero en Su voluntad permisiva, Dios permite que la gente rechace a Su Hijo y, de esta forma, estar perdidos. En otras palabras, Dios no obliga a nadie a ser salvo. Y por causa de la naturaleza depravada de la Humanidad, la vasta mayoría de los que han vivido estará perdida y será consignada al Infierno como su destino eterno.

Jesús mismo enfatizó esta verdad en Su sermón pronunciado en el Monte de las Bienaventuranzas, en Galilea. Jesús declaró categóricamente: “…ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan… No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:13-14 y 21).

La Naturaleza del Hombre

Una vez más, la Biblia hace hincapié que la naturaleza fundamental del Hombre es malvada, porque nacemos con una naturaleza pecaminosa que nos pone en rebelión contra la santidad de Dios. Como dijo el profeta Jeremías: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas” (Jeremías 17:9). De forma similar, el Rey David escribió: “No hay quien haga el bien… Todos se desviaron… No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Salmo 14:1-3). El apóstol Pablo afirmó esta verdad en su carta a los Romanos cuando citó en detalle la declaración de David (Romanos 3:10-18).

El mensaje bíblico es inflexible de que debido a nuestra depravación natural, no tenemos ninguna esperanza aparte de la fe en un Salvador, y Jesús es ese Salvador. Isaías lo resumió en esta forma en una profecía acerca del Mesías prometido: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él [el Mesías] el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6).

El mensaje de las Escrituras es claro. Sólo hay un camino a Dios y ése es a través de Jesús de Nazaret. No hay ninguna esperanza en las falsas religiones modernas del Judaísmo Rabínico, Islam, Budismo, Hinduismo, o en cualquiera de la multitud de religiones naturales como el Animismo. Ésta es la forma en la que el gran cuarteto evangélico sureño, Los Imperiales, expresaron este concepto en su singular canción, “El Viejo Buda”, compuesta por Mark Farrow:

Un hombre Buda fue
Y quien hizo el bien
Tan solo por aquellos
Que le seguían a él

Estoy seguro que Mahoma
El camino quería saber
Mas no será delante de ellos
Ante quien me postraré

Coro:
No, no será el viejo Buda
Quien me guiará
Ni será el señor Mahoma
Quien me lleve a su hogar
No será el viejo Buda
Quien me llene de su luz
Mas será el Rey de reyes
Y Su nombre es Jesús

Oh, yo no odio a nadie
Por favor no piensen mal
Sé que hay un mensaje
En este cantar
Sólo Cristo es el camino
A la patria celestial
No podrá salvar tu alma
Un Testigo de Jehová

Una pregunta importante

Esto nos lleva a una pregunta crucial: ¿Existen excepciones a la regla de que usted debe poner su fe en Jesús con el fin de ser salvo?

La respuesta es sí. La mayoría de los teólogos cristianos concuerdan en que hay tres grupos de personas que han sido salvados sin poner su fe en Jesús.

El primer grupo está compuesto de aquellos niños que han muerto antes de la edad de responsabilidad. La Biblia no declara específicamente esta verdad. Se llega a ella a través de la deducción a partir de declaraciones bíblicas.

En primer lugar, está el ejemplo del hijo del Rey David que le nació de Betsabé. Cuando el niño murió siete días después de haber nacido, David proclamó por inspiración del Espíritu Santo que aunque el niño no podía volver a él, un día él iría a estar con el niño (2 Samuel 12:23).

La idea de que aquellos que mueren antes de la edad de responsabilidad serán salvados está reforzada en el Nuevo Testamento en las palabras de Jesús en Mateo 19:13-14:

“Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”.

Este principio de no hacer responsables a los niños por sus pecados antes de que conozcan la diferencia entre lo bueno y lo malo también está reflejado en una historia del libro de Deuteronomio. Cuando los israelitas se resistieron a entrar a la Tierra Prometida debido a que tenían temor de que serían derrotados por los cananeos, Dios los castigó por no confiar en Él haciendo que vagaran en el desierto hasta que la generación rebelde hubiera muerto (vea Números 13 y 14).

El Señor proclamó que sólo a dos personas de la generación actual les sería permitido entrar a la tierra – a saber, Caleb y Josué, los dos espías de los doce que trajeron de regreso un informe positivo diciendo que creían que el Señor derrotaría a sus enemigos (Deuteronomio 1:34-38). Pero entonces, se hizo otra excepción: “Y vuestros niños… que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá [a la Tierra Prometida], y a ellos la daré, y ellos la heredarán” (Deuteronomio 1:39).


Otro argumento en favor de la salvación de los niños que han muerto antes de la edad de responsabilidad es la justicia de Dios. La Biblia afirma una y otra vez que nuestro Creador es un Dios de justicia (Sofonías 3:5). Él tiene una pasión abrumadora por la justicia (Miqueas 6:8). Y Él promete repetidamente que la justicia será una de las características del reinado milenial de Su Hijo (Isaías 42:1-4). ¿Cómo podría un Dios de perfecta justicia condenar al Infierno a los niños que nunca conocieron la diferencia entre el bien y el mal?

Los que mueran antes de la edad de responsabilidad no serán elegibles para recibir recompensas especiales por servir fielmente al Señor, pero parece que les será otorgada la vida eterna. Sin embargo, esto puede pasar sólo si la sangre de Jesús es aplicada a ellos (Hebreos 9:22).

Esta misma excepción aplicaría a los discapacitados mentales que alcanzan la adultez. Dado que son incapaces de determinar lo bueno de lo malo y también son incapaces de arrepentirse y poner su fe en Jesús, es razonable concluir que un Dios justo no los haría responsables y que aplicaría la sangre de Jesús a sus pecados.

Tengo un nietastro llamado Jason que cae en esta categoría. Cerca de la edad de tres años, un defecto genético se activó que causó que su sistema inmune atacara su cerebro. El efecto fue una lobotomía frontal que lo dejó en estado vegetativo. Desde entonces le he dedicado dos libros. Él es un recordatorio constante para mí del hecho de que vivimos en un mundo caído. No tengo ninguna duda de que un día, al morir o en el Rapto, su mente se pondrá bien y podré disfrutar su compañía eternamente.

Otra excepción

El tercer grupo que ha sido salvado aparte de la fe en Jesús son aquellas personas que vivieron y murieron antes del nacimiento y revelación de Jesús como el Hijo de Dios, pero que pusieron su fe en su Creador. Hebreos 11 nos habla que personas como Abel, Enoc, Noé y Abraham fueron justificados por su fe en Dios. Ellos no tenían las Escrituras ni algún conocimiento de Jesús, sin embargo, debido a que se relacionaron con su Creador en fe, fueron salvados. Específicamente, en Génesis 15:6 dice que debido a que Abraham le creyó al Señor, “le fue contado por justicia”.

Sin embargo, cada una de estas personas, y muchos otros como ellos, dependieron del sacrificio de Jesús para que su salvación fuera sellada. Su fe cubrió sus pecados, pero el perdón de sus pecados dependía del sacrificio de una persona perfecta que no merecía morir. Sólo la sangre de tal persona podía producir el perdón de sus pecados.

Ése es el porqué los santos del Antiguo Testamento no iban directamente al Cielo cuando morían. Iban, en cambio, a un lugar llamado el Seol (Hades en el Nuevo Testamento), y sus almas residían en un compartimento llamado el “seno de Abraham” o el “Paraíso”. Ellos no podían ser introducidos a la presencia de un Dios Santo hasta que sus pecados fueran perdonados.

Después de la muerte de Jesús en la Cruz, Él descendió al Hades e hizo una proclamación (1 Pedro 3:19). No se nos dice específicamente qué dijo Él, pero muy probablemente fue, “¡La sangre ha sido derramada!” Estoy seguro que esas palabras han de haber producido un coro de “¡Aleluyas!” También se nos dice que cuando Jesús ascendió al Cielo, Él “se llevó consigo a los cautivos” (Efesios 4:8). En otras palabras, Él vació el Hades de aquellos que eran salvos. El Paraíso fue movido del Hades al Cielo, una realidad que Pablo luego afirmó cuando dijo que había sido llevado al “tercer cielo”, al que él identificó como el Paraíso (2 Corintios 12:1-4).

¿Otra excepción?

Esto nos lleva de regreso a una de las preguntas con las que comenzamos: ¿Qué acerca de aquellos que viven y mueren hoy en día sin haber escuchado nunca el Evangelio? ¿Están destinados al Infierno?

Creo personalmente que el mismo principio que aplicó a las personas viviendo en los tiempos del Antiguo Testamento antes de la Primera Venida de Jesús, aplica a ellos. Su destino dependerá de si alguna vez respondieron a Dios en fe o no.

La Biblia dice que todas las personas tienen un conocimiento instintivo de que Dios existe (Romanos 2:14-15). Además, la Biblia dice que podemos darnos cuenta de la existencia de Dios observando la complejidad y belleza de la creación (Salmo 19:1-6).

Debido a que Dios es un Dios justo (Salmo 89:14), creo que Él nos responsabilizará de lo que sabíamos. Aquellos que fueron expuestos al Evangelio y lo rechazaron, estarán perdidos. Aquellos que tienen sólo el testimonio del instinto y la creación y que rechacen ese testimonio, también estarán perdidos. Pero aquellos que escuchen el Evangelio y pongan su fe en Jesús serán salvos. Y aquellos que respondan al testimonio del instinto y la creación poniendo su fe en su Creador también serán salvos. Sin embargo, este último grupo sólo será salvo haciendo que la sangre de Jesús sea aplicada a ellos como fue el caso con los santos del Antiguo Testamento.

Una declaración controversial

Creo que esto es lo que Billy Graham tenía en mente en mayo de 1997, cuando hizo una declaración muy controversial durante una entrevista que estaba siendo conducida por Robert Schuller.1 Él dijo que él creía que Dios está “llamando gente del mundo para Su nombre” – incluyendo el mundo musulmán, el mundo budista, el mundo cristiano y el mundo incrédulo. Añadió, “Aun podrían no conocer el nombre de Jesús, pero conocen en su corazón que necesitan algo que no tienen, y se vuelven a la única luz que tienen, y creo que son salvados, y que ellos van a estar con nosotros en el Cielo”. Schuller respondió preguntando, “Lo que te escucho decir es que es posible de que Jesucristo llegue al corazón humano, al alma y a la vida, aun si ellos han nacido en oscuridad y nunca han sido expuestos a la Biblia. ¿Es ésta una interpretación correcta de lo que estás diciendo?”.

La respuesta de Graham fue, “Sí, lo es… He conocido a personas en varias partes del mundo en situaciones tribales, que nunca han visto una Biblia o escuchado acerca de una Biblia y nunca han escuchado de Jesús, pero ellos han creído en sus corazones de que hay un Dios y han intentado vivir una vida que era muy separada de la comunidad circundante en la que vivían”.

Estos comentarios de Graham produjeron una avalancha de condenación hacia él. La gente lo acusó de creer en muchos caminos diferentes a Dios. Es ciertamente fácil ver cómo sus comentarios pudieron haber sido malinterpretados, pero creo que esto es exactamente lo que pasó.


Billy Graham nunca ha enseñado que existan muchos caminos hacia Dios. En su sitio web (billygraham.org)  hay dos artículos muy específicos acerca de la salvación en los que Graham afirma su a menudo declarada creencia de que Jesús es el único camino a Dios.2 En su declaración controversial, que fue expresada muy brevemente, creo que lo único que estaba diciendo es que las personas van a ser juzgadas sobre la base de lo que conocían acerca de Dios y de cómo respondieron a ese conocimiento, así como era el caso en los tiempos del Antiguo Testamento.3

Algunos podrían responder diciendo, “Si aquellos que vivan y mueran sin escuchar nunca de Jesús pueden aun ser salvos por su fe en Dios, mientras que aquellos que escuchen el Evangelio y lo rechacen estarán perdidos, ¡entonces quizás deberíamos dejar de proclamar el Evangelio!”

Pero esta declaración se basa en la suposición errónea de que el Evangelio es sólo una política de seguro contra incendios. Lo cierto es que es mucho más que eso, ya que la persona que recibe a Jesús como Señor y Salvador es bendecido con el poder interior del Espíritu Santo, recibiendo poder sobrenatural para vivir triunfantemente en un mundo de dolor y sufrimiento. La persona también es capacitada para conocer personalmente a Dios en esta vida – una bendición absolutamente invaluable.

Además, creo que cualquier persona que responda a Dios en fe basada en el instinto y el testimonio de la creación es la persona que aceptaría el Evangelio si fuera expuesta a él.

¿Todos los cristianos profesantes?

Esto nos lleva a otro grupo de personas – aquellos cristianos profesantes que nunca han nacido de nuevo. Lo que tengo en mente es lo que prefiero llamar “cristianos culturales”. Éstos son personas que afirman ser cristianos debido a que profesan creer en Jesús, pero no tienen ninguna relación personal con Él. Muchos de éstos son personas que asisten regularmente a la iglesia. Algunos son ancianos, diáconos, maestros e incluso pastores. ¿Pueden llegar al Cielo por medio de la membresía de una iglesia o por participar en ritos cristianos como el bautismo o la comunión?

La respuesta de la Biblia es un claro “¡No!”. Jesús mismo dijo que ningún hombre puede ver el reino de Dios a menos que “nazca de nuevo” (Juan 3:3). Eso significa que una persona debe poner su fe en Jesús como su Señor y Salvador personal. No es suficiente simplemente creer que Jesús vivió. La Biblia dice que aun “los demonios creen y tiemblan” (Santiago 2:19). Pero ellos han rechazado a Jesús como su Señor.

Ir a la iglesia o participar en rituales cristianos no es otro camino al Cielo. Nuestras iglesias están llenas con personas no salvas que están confiando en que sus buenas obras los llevarán al Cielo. Pero la Biblia dice, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).

En una entrevista que realicé recientemente con el Dr. Robert Jeffress, pastor de la Primera Iglesia Bautista en Dallas, él señaló que dos palabras resumen una de las diferencias fundamentales entre el Cristianismo y todas las otras religiones en el mundo. Esas palabras son “haga” y “hecho”. Con respecto al acceso al Cielo, todas las falsas religiones del mundo dicen, “¡HAGA!” El Cristianismo, en un marcado contraste, proclama “¡HECHO!”4 En otras palabras, el Cristianismo declara que Jesús hizo todo lo necesario para nuestra salvación por medio de Su muerte en la cruz. No hay nada que podamos añadir a eso.

Las falsas expresiones del Cristianismo requieren que usted se gane su salvación haciendo obras que ellas requieren. El verdadero Cristianismo dice que no hay nada que usted pueda hacer para ganar su salvación debido a que es un regalo gratuito de Dios por medio de la fe en Jesús como Señor y Salvador. En este sentido, el verdadero Cristianismo realmente no es una religión; en cambio, es una relación. Jesús puso en claro esto en la última cena con Sus discípulos cuando oró a Dios, diciendo, “…ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).

En este sentido, me siento obligado a declarar, respetuosamente, que ésta es un área donde Billy Graham parece haberse desviado del Evangelio. Digo esto debido a que él ha puesto muy en claro en sus escritos y sus declaraciones públicas que él cree que la Iglesia Católica es una expresión verdadera del Cristianismo.5

Esto es lamentable debido a que su aprobación del Catolicismo ha hecho que muchos católicos se sientan cómodos y seguros en su fe. Y aunque estoy seguro que hay algunos católicos que verdaderamente han puesto su fe en Jesús, la vasta mayoría no lo ha hecho debido a que la Iglesia Católica siempre ha enseñado la salvación por obras – lo que convierte a la religión del Catolicismo en una forma falsa del Cristianismo.6

Desde una perspectiva bíblica y cristiana, no existe escape a la conclusión de que Jesús es el único camino a Dios, ya sea por medio de la fe directa en Él o al hacer que la sangre de Jesús sea aplicada a una persona que ha respondido a Dios en fe por medio del testimonio del instinto y la naturaleza.

Argumentar que hay otros caminos a Dios, como algunos líderes apóstatas cristianos están haciendo hoy en día, es negar que el sacrificio de Jesús era necesario para el perdón de pecados. Si realmente hay otros caminos a Dios, entonces Jesús vino a la tierra a sufrir una terrible muerte sin ningún propósito. Todo su sacrificio fue en vano. O somos salvos por la sangre de Jesús o no lo somos.

Una promesa gloriosa con respecto al futuro

Una cosa que sabemos con seguridad es que cada persona en la tierra que esté viva al final de la Tribulación escuchará el Evangelio antes de la Segunda Venida de Jesús. Sabemos esto porque Jesús dijo que esto ocurriría (Mateo 24:14). Esa profecía está siendo cumplida parcialmente hoy por medio del uso de la tecnología moderna. Las computadoras están siendo utilizadas para producir traducciones rápidas de la Biblia. Los satélites están siendo usados para transmitir sermones del Evangelio a nivel mundial.

Pero el cumplimiento final de la profecía ocurrirá cerca del final de la Gran Tribulación cuando Dios enviará a un ángel que circunnavegará el globo y proclamará el Evangelio a toda persona que quede viva en ese momento (Apocalipsis 14:6-7).

¡Qué gracia tan gloriosa!

Notes

1) Television interview of Billy Graham by Robert Schuller, May 31, 1997, On Doctrine at www.ondoctrine.com/10grahab.htm.

2) See, for example, Billy Graham's article, "Why do Christians believe Jesus is the only way of salvation?" (www.billygraham.org/MyAnswer_Article.asp?ArticleID=4822). See also, "The Only Way?" (www.billygraham.org/News_Article.asp?ArticleID=354).

3) Graham's consistency in clearly preaching that Jesus is the only way to Heaven is clearly demonstrated in a video clip that can be found on YouTube. The clip, which runs 7 minutes, shows excerpts from 7 sermons delivered between 1957 and the present in which he affirms over and over again that Jesus is the only way to God. The video clip can be found at www.youtube.com/watch?v=VWv1jiWC4b0. As of March 5, 2010, the video was mislabeled, "Billy Graham denies Jesus..." It should be labeled, "Billy Graham affirms Jesus as the only way to God."

4) Two video interviews with Dr. Jeffress have been published as a video album by Lamb & Lion Ministries. The album is titled, "Absolute Truth" and can be ordered from our online resource center or by calling 1-800-705-8316 .

5) John Ashbrook, "Billy Graham's Catholic Connection,"
cnview.com/on_line_resources/billy_graham_catholic_connection.htm. This is just one of many examinations on the Internet of Graham's endorsement of Catholicism. There are also video interviews of him endorsing the Catholic faith.

6) Graham takes this position because he says "Catholics believe in Jesus." But, again, do they simply believe he existed (as do Muslims), or do they believe in the sense of trusting Him, and Him alone, for their salvation? If their trust is truly in Jesus, then why are they instructed to pray to Mary? A great source for unbiblical Catholic beliefs is pro-gospel.org/x2.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Are there many roads to God?

Cortesía de:
Lamb & Lion Ministries (lamblion.com)

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