martes, 16 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 12 (parte 2 de 2)

 Estados Unidos en la Profecía

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El Tipo Profético de Estados Unidos

El tipo profético bíblico de los Estados Unidos que tengo en mente es la nación de Judá. Esta fue la nación del sur que se formó cuando el reino unido de David y Salomón se dividió después de la muerte de Salomón.

La norteña nación de Israel, compuesta por diez tribus, nació en rebelión, y nunca fue bendecida por Dios. A lo largo de sus 208 años de historia, nunca tuvo un rey que fuera considerado justo a los ojos de Dios.

En marcado contraste, el reino del sur, Judá, que contenía tanto la ciudad de Jerusalén como el templo judío, fue bendecido como ninguna otra nación que hubiera existido. La nación recibió ocho reyes justos durante sus 344 años de existencia. El gobierno combinado de esos reyes constituyó 224 años de la historia de la nación. Estos incluían grandes hombres de Dios como Josafat, Ezequías y Josías. Este liderazgo piadoso produjo una nación bendecida con libertad, prosperidad, justicia y paz.

Pero la mayor bendición de la nación fue la presencia de Dios mismo en la forma de Su Gloria Shejiná, que residía en el Lugar Santísimo del Templo judío.

El Paralelo Estadounidense

Desde entonces, ninguna otra nación ha sido tan ricamente bendecida excepto, los Estados Unidos de América. Dios nos dio una gran extensión de territorio, lleno de todos los recursos naturales concebibles. Además, nos dio el ingenio para aprovechar nuestros recursos naturales y talentos para producir la mayor riqueza que el mundo jamás haya conocido.

Al igual que la antigua Judá, Dios nos bendijo con líderes políticos piadosos que lo amaban y que apreciaban la libertad. También nos dio grandes líderes espirituales que predicaron el Evangelio con celo y desarrollaron una ciudadanía basada en los principios cristianos de justicia y hermandad. Y trabajando a través de nuestra riqueza e iglesias, el Señor envió misioneros por todo el mundo para establecer iglesias y traducir la Biblia a muchos idiomas.

Sería genial si pudiéramos concluir nuestra comparación de Judá y Estados Unidos en este punto. Pero desafortunadamente, los paralelos en las historias de las dos naciones no terminan aquí.

Orgullo y Rebelión

Cuando Judá alcanzó el apogeo de su gloria como nación, el pueblo comenzó a revolcarse en el orgullo, y esto llevó a la rebelión contra Dios y Su Palabra.

A menudo, cuando me preguntan: “¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica?”. Yo respondo diciendo: “Mire en el capítulo 5 de Isaías. O considere Jeremías 5 y 6”. Digo esto porque estos capítulos contienen un inventario de los pecados nacionales de Judá catalogados por Isaías y Jeremías, y son los mismos pecados que caracterizan a la sociedad estadounidense de hoy.

Destrucción

Judá se negó a arrepentirse, y Dios finalmente respondió enviando a los babilonios a destruir la nación. Uno de los pasajes más tristes de la Biblia se encuentra en 2 Crónicas 36, donde el escritor describe la dolorosa decisión de Dios de destruir a su amada nación de Judá. Dice lo siguiente:

15) El Señor, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque Él tenía compasión de Su pueblo y de Su morada. 

16) Pero ellos continuamente se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Sus palabras y se burlaban de Sus profetas, hasta que subió el furor del Señor contra Su pueblo, y ya no hubo remedio.

Judá fue destruida por cometer los mismos pecados que caracterizan a los Estados Unidos hoy. ¿Por qué nuestro destino debería ser diferente?

  • Hemos sido bendecidos como Judá.
  • Hemos pecado como Judá.
  • Ahora estamos siendo advertidos como Judá.
  • Estamos respondiendo como Judá.
  • La conclusión parece ineludible: Nos dirigimos hacia el mismo destino que Judá.

¿Cuál es probable que sea ese destino? ¿Qué forma adoptará? Sólo podemos adivinar, porque la Biblia guarda silencio.

Colapso Económico

Lo primero que viene a la mente es una catástrofe económica, que podría resultar de nuestra situación de deuda fuera de control. La deuda oficial pendiente del gobierno de los Estados Unidos a mayo de 2020 era de 24 billones de dólares. Eso ascendió a $76,700 por persona o $167,800 por contribuyente. Y el Congreso estaba en el proceso de agregar rápidamente varios billones más a esa cantidad, a través de la promulgación de paquetes de estímulo en respuesta a la pandemia de coronavirus.

Para empeorar las cosas, ese total no incluyó las promesas no financiadas de Medicare y Seguridad Social que totalizaron $52 billones. Y luego estaba la deuda estatal y local de $3 billones más una increíble cantidad de deuda no financiada para sistemas de pensiones estatales y locales fuera de control. ¡La deuda personal totalizó $14 billones o $42,424 por persona!

Estas cifras dejan en claro que nuestra nación y sus ciudadanos son adictos a la deuda. Estamos viviendo de un dinero que no tenemos y nunca tendremos, y tarde o temprano el peso de esta deuda va a colapsar nuestra economía.

Creo que es muy probable que se produzca un colapso económico sin precedentes, porque el dinero es el verdadero dios de Estados Unidos, y el verdadero Dios de este universo es celoso y no tolera la idolatría. Dios, por Su propia naturaleza, va a ser obligado a destruir a nuestro falso dios.

Ataque Externo

Otro posible destino para Estados Unidos es la destrucción por medio de un ataque nuclear ruso. Esto, por supuesto, podría suceder junto con un colapso económico, o podría ser la causa de ese colapso.

La razón por la que un ataque ruso es tan probable es porque la Biblia dice que los rusos liderarán una invasión de Israel en el tiempo del fin (Ezequiel 38 y 39). Dado que somos el único aliado de Israel, me parece inconcebible que los rusos ataquen a Israel sin desatar un ataque nuclear preventivo contra nosotros para evitar que salgamos en defensa de Israel.

Este ataque puede estar insinuado en Ezequiel 39:6, donde dice que en el momento de la invasión rusa, el fuego caerá sobre “los que habitan seguros en las costas”. El ataque ruso vendría muy probablemente de submarinos desplegados frente a nuestras costas este y oeste. Cada submarino ruso tiene más potencia de fuego que todas las bombas lanzadas en la Segunda Guerra Mundial. Tal ataque nos daría sólo siete minutos, ni siquiera el tiempo suficiente para lanzar un contraataque.

Algunos argumentan que, desde el colapso del gobierno soviético, Rusia es ahora demasiado débil para lanzar cualquier ataque contra Israel o los Estados Unidos. Es cierto que la economía de Rusia está en ruinas, pero el poder militar está intacto, incluidas miles de ojivas nucleares. La verdad del asunto es que Rusia es mucho más peligrosa hoy que antes del colapso soviético. El aumento del peligro se debe a los deseos expansionistas rusos y a la inestabilidad de su economía.

Ataque Interno

Otra forma en que el poder estadounidense podría disiparse rápidamente es a través de ataques terroristas internos. Sólo deténgase y piense por un momento en el impacto abrumador que el ataque del 11 de Septiembre tuvo en nuestra sociedad y economía. En los meses siguientes, los mercados bursátiles perdieron más de 7 billones de dólares en valor. La industria de viajes (aerolíneas y hoteles) fue devastada. Las libertades civiles fueron severamente restringidas. Y no olviden que nuestro gobierno nacional fue paralizado por el posterior susto del ántrax.

Multiplique tales ataques terroristas, incluido el envenenamiento de los suministros de agua y la explosión de “bombas sucias”, que contienen materiales de desecho nuclear, y puede ver fácilmente cómo nuestra nación podría ser puesta de rodillas. De hecho, no está fuera de la posibilidad de que los terroristas puedan detonar una bomba atómica que ha sido introducida de contrabando en uno de nuestros principales puertos a bordo de un buque de carga.

No importa cuán vigilantes seamos, en última instancia, no hay manera de protegerse contra los terroristas que no tienen respeto por sus propias vidas, y mucho menos contra aquellos que creen que morir por su causa les garantizará su entrada en el paraíso.

Podredumbre Interna

El colapso interno también podría resultar de la podredumbre moral que tiene a nuestra nación tomada del cuello. Esto fue lo que finalmente destruyó el Imperio Romano, y fue lo que llevó al colapso repentino de la Rusia soviética.

A medida que hemos abandonado nuestra herencia judeocristiana, nos hemos convertido en una sociedad amoral que ha perdido el respeto por la santidad de la vida. El individualismo ha sido llevado al borde de la anarquía, ya que cada uno hace lo que es correcto ante sus propios ojos. La codicia está fracturando nuestra sociedad entre jóvenes y viejos, ricos y pobres, blancos y negros. La guerra de clases podría deteriorarse fácilmente en guerra civil con brotes de violencia incontrolable en nuestras principales ciudades.

Otra Alternativa

Hay otro escenario que podría explicar el silencio sobre Estados Unidos en las Escrituras, y es el que estoy esperando. Lo que tengo en mente es la posibilidad de que los Estados Unidos puedan ser destruidos repentinamente por el Rapto de la Iglesia.

No hay duda de que el Rapto devastaría a los contemporáneos Estados Unidos. Tenemos más cristianos nacidos de nuevo que cualquier otra nación en el mundo — más que toda Europa Occidental e Inglaterra juntas.

Además, tenemos muchos cristianos evangélicos en altos cargos de liderazgo, tanto en el gobierno como en los negocios. La eliminación repentina de estas personas arrojaría a toda nuestra sociedad al caos.

Nuestro Destino Nacional Final

Independientemente de cómo seamos eliminados de la escena internacional como potencia mundial, lo más probable es que terminemos absorbidos por la Unión Europea como uno de sus Estados miembros. Esto parece natural en vista de todos los lazos históricos y culturales que tenemos con esa parte del mundo.

Una cosa es segura: Sin importar cómo nuestra nación pueda ser destruida, no podremos culpar a Dios. Él ha enviado pacientemente una voz profética tras otra para llamar a nuestra nación al arrepentimiento y advertir de Su juicio inminente. (Vea mi libro, Voces Proféticas de Dios a Estados Unidos). También nos ha llamado al arrepentimiento a través de juicios correctivos como la Guerra de Vietnam, los ataques del 11 de Septiembre, el Huracán Katrina, la Gran Recesión de 2007-2009, y la epidemia de coronavirus y su consiguiente debacle económica.

A todas estas advertencias, hemos puesto oídos sordos y un corazón frío. En el proceso, hemos sellado nuestro destino.


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 15 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 12 (parte 1 de 2)

 Estados Unidos en la Profecía

¿Jugará un papel central o periférico?


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¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica? Es una pregunta que me hacen dondequiera que voy. Es natural que nos preguntemos. Dado que Estados Unidos no se menciona específicamente por su nombre en la profecía bíblica, la gente ha recurrido a su imaginación para encontrar nuestra nación en las Escrituras.

¿Una “gente alta y lampiña”?

Algunos han señalado a Isaías 18, el cual habla de un pueblo “de gente alta y lampiña” que es “temido por doquier”. El pasaje además declara que ésta es una “nación dominante cuya tierra está surcada por ríos”. El capítulo termina afirmando que la gente de esta nación le llevará “ofrendas” al Señor, cuando Él regrese a reinar desde el Monte Sion.

Debido a que estos versículos hablan de una nación poderosa cuya tierra está dividida por un gran río, algunos han llegado a la conclusión de que la nación es Estados Unidos, ya que está dividida por el río Mississippi. Además, argumentan que somos un pueblo alto y lampiño, y que nuestro poderío militar es temido en todo el mundo. Finalmente, argumentan que, dado que somos una nación cristiana, ciertamente le llevaremos ofrendas al Señor cuando regrese.

Pero los primeros versículos de este capítulo indican que está hablando de “Cus”, el antiguo nombre de Etiopía. En el momento en que Isaías escribió este pasaje, Etiopía era la sede de la poderosa dinastía egipcia XXV (730-660 a. C.). El río al que se hace referencia es, sin duda, el Nilo.

Isaías 18 no tiene nada que ver con los Estados Unidos en la profecía, e incluso si lo hiciera, no respondería a la pregunta sobre el papel de Estados Unidos en la política mundial del tiempo del fin. Es una profecía sobre el reinado milenario de Jesús que se establecerá después de Su regreso.

¿Una “aldea de Tarsis”?

Probablemente uno de los pasajes más populares donde la gente afirma haber encontrado a Estados Unidos es Ezequiel 38, donde el profeta describe una invasión contra Israel que será lanzada en los tiempos del fin por una nación “de las partes remotas del norte”. Los versos descriptivos acerca de la potencia del norte dejan claro que esta nación es Rusia. Lo que no está tan claro es dónde encaja Estados Unidos en esta invasión.

Aquellos que nos encuentran en el pasaje, apuntan a Ezequiel 38:13, que dice que “los mercaderes de Tarsis y todas sus aldeas” (o “leoncillos” dependiendo de la traducción) se pronunciarán en contra de la invasión. El argumento es que Tarsis es Gran Bretaña y las “aldeas” o “leoncillos” son las naciones de habla inglesa como los EE. UU. y Australia, que fueron fundadas por inmigrantes británicos.

Por decir lo menos, ésta es una interpretación muy imaginativa. Su validez es seriamente cuestionada por el hecho de que nadie sabe con certeza la verdadera identidad de “Tarsis”. Además, los recientes descubrimientos arqueológicos indican que Tarsis era probablemente la antigua Tartessos, en la España moderna.

Tarsis se usa en las Escrituras como un símbolo de las áreas al oeste de Israel. Por lo tanto, el significado más probable de la declaración de Ezequiel es que las naciones de Europa Occidental hablarán en contra de la invasión de Israel liderada por Rusia en los tiempos del fin

Una cosa es cierta: Ezequiel 38 no resuelve la búsqueda de Estados Unidos en la profecía.

¿Una “gran águila”?

Otro pasaje favorito para aplicar la imaginación es Apocalipsis 12:13-17. Estos versículos declaran que, a la mitad de la Tribulación, Dios proveerá un medio de escape para el remanente judío en Israel. Serán transportados al desierto a un escondite sobre las “alas de una gran águila”.

Algunas personas se han aprovechado de estas imágenes, para enseñar que Estados Unidos, cuyo símbolo nacional es el águila, suplirá el transporte aéreo del tiempo del fin que salvará al remanente judío.

Pero la Biblia es su mejor intérprete. Y cuando busque la frase, “alas de un águila”, encontrará que es la misma que Dios usó en Éxodo 19:4 para describir cómo sacó a los israelitas de Egipto: “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he levantado a ustedes sobre alas de águilas y los he traído a mí”. La misma imagen se usa en Deuteronomio 32:11, donde habla de la protección de Dios de Israel en el desierto: “Como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, [el Señor] extendió Sus alas y los tomó, los llevó sobre Su plumaje”.

Dios es a menudo representado en las Escrituras simbólicamente como un pájaro protector. En el Salmo 91 se le dice al lector que ponga su confianza en Dios y Él “te cubrirá con sus plumas, y bajo sus alas hallarás refugio” (Salmos 91:2, 4). En Salmos 17:8, David clama al Señor en una oración, pidiéndole a Dios que lo “esconda bajo la sombra de tus alas”. (Vea también Salmos 36:7; 57:1; 61:4 y 63:7).

En Apocalipsis 12, Dios es el “águila”, no los Estados Unidos. Todo lo que el pasaje en Apocalipsis 12 enseña es que Dios va a proteger sobrenaturalmente al pueblo judío cuando huya del Anticristo a Jordania, a la mitad de la Tribulación.

¿“Babilonia la Grande”?

Esto nos lleva al pasaje final y más extensamente usado para identificar a los EE. UU. en la profecía bíblica. Es Apocalipsis 18, donde se describe la destrucción de “Babilonia la grande”.

No hay duda de que Estados Unidos comparte muchas similitudes con el imperio comercial corrupto descrito en este capítulo. El imperio es descrito como uno que está en rebelión contra Dios, hasta el punto de que se ha convertido en “morada de demonios” (versículo 2). Además, afirma que la inmoralidad de este imperio ha corrompido a todas las naciones del mundo (versículo 3).

También se aclara que esta “Babilonia la grande” dominará completamente la economía mundial, y su destrucción resultará en el colapso de las economías de todas las naciones (versículos 9, 11, 17).

En el contexto internacional actual, ciertamente suena como Estados Unidos. Pero, de nuevo, la Biblia es su mejor intérprete, y el capítulo 17 de Apocalipsis deja en claro que “Babilonia la grande” es un imperio cuya capital es Roma, no Washington, D. C.

En Apocalipsis 17:9 se nos dice que las siete cabezas de la bestia (el Anticristo) son representativas, en parte, de “siete montes”. En el contexto del primer siglo, esto sólo podría ser una referencia a Roma, ya que era conocida como “la ciudad de las siete colinas”. Esta identificación se ve reforzada por el versículo 18, que dice que la mujer montada en la bestia “es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra”. Una vez más, sólo hay una ciudad que podría encajar en esa descripción en el contexto del pasaje del primer siglo, y ésa es Roma.

Estados Unidos no es un cumplimiento de Apocalipsis 18. Ese capítulo describe el último imperio mundial gentil que dominará la tierra en el momento de la Segunda Venida del Señor. Es el imperio del Anticristo.

Algunas Conclusiones

Entonces, ¿dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica? Una respuesta parcial es que no se nos menciona directa y específicamente. Estamos cubiertos por profecías generales que se relacionan con todas las naciones, pero más allá de eso, nuestro destino del tiempo del fin no se menciona específicamente.

Las profecías generales que se aplican a los Estados Unidos incluyen aquellas que dicen que todas las naciones serán juzgadas (Isaías 34:2-3), y todas las naciones dejarán de existir, excepto la nación de Israel (Jer. 30:11; 46:28).

Pero, ¿cómo podría Dios pasar por alto a la nación más importante y poderosa del mundo? No creo que lo haya hecho. Creo que Estados Unidos se puede encontrar en la profecía bíblica, no específicamente, sino en tipo profético. En otras palabras, creo que hay una nación en las Escrituras que es precursora de Estados Unidos en su origen, su propósito y su destino.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Revista Llamada de Medianoche – Mayo 2023

¿Es Europa el último imperio?

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Temas incluidos en esta edición:

»» Una visión general de la historia de Israel
»» Brasil vuelve a la senda pro-palestina
»» Dios reúne a Su pueblo
»» La generación que no pasará hasta el regreso de Jesús
»» ¿Cómo será nuestro cuerpo de resurrección?

Entre otros.

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Del Editor: Señales Espirituales de los Tiempos del Fin

 Por Tim Moore

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León


Ojos para ver.

Oídos para oír. 

Eso es lo que Jesús les recomendó a sus oyentes cuando enseñó en la tierra. Se refería a una conciencia espiritual que los ojos y oídos físicos por sí solos no pueden discernir.

Mientras las multitudes que seguían al Señor clamaban por sanidad física y alimento, su verdadera necesidad era espiritual. Nada ha cambiado en 2,000 años. La mayoría de nuestras oraciones se enfocan en lo físico y lo material— pero nuestros mayores desafíos son espirituales.

Al igual que el siervo de Elías, es fácil sentirse abrumado por lo que podemos ver con nuestros ojos, oír con nuestros oídos y captar con nuestras mentes mortales. Incluso con discernimiento espiritual, algunos son testigos de las tendencias y trayectorias en nuestra sociedad y ceden al desaliento y la desesperación. Ciertamente, hay fuerzas espirituales de oscuridad furiosas a nuestro alrededor y ganando muchas batallas, porque la Tierra sigue siendo el dominio de Satanás.

Pero “no somos de la noche ni de las tinieblas” (1 Tes. 5:5b). Por lo tanto, reconocemos que el Espíritu Santo también nos ha dado maravillosas señales positivas de la protección y preservación providenciales de Dios.

Al considerar esta categoría particular de señales, manténgase firme en la sabiduría de la que hemos hablado antes. Los cristianos no somos optimistas, porque vemos el mundo tal como es, y sabemos que se oscurecerá cada vez. Tampoco somos pesimistas—porque conocemos el final de la historia. En cambio, somos personas de esperanza eterna. Nuestra esperanza no es algo frágil, hecho de telarañas e ilusiones. Nuestra esperanza se basa nada menos que en la sangre y la justicia de Jesús.

El Señor mismo es nuestra Bendita Esperanza.

Quédese en esa última línea por unos momentos. Haga una pausa ahora mismo y levante una oración de acción de gracias y alabanza. Si las grandes Señales Espirituales negativas y positivas amenazan con abrumarlo mientras lee esta edición del Farolero, aquiete su corazón y párese sobre la Roca sólida. ¡Él siempre será su Esperanza y Sostén!

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado

sábado, 13 de mayo de 2023

El Reino Venidero – Parte 43

 Por Dr. Andy Woods

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En esta serie, la enseñanza bíblica sobre el reino ha sido examinada para demostrar que las Escrituras transmiten que el reino es una realidad futura. Además, equiparar la iglesia con el reino mesiánico altera radicalmente el diseño de Dios para la iglesia.

Señales y Prodigios

Otra área de cambio monumental ocurre en la vida de la iglesia cuando abraza la teología del “reino ahora”. Como se explicó en la entrega anterior, esta área se relaciona con abrazar el hiperpentecostalismo, que sostiene que las señales y prodigios son una necesidad absoluta para evangelizar de manera efectiva. Este enfoque a veces se conoce como “poder de evangelismo”. El hiper-pentecostalismo tiene sus raíces en la teología del “reino ahora”. La razón de este nexo entre el reino y las señales y prodigios es porque el reino será un tiempo de milagros sin precedentes (Isaías 35:5-6). Si el reino, un tiempo predicho de milagros sin precedentes, es ahora una realidad presente, entonces también debería serlo la era presente.

Curiosamente, el fallecido John Wimber, el fundador del movimiento, estuvo fuertemente influenciado por la teología del “reino ahora”. Según la propia concesión de Wimber, gran parte de sus puntos de vista sobre el reino derivó de los escritos de George Eldon Ladd. Ladd enseñó un punto de vista llamado “Premilenialismo Histórico”, que representa la proposición de que el reino “ya está, pero todavía no”. Mientras sostiene que alguna forma del reino terrenal finalmente vendrá en el futuro reinado milenial de Cristo, el reino también ya había sido inaugurado en forma espiritual en la era presente. Ladd sostuvo que Jesús estaba actualmente sentado y reinando en el Trono de David en el cielo, orquestando esta forma espiritual actual del reino. Wimber fue explícito al vincular su creencia en las señales y maravillas modernas con una manifestación actual del reino en su libro Power Evangelism (Evangelismo de Poder).

Ya estaba familiarizado con los escritos de George Eldon Ladd (él era un profesor del Seminario Teológico Fuller), pero no fue hasta que leí su libro Jesus and the Kingdom [Jesús y el Reino], que me di cuenta de cómo su trabajo en el reino formó una base teológica para el evangelismo de poder. Mientras leía las obras del Dr. Ladd, y luego leía de nuevo los relatos del evangelio, me convencí de que el evangelismo de poder era para hoy.  

Los dispensacionalistas progresistas también han adoptado una visión similar del reino de “ya pero todavía no”. Curiosamente, muchos dispensacionalistas progresistas que han adoptado una visión del reino de “ya pero todavía no” también se han movido gradualmente en la dirección del pentecostalismo. Por ejemplo, en un libro que examina el tema de la perpetuidad de los dones espirituales titulado, Are Miraculous Gifts for Today? [¿Son los Dones Milagrosos para Hoy?], el destacado dispensacionalista progresista Robert Saucy abrió la puerta a la teología pentecostal en un capítulo titulado “Una Visión Abierta Pero Cautelosa”.[2] También se pueden citar otros coqueteos de los dispensacionalistas progresistas con la teología carismática.[3] Por lo tanto, el nexo entre la teología del reino ahora y las señales y maravillas de hoy en día ha hecho que Charles Ryrie pregunte cómo el Dispensacionalismo Progresivo y el Cesacionismo son intelectualmente consistentes y compatibles. Él pregunta:

Los dispensacionalistas progresistas no carismáticos no se han enfrentado a la pregunta de por qué las señales y los prodigios no son característicos de la iglesia si, de hecho, Cristo ya está en el trono de David. Durante la vida terrenal de nuestro Señor, muchas señales validaron Su afirmación de ser el rey davídico prometido para Israel. Ahora, que supuestamente está reinando como Rey Davídico (según los progresistas), ¿por qué no están sucediendo señales milagrosas hoy en la etapa “ya” de su reinado davídico?[4]

En realidad, la era presente no puede caracterizarse como el reino por la sencilla razón de que las señales y maravillas a gran escala predichas para el reino no son una manifestación presente. Si bien no se discute el hecho de que Dios puede intervenir providencial y milagrosamente en ocasiones en Su creación, y con frecuencia lo hace (Stg. 5:14–16), estos sucesos aleatorios no corresponden a los milagros generalizados que vendrán al mundo una vez que llegue el reino. Curiosamente, aunque Pablo realizó muchas señales milagrosas a lo largo de su ministerio (Hechos 14:8–12; 20:7–12), el Nuevo Testamento también testifica de una disminución gradual de los milagros realizados por medio de Pablo a medida que su ministerio llegaba a su conclusión. En 2 Timoteo, su última carta, escribió, “y a Trófimo dejé en Mileto enfermo” (2 Ti. 4:20). La historia de la iglesia también parece testificar del cese de ciertos dones del Nuevo Testamento. Note el comentario de Crisóstomo (345–407 d.C.) sobre 1 Corintios 12, que es un capítulo clave que trata de los dones del Espíritu Santo:

Todo este lugar es muy oscuro: pero la oscuridad es producida por nuestro desconocimiento de los hechos referidos y por su cesación, siendo como entonces solía ocurrir, pero ahora ya no ocurre. ¿Y por qué no suceden ahora? ¿Por qué mirar ahora? La causa también de la oscuridad nos ha vuelto a producir otra pregunta: a saber, ¿por qué sucedieron entonces y ahora no lo hacen más?[5]

Note también los comentarios de Agustín (354–430 d.C.) con respecto al cese de los dones de señales:

En los primeros tiempos, el Espíritu Santo cayó sobre los que creían; y hablaban en lenguas que no habían aprendido, como el Espíritu les daba la expresión. Hechos 2:4 Estas fueron señales adaptadas a la época. Porque era necesario que hubiera la señal del Espíritu Santo en todas las lenguas, para mostrar que el Evangelio de Dios iba a correr a través de todas las lenguas por toda la tierra. Esa cosa se hizo como un presagio, y pasó . . . Entonces, si el testimonio de la presencia del Espíritu Santo no se da ahora a través de estos milagros, por qué se da, ¿por qué llega a saber uno que ha recibido el Espíritu Santo?[6]

Si el cese de ciertos dones del Espíritu en la vida de la iglesia es realmente una realidad, entonces el reino, una era predicha de milagros, no puede confundirse con la era presente. Sin embargo, la teología del “reino ahora” altera este modelo y, en el proceso, introduce el hiperpentecostalismo en la iglesia moderna.

El Evangelio de la Prosperidad

Sin embargo, otro punto de vista errante que también predomina en la iglesia moderna y en la llamada televisión “cristiana” se conoce como el “Evangelio de la Prosperidad”. Según esta perspectiva teológica, el creyente, como hijo del rey, tiene derecho a una vida de salud y riqueza. Por lo tanto, si un creyente se encuentra en un estado de pobreza financiera o enfermedad física, es porque no tiene suficiente conocimiento espiritual o fe para reclamar sus promesas bíblicas de salud y riqueza, o no ha accedido a las diversas leyes verbales divinas necesarias para hablar estas realidades en la existencia personal.[7] El Evangelio de la Prosperidad representa otro error teológico que tiene sus raíces en la teología del “reino ahora”. Al igual que la conexión con el “evangelismo de poder”, la relación entre la presencia del reino y la promesa de salud y riqueza es fácil de entender. La Biblia señala que el reino será una época de sanidad sin precedentes (Is. 35:5–6). Además de la sanidad universal, el reino también personificará una era de abundancia material sin precedentes. Amós 9:13–14 predice que “el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto. . . .mi pueblo Israel. . .plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos”. Por lo tanto, si el reino es de hecho una realidad espiritual presente, tal como la mantienen los teólogos del “reino ahora”, entonces la sanidad inevitable y las riquezas mundanas también deberían ser accesibles ahora para cada hijo de Dios. D. R. McConnell, en su crítica del Evangelio de la Prosperidad, explica bien la dependencia de esta falsa enseñanza de la teología del “reino ahora”.

Los maestros de Fe niegan que el reino de Dios esté en proceso de realización, afirmando que está presente en la tierra hasta el punto de que los creyentes pueden ser liberados de todo pecado, enfermedad y pobreza del diablo. Ellos . . . afirman que el creyente tiene autoridad absoluta para conquistar y erradicar estas fuerzas del mal por completo de su vida. El único proceso de realización está en la fe del creyente, no en la presencia del reino de Dios. En la jerga de la teología bíblica, la interpretación de Fe del reino de Dios podría etiquetarse como una escatología “hiperrealizada”. La escatología de la Fe está “hiperrealizada” debido a sus promesas extremas al creyente de una vida absolutamente invulnerable a cualquier tipo de mal. Afirma que “los poderes del siglo venidero” han llegado completamente a esta vida y que estos poderes pueden ser usados a voluntad por el creyente con suficiente fe y conocimiento de cómo operarlos. No hay proceso de realización del reino de Dios en la escatología de la Fe; el reino puede realizarse por completo en la vida de quienes ejercen los principios de la Fe. Vemos esta escatología hiperrealizada en las doctrinas de Fe de curación, autoridad, prosperidad, identificación y deificación. La naturaleza sobre-realizada de la escatología de la Fe enfatiza el “Ahora” del reino de Dios. . .El . . .misterio “todavía no” del reino y sus poderes está distorsionado por la escatología hiperrealizada del movimiento de Fe.[8]

En realidad, la era actual no se puede caracterizar como el reino, ya que los héroes del Nuevo Testamento, como el apóstol Pablo, no disfrutaron de vidas de salud y riqueza ilimitadas. Pablo sufría de enfermedades frecuentes (Gá. 4:13) y aprendió a contentarse tanto con la abundancia económica como con la escasez material (Fil. 4:12). Tanto la enfermedad como la pobreza se pueden identificar en otros ejemplos piadosos del Nuevo Testamento, como Timoteo (1 Ti. 5:23), los macedonios (2 Co. 8:2–3) y la Iglesia de Esmirna (Ap. 2:9). Si la pobreza y la enfermedad pueden ser una realidad en la vida del cristiano, entonces el reino, una era predicha de salud y riqueza, no puede confundirse con la era presente. Sin embargo, la teología del “reino ahora” altera este modelo y, en el proceso, introduce la falsa teología del Evangelio de la Prosperidad en la iglesia moderna.

Anti-Israelismo

Un área final del cambio eclesiástico, como consecuencia de abrazar la teología del “reino ahora”, se refiere al advenimiento del anti-israelismo dentro de la iglesia. Cuando la iglesia se ve a sí misma como el reino de Dios en la tierra, tiende a volverse apática, o incluso beligerante, hacia la noción de que Dios un día establecerá Su reino futuro sobre la tierra a través de Su trabajo con la nación de Israel. Después de todo, ¿por qué preocuparse por un reino futuro que vendrá a la tierra a través del judío, si ahora estamos en una forma espiritual del reino y la iglesia se ha convertido en el nuevo Israel espiritual? Alva J. McClain señala: “La confusión de nuestro. . . gobierno del Señor. . . conduce a graves consecuencias . . . hace de la época actual el período del Reino Mediatorial . . . disuelve el propósito divinamente pactado en la nación de Israel”.[9] Por lo tanto, no es sorprendente descubrir que las enseñanzas de los teólogos del “reino ahora” están repletas de sentimientos antiisraelíes, no sólo contra la obra futura de Dios a través de Israel, sino también hacia Su precursor de esta obra representada por la existencia del moderno estado de Israel. Por ejemplo, Gary DeMar expresa esos sentimientos de “reino ahora”, cuando dice: “Dios no nos ha llamado a abandonar la tierra, sino a imprimir el patrón del cielo en la tierra”.[10] De manera similar, señala que “los cristianos deben ser obedientes al mandato que Dios ha dado de extender Su reino a todas las esferas de la vida, a todos los rincones del mundo (Gn. 1:26–28; Mt. 28:18–20)”. Sin embargo, tan clara, o quizás incluso más clara, que su teología del “reino ahora” es la mentalidad antiisraelí de DeMar, cuando proclama:

¿Dónde se encuentra esta “súper señal” en la Biblia? No en el Nuevo Testamento. No hay un solo versículo en todo el Nuevo Testamento que diga algo acerca de que Israel se convierta de nuevo en una nación. Nada profético en el Nuevo Testamento depende de que Israel vuelva a ser una nación. Si Israel convirtiéndose en una nación de nuevo es una “señal tan significativa”, entonces, ¿por qué no lo menciona específicamente el Nuevo Testamento?[11]

Encontramos este patrón idéntico en las enseñanzas del teólogo del “reino ahora”, Gary North. North señala: “El objetivo de establecer el reino internacional de Cristo se puede presentar a los ciudadanos de cualquier nación”. En otra parte, North observa que “los cristianos deben participar activamente en la construcción del reino visible de Dios”. De manera similar, explica: “Si la iglesia cristiana no logra construir el reino visible por medio de la ley bíblica y el poder del evangelio, a pesar de la resurrección de Cristo y la presencia del Espíritu Santo, entonces ¿qué tipo de religión estamos predicando?”. North también enseña: “La parábola (Mt. 13:24–30, 36–43) se refiere a la edificación del reino de Dios, no simplemente a la iglesia institucional”. Como es el caso de Gary DeMar, el sentimiento antiisraelí es tan claro en las enseñanzas de Gary North como lo es su sistema de creencias del “reino ahora”. Thomas Ice informa: “Gary North se ha jactado de que ya tiene un libro en su computadora para cuando ‘Israel sea empujado al mar o convertido a Cristo’”.[12] Este patrón perturbador hace bastante evidente que la iglesia corre el riesgo de volverse progresivamente más antiisraelí, tanto en su sentimiento hacia un reino futuro a través de Israel, como hacia el moderno estado de Israel, cuanto más experimenta una deriva eclesiástica hacia la teología del “reino ahora”.A fin de cuentas, la teología del reino ahora” tiene un impacto perjudicial en la perspectiva, el propósito, la misión y la vida de la iglesia de maneras muy reales, tangibles y prácticas.

Conclusión

Como se prometió al principio, debido al dominio de la teología del “reino ahora” en el pensamiento evangélico moderno, hemos completado una larga serie sobre el tema del reino. Primero, la enseñanza bíblica sobre el reino de Dios ha sido examinada desde Génesis hasta Apocalipsis. Segundo, esta serie expuso algunos problemas generales con una interpretación del “reino ahora” basada en el Nuevo Testamento.  Tercero, esta serie examinó los textos aislados del Nuevo Testamento que los teólogos del “reino ahora” usan para demostrar su insuficiencia para transmitir la teología del “reino ahora”. Cuarto, esta serie señaló por qué la tendencia de equiparar la obra actual de Dios en la iglesia con el reino mesiánico es un asunto que debe preocupar a los creyentes, ya que esta teología altera radicalmente el diseño de Dios para la iglesia. Mi esperanza y oración es que Dios use esta serie, y otros recursos de ideas afines, para fortalecer al pueblo de Dios para que se oponga a la marea perniciosa de la teología del reino ahora que prevalece en nuestros días.

Fin de la Serie

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

El Dr. Andy Woods es oriundo de California, donde asistió a la universidad y obtuvo una licenciatura en Derecho. En 1998, cambió de rumbo y comenzó a hacer la transición del Derecho a la Teología, cuando decidió ingresar al seminario.

Finalmente obtuvo un Doctorado en Exposición Bíblica del Seminario Teológico de Dallas. Actualmente se desempeña como pastor en la Iglesia Bíblica de Sugar Land, en el área de Houston, mientras se desempeña como Presidente del Seminario Teológico Chafer, en Albuquerque, Nuevo México. Es un escritor prolífico y un conferenciante muy solicitado.

Visite el sitio web del Dr. Andy Woods:


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Notas Finales

[1] John Wimber and Kevin Springer, Power Evangelism, Rev. ed. (Minn.: Baker, 2009), 19.

[2] Robert L. Saucy, "An Open but Cautious View," in Are Miraculous Gifts for Today: Four Views, ed. Stanley N. Gundry(Grand Rapids: Zondervan, 1996), 97-148.

[3] Dan Wallace, “The Uneasy Conscience of a Non-Charismatic Evangelical,” online: https://bible.org/article/uneasy-conscience-non-charismatic-evangelical, 1994, accessed 04 September 2015.

[4] Charles Ryrie, Dispensationalism, rev ed. (Chicago: Moody, 1995), 177.

[5] Chrysostom, Homily 29 on First Corinthians. http://www.newadvent.org/fathers/220129.htm.

[6] Augustine, Homily 6:10 on the First Epistle of John. http://www.newadvent.org/fathers/170206.htm.

[7] Para una crítica del tamaño de un libro del "Evangelio de la prosperidad", véase Michael Horton, ed. The Agony of Deceit: What Some Teachers Are Really Teaching (Chicago: Moody, 1990).

[8] D.R. McConnell, A Different Gospel: A Bold and Revealing Look at the Historical Basis of the Word of Faith Movement, actualizado y edición electrónica (Peabody, MA: Hendrickson, 2011), loc. 4813-4846.

[9] Alva J. McClain, The Greatness of the Kingdom; an Inductive Study of the Kingdom of God as Set Forth in the Scriptures (Grand Rapids: Zondervan, 1959), 438.

[10] Las siguientes citas (y fuentes) de varios teólogos del "reino ahora", como Gary DeMar y Gary North, se pueden encontrar en H. Wayne House and Thomas Ice, Dominion Theology: Blessing or Curse? (Portland, OR: Multnomah, 1988), 409-11.

[11] Gary DeMar, End Times Fiction: A Biblical Consideration of the Left Behind Theology (Nashville, TN: Nelson, 2001), 203.

[12] Carta personal de Gary North a Peter Lalonde, 30 de abril de 1987 en archivo; citada en Thomas Ice, “Answering Those Who Oppose Israel,” online: www.pre-trib.org, consultada el 21 de octubre de 2015.

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