martes, 23 de junio de 2020

Video: ¿Estás Aguardando la Esperanza Bienaventurada?


Dado que el Arrebatamiento es un evento inminente (que puede suceder en cualquier momento), los cristianos debemos estar aguardando su cumplimiento cada día.

Sermón impartido el sábado 20 de marzo en el Auditorio de Radio Ondas de Luz. 

viernes, 19 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 3 de 4)



Explicaciones Inusuales

Dos expositores bíblicos muy reconocidos presentan explicaciones altamente imaginativas y desafiantes de las naciones en la Tierra Nueva. Ellos son J. Vernon McGee (1904-1988) y David L. Cooper (1886-1965).

McGee enseñaba que la Nueva Jerusalén nunca vendría a la tierra. En cambio, pensaba que se convertiría en un nuevo planeta, con la tierra actual convirtiéndose en un satélite orbitando alrededor de la ciudad. Creía que Israel y las naciones gentiles ocuparían la tierra en órbita y tendrían acceso a la Nueva Jerusalén. Sólo los santos de la Era de la Iglesia vivirían en la Nueva Jerusalén.15

Cooper creía que la Tierra Nueva sería mucho más grande que la actual, para mantener a la gigantesca Nueva Jerusalén en proporción. También creía que las naciones en la Tierra Nueva estarían compuestas de “una nueva raza de personas que serán creadas” y que serán inmunes al pecado, viviendo “en perfecta armonía con la voluntad de Dios por toda la eternidad”. Es a esta “nueva raza de personas” sobre la que los santos de la Era de la Iglesia gobernarán para siempre.16

Un tercer conocido experto en profecía bíblica, George Eldon Ladd (1911-1982), es la única persona que pude encontrar que tomó la posición de que las naciones de la Tierra Nueva estarían compuestas por personas no salvas. Él escribió: “Tomado literalmente, este versículo sugiere que, en la tierra nueva, habrá dos compañías de personas: los redimidos que habitan la nueva Jerusalén, y las naciones no regeneradas de la tierra, que viven fuera de la ciudad pero que son influenciadas por su presencia, caminando a su luz y llevando su gloria a la ciudad”.17 Pero continúa diciendo: “Sin embargo, es igualmente posible que Juan esté usando un lenguaje humano convencional para describir la universalidad del conocimiento de Dios en el orden eterno”18 —  ¡lo que sea que esas galimatías signifiquen!

Comentaristas Profundos

La discusión más detallada de las naciones en la Tierra Nueva, que he podido encontrar en un comentario publicado, es la de Robert L. Thomas, quien es profesor de lengua y literatura del Nuevo Testamento en The Master’s Seminary, en California. También sirvió en el consejo editorial de la New American Standard Bible, y en 1990 sirvió como el Presidente de la Sociedad Teológica Evangélica. 

En su muy detallado comentario de dos volúmenes sobre Apocalipsis, considera nueve interpretaciones diferentes de las naciones en la Tierra Nueva.20 Descarta las nueve por varias razones y luego presenta su teoría:

…las “naciones” están compuestas por personas salvas que sobreviven el reino milenial sin morir y sin unirse a la rebelión de Satanás, y que experimentan alguna clase de transformación que los adapta para la vida en el Estado Eterno. Serán como Adán y Eva en el Jardín del Edén antes de la Caída. Serán seres humanos no resucitados que habitarán la tierra nueva…Éstos serán sobre quienes los santos resucitados de Dios reinarán. Las naciones, los pueblos, y los hombres en la tierra deben continuar en la carne como lo hicieron Adán y Eva antes de la Caída.

Esta explicación me deja con ganas de más información. Por ejemplo, ¿qué significa “algún tipo de transformación que los adapta para la vida en el estado eterno”? Y, ¿por qué “las naciones, los pueblos y los hombres en la tierra” deben continuar en la carne?

La concepción de un artista desconocido del Árbol de la Vida

Hay dos artículos muy detallados sobre las generaciones perpetuas que se pueden encontrar en Internet:
  • Darrel Mitchell: “El Plan de Dios: los habitantes eternos”.21
  • F. M. Riley: “Mil Generaciones”.22

Ambos autores están de acuerdo en que habrá naciones de personas en la Tierra Nueva que existirán en cuerpos naturales. También están de acuerdo en que estos pueblos estarán compuestos por santos no resucitados que provienen de dos grupos:
  • Aquellos salvados durante la Tribulación que viven hasta el final de la Tribulación y se les permite entrar al Milenio en la carne.
  • Aquellos nacidos durante el Milenio, que aceptan a Jesús como su Señor y Salvador.

Las Escrituras indican que ambos grupos tendrán su esperanza de vida extendida a “los días de los árboles” (Isaías 65:20-22), lo que significa que vivirán hasta el final del Milenio, momento en el que estos escritores asumen que serán transferidos a la Nueva Jerusalén en sus cuerpos naturales.

Ambos escritores afirman que “la tierra fue creada para ser habitada por seres ‘naturales’ a los que se les prometió la tierra como una “herencia eterna” (Éxodo 32:13; Salmos 37:29; Mateo 5:5).23 También señalan de que Dios originalmente creó al hombre para vivir para siempre en su cuerpo natural, y que aquellos que existan en la Tierra Nueva en tales cuerpos cumplirán el propósito original de Dios de rellenar la tierra con personas naturales (Génesis 1:27-31; 9:7).24 Ambos autores también están de acuerdo en que la naturaleza pecaminosa será removida de estos habitantes de la Tierra Nueva, lo que los restaurará al “estado de pureza e inocencia en el que Adán y Eva estaban cuando Dios los creó”.25


Ambos autores reconocen que una objeción a su concepto es la declaración del apóstol Pablo: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Corintios 15:50). Su contraargumento es que estas naciones en la Tierra Nueva son súbditos del reino del Señor y no herederos. Sólo los santos resucitados en cuerpos glorificados son coherederos con Cristo en Su reino eterno (Romanos 8:17).

En el cuarto y último segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, les daré mi conclusión.


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

Original article

jueves, 18 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 2 de 4)

Aplicado al Milenio

Muchos comentaristas a lo largo de los años, que han prestado atención al misterio de las naciones en la Tierra Nueva, han tratado de resolverlo argumentando que los versículos son una retrospectiva al Milenio, cuando sabemos con certeza que las personas en cuerpos naturales y pecaminosos estarán viviendo en la tierra — siendo éstos los sobrevivientes de la Tribulación y los hijos que les nacieron durante el Milenio.

Un buen ejemplo de este punto de vista se puede encontrar en el comentario de G. R. Beasley-Murray (1916-2000): “El simbolismo es más adecuado para el orden de vida en el reino de Cristo que en la nueva creación”.4

Pero, simplemente no hay una base textual para asignar estos versículos al Milenio. Están ubicados en medio de la descripción de la Tierra Nueva y la Nueva Jerusalén.

Además, la Nueva Jerusalén no desciende a la tierra hasta después del Milenio, cuando la tierra actual ha sido consumida por el fuego y remoldeada en la Tierra Nueva.

Naciones Salvas de Santos Glorificados

Una segunda solución para el misterio se basa en manuscritos defectuosos de Apocalipsis 21:24. Ésta es la salida fácil del misterio para la mayoría de los autores que siquiera se molestan en prestarle atención.

La versión King James dice: “…y las naciones que hayan sido salvas…”. Basándose en esta lectura, muchos comentaristas simplemente concluyen que los redimidos podrán vivir dentro de la Nueva Jerusalén o en la Tierra Nueva fuera de la ciudad, o en ambos lugares. Algunos de los autores que toman esta posición incluyen a Adam Clarke, Albert Barnes, Daymond Duck, John Walvoord, Salem Kirban, Tim LaHaye, Herschel Hobbs y Mark Hitchcock.


El problema es que la frase, “que hayan sido salvas”, no se encuentra en ninguno de los manuscritos más antiguos. Aparentemente fue añadida por algún escriba a lo largo del camino que estaba tratando de resolver el misterio. Esta frase ha sido eliminada de casi todas las versiones modernas (NIV, NASB, RSV y ESV). La Versión New King James mantiene la frase, pero proporciona una nota al pie que explica que ésta no se encuentra en los manuscritos más antiguos.

Entonces, basado en este error del manuscrito, no se puede concluir decisivamente que las naciones a las que se hace referencia estando fuera de la Nueva Jerusalén en la Tierra Nueva son formadas por santos glorificados. Y esta “solución” no resuelve el segundo problema de por qué las naciones necesitan sanidad.

Otras Personas Redimidas

Una tercera solución al misterio es la idea de que aquellos salvados durante la Tribulación, que entraron al Milenio en la carne, y aquellos nacidos de estas personas durante el Milenio que aceptan a Jesús, serán transferidos a la Tierra Nueva en sus cuerpos naturales y vivirán fuera de la Nueva Jerusalén y repoblarán la Tierra Nueva.

Tomemos, por ejemplo, al famoso ilustrador de la Biblia, Clarence Larkin (1850-1924). Argumenta que antes de que la tierra sea consumida en fuego, Dios “quitará a los justos representantes de las naciones del Milenio que Él propone salvar, y cuando la tierra esté de nuevo en condiciones de ser la morada de los hombres, los colocará de nuevo en la Tierra Nueva, para que puedan aumentar, y multiplicar y rellenar, tal como se les dijo a Adán y a Noé de que multiplicaran y rellenaran la tierra actual (Génesis 1:27-28; 9:1).5 Él afirma, además, que cuando la siempre creciente población de la tierra se vuelva demasiado grande, el exceso se utilizará para poblar otros planetas”.6

Larkin concluye con esta observación:7

Dios no permitirá que Satanás bloquee Sus planes para poblar esta tierra con una Raza Humana sin Pecado. La muerte de Cristo no fue sólo para redimir a unos cuantos millones de la raza humana, sino para redimir la Tierra y la Raza misma de la maldición del pecado, y del dominio de Satanás.

Del mismo modo, Henry Morris (1918-2006), el renombrado científico creacionista, especula que las naciones de la Tierra Nueva podrían muy bien ser los salvados durante la Tribulación y el Milenio, que serán transferidos  a la Tierra Nueva en sus cuerpos naturales.8 Admite que esta interpretación está “cargada de dificultades”, pero señala que resuelve varios problemas. Después de todo, las Escrituras se refieren muchas veces a “generaciones perpetuas” (Génesis 9:12), y a “pactos eternos” (Génesis 9:12-16). Además, se nos dice en Isaías 9:7 que “lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin…desde ahora y para siempre”.


Morris admite que su propuesta es “altamente especulativa, pero parece algo razonable”.9 Luego, afirma que quizás “la exposición alternativa más probable” es que éstas son “naciones de los salvos” que son residentes de la Nueva Jerusalén, “pero a quienes también se les han dado fronteras naciones en la Tierra Nueva”.10

David Hocking está de acuerdo con la propuesta especulativa de Morris. Él escribe: “Probablemente, aquellos que salen del período de la Tribulación, aquellos descritos como ‘ovejas’ en Mateo 25:31-46, y aquellos nacidos durante el Milenio que no se rebelan contra el Mesías, son parte de las ‘naciones’ en la tierra en el estado eterno”.11

John MacArthur está de acuerdo: “Otra posible interpretación es que esta frase [naciones en la Tierra Nueva] se refiere a los creyentes vivos al final del Milenio. Según este punto de vista, la declaración…se refiere al traslado de esos creyentes antes de la destrucción del planeta actual”.12

Otros que están de acuerdo con esta idea incluyen a E. W. Bullinger, J. A. Seiss y Keith Krell. También es la posición de Hal Lindsey.

J. A. Seiss (1823-1904), escribió: “Yo…considero que es una parte necesaria e integral de la doctrina bíblica de la redención humana, que nuestra raza, como un orden de seres que se multiplican por sí mismos, nunca dejará de existir o de poseer la tierra…Las naciones rescatadas en la carne, por lo tanto, se encuentran entre los ocupantes de la tierra nueva, y los habitantes bendecidos y felices en ella, como Adán y Eva moraban en el Paraíso”.13

Keith Krell, pastor de la Iglesia Fourth Memorial en Spokane, Washington, y profesor asociado de exposición bíblica en el Instituto Bíblico Moddy en Spokane, explica su posición de la siguiente manera:14

Es claro por el contexto, que Juan está hablando acerca de un grupo de personas que tienen acceso a la Nueva Jerusalén, pero que no viven allí.

Sólo queda un grupo de personas en la tierra para ir a la eternidad en sus cuerpos físicos — creyentes que sirvieron a Cristo durante Su reino milenial. Entran en la eternidad en sus cuerpos físicos glorificados, no en cuerpos espirituales glorificados como nosotros [los santos de la Era de la Iglesia] tendremos, porque no experimentaron la muerte y la resurrección. Estas personas irán a la eternidad con cuerpos como los que Adán y Eva tenían en su creación, antes de que fueran hechos defectuosos por el pecado.

Esta explicación plantea otro misterio: “¿Qué es un “cuerpo físico glorificado”? Esto es algo que nunca se menciona en las Escrituras.

En el tercer segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, veremos algunas explicaciones inusuales al enigma de las naciones eternas.


Lea la parte 1 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

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miércoles, 17 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 1 de 4)




Hay muchos misterios en la profecía bíblica. Por ejemplo, cuando Apocalipsis 17:5 menciona “Misterio Babilonia” como el cuartel general del Anticristo, ¿se está refiriendo al sitio de la antigua Babilonia o a la Roma moderna? ¿Y qué acerca de 2 Tesalonicenses 2:8-12? ¿Significa este pasaje que aquellos que escuchan el Evangelio y lo rechazan antes del Rapto continuarán haciéndolo durante la Tribulación?

Éstas son preguntas difíciles y muy debatidas. Incluso aquellos que creen en la interpretación de la profecía por su sentido llano no está de acuerdo con las respuestas. Y la razón es sencilla: la profecía no siempre es precisamente clara. Y eso, a su vez, brinda espacio para un desacuerdo honesto en cuanto a su significado. 

He estudiado intensamente la profecía bíblica durante 40 años. Creo que entiendo la mayor parte. Pero, definitivamente hay áreas donde es como mirar en un espejo oscuro (1 Corintios 13:12). Y por eso, he compilado una lista de preguntas para el Señor, porque se nos promete que, cuando Él regrese, nos aclarará todas las cosas (1 Corintios 13:9-12).

El gran maestro bíblico, Vance Havner (1901-1986), planteó el problema de esta manera:1 

Hay muchas preguntas que la Biblia no responde sobre el Más Allá. Pero, creo que una razón se ilustra con la historia de un niño sentado ante un plato de espinaca cuando hay un pastel de chocolate al final de la mesa. Va a tener un mal momento comiendo esa espinaca cuando sus ojos estén en el pastel. Y si el Señor nos hubiera explicado todo sobre lo que está por venir, creo que tendríamos un momento difícil con nuestras espinacas aquí abajo.

Con respecto a la profecía, la Biblia contiene muchas profecías detalladas sobre Israel en los tiempos del fin y eventos del tiempo del fin como el Rapto, la Tribulación, y el Milenio. Pero tiene muy poco que decir sobre el Estado Eterno.
Se nos dice que los redimidos vivirán en cuerpos nuevos en una Nueva Jerusalén, que estará ubicada en una Tierra Nueva (Apocalipsis 21:1-8).

Más allá de eso, todo lo que se nos dice es que Dios descenderá a la Tierra Nueva para vivir en la Nueva Jerusalén con nosotros y que veremos Su rostro y le serviremos para siempre (Apocalipsis 22:3-4).

El Mayor Misterio

Para mí, el mayor misterio de la profecía bíblica se relaciona con algo que se dice sobre el Estado Eterno.

Pero, primero, para aquellos de ustedes que no estén familiarizados con el libro de Apocalipsis, permítanme presentarlo en orden cronológico.2 En los capítulos 1 al 3, Jesús se le aparece al apóstol Juan en la Isla de Patmos 65 años después de Su muerte, sepultura y resurrección. A través de Juan, Jesús les asegura a Sus iglesias que está con ellas en medio de su persecución por el Imperio Romano. En ese momento, Juan es raptado al Cielo (Apocalipsis 4:1), donde experimenta la increíble sala del trono de Dios y la gloriosa adoración que la llena constantemente (capítulos 4 y 5).

El Señor luego comienza a darle a Juan un panorama profético de los eventos del tiempo del fin:

Capítulos 4-18 — La Tribulación

Capítulo 19 — La Segunda Venida

Capítulo 20 — El Milenio

Capítulos 21-22 — El Estado Eterno

Cerca del final del capítulo 21, mientras Juan está describiendo en detalle los diversos aspectos de la Nueva Jerusalén, donde los redimidos residirán para siempre, de repente interpone lo que para muchos es una declaración impactante acerca de naciones que estarán en la Tierra Nueva fuera de la Nueva Jerusalén:

24) Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

25) Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.

26) Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.

27) No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Tampoco es eso todo lo que se dice acerca de estas naciones. En el siguiente capítulo, Juan habla de ver un Río de la Vida que fluye desde el trono de Dios, con el Árbol de la Vida a cada lado del río dando doce tipos de frutas cada mes (Apocalipsis 22:1-2). Y luego viene la siguiente declaración misteriosa: “…y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones” (Apocalipsis 22:2).


Estos versículos plantean algunas preguntas intrigantes:
  • ¿Quiénes son las naciones en la Tierra Nueva afuera de la Nueva Jerusalén?
  • ¿Por qué estas naciones necesitan sanidad?

Soluciones Propuestas a la Identidad de las Naciones

La mayoría de los comentarios simplemente ignoran estos versículos y las preguntas planteadas por ellos. Por ejemplo, no encontrará ningún comentario en los libros sobre Apocalipsis escritos por personas notables como Charles Swindoll, W. A. Criswell, Donald Grey Barnhouse, William Hendriksen, H. A. Ironside, Herbert Lockyer y Ray Stedman.

Incluso el mejor y más detallado libro jamás escrito sobre el Estado Eterno — El Cielo, por Randy Alcorn — no logra desarrollar estos versículos enigmáticos en alguna profundidad.3

En el segundo segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, veremos tres posibles soluciones al enigma de las naciones eternas.


Lea la parte 3 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

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sábado, 13 de junio de 2020

Señales de la Naturaleza: El Nuevo Factor (conclusión)



Durante el gobierno de Obama, Israel fue tratado con desprecio. Obama lanzó su presidencia viajando al Medio Oriente, donde se disculpó con el mundo árabe por nuestro apoyo a Israel y dejó en claro que las políticas de nuestra nación con respecto al Medio Oriente cambiarían. Y no perdió tiempo en cumplir esa promesa cuando comenzó a maltratar a los israelíes y a su líder, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Para cuando Obama dejó el cargo, estaba tratando a Israel como república bananera del Tercer Mundo. Expresó su abierto desprecio por los líderes de la nación y condenó su posesión de las tierras altas de Judea y Samaria (lo que el mundo llama “Cisjordania”). Uno de sus últimos esfuerzos en el cargo fue diseñar una resolución de las Naciones Unidas para condenar a Israel. ¿Es de extrañar que su sucesora designada, Hillary Clinton, perdiera la elección?


La Reversión de Trump

El Presidente Trump puso fin a nuestro maltrato a Israel. Revirtió todas las políticas negativas de Obama para el Medio Oriente, y detuvo la política de apaciguamiento de tierra por paz que había sido impuesta sobre Israel por los gobiernos de Bush y Clinton. Lo más significativo es que reconoció a Jerusalén como la capital de Israel.

Pero, desde entonces, ha comenzado a vender un “plan de paz” que tendría como resultado la creación de un Estado palestino en el corazón de Israel. No entiende que el problema no es político y que no puede resolverse mediante un “acuerdo”. Es un problema espiritual que se resolverá sólo cuando el Príncipe de Paz regrese. Además, el Presidente no parece entender que los palestinos nunca aceptarán una solución de “dos Estados”, a menos que lo vean como una mejor plataforma de lanzamiento para su asalto final contra el Estado judío. La conclusión es que los árabes no quieren otro Estado palestino (el primero es la nación de Jordania). Lo que quieren es la aniquilación del Estado judío.


El Presidente Trump también debe proceder con mucha cautela, porque la Biblia dice en Joel 3:1-2 que cualquier nación involucrada en los tiempos del fin en la división de la tierra de Israel sufrirá la ira de Dios.

Otra cosa que la profecía del tiempo del fin deja muy claro es que las políticas favorables de Trump hacia Israel no durarán, porque la Biblia dice sin rodeos que todas las naciones del mundo vendrán contra Israel (Zacarías 12:3). Tal como está ahora, no hay duda de que nuestra nación se volteará en su apoyo de Israel en el momento en que los demócratas recuperen la Casa Blanca. The New York Post afirmó recientemente que los principales demócratas se han “dado la vuelta” tan a la izquierda, tan rápidamente, en cuanto a Israel, “que es difícil imaginarlos regresando a un lugar sano”. The Post añadió: “Los judíos, que votan por los demócratas en cantidades abrumadoras, necesitan finalmente despertar a la realidad de que su partido desprecia al único Estado judío del mundo”.

El Mensaje de Katrina

Creo que el mensaje de Katrina, y otros desastres naturales similares, es que Dios está en Su trono. El está en control. Él no puede ser burlado. El no tolerará la división de Su Tierra Santa. Ni tolerará la repugnante inmoralidad que se burla de todo lo que es decente y moral.

Dios ama a nuestra nación. Él nos ha bendecido más que a cualquier otra nación. Su Palabra dice que aquellos a quienes mucho se les da, mucho se les demandará (Lucas 12:47-48). Su Palabra también dice que Él disciplina a aquellos a los que ama (Hebreos 12:7).

Otra cosa que Su Palabra deja claro es que cuando Él envía disciplina, el propósito nunca es castigar. En vez de eso, el propósito es llamarnos al arrepentimiento, de manera que podamos ser salvos. Así es como el profeta Isaías lo expresó: “Cuando la tierra experimenta Tus juicios, los habitantes del mundo aprenden justicia” (Isaías 26:9b, NASB).

Una Experiencia Personal

Conozco la verdad de esta declaración de primera mano. En mayo de 1953, cuando tenía 15 años, un tornado de fuerza 5 golpeó mi ciudad natal, Waco, en Texas. Es el tornado más mortífero hasta el día de hoy en la historia de Texas. Mató a 114 personas e hirió a 597. Atravesó el centro de la ciudad y arrasó 5 edificios históricos con facilidad. Cuando el tornado desapareció, la ciudad parecía como si hubiese sido atacada con una bomba atómica.

Durante tres meses a partir de entonces, las iglesias de Waco estuvieron repletas de multitudes de gente, que permanecían de pie en su interior buscando como hacer frente a la tragedia. La gente se vio obligada a pensar en la eternidad. Pero, a medida que el dolor se calmó, la gente volvió a sus viejos caminos, y la asistencia a la iglesia disminuyó otra vez.

Nuestro Dios es verdaderamente un Dios de una sublime gracia. Incluso cuando Él derrama su ira, lo hace esperando que ella provoque arrepentimiento, de manera que la gente pueda ser salva.

Intentos de Responder Espiritualmente

Con respecto al huracán Katrina, la Gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, hizo un llamado a un día de oración en todo el estado: “Al encarar la devastación causada por Katrina, al buscar a aquellos que están necesitados, al consolar a aquellos que sufren, al comenzar las largas tareas de reconstrucción, nos volvemos a Dios por fortaleza, esperanza y consuelo”.

Nobles palabras. Pero nótese, que no hubo llamado al arrepentimiento. De manera similar, el Presidente Bush convocó a un día nacional de oración. El pidió a la nación a orar por las víctimas y a alcanzarlas con compasión. De nuevo, palabras nobles, pero ninguna expresión de arrepentimiento.

El Presidente del Consejo de la Ciudad de Nueva Orleans, Oliver Thomas, fue el funcionario que más cerca estuvo de reconocer que Katrina tenía un mensaje espiritual. Refiriéndose a Sodoma y Gomorra, dijo: “Quizá Dios nos está limpiando”.

Pero la limpieza requiere una respuesta en arrepentimiento, algo a lo que Dios está llamando a toda la nación, y no sólo a la ciudad de Nueva Orleans.

La Respuesta Adecuada

Ningún gobernante de nuestra nación ha visto aún las implicaciones espirituales de un desastre tan claramente como lo hizo Abraham Lincoln, cuando evaluó la causa de la Guerra Civil. En una proclamación realizada el 30 de marzo de 1863, el Presidente hizo un llamado a un “día de oración y humillación”.


Él comenzó la proclamación observando: “Es el deber de las naciones, al igual que el de los hombres, el tener su dependencia en la autoridad soberana de Dios, el confesar sus pecados y transgresiones, en pena y humillación, pero con la esperanza certera de que el genuino arrepentimiento conduce a la misericordia y el perdón”.

El corazón de la proclamación se lee como sigue:

Y, por mucho que lo sepamos, por Su divina ley, que las naciones como individuos están sometidos a castigos y penas en este mundo, ¿no temeremos justamente que la horrible calamidad de la guerra, que ahora desola la tierra, no sea otra cosa que un castigo, infligido sobre nosotros, por nuestros pecados presuntuosos, para el necesario fin de nuestra reforma nacional como un solo pueblo?

Hemos sido los destinatarios de las más selectas bondades del cielo. Hemos sido preservados, estos muchos años, en paz y prosperidad. Hemos crecido en número, riqueza y poder, como ninguna otra nación ha crecido nunca. Pero hemos olvidado a Dios. Hemos olvidado la mano de gracia que nos ha mantenido en paz, que nos ha multiplicado, y enriquecido y fortalecido; y hemos imaginado inútilmente, en la deshonestidad de nuestros corazones, que estas bendiciones fueron producidas por alguna sabiduría superior y virtud de nuestra propia condición.

Intoxicados con un éxito ininterrumpido, ¡nos hemos vuelto demasiado autosuficientes, como para sentir la necesidad de la gracia que redime y preserva, y demasiado orgullosos para orar al Dios que nos hizo!

Nos corresponde, entonces, humillarnos ante el Poder ofendido, confesar nuestros pecados nacionales, y orar por clemencia y perdón.

¡Cómo necesitamos tal proclamación hoy! Lo triste es que nos hemos vuelto tan seculares y paganos, que si nuestro Presidente emitiera tal declaración, los miembros del Congreso probablemente traerían un juicio político contra él por la “violación de la separación de la iglesia y el Estado”.

Conclusión

Nosotros, como nación, hemos menospreciado a Dios. Lo estamos tentando para que nos lleve del juicio a la destrucción. Nuestro Dios es muy misericordioso. Él pacientemente nos está enviando una llamada de atención tras otra, porque nunca derrama Su ira sin advertencia.

Dios nos ha provisto una ventana temporal de gracia a través de la elección del Presidente Trump. Ore para que se mantenga firme en su apoyo a Israel. Ore para que comprenda la naturaleza de la crisis del Medio Oriente — que es espiritual y que no puede resolverse mediante negociaciones y acuerdos políticos. Ore para que no sea engañado y exija que Israel entregue el corazón de su tierra. 

Ore también para que los ojos y los corazones de los estadounidenses y sus líderes sean abiertos al significado de los desastres naturales que están afectando implacablemente a nuestra nación. Ore para que los pastores se den cuenta del hecho de que todas las señales del tiempo del fin están convergiendo y que es urgente que comiencen a proclamar el pronto regreso de Jesús.
    
Ore para que la gente alrededor del mundo sea despertada a la realidad de que Dios está proclamando por medio de las Señales de la Naturaleza que Su Hijo está a punto de regresar y que estamos viviendo en tiempo prestado.

Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe 

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