lunes, 28 de enero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 18 (parte 1)

La Segunda Venida

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Hecho: La Segunda Venida terminará la Tribulación e inaugurará el Milenio. 

Escritura Clave: Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén…Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones…Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos…Y Jehová será rey sobre toda la tierra…” (Zacarías 14:2-4, 9).

Los dos grandes símbolos proféticos del Mesías en el Antiguo Testamento son el Cordero Sufriente (Isaías 53:7) y el León Conquistador (Isaías 31:4-5). Se le representa con los mismos símbolos en la profecía del Nuevo Testamento (Apocalipsis 5:5-6). Las profecías del Cordero Sufriente se cumplieron en la Primera Venida de Jesús. Las profecías del León Conquistador se cumplirán cuando Jesús regrese para derramar la ira de Dios sobre aquellos que han rechazado el amor, la gracia y la misericordia que Dios ha ofreció por medio de Su Hijo.

Debido a que las profecías del Antiguo Testamento describen al Mesías con dos imágenes completamente diferentes, los rabinos concluyeron que habría dos Mesías — el Mesías Ben-José (el cordero) y el Mesías Ben-David (el león). No entendieron que sólo habría un Mesías que cumpliría ambos roles.

La Certeza del Regreso del Señor

Podemos estar seguros de que habrá una Segunda Venida porque la Biblia lo profetiza y Jesús mismo lo prometió.

Irónicamente, la que es probablemente la profecía más antigua de la Segunda Venida se encuentra en el Nuevo Testamento, y no en el Antiguo. Está en el libro de Judas, donde en los versículos 14 y 15 se nos dice acerca de una antigua visión profética: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías…”.

Otra antigua declaración profética sobre la Segunda Venida del Mesías se puede encontrar en el libro de Job, el que muchos eruditos creen que el libro más antiguo de la Biblia. Está contenida en las palabras pronunciadas por Job cuando dijo (Job: 19:25-27):

Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro…

En este pasaje, Job dice, por inspiración del Espíritu Santo, que llegará un día cuando él será resucitado de entre los muertos, y eso será cuando su Redentor esté en la tierra. Sabemos por Daniel 12:1-2 que la resurrección de los santos del Antiguo Testamento no se llevará a cabo hasta el final de la Tribulación, así que cuando Job habla del Mesías que está en la tierra, debe estar hablando de la Segunda Venida.

Muchos de los Salmos, todos los Profetas Mayores y casi todos los Profetas Menores esperan el día cuando el Mesías vendrá a la tierra para vivir en Jerusalén y reinar sobre todo el mundo. En el Nuevo Testamento, Pedro, Pablo, y Juan afirman que el Mesías regresará para reinar. 

El arcángel Gabriel le prometió a María que a su hijo le sería dado el trono de David y que “reinará sobre la casa de Jacob para siempre” (Lucas 1:32-33). Esto no sucedió en la Primera Venida del Señor, así que debe estar refiriéndose a Su Segunda Venida.

Después de Su resurrección, cuando Jesús ascendió al Cielo, dos ángeles se aparecieron a Sus discípulos y les dijeron que un día volvería de la misma manera, corporal y visiblemente (Hechos 1:10-11).

Lo más importante es que Jesús mismo prometió que un día regresaría (Apocalipsis 22:12). La gente suele pensar que las últimas palabras de Jesús en esta tierra fueron las que habló en la Cruz. Pero, 65 años después de Su muerte, sepultura y resurrección, Jesús se le apareció al apóstol Juan en la Isla de Patmos, y las últimas palabras que pronunció fueron: “Yo vengo pronto” (Apocalipsis 22:20).

El Momento

Estas palabras de Jesús plantean un tema muy importante: “¿Cómo pudo Jesús decir que regresaba “pronto”, cuando han pasado 2,000 años desde Su ascensión?

El apóstol Pedro respondió esta pregunta cuando escribió que, para Dios, “mil años son como un día” (2 Pedro 3:8). Luego explicó la razón de la demora: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).

Además, el comentario de Jesús estaba destinado a darnos un sentido de inminencia — la comprensión de que Él podría regresar en cualquier momento. Un sentido de inminencia es importante, debido a que inspira a una vida santa y al evangelismo. 

Esto plantea otra cuestión que se relaciona con el momento de la Segunda Venida. ¿Cómo puede la Segunda Venida ser inminente si hay tantas profecías que deben cumplirse antes de que pueda ocurrir — eventos como la reconstrucción del Templo, la revelación del Anticristo y la Tribulación? La respuesta es que el regreso del Señor a esta tierra no es inminente. Más bien, es la aparición del Señor en el Rapto que es inminente.

Recuerde de la lección 14 que la Segunda Venida consiste de dos etapas — la primera, la aparición del Señor en el Rapto y luego, la segunda, el regreso del Señor a la tierra.

El Rapto es inminente y puede ocurrir en cualquier momento. La Segunda Venida no es inminente. La Biblia revela su momento preciso: 2,520 días después de que el Anticristo firme un pacto con Israel (Apocalipsis 11:3; 12:6). Así pues, el regreso real del Señor a la tierra ocurrirá al final de la Tribulación. 


Lea la conclusión »»aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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