miércoles, 7 de octubre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 7

La Profecía y la Salvación

¿Es esencial la creencia en el milenio?


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¿Cuál es la relación de la doctrina profética con la salvación? ¿Es posible ser salvo y, sin embargo, rechazar la enseñanza bíblica de que el Señor va a regresar para reinar sobre todo el mundo durante mil años?

Planteo este tema porque las diferencias en la doctrina profética han sido usadas por muchos grupos denominacionales para trazar líneas de comunión entre los cristianos. ¡Algunos incluso han llegado a hacer de la doctrina profética una condición de la salvación!

Una Experiencia Personal

Hablo desde una dolorosa experiencia personal con respecto a este punto. Crecí en una denominación que era amilenial en su punto de vista profético. Eso significa que rechazábamos por completo la idea de que Jesús alguna vez volverá a esta Tierra para reinar. 

Los líderes de nuestra iglesia sentían tan fuertemente acerca de este asunto, que lo convirtieron en una prueba de comunión y una condición de la salvación.  Cualquier persona entre nosotros, que desarrollara una visión premilenial (que Jesús volverá para reinar durante mil años), era etiquetada como “hereje” y, tarde o temprano (generalmente temprano), era expulsado de la comunión. Luego descartarían a esa persona como alguien que había “caído de la gracia”. 

No hace falta decir que, finalmente, me convertí en uno de esos hermanos que eran condenados y rechazados, debido a que mi estudio de la Palabra me llevó a adoptar una interpretación premilenialista de la profecía. 

El Problema

El problema fundamental aquí no tiene nada que ver con la profecía. El problema es el concepto erróneo de la salvación.

Aquellos que trazan líneas de comunión sobre asuntos como la interpretación profética, son personas que creen en la salvación por conocimiento perfeccionado; es decir, creen que la salvación depende de tener razón en cada doctrina.

Aún puedo recordar vívidamente una expresión clásica de esta actitud hace varios años, en una conferencia de profecía que ayudé a organizar. Tratamos de hacer arreglos para tener un orador que representara cada uno de los principales puntos de vista proféticos. 

A la persona que presentó el punto de vista amilenialista, un predicador de mi denominación de la infancia, se le preguntó después de su presentación si un premilenialista podía ser salvo o no. Su respuesta fue: “Yo no podría ser salvo si fuera un premilenialista, porque sé que está mal”. Quería levantarme y detener la discusión sobre la profecía y pasar el resto del día discutiendo el verdadero tema de la salvación. 

¿Somos salvamos por tener razón sobre la profecía? ¿Puedo realmente perder mi salvación si estoy equivocado acerca de mi creencia de que Jesús regresará para reinar sobre la tierra?

Si usted y yo podemos perdernos por equivocarnos sobre la profecía, entonces podemos perdernos por equivocarnos en cualquier cosa — como la frecuencia de la comunión o el papel de las mujeres en la Iglesia. Eso significa que realmente no tenemos esperanza de salvación, porque ninguno de nosotros tiene razón en todo. 

La Certeza de la Salvación

Y, sin embargo, la Biblia dice que podemos estar seguros de nuestra salvación. Considere estas palabras del apóstol Juan: 

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida” (1 Juan 3:14).

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13).

“Sabemos que somos de Dios” (1 Juan 5:19).

Una y otra vez Juan dice que podemos saber que somos salvos. Pero, ¿cómo podemos tener tal seguridad si nuestra salvación depende de que tengamos razón en todo? La respuesta es que no podemos. Y es precisamente por eso que algunas iglesias conservadoras están llenas de almas que parecen seguras de todo, excepto de lo más importante de todo: ¡su salvación!

Puede saber con absoluta certeza que es salvo, porque Pablo dijo que es salvo por la gracia de Dios “como un regalo” (Romanos 3:24). También puede estar seguro de su salvación, porque si es salvo, entonces conoce a su Salvador, y sabe que es digno de confianza, y que lo decía en serio cuando dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25).

Nuestra confianza también está asegurada por la gloriosa proclamación: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1).

La Esencia de la Salvación

Esto significa que usted y yo podemos estar equivocados en muchas cosas, pero si tenemos razón en una cosa — Jesucristo — entonces podemos reclamar la promesa de la salvación eterna. También significa que, aunque toda verdad es importante, no toda es igualmente importante. 

En consecuencia, cualquiera que sea la verdad sobre cosas como la música instrumental, o la comunión o la profecía, estas verdades no son nada comparadas con la verdad de que Jesús es el Señor (1 Corintios 12:3). Por eso Pablo escribió: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9). 

La esencia de la salvación no es la perfección doctrinal. Más bien, es una relación con una persona. Jesús lo expresó de esta manera: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).

¿Significa esto que lo que cree acerca de la profecía es irrelevante? ¡De ningún modo! Sólo significa que no tiene nada que ver con su justificación  — es decir, con su posición judicial ante Dios. Somos justificados por nuestra fe en Jesús como nuestro Señor y Salvador (Romanos 3:21-26). 

El Proceso de la Salvación

Gran parte del problema aquí se debe al hecho de que muchas iglesias nunca han distinguido entre justificación, santificación y glorificación. El resultado es que muchos cristianos ignoran el hecho de que la salvación es un proceso.

La justificación es el punto de partida. Ocurre cuando pone su fe en Jesús. 

El proceso de la salvación continúa con su santificación. Éste es un proceso de toda la vida de morir a sí mismo y vivir más y más para Cristo. 

El proceso se consuma en su glorificación, cuando es resucitado y recibe un cuerpo inmortal. Es entonces cuando estará cara a cara con el Señor y será plenamente conformado a Su imagen (Romanos 8:29-30).

La justificación da como resultado que nazca de nuevo espiritualmente. Cuando es justificado, se viste de la justicia de Cristo, y está sin culpa ante el tribunal de Dios, lavado en la sangre del Cordero (1 Corintios 1:30). Recibe el don del Espíritu Santo, que mora en usted, como garantía de su herencia eterna (Efesios 1:13-14), y comienza su caminar con el Señor. 

El Significado de la Santificación

Es cierto que es santificado cuando es justificado, porque es lavado de sus pecados y es apartado del mundo como posesión sagrada de Dios (1 Corintios 6:11; Hebreos 10:10). Pero el proceso de santificación continúa, mientras comienza a caminar con el Señor.

A través del proceso de santificación, Dios da forma a su alma (su voluntad, emociones y personalidad) a la imagen de Cristo. Esto ocurre a medida que aprende más y más acerca del Señor y Su Palabra, a través del estudio bíblico, la oración, la adoración y la comunión. Esto no significa que la santificación sea algo que se gane. Al igual que la justificación, la santificación es un regalo de la gracia de Dios, a través del poder de Su Santo Espíritu obrando dentro de usted. 

Pero, mientras que es justificado al responder a la verdad del Evangelio (la muerte, sepultura y resurrección de Jesús — 1 Corintios 15:1-4), es santificado al responder a las verdades de la doctrina cristiana. Esto significa que la calidad de su caminar con el Señor se verá sustancialmente afectada por lo que crea acerca de cosas tales como el Espíritu Santo, la Iglesia, el discipulado, la mayordomía, los milagros, la oración y la profecía. 

El Impacto de la Profecía

Para usar otro ejemplo personal: Antes de llegar a una comprensión premilenial de la profecía, tenía poco entusiasmo por el regreso de Jesús. Ciertamente no estaba atento a Su regreso, y sentía que el único impacto de Su regreso en la historia mundial sería ponerle fin.

Ahora tengo una perspectiva completamente nueva, que me ha acercado al Señor y ha fortalecido mi fe, ha profundizado mi amor y ha aumentado mi esperanza.

Ahora espero el regreso de Cristo con ferviente expectación como mi “bienaventurada esperanza” (Tito 2:13). Mi vigilancia se ha convertido en un poderoso motivador para una vida santa (Romanos 13:11-14). Me emociona pensar en el triunfo de Jesús sobre Satanás (Apocalipsis 20:1-2, 10). Espero con gozo el establecimiento del reinado del Señor de perfectas paz y justicia aquí en la tierra (Miqueas 4:1-7). Me regocijo de que Jesús pronto será plenamente vindicado en la historia, así como fue humillado en la historia (Isaías 24:21-23).

He sido llevado a la asombrosa comprensión de que uno de los mayores milagros de la historia está ocurriendo antes mis propio ojos: la reunión de los judíos en su patria (Jeremías 16:14-15). Los pasajes de las Escrituras concernientes a los judíos que nunca tuvieron ningún significado para mí, han cobrado vida repentinamente (Jeremías 23:5-8; Ezequiel 36 y 37; Amós 9:14-15).

Por primera vez, comprendo el significado de los escritos de Pablo en Romanos 9-11, donde habla de la gracia de Dios para el pueblo judío. Me regocijo de que un remanente de los judíos llegará a conocer a su Mesías (Zacarías 12:10; Romanos 9:27; 11:25-27), y que serán establecidos como la nación principal del mundo, a través de la cual todas las naciones serán bendecidas (Isaías 60-62).

Alabo a Dios por la redención que Jesús traerá a toda la creación (Romanos 8:18-32). Y aguardo con gran anticipación una eternidad en la presencia de Dios sobre esta tierra, después de que haya sido purgada de su corrupción, y renovada a su gloria anterior (2 Pedro 3:1-13; Apocalipsis 21:1-4). 

Tengo una comprensión del plan maestro de la historia de Dios que nunca antes había tenido, y eso me ha dado un sentido de consuelo y paz, que sirve como un ancla sólida en tiempos tan peligrosos como éstos. Ahora sé con certeza que la Palabra de Dios es segura; que Sus promesas son ciertas; que está vivo; que todavía se preocupa intensamente por Su creación; y que todavía interviene de maneras maravillosas y milagrosas, para dirigir y consolar a Su pueblo, mientras orquesta las malas obras del hombre a un clímax que traerá honor y gloria eternos a Su santo nombre (Salmos 2).

Un Llamado a Amar

Como puede ver, lo que creemos acerca de la profecía hace una diferencia en la calidad de nuestras vidas cristianas. Es por eso que siempre me enojo un poco cuando escucho a un cristiano decir: “No sé nada sobre la profecía bíblica, y no me importa, porque lo que usted crea sobre la profecía no hace ninguna diferencia”. No es así. Hace una gran diferencia. 

Pero no debería hacer ninguna diferencia en cuanto a nuestra actitud hacia los demás, como hermanos y hermanas en Cristo. Tengo hermanos y hermanas cristianos que son premilenialistas, amilenialistas y postmilenialistas, ¡y tengo algunos parientes en Cristo que no saben la diferencia entre un milenio y un milpiés!  Pasaré la eternidad con algunos que ni siquiera han leído el libro de Apocalipsis.

Tenemos que dejar de jugar a ser Dios, trazando líneas de comunión que no tenemos derecho a trazar  por asuntos de opinión, y tenemos que comenzar a amarnos unos a otros, porque compartimos una creencia en el hecho fundamental de la historia — a saber, que Jesús es el Señor. 


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Traducido por Donald Dolmus
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jueves, 1 de octubre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 6

 La Profecía y la Evolución 

¿Cómo se relacionan?


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Durante los primeros 30 años de mi vida, no entendí todo el alboroto sobre la evolución. No podía ver qué diferencia hacía si Dios creó instantáneamente en cuestión de unos pocos días, o gradualmente, a lo largo de millones de años. Yo era un evolucionista teísta  — uno que cree en la evolución, pero cree que fue dirigida por Dios. 

Uno de mis problemas era que había crecido en una iglesia que enfocaba su estudio de la Biblia casi exclusivamente en el Nuevo Testamento. En realidad, nunca había leído ni estudiado toda la Palabra de Dios. Cuando lo hice, inmediatamente abandoné mi coqueteo con la evolución.

Un Asunto de Integridad

La primera razón por la que lo hice es porque descubrí que la integridad de la Palabra de Dios está en juego en este tema. La gente desestima el relato de Génesis de la creación con mucha ligereza al decir: “La Biblia no es un libro de ciencia”.

Pero, piense por un momento: si no podemos confiar en lo que la Biblia nos dice acerca de la creación de la humanidad y el universo, entonces, ¿qué parte de la Biblia podemos creer? ¿Hubo realmente un diluvio universal? ¿Existió realmente un hombre llamado Abraham? ¿Murió Jesús en la cruz por nuestros pecados? Si comienza a escoger y elegir qué parte de la Biblia va a creer, ¿cómo va a determinar qué es verdadero y qué es falso?

¿Lenguaje Simbólico?

Traté de lidiar con el relato de la creación de la Biblia argumentando que ésta usaba un lenguaje simbólico. Pero no hay base para sacar esa conclusión.

Adán y Eva nunca son tratados como figuras míticas por escritores bíblicos posteriores. Y hay un pasaje en el libro de Éxodo que deja muy claro que los “días” de Génesis 1 y 2 son días literales de 24 horas (Éxodo 20:8-11):

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás…mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna…Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día…

¿Creación Buena o Mala?

Otro problema que encontré con la evolución teísta es que degrada el carácter de Dios. La Biblia dice que Dios creó instantánea y majestuosamente, y que la creación era “buena”.

La evolución teísta presenta una imagen completamente diferente. Sostiene que Dios usó un método de creación muy despiadado y violento — “la supervivencia del más apto”. En otras palabras, la creación ocurrió en una atmósfera rapaz, que era todo, menos buena.

El Origen de la Muerte

La evolución teísta también convierte en una mentira lo que la Biblia enseña acerca del pecado y sus consecuencias. Según la Biblia, el pecado vino al mundo a través de la rebelión de Adán y Eva contra la voluntad de Dios. Uno de los resultados fue la muerte física. Otro fue la maldición que Dios puso sobre la naturaleza. 

La evolución teísta pone patas arriba el cuadro bíblico, ya que retrata toda la creación involucrada en una lucha a muerte antes de la aparición evolutiva del hombre — y, por lo tanto, antes de que el hombre pudiera haber pecado. ¿Existió la muerte desde el principio de la vida, o fue la consecuencia del pecado del hombre, como dice la Palabra de Dios?

Preguntas Difíciles

Cuando decidí creer en la Palabra de Dios, tuve que deshacerme de la evolución en cualquier forma — tanto la teísta como la científica. Eso me planteó preguntas nuevas y difíciles. ¿Tiene la tierra sólo seis o siete mil años? ¿Qué pasa con el registro fósil? ¿Qué pasa con las estrellas que están tan lejos y que su luz ha tardado millones de años para que su luz llegue a la tierra?

Afortunadamente para mí, cuando comencé a luchar con estas preguntas difíciles, me encontré con las voluminosas publicaciones del Instituto para la Investigación del Creacionismo, una organización de científicos que son cristianos y que aceptan el relato de Génesis como literal. A través de sus escritos comencé a encontrar respuestas a mis nuevas preguntas.

Por ejemplo, señalan una verdad simple, pero a menudo pasada por alto: la creación especial siempre lleva consigo la apariencia de edad. Piénselo. Si creara instantáneamente a un hombre adulto, y luego se lo presentara como mi creación milagrosa, respondería diciendo: “¡Pero, David, este hombre tiene 30 años!”.

Lo mismo sería cierto de un árbol adulto. Si lo creara sobrenaturalmente en un instante, me costaría mucho tratar de convencerlo de que no creció de una semilla.

Lo mismo ocurre con nuestro universo. Cuando Dios lo creó, lo creó con madurez. La luz de las estrellas más distantes no tuvo que viajar cientos de millones de millas durante millones de años para llegar a la Tierra. Las estrellas fueron creadas con su luz que ya llegaba a la Tierra. 

Más Preguntas Difíciles

Pero, ¿qué pasa con las técnicas de datación que indican una edad muy antigua para la Tierra? Para empezar, el hecho es que todas ellas se basan en supuestos evolutivos y, por lo tanto, producen resultados altamente distorsionados y falsos que se ajustan a su sesgo evolutivo incorporado.

¿Qué pasa con el registro fósil? La verdad es que a los propios evolucionistas ya no les gusta hablar del registro fósil. La razón es que, a pesar del descubrimiento de millones de fósiles, todavía no han encontrado ni siquiera uno que represente una forma de  transición en el proceso evolutivo teorizado. Los perros siguen siendo perros en el registro fósil. Los gatos siguen siendo gatos. Nadie ha encontrado todavía un “Perrato”.

Negación Científica

¡Una de las cosas más extrañas acerca de la teoría moderna de la evolución es que niega uno de los axiomas fundamentales de la ciencia! Consulte cualquier libro de física y encontrará lo que se llama la Segunda Ley de la Termodinámica. Sostiene que todo en el universo se está deteriorando — que todo se está moviendo del orden al desorden. 

Esta ley de la física no es más que una expresión del sentido común. Si no lo cree, ¡mírese en un espejo! Su cuerpo está envejeciendo, y no hay nada que pueda hacer para detenerlo. ¡Puede camuflarlo, pero no puede detenerlo! Es la razón por la que tenemos programas de mantenimiento para automóviles y edificios. Si no los mantenemos, dejarán de correr o se caerán. 

Ahora, el punto es éste: la evolución sostiene que todos los seres vivos en el universo se están moviendo exactamente en la dirección opuesta — del desorden al orden, de la simplicidad a una mayor complejidad. ¡La evolución contradice una de las leyes fundamentales de la ciencia!

Negación de la Lógica

La evolución también contradice el sentido común. La complejidad del universo exige un diseñador. ¿Cómo pudo el ojo humano haberse desarrollado por casualidad? Decir que lo hizo es equivalente a decir que los rostros en el Monte Rushmore son el producto accidental de la erosión.

Los científicos nos dicen que todo el universo surgió como resultado de un “big bang”. De nuevo, esto contradice el sentido común. ¿Cuántas explosiones ha presenciado alguna vez que produjeran orden en lugar de caos?

Cumplimiento Profético

El desarrollo de la teoría de la evolución está profetizado en la Escritura, como una de las señales de los tiempos del fin. La profecía se encuentra en 2 Pedro 3:3-7. Dice que “en los postreros días vendrán burladores”,  y que se burlarán del regreso prometido del Señor, diciendo: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”. Pedro dice que estas personas ignorarán deliberadamente el hecho de que Dios creó el mundo y luego lo destruyó con agua.

El principio científico profetizado en este pasaje es lo que se llama uniformismo. Es uno de los pilares de la evolución. Es la idea de que las cosas siempre han sido esencialmente las mismas, cambiando sólo minuciosamente durante miles de millones de años.

Esta idea niega lo que la Biblia enseña acerca de la creación especial a partir de la nada. También niega el registro histórico de la Biblia de un diluvio universal y la promesa de la Biblia de que un día Dios destruirá la Tierra de nuevo con fuego. 

Cortejando la Ira de Dios

La Biblia dice que Dios derrama Su ira sobre las naciones que “detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1:18). Estamos haciendo eso hoy en Estados Unidos. Nuestras escuelas públicas no pueden enseñar a los niños el verdadero origen del universo. Sólo se puede enseñar la mentira de la evolución.

El mismo pasaje en la Biblia dice que la ira de Dios también se derrama sobre aquellas naciones cuyos pueblo dan “culto a la criaturas antes que al Creador” (Romanos 1:25). La enseñanza de la teoría de la evolución ha llevado a esta nación al punto  en que ahora estamos adorando a la creación en lugar de al Creador. Nuestro dios es la “Madre Tierra”, no el Padre Dios. 

La Relación

Entonces, ¿cuál es la relación entre la profecía bíblica y la evolución? Muchos líderes cristianos de hoy, incluso algunos evangélicos, han adoptado alguna forma de evolución teísta. Al hacerlo, tienen que espiritualizar el relato bíblico de la creación, argumentando que no es literal y que, por lo tanto, los seis días de la creación realmente representan cientos de millones de años. 

Y eso es exactamente lo que la mayoría de la cristiandad ha hecho con la profecía bíblica. Ha sido espiritualizada a un sinsentido. Argumentan que ahora estamos en el Milenio, aunque la Biblia dice que durante el Milenio la tierra será inundada con paz, rectitud y justicia, como las aguas cubren el mar. Afirman que Jesús está gobernando ahora, aunque todas las naciones del mundo están en rebelión contra Dios y Su Palabra. Afirman que Satanás está ahora atado, aunque sigue merodeando como un león rugiente, buscando a quién puede devorar. 

Cuando comienza a espiritualizar la Palabra de Dios, puede hacer que signifique lo que desee. 

Para comprender el comienzo o final de la historia, debemos aceptar la enseñanza de sentido llano de la Palabra de Dios. ¿Está dispuesto a hacer eso? 


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jueves, 24 de septiembre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 5

El Mesías en la Profecía

¿Valida la profecía a Jesús?


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¿Fue Jesús quien dijo que era? ¿Era realmente Dios encarnado? La profecía bíblica ofrece algunas de las pruebas más contundentes que conozco de que Jesús era realmente divino.

Cientos de Profecías

El Antiguo Testamento contiene más de 300 profecías concernientes a la Primera Venida de Jesús. Algunas de éstas son repetitivas, pero, cuando se tiene en cuenta la repetición, todavía nos quedan al menos 109 profecías separadas y distintas.

Además de estos textos específicos, hay muchas más profecías simbólicas que apuntan a diversos aspectos de la Primera Venida.

Tomemos el libro de Rut como ejemplo. No contiene profecías mesiánicas específicas. Sin embargo, la historia del libro contiene un hermoso tipo profético de Jesús. Uno de los personajes centrales, Booz, es un pariente-redentor que toma una novia gentil — así como Jesús vino como un redentor para Su pueblo, los judíos, y ahora está tomando una novia gentil, la Iglesia. 

Las vidas de Josué, Jeremías y Daniel nos dan percepciones sobre la fe, el valor y la rectitud del Mesías. Josué y Jesús incluso tenían el mismo nombre, Yeshúa, que significa “la salvación de Dios”.

La vida de Moisés es un adelanto de muchos aspectos de la vida de Jesús. Moisés trató de liberar a su pueblo del cautiverio y fue rechazado. De la misma manera, Jesús vino a liberar a Su pueblo de su esclavitud espiritual y fue rechazado por ellos. Después de su rechazo, Moisés tomó una novia gentil. Luego regresó y fue recibido por su pueblo como un libertador. Jesús ahora está tomando una novia gentil, la Iglesia, y cuando haya completado esa tarea, regresará y será recibido como Mesías por Su propio pueblo, los judíos (Zacarías 12:10).

Cada aspecto de la vida de Jesús fue profetizado cientos de años antes de que naciera la naturaleza y lugar de Su ministerio, la naturaleza de Su muerte y el triunfo de Su resurrección. 

La primera profecía de la Biblia predice que el Mesías nacerá de una virgen. En Génesis 3:15, Dios dice que la simiente de la serpiente (Satanás) será derrotada por la simiente de una mujer (Jesús).

La Genealogía en la Profecía

Todo el linaje del Mesías está profetizado en las Escrituras hebreas. Los profetas dijeron que el Salvador nacería de los descendientes de Abraham (Génesis 12:3); la herencia de Isaac (Génesis 17:21); los hijos de Jacob (Génesis 28:14); la tribu de Judá (Génesis 49:8); la familia de Isaí (Isaías 11:1); y la casa de David (Jeremías 23:5).

Es por eso que el Evangelio de Mateo comienza con una lista tan larga del árbol genealógico de Jesús. Mateo está tratando de mostrar a sus lectores judíos que el linaje de Jesús cumple las predicciones de los profetas.

¿Profecía o Coincidencia?

Algunas personas se encogen de hombros ante todas estas profecías y dicen: “Todo es una coincidencia”. ¿Coincidencia? ¿El cumplimiento de más de 100 profecías específicas?

“Bueno, las cumplió a propósito”, dice otro. Es cierto que Jesús pudo haber cumplido conscientemente algunas de las profecías sobre el Mesías. De hecho, en una ocasión, parece que Jesús hizo precisamente eso, cuando pidió un asno para Su último viaje a Jerusalén. Mateo dice que esto se hizo para cumplir la profecía de Zacarías de que el Mesías vendría humildemente, montado en un burro (Mateo 21:1:7).

Pero, ¿puede un hombre cumplir intencionalmente las profecías concernientes tanto a su nacimiento como a su muerte?

Micaías profetizó 700 años antes de Jesús de que el Mesías nacería en la pequeña ciudad de Belén (Miqueas 5:2). Isaías predijo que nacería de una virgen  (Isaías 7:14). Y Oseas dijo que el Mesías saldría de Egipto (Oseas 11:1), el lugar exacto al que los padres de Jesús lo llevaron después de Su nacimiento.

Jesús fue traicionado por 30 piezas de plata. ¡El profeta Zacarías hizo esa profecía precisa 500 años antes del nacimiento de Jesús! (vea Zacarías 11:13). David previó que el Mesías sería crucificado (Salmos 22:16), y eso fue mil años antes del nacimiento de Jesús y 700 años antes del uso extensivo de la crucifixión por parte de los romanos.

¿Cómo pudo Jesús cumplir estas profecías a propósito? ¿Y podría ser su cumplimiento sólo una “coincidencia”?

La Profecía y las Matemáticas

Peter Stoner, en su libro, La Ciencia Habla, ha calculado las probabilidades de que sólo ocho de las profecías concernientes a Jesús podrían haberse cumplido accidentalmente en la vida de un hombre. ¡Las probabilidades son de una en 10 a la decimoséptima potencia! Ése es el número uno con 17 ceros después: — 100,000,000,000,000,000 (cien mil billones).

Para ilustrar estas probabilidades matemáticas, Stoner nos pide que imaginemos llenar el estado de Texas hasta las rodillas con monedas de plata. Un avión sobrevuela y se deja caer una moneda de plata con una marca de verificación negra. Miles de excavadoras entran y mezclan las monedas de plata por completo durante varios años. Luego, un hombre es vendado  y soltado en este mar de monedas de plata.

Las probabilidades de que se agache y recoja la moneda de plata marca en el primer intento son las mismas que si ocho de las profecías de la Biblia acerca del Mesías se cumplieran en la vida de un hombre accidentalmente. ¡También podría argumentar que un Boeing 747 podría ser el producto accidental de un tornado que atraviese un depósito de chatarra!

La Profecía como Prueba

El poderoso testimonio de la profecía cumplida en la vida de Jesús es la razón por la que los escritores de los evangelios recurren constantemente a ella en sus escritos, para demostrar que Jesús era el Mesías prometido. Es la razón por la que Jesús recurre a ella en Sus enseñanzas a las masas (Mateo 5:17-18). También es la razón por la que Jesús la enfatizó en Sus enseñanzas posteriores a la resurrección a Sus discípulos (Lucas 24:25ss).

Del mismo modo, los apóstoles constantemente citaron el cumplimiento profético en sus sermones, para verificar la identidad de Jesús. El Día de Pentecostés, Pedro enfocó sus comentarios en ese primer sermón del evangelio en las profecías de David, que Jesús había cumplido (Hechos 2:24-36). Pedro volvió a utilizar la profecía en su segundo sermón en el Templo (Hechos 3:12-26), y en su sermón a Cornelio y su familia (Hechos 10).

En su primera epístola, Pedro se refiere a tres evidencias cardinales de la deidad de Jesús. Primero menciona que fue un “testigo de su majestad” — una referencia a la Transfiguración. Luego menciona que escuchó una “voz enviada del cielo” en la que Dios el Padre proclamó a Jesús como Su “Hijo amado”. Finalmente, recurre al testimonio de la profecía, señalando su cumplimiento en la vida de Jesús (2 Pedro 1:16-19).

Felipe usó una profecía de Isaías para convertir a eunuco etíope (Hechos 8). Pablo también se refirió constantemente a la profecía cumplida en su predicación del Evangelio (Hechos 17:2-3). De hecho, cuando Pablo escribió su famosa definición del Evangelio en 1 Corintios 15:1-4, enfatizó que todos los eventos más importantes en la vida de Jesús habían sucedido “según las Escrituras” (1 Corintios 15:4).

Algunas Preguntas

¿Cómo se siente acerca de la evidencia de la profecía bíblica? ¿Va a tratar de desestimarla? ¿Va a descartarla con ligereza como “coincidencia”? ¿Simplemente la va a ignorar?

Dios no los está llamando a una fe ciega que no se base en evidencia. La profecía es evidencia. Es una evidencia que exige un veredicto. ¿Cuál es su veredicto?

La Última Profecía

Creo que la profecía cumplida demuestra que Jesús es quien dijo que era — es decir, Dios encarnado (Juan 10:30).

La profecía cumplida también demuestra que la última profecía de la Biblia, una profecía que aún debe cumplirse, es una en la que podemos confiar. Está contenida en Apocalipsis 22:20, y fue dicha por Jesús mismo: “Ciertamente vengo en breve”.

Amén. ¡Ven, Señor Jesús!


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miércoles, 23 de septiembre de 2020

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 4

La Interpretación de la Profecía

¿Necesita la imaginación o el sentido común?


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Cuando tenía unos 12 años, tropecé con Zacarías 14. Fue un descubrimiento asombroso. 

Verá, crecí en una iglesia donde se nos decía una y otra vez que “no hay un versículo en la Biblia que implique siquiera que Jesús pondrá alguna vez Sus pies sobre esta tierra de nuevo”. 

Lenguaje Sencillo 

Bueno, Zacarías 14 no sólo implica que el Señor va a volver a esta tierra otra vez, ¡lo dice de forma categórica! Dice que el Señor regresará a esta tierra en un momento cuando los judíos estén de regreso en la tierra de Israel y su ciudad capital, Jerusalén, esté bajo sitio. Justo cuando la ciudad esté a punto de caer, el Señor volverá al Monte de los Olivos. 

Cuando Sus pies toquen el suelo, el monte se partirá a la mitad. El remanente de judíos que quede en la ciudad buscará refugio en las hendiduras de la montaña. El Señor pronunciará entonces una palabra sobrenatural y los ejércitos que rodeen a Jerusalén serán destruidos en un instante. 

El versículo 9 de Zacarías 14 declara que, en ese día “el Señor será rey sobre toda la tierra”. 

Interpretaciones Enredadas 

Cuando descubrí por primera vez este notable pasaje, se lo llevé a mi pastor y le pregunté lo que significaba. Nunca olvidaré su respuesta. Él pensó por un momento y luego dijo: “Hijo, no sé lo que significa, pero te garantizo una cosa: ¡no significa lo que dice!”.

Durante años después de eso, le mostraría Zacarías 14 a cada evangelista visitante que venía predicando que Jesús nunca regresaría a esta tierra. Siempre recibí la misma respuesta: “No significa lo que dice”. No podía creer esa respuesta. 

Por último, me encontré con un ministro que era un graduado del seminario y me dio la respuesta con la que yo podía vivir. “Nada en Zacarías significa lo que dice”, me explicó, “porque todo el libro es apocalíptico”. 

Ahora bien, yo no tenía la menor idea de lo que “apocalíptico” significaba. No sabía si era una enfermedad o una filosofía. Pero sonaba sofisticado y, después de todo, el tipo era un graduado del seminario, así que él debía saber. 

Una Experiencia de Descubrimiento 

Cuando comencé a predicar, repetía como loro lo que había escuchado desde el púlpito toda mi vida. Cuando hablaba acerca de la profecía, siempre enfatizaría que Jesús nunca regresará a esta tierra. De vez en cuando, la gente se acercaba después del sermón y me preguntaba, “¿Qué pasa con Zacarías 14?”. Les replicaba con una palabra, “¡APOCALÍPTICO!”. Generalmente corrían asustados hacia la puerta. Ellos no sabían de qué estaba hablando (ni yo tampoco).

Entonces, un día me senté y leí todo el libro de Zacarías. ¿Y adivine qué? ¡Todo mi argumento se fue por el drenaje! 

Descubrí que el libro contiene muchas profecías acerca de la Primera Venida de Jesús, y era evidente de que todas esas profecías significaron lo que dijeron. De repente se me ocurrió que, si las profecías de Zacarías acerca de la Primera Venida significaron lo que dijeron, ¿por qué entonces no lo harían también sus promesas acerca de la Segunda Venida? 

La Regla del Sentido Llano 

Ese fue el día que dejé de jugar con la Palabra Profética de Dios. Comencé a aceptarla por su significado del sentido llano. Decidí que si el sentido llano tenía sentido, no buscaría otro sentido, para no terminar con un sinsentido

Un buen ejemplo del enfoque sin sentido es uno que encontré hace varios años atrás en un libro sobre el Milenio. El autor espiritualizó todo Zacarías 14. Argumentó que el Monte de los Olivos es un símbolo del corazón humano rodeado por la maldad. Cuando una persona acepta a Jesús como Salvador, Jesús viene a la vida de la persona y se para en su “Monte de los Olivos” (su corazón). El corazón de la persona se quebranta en arrepentimiento (el hendimiento del monte), y entonces Jesús derrota a las fuerzas enemigas en la vida de las personas. 

Difícil de creer, ¿no es así? Cuando las personas insisten en espiritualizar las Escrituras de esta forma, entonces las Escrituras terminan significando todo lo que quieran que signifiquen. 

Claves para la Comprensión 

Creo que Dios sabe cómo comunicarse. Creo que Él dice lo que quiere decir y quiere decir lo que dice. No creo que tenga que tener un doctorado en hermenéutica para entender la Biblia. Lo esencial, por el contrario, son un corazón honesto y la morada del Espíritu de Dios (1 Corintios 2:10-16). 

Una clave crucial es acercarse a las Escrituras con una fe infantil. El Dr. Henry Morris aborda este tema en su gran comentario sobre Apocalipsis, llamado The Revelation Record (El Registro del Apocalipsis). Él dice: “Apocalipsis no es difícil de entender. Es difícil de creer. Si usted lo cree, lo entenderá”. 

Por ejemplo, en Apocalipsis 7 dice que, al comienzo de la Tribulación, Dios va a sellar a una gran hueste de judíos para que sirvan como Sus “siervos” especiales. El texto especifica que el número será 144,000, y que 12,000 serán seleccionados de cada una de las 12 tribus judías.

Ahora, le pregunto: ¿Qué tendría que hacer Dios para convencernos de que tiene la intención de apartar a 144,000 judíos para un servicio especial durante la Tribulación? El texto es claro como el cristal. Sin embargo, ¡cientos de comentaristas han negado el significado claro y han espiritualizado el pasaje, para hacer que se refiera a la Iglesia! Éste es un manejo imprudente de la Palabra de Dios, y no produce más que confusión. 

El Significado de los Símbolos 

“Pero, ¿qué acerca de los símbolos?”, preguntan algunos. Otra clave crucial es tener en cuenta que un símbolo representa algo, de lo contrario no sería un símbolo. Siempre hay una realidad literal o un significado de sentido llano detrás de cada símbolo.

En el Cantar de los Cantares 2:1, se hace referencia al Mesías como “la rosa de Sarón”. No es llamado “el cardo ruso de Texas”. La imagen que evoca una rosa es algo hermoso; un cardo ruso es feo. 

La Biblia es su propio mejor intérprete en cuanto al significado de los símbolos que usa. A veces, los símbolos son explicados claramente, como cuando Dios le revela a Ezequiel el significado de los símbolos en su visión del valle de los huesos secos (Ezequiel 37:11-14). De la misma manera, al apóstol Juan se le dijo el significado de ciertos símbolos que él vio en su visión en Patmos del Señor glorificado (Apocalipsis 1:20). 

Otras veces, una simple búsqueda de las Escrituras revelará el significado de un símbolo. Considere la declaración en Apocalipsis 12:14, donde dice que el remanente judío escapará del Anticristo al desierto “sobre las dos alas de la gran águila”. 

¿Es ésta un águila literal? O, ¿es un vuelo provisto por los Estados Unidos, cuyo símbolo nacional es el águila? 

Una búsqueda en la concordancia mostrará que el mismo símbolo se usa en Éxodo 19:4, para describir la huida de los hijos de Israel cuando escaparon de Egipto. El símbolo, como Éxodo 19 deja en claro, es una referencia poética al cuidado amoroso de Dios. 

La Importancia del Contexto 

Otra clave para entender la profecía es una que se aplica a la interpretación de toda la Escritura. Es el principio de que el significado de las palabras está determinado por su contexto. 

Recientemente, me encontré con un buen ejemplo de este problema en un libro en el que el autor estaba tratando de demostrar que Jesús nunca regresará para reinar sobre esta tierra. Tal posición, por supuesto, requirió que espiritualizara Apocalipsis capítulo 20, donde dice seis veces que habrá un reinado del Señor que durará mil años. 

En el intento desesperado de este autor para desestimar los mil años, se refirió a Salmos 50:10, donde dice que Dios es dueño “del ganado en mil montes” (NASB). Luego preguntó, “¿Hay sólo mil montes en el mundo?”. Él respondió su pregunta: “¡Por supuesto que no!”. Luego procedió a explicar que el término se usa figurativamente. Pero luego hizo un salto cuántico en la lógica, al proclamar: “Por lo tanto, el término ‘mil’, siempre se usa simbólicamente”. 

No es así. Depende del contexto. En Salmos 50, el término es claramente simbólico. Pero en Apocalipsis 20, no lo es. De nuevo, los mil años son mencionados seis veces. ¿Qué tendría que hacer el Señor para convencernos de que Él quiere decir mil años? ¿Ponerlo en el cielo con luces de neón? ¡Preste atención al contexto! 

Reconciliando Pasajes 

Una clave adicional para entender la profecía es una que se aplica a toda la Escritura. Es el principio de buscar todo lo que la Biblia tiene que decir sobre un punto en particular. 

Evite basar una doctrina en un versículo aislado. Todos los versículos sobre un tema particular deben ser buscados, comparados, y luego reconciliados. 

Permítame darle un ejemplo profético. Segunda de Pedro 3:10 dice que, cuando el Señor regrese, “los cielos pasarán con grande estruendo…y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas”. Ahora, si éste fuera el único versículo en la Biblia acerca de la Segunda Venida, podríamos concluir con seguridad que los cielos y la tierra se quemarán el día que Jesús regrese. 

Pero, hay muchos otros versículos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que dejan muy en claro que el Señor reinará sobre toda la tierra antes de que sea consumida por el fuego. Esos versículos deben considerarse junto con el pasaje de 2 Pedro 3, con el fin de obtener la visión general correcta. 

Problemas Especiales 

Hay algunos problemas especiales relacionados con la interpretación profética. Uno es que la profecía a menudo se cumple previamente en un tipo simbólico, antes de que se cumpla por completo. 

En este sentido, estoy seguro de que el pueblo judío debe haber sentido que Antíoco Epífanes (215-164 a.C.) cumplió las profecías de Daniel acerca de un líder tiránico que perseguiría severamente a los judíos. Pero, 200 años después de Antíoco, Jesús se refirió a esas profecías de Daniel y les dijo a Sus discípulos que aún debían cumplirse. 

Otro ejemplo es la señal que Isaías le dio al rey Acaz para asegurarle que la ciudad de Jerusalén no caería en manos de los asirios, que la tenían sitiada. La señal era que una joven daría a luz a un hijo, cuyo nombre sería llamado Emanuel (Isaías 7:1-19). El pasaje ciertamente implica que ese niño nació en ese momento. 

Pero, cientos de años después, Mateo, por inspiración del Espíritu Santo, se remontó a la profecía de Isaías y proclamó que su cumplimiento final se encontraba en el nacimiento virginal de Jesús (Mateo 1:22-23). 

Tiempo Comprimido 

Otra característica peculiar de la literatura profética es llamada “telescopía”. Esto ocurre cuando un profeta comprime el intervalo de tiempo entre dos eventos proféticos. Este fenómeno es muy común. 

La razón de esto tiene que ver con la perspectiva del profeta. Mientras mira hacia el futuro y ve una serie de eventos proféticos, le parecen como si estuvieran en una secuencia inmediata. 

Es como vislumbrar una cadena montañosa y ver tres picos, uno detrás del otro, cada uno secuencialmente más alto que el que está frente a él. Los picos parecen estar el uno contra el otro, debido a que la persona que los ve no puede ver los valles que los separan. 

En Zacarías 9:9-10, hay un pasaje con tres profecías que están comprimidas en dos versículos, pero que están ampliamente separadas en el tiempo. El versículo 9 dice que el Mesías vendrá humildemente en un burro. La primera parte del versículo 10 dice que el pueblo judío será apartado. La segunda parte del versículo 10 dice que el Mesías reinará sobre todas las naciones. 

Estos tres eventos — la Primera Venida, la puesta aparte de Israel, y el reinado de Cristo — parecen ocurrir en una rápida sucesión, pero, en realidad, hubo 40 años entre los primeros dos eventos, y ha habido casi 2,000 años hasta ahora entre el segundo y el tercer evento. 

Brechas Proféticas 

Otra forma de ver el fenómeno de la telescopía es centrarse en lo que son llamadas “brechas proféticas”. Éstos son los períodos de tiempo entre los eventos proféticos representados por los picos de montaña. 

Debido a que los rabinos del Antiguo Testamento no podían ver la brecha entre la Primera y la Segunda Venida del Mesías, algunos teorizaron que habría dos Mesías — un “Mesías hijo de José”, que sufriría, y un “Mesías hijo de David”, que conquistaría. 

Desde nuestra perspectiva del Nuevo Testamento, podemos ver que los profetas del Antiguo Testamento estaban hablando de un Mesías que vendría dos veces. Podemos ver la brecha entre las dos venidas. 

Un Desafío 

Le pregunto: ¿Cómo trata a Zacarías 14 — como hecho o como ficción? —. ¿Es culpable de jugar con la Palabra de Dios, con el fin de justificar tradiciones sagradas y doctrinas de hombres? 

Lo desafío a interpretar la Palabra de Dios — toda ella — por su significado de sentido llano. Al hacerlo, es muy probable que se enfrente al desafío de descartar unas doctrinas antiguas y a adoptar unas nuevas. Éste será un proceso doloroso, pero será uno fructífero, porque será bendecido con la verdad de la Palabra de Dios. 

Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres — Juan 8:31-32.


Recurso recomendado:



Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 3

La Gama de la Profecía

¿Cuáles son las variedades?


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Hebreos 1:1 dice que Dios habló por medio de los profetas “muchas veces y de muchas maneras”. ¿Alguna vez se ha detenido a pensar en la variedad de personas y formas que Dios usó?

Profetas Escritores

Por supuesto, el método que inmediatamente viene a la mente es la forma escrita. Los profetas que escribieron sus mensajes son los que mejor conocemos — personas como Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel y los llamados “Profetas Menores”, como Habacuc y Sofonías. En el Nuevo Testamento, los profetas escritores incluyen a Pedro, Pablo, Juan, Jacobo (Santiago) y Judas.

Pero, agrupar a todos estos profetas escritores en una categoría amplia es engañoso, ya que hay una gran variedad de personas y estilos entre ellos.

En cuanto a las personas, la variedad es asombrosa. Los profetas van desde granjeros sin educación, como Amós, hasta poetas sofisticados, como Isaías; desde voceros reacios, como Jonás, hasta hombres de gran valor, como Daniel; desde los pocos conocidos, como Joel, hasta los famosos, como el rey David.

Hay una variedad igual en los estilos de escritura. Algunos, como Ezequiel, Daniel, Hageo y los profetas del Nuevo Testamento, usaron principalmente un estilo de prosa. Otros, como David, Isaías, Joel y Miqueas, expresaron sus ideas en forma poética. Jonás escribió una autobiografía. Hacabuc se lee como una obra dramática. Y luego están los predicadores cuyos libros son principalmente colecciones de sermones — profetas como Jeremías, Amós y Zacarías.

La mayoría recibieron revelaciones directas — “Así dice el Señor”. Otros recibieron su conocimiento a través de sueños y visiones. Algunos, como Oseas y Jonás, simplemente registraron sus experiencias.

Profetas que Hablan

Algunos de los profetas más importantes no escribieron nada en absoluto, al menos nada que se haya preservado. Sabemos acerca de ellos porque otros escribieron sobre sus revelaciones, pronunciamientos y hazañas. Elías y su sucesor, Eliseo, entran en esta categor

También lo hace el profeta más grande que jamás haya vivido — el Profeta predicho por Moisés (Deuteronomio 18:15-18). Estoy hablando, por supuesto, de Jesucristo (Mateo 21:11). Los únicos escritos de Jesús que tenemos son Sus siete cartas a las siete iglesias de Asia, registradas por Juan en Apocalipsis 2 y 3. La mayor parte de las profecías de Jesús, como Su Discurso del Monte de los Olivos (Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21), fueron escritas por Sus discípulos. Jesús fue un profeta oral. 

La mayoría de los profetas orales no son bien conocidos. Sólo unos pocos son mencionados en el Nuevo Testamento — como las cuatro hijas de Felipe (Hechos 21:9) y Agabo, el profeta que aconsejó a Pablo (Hechos 21:10).

Pero el Antiguo Testamento está lleno de profetas orales. Está Natán, quien confrontó a David (2 Samuel 12); Micaías, quien vio al Señor sentado en Su trono (1 Reyes 22); Ahías, quien condenó a Jeroboam (1 Reyes 14); Ananías, el falso profeta que habló contra Jeremías (Jeremías 28); y muchos profetas sin nombre como el “varón de Dios de Judá”, quien profetizó el nacimiento de Josías (1 Reyes 13).

Profetas Actores

Mis favoritos son los profetas que fueron llamados por Dios para actuar las profecías. Algunos eran profetas escritores; algunos eran orales. El caso es que Dios les diría de vez en cuando que dejaran de escribir o hablar y comenzaran a actuar.

Dios usó a menudo el drama para llamar la atención de la gente. Por ejemplo, le dijo a Isaías que anduviera descalzo y desnudo durante tres años (Isaías 20:2ss). Sí, ¡Isaías fue el exhibicionista original! Uso un método poco convencional para llamar la atención de la gente. El mensaje era gráfico y claro: Arrepiéntanse o serán desnudados como Isaías.

A Jeremías se le dijo que llevara un yugo de bueyes en su cuello, para enfatizar el mensaje de Dios de que el rey Sedequías de Judá debía someterse a Nabucodonosor (Jeremías 27).

Ezequiel fue llamado a actuar muchas veces. En una ocasión, el Señor le dijo que empacara todas sus cosas y las llevara por Jerusalén, a la vista del pueblo, como una señal de que, si no se arrepentían, Dios los enviaría al exilio (Ezequiel 12). ¡En otra ocasión, Dios le ordenó a Ezequiel que jugara en un montón de arena! Dios le dijo que etiquetara un ladrillo, “Jerusalén”, y que construyera rampas de tierra alrededor del ladrillo, para ilustrar el asedio de la ciudad que se avecinaba, si el pueblo no se arrepentía (Ezequiel 4).

El Óscar Profético

El mejor actor de todos, el que sin duda ganará el Óscar profético a la mejor interpretación, fue el profeta Oseas.

Dios le dijo que buscara una prostituta y se casara con ella. Debe haber sido una de las cosas más difíciles que Dios le pidió a un hombre justo que hiciera. Oseas obedeció, y Dios le dijo que predicara el mensaje de su acción.

El mensaje era que Israel era como esa prostituta, cuando Dios seleccionó a la nación como Su Pueblo Escogido. No fueron escogidos por su belleza, sabiduría o rectitud. No tenían algún mérito propio. Fueron escogidos por gracia.

Éste era un mensaje insultante para los judíos. No entendían lo que significaba ser “elegidos”. Pensaron que eran mejores que otros pueblos y, en su arrogancia espiritual, se negaron a escuchar a los profetas de Dios, que estaban llamando al arrepentimiento. 

Cuando Oseas regresó a casa de su gira de predicación, descubrió que su esposa había sucumbido a sus antiguas pasiones. Había dejado la dignidad y el honor de su hogar y había regresado a las calles, vendiéndose al mejor postor. El corazón de Oseas estaba roto. Dios le dijo que predicara el mensaje de su acción. El mensaje era que — al igual que la esposa de Oseas — Israel había sido infiel a Dios, siguiendo a dioses extraños. Y, como Oseas, el corazón de Dios estaba roto. 

Cuando Oseas regresó a casa, Dios le habló de nuevo y le pidió que hiciera algo increíble. Dios le dijo que se tragara todo su orgullo y que fuera a la plaza de la ciudad e hiciera una puja por su esposa, cuando se ofreciera a la venta. Se le instruyó que pagara todo lo que tenía, si era necesario, para redimirla de la prostitución.

Ella no se lo merecía. Ella no se había arrepentido. Pero Oseas obedeció. Pagó el precio, y ella fue redimida. 

De esta manera, Dios usó a un profeta actor para representar la historia de lo que haría por nosotros en la Cruz, cuando pagó el precio de Su Hijo, para redimirnos de nuestra infidelidad.

Profecía Simbólica

Un cuarto tipo de profecía es la profecía simbólica, o lo que a menudo se denomina “profecía en tipo”.

La comprensión de los tipos proféticos es esencial para comprender el Antiguo Testamento. Jesús se puede encontrar en casi todas las páginas del Antiguo Testamento, si sabe cómo buscarlo. Está allí simbólicamente en los tipos. Buscarlo y encontrarlo en estos tipos hace que el Antiguo Testamento cobre vida. Estoy convencido de que éste es el tipo de enseñanza que Jesús le dio a Sus discípulos durante los 40 días entre Su resurrección y Su ascensión (Lucas 24:45).

Hay tres clases de tipos proféticos: vidas individuales, eventos históricos y objetos inanimados.

Personas como Tipos

Casi todas las personas principales en el Antiguo Testamento son tipos de Cristo, en el sentido de que algunos eventos en sus vidas profetizaron cosas que le sucederían a Jesús.

Tomemos a José por ejemplo. Fue rechazado por sus hermanos. Fue dado por muerto, pero fue “resucitado” de la fosa en la que había sido lanzado. Tomó a una novia gentil y luego redimió a sus hermanos de su hambruna.

Del mismo modo, Jesús fue rechazado por Sus hermanos (los judíos), experimentó la muerte y la resurrección, ahora está tomando una Novia gentil (la Iglesia), y pronto regresará para salvar a un remanente de Sus hermanos de su hambre espiritual.

Eventos Simbólicos

Las profecías acerca de Jesús también están simbolizadas en eventos históricos.

Las siete fiestas de Israel son un buen ejemplo. Jesús fue crucificado en la Fiesta de la Pascua. Se convirtió en nuestro “pan sin levadura” mientras Su cuerpo sin pecado descansaba en la tierra ese día de fiesta. Resucitó de entre los muertos en la Fiesta de las Primicias, y la Iglesia fue establecida en la Fiesta de Pentecostés.

Las tres fiestas incumplidas en el otoño del año — Trompetas, Expiación, y Tabernáculos — debe, de la misma manera, apuntar a eventos que aún están por ocurrir. Estos eventos son probablemente el Rapto, la Segunda Venida, y el Reino Milenario de Jesús. 

La historia de la nación judía es la historia de Jesús en tipo profético. Los hijos de Israel nacieron en Canaán, migraron a Egipto, atravesaron el Mar Rojo (el bautismo de Moisés), soportaron las pruebas en el desierto, y luego entraron a la Tierra Prometida.

Del mismo modo, Jesús nació en Canaán, fue llevado a Egipto, emergió públicamente en Su bautismo, soportó las tentaciones del desierto y abrió el camino al Cielo.

La Importancia de los Objetos

Incluso los objetos inanimados como el Tabernáculo y el manto del Sumo Sacerdote son tipos proféticos que apuntan a Jesús.

Considere el Arca del Pacto. Todo en él era un símbolo del Mesías. Estaba hecho de madera, lo que indica que el Mesías sería humano. Estaba recubierto de oro, lo que significa que el Mesías sería divino. Contenía tres objetos: las tablas de piedra, una olla con maná y la vara de Aarón que floreció. Las piedras significaban que el Mesías tendría la ley de Dios en Su corazón. El maná significaba que el Mesías sería el Pan de Vida. La vara con flores era una profecía de que el Mesías resucitaría de entre los muertos.

La tapa del Arca se llamaba Propiciatorio. Tenía un ángel dorado en cada extremo. Los ángeles estaban de frente y sus alas se cernían sobre la tapa. Una vez al año, el Sumo Sacerdote rociaba sangre sobre el Propiciatorio y comulgaba con la gloria Shejiná de Dios, que se cernía sobre los ángeles.

El propiciatorio apuntaba al hecho de que, a través de la obra del Mesías, la misericordia de Dios cubriría la Ley. La sangre presagiaba el hecho de que el Mesías tendría que derramar Su propia sangre para expiar nuestros pecados.

Jesús cumplió cada tipo profético del Arca. Era Dios hecho carne (Juan 10:30). Tenía la Ley en Su corazón (Mateo 5:17). Se declaró a sí mismo como el “Pan de Vida” (Juan 6). Derramó Su sangre en la cruz y fue resucitado con poder, expiando nuestros pecados y cubriendo la Ley con la Gracia (Romanos 3:21-26).

María vio el cumplimento del Arca cuando fue a la tumba y descubrió que faltaba el cuerpo de Jesús. Juan 20:11-12 dice que miró dentro de la tumba y “vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto”. ¿Entiende lo que vio? Vio el “propiciatorio” donde la sangre había sido derramada, con un ángel en cada extremo — ¡exactamente como el Propiciatorio que cubría el Arca!

Una Exhortación

Como puede ver, los tipos proféticos dan vida al Antiguo Testamento y nos dan una visión profunda de los eventos del Nuevo Testamento.

Le animo a leer la Biblia con una actitud de buscar siempre a Jesús. Él está allí en cada página, esperando que lo descubra en los símbolos y tipos.

Ore pidiendo la guía del Espíritu Santo mientras lee, y recuerde Apocalipsis 19:10 — “El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

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Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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