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domingo, 4 de diciembre de 2011

El Calvinismo confunde a la Iglesia con Israel y la elección nacional con la personal



Romanos 9:13-33

13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera.

15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.

16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.

18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.

19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?

20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?

21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?

22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,

23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,

24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?

25 Como también en Oseas dice:

Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,

Y a la no amada, amada.

26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío,

Allí serán llamados hijos del Dios viviente.

27 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo;

28 porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud.

29 Y como antes dijo Isaías:

Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia,

Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes.

30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe;

31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.

32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,

33 como está escrito:

He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída;

Y el que creyere en él, no será avergonzado.

El argumento principal de Juan Calvino para la elección y la reprobación incondicional está basado en los tratos de Dios con Israel. Esto está descrito en los Institutos de Calvino, Libro III, Capítulo 21, “Elección Eterna”.

Éste es sin lugar a dudas el texto favorito de los calvinistas para demostrar la elección soberana. ¿Enseña Romanos 9 que Dios arbitraria o soberanamente escoge a algunos pecadores para ser salvos y el resto para ser condenados? Consideremos ocho hechos importantes acerca de este pasaje:


1. El ejemplo de Esaú y Jacob no se refiere a la elección en relación con la salvación personal sino a la elección en relación con las naciones en el programa general de Dios. El verso 12 deja esto en claro: “Se le dijo: El mayor servirá al menor”. La promesa de Dios a Rebeca fue acerca de que el hijo mayor serviría al menor, no acerca de su salvación personal. Esaú podría haber conseguido ser salvo. Él podría haber creído en Dios y estado en el Salón de la Fe de Hebreos 11. Este pasaje no enseña que Esaú fue predestinado soberanamente para ser reprobado. El pasaje enseña que Dios escogió soberanamente el linaje de Cristo.


2. En cuanto al Faraón, es importante comprender que él primero endureció su propio corazón. “Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho” (Ex. 8:15). Éste no es un caso de “reprobación soberana”. La Escritura enseña que siempre es la voluntad de Dios que los hombres le sirvan, pero cuando lo rechazan, Él los rechaza y los juzga y los pone como ejemplo. Compare 2 Tes. 2:10-12: “y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”. Estos pecadores serán condenados no porque no fueron electos soberanamente y no porque fueron reprobados soberanamente, sino debido a su propia decisión con respecto a la verdad. Las palabras no podrían ser más claras. Dios puso como ejemplo al faraón, pero ir más allá de lo que la Biblia dice y afirmar que Dios decidió crear al faraón con el propósito de condenarlo es un gran error y es difamar el nombre del Dios amoroso.

3. Romanos 9:22-23 no dice que Dios soberanamente prepara a algunos pecadores para la destrucción y a algunos para la gloria. La frase “vasos de ira preparados para destrucción” permite una voz variante. Según la PC Study Bible, puede ser la voz pasiva y la voz media en el griego; en la voz media, esta frase quiere decir prepararse a sí mismo. En la voz media, el sujeto actúa en relación con sí mismo. Considere esta nota de Vincent Word Studies: "No preparado por Dios para la destrucción, pero en un sentido adjetival, listos, maduros para la destrucción, denotando el participio un estado presente formado anteriormente, pero sin dar una pista de cómo haya sido formado. Que los objetos de la ira final hayan tenido algo qué ver en el asunto, puede verse a partir de 1 Tes. 2:15-16”. Al permitir que la Biblia hable por sí misma por medio del significado directo de las palabras y comparando Escritura contra Escritura, vemos que el pecador se prepara a sí mismo para la destrucción por su rechazo de la verdad. Incluso aquellos que nunca han escuchado el Evangelio, tienen la luz de la creación y la conciencia y son responsables de responder a la luz que tengan para que puedan recibir más luz (Hchs. 17:26-27).

4. Romanos 9:23-24 no significa que Dios llama a la salvación sólo a un cierto grupo elegido preseleccionado. “Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles”. El calvinista afirma que el verso 24 se refiere al “llamamiento efectivo”, el cual es un término que describe el “llamamiento irresistible de los elegidos”, pero esto es añadir a la Palabra de Dios, lo cual es un gran error. La Biblia declara de forma muy clara que Dios ha llamado a todos los que vendrán a Cristo. Dios llama por medio del Evangelio (2 Tes. 2:14) y el Evangelio debe ser predicado a toda criatura (Mr. 16:15) Dios llama a “todo aquel” (Rom. 10:13; Ap. 22:17). Dios llama a todo aquel que cree en Cristo: “Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Jn. 6:40).

5. La salvación de Dios, incluso la de los judíos, no fue un asunto de elección “soberana”, sino que estuvo basada en la fe de un individuo en Su Palabra. “Mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito: He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado” (Rom. 9:31-33).

6. Romanos 10 no deja ninguna duda acerca de esto; la promesa de la salvación demuestra que no es la elección arbitraria o “soberana” de Dios (Rom. 10:8-13). Note las palabras “todo aquel” y “todos”. ¿Se burlaría Dios de los pecadores al prometerles la salvación si creen en Cristo y entonces permitir que sólo aquellos que fueron soberanamente elegidos ejerciten en realidad tal fe?
 
7. La soberanía de Dios no significa que Su voluntad siempre se cumple en el hombre. “Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor”. Vea también Mateo 23:37: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”. El hombre fue hecho a la imagen de Dios. El hombre no es un robot. Él puede ejercer su voluntad al decirle no a Dios y el hombre le ha dicho no a Dios y ha resistido a Dios desde el Génesis hasta Apocalipsis. Si la soberanía de Dios significa que Su voluntad es siempre hecha, ¡este mundo no tendría sentido! Es la voluntad de Dios, por ejemplo, para cada creyente “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16), pero sabemos muy bien que éste no siempre es el caso y nunca es el caso perfectamente.

8. La ceguera de Israel por parte de Dios no fue un asunto de elección soberana, sino que fue debido a que primero endurecieron sus propios corazones. Considere Ez. 12:2; Mt. 13:15 y Hechos 28:25-27:

Ezequiel 12:2 - “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver y no ven, tienen oídos para oír y no oyen, porque son casa rebelde”.
 
Ezequiel dice que la causa de la ceguera de Israel es su propia rebelión.

Mateo 13:15“Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane”.

Mateo dice que Israel cerró sus propios ojos y ésa es la razón por la que no se convirtieron. No existe ninguna reprobación soberana aquí.

Hechos 28:25-27“Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis; Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane”.

De nuevo, Hechos dice que Israel cerró sus propios ojos para no convertirse. No existe ningún apoyo a la doctrina calvinista de la reprobación soberana aquí.

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En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Unas Breves Palabras

Prefacio del libro: ¿Qué Amor es Éste?



Discusiones con muchas personas alrededor del mundo revelan que multitudes de cristianos sinceros y creyentes en la Biblia son "calvinistas" sólo por defecto. Pensando que la única opción es entre el Calvinismo, con su doctrina de la seguridad eterna, y el Arminianismo, con su apostasía, y confiados en que la salvación no puede perderse debido a la promesa de Cristo de guardar eternamente a los que creen en Él, se consideran a sí mismos, por tanto, como calvinistas.

Sólo toma unas cuantas preguntas sencillas para descubrir el hecho de que la mayoría de los que se consideran calvinistas ignoran en gran medida lo que Juan Calvino y sus primeros seguidores de los siglos XVI y XVII realmente creían y practicaban. Ni tampoco comprenden plenamente lo que la mayoría de los líderes calvinistas de la actualidad creen.

Aunque existen variaciones en disputa de esta doctrina, entre sus principales defensores (a quienes citamos extensamente en contexto) hay un acuerdo general acerca de ciertas creencias fundamentales. Muchos de los que creen que entienden el Calvinismo se sorprenderán al descubrir sus raíces Católicas Romanas (énfasis añadido) y la conducta gravemente anti-Cristiana de Calvino como el "Papa protestante" de Ginebra, Suiza.

Lo más impactante de todo, sin embargo, es la tergiversación del Calvinismo de Dios que "es amor". Es nuestra oración que las siguientes páginas les permitirán a los lectores examinar cuidadosamente las cuestiones vitales involucradas y a seguir la Santa Palabra de Dios y no al hombre.

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Dave Hunt's book, "What Love is This?", can be obtained in here:
 

domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Está la comprensión bíblica reservada para una élite?

Capítulo 2 del libro: ¿Qué Amor es Éste?



Los calvinistas enfatizan que su teología descansa sobre una sólida exégesis bíblica, estando “firmemente basada… en la Palabra de Dios”. Algunos han ido tan lejos como para afirmar que “esta enseñanza era considerada como la verdad por los apóstoles”, e incluso que “Cristo enseñó las doctrinas que han llegado a ser conocidas como los cinco puntos del Calvinismo”. De acuerdo con la Biblia misma, sin embargo, nadie debería aceptar tales afirmaciones sin verificarlas en las Escrituras.

Cualquier doctrina que afirme estar basada en la Biblia debe ser comprobada cuidadosamente contra la Biblia. Además, cualquiera que conozca la Biblia debería ser capaz de hacer eso. Depender de algún supuesto experto bíblico para una evaluación de las opiniones de otro sería estar dando vueltas en círculos. No importa cuál opinión uno aceptó, el resultado final sería el mismo: uno aún sería cautivo de la opinión humana. Cada individuo debe verificar personalmente todas las opiniones directamente con la Biblia. Sin embargo, estaba siendo aconsejado a permanecer callado sobre la base que sólo aquellos con calificaciones especiales eran competentes para contrastar el Calvinismo contra la Biblia, una idea que en sí misma contradecía la Escritura.

Los habitantes de la ciudad de Berea, aunque ni siquiera eran cristianos cuando Pablo les predicó por primera vez el Evangelio, “escudriñaban cada día las Escrituras para ver si estas cosas [las que Pablo les predicaba] eran así” (Hechos 17:11), y fueron elogiados como “nobles” por hacerlo. Sin embargo, los calvinistas insisten que se requiere una preparación especial (y aparentemente extensa) para llegar a ser alguien calificado para examinar esa peculiar doctrina a la luz de la Biblia. ¿Por qué?

Después de todo, la misma Biblia declara que un “joven” puede entender sus instrucciones y, por tanto, “limpiar su camino” (Salmo 119:9). Aun un niño puede conocer las Sagradas Escrituras por medio de la instrucción en el hogar impartida por su madre y por su abuela (2 Timoteo 1:5; 3:15). Si una habilidad especial fuera necesaria para probar el Calvinismo contra la Escritura, sin duda que sería una prueba en sí misma que esta peculiar doctrina no provino de una exégesis bíblica válida. Algo tan enigmático, por definición misma, no podría haberse derivado de la Biblia, quien sí misma afirmar estar escrita para los sencillos:

Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte …a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1 Corintios 1:26-29).

¿Es el Calvinismo tan difícil de entender?

¿Realmente debería ser el Calvinismo insondable para el cristiano común? Ese mismo hecho, si fuera cierto, sería una prueba adicional de que el Calvinismo no se derivó de las Escrituras. ¿Cómo podría algo tan complicado posiblemente provenir de aquello que toda persona es capaz de meditar día y noche (Salmo 1:1-2)? Si la alimentación esencial que la Palabra de Dios provee debe ser el sustento diario para la vida espiritual de todo hombre (Deuteronomio 8:3), ¿podría el Calvinismo haber provenido de la Biblia y sin embargo ser indigerible para el cristiano ordinario?

Muchos, cuya obvia sinceridad fue apreciada, me estaban diciendo que a pesar de que cito a Juan Calvino directamente de sus escritos, junto con citas de líderes calvinistas de hoy en día, aún era muy probable que yo tergiversara al Calvinismo porque yo no lo entendía. Aun después de una detallada discusión reciente con amigos calvinistas que duró tres horas, ellos aún me dijeron, “Tú no entiendes el Calvinismo”. Si el Evangelio fuera así de complicado, ¿quién podría ser salvo?

¿Por qué el Calvinismo debe ser un tema tan difícil y aparentemente esotérico que requeriría años comprenderlo? Tal actitud muy bien podría intimidar a muchos a aceptar esta creencia simplemente porque una gama tan amplia de teólogos y líderes evangélicos altamente respetados se adhieren a ella. Ciertamente, la gran mayoría de calvinistas son cristianos ordinarios. ¿Sobre qué base, entonces, sin la habilidad que aparentemente a mí me hacía falta, fueron capaces de aceptarlo?

Para familiarizarse a sí mismo con el Calvinismo, ciertamente hay recursos más que suficientes disponibles para cualquiera que esté genuinamente interesado en consultarlos. Numerosos libros acerca del tema están disponibles, tanto a favor como en contra. Los Cinco Puntos del Calvinismo, por Edwin H. Palmer, junto con libros de R.C. Sproul, John Piper, John McArthur, A.W. Pink, C.H. Spurgeon y otros, son muy recomendados por líderes calvinistas. En el otro lado, los libros de Samuel Fisk son informativos. El libro de Laurence M. Vance, La Otra Cara del Calvinismo, es un tratado exhaustivo de más de 700 páginas con cientos de notas al pie documentando sus citas. Los Institutos de la Religión Cristiana de Calvino así como otros de sus escritos y los de Agustín, John Knox y otros clásicos también están fácilmente disponibles.

Asegurándome de ser preciso e imparcial

Para asegurarme que ninguna interpretación errónea de las doctrinas bajo consideración sobreviviera en este libro, un manuscrito preliminar fue presentado a un número de amigos calvinistas y conocidos para que lo criticaran. Leer y discutir con ellos sus valiosos comentarios, por los que estoy profundamente agradecido, ha sido educativo. En ese proceso, se hizo más claro que nunca que los calvinistas ni siquiera entre ellos mismos concuerdan en todo.

La mayoría de los calvinistas coinciden en cinco puntos principales. Otros insisten que hay diez o aun más puntos relevantes. Palmer sugiere, “El Calvinismo no está restringido a cinco puntos: tiene miles de puntos”. ¡No es probable que podamos cubrir todos esos presuntos puntos en estas páginas! El mismo Palmer aborda sólo cinco.

Existen desacuerdos entre calvinistas de “cinco puntos” y de “cuatro puntos”. Por ejemplo, Lewis Sperry Chafer, fundador del Seminario Teológico de Dallas, se llamaba a sí mismo un calvinista de “cuatro puntos”, ya que rechazaba la expiación limitada. Vance señala que “muchos bautistas en la Asociación General de Iglesias Bautistas Regulares son calvinistas de cuatro puntos”. Negar un punto mientras se acepta los otros cuatro, sin embargo, ha sido llamado por los calvinistas de cinco puntos “la bendita inconsistencia”.

Es ampliamente reconocido que uno “debe sostener todos los cincos puntos del Calvinismo” porque “Los Cinco Puntos del Calvinismo están unidos. El que acepta uno de los puntos, aceptará los otros puntos”. Incluso aquellos que concuerdan en todos los cinco, sin embargo, tienen diferentes formas de entenderlos y defenderlos. Obviamente, no podemos cubrir todas las variedades de opiniones en este libro, sino que debemos atenernos a lo que la mayoría acepta como una presentación justa de sus creencias.

En el mayor interés de la precisión, citamos extensivamente no sólo al mismo Calvino, sino a otros escritos que son muy apreciados por sus colegas. Un libro del cual citamos extensivamente es La Libertad del Alfarero del apologista James R. White, el cual es respaldado por un número de líderes evangélicos de hoy, incluyendo a R.C. Sproul Jr., Jay Adams, Irwin Lutzer y muchos otros. Es un recurso especialmente valioso debido a que escrito específicamente para responder a las objeciones de Norman Geisler a ciertos puntos del Calvinismo, las cuales elevó en su libro reciente, Escogido Pero Libre. Debería haber citas más que suficientes de fuentes autorizadas para que el lector esté absolutamente seguro que el Calvinismo está siendo presentado justamente.

Un Llamado a la discusión abierta

La presciencia de Dios, la predestinación/elección, la elección humana, la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre son ampliamente alegados ser misterios más allá de nuestra habilidad para reconciliarlos. Por tanto, algunos insisten que estos conceptos deberían ser aceptados sin ningún intento de entender o reconciliar conflictos aparentes. Se usa de forma repetida la ilustración de que a medida que nos acercamos a la puerta del Cielo vemos escrito sobre ella, “Todo aquel que quiera venir”, pero que una vez que hemos entrado vemos desde adentro las palabras, “Escogidos en Él desde antes de la fundación del mundo”. Respetamos a los muchos líderes de iglesias que continúan ofreciendo tal explicación como si ella fuera suficiente. Existen, sin embargo, muchas razones convincentes para no consentir con esa popular posición.

En primer lugar, Dios quiere que nosotros entendamos Su Palabra en lugar de alegar “misterio” sobre largas porciones de ella. Él nos la ha dado para nuestro aprendizaje. De la Palabra de Dios, el salmista dijo, “Lámpara es a mis pies y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105) y eso desea ser para cada uno de nosotros hoy. Pedro reconoció que hay “cosas difíciles de entender” y advirtió que la Escritura a veces es torcida, ocasionando la destrucción de aquellos que lo hacen (2 Pedro 3:16). Dios nunca sugiere que haya alguna parte de Su Palabra que no debamos intentar comprender plenamente. Si consideramos que muchos pasajes en la Escritura están dedicados a los temas difíciles que abordaremos, podemos esperar con confianza que la Biblia misma aclarará los problemas.

En segundo lugar, la historia de la Iglesia desde sus comienzos tempranos ha involucrado agudas diferencias de opiniones en muchos temas vitales, incluyendo el Evangelio mismo. Numerosas herejías destructoras se han desarrollado y han sido opuestas vigorosamente. Ni Cristo ni Sus apóstoles consideraron que puntos de vista divergentes fueran normales o aceptables, sino que ordenó a los creyentes a “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). Esa orden aplica a nosotros hoy.

En tercer lugar, no parece que nuestro Señor nos quisiera hacer retroceder para no considerar y no comprender seriamente la presciencia y la elección/predestinación así como la responsabilidad del hombre y cómo todo encaja perfectamente en la gracia soberana de Dios. Mientras que es posible que nunca veamos al Cuerpo de Cristo en perfecto acuerdo, cada uno de nosotros es responsable de entender estos asuntos tan claramente como podamos por medio del estudio diligente, y de ayudarnos unos a otros en el proceso.

Finalmente, Dios nos llama a buscarle con el fin de que podamos conocerle, aunque Sus caminos y Sus pensamientos están tan por encima de los nuestros como “como son más altos los cielos que la tierra” (Isaías 55:8-9). Ciertamente que a medida que lleguemos a conocer a Dios, mejor entenderemos Su Palabra y Su voluntad más plenamente. Dios es nuestro Salvador y conocerle es la vida eterna (Juan 17:3). Conocer a Dios debe incluir un profundo entendimiento de todo lo que Él nos ha revelado en Su Palabra.

Debemos vivir, como Cristo dijo (citando Su propia declaración como el YO SOY a Israel por medio de Moisés en Deuteronomio 8:3), no “sólo de pan, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Salomón dijo, Toda palabra de Dios es limpia” (Proverbios 30:5) - [énfasis añadido]. Entonces debemos considerar y buscar comprender cuidadosamente toda palabra.

La Razón más Imperiosa

Es una suposición general que cualquier otro desacuerdo que podamos tener, cuando se trata del Evangelio de nuestra salvación, tanto los calvinistas como los no calvinistas están totalmente de acuerdo. Sin embargo, muchos calvinistas discrepan, afirmando que el Evangelio bíblico es el Calvinismo. Por ejemplo: “El plan de salvación de Dios revelado en las Escrituras consiste de que lo que popularmente es conocido como los Cinco Puntos del Calvinismo”. Loraine Boettner declara, “La gran ventaja de la Fe Reformada es que en el marco de los Cinco Puntos del Calvinismo ésta establece claramente lo que la Biblia enseña con respecto al camino de la salvación”. Otros insisten que “si usted no conoce los Cinco Puntos del Calvinismo, usted no conoce el Evangelio, sino alguna perversión de él…”. B.B. Warfield afirmó, “El Calvinismo es evangelicalismo en su expresión más pura y estable”.

¡Tales afirmaciones de que los Cinco Puntos del Calvinismo conforman el Evangelio suscitan las preocupaciones acerca del Calvinismo a un nuevo nivel! Si se requiere tanto estudio especial para entender el Calvinismo y si años de estudio bíblico aún lo dejan a uno ignorante acerca de este tema, y si el Calvinismo es el Evangelio de nuestra salvación, ¿entonces dónde deja eso a las multitudes que piensan que son salvos pero que son ignorantes del Calvinismo? Esta pregunta puede parecer divisiva, pero no puede ser ignorada.

Otra grave preocupación surge con respecto a la proclamación del Evangelio como Cristo ordenó. Los calvinistas insisten que su doctrina no disminuye el celo con el que el Evangelio debe ser predicado. Para apoyar esta afirmación, nombran a algunos de los grandes predicadores y misioneros que fueron acérrimos calvinistas, tales como George Whitefield, Adoniram Judson, William Carey y otros. Y es cierto que, aunque saben que muchos a los cuales les predican no están entre los elegidos, algunos calvinistas en efecto predican ardientemente para que los elegidos puedan escuchar y creer.

Indudablemente, sin embargo, el celo de tales hombres y mujeres en llevar el Evangelio al mundo no podía ser debido a su Calvinismo sino sólo a pesar de él. Creer que aquellos que serán salvos han sido fijados por el decreto de Dios, que ningún otro puede ser salvo y que los elegidos deben ser regenerados por el acto soberano de Dios sin el Evangelio o cualquier persuasión de algún predicador o por alguna fe en Dios de su parte, difícilmente podría proveer motivación para predicar ardientemente el Evangelio. No importa cuánto el calvinista intente argumentar lo contrario, tal creencia sólo puede reducir el celo que una persona de otra manera podría tener para alcanzar a los perdidos con el Evangelio de la gracia de Dios en Cristo.

Enfrentando un Verdadero Dilema

El Evangelio que Pedro y Pablo y los otros apóstoles predicaron era para todos en las audiencias que enfrentaron, a dondequiera que fueron: no fue un mensaje que sólo los elegidos podían creer. Pedro le dijo a Cornelio y su familia y amigos, “Y nos mandó [Cristo] que predicásemos al pueblo [no a un grupo selecto],…que…todos los que en él creyeren [de entre la gente a la cual Él predicó], recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:42-43).

En contraste, el evangelio de Calvino dice que Cristo murió y que Su sangre hace expiación sólo por los elegidos. ¿Puede ser éste el mismo Evangelio que Pablo predicó? Pablo le proclamó a las audiencias, Nosotros les anunciamos a ustedes [todos ustedes] las buenas nuevas” (Hechos 13:32). Las “buenas nuevas” del Evangelio que Pablo predicó hicieron eco de que lo que el ángel del Señor les había dicho a los pastores al momento del nacimiento de Cristo: “he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo…” (Lucas 2:10). Estas noticias de gran gozo se referían al hecho de que “el Salvador del mundo” (Lucas 2:11; Juan 4:42) había nacido. El evangelio de Calvino, sin embargo, dice que Cristo no es el Salvador del mundo, sino sólo de los elegidos.

Pablo pudo y honestamente dijo a todos los que conoció, “Cristo muró por ti”. En total contraste, un libro que durante mucho tiempo hemos recomendado a los lectores declara, “Como un cristiano reformado, el escritor [el autor] cree que los consejeros no deben decir a cualquier paciente no salvo que Cristo murió por él, ya que ellos no pueden decir eso. Ningún hombre sabe, excepto Cristo mismo quiénes son Sus elegidos por los que Él murió” (énfasis añadido). Obviamente, el mensaje de salvación de Calvino para unos cuantos selectos no trae “gran gozo” a “todo el pueblo”.

Palmer escribe, “Pero gracias a Dios que la muerte de Cristo fue una garantía absoluta que cada uno de los elegidos será salvo”. ¡Así que hay un gran gozo sólo para los elegidos! ¡En cuanto al resto, el evangelio de Calvino de que Dios ya ha predestinado su condenación difícilmente podría ser “noticias de gran gozo”! Ésta es la forma en la que Calvino lo expresó:

Para muchos esto parece un tema complicado, porque consideran muy incongruente que del gran cuerpo de la humanidad algunos deban ser predestinados a la salvación, y otros a la destrucción… De aquí concluimos que todos aquellos que no se reconocen parte del pueblo peculiar de Dios son desgraciados [¡no llenos de gozo!], pues siempre están en un continuo temor.

¿Qué evangelio es éste? Debido a la importancia eterna de esa pregunta para el mundo entero al cual Cristo nos ordenó llevar el Evangelio, estamos obligados a examinar estrechamente el Calvinismo a la luz de la Escritura. ¿Podría realmente ser cierto, como insiste Arthur C. Custance, que “el Calvinismo es el Evangelio y enseñar el Calvinismo de hecho es predicar el Evangelio”?

¿Está el Calvinismo fundamentado en el texto claro de la Escritura? ¿O requiere interpretar palabras y frases comunes como todos, todos los hombres, mundo, todo el que tenga sed, todo hombre, y todo aquel que para que signifiquen “los elegidos”? ¿Se requiere una interpretación peculiar de la Escritura para apoyar esta doctrina?

Nuestra preocupación es por la defensa del carácter del Dios verdadero, el Dios de misericordia y amor cuyas “misericordias son sobre todas sus obras” (Salmo 145:9). La Biblia declara que Él “no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9); “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4).Ése es el Dios de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis.

El examen y la discusión abiertos de temas importantes, especialmente del Evangelio y la naturaleza misma del carácter de Dios, sólo pueden ser saludables para el Cuerpo de Cristo. Es mi oración que mi investigación y su comparación con la Santa Palabra de Dios, expresada en las siguientes páginas, traerá una provechosa y necesaria clarificación.

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Una Poderosa Refutación del Calvinismo por Dave Hunt
El Debate acerca del Calvinismo
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

Dave Hunt's book, "What Love is This?", can be obtained in here:

viernes, 25 de noviembre de 2011

La Teología Reformada y la Regeneración

Los estudiantes de las Sagradas Escrituras ofrecen diferentes puntos de vista del procedimiento divino en cuanto al nuevo nacimiento. Este debate no es un ejercicio meramente académico, sino uno que tiene consecuencias de largo alcance. Un entendimiento bíblico claro en esta área es de gran ayuda para el cristiano serio. La Teología Reformada actual enseña que la regeneración, o el nuevo nacimiento, tiene que preceder a la fe. Sostiene que, puesto que el hombre no regenerado está muerto y es incapaz de responder al Evangelio, él tiene primero que “nacer de nuevo” para que pueda recibir el don de la fe. Esta obra de regeneración de Dios sólo tendrá lugar en las vidas de los elegidos cuando Dios los atrae irresistiblemente. Todo esto tiene que suceder en este orden, de otro modo la salvación bíblica, se dice, ya no es de Dios por Su gracia, sino del hombre por esfuerzo propio.

Descargue el artículo completo aquí (en formato pdf):




miércoles, 16 de noviembre de 2011

Poderosa Refutación del Calvinismo por Dave Hunt - II Parte


Dave Hunt, de The Berean Call Ministries, ha escrito una poderosa refutación del Calvinismo titulada “¿Qué Amor es Éste? (“What love is this?”) y subtitulado (“Calvinismo: Una Falsa Representación de Dios”).

Hunt aborda este tema controversial de una forma cortés pero también firme en la verdad.

Él ha investigado diligentemente este tópico y ha hecho un gran esfuerzo en ser justo con los calvinistas y en representarlos con precisión.

Los títulos de los capítulos son los siguientes:

¿Está el entendimiento bíblico reservado a una élite?
Juan Calvino y sus Institutos
La sorpresiva conexión católica del Calvinismo
“Cristianismo” irresistiblemente impuesto
Arminio, Dort, Westminter y Cinco Puntos
Depravación Total
El tema solemne: El carácter de Dios
Una soberanía distorsionada
La presciencia y el libre albedrío del hombre
Erasmo y Lutero en debate
El cautiverio de la voluntad
Elección Incondicional
¿Está la salvación disponible para todos?
Presciencia y Predestinación/Elección
Expiación Limitada
Comprendiendo Escrituras esenciales
Gracia Irresistible
Gracia y Responsabilidad Humana
Persuasión, el Evangelio y Dios
Perseverancia de los Santos
Descansando en el Amor de Dios

Algunas citas del libro

“La mayoría de los que hoy en día, incluyendo a líderes evangélicos, tienen a Calvino en gran estima, no son conscientes de que han sido cautivados por los escritos de un devoto católico romano recién convertido al Protestantismo de Lutero tan sólo dos años antes (en la primera parte de 1533). Curiosamente, a pesar de su suma importancia y de sus voluminosos escritos, no tenemos un claro testimonio en las propias palabras de Calvino acerca de su salvación. Él se refiere sólo a ‘una conversión repentina’ que sometió su ‘muy endurecido corazón’, pero no da ninguna descripción de cómo o qué pasó. …Desde cualquier punto de vista, este joven, aunque inusualmente brillante, estaba muy lejos de madurar en la fe cristiana. …Sin lugar a dudas, sus Institutos no pudieron haber surgido de una comprensión evangélica profunda y completamente desarrollada de la Escritura. En cambio, surgieron del entusiasmo enérgico de un recién graduado en leyes y estudiante ferviente de filosofía y religión, un joven genio devoto a Agustín y a una causa recién adoptada. …Al momento de escribir sus Institutos, Calvino, lejos de ser como el apóstol Pablo, era un nuevo convertido a la fe que apenas había comenzado a caminar con el Señor. Por lo tanto, no podría haber sido la madurez espiritual bajo la guía del Espíritu Santo la que dio a luz los Institutos, sino el poder de la brillante mente legal de Calvino” (pp. 38, 39, 40).

“El casi completo acuerdo de Calvino con Agustín no es nada menos que asombroso. Calvino se llamó a sí mismo ‘un teólogo agustiniano’. De Agustín dijo, ‘a quien citamos con frecuencia, como siendo el mejor y más fiel testigo de toda la antigüedad’. Son los calvinistas mismos que insisten en la conexión entre Calvino y Agustín. Escribe McGrath, ‘Por encima de todo, Calvino consideraba su pensamiento como una fiel exposición de las ideas principales de Agustín de Hipona’. … ¿Cómo pudo uno de los principales líderes de la Reforma abrazar por completo las doctrinas de aquél que ha sido llamado ‘el primer católico romano verdadero’ y el ‘principal creador teológico del sistema latino-católico tan diferente al… Protestantismo evangélico…’?” (p. 51).

“El Calvinismo ofrece una definición especial de la depravación humana: que la depravación es igual a la incapacidad – y esta definición especial requiere tanto la Elección Incondicional como la Gracia Irresistible. …Sin embargo, no existe ningún versículo en la Biblia que presente la idea radical del Calvinismo que el pecador es incapaz de creer en el Evangelio que le ofrece el perdón y la salvación y sin embargo es condenado por Dios por no creer. …Decir que Dios manda a los hombres que hagan lo que no pueden hacer sin Su gracia, y que entonces les niega la gracia que necesitan y los castiga eternamente por no obedecer, es burlarse de la Palabra de Dios, de Su misericordia y amor, y es difamar Su carácter” (pp. 93, 94, 96).

“El calvinista insiste, sin embargo, que la salvación no puede estar condicionada a ningún acto o creencia por parte del hombre. …Esta declaración se hace en repetidas ocasiones: ‘Rechazar la elección [calvinista] es rechazar la salvación por gracia y promover la salvación por obras’. Sin embargo, si algo es evidente en la Escritura es el hecho indiscutible que la fe no es una obra, sino su antítesis misma. ‘Por gracia sois salvos, por medio de la fe… no por obras’ (Efesios 2:8-9). Nada podría estar más claro que el hecho que, al creer, uno no está haciendo ninguna obra. De hecho, la fe y las obras se ponen en contraste” (pp. 190, 191).

“A veces, Calvino mismo parecía ser ambivalente acerca de este tema. Hizo declaraciones tanto apoyando la expiación ilimitada y en otras ocasiones a favor de la expiación limitada. Refiriéndose a Isaías 52:12, dijo, ‘sobre Él fue puesta la culpabilidad del mundo entero’. En cuanto a Marcos 14:24, ‘Ésta es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos’. Calvino dijo, ‘La palabra muchos no significa una parte del mundo, sino toda la raza humana’. Acerca de 1 Juan 2:2, Calvino declaró, ‘Cristo sufrió por los pecados del mundo entero y en la bondad de Dios es ofrecido a todos los hombres sin distinción, siendo derramada su sangre… por toda la raza humana’. …Calvino es citado como la autoridad cuando le conviene a los calvinistas de hoy y otras veces es ignorado. Sin embargo, esta doctrina confusa (expiación limitada) de la que sus partidarios no concuerdan entre ellos o incluso con Calvino aún es llamada ‘Calvinismo’ por todo el mundo” (pp. 262, 263).

“Cómo veremos cuando lleguemos a la Perseverancia de los Santos, un gran problema para los calvinistas es la manera de estar seguro de que uno está en ese solo grupo selecto por el que Cristo supuestamente murió. Vemos esta incertidumbre en el propio Calvino. En su testamento, redactado poco antes de su muerte, Calvino escribió, ‘Con humildad busco de Dios… ser lavado y purificado por la sangre del gran Redentor, derramada por los pecados de la raza humana…’ ¿Cómo es que el más grande de los exégetas parecía inseguro a pesar de la promesa de la Escritura de seguridad absoluta: ‘estas cosas las he escrito a ustedes que han creído en el nombre del Hijo de Dios; para que sepan que tienen la vida eterna…’ (1 Juan 5:13)? Esta seguridad no se produce por una revelación especial de que uno está entre los elegidos, sino por la simple fe en Cristo” (p.253).

“En lugar de un brillo natural, los argumentos de Calvino reflejan un prejuicio hacia el sacramentalismo que aprendió de Agustín siendo un católico romano, sobre quien elaboró y que a partir de entonces se vio obligado a defender. Su lógica a menudo traiciona a una inmadurez espiritual. De forma increíble, Calvino argumentó: ‘…Pero si el bautismo era de Dios [refiriéndose al bautismo infantil católico que recibió cuando era un niño], ciertamente incluía en él la promesa del perdón de pecados, la mortificación de la carne, la vivificación del Espíritu y la comunión con Cristo’. Estas declaraciones asombrosas reflejan un sacramentalismo que sostiene que el acto físico del bautismo tiene poder espiritual y que imparte regeneración. ¡Ser bautizado por sacerdotes católicos romanos, que ni siquiera eran cristianos, pero que se aferraban y promovían un falso Evangelio, era perfectamente aceptable para Calvino porque utilizaban el nombre de Dios cuando lo administraban! (p. 341).

“Antes de comenzar lo que se convirtió en un estudio urgente y profundo del Calvinismo, había pensado que yo era al menos un calvinista de un punto. Sin duda, mi creencia en la seguridad eterna, la seguridad de la salvación eterna en la presencia de Dios, debe ser la misma que la Perseverancia de los Santos del Calvinismo. Sin embargo, eso no resultó ser el caso. ¿Por qué? La seguridad bíblica de la salvación no depende de la propia actuación de uno, sino de la declaración del Evangelio de que Cristo murió por los pecados del mundo y de Su promesa de que todo aquel que crea en Él recibe el regalo de la vida eterna. Por el contrario, la seguridad calvinista está en que Dios lo haya predestinado a la vida eterna como uno de los elegidos – y su actuación juega un papel importante en ayudarle a saber si está o no en ese grupo selecto” (p. 377).

“Las dudas asaltan incluso a líderes calvinistas. Zane C. Hodges señala que ‘el resultado de esta teología es desastroso. Dado que, según la creencia puritana, la autenticidad de la fe de un hombre sólo puede determinarse por la vida que le sigue, la seguridad de la salvación se hace imposible en el momento de la conversión’. Y, se podría añadir, en cualquier momento posterior también, por razones que mostraremos. …No es de extrañar, entonces, como R.T. Kendall ha comentado, que ‘casi todos los ´divinos´ puritanos atravesaron grandes dudas y desesperación en sus lechos de muerte, mientras se daban cuenta que sus vidas no daban evidencia perfecta de que habían sido elegidos’. Arminio, por otro lado, contrario a la falsa etiqueta puesta sobre él por sus enemigos, tuvo perfecta seguridad y dijo que el creyente puede ‘partir de esta vida… para aparecer ante el trono de gracia, sin ningún temor ansioso…’…Congdon escribe, ‘La seguridad absoluta de la salvación es imposible en el Calvinismo clásico. …Dado que las obras son un resultado inevitable de la salvación “verdadera”, uno sólo puede saber si es salvo por la presencia de buenas obras. Pero dado que nadie es perfecto… cualquier seguridad es imperfecta también. Por tanto, usted podría pensar que creyó en Jesucristo, podría pensar que tenía fe salvadora, pero estar lamentablemente equivocado… y, debido a que no es salvo, estar totalmente ciego al hecho de que usted no es salvo…’” (p. 378).

Artículos recomendados:
Poderosa refutación del Calvinismo por Dave Hunt – Parte 1
El Debate acerca del Calvinismo

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Source:
Way of Life Literature

Dave Hunt’s book “What love is this?” can be obtained here:

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Cuál es el "don de Dios"?

Un estudio acerca de Efesios 2:8-9

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es DON DE DIOS; no por obras, para que nadie se gloríe”. (Efesios 2:8-9)

¿Cuál es “EL DON DE DIOS” al que se refieren estos versículos? Ésta es una pregunta clave que debe ser respondida con cuidado.

Descargue el artículo completo en el siguiente enlace:



miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sermon: Predestined for Hell? Absolutely Not! - Dr. Adrian Rogers





Dr. Rogers preaches a very important sermon on the false doctrine that God has predestined some to hell.

En Defensa de la Fe

martes, 8 de noviembre de 2011

El Debate del Calvinismo

3. Las doctrinas del Calvinismo son contrarias a la clara enseñanza de la Palabra de Dios


La Biblia vs. la doctrina calvinista que la fe es una obra

El Calvinismo dice que la gracia significa que el hombre no puede hacer nada, no puede incluso creer, porque de lo contrario, la gracia no sería gracia y el pecador tendría algo de qué jactarse.

En primer lugar, esto no es escritural, ya que la Biblia directamente dice que la fe y el creer no son obras.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).

No es la fe la que es el don de Dios; es la salvación la que es el don. La salvación es por gracia pero POR MEDIO de la fe. La fe es “la mano que se extiende y acepta el regalo de Dios”. La fe no es una obra.

“Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” (Romanos 4:2-5).

Aquí vemos claramente que la fe es lo contrario a las obras. Por tanto, requerir que un pecador crea el Evangelio no es requerir que el pecador haga alguna clase de obra para salvación.

Además, esta doctrina de que la fe es una obra, es irrazonable. La salvación es comparada en la Escritura a recibir un regalo. También puede compararse a aceptar un indulto y a tomar un salvavidas. Si alguien compra un obsequio caro para mí y yo lo acepto, ¿tengo algo de qué jactarme? Si estoy en prisión en el pabellón de la muerte por mis crímenes y el gobernador misericordiosamente me ofrece un indulto y yo lo acepto, ¿he hecho algo de lo que yo pudiera jactarme? Si me estoy ahogando en el océano y un barco se detiene a mi lado y ofrece rescatarme y yo permito que hagan eso, ¿he tenido así alguna participación en mi salvación de ahogarme? ¿He hecho algo de lo pudiera jactarme? ¡Por supuesto que no! Cuando el pecador oye que Cristo lo ama y que murió por él y que se levantó de entre los muertos y que le ofrece la salvación eterna y el pecador gozosamente recibe esa salvación tan grande, eso no es obras y el pecador no tiene nada de qué jactarse.

La Biblia vs. la doctrina calvinista que el Nuevo Nacimiento precede a la fe

Arthur Pink declara esta doctrina de la siguiente forma: “La fe no es la causa del nuevo nacimiento, sino la consecuencia de él. Esto no debería necesitar discusión. …La fe es una gracia espiritual, el fruto de la naturaleza espiritual, y debido a que los no regenerados están espiritualmente muertos – ‘muertos en sus delitos y pecados’ – entonces se deduce que la fe en ellos es imposible, ya que un hombre muerto no puede creer en nada. ‘y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios’ (Rom. 8:8) – pero pudieran si fuera posible para la carne creer. … Que la obra del Espíritu Santo precede a nuestro creer está establecido inequívocamente en 2 Tes. 2:13: ‘Dios os ha escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad’. Observe que ‘la santificación por el Espíritu’ se produce antes y hace posible ‘la fe en la verdad’” (La Soberanía de Dios, p. 73).

El pasaje principal acerca del Nuevo Nacimiento es Juan 3. En los versículos 1-8 Jesús le enseña a Nicodemo de que él debía nacer de nuevo, o no podría ver el reino de Dios. En el versículo 9, Nicodemo le pregunta a Jesús cómo puede ser esto. En los versículos 10-21, Jesús responde a esta pregunta y explica cómo un hombre nace de nuevo, ¡y la respuesta es que nace de nuevo por creer! (Jn. 3:14-16). Esto es exactamente lo que los calvinistas dicen que el pecador no puede hacer. ¿Cómo puede un hombre muerto creer?, razonan. Bueno, si vamos a tomar la analogía del "hombre muerto" literalmente, un hombre muerto tampoco puede pecar. Cuando la Biblia dice que el pecador está muerto en delitos y pecados significa que está separado de la vida divina de Dios debido al pecado. Llevar esta analogía más allá de la enseñanza real de la Biblia y darle otros significados, como razonar que dado que el pecador está muerto en delitos y pecados no debe ser capaz de creer, es pasar de la verdad a la herejía.

Efesios 1:13 también proporciona el orden de la salvación: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Primero el pecador cree y luego recibe el Espíritu Santo.

El orden de la salvación es dejado en claro en Hechos 16:30-31, en la conversión del carcelero de Filipos: “…y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Observe que el carcelero no había nacido de nuevo cuando preguntó qué tenía que hacer para ser salvo, y Pablo respondió que tenía que creer en el Señor Jesucristo. Obviamente, Pablo sabía que el hombre podía hacer exactamente eso y, que al creer, él nacería de nuevo.

El orden de la salvación también es dejado en claro en Efesios 2:8-9: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. La fe es el medio mediante el cual somos salvos; es la mano que se extiende para aceptar el Regalo de Dios.

Entonces, ¿qué significa 2 Tesalonicenses 2:13 cuando dice que fuimos escogidos para salvación “mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad”? A luz de los pasajes anteriores, es obvio que este pasaje no está declarando el orden exacto de las cosas. Ya hemos aprendido que la fe en la verdad precede al nuevo nacimiento. Al mismo tiempo, desde la perspectiva de Dios, la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad ocurren simultáneamente. Aunque somos salvos por medio de la fe, esa fe es ejercida en el contexto del Espíritu de Dios iluminando y atrayendo y convenciendo de pecado y, finalmente, regenerando y santificando. Por lo tanto, sería humanamente imposible separar la “fe en la verdad” de la “santificación por el Espíritu”.

La Biblia vs. la doctrina calvinista de la Depravación Total del hombre

La Biblia enseña que el hombre es moralmente corrupto (Jer. 17:9; Rom. 3:10-18) y que está muerto en delitos y pecados (Ef. 2:1) y que es espiritualmente ciego (1 Cor. 2:14), pero en ninguna parte enseña que el hombre no puede responder al Evangelio. Cuando he desafiado a calvinistas a proporcionarme un solo versículo que diga que el hombre está muerto en delitos y pecados de TAL FORMA que aun no pueda creer el Evangelio, nunca me han dado tal versículo. Uno sugirió Efesios2, pero este pasaje en ningún lugar enseña tal cosa. Uno tiene que leer la doctrina calvinista de la “depravación total” dentro de la Escritura.

La Biblia enseña, en cambio, que Dios les permite a los hombres responder, alumbrándoles (Jn. 1:9), atrayéndolos (Jn. 12:32), convenciéndolos (Jn. 16:8), llamándolos por medio del Evangelio (Mc. 16:15-16, 2 Tes. 2:14) y ordenándoles que se arrepientan (Hechos 17:30) y que crean en Cristo (Hechos 16:31).

La Biblia vs. la doctrina calvinista de la Gracia Irresistible.

Considere a Caín: Génesis 4:6-7: “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”.

Dios le habló a Caín y lo impulsó a no actuar con la ira celosa que estaba ardiendo en su corazón y, sin embargo, Caín resistió la voluntad de Dios y asesinó a su hermano. Dios le dio a Caín una opción clara. No hay ninguna pista en este pasaje que nos haga concluir que Dios había predeterminado que Caín fuera reprobado.

Considere al mundo antes del Diluvio: Génesis 6:3: “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años”.

Dios contendió con los hombres antes del diluvio e hizo que Noé les predicara durante 120 años mientras el arca estaba siendo construida, pero resistieron a Dios y rechazaron su advertencia.

Considere al antiguo Israel: Romanos 10:21: “Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor”.

Vemos que Dios quería salvar a Israel y continuamente se acercó a ellos, pero la salvación de Dios fue resistida y rechazada.

Considere al Israel de la época de Cristo: Mateo 23:37: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!!Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!"

Aquí vemos que la soberana voluntad del Hijo de Dios, quien deseó salvar a Israel a lo largo de su historia y a quien a menudo envió a Sus profetas, fue rechazada.

Considere a los no salvos de nuestra época: 2 Corintios 4:3-4: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.

Aquí vemos que los hombres están cegados debido a su propia incredulidad y están perdidos debido a que rechazan el Evangelio. Es la voluntad soberana de Dios salvar a todo pecador (1 Tim. 2:3-4; 2 Ped. 3:9), pero los pecadores pueden resistirle.

Considere a los no salvos durante el reinado del Anticristo: 2 Tesalonicenses 2:10-12: “…y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”.

¿Por qué perecerán estos pecadores? La razón está declarada claramente y no es debido a que no están entre los elegidos y no es porque fueron soberanamente reprobados. Es debido a que resisten el Evangelio y a que rechazan la verdad.

La Biblia vs. la doctrina calvinista de la Expiación Limitada

Dios ama a todos los hombres (Jn. 3:16)
Dios ha ordenado que el Evangelio sea predicado a toda persona (Mr. 16:15)
Dios quiere tener misericordia de todos los hombres (Rom. 11:32)
Dios quiere que todos los hombres se reconcilien con Él (2 Cor. 5:19)
La promesa de fe por medio de Jesús es para todos (Gál. 3:22)
Jesús fue el rescate por todos los hombres (1 Tim. 2:6)
Jesús gustó la muerte por todos los hombres (Heb. 2:9)
Jesús compró aun a los falsos maestros no salvos (2 Ped. 2:1)
Dios desea que todos los hombres sean salvos (2 Ped. 3:9)
Jesús proveyó la propiciación de todos los hombres (1 Jn. 2:2)
Jesús cargó la iniquidad de todos los hombres (Isaías 53:6)

La doctrina calvinista de la expiación limitada es contraria a la enseñanza clara de la Escritura.

Continuará...

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Calvinism Debate
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