Mostrando entradas con la etiqueta El Milenio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El Milenio. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de enero de 2021

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 5

 Quién, Qué, Cuándo, Dónde, Cómo, Por qué

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice


Para resumir, seguiré el esquema de un poema de Rudyard Kipling, que proporciona un resumen sucinto de las similitudes y diferencias en los puntos de vista del Milenio:

Tengo seis sirvientes honestos

Me enseñaron todo lo que sabía;

Sus nombres son Qué y Por qué y Cuándo

Y Cómo y Dónde y Quién.

Quién — Jesucristo reinará físicamente sobre la tierra desde el trono de Su padre David, que siempre ha estado ubicado en un solo lugar — la Jerusalén terrenal. Las naciones del mundo finalmente lo reconocerán como Rey de reyes y Señor de señores. Todos los puntos de vista concuerdan en el señorío de Jesucristo, pero los amilenialistas y postmilenialistas sostienen que será la Iglesia la que reinará físicamente, no Jesús. 

Qué — Un reinado de Jesús en la tierra y sobre la tierra. Tanto los amilenialistas como los postmilenialistas niegan esto. Los amilenialistas argumentan que Jesús está reinando ahora desde el Cielo a través de Su Iglesia. Los postmilenialistas sostienen que Jesús también reinará desde el Cielo a través de Su Iglesia, una vez que la Iglesia se haya apoderado del mundo. 

Cuándo — El momento del reinado milenial es un punto central de discusión. El premilenialismo dice que éste comenzará al final de la Tribulación, cuando Jesús regrese a la tierra en Su Segunda Venida. Los amilenialistas dicen que el Milenio comenzó en la Cruz. Los postmilenialistas sostienen que no comenzará hasta que la Iglesia se apodere del mundo.

Dónde — Jesús reinará desde el Monte Sión en Jerusalén, en medio de la nación de Israel (Zacarías 8:3). Con el Mesías reinando en Jerusalén, la ciudad será llamada “…”, que significa “el Señor está allí” (Ezequiel 48:35). Esto significa que Israel logrará la primacía entre las naciones que siempre se le ha prometido. Éste es otro punto de gran controversia, porque sólo la postura premilenial espera que Jesús reine desde el Monte Sión en Jerusalén — como lo dice claramente la Escritura. Los amilenialistas y postmilenialistas espiritualizan esos textos, para colocar a Jesús en el Cielo durante Su reinado. Y ambos niegan cualquier importancia futura para el Israel físico.

Cómo — Jesús derrotará al Anticristo en el Valle de Armagedón con el aliento de Su boca, junto con los ejércitos paganos reunidos del mundo (2 Tesalonicenses 2:8). Cuando Él hable, se desatará una plaga que consumirá y matará instantáneamente a las fuerzas del Anticristo (Zacarías 14:12). Los puntos de vista amilenial y postmilenial espiritualizan todas estas Escrituras, negando que tengan un significado literal.

Por qué — Los propósitos del reino milenial son:

1) Cumplir las promesas proféticas de que el Mesías reinará sobre la tierra desde el trono de David, y que las naciones acudirán a Jerusalén para adorarlo.

2) Proporcionar un Milenio sabático, cuando la tierra será refrescada y experimentará la paz mundial.

3) Cumplir las promesas a la nación judía de que algún día serán la nación principal del mundo. 

4) Cumplir la promesa a la Iglesia de que un día reinará con Jesús sobre todo el mundo.

Una vez más, los amilenialistas y postmilenialistas espiritualizan todas estas promesas, haciéndolas inválidas. 

Una Razón Adicional para el Milenio

Hay otro propósito muy importante del Milenio. Dios lo usará para probar que la religión del humanismo, inspirada por Satanás, es falsa. Los humanistas enseñan que la fuente del mal en el mundo es la sociedad y no la naturaleza caída de los seres humanos. Creen que los humanos son esencialmente buenos y capaces de alcanzar la perfección, si tan sólo los males de la sociedad pudieran ser curados. Perpetúan la mentira de la serpiente que le fue dicha a Eva en el Jardín del Edén — que el hombre puede llegar a ser como Dios.

La Biblia enseña lo contrario — que la humanidad está fatalmente defectuosa debido a una naturaleza pecaminosa inherente y que la única esperanza es que las personas nazcan de nuevo, a través de la fe en Jesús y reciban la morada del Espíritu Santo.

Entonces, Dios va a poner a toda la humanidad en un ambiente perfecto, el Milenio, y los bendecirá generosamente. Sin embargo, al final del reinado milenial del Señor, cuando Satanás sea soltado, podrá reunir a un gran número de aquellos que estén en sus cuerpos físicos para que se rebelen contra Jesús, lo que demostrará de forma decisiva que las personas no pueden ser cambiadas simplemente perfeccionando su ambiente.

La historia terminará en un círculo. Comenzó con dos personas en un ambiente perfecto — el Jardín del Edén. Se rebelaron contra su Creador. Terminará con toda la humanidad en una sociedad perfecta, sin embargo, la mayoría de ellos también se rebelarán.

Durante el Milenio, la humanidad estará restringida por el gobierno absoluto del Señor con una vara de hierro. Piense en cómo será para los seres humanos no regenerados. Incluso mientras viven en un mundo utópico, la mayoría de ellos añorarán las cosas de la carne. Incluso pueden honrar a Jesús con sus labios, pero hervirán de rebelión, y sus corazones permanecerán lejos de Él (Mateo 15:8).

Cuando Satanás sea liberado al final del Milenio, avivará ese espíritu de rebelión y llevará a muchos a volverse contra el Señor. Esto resultará en su destrucción y el confinamiento de Satanás en el lago de fuego, donde será atormentado para siempre (Apocalipsis 20:10). 

Resumen

Entonces, ¿por qué soy premilenialista? Sin animosidad hacia los hermanos cristianos que sostienen otros puntos de vista, se debe a que:

  • Interpreto las Escrituras proféticas literalmente dentro de su contexto. 
  • Aguardo el cumplimiento de las promesas de Dios a Jesús, los judíos, y la Iglesia —  en ese orden. 
  • Espero ansiosamente la atadura real de Satanás, cuando la tierra sea restaurada a su gloria y a su paz creadas originalmente, y cuando la rectitud y la justicia inunden el mundo.
  • He aprendido que los cristianos deben mantener la humildad, tanto individual como colectivamente. Si bien tenemos una gran responsabilidad y un gran llamado, sólo Jesús es apto para reinar — en esta tierra como lo hace en el Cielo.

Observaciones Finales

Algunos que lean este folleto se preguntarán: ¿Importa lo que yo sepa acerca de los tiempos del fin? Mientras pertenezca a Jesús, ¿no es suficiente?

Poner su fe en Jesucristo es la decisión más importante que alguna vez hará. Le garantiza una eternidad de bendición al participar de todas las promesas que Dios le hizo a lo largo de la Biblia. Pero, Él ha comunicado aspectos de lo que sólo Él puede saber por una razón. Ya sea para ofrecer una visión de la creación del mundo antes de que la humanidad estuviera presente para ser un testigo ocular o para mirar hacia el futuro eterno para ver vislumbres de lo que está por venir, Dios ha hablado a través de Su Palabra para nuestra edificación y beneficio.

Tener una comprensión correcta de las promesas ofrecidas a Jesús nos lleva a adorarlo más plenamente aquí y ahora. Respetar las promesas hechas a los judíos (sin reclamarlas para nosotros mismos) nos motiva a bendecirlos ahora como el Pueblo Escogido de Dios. Y, al darnos cuenta de que podemos esperar reinar con Cristo, nos ayuda a anticipar un futuro mucho más significativo que flotar en una nube tocando el arpa. Nuestra fe debería ser mucho más rica y más satisfactoria de lo que la mayoría de nosotros incluso creemos.

Conocer las increíbles promesas de Dios para el futuro nos da esperanza en el presente.

Al final, la comprensión de las promesas de Dios son “en él Sí, y en él Amén”, nos señala a Aquél que es “el principio de la creación de Dios” (2 Corintios 1:20; Apocalipsis 3:14).


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

jueves, 31 de diciembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 4

Falacias Amileniales y Postmileniales

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice


Los amilenialistas y postmilenialistas incorporan varias falacias en sus puntos de vista del tiempo del fin: la espiritualización de textos literales, la naturaleza del reinado de Jesús, el tratamiento de Satanás y la naturaleza del mundo cuando Jesús regrese. 

Espiritualización

La falacia clave tanto del amilenialismo como del postmilenialismo es la espiritualización de las escrituras proféticas que deben interpretarse literalmente. Lo más importante es que ambos espiritualizan el reinado terrenal de Jesucristo — negándole una de las promesas profetizadas repetidamente acerca del Mesías.

El amilenialista sugiere que deberíamos espiritualizar la duración del reinado de Jesús — aunque se nos dice seis veces que durará 1,000 años (Apocalipsis 20:1-7). Luego, espiritualizan el reinado mismo. Ellos afirman que Jesús está reinando sobre la tierra en este momento. 

Si lo está, ciertamente no lo está haciendo con una “vara de hierro”, como predijo el salmista (Salmos 2:9). Y por supuesto, no estamos experimentando la paz, rectitud y justicia que Isaías anticipó (Isaías 2:2-4).

Un destacado amilenialista del siglo XX, llamado Floyd Hamilton ofreció esta perspectiva simplificada: “Cuando Cristo venga, los muertos son resucitados, los justos arrebatados, los impíos destruidos por el fuego, el gran juicio ocurre, y los nuevos cielos y la nueva tierra siguen inmediatamente”.1 Si tal perspectiva parece comprimir lo que la Escritura ha establecido, considere la explicación de Hamilton:2

Al eliminar el supuesto milenio, al poner las dos resurrecciones en una, los diferentes juicios en uno, y declarar que, cuando Cristo venga, viene a terminar esta era y juzgar el mundo, nos deshacemos de todas las dificultades que aquejan tanto al premilenialismo como al postmilenialismo. 

Un tratamiento tan insensible de la profecía bíblica es pasmoso por su audacia.

Los postmilenialistas cometen el mismo error de espiritualizar muchos textos. Anticipan una era de santidad literal de 1,000 años en la tierra, pero espiritualizan la naturaleza de Su reinado. Esperan que la Iglesia reine durante mil años antes de entregar una tierra glorificada a Jesucristo cuando regrese. 

El erudito e ilustrador de la profecía, Clarence Larkin, describió el punto de vista postmilenial de Daniel Whitby de esta manera:

“Las promesas hechas a los judíos en el Antiguo Testamento, y el restablecimiento del Trono de David…eran espirituales y aplicados a la Iglesia”.3

El postmilenialismo se basa en la creencia en la bondad inherente del hombre y su inevitable progreso. Sin embargo, incluso después de la carnicería de la Primera y Segunda Guerra Mundial, los postmilenialistas comprometidos no se doblegaron. Continuaron esperando un progreso humano constante a través del evangelismo y la influencia de la Iglesia.

A mediados de la década de 1960, el famoso postmilenialista, Loraine Boettner, proclamó audazmente: “Cristo regresará a un mundo verdaderamente cristianizado”.4 También confesó: “Francamente, no deseamos un estado como el que establece el premilenialismo, sino que preferimos, al morir, entrar al estado celestial”.5 Claramente, sus preferencias no se alinean con la profecía bíblica o las tendencias globales evidentes para cualquiera que tenga ojos para ver. 

La Biblia enseña que los santos de la Era de la Iglesia reinarán sobre el mundo con Cristo durante el Milenio (Apocalipsis 20:6), pero estarán en cuerpos glorificados y con mentes y corazones glorificados. La idea de que lo estamos haciendo ahora, como sugieren los amilenialistas — o que alguna vez seremos capaces de hacerlo en nuestros cuerpos mortales, como anticipan los postmilenialistas — es ridícula.   

Pregunta:

Puesto que Jesús cumplió literalmente todas las profecías de la Primera Venida, ¿por qué las profecías de la Segunda Venida deberían cumplirse de forma diferente? 

La Naturaleza del Milenio

La segunda falacia de los amilenialistas y los postmilenialistas es no comprender la naturaleza del reino de 1,000 años. Como ya he demostrado, el reinado de Jesús cumplirá las promesas proféticas que se le hicieron a Él, al pueblo judío, a la creación y a la Iglesia.

Cuando el Mesías reine desde el trono de David en el Monte Sión en Jerusalén, inundará la tierra con paz, justicia y santidad (Zacarías 14:16-21). Los judíos serán la nación principal en la tierra — venerados y respetados por todas las naciones gentiles. Claramente, ése no es el caso en este momento.

A la creación se le promete la restauración a su perfección original — tanto que “morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará” (Isaías 11:6). Isaías concluye su descripción del mundo que existirá después de que el Mesías mate a los impíos con el aliento de Sus labios, diciendo: “porque la tierra será llena del conocimiento del Señor” (Isaías 11:4,9).

En otro pasaje de “ya, pero aún no”, Pablo dijo que “el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”, porque allí es cuando se levantará la maldición (Romanos 8:19-25). Obviamente, esta profecía aún no se ha cumplido. 

Incluso las naciones del mundo serán bendecidas durante el reinado de Jesús en la tierra. Está profetizado que la paz, que ha demostrado ser tan elusiva a lo largo de la historia humana, finalmente se alcanzará. Isaías describe un tiempo en el que todas las naciones del mundo acudirán al monte del Señor en Jerusalén, para aprender de Él directamente (Isaías 2:2-3).

Los amilenialistas y postmilenialistas se centran en el papel de la Iglesia, y elevan sus promesas por encima de las que se les dieron a Jesús y los judíos. Al hacerlo:

  • Le niegan a Jesús la oportunidad de manifestar Su gloria ante los hombres. 
  • Ahuecan Su justo reinado desde el Monte Sión y lo sustituyen por una administración en la sombra dirigida por la Iglesia mortal
  • Demostrando un persistente antisemitismo, también repudian las promesas dadas al pueblo judío de restauración, salvación y primacía. 
  • Finalmente, vacían la promesa profética de que la naturaleza será completamente restaurada. 

Preguntas:

Zacarías 14:9 dice que, cuando el Señor regrese, llegará a ser “rey sobre toda la tierra”. Si Jesús ya está gobernando, entonces, ¿por qué el mundo está obviamente en rebelión abierta contra Él hoy?

Apocalipsis 20 nos dice seis veces que Jesús reinará por mil años. Si estamos en el Milenio ahora, ¿cómo puede explicarse que éste ha durado casi 2,000 años?

Isaías 11:9 dice que, cuando el Mesías reine, “la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar”. Si el reino del Mesías está marcado por la paz, la rectitud y la justicia inundando el mundo, ¿quién afirmaría que eso está sucediendo hoy? 

Si la Iglesia está ganando ascendencia o ya está reinando ahora, ¿por qué el mundo se está volviendo cada vez más hostil al cristianismo? 

Tratamiento de Satanás

Otra falacia de los amilenialistas y postmilenialistas es su tratamiento de Satanás. Los postmilenialistas insisten en que estará atado una vez que la Iglesia finalmente obtenga ascendencia. Los amilenialistas afirman que Satanás ya está atado bajo la autoridad de la Iglesia. Mi respuesta es la misma que la de David Reagan: “Si eso es cierto, Jesús está haciendo un mal trabajo, ¡y Satanás está encadenado con una cadena terriblemente larga, porque siempre está mordisqueando mi pierna!”.

Pedro escribió que Satanás “anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). La advertencia de Pedro no tiene sentido si Satanás ya está atado.

Satanás fue derrotado por la Cruz, y Apocalipsis 20:1-3 dice que será atado al comienzo del reinado del Mesías. Ese pasaje declara que Satanás será encerrado en el abismo — incapaz de engañar a las naciones durante (lo adivinó) 1,000 años. Cualquier sugerencia de que actualmente está atado y que es incapaz de engañar a las naciones es una burla de esta promesa.  

Pregunta:

Si Satanás está actualmente atado, ¿por qué el mal prospera en la tierra hoy, y por qué todas las naciones del mundo se rebelan contra Jesús?

La Condición del Mundo en el Tiempo del Fin

La última falacia que abordaré es la expectativa amilenialista y postmilenialista de la condición del mundo en el momento de la Segunda Venida. Ambos insisten en que el mundo está mejorando — con la Iglesia ejerciendo una influencia cada vez mayor.

Esta ingenua afirmación ha sido refutada dramáticamente una y otra vez. Considere las dos guerras mundiales desatadas por el Occidente cristiano, seguidas de un aumento sin precedentes de la impiedad y la rebelión contra el Dios vivo y verdadero. Además, en todo el mundo de hoy, hay una celebración presuntuosa del aborto y una promoción agresiva de la perversión sexual. Además, estamos experimentando un incremento exponencial del terrorismo y la violencia. Y para colmo, hay una apostasía sin precedentes en la Iglesia.

Es una absoluta tontería afirmar que la Iglesia está cristianizando el mundo.

Simplemente hágase esta pregunta: En términos morales y espirituales, ¿el mundo ha mejorado considerablemente durante su vida? ¿Ha mejorado sensiblemente o ha empeorado demostrablemente en los últimos diez años?

Preguntas:

Si se supone que el mundo está en el Milenio ahora o que se está cristianizando, ¿por qué parece estar desmoronándose — natural, social y moralmente?

Si la Tribulación precede a la Segunda Venida de Jesús, ¿significa eso que estamos experimentando la Tribulación y el Milenio ahora? 

Si la Biblia promete una restauración de la naturaleza durante el Milenio, ¿por qué la creación continúa deteriorándose ante nuestros propios ojos? 

El Mayor Problema

Para reiterar, el mayor problema tanto con el amilenialismo como con el postmilenialismo es que ignoran dos las principales características bíblicas del Milenio — el reinado personal del Mesías sobre un reino terrenal y la primacía de la nación judía durante ese reinado. Al hacerlo, ignoran las promesas proféticas a Jesús y los judíos y sólo resaltan las promesas hechas a la Iglesia. Irónicamente, muchas de las promesas que afirman son en realidad promesas hechas a Jesús y los judíos. 

Si bien es parte de la naturaleza humana enfatizar las cosas que se cruzan con nuestra propia vida y descartar todo lo demás, los estudiantes de la profecía bíblica debemos permitir que las revelaciones de Dios en la Escritura guíen nuestra comprensión. Hacerlo nos permite discernir no sólo el “qué” de los eventos del tiempo del fin, sino el “por qué”. También nos proporciona discernimiento con respecto al “cuándo”  — en el sentido de que debemos reconocer que estamos viviendo en la época del regreso del Señor. 

Cuando los profetas del Antiguo Testamento describieron al Mesías, proporcionaron muchos detalles acerca de Él que se cumplieron con el nacimiento de Jesús. Otros se cumplieron durante el curso de Su ministerio y en Su muerte y resurrección. Pero las profecías concernientes a Su reinado en la tierra aún deben cumplirse. Eliminar Su Reino Milenial en la tierra le roba lo que se le ha prometido. 

Del mismo modo, al pueblo judío se le ha prometido la primacía entre las naciones. Se les ha dicho que, algún día, diez hombres se aferrarán a la túnica de un judío y dirán: “¡Déjennos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes!” (Zacarías 8:23; RVA 2015). Esto sólo ocurrirá durante el Reino Milenial.

Los creyentes gentiles no deben descartar estas promesas. En cambio, debemos celebrar la fidelidad de Dios para hacer promesas tan gloriosas a Su Pueblo Escogido y esforzarnos por bendecirlos ahora a través de nuestras propias palabras y acciones.

Resumiendo los Tres Puntos de Vista

Mi propósito a lo largo de este folleto ha sido dar testimonio de la certeza del futuro Reinado Milenario de Jesús en esta tierra. Referirse al reinado de Jesús plantea la pregunta de por qué alguien concebiría un Milenio bíblico desprovisto del Cristo reinante. Sin embargo, a pesar de toda la evidencia histórica, todavía hay algunos que concienzudamente sugieren que la humanidad puede volver a adquirir el Edén sin que Jesucristo reine como Rey.

En el fondo, tanto el amilenialismo como el postmilenialismo rechazan el reinado terrenal de Jesús. Espiritualizan el claro significado de la profecía bíblica. En resumen, el punto de vista premilenial es correcto, porque es el único que ofrece una interpretación clara y literal de la profecía bíblica. 


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

jueves, 3 de diciembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 3 (2)

Expectativas Premileniales

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice


Las Promesas al Pueblo Judío

Al pueblo judío se le promete que, en el reino milenial, la suya será la nación líder en la tierra. Después de siglos de abatimiento entre las naciones, alcanzarán la primacía (Zacarías 8:13).

Un antiguo chiste judío tiene a Dios explicando a un antiguo judío que su pueblo será elegido como un conducto de grandes bendiciones para todo el mundo, pero primero, deben sufrir el exilio y la persecución durante miles de años. El judío responde, “¿No puedes elegir a alguien más?”. Esta respuesta se remonta a la protesta de Moisés cuando Dios lo llamó para sacar a su pueblo de la esclavitud. 

Los judíos han sido el conducto de Dios de bendiciones increíbles para el mundo. A través de ellos, comunicó Su Santa Palabra. En ellos, demostró la abundante bendición que se derrama sobre aquellos que lo aman y lo obedecen — y el juicio correctivo que sobreviene a los que se descarrían. Y a través de los judíos, Dios envió a Su Hijo al mundo.

Pero la mayoría de los judíos testificarían que no se sienten particularmente bendecidos. El mundo gentil — particularmente cristianos y musulmanes — los ha perseguido y rechazado a lo largo de milenios. Experimentarán una persecución durante la Tribulación a manos del Anticristo — mucho mayor que incluso el Holocausto. El Milenio ofrece esperanza a aquellos judíos que soporten la Tribulación.

Durante la Tribulación, un remanente llegará al final de sí mismo y abrazará a Jesús (Yeshúa) como su Mesías. Un total de 144,000 de ellos serán sellados como evangelistas, incluso mientras el Anticristo y el Falso Profeta se enfurecen. Y, cuando Jesús regrese, lo mirarán y llorarán, exclamando: “Baruch haba b’Shem Adonai” — “Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mateo 23:39, citando Salmos 118:26). 

La profecía bíblica habla de una época en la que los judíos serán universalmente reconocidos como bendecidos por Dios. Su nación será la primera entre todas las naciones de la tierra. Zacarías registró esta promesa: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:23).

Esta promesa aún no se ha cumplido. Pero lo será cuando los hombres mortales aún pueblen las naciones de la tierra — cuando Jesús more en Jerusalén, en el corazón de Israel.

Podemos celebrar con el pueblo judío ahora mismo que Dios es fiel a Sus promesas. Al bendecir a la descendencia escogida de Abraham, podemos participar del desbordamiento de la bendición prometida en Génesis 12:3. Afortunadamente, a la Iglesia también se le promete una gran cantidad de bendiciones. 

Las Promesas a la Iglesia

Nunca ha existido la necesidad de que la Iglesia se apropie de las promesas dadas a los judíos. A los santos de la Iglesia se les dan muchas promesas maravillosas.

El Rapto en sí es una promesas para la Iglesia, porque sólo los santos de la Era de la Iglesia serán resucitados y arrebatados antes de la Tribulación (1 Tesalonicenses 4:13-18). El Rapto no es una promesa para los santos del Antiguo Testamento. 

En el momento del Rapto, los cristianos — tanto los vivos como los muertos — recibirán cuerpos glorificados como el cuerpo que Jesús tenía después de Su resurrección (Filipenses 3:21). Nuestros nuevos cuerpos serán perfeccionados e hechos inmortales. 

Apocalipsis 2 y 3 están llenos de promesas para los creyentes cristianos que venzan. De hecho, hay 14 promesas que van desde el acceso al Árbol de la Vida, hasta recibir un nuevo nombre y compartir el trono de Jesús.  

En relación con el Milenio, los santos de la Iglesia experimentarán la emoción de acompañar el glorioso regreso de Jesús a la tierra (Apocalipsis 19:11-14). Luego, compartiremos Su dominio y autoridad mientras ministra y reina sobre la tierra (Daniel 7:18, 27; Lucas 19:11-17). 

Apocalipsis 20:4 dice: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. ¿Sobre quiénes reinaremos? Será sobre los salvos durante la Tribulación que sobrevivan hasta la Segunda Venida del Señor y vivan hasta el final (Apocalipsis 5:10). Entrarán al Milenio en sus cuerpos físicos y repoblarán rápidamente la tierra. Reinaremos sobre esos creyentes aún mortales y su descendencia.

Lejos de minimizar la importancia del reinado terrenal de Jesús o de apropiarse de las promesas a los judíos, los cristianos deberían regocijarse de que hemos sido injertados en la familia de Dios y declarados coherederos con Cristo. Y debemos esperar ansiosamente nuestra reunión con “nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo” (Tito 2:11-14), teniendo en cuenta que aquellos que viven con esa expectativa en sus corazones, recibirán una “corona de justicia” especial (2 Timoteo 4:8).

Resumen Premilenial

La determinación de interpretar la Biblia literalmente, por su significado de sentido llano, es un sello distintivo del punto de vista premilenialista. De hecho, la mayoría de los amilenialistas y postmilenialistas admitirían que una interpretación literal de las Escrituras conduce inevitablemente a la posición premilenial. Pero no están dispuestos a aceptar esa conclusión.

Podría haber ampliado esta sección para abordar las promesas proféticas que Dios ha hecho a la Creación, las naciones del mundo, y Satanás (su derrota total). En cambio, tocará cada una de ellas a medida que contraste el punto de vista premilenial con los puntos de vista amilenial y postmilenial, señalando las falacias de estos dos últimos.

Para leer la parte 1, haga clic aquí


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

martes, 1 de diciembre de 2020

Folleto: Aguardando el Reinado de Jesucristo – Parte 3 (1)

Expectativas Premileniales

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice


El premilenialismo moderno representa una resurgencia del punto de vista sostenido por los apóstoles de Jesús — que Jesús establecerá un reino en la tierra cuando Él regrese en gloria. El premilenialismo enfatiza la interpretación literal de la profecía bíblica. Como dice el refrán, la filosofía que nos guía a los premilenialistas es: “Cuando el sentido llano tiene sentido, no busque ningún otro sentido, no sea que termine con un sinsentido”.

Con ese fin, proporcionaré una descripción general de las expectativas premilenialistas centrándome en las promesas gloriosas a Jesús, al pueblo judío y a la Iglesia. 

Las Promesas a Jesús

Los profetas del Antiguo Testamento predijeron una época cuando el Mesías venidero reinará sobre toda la tierra (Isaías 2:2-4; Daniel 7:13-14; Zacarías 14:1-9). Por ejemplo, el profeta Isaías describe el reinado como “una vara del tronco de Isaías” y “un vástago retoñará de sus raíces” (11:1). Describe a un juez que gobernará con justicia y equidad, que golpeará la tierra y matará a los inicuos. Habla de una tierra restaurada a la paz y serenidad edénicas, llena del conocimiento del Señor. 

Este pasaje en Isaías 11 fue dado al pueblo judío, para describir a su Rey venidero. Detalla Su genealogía (v. 1), Su carácter (vv. 2-5), el mundo natural restaurado (vv. 6-9), el papel de las naciones gentiles (v. 10), la restauración y preeminencia de Israel (vv. 11-14), y la topografía alterada que facilitará la reunión final de Israel (vv. 15-16).

Algunos afirmarían que Jesús cumplió estas antiguas promesas durante Su primera aparición. Pero eso claramente no es cierto. Isaías predijo una época en la que el Mesías regresará para manifestar Su gloria ante toda la tierra (Isaías 24:23; 66:18-19). Eso aún no ha ocurrido.

Cuando Jesús leyó de Isaías en la sinagoga de Su hogar en Nazaret, la porción que proclamó cumplida es reveladora (Lucas 4:16-21). Leyó lo que nuestros textos bíblicos llaman los versículos 1 y 2a de Isaías 61. Esto es lo que Lucas registra que Jesús declaró que había cumplido ese día (Lucas 4):

18) El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos,  y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;

19) A predicar el año agradable del Señor.

Ciertamente, en una mezcla de cumplimiento físico y espiritual, hizo todo eso. Predicó las buenas nuevas, liberó a los cautivos de los espíritus demoníacos y restauró la vista física a los ciegos. También ofreció libertad eterna de la opresión del pecado. Y, Su sola presencia validó Su proclamación del año favorable del Señor. 

Pero Jesús cerró deliberadamente el libro después de leer sólo la primera oración del versículo 2 en Isaías 61. Lo hizo porque la siguiente frase habla del “día de venganza del Dios nuestro”. El cumplimiento de ese versículo se cierne sobre el mundo hasta el día de hoy. El día de la venganza que profetizó Isaías dará lugar a un juicio terrible, pero merecido — un derramamiento de ira de Dios mismo. En Apocalipsis, Jesús advirtió a todos los que tenga oídos que esto ocurrirá durante los juicios de la Tribulación. 

El Nuevo Testamento también señala el futuro reinado de Jesús. En la Anunciación, Gabriel se apareció a María y le hizo una promesa de ocho partes (Lucas 1:30-33):

1) Ella concebiría un hijo.

2) Ella daría a luz un hijo.

3) El nombre del hijo se llamaría Jesús.

4) Será grande.

5) Será llamado Hijo del Altísimo.

6) Se le dará el trono de David.

7) Él reinará sobre la casa de Jacob para siempre.

8) Su reino no tendrá fin.

Las primeras cinco de estas promesas se cumplieron literalmente en la historia. Los amilenialistas argumentan que las tres restantes también se han cumplido espiritualmente en la Iglesia. Pero, ¿por qué se cumplirían las primeras cinco literalmente y las últimas tres espiritualmente? Obviamente, las últimas tres de estas promesas aún no se han cumplido: Jesús aún no ha recibido el trono de Su padre David (actualmente comparte el trono de Su Padre Celestial); aún no ha comenzado a reinar sobre la casa de Jacob para siempre; y Su reino aún no se ha manifestado en esta tierra. El reinado de Jesús en la tierra verá el cumplimiento de esas promesas y muchas más que se repiten a lo largo de las Escrituras. 

Lo que los profetas no abordaron fue la cantidad de tiempo que el Mesías reinaría sobre toda la tierra. Apocalipsis 20 revela esa información. Los primeros siete versículos de ese capítulo se centran en la atadura de Satanás y el reinado de 1,000 años de Jesús y Sus santos glorificados. Seis veces se nos dice que este reinado durará mil años. Así que la Biblia abunda con descripciones del reinado terrenal del Mesías y la Revelación del Mesías mismo nos dice que durará 1,000 años. 

Haciéndose eco de esta verdad revelada, la tradición judía ha enseñado durante mucho tiempo que Génesis 2:1-3 apunta a un reposo sabático sobre la tierra. En otras palabras, siguiendo el patrón de Dios de seis días de trabajo, seguidos de un día de descanso, propusieron que habría 6,000 años de agitación en la tierra, seguidos por 1,000 años de descanso. Así que incluso la tradición judía ortodoxa anticipa un Milenio de santidad y reposo. 

Cuando Cristo regrese, juzgará a los vivos y muertos. Los creyentes mortales que hayan soportado la Tribulación entrarán al Milenio con sus cuerpos físicos. Con la tierra restaurada a su estado original perfecto, rápidamente repoblarán el mundo. Los santos glorificados reinarán sobre estas personas bajo la autoridad de Jesús durante 1,000 años (Daniel 7:27; Apocalipsis 2:26-27).

La razón más grande para el reinado terrenal de Jesús es para que pueda manifestar Su gloria a hombres y mujeres mortales y recibir el honor que se le negó en Su Primera Venida (Isaías 2:11; 2 Tesalonicenses 1:7-10). A través del profeta Isaías, Dios dijo (Isaías 45):

23) Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.

24) Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.

25) En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

Sería prudente reconocer que Dios une Su gloria con la bendición y la gloria de Su Pueblo Escogido.

Para leer la conclusión, haga clic aquí 


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

martes, 4 de junio de 2019

El Reino Teocrático: Proposición 1. El Reino de Dios es un Tema de Vital Importancia

Por George N. H. Peters



Las Escrituras no pueden ser comprendidas correctamente sin un conocimiento debido de este reino. Es un hecho, atestiguado por una multitud de obras, y constantemente presentado en todas las fases de la literatura bíblica, que la doctrina sobre el reino ha afectado materialmente los juicios de los hombres sobre la autoridad canónica, la credibilidad, la inspiración y el significado de los escritos contenidos en la Biblia. Si se produce un error aquí, inevitablemente éste se manifestará, por ejemplo, en la exégesis y la crítica. Esta característica ha sido notada por varios escritores, y, sin importar como sea explicada, se admiten los puntos de vista sobre este tema para modificar en gran medida la recepción, la interpretación y la enseñanza doctrinal de la Palabra.

Observación 1. Su importancia puede ser estimada al considerar los siguientes detalles: 

1. El reino es el objeto diseñado por el pacto obligado por juramento (Prop. 49). 

2. Es el gran tema, el tema principal de la profecía (Props. 33-35, etc.). 

3. Es un tema que abarca una mayor proporción de revelación que todos los demás temas combinados; indicando así la estimación que Dios le tiene. El Dr. Pye Smith, Bickersteth y otros han observado y comentado esta peculiaridad, es decir, que los escritores inspirados dicen más respecto al reino de Cristo que lo que hacen con respecto a todas las demás cosas tratadas o discutidas en la Palabra. 

4. Fue el tema principal de la predicación de Juan el Bautista, de Cristo, de los discípulos y de los apóstoles (Props. 38-74). 

5. Fue un tema apreciado de predicación en la Iglesia primitiva (Props. 75-77). 

6. Es el fundamento de una predicación bíblica correcta, porque el Evangelio mismo es “el evangelio del reino”. 

7. Con el fin promover su establecimiento, Jesús aparece, sufre y muere (Props. 50, 181) y para manifestarlo, Él vendrá de nuevo (Props. 66, 68, 130, etc.). 

8. Jesucristo mismo debe estar profundamente interesado en él, ya que es una bendición y un honor distintivos que le ha dado el Padre (Prop. 84), y le pertenece a Él como Su herencia (Props. 82, 116, etc.). 

9. Hemos sido invitados, como el privilegio más precioso, a heredar este reino (Prop. 96). 

10. Es el constantemente presentado objeto de fe y esperanza, que debería influir en nosotros para la oración, el deber y la vigilancia.

11. Es el resultado de las dispensaciones preparatorias, que nos permiten apreciar los medios empleados para lograr este fin. 

12. Abraza en sí la perfecta redención completada; porque en él todas las promesas de Dios serán verificadas y realizadas. 

13. Manifiesta en una forma externa el placer de la voluntad Divina en la salvación de la raza y la liberación de la creación (Props. 149, 145, etc.). 

14. Mantiene las expresiones Divinas en unidad de diseño (Props. 174, 175), exhibe la unidad manifestada (Prop. 173) y reivindica la inspiración de la Sagrada Escritura (Prop. 182), incluyendo el Apocalipsis (Prop. 176). 

15. Refuerza no sólo la humanidad (Props. 82, 89) de Cristo, sino también Su Divinidad (Props. 85 y 183), con el razonamiento más fuerte. 

16. Nos muestra la majestad y gloria de Jesús, “El Cristo”, como el Rey Teocrático (Props. 88, 89, 132, 184, etc.), y la posición preeminente de “los primogénitos” quienes son coherederos con Él (Props. 118, 119, 127, etc.). 

Todos estos, así como otros puntos relacionados, serán ampliamente discutidos en las siguientes páginas. Se menciona brevemente una suficiencia, para que el lector no deje de ver cuán importante debe ser una comprensión adecuada de este tema.

Estamos preparados, a partir de tales consideraciones, para apreciar la observación atribuida por Lange (Com., volumen 1, pág. 254) a Starke: “El reino de los cielos debe formar el punto central de todo aprendizaje teológico”. Van Oosterzee (Theol. del NT, p. 69) lo llama el pensamiento fundamental, y, después de dar a la doctrina del reino su posición correcta en la enseñanza de Jesús (diciendo: “que la idea del reino de Dios es fundamental en la teología de Cristo”) comenta: “Ya Hess ha proporcionado un tratado sobre la doctrina del reino de Dios, en el que muestra cuán prominente es el lugar que ocupa esta idea en la Sagrada Escritura, especialmente en la enseñanza del Señor. Por lo tanto, es sorprendente que Schmid, en la obra citada, le asigna el tercer lugar en su tratamiento de la doctrina de Jesús. Mucho mejor Neander, quien, en su vida de Jesús, deriva un ‘sistema completos de verdades’ de las parábolas del reino de Dios”. Sin embargo, agreguemos que incluso Schmid hace mucha justicia al reconocer su importancia, cuando (p. ej., Bib. Theol. NT, pág. 243) lo llama, la base de su enseñanza (de Cristo)”.

Obs. 2. Es significativo para el estudiante reflexivo — un cumplimiento de la profecía — que la idea de un reino Divino distintivo relacionado con Cristo y esta tierra, un reino que ocupa decididamente el lugar principal en la enseñanza de Jesús, se haga, tanto (con pocas excepciones) en teología y las confesiones de la Iglesia, para descender de su primer puesto en la Biblia y ocupar, cuando se alude, a uno muy subordinado. En centenares de libros, donde razonablemente debería ser evidente, algunas referencias de naturaleza un tanto mística e insatisfactoria, o un breve respaldo de la antigua visión monástica de que éste aplica a la Iglesia, descarta todo el tema; mientras que los temas inferiores tienen amplios capítulos e incluso volúmenes en su interés. Hay, a la mente reflexiva, algo radicalmente erróneo en un cambio de posición, y cuanto mayor sea la salida de la base bíblica más defectuosa se vuelve. Cualquier esfuerzo, como aquí se hizo, por restaurar la doctrina del reino a su verdadero y supremo lugar bíblico debería al menos solicitar atención.

Obs. 3. El reino merece el primer lugar en la teología bíblica y el primer rango en la Teología Sistemática. Las razones para esto, como ya se indicó, son abundantes. Esto ha sido pasado por alto demasiado, y el reino ha sido colocado en una posición subordinada, hasta que durante algunos años ha tenido lugar una reacción — inducida por ataques incrédulos — y el reino (como sea explicado) se destacó más prominentemente, especialmente por Lange (ver Pref. hasta Cam.), Van Oosterzee (Ch. Dogmatics), Thompson (Theol. of Christ), Auberlen (Div. Rev.), y otros. Abogando así por sus afirmaciones a una postura doctrinal, nosotros, como a veces somos acusados injustamente, no despreciamos la importancia, el valor y la excesiva preciosidad de la persona y la muerte de Jesús. Esto último es doctrinalmente la consecuencia de lo primero, y como provisional (porque sin esto último el reino, como pactual y prometido, no podría ser obtenido), para el reino, es de consecuencia incalculable.

Obs. 4. A medida que la investigación avance en esta dirección, podemos esperar aportaciones valiosas. Reuss (Hist, of Ch. Theol. of Ap. Age, p. 137) aunque equivocado en su interpretación del reino, dice con sinceridad: “No puede haber duda, entonces, de que esta idea completa y sugestiva del reino de Dios debe ser de alguna manera la mina a ser explorada por nosotros, para sacar a la luz los tesoros que la ciencia cristiana tiene que moldear y formar, para satisfacer las necesidades de cada esfera sucesiva, y la medida y las capacidades de cada mente”.

Obs. 5. Que el tema del reino es ampliamente reconocido como principal, se puede ver incluso en los puntos de vista más extremos, como por ejemplo el swedenborgianismo, el mormonismo, el shakerismo, etc. Sólo necesitamos referirnos al simple hecho de que los escritores de tendencias panteístas y místicas han tomado la frase “reino de los cielos” como el verdadero punto de partida del cristianismo, que denominan “La Nueva Jerusalén que desciende de Dios desde el cielo”; y de la cual argumentan que todos los hombres deben trabajar moralmente por el infinito, haciendo todos los esfuerzos posibles, ya sea en religión, ciencia, poesía, arte, etc., para ser aclamado como una sumisión subjetiva a, o reconocimiento de, este reino. Considerando la noción espiritualizada entretenida por muchos en la Iglesia, la amplían dándole una apariencia panteísta o un adorno místico, para adaptarlo a sus ideas de evolución, ley, unidad, filosofía, naturaleza humana, espiritualismo, etc. Hoy la atención sólo es dirigida a la circunstancia de que, en los sistemas y teorías de la religión, la menos bíblica, aún se le da un gran grado de prominencia a la idea del reino.

Obs. 6. Este tema es atractivo para el creyente reverente, no sólo por ser el tema absorbente de la profecía del Antiguo Testamento y la predicción del Nuevo Testamento, sino debido a la relación personal que él sostiene, como heredero, de ello. Es apropiado reconocer, comprender y apreciar nuestra herencia. Pero incluso el aspecto literario, la excelencia intelectual del mismo, invita a una investigación seria. Además de ser una idea predominante del libro, que ha tenido una influencia tan moldeadora en todas las áreas de la vida, es el tema que, por encima de todos los demás, suscita la más elocuente y sublime de todas las descripciones y promesas de la Biblia, que culmina en las últimas palabras conmovedoras de Jesús confiadas a Juan.

Obs. 7. Al examinar la gran variedad de hechos y eventos, algunos de los más grandes que el mundo haya alguna vez presenciado, todos señalan a este reino como un final contemplado; al mirar a lo mismo que ocurre y existe hoy, preparatorios para el reino; y al contemplar la hueste de acontecimientos notables y asombrosos que se prevé sucedan con relación al reino aún futuro, seguramente esto forma un tema digno, más allá de todos los demás, del estudio sincero, devoto y paciente de cada estudiante de los eventos del mundo  acontecimientos y , sin esta clave, una historia desconcertante. El reino abarca mucho, tanto en la preparación como en el cumplimiento actual, que, en vista de su extensión, la doctrina excede a todas las demás en magnitud, envolviendo en sí misma casi toda doctrina.

Obs. 8. Una investigación más profunda de esta doctrina y un retorno correspondiente a la antigua fe, sostenida por hombres que, por posición y asociación (como por ejemplo, la Iglesia Apostólica), estaban preeminentemente calificados para comprenderla, eliminarán esas dolorosas concesiones ahora hechas a la incredulidad, que estigmatizan a los apóstoles y a la Iglesia primitiva como todavía bajo la influencia de “formas judías erróneas.” Tal estudio y retorno aliviarán a los teólogos de ser conducidos al expediente humillante de reconocer virtualmente que los apóstoles estaban equivocados en sus nociones respecto del Reino; que abrazaban “la cáscara judía,” que, no obstante, contenía el germen de verdad (el cual ellos, situados como estaban, no podían apreciar adecuadamente) que “la conciencia de la Iglesia” en su desarrollo (así también Neander, etc.) debía despojar de sus alrededores y fructificar en la verdad plena. Sólo en la dirección indicada por nosotros, podemos esperar  —  defendiendo como lo hace cada enunciado y posición doctrinal de los primeros predicadores del reino  — por una súplica constante, justificación y protección contra la escuela de Strauss y Bauer (y otras), que ha llevado a notables teólogos  —  liderados por una doctrina preconcebida del reino  —  a colocar “la conciencia de la Iglesia” (que finalmente obtuvo la verdad que había escapado a la comprensión de los apóstoles), como es exhibida en la autoridad de la Iglesia o la teología, o las creaciones de hombres falibles, por encima de la de las Escrituras que contienen “la cáscara judía.” La importancia de nuestra doctrina se evidencia, en que se invierte todo esto, exaltando y reivindicando tanto las Escrituras como el conocimiento correcto de sus autores inspirados.



Si desea conocer más acerca de este tema, visite nuestra sección:

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

martes, 5 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 19 (pdf)

El Milenio

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice

Hecho: La Biblia enseña que Jesús regresará a esta tierra para reinar durante mil años desde el Monte Sion en Jerusalén.

Escritura Clave: “El SEÑOR será rey sobre toda la tierra. En aquel día habrá un solo SEÑOR y únicamente su nombre será adorado” (Zacarías 14:9 – NTV).

Haga clic sobre la siguiente imagen para ir a la página de descarga:


martes, 29 de enero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 19

El Milenio

Haga clic sobre la imagen para ir al Índice

Hecho: La Biblia enseña que Jesús regresará a esta tierra para reinar durante mil años desde el Monte Sion en Jerusalén.

Escritura Clave:El SEÑOR será rey sobre toda la tierra. En aquel día habrá un solo SEÑOR y únicamente su nombre será adorado” (Zacarías 14:9 – NTV).

La Biblia — tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo — claramente enseña que Jesús regresará a esta tierra para reinar por mil años. La única forma de evitar ese hecho es espiritualizar lo que la Biblia dice. Pero tenga en cuenta que las profecías de la Primera Venida significaron lo que dijeron, y no hay razón legítima para concluir que las profecías de la Segunda Venida no significan lo que dicen. 

El reinado futuro de Jesús sobre todo el mundo se llama el Milenio, que es el latín para mil años. Se menciona en muchos lugares en el Antiguo Testamento. Dos en particular se pueden encontrar en Isaías 2.1-4 y Miqueas 4:1-7. En el Nuevo Testamento, Apocalipsis 20:1-10 está dedicado a él, proporcionando la nueva información de su duración. Este pasaje dice seis veces que durará mil años.

La Naturaleza del Milenio

El reinado será mundial (Isaías 2:2 y 9:6-7). Será de naturaleza pacífica (Isaías 2:4), y el mundo será bendecido con justicia (Isaías 11:4-5) y  rectitud (Isaías 42:3-4).

El trono del Señor será establecido en Jerusalén, ya que Él ocupará el trono de David (Isaías 2:3). Su gobierno será uno teocrático en el que fungirá como rey, legislador y juez (Isaías 33:17-22). Los redimidos reinarán con el Señor como príncipes (Isaías 32:1). Y debido a que el Señor estará reinando desde Jerusalén, la nación de Israel será la nación más importante en el mundo (Isaías 2:2-3; 49:22-23; 60:1-62:7).

Isaías pasa una gran cantidad de tiempo describiendo las bendiciones espirituales del Milenio, la mayor de las cuales es el hecho de que la gloria y la santidad del Señor se manifestarán (Isaías 40:3-5; 52:13-15; 61:3; 66:18). La santidad abundará (Isaías 4:2-4) y una actitud de gozo y alabanza prevalecerá: “Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido” (Isaías 35:10).

Un templo reconstruido en Jerusalén servirá como el centro de adoración del mundo (Isaías 2:2-3; 56:6-8; 60 7b, 13). De forma increíble, la gloria Shejiná de Dios se cernirá sobre la ciudad de Jerusalén como un dosel (Isaías 4:5). Y “la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar” (Isaías 11:9).

Un aspecto del Milenio que es fuertemente resaltado por los profetas hebreos es la redención de la naturaleza. La tierra de Israel ya no será un lugar de desolación (Isaías 62:3-5). En cambio, “el fruto de la tierra”, será el orgullo de Israel (Isaías 4:2). “Aguas brotarán en el desierto” y los desiertos se volverán estanques de agua (Isaías 35:6b-7).

Además de la abundancia agrícola, el reino animal será restaurado a su perfección original. Los animales venenosos dejarán de ser venenosos y los animales carnívoros se volverán herbívoros. Todos los miembros del reino animal vivirán juntos en perfecta paz entre ellos y con la Humanidad (Isaías 11:6-9; 65:25).

En un emocionante pasaje en Isaías 65, el profeta revela que la esperanza de vida para aquellos que vivan en sus cuerpos físicos será grandemente  expandida a “según los días de los árboles” (Isaías 65:22). Por consiguiente, cualquiera que muera a la edad de 100 será considerado un joven (Isaías 65:20).

Toda persona tendrá su propia casa y un viñedo. No habrá desamparados o hambrientos (Isaías 65:21-22). Todo el trabajo será redimido (Isaías 65:23) en el sentido de que será productivo y no será confiscado por otros. 

La enfermedad será reducida (Isaías 33:24) y las personas nacidas con desventajas físicas serán curadas: “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo” (Isaías 35:5-6a).

Éstas son las descripciones de las realidades literales de un reino literal, y es un asunto serio espiritualizarlas en una insignificancia no literal. Tenga en cuenta que cuando Jesús estaba a punto de ascender al Cielo, Sus discípulos le preguntaron: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Jesús no los reprendió por creer que habría un reino futuro. Más bien, simplemente les dijo que no les correspondía a ellos saber el momento cuando  el reino sería establecido (Hechos 2:7).

El Propósito del Milenio

La pregunta central con respecto al Milenio es “¿Por qué?”. ¿Por qué no simplemente tomar a todos los creyentes al Cielo en la Segunda Venida y terminar con este mundo enfermo de pecado? La razón es que Dios ha hecho una serie de promesas que deben cumplirse durante el Milenio. 

Promesas a los judíos — La primera razón por la que debe haber un Milenio es que Dios ha hecho promesas a los judíos que cumplirá durante ese tiempo.

Dios ha prometido que reunirá en la tierra de Israel al remanente de judíos que acepten a Jesús como su Mesías al final de la Tribulación (Ezequiel 36:22-28 y Zacarías 10:6-9). Él derramará Su Espíritu sobre este remanente (Isaías 32:15 y 44:3), aumentará grandemente su número y su tierra (Ezequiel 36:10-11y 48:1-29), y los convertirá en la nación más importante de todo el mundo (Isaías 60-62).

Zacarías dice que las bendiciones de Dios sobre el remanente judío serán tan grandes en esos días que “diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío diciendo: ‘Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros’” (Zacarías 8:23).

Promesas a la Iglesia — Una segunda razón para el Milenio se relaciona con una promesa que Dios ha hecho a la Iglesia. Dios ha prometido que los redimidos en Cristo reinarán sobre todas las naciones del mundo.

Esta promesa fue dada a través del profeta Daniel en las siguientes palabras: “Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán” (Daniel 7:27).

En el Nuevo Testamento, Pablo repitió la misma promesa en los términos más sencillos: “Si sufrimos, también reinaremos con él” (2 Timoteo 2:12). Jesús afirmó la promesa en Su carta a la iglesia de Tiatira cuando escribió: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro…” (Apocalipsis 2:26-27).

Cuando Juan fue llevado al Cielo para visitar el salón del trono de Dios, escuchó una hueste celestial entonando un cántico que contenía el siguiente versículo: “Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 5:10).

Esta promesa a la Iglesia de dominio mundial va a ser cumplida durante el Milenio. Eso es a lo que Jesús se estaba refiriendo en el Sermón del Monte cuando dijo: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mateo 5:5).

Jesús reinará como rey del mundo desde el Monte Sión en Jerusalén (Isaías 24:23 y Zacarías 14:9). Los redimidos, en sus cuerpos glorificados, le ayudarán con Su reinado sirviendo a nivel mundial como administradores, jueces y tutores espirituales de aquéllos que entren en sus cuerpos al reino — y de sus hijos (Daniel 7:18,27; Jeremías 3:15; Lucas 19:11-17). 

Promesas a las naciones — Dios ha prometido que vendrá un tiempo cuando las naciones serán provistas con su más grande sueño — a saber, la paz mundial.

Dios ha prometido darle a la humanidad y a la tierra un descanso de sus guerras. Pero esa paz no vendrá hasta que el Príncipe de la Paz regrese. Sólo entonces las naciones “volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces” (Isaías 2:4). Sólo entonces veremos el sueño de un mundo donde “no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Isaías 2:4).

Promesas a la creación — Dios también ha hecho promesas a Su creación, las que cumplirá durante el Milenio. Dios ha prometido remover la maldición que puso sobre la creación debido al pecado del hombre. Él ha prometido liberar a la creación de su atadura de corrupción y restaurarla a su belleza, balance y paz originales (Romanos 8:18-23).

La tierra de Israel será transformada tan radicalmente que los visitantes proclamarán en asombro: “Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén” (Ezequiel 36:35).

Promesas a Jesús — La razón más importante para el Milenio es que Dios va a usarlo para cumplir las promesas que ha hecho a Su Hijo. Dios le ha prometido a Jesús que será glorificado en la historia (Isaías 24:23; 66:18-19; 2 Tesalonicenses 1:7-10).

Dios también ha prometido que le dará a Jesús dominio sobre todo el mundo y que Él reinará sobre todas las naciones desde el Monte Sion en Jerusalén (Isaías 2:2-4 y Zacarías 14:1-9).

El Salmo 2 presenta a Jesús en una aparición pre-encarnada hablándole a David sore la promesa de Su Padre: “Yo publicaré el decreto; el Señor me ha dicho: Mi Hijo eres Tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro…” (Salmos 2:7-9).

Debe tenerse en cuenta que Jesús actualmente es un “rey en espera”. Al igual que el rey David, quien tuvo que esperar muchos años después de que fue ungido antes de que pudiera convertirse en rey de Israel, Jesús ha sido ungido Rey de reyes y Señor de señores, pero aún no ha comenzado a gobernar.

Actualmente está actuando como nuestro Sumo Sacerdote ante el trono de Dios (Hebreos 8:1). Él está esperando la orden de Su Padre para regresar y reclamar todos los reinos de este mundo (Hebreos 2:5-9 y Apocalipsis 19:11-16). 

Una Razón Final

Hay otro propósito para el Milenio que debería tenerse en cuenta. Creo que Dios va a usar el Milenio para demostrarle al Hombre de una vez por todas que la religión de Satanás, el Humanismo, está totalmente en bancarrota.

Todos los Humanistas, sin importar su etiqueta política o teológica, coinciden en que la fuente del mal en el mundo es externa al Hombre. Miran al mal arraigado en la corrupción de la sociedad. Creen que la solución a todos los problemas del Hombre puede encontrarse en una reforma social.

Pero tales reformas no transforman la naturaleza básica de las personas. Usted no cambia la naturaleza básica de las personas cambiando su ambiente. Cambiar su ambiente simplemente los convierte en pecadores más sofisticados.

El enfoque humanista es absolutamente contrario a las Escrituras. La Palabra de Dios enseña que la fuente del mal está arraigada en la naturaleza caída del hombre y que es el hombre, no la sociedad, quien necesita ser cambiado (Génesis 8:21; Jeremías 17:9-10 y Marcos 7:20-23). La Palabra también enseña que la única manera en que este cambio puede ocurrir es a través de la obra del Espíritu Santo dentro de aquellas personas que ponen su fe en Jesús.

Dios va a demostrar este punto usando el Milenio como un gran laboratorio experimental. Va a colocar a la humanidad en un ambiente perfecto de paz y prosperidad durante mil años. Satanás estará atado. La rectitud abundará.

Sin embargo, al final, cuando Satanás sea soltado, la mayoría de las personas se unirán a él cuando llame a las naciones a rebelarse contra Jesús (Apocalipsis 20:7-10). El Milenio demostrará que lo que el hombre necesita no es una nueva sociedad, sino un nuevo corazón.

Respuestas a Dos Preguntas Clave sobre el Milenio

¿Quiénes poblarán la tierra durante el Milenio?

A aquellos que vivan hasta el final de la Tribulación y que hayan aceptado a Jesús como su Señor y Salvador se les permitirá entrar al Milenio en sus cuerpos (Mateos 25:3-46). Todos los incrédulos sobrevivientes serán consignados a la muerte y al Hades (Lucas 17:26-37).

Los creyentes que entren al Milenio en la carne empezarán a propagarse, y la población del mundo crecerá exponencialmente. La razón por la que el crecimiento será tan rápido se deberá a que los lapsos de vida se expandirán y la muerte será reducida.

Isaías dice que la gente vivirá tanto como un árbol (Isaías 65:22) y ya no habrá más infantes que vivan sólo unos pocos días (Isaías 65:20). Aquéllos que mueran a los 100 años de edad serán considerados jóvenes y sólo aquéllos que rechacen aceptar al Señor morirán a esa edad (Isaías 65:20). La implicación de la profecía de Isaías es que durante el Milenio el lapso de vida de los que estén en sus cuerpos regresará a cómo era antes del diluvio, cuando las personas vivían entre 800 y 1,000 años. Si esto es así, entonces para el final del Milenio la población de la tierra podría exceder fácilmente los siete mil millones actuales. 

¿El Milenio se llevará a cabo en esta tierra o en una nueva?

El reinado Milenial de Jesús se llevará a cabo sobre esta tierra, pero la tierra será grandemente cambiada en su naturaleza. La primera tierra, la tierra de Adán y Eva, era perfecta. No había plantas o animales venenosos. No había animales carnívoros. No había cataclismos naturales como terremotos, maremotos o huracanes. El Hombre y la naturaleza vivían juntos en perfecta armonía. 

Pero cuando el hombre pecó, Dios puso una maldición sobre la tierra y la naturaleza de la tierra cambió radicalmente. La muerte entró al mundo. La naturaleza se volvió contra la humanidad. Esta nueva tierra, la número 2, existió hasta la época de Noé. 

Cuando ocurrió el diluvió universal, esta segunda tierra fue “destruida” (2 Pedro 3:6), en el sentido que cambió radicalmente otra vez. La capa de vapor de la tierra colapsó, su masa terrestre se separó en continentes, la tierra giró sobre sus ejes y la presión del agua forzó la formación de nuevas cordilleras montañosas. Hemos estado viviendo en la tierra número tres desde entonces.

Cuando Jesús regrese a reinar, la tierra cambiará radicalmente una vez más. Los agentes de cambio serán terremotos y fenómenos sobrenaturales en los cielos (Apocalipsis 6:12-14). Todas las islas serán movidas (Apocalipsis 16:18-20). Cada valle será alzado y cada monte será reducido (Isaías 40:4). La topografía de Israel cambiará radicalmente, con Jerusalén convirtiéndose en el lugar más alto sobre la tierra (Isaías 2:2) 

Preguntas:

1) Es la posición de la iglesia católica y de la mayoría de las antiguas denominaciones tradicionales que estamos viviendo en el Milenio hoy. Después de leer sobre el Milenio, ¿cree que es realmente posible argumentar que estamos en el Milenio?

____________________________________________________________

2) Hay un pasaje poderoso en Joel 3 acerca de la Segunda Venida y el reinado milenial del Señor. Lea Joel 3:9-21. ¿Dónde dice este pasaje que el Señor morará cuando regrese?

____________________________________________________________

3) Amós habla del Mesías regresando como un león rugiente (Amós 1:2). ¿Desde dónde dice este versículo que el Señor hablará? Amós termina su libro profetizando acerca de la abundancia agrícola del Milenio (Amós 9:13-15). ¿Dónde dice que estará el pueblo judío en ese tiempo?

____________________________________________________________

4) Abdías habla de la Segunda Venida y el Milenio en los versículos 15-18. ¿Cuál dice que será la característica del Monte Sion?

____________________________________________________________

5) Miqueas habla del Milenio en el capítulo 4, versículos 1-7. Los primeros tres versículos son idénticos a Isaías 2:2-4. Miqueas añade nueva información en los versículos 4-7. ¿Dónde dice que el Señor reinará?

____________________________________________________________

6) Lea Sofonías 3:14-20. ¿Qué punto hace acerca del Milenio?

____________________________________________________________

7) Lea Zacarías 2:9-13. ¿Qué le dice este pasaje acerca del Milenio?

____________________________________________________________

8) Lea Zacarías 8:1-8, 12-13. ¿Qué aprendió de este pasaje acerca del Milenio?

____________________________________________________________

9) Ezequiel revela que el nombre de Jerusalén en hebreo será cambiado al comienzo del Milenio de Yerushalayim a Yahweh-Shemmah. Lea Ezequiel 48:35 para descubrir el significado del nuevo nombre. Si Jesús no va a regresar para reinar desde Jerusalén, ¿por qué se le cambiaría el nombre de la ciudad a algo que no significa?

____________________________________________________________


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Share/Bookmark