sábado, 30 de junio de 2018

Observaciones del Editor: Un Lugar Especial




Para mí, uno de los lugares más importantes para visitar en Israel es el Salón de la Independencia, en Tel Aviv. Allí es donde David Ben–Gurión leyó la Declaración de Independencia de Israel el 14 de mayo de 1948. Cuando va allí, se da cuenta de que está en un lugar donde se cumplió la profecía bíblica. Y, en mi opinión, desde una perspectiva bíblica, es el sitio del evento más importante del Siglo XX — más significativo que la detonación de la primera bomba atómica o la primera caminata en la luna. 

Es una tragedia que el 90 por ciento de los grupos de peregrinación no visiten este sitio. La razón es que la mayoría de las iglesias ignoran la profecía bíblica,  y sus miembros no tienen idea de la importancia del restablecimiento del Estado de Israel. Y por eso, después de aterrizar en Tel Aviv, casi todos los grupos abordan un autobús y se dirigen inmediatamente a Tiberíades, en el Mar de Galilea. 

Salón de la Independencia, en Tel Aviv.

Tel Aviv fue fundada en 1909, en la playa justo al Norte del antiguo puerto de Jaffa. Así pues, una de las ciudades más antiguas de Israel se encuentra junto a una de las más nuevas. El Salón de la Independencia fue construido poco después del establecimiento de la ciudad. Originalmente, era el hogar de Meir Dizengoff, un temprano sionista y hombre de negocio. Se convirtió en el primer alcalde de Tel Aviv. Cuando su esposa murió en 1930, le dio el edificio a la ciudad, y éste fue convertido en un museo de arte.

Uno de los momentos más memorable de mi vida ocurrió en 1987, cuando fui a Israel para rodar nuestro primer álbum de video sobre Israel en la profecía bíblica. Me otorgaron el permiso para pararme en el punto exacto en el Salón de la Independencia donde David Ben–Gurión estuvo en 1948. Mientras estaba allí, leí porciones de la Declaración de Independencia. Ése soy yo en la siguiente fotografía. 



Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Recurso recomendado:

jueves, 21 de junio de 2018

La Iglesia en la Profecía – Parte 2 de 4

Pasado, Presente y Futuro



La Profecía del Nuevo Testamento

La primera mención específica de la Iglesia en la profecía se encuentra en el Nuevo Testamento en Mateo 16:18, donde se registra que Jesús dijo: “…sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. El contexto de esta declaración deja en claro que la “roca” a la que Jesús se estaba refiriendo era la confesión de Pedro de que Él era “el Cristo [Mesías], el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16).

Esta profecía por supuesto, se ha cumplido a través de la historia desde el momento en que Jesús pronunció esas palabras. Satanás ha intentado de todas las maneras posibles destruir la Iglesia, primero a través de la persecución, y luego a través de la corrupción interna. Pero Jesús ha sostenido a Su Iglesia hasta el día de hoy y continúa haciéndolo hoy en medio de una creciente apostasía y una creciente persecución mundial.

Creo que Jesús profetizó muy específicamente acerca del futuro de Su Iglesia en las siete cartas que dictó al apóstol Juan en Apocalipsis, capítulos 2 y 3. Las cartas fueron dirigidas a siete iglesias ubicadas en el área del Oeste de la moderna Turquía. Había mucho más iglesias que estas siete. Creo que Jesús seleccionó a estas siete porque representaban siete tipos de iglesias y siete períodos de la historia de la Iglesia. En cada período, los siete tipos de iglesias existirían, pero un tipo predominaría.

La iglesia en Éfeso es representativa del periodo apostólico desde el 30 EC hasta el 95 EC, cuando la iglesia estaba preocupada por la organización y la doctrina, al punto que llegó a ser legalista. 

La iglesia en Esmirna representa la iglesia perseguida o la iglesia mártir que existió desde el 95 EC, hasta cerca del 312 EC. Es la iglesia que existió en la época en la que el libro de Apocalipsis fue escrito. 

Luego tenemos la iglesia liberal de Pérgamo, representando a la iglesia apóstata que existió desde el año 312 hasta el año 590. Este periodo se desarrolló después que el Emperador Constantino se convirtió y la iglesia y el Estado se soldaron. Como siempre es el caso en tales uniones, el Estado empezó a corromper a la iglesia. 

La iglesia en Tiatira representa el periodo oscuro y pagano desde el año 590 hasta el año 1517, cuando se desarrolló el papado y la iglesia se llenó de prácticas ocultistas babilónicas. 

Cuando llegamos a la Reforma en 1517, pensamos de ella como un tiempo de vida. Pero sólo lo fue parcialmente. La Reforma produjo las iglesias protestantes estatales de Europa — iglesias que tenían la reputación de estar vivas, pero que realmente estaban muertas a causa de su unión con el Estado —. Así pues, la iglesia de Sardis, la iglesia muerta, con la reputación de estar viva, representa el periodo posterior a la Reforma, desde el año 1517 hasta cerca de 1750. 


Lo opuesto a Sardis es la iglesia de Filadelfia, la iglesia viva. Representa el periodo de la historia de la iglesia desde cerca de 1750, cuando la iglesia empezó a enviar misioneros por todo el mundo, hasta cerca de 1925, cuando la Escuela alemana de la Alta Crítica invadió los seminarios a nivel mundial y destruyó la fe en la Palabra de Dios de muchas personas. Como resultado, las personas empezaron a ver la Biblia, no como la revelada Palabra de Dios, sino como la búsqueda de Dios por parte del hombre y, por lo tanto, decidieron que estaba llena de mitos, leyendas y superstición. 

La iglesia de hoy está representada por la iglesia de Laodicea, una iglesia que le dice al mundo: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad” (Ap. 3:17). Pero Jesús le dice a esa iglesia: “Tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Ap. 3:17). Es una iglesia mundana, patética y apóstata que ni siquiera dejará entrar a Jesús por la puerta delantera (Ap. 3:20). 

El mejor resumen de estas cartas que alguna vez haya encontrado es el escrito por John Stott en su libro, Basic Christianity (Cristianismo Básico). Él ve el mensaje de Jesús como de triple naturaleza. A una Iglesia pecadora, Él le está diciendo: “¡Conozco tu pecado, arrepiéntete!” A una Iglesia dudosa, Él le está diciendo: “¡Conozco de tu duda, cree!” A una Iglesia temerosa, Él le está diciendo: “¡Conozco de tu temor, resiste!” Arrepiéntete, cree y resiste — ése es un mensaje muy relevante para la Iglesia de hoy —.

En la tercera parte de este estudio de la Iglesia en la Profecía Bíblica, exploraremos las profecías negativas del tiempo del fin concernientes a la Iglesia. 


Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Church in Prophecy 


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miércoles, 20 de junio de 2018

La Iglesia en la Profecía – Parte 1 de 4

Pasado, Presente y Futuro




Se habla mucho hoy en día acerca de cuán unificada, triunfante y gloriosa será la Iglesia en los tiempos del fin justo antes del regreso de Jesús. Esta imagen optimista de la Iglesia es ciertamente atractiva, pero ésta sólo se corresponde parcialmente con lo que la Biblia profetiza.

Pero antes de que echemos un vistazo a las profecías del tiempo del fin con respecto a la Iglesia, echemos un vistazo a la Iglesia en la Profecía Bíblica en el pasado y presente. 

Profecías del Antiguo Testamento

Algunos teólogos toman la posición de que la Iglesia no está mencionada en las Escrituras hebreas. Esto es correcto e incorrecto. Es correcto en que no hay una mención específica de la Iglesia. Pero, por otro lado, la Iglesia es ciertamente insinuada en una serie de profecías en el Antiguo Testamento. 

El apóstol Pablo se refirió a cinco de estos pasajes proféticos en Romanos 15, donde justificó su predicación del Evangelio a los gentiles. Citó específicamente:

1. 2 Samuel 22:50 y Salmos 18:49 — ambos hablan de un tiempo cuando Dios será alabado entre los gentiles (Romanos 15:9).

2. Deuteronomio 32:43 — que dice que vendrá un tiempo cuando los gentiles se regocijarán con los judíos (Romanos 15:10).

3. Salmos 117:1 — que dice que habrá un día cuando los gentiles alabarán al Dios de los judíos (Romanos 15:11).

4. Isaías 11:10 — que dice que cuando venga el Mesías (“la raíz de Isaí”), los gentiles hallarán esperanza en Él (Romanos 15:12).

5. Isaías 52:15 — que dice que un día los gentiles llegarán a conocer entender al Mesías (Romanos15:21).

Y éstas son sólo algunas de las profecías del Antiguo Testamento acerca de la futura inclusión de los gentiles en el Plan de Dios para las Edades. Isaías 42:1 dice que el Mesías traerá “justicia a las naciones” [gentiles]. Unos versículos después, Isaías proclama que el Mesías será una “luz de las naciones[gentiles] (Isaías 42:6). Isaías repite esta profecía en el capítulo 49 donde cita a Dios diciendo que Él hará que el Mesías sea “una luz de las naciones [gentiles] para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra” (Isaías 49:6b).


Una de mis referencias proféticas favoritas de la futura inclusión de los gentiles en el reino de Dios se encuentra en Isaías 9:1-2, donde el profeta dice que un día Dios hará gloriosa la “Galilea de los gentiles. Específicamente, declara que “el pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz” [el Mesías]. Otra se encuentra en Isaías 54:1, donde el profeta declara que vendrá un tiempo cuando “los hijos de la desolada [los gentiles] serán más numerosos que los hijos de la casada” [Israel].

La profecía angular acerca de la inclusión de los gentiles en el plan de salvación de Dios se encuentra en el Pacto Abrahámico, que se enumera primero en Génesis 12:1-3. En este pasaje, Dios le dijo a Abraham que a través de sus descendientes “serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Esa promesa ciertamente incluía a los gentiles.

Cumplimiento de las Profecías

Aunque siempre fue posible que los gentiles fueran salvos durante los tiempos del Antiguo Testamento al responder al Creador en fe (Joel 2:32 y Romanos 2:14-15), su inclusión específica en el Plan de Dios para las Edades no ocurrió hasta el Día de Pentecostés alrededor del año 30 d.C. Esto fue cuando la Iglesia fue establecida. El apóstol Pedro predicó el primer sermón del Evangelio (Hechos 2:14-36), y tres mil almas respondieron. 

Es cierto que todos ellos eran judíos. Es cierto que la Iglesia comenzó con el pueblo judío respondiendo a un mensaje judío acerca de un Mesías judío. Y, por lo tanto, la Iglesia comenzó como lo que parecía ser una secta judía. Pero, a los pocos años de su establecimiento, la Iglesia se abrió a los gentiles, en cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. 

Esto comenzó cuando el apóstol Pedro recibió una visión de Dios que dejó en claro que los gentiles iban a ser incluidos en la Iglesia (Hechos 10:9-15). Ese mismo día, Pedro fue convocado a Cesarea Marítima para predicarle a un soldado romano llamado Cornelio (Hechos 10:19-22). Cuando Pedro compartió las buenas nuevas de salvación con este soldado, él y toda su casa recibieron a Jesús como Señor y Salvador. El Espíritu Santo cayó sobre ellos, y fueron bautizados en el nombre de Jesús (Hechos 10:34-48).

Este evento decisivo causó una crisis en la Iglesia. Algunos cuestionaban si los gentiles paganos deberían ser incluidos o no. Otros argumentaban que si iban a ser incluidos, se les debería exigir someterse a la circuncisión y las leyes de la Torá.

Estas controversias dieron como resultado una conferencia en Jerusalén, donde se decidió que era la voluntad de Dios incluir a los gentiles (Hechos 15:6-29). También se determinó que los gentiles no deberían ser obligados a convertirse en practicantes de las leyes judías. En el proceso, Pedro citó una profecía de las Escrituras hebreas que preveía un día cuando “el resto de los hombres busque al Señor”, incluyendo a “todos los gentiles” (Hechos 15:14-18 en referencia a Amós 9:11-12).

Cerca del final del segundo viaje misionero de Pablo, después de su llegada en Corinto, se enojó con la persistente resistencia de los judíos al Evangelio. Esta frustración lo llevó a declarar, “desde ahora me iré a los gentiles” (Hechos 18:6). Y en los años siguientes, toda la complexión de la Iglesia cambió de una secta judía a una congregación gentil.

En la segunda parte de este estudio de la Iglesia en la Profecía Bíblica, exploraremos los mensajes de las Siete Iglesias del Apocalipsis. 


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Church in Prophecy 

Estimado lector: Su valiosa contribución, por medio de sus oraciones y sus ofrendas voluntarias, hace posible que sigamos produciendo materiales que contribuirán grandemente a su crecimiento y edificación espiritual.


martes, 19 de junio de 2018

¿Cuándo se Permite la Desobediencia Civil para un Cristiano?



Respuesta: El emperador de Roma, desde el año 54 al 68 d.C., fue Nerón Claudio César Augusto Germánico, también conocido simplemente como Nerón. El emperador no era conocido por ser una persona piadosa y participó en una variedad de actos ilícitos, siendo el matrimonio homosexual uno de ellos. En el año 64 d.C., ocurrió el gran incendio de Roma, siendo Nerón mismo el sospechoso del incendio. En sus escritos, el senador e historiador romano Tácito registró, "Para deshacerse del informe [que él había iniciado el fuego], Nerón sujetó la culpa e infligió las torturas más exquisitas en una clase odiada por sus abominaciones, que el pueblo llamaba cristianos" (Anales, XV). 

Fue durante el reinado de Nerón que el apóstol Pablo escribió su epístola a los romanos. Mientras que uno podría esperar que él alentara a los cristianos de Roma para que se levantaran contra el gobernador que los oprimía, en el capítulo 13 escribe:

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra” (Romanos 13:1–7).

Incluso bajo el reinado de un emperador cruel y sin dios, Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, les dice a sus lectores que estén en sujeción al gobierno. Además, afirma que no existe una autoridad distinta de la que fue establecida por Dios, y que los gobernantes están sirviendo a Dios en sus cargos políticos.

Pedro escribe casi lo mismo en una de sus dos cartas del Nuevo Testamento:

"Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey" (1 Pedro 2:13-17).

Tanto las enseñanzas de Pablo y de Pedro, han dado lugar a un buen número de preguntas de los cristianos donde se refiere a la desobediencia civil. ¿Pablo y Pedro quieren decir que los cristianos siempre tienen que someterse a cualquier cosa que el gobierno ordene, sin importar lo que se les pida?

Un Breve Vistazo a las Diversas Opiniones de la Desobediencia Civil

Hay al menos tres posiciones generales sobre el tema de la desobediencia civil. El punto de vista anarquista dice que una persona puede elegir desobedecer al gobierno cuando quiera y cuando se sienta personalmente justificado para hacerlo. Tal postura no tiene base bíblica alguna, como se evidencia en los escritos de Pablo en Romanos 13.

El patriota extremista dice que una persona debería siempre seguir y obedecer a su país, sin importar la orden. Como se mostrará en un momento, esta idea tampoco tiene base bíblica. Además, no está apoyada en la historia de las naciones. Por ejemplo, durante los juicios de Núremberg, los abogados de los criminales de guerra nazis, intentaron usar la defensa de que sus clientes estaban sólo siguiendo órdenes directas del gobierno y, por lo tanto, no podían ser considerados responsables de sus acciones. Sin embargo, uno de los magistrados desestimó su argumento con la simple pregunta: "¿Pero, señores, no hay una ley por encima de nuestras leyes?".

La posición que las escrituras defiende es la posición de la sumisión bíblica, con el permiso que se le da al cristiano de actuar en desobediencia civil al gobierno si este ordena algo perverso, de tal modo que se obliga que un cristiano actúe en una forma que es contraria a las claras enseñanzas y requisitos de la palabra de Dios.

Ejemplos de Desobediencia Civil en las Escrituras

En Éxodo 1, el faraón egipcio dio la orden clara a dos parteras hebreas que tenían que matar a todos los judíos varones recién nacidos. Una patriota extrema habría ejecutado la orden del gobierno, sin embargo, la Biblia dice que las parteras desobedecieron al faraón y "temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños" (Éxodo 1:17). La Biblia dice que las parteras mintieron al faraón acerca de por qué estaban dejando que los niños vivieran; aunque a pesar de que mintieron y desobedecieron a su gobierno, "Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y por haber las parteras temido a Dios, Él prosperó sus familias" (Éxodo 1:20-21).

En Josué 2, Rahab directamente desobedeció una orden del rey de Jericó para capturar a los espías israelitas que habían entrado en la ciudad para obtener información para la batalla. En su lugar, ella los hizo descender con una cuerda para que pudieran escapar. Aunque Rahab había recibido una orden clara de un alto funcionario del gobierno, ella se resistió a la orden y libró su vida de la destrucción de la ciudad cuando Josué y el ejército israelí la destruyeron.

El libro de 1 Samuel registra una orden dada por el rey Saúl durante una campaña militar donde nadie podía comer hasta que Saúl hubiera ganado su batalla con los filisteos. Sin embargo, Jonatán el hijo de Saúl, quien no había escuchado la orden, comió la miel para refrescarse a sí mismo de la dura batalla que el ejército había librado. Cuando Saúl se enteró, ordenó que su hijo muriera. Sin embargo, el pueblo se resistió a Saúl y a su orden y libraron de morir a Jonatán (1 Samuel 14:45).

Otro ejemplo de desobediencia civil de acuerdo con la sumisión bíblica se encuentra en 1 Reyes 18. Este capítulo introduce brevemente un hombre llamado Abdías que "temía grandemente al Señor". Cuando la reina Jezabel mataba a los profetas de Dios, Abdías tomó cien de ellos y los ocultó de ella para que pudieran vivir. Ese acto constituye un claro desacato a los deseos de la autoridad gobernante.

En 2 de Reyes, se registra la única rebelión aparentemente aprobada contra un funcionario del gobierno. Atalía, la madre de Ocozías, empezó a destruir la descendencia real de la casa de Judá. Sin embargo, Joás el hijo de Ocozías, fue llevado por la hija del rey y lo ocultó de Atalía, para que el linaje se preservara. Seis años más tarde, Joiada reunió hombres en torno a él, declaró a Joás como rey y mataron a Atalía.

Daniel registra varios ejemplos de desobediencia civil. La primera se encuentra en el capítulo 3 donde Ananías, Misael y Azarías se negaron a adorar la estatua de oro en desobediencia a la orden del rey Nabucodonosor. La segunda está en el capítulo 6, donde Daniel desafía el decreto del rey Darío de no orar a nadie más que al rey. En ambos casos, Dios rescató a Su pueblo de la pena de muerte que se había impuesto.

En el Nuevo Testamento, el libro de los Hechos registra la desobediencia civil de Pedro y Juan hacia las autoridades que en ese momento estaban en el poder. Después que Pedro sanó a un hombre cojo de nacimiento, Pedro y Juan fueron arrestados por predicar acerca de Jesús y fueron puestos en la cárcel. Las autoridades religiosas estaban decididas a que no enseñaran acerca de Jesús; sin embargo, Pedro dijo, "Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4:19-20). Más tarde, los gobernantes confrontaron a los apóstoles nuevamente y les recordaron la orden de no enseñar acerca de Jesús, pero Pedro respondió, "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29).

Un último ejemplo de la desobediencia civil se encuentra en el libro del Apocalipsis, donde el anticristo ordena a todos aquellos que están vivos durante los tiempos finales que adoren una imagen de sí mismo. Pero el apóstol Juan, quien escribió Apocalipsis, dice que aquellos que se convierten en cristianos en ese momento, desobedecerán al anticristo y a su gobierno y se negarán a adorar la imagen (Apocalipsis 13:15), así como los compañeros de Daniel violaron el decreto de Nabucodonosor para adorar a su ídolo.

Conclusión  Desobediencia Civil

Decenas de miles marchan contra el presidente inconstitucional de Nicaragua, Daniel Ortega, en Managua el 30 de mayo de 2018. Los grupos paramilitares y la policía subordinados a Ortega asesinaron a 18 personas ese día, al finalizar dicha manifestación.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de los anteriores ejemplos bíblicos? Las directrices para la desobediencia civil de un cristiano se pueden resumir así:

• Los cristianos deben resistir un gobierno que obliga o impone la maldad y deben trabajar en forma no violenta dentro de las leyes de la tierra para cambiar un gobierno que permite el mal.

• La desobediencia civil está permitida cuando las leyes o las órdenes del gobierno constituyen una violación directa de las leyes y mandatos de Dios.

• Si un cristiano desobedece un gobierno perverso, a menos que pueda escapar del gobierno, debería aceptar el castigo del gobierno por sus acciones.

• A los cristianos ciertamente se les permite trabajar para instalar nuevos líderes del gobierno en el marco de las leyes que se han establecido.

Por último, a los cristianos se les manda orar por sus dirigentes y para que Dios intervenga en Su momento para cambiar cualquier camino impío que estén siguiendo: "Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad" (1 Timoteo 2:1-2).

Fuente: GotQuestions

martes, 12 de junio de 2018

Revista Llamada de Medianoche – Junio 2018

Controversia en Jerusalén: Israel entre mentira y verdad



Temas incluidos en esta edición: 

»» Dios no ha desechado a Su pueblo
»» La nueva estrategia de Hamás en Cisjordania
»» Israel amenaza con atacar directamente a Irán
»» La Epístola a los Filipenses
»» La fe y las obras 

Entre otros

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