jueves, 4 de mayo de 2023

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 11 (parte 1 de 2)

 Las Naciones en la Profecía

¿Habrá una cierta configuración del tiempo del fin?


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Él multiplica las naciones, y él las destruye; esparce a las naciones, y las vuelve a reunir. Job 12:23

La interpretación de la profecía bíblica no puede ser dictada por los acontecimientos mundiales. Si la Biblia dice que un evento va a ocurrir en el futuro — como una invasión rusa contra Israel — va a suceder, independientemente de las tendencias en la política mundial.

Cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, muchas personas sintieron que ése era el final de cualquier posible invasión rusa contra Israel, como se profetizó en Ezequiel 38 y 39. Pero la invasión rusa contra Israel predicha en la profecía bíblica nunca ha dependido de que Rusia sea un Estado comunista.

Creyendo lo que Dice la Biblia

Al interpretar lo que la Biblia dice acerca de las naciones en los tiempos del fin, necesitamos tener la fe que fue demostrada por C. I. Scofield, cuando publicó su famosa Biblia de Estudio en 1909. Interpretó Ezequiel 38 y 39 en el sentido de que Rusia invadiría Israel en los tiempos del fin. Esa interpretación fue cuestionada e incluso ridiculizada.

Los eruditos preguntaron: “¿Cómo es posible que digas que estos capítulos profetizan una invasión rusa contra Israel? Rusia es una nación cristiana ortodoxa, ¡e Israel ni siquiera existe! Tampoco hay posibilidad alguna de que Israel vuelva a existir”.

La respuesta de Scofield fue simple: “No lo entiendo, y no puedo explicarlo, pero la Biblia lo dice, y por lo tanto, lo creo”.

Hoy, cien años después, Israel existe y Rusia es cualquier cosa menos una nación cristiana. Los rusos lucen actualmente un delgado barniz democrático, pero debajo hay una fea herencia de dictadura, represión y antisemitismo. Además, la sociedad se está revolcando en el caos económico y la violencia, ya que los ex funcionarios comunistas ahora operan como matones de la mafia que construyen imperios regionales que operan bajo la protección del gobierno. Otra cosa a tener en cuenta es que las repúblicas rusas centrales contienen una enorme población islámica que se opone con vehemencia al Estado de Israel.

La Nación Clave

Rusia es sólo una de varias naciones que se mencionan específicamente en las profecías del tiempo del fin. La nación clave es Israel, porque toda la profecía del tiempo del fin gira en torno al pueblo judío.

Hace cuatrocientos años, los eruditos puritanos comenzaron a predicar que la nación de Israel sería restablecida en los tiempos del fin, justo antes del regreso de Jesús. Un buen ejemplo de esta enseñanza se puede encontrar en un libro de Increase Mather, The Mystery of Israel’s Salvation (El Misterio de la Salvación de Israel), que fue publicado en 1667.

La mayoría de los cristianos se burlaron de la afirmación puritana. Después de todo, los judíos habían sido dispersados por todo el mundo, y su patria, llamada Palestina, era parte del Imperio Otomano. No parecía alguna perspectiva de que la nación de Israel volviera a existir.

El Testimonio de las Escrituras

Pero la afirmación puritana se basaba en evidencia bíblica sólida. Isaías 11:10-12 declara claramente que, en los tiempos del fin, habrá una “segunda” reunión de los judíos (la primera es desde Babilonia). El pasaje dice, además, que ésta será una reunión de judíos de todas las tribus, tanto las diez tribus de Israel como las dos tribus de Judá (el regreso de Babilonia incluyó sólo a Judá). Finalmente, el pasaje dice que esta reunión será “desde los cuatro confines de la tierra”.

Otra de las grandes profecías de la reunión del tiempo del fin se encuentra en Ezequiel 37. Es la famosa profecía del valle de los huesos secos. Ezequiel fue llevado por el Espíritu de Dios a un valle sembrado de huesos. Se le dijo que les predicara a los huesos.

Cuando Ezequiel comenzó a predicar, ¡los huesos comenzaron a cobrar vida! Volvieron a juntarse, y se formaron músculos en ellos. Cuando reasumieron sus formas humanas, el aliento entró en ellos, ¡y se pusieron de pie!

El Señor le dijo al asombrado profeta que los huesos representaban al pueblo judío, que había sido dispersado y parecía no tener esperanza. Luego, el Señor le aseguró a Ezequiel que un día las “tumbas” del pueblo judío — las naciones donde serían dispersados —serían abiertas, y el pueblo sería traído de regreso a la tierra de Israel (Ezequiel 37:11-12).

Una vez más, Ezequiel afirma que ésta será una reunión que incluirá tanto a Israel como a Judá: “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano” (Ezequiel 37:19). También dice que esto ocurrirá justo antes del regreso del Mesías para reinar sobre las naciones desde Jerusalén (Ezequiel 37:24-28).

Profecías similares se pueden encontrar a lo largo de las Escrituras hebreas. De hecho, el regreso de los judíos a su patria en los tiempos del fin es la profecía más prolífica en el Antiguo Testamento, mencionada con más frecuencia que cualquier otra.

Desencadenando las Profecías

El Señor inició Su cumplimiento de estas profecías cerca del final del siglo XIX, cuando le dio a un periodista vienés una visión para el restablecimiento del Estado de Israel. El hombre era un judío húngaro llamado Theodor Herzl (1860-1904). Como la mayoría de los intelectuales judíos de su tiempo, Herzl creía que los judíos habían sido asimilados en la sociedad europea. Pero, en 1894, su actitud cambió radicalmente.

Fue a París para cubrir el juicio de un oficial del ejército francés llamado Alfred Dreyfus. El oficial había sido acusado falsamente de traición porque era judío. Cuando Herzl llegó al juzgado, se sorprendió al ver a miles de parisinos parados en las calles gritando: “¡Muerte a los judíos!”.

Esta experiencia agonizante convenció a Herzl de que la única esperanza para los judíos era que formaran un Estado propio. Expresó este sentimiento de manera muy convincente en 1896, en un folleto llamado “Der Judenstaat” (“El Estado Judío”). Su panfleto condujo a la convocatoria del Primer Congreso Sionista, celebrado en Basilea, Suiza, en agosto de 1897. Herzl escribió en su diario: “En Basilea, fundé el Estado judío”. Predijo que dentro de 50 años la gente vería la verdad de su declaración.

Efectivamente, 50 años después, en noviembre de 1947, las Naciones Unidas autorizaron la creación de un Estado judío en Palestina. Y, el 14 de mayo de 1948, nació el Estado de Israel.

La Amenaza Árabe

Una vez que Israel sea restablecido, como lo ha sido, la Biblia profetiza que será amenazado por todas partes por una variedad de naciones. En primer lugar, la existencia misma de Israel será desafiada por los Estados árabes circundantes.

Ezequiel profetizó que “en el tiempo de su aflicción” (su término para los últimos tiempos), Dios derramará Su ira sobre el “Monte de Seir” (un término colectivo para los pueblos árabes) porque codiciarán la tierra que Él ha dado a los judíos (Ezequiel 35:5, 10-11). Isaías había dado previamente la misma profecía, cuando declaró que vendrá un tiempo cuando Dios derramará Su ira sobre Edom (el término colectivo de Isaías para los árabes) debido a su maltrato al pueblo judío (Isaías 34:5-6).

Una de las guerras del tiempo del fin descrita en la profecía que aún no ha ocurrido es la “guerra de aniquilación” que se describe en el Salmo 83. Este salmo retrata una conspiración árabe del tiempo del fin contra Israel. El salmista dice que todas las naciones árabes que tienen una frontera común con Israel intentarán aniquilar al Estado judío. Esos estados incluyen Jordania, Egipto, Líbano, Gaza, Arabia Saudita, Siria e Irak.

El salmo no revela el resultado de esta guerra, pero sabemos que los judíos prevalecerán, porque hay profecías que dicen que Israel ganará todas sus guerras del tiempo del fin. Por ejemplo, Zacarías 12:6 dice que Dios pondrá “a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán . . .a todos los pueblos alrededor. . .”. Zacarías agrega que el Señor destruirá “a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén” (Zacarías 12:9).

Estas profecías se han cumplido desde el restablecimiento del Estado judío en 1948. Las naciones árabes que rodean a Israel han lanzado guerra tras guerra contra el Estado judío, en un intento incesante de aniquilarlo. Además, ha habido varias intifadas significativas (levantamientos palestinos). Pero Israel ha prevalecido en todas estas batallas.

La Amenaza Rusa

Los árabes no son los únicos enemigos de Israel profetizados para los tiempos del fin. La Biblia dice que otra némesis de los judíos será Rusia. En Ezequiel 38 y 39, se nos dice que una nación de “las partes remotas del norte” demostrará ser el mayor enemigo de Israel (Ezequiel 38:6, 15).

Todas las instrucciones en la Biblia se dan con referencia a Jerusalén. Si toma una cuerda y pone un extremo de ella en la ciudad de Jerusalén en un globo terráqueo, y luego coloca el otro extremo en el Polo Norte, verás que la cuerda pasa por Moscú, la capital de Rusia. Ésta es una buena indicación de que Ezequiel está hablando de Rusia como la nación en “las partes remotas del norte”.

Hay otros indicadores. Ezequiel dice que esta nación comprenderá la tierra de Magog (Ezequiel 38:2), que el historiador judío, Josefo, identificó como el área ocupada por los escitas en el centro sur de Rusia. También se identifica como la tierra gobernada por “el príncipe de Rosh” (Ezequiel 38: 2). Rosh es una antigua palabra raíz para Rusia.

Una Coalición de Naciones

Los rusos son representados como invasores de Israel con una coalición de naciones. Persia es nombrada primero (Ezequiel 38:5). En ese momento, Persia incluía la actual Siria, Irak, Irán y Afganistán. También se nombran Etiopía, Put (Libia) y dos áreas, Gomer y Bet-Togarma, incluidas en la Turquía moderna (Ezequiel 38:5-6).

Ezequiel dice que la invasión rusa de Israel ocurrirá en un momento en que los judíos viven en “ciudades sin muros” (Ezequiel 38:11). Ese no es el caso hoy en día, ya que hay un muro de seguridad que zigzaguea por el centro de Israel, corriendo por una longitud de 440 millas. Ezequiel también dice que el pueblo de Israel vivirá “en reposo” y “seguro" (Ezequiel 38:11). Una vez más, ésa no es ciertamente la situación actual. Estas condiciones deben prevalecer después de que Israel derrote a todos sus vecinos en la Guerra del Salmo 83.

Como dije anteriormente en este capítulo, no hay nación en la tierra con una historia antisemita más larga y persistente que Rusia. Los gobernantes rusos han utilizado a los judíos como chivos expiatorios a lo largo de su historia registrada, culpando de todos los males de la sociedad rusa a “la conspiración judía internacional”. Ese espíritu demoníaco de antisemitismo permanece firmemente arraigado en la sociedad rusa hasta el día de hoy.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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miércoles, 3 de mayo de 2023

Estrategia para Recuperar la Cultura Cristiana

¿Qué Puedo Hacer para Recuperar la Cultura Cristiana?

Por Dr. Nathan E. Jones


La Biblia indica claramente que, en los días postreros antes del regreso de Jesús, ocurrirán los siguientes cambios de paradigma para eliminar la cosmovisión bíblica de la cultura general:

  1. Humanidad — El amor por la familia y el prójimo se enfriará, reemplazado por un amor sólo por uno mismo (Mateo 24:12; 2 Timoteo 3:1-4).
  2. La Iglesia — En los días postreros, la Iglesia se definirá principalmente por su apatía y su alejamiento de la sana doctrina (Ap. 3:15-18; 2 Timoteo 4:3-4).
  3. Sociedad — La sociedad retrocederá inmoralmente a los días de Noé (Lucas 17:26; 2 Pedro 2:5).

La profecía bíblica indica que la sociedad se derrumbará en los días postreros. Estas señales trágicas de los tiempos apuntan al muy pronto regreso de Jesucristo, aunque no precisan cuándo llegará ese día. Mientras esperamos Su llegada, Jesús nos manda vivir como luces en el mundo (Mateo 5:13-16). Por lo tanto, debemos luchar por lo que es bíblico, moral y que honra a Dios.

¿Qué se necesitaría para recuperar una cultura cristiana — una cultura de adoración a Jesucristo solamente, donde la Biblia sea el fundamento de la moralidad y la ley, y donde las personas amen a los demás más que a sí mismas? Ésta es la estrategia:

1. Empieza Contigo

a. Comprométete con Cristo

El verdadero avivamiento comienza con el Espíritu Santo obrando en el corazón humano. ¿Es Jesucristo tu Salvador? ¿Es Él Señor de cada área de tu vida, controlando los pensamientos e intenciones de tu corazón? Si no, renueva tu relación con Él.

b. Sé ejemplo

El mundo va a ver cómo vives tu vida como un ejemplo de la autenticidad del mensaje que estás proclamando. Si ve hipocresía, tu mensaje será ignorado. Esfuérzate por llegar a ser como Cristo.

c. Comparte a Cristo

El secularismo y el paganismo prosperan cuando las personas rechazan el cristianismo o cuando las personas no saben quién es Jesucristo, el Hijo de Dios y Salvador de nuestras almas. Compartir las Buenas Nuevas de Jesucristo puede ser aterrador, pero aún más aterrador es que las personas vayan al infierno mientras nos sentamos al margen y miramos. ¿Has compartido tu fe en Cristo con alguien esta semana? En lugar de ceder al miedo o resignarte a ver cómo nuestra cultura se desvanece, usa tu espíritu de poder, amor y dominio propio dado por Dios (2 Timoteo 1:7).

2. Asegura a tu Familia para Cristo

a. Invita a Jesús a ser un miembro de la familia

Una familia en la que Jesús no es un miembro de la familia está perdiendo su miembro más importante. Una familia donde Jesús está palpablemente presente establece una base sólida que influirá en los hijos mucho después de que se hayan ido de casa.

b. Arréglate con tu cónyuge

La mayoría de los males de la sociedad actual — miedo al compromiso, relaciones perpetuamente rotas, soledad, promiscuidad sexual, drogas y suicidio — tienen sus raíces en el matrimonio de papá y mamá. ¡Los esposos y esposas cristianos deben rechazar el divorcio! Deben anteponer las necesidades del otro antes que las propias. Deben reconciliarse y perdonar. La sociedad no sanará a menos que la familia sane primero.

c. Tira la basura

Si en tu hogar hay pornografía, música lasciva y juegos violentos, están pudriendo la moralidad y la unidad de tu familia. ¡Deséchalos permanentemente!

3. Revitaliza la Iglesia Local

a. Conoce tu Biblia

No sabrás si los mensajes desde el púlpito son doctrinalmente sólidos si no sabes lo que enseña la Biblia. Equiparte con la “toda la armadura de Dios” del estudio bíblico y la oración te ayudará a detectar la herejía.

b. Ve a la iglesia

Si no estás donde están otros creyentes, entonces estás desconectado del motor de cambio primario de Jesús en esta era. Ya sea que se trate de una gran mega-iglesia o de un pequeño estudio en el hogar, es donde Dios quiere que estés para la comunión cristiana, la responsabilidad y la adoración (He. 10:25).

c. Participa dentro

Si estás directamente involucrado en el crecimiento de una iglesia, entonces te has ganado el derecho de ser escuchado por tu pastor cuando se trata de trazar el curso de la iglesia. Anima a tu cuerpo local a tener una pasión por Jesucristo. Insistan en la solidez doctrinal, en equipar a los creyentes y en tender una mano a aquellos que aún no han conocido a su Salvador.

4. Recupera la Cultura

a. Toma una Postura

Una sociedad que no conoce a Cristo ha perdido su capacidad de discernir el bien del mal. ¿Cuándo fue la última vez que defendiste públicamente a Cristo en contra de algo que era descaradamente malo? Una persona puede marcar la diferencia si habla y actúa.

b. Ayuda a los necesitados

El ministerio de Jesús se dedicó a ayudar a los necesitados, tanto espiritual como físicamente. Sus acciones llamaron la atención de la gente para que escucharan su mensaje. Reclama ese derecho a ser escuchado al involucrarte en mostrar la compasión y el amor de Cristo, y dirigirás vidas hacia la Cruz.

c. Dirige

La sociedad va a donde la visión de sus líderes la lleva. Si eres quien establece la visión de una cultura cristiana, entonces asumir un papel de liderazgo en la sociedad le dará la oportunidad de actuar de acuerdo con esa visión.

¿Quieres una revolución cultural cristiana? Si bien es posible que no suceda a escala nacional, ciertamente puede suceder dentro de tu círculo de influencia. Pero no sucederá a nivel nacional o local si los cristianos que creen en la Biblia permanecen inactivos.

Nuestra cultura ciertamente no cambiará si no participamos activamente en ella. Nadie va a hacer el trabajo por nosotros. Involucrar a la sociedad hacia la recuperación de su cultura cristiana depende de cada uno de nosotros que llamamos a Cristo, Salvador.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

Recurso recomendado:

Libro: El Plan de Dios para las Edades (2da. Ed.) – Capítulo 10

 Los Imperios en la Profecía

¿Revivirá el Imperio Romano?


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¡Sea bendito el nombre de Dios desde la eternidad hasta la eternidad! Porque suyos son la sabiduría y el poder. Él cambia los tiempos y las ocasiones; quita reyes y pone reyes . . . Daniel 2:20b-21a

Antes del nacimiento del sistema de estado-nación, que ha dominado la política mundial desde el siglo XIX, la humanidad parecía enamorada del concepto de imperio, real o imaginario.

En los albores de la historia, los pueblos de la tierra trataron de unirse en Babilonia para formar un imperio mundial que llegaría “hasta los cielos”, desafiando incluso la soberanía de Dios (Génesis 11: 1-4). Dios puso fin a ese intento confundiendo el lenguaje de la gente (Génesis 11:6-9).

Imperios Bíblicos

Pero en poco tiempo, la gente volvió a hacerlo. Primero vino el Imperio Egipcio (que se remonta al 3500 a. C.) y luego el Asirio (fundado en el 1810 a. C.). Los conflictos entre estos imperios y los que siguieron están registrados en los libros de historia del Antiguo Testamento.

La razón por la que la Biblia contiene tanta información acerca de ellos es debido a la ubicación estratégica del antiguo Israel. Esa pequeña nación constituía un puente terrestre que conectaba África, Asia y Europa. El resultado es que a menudo sirvió como campo de batalla para imperios en competencia.

Uno de los imperios que tuvo un tremendo impacto sobre el pueblo judío fue el babilónico. Existió sólo 73 cortos años, desde el 612 a. C. hasta el 539 a. C., pero Dios obró a través de él para disciplinar a los judíos por su idolatría. Permitió que los babilonios conquistaran Jerusalén y, en última instancia, la destruyeran junto con el Templo judío.

Un Hombre Extraordinario

Uno de los muchos cautivos que fueron llevados en el primer sitio de Jerusalén en el año 605 a. C.  fue un joven llamado Daniel. Rápidamente llamó la atención de los líderes babilonios debido a su capacidad para interpretar los sueños.

El evento que lo catapultó al centro de atención fue un sueño que Dios le dio al rey de Babilonia, Nabucodonosor. El rey hizo una petición inusual a los magos y hechiceros de su corte. En lugar de simplemente pedirles que interpretaran su sueño, ¡exigió que primero le dijeran el contenido de su sueño! Estaban desconcertados y estaban a punto de ser ejecutados, cuando Daniel envió un mensaje al rey de que él podía revelar el sueño y proporcionar su interpretación (Daniel 2:14-16).

Cuando el rey Nabucodonosor accedió a darle una audiencia a Daniel, el joven y sus compañeros de prisión se arrodillaron en oración y clamaron a Dios por comprensión (Daniel 2:17-18). El misterio fue revelado inmediatamente a Daniel en una visión nocturna (Daniel 2:19).

Un Sueño Extraordinario

Cuando Daniel fue conducido a la presencia del rey, comenzó revelando los detalles del sueño (Daniel 2:31-35). Declaró que el rey había visto una enorme estatua de un hombre que era a la vez espléndida e impresionante en apariencia. La estatua estaba hecha de una sucesión de metales. Tenía una cabeza de oro, un pecho de plata, muslos de bronce y piernas de hierro. Descansaba sobre una base precaria — pies de hierro mezclados con arcilla.

Mientras Nabucodonosor miraba fijamente la estatua, admirando su belleza, los pies fueron golpeados repentinamente por una piedra sobrenatural (“una piedra cortada sin manos”). La estatua se derrumbó, y la piedra se expandió rápidamente hasta convertirse en una montaña que envolvió al mundo entero (Daniel 2:31-35).

Una Interpretación Profética

Daniel explicó que el sueño trataba con el futuro y se extendía incluso a los “postreros días” (Daniel 2:28). Señaló que la cabeza dorada era representativa del imperio babilónico. Sería sucedido por otro imperio representado por el pecho de plata y, a su vez, sería derrocado por otro imperio, simbolizado por los muslos de bronce. El imperio final estaba representado por las piernas de hierro (Daniel 2:36-40).

Más tarde, Dios le reveló a Daniel que el imperio que seguiría a Babilonia sería el medo-persa que, a su vez, sería derrocado por los griegos bajo Alejandro Magno (Daniel 8:1-8, 20-21).

El imperio representado por las piernas de hierro nunca fue identificado específicamente, pero sabemos por la historia que fue el Imperio Romano, el que finalmente se dividió en dos partes, los imperios oriental y occidental.

Con respecto a los pies de hierro mezclados con barro, Daniel declaró que éste sería el reino mundial final de la humanidad y que sería fuerte como el hierro y quebradizo como el barro. Daniel afirmó además que este reino final de la humanidad sería repentina y totalmente destruido cuando “el Dios de los cielos establezca un reino que jamás será destruido” (Daniel 2:44). Ese reino, representado por la piedra, abarcará todo el mundo, destruirá todos los demás reinos y "permanecerá para siempre" (Daniel 2:44-45). Ese reino de piedra es, por supuesto, un símbolo del reino eterno del Mesías.

Una Brecha Profética

La profecía evidentemente contiene una brecha de tiempo porque no hay nada en la historia que corresponda al imperio representado por los pies de hierro mezclados con barro. Además, debe contener un intervalo de tiempo porque el texto establece específicamente que se relaciona con “los postreros días”.

Los amilenialistas (aquellos que niegan que habrá un futuro reinado de Jesús en la tierra) objetan la idea de que la profecía contiene una brecha de tiempo. Argumentan que la piedra representa el reino de la Iglesia que destruyó el Imperio Romano y procedió a expandirse por toda la tierra.

Pero el cristianismo sirvió para unir y consolidar el Imperio Romano en lugar de destruirlo. Y aunque la Iglesia se ha extendido por todo el mundo, ciertamente no ha desplazado a los reinos de este mundo. Tampoco la Biblia enseña que la Era de la Iglesia durará para siempre. De hecho, la Biblia enseña que se detendrá bruscamente cuando la Iglesia sea arrebatada de este mundo.

Más Revelaciones

En sueños y visiones posteriores, el Señor le reveló a Daniel que este reino de hierro mezclado con barro sería una confederación suelta de diez gobernantes (Daniel 7:24). Esta confederación surgiría del territorio del imperio de hierro — el Imperio Romano (Daniel 7:7-8). A Daniel también se le mostró que esta confederación europea revivida serviría como base para la consolidación del último gran imperio mundial gentil, es decir, el imperio del Anticristo (Daniel 7:8, 24-26 y 8:19-27).

Estas revelaciones proporcionan evidencia adicional de una brecha de tiempo en la profecía, porque la historia no muestra una confederación europea de diez naciones expandiéndose en un imperio mundial y luego siendo repentinamente destruida por una intervención sobrenatural de Dios. Tampoco ninguna confederación europea ha producido jamás un líder equivalente al Anticristo descrito tanto en Daniel como en Apocalipsis.

Una Interpretación Precisa

La interpretación de Daniel del sueño de Nabucodonosor demostró ser históricamente precisa hasta el más mínimo detalle. Tal como se profetizó, el Imperio Babilónico fue derrocado por el Imperio Medo-Persa en el 539 a. C. Los griegos, bajo Alejandro Magno, conquistaron a los persas en el 331 a. C., y los romanos sucedieron a los griegos. Como dijo un escritor: “Daniel escribió la historia por adelantado mejor que cualquier historiador que la haya escrito después de los hechos”.

El Imperio Romano se dividió en el 395 d. C. y entró en un largo declive. En el siglo V d. C., el imperio estaba muerto. Pero la idea del imperio nunca moriría. La esperanza de revivirlo continuó capturando la imaginación de los líderes europeos.

Intentos de Avivamiento

En el año 800 d. C., Carlomagno, junto con la Iglesia Católica Romana, sentó las bases de lo que se conoció como el Sacro Imperio Romano. Duró hasta 1806, pero nunca fue realmente un verdadero imperio. Consistía principalmente en estados alemanes gobernados por reyes alemanes que generalmente buscaban pero no siempre recibían la coronación como emperador por los papas en Roma.

Fue un intento de revivir el antiguo Imperio Romano, pero existía principalmente en el papel y en la imaginación de sus “emperadores”. Voltaire lo resumió sucintamente cuando escribió: “No es ni santo, ni romano, ni un imperio”.

La forma de gobierno que realmente existió durante la Edad Media fue el feudalismo en forma de estados-tribales, ciudades-estado y ciudades-ligas. El sistema de estado-nación irrumpió en la escena en el siglo XVIII, después de que la imprenta y la difusión de la educación hicieran que la gente tomara conciencia de las agrupaciones nacionales, alimentando el deseo de que cada grupo nacional tuviera su propio estado.

Sin embargo, incluso el nacionalismo extremo del sistema de estado-nación no fue suficiente para matar la idea de revivir el antiguo Imperio Romano. Napoleón intentó hacerlo y casi lo logró. Hitler soñaba con lograrlo, y en el proceso, redujo a Europa a un montón de cenizas.

El Renacimiento Milagroso

Pero, de las cenizas, surgió un renovado celo por unir a Europa. El celo estaba motivado por la desesperación. Los líderes europeos visionarios se dieron cuenta de que si alguna vez iban a reconstruir Europa, tendrían que dejar de lado sus rivalidades nacionales e integrar sus economías.

Establecieron la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en 1951, que abarcaba seis naciones (Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo). En 1958 se amplió el alcance de esta organización para cubrir todas las actividades económicas. Pasó a llamarse Comunidad Económica Europea. Entre 1973 y 1993 se agregaron seis estados adicionales a la comunidad, incluida Gran Bretaña.

El paso más grande y audaz se dio en 1993, cuando las naciones miembros decidieron renunciar a su soberanía política al acordar integrarse política y económicamente. Con este paso, nació la Unión Europea.

Hoy en día, la Unión Europea está formada por 27 naciones con una población de más de 515 millones de personas. Otras naciones están preparadas para entrar en la unión. No hay duda de que la UE se está convirtiendo en una superpotencia como China y los Estados Unidos.

Lo que la humanidad nunca podría lograr con la guerra se ha convertido en una realidad pacíficamente a través de la diplomacia durante un período de 50 años. La razón, por supuesto, es que ahora es el tiempo de Dios para que el antiguo Imperio Romano renazca.

Los Británicos

Cuando los británicos votaron en junio de 2016 para retirarse de la Unión Europea, muchas personas concluyeron inmediatamente que la UE no iba a ser el Imperio Romano revivido predicho en la profecía bíblica del tiempo del fin.

Pero, por el contrario, fue una manifestación de una parte de la profecía de Daniel que preveía que la coalición europea del tiempo del fin sería inestable. Ese era el significado del simbolismo que retrataba el imperio revivido del tiempo del fin como uno de hierro mezclado con barro — una mezcla altamente inestable.

Las Diez Naciones

Pero, ¿qué pasa con la profecía de que el avivamiento del Imperio Romano en el tiempo del fin consistirá en una confederación de diez gobernantes o naciones (los diez dedos de los pies y los diez cuernos de Daniel 2:41-41 y 7:7)? ¿Cómo cumple la UE, con sus 27 naciones, (y más por venir) esta profecía?

Tendremos que esperar y ver, pero las bases para su cumplimiento probablemente se están estableciendo en la actualidad a través del énfasis de la UE en la desnacionalización. Lo que esto significa es que la UE está haciendo todo lo posible para restar importancia a las identidades nacionales y sustituirlas por una identidad europea común. En otras palabras, se anima a la gente a pensar en sí misma no como franceses, alemanes o españoles, sino como europeos.

En consecuencia, los pasaportes se han cambiado para indicar primero que la persona es miembro de la Unión Europea y, en segundo lugar, es ciudadano de un Estado en particular. Pero esto es sólo un paso transitorio hacia un pasaporte que no dirá nada más que la persona es un ciudadano de la UE.

Más importante aún, las naciones, como tales, ya no están representadas en el Parlamento Europeo. Los delegados representan secciones de naciones y deben ocupar un escaño en el Parlamento por ideología política (liberal, moderada o conservadora), y no por origen nacional. A medida que se agreguen más naciones y la organización se vuelva más difícil de manejar, parece probable que la UE se divida en unidades administrativas que traspasarán las fronteras nacionales. Muy bien podría ser que haya un total de diez unidades de este tipo, cada una encabezada por su propio gobernante.

El Elemento Faltante

La Unión Europea tiene ahora un parlamento, un tribunal, un banco y una moneda comunes. Está en proceso de organizar un ejército. Lo principal que le falta es un líder fuerte. Su ejecutivo actualmente consiste en un comité llamado La Comisión. Se compone de una persona de cada uno de los 27 Estados miembros. Está encabezado por un presidente que tiene muy poco poder, pero la profecía bíblica deja en claro que el comité pronto será reemplazado por un solo individuo.

Dentro de poco, surgirá una personalidad política dinámica y carismática dentro de la Unión Europea que parecerá tener las respuestas a todos los problemas del mundo. Él se hará cargo de la Unión, y luego se aventurará a construir un nuevo orden mundial, usando tanto el engaño como la fuerza (Daniel 11:36-45 y Apocalipsis 6:1-6).

El Nuevo Orden Mundial

Este imperio final del Anticristo unirá al mundo entero política, social, económica y espiritualmente. El Anticristo será asistido por un Falso Profeta que unirá a las religiones del mundo en una súper iglesia amalgamada y apóstata que adorará al Anticristo (Ap. 13:11-18).

La Biblia deja en claro que este imperio del Anticristo será el único y verdadero imperio mundial de la historia porque, a diferencia de todos los demás imperios que han existido, este incluirá “toda tribu y pueblo y lengua y nación” (Ap. 13:7).

El Destino del Imperio del Anticristo

El imperio mundial final de la humanidad será brutal. La mitad de la humanidad morirá en los primeros tres años y medio, cuando el Anticristo conquiste el mundo a través del poder militar, lanzando una guerra convencional (Apocalipsis 6) que parece transformarse en una guerra nuclear (Apocalipsis 8-9). Luego, utilizando la tecnología moderna, instituirá una dictadura totalitaria que controlará todos los aspectos de la vida (Ap. 13: 16-17).

Afortunadamente, su reinado será corto. Al final de siete años de tribulación sin precedentes sobre la tierra, Dios derramará Su ira sobre este último imperio. Su abrumadora destrucción por el fuego tendrá lugar en una hora (Apocalipsis 18).

Es entonces cuando Jesús regresará para establecer el imperio de Dios. Será radicalmente diferente de todos los imperios de la humanidad, porque dará como resultado un orden mundial perfecto. Jesús reinará desde el Monte Sion en Jerusalén con una vara de hierro, y el mundo será inundado de paz, rectitud y justicia (Salmo 2 y Miqueas 4).

Una Advertencia

No se dejen engañar por toda la charla actual sobre un “Nuevo Orden Mundial”. Es el viejo orden mundial vestido con ropa nueva.

Satanás está reuniendo un último imperio mundial en su inútil intento de frustrar el plan maestro de Dios. La mayor parte del mundo será engañado creyendo que este “Nuevo Orden Mundial” producirá una utopía en la tierra. Creará, en cambio, un infierno viviente.

El “Nuevo Orden Mundial” está condenado al fracaso, porque estará basado en la sabiduría del hombre. Ore por la venida del orden mundial perfecto que Jesús establecerá cuando regrese. Estará basado en la Palabra de Dios.


Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe

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martes, 2 de mayo de 2023

Libro: Las 9 Guerras de los Tiempos del Fin – Introducción (Parte 2 de 2)

Por Dr. David R. Reagan

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Guerras Seculares

Mientras todas estas guerras bíblicas tenían lugar, horribles guerras seculares estaban abrasando la tierra. Según una fuente, ha habido 10,624 batallas en la historia de la humanidad.1 Sin embargo, cuando se examinan las estadísticas detalladas para este número, se hace evidente que se centran principalmente en Europa. Las voluminosas guerras en China son ignoradas en gran medida, al igual que las de África y América del Sur. Lo más probable es que el total real supere las 50,000 batallas.

Pero todas estas estimaciones son pura especulación, debido a la falta de registros históricos detallados de la antigüedad. Por lo tanto, aunque la existencia humana en esta tierra data de hace unos 6,000 años, la mayoría de las estadísticas sobre las guerras sólo datan de hace 4,500 años (2500 a. C.).

Por ejemplo, un funcionario del Laboratorio de Investigación de la Paz de Lutz en Oslo, Noruega, ha estimado que, en todas las guerras llevadas a cabo desde el año 3000 a. C., entre uno y dos mil millones de personas han muerto (contando tanto a soldados como a civiles).2 La mayoría sitúa la cifra en torno a los mil millones.3 Un experto afirma que, durante los últimos 3,400 años (desde 1400 a. C.), la humanidad ha estado “completamente en paz” durante sólo 268 años, o sólo el ocho por ciento del tiempo.4

El salvajismo de estas guerras seculares se revela en los recuentos de muertos (incluidos tanto guerreros como civiles) de las 15 peores guerras en la historia humana:5

15) Las Guerras Religiosas Francesas (1562-1598)

También conocidas como “Las Guerras de los Hugonotes”, porque eran guerras entre católicos y protestantes que se llamaban hugonotes. Número de muertos: 4 millones.

14) La Segunda Guerra del Congo (1998-2003)

Una guerra entre las tribus hutus y tutsis que resultó en la muerte de 5.4 millones.

13) Las Guerras Napoleónicas (1803-1815)

Dieron como resultado la muerte de 6 millones de europeos y rusos.

12) La Guerra de los Treinta Años (1618-1648)

Batallas entre estados católicos y protestantes en Europa Central, produciendo 8 millones de muertes.

11) La Guerra Civil China Moderna (1927-1949) 

Llevada a cabo entre el Partido Comunista dirigido por Mao Zedong y las fuerzas nacionalistas de Chiang Kai-shek, llamado Kuomintang. Número de muertos de 8 millones.

10) La Guerra Civil Rusa (1917-1922)

Batallas entre los comunistas y los partidarios de la monarquía zarista, resultando en un número de muertos de 9 millones.

9) Primera Guerra Mundial (1914-1918)

Los beligerantes incluyeron gran parte de Europa, el Imperio ruso, los Estados Unidos y el Imperio Otomano, y   la lucha también se expandió hacia el Medio Oriente, África y partes de Asia. Número de muertos de 18 millones.

8) La Revuelta China de los Dungan (1862-1877)

Una rebelión de varios grupos étnicos musulmanes chinos contra la dinastía Qing, con un increíble número de muertos de 20 millones. 

7) Rebelión Taiping (1850-1864)

Una rebelión masiva y una guerra civil que se libró contra la dinastía Qing por un movimiento milenario cristiano llamado el Reino Celestial de Taiping, cuyo líder afirmaba ser el hermano de Jesús. Número de muertos de 20 millones.

6) La Guerra de Transición Ming-Qing (1618-1683)

Una guerra de 60 años que resultó en el derrocamiento de la dinastía Ming. Número de muertos de 25 millones.

5) La Segunda Guerra Sino-Japonesa (1937-1945) 

Batallas entre la República de China y el Ejército Imperial Japonés. Número de muertos de 29 millones.

4) La Rebelión de Lushan (755-763 d. C.)

Una rebelión contra la dinastía Tang en Chinam que resultó en la muerte de dos tercios de la población del imperio, o 36 millones.

3) La Guerra de los Tres Reinos (220-280 d. C.)

Ésta es la guerra más sangrienta en la historia de China. Consistió en tres señores de la guerra que lucharon por obtener el control de toda China. El número de muertos fue de 40 millones.

2) Las Conquistas Mongolas (1206-1368)

Produjo el imperio terrestre contiguo más grande de la historia. Originario de la actual Mongolia en el este de Asia, el Imperio mongol en su apogeo se extendía desde el Mar de Japón, hasta partes de Europa del Este, y hacia el sur en el subcontinente indio y el sudeste asiático. Número de muertos de 50 millones.

1) Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

La primera guerra global verdadera. Incluyó una campaña genocida contra el pueblo judío. El número de muertos por la guerra superó los 70 millones.

El siglo XX resultó ser el siglo más violento en la historia humana. Se estima que más de 187 millones de personas murieron en las guerras del siglo pasado.6 Eso es el equivalente a más del 10% de la población mundial a principios de siglo.  

Este aumento exponencial de la violencia fue el cumplimiento de la profecía bíblica, porque Jesús dijo que los tiempos del fin se caracterizarían por “guerras y rumores de guerras” que aumentarían como dolores de parto — lo que significa que aumentarían en frecuencia e intensidad (Mateo 24:6). También indicó que muchos de estos conflictos serían guerras civiles (Mateo 24:7).

Guerras Israelíes

Cuando Israel milagrosamente se convirtió en una nación nuevamente el 14 de mayo de 1948, nació en medio de la guerra y ha seguido estando plagado de guerras hasta el día de hoy. Sin embargo, este hecho brutal es un cumplimiento de la profecía bíblica.

La profecía específica se encuentra en Isaías 66 donde dice:

7) Antes que estuviera de parto, ella dio a luz; antes que le vinieran los dolores, dio a luz un niño.

8) ¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién ha visto tales cosas? ¿Es dado a luz un país en un solo día? ¿Nace una nación toda de una vez?

¡Esta notable profecía dice que el nacimiento del moderno Estado de Israel sería inusual en el sentido de que los dolores de parto seguirían al nacimiento en lugar de conducir a él! Y eso es exactamente lo que sucedió. El día después de que David Ben-Gurión leyera la declaración de independencia en Tel Aviv, cinco ejércitos árabes (Egipto, Transjordania, Irak, Siria y Líbano) atacaron al nuevo Estado con la intención de destruirlo por completo.

Desde entonces, Israel se ha visto envuelto en una guerra tras otra. Incluso en tiempos de “paz”, ha habido levantamientos árabes, llamados “intifadas”, y continuos actos de terrorismo.

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) lanzó ataques constantes a través de la frontera con Jordania de 1949 a 1970, cuando el rey Hussein expulsó a Yasser Arafat y su ejército, obligándolos a huir al Líbano. Pero simplemente continuaron sus ataques terroristas desde allí, hasta que se vieron obligados a huir a Libia en 1982. 

Bajo la presión estadounidense y mundial, Israel se ha visto obligado a intercambiar tierras por paz — pero todo ha sido en vano.  La conclusión es que simplemente no puedes hacer las paces con un enemigo cuyo objetivo es destruirte. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha resumido la situación con estas palabras: “Si los   árabes dejaran las armas hoy, no habría más violencia. Si los judíos dejaran sus armas hoy, no habría más Israel”.7

Como una indicación de cuán implacables han sido las guerras modernas de Israel, considere la siguiente lista:8

  • La Guerra de la Independencia (1948-1949)
  • La Guerra de Suez (1956)
  • La Guerra de los Seis Días (1967)
  • La Guerra de Desgaste (1967-1970)
  • La Guerra de Yom Kipur (1973)
  • La Primera Guerra del Líbano (1982)
  • La Primera Intifada (1987-1993)
  • La Segunda Intifada (2000-2005)
  • La Segunda Guerra del Líbano (2006)
  • La Primera Guerra de Gaza (2008-2009)
  • La Segunda Guerra de Gaza (2014)

Una vez más, tenga en cuenta que entre cada uno de los conflictos mencionados anteriormente, hubo constantes ataques terroristas durante los primeros 50 años, hasta el final del siglo XX. Desde que comenzó este siglo, ha habido ataques con cohetes casi a diario.

Guerras Estadounidenses

En comparación con Israel, nuestra nación ha sido grandemente bendecida con mayores períodos de paz. Durante el siglo XIX, esto se debió en parte a nuestro aislamiento geográfico de Asia y Europa.

Pero, cuando comenzamos a emerger como una potencia mundial a principios del siglo XX, nuestra participación en la guerra se hizo más frecuente, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial.

Desde la fundación de nuestra nación hasta principios del siglo XXI, participamos en un total de 12 guerras.

Lo que suele sorprender a los estadounidenses es descubrir que la guerra que produjo nuestro mayor número de muertos no fue la Segunda Guerra Mundial. ¡No, fue la Guerra Civil, que resultó en más muertes en el campo de batalla que los totales combinados de todas nuestras otras guerras!

Por supuesto, la razón de esto es porque los estadounidenses estaban luchando en ambos lados de la guerra. El total de la Guerra Civil representaba al 2.5 por ciento de la población de nuestra nación en ese momento. Hoy, ¡eso equivaldría a más de siete millones de muertes!

A continuación se enumeran nuestras guerras de 1775 a 2000, junto con el número de muertos militares y civiles de cada una:9

1) La Revolución Americana (1775-1783)

Número de muertos: 23,800 10

2) La Guerra de 1812 (1812-1815)

Número de muertos: 7,400 11

3) Guerras Indias (1817-1898)

Número de muertos: 1,887 más 7,706 indios12

4) La Guerra de México (1846-1848)

Número de muertos: 13,283 13

5) La Guerra Civil (1861-1865)

Número de muertos: 750,000 14

6) La Guerra Hispano-Estadounidense (1898-1902)

Número de muertos: 3,289 15

7) Primera Guerra Mundial (1917-1918)

Número de muertos: 116,516 16

8) Segunda Guerra Mundial (1941-1945)

Número de muertos: 420,000 17

9) La Guerra Fría (1947-1991)

Una guerra de nervios con la Unión Soviética.

10) La Guerra de Corea (1950-1953)

Número de muertos: 36,914 18

11) La Guerra de Vietnam (1964-1975)

Número de muertos: 58,220 19

12) La Guerra del Golfo (1990-1991)

Número de muertos: 383 20

Desde principios del siglo XXI, Estados Unidos ha estado involucrado en dos grandes guerras importantes — la Segunda Guerra del Golfo en Irak (2003-2011, con 219 muertes)21 y la Guerra en Afganistán (2001-2021, con 2,456 muertes).22 Esta última se convirtió en la guerra más larga en la historia de nuestra nación. Y mientras luchábamos en éstas, estábamos involucrados en la lucha contra el terrorismo en todo el mundo.  

La guerra se ha convertido ahora en una realidad interminable para nosotros, tal como lo ha sido para la nación de Israel desde que se estableció en 1948. Nuestras guerras han agotado nuestros recursos financieros y nos han agotado emocionalmente.

Guerras Futuras

Tampoco hay algún alivio a la vista.  Por primera vez en la historia, todas las señales de la Biblia sobre el tiempo del fin han convergido, dejando en claro que ahora estamos viviendo en el umbral de la Tribulación — ese período de siete años de guerra constante que se describe en el libro de Apocalipsis.

Una de las señales específicas que Jesús nos dijo que deberíamos vigilar es una epidemia de “guerras y rumores de guerra” (Mateo 24:7). Además, enfatizó la proliferación de la violencia más adelante en el mismo pasaje, cuando dijo que regresaría en un momento en que el mundo será como lo era en los días de Noé (Mateo 24:37). Génesis 6 revela que la sociedad de Noé se caracterizaba por dos cosas: la inmoralidad y la violencia. Ambas han alcanzado proporciones exponenciales en nuestros días, y no hay perspectivas de que retrocedan.  En resumen, estamos  viviendo en tiempo prestado.

La Biblia deja en claro que las guerras de la Tribulación no tendrán paralelo en su carnicería, resultando en última instancia en la muerte de más de la mitad de la población mundial.23

La razón por la que el mundo va a experimentar un horror tan impensable es debido al desarrollo de armas nucleares, que pueden ser lanzadas en cualquier parte del mundo con misiles balísticos intercontinentales. Además, desde el primer y único uso de armas nucleares al final de la Segunda Guerra Mundial, su poder se ha incrementado exponencialmente para incluir bombas de hidrógeno termonucleares, que hacen que las bombas originales parezcan petardos.   

Buenas Noticias Rotundas

Sin embargo, hay esperanza en medio de las malas noticias de que nos estamos enfrentando las peores guerras en la historia de la humanidad.  Es la esperanza del Rapto de la Iglesia que la Biblia indica que ocurrirá antes de que comience la Tribulación.24 Esta es la promesa contenida en 1 Tesalonicenses 4:13-18 de que Jesús sacará a Su Iglesia de este mundo antes de que Dios derrame Su ira sobre toda la humanidad, como lo hizo en los días de Noé.  

Otra buena noticia revelada por la profecía bíblica es que, cuando Jesús regrese a esta tierra al final del terrible período de la Tribulación, establecerá un reino mundial centrado en Jerusalén, y la tierra será inundada de paz, rectitud y justicia por mil años.  

Pero primero, el mundo debe pagar por su rebelión impenitente contra Dios y Su Palabra, sufriendo a través de una serie de nueve guerras del tiempo del fin. Echemos un vistazo a esas guerras.

Lea la parte 1 aquí

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viernes, 28 de abril de 2023

Libro: Las 9 Guerras de los Tiempos del Fin – Introducción (Parte 1 de 2)

Por Dr. David R. Reagan

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La guerra ha sido una terrible maldición sobre la humanidad desde el comienzo de la historia registrada, y la Biblia deja claro por qué esto ha sido así:

  • El profeta Jeremías (Jeremías 17:9):

“Más engañoso que todo es el corazón, y sin remedio . . .”.

  • Santiago, el hermano de Jesús (Santiago 4):

1) ¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No vienen de las pasiones que combaten en sus miembros? 

2) Ustedes codician y no tienen, por eso cometen homicidio. Son envidiosos y no pueden obtener, por eso combaten

Entonces, ¿cuál es la causa de la guerra?  La naturaleza malvada inherente a  la humanidad que produce envidia y codicia desenfrenadas. Esta visión bíblica de la violencia difiere sustancialmente de la visión del mundo:

  • El mundo dice que las guerras son causadas por la injusticia social. La Biblia dice que están arraigadas en la naturaleza malvada y caída de la humanidad (Gálatas 5):

19) Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: inmoralidad sexual, impureza, desenfreno, 

20) idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos, 

21) envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas . . . 

  • El mundo dice que la paz vendrá sólo cuando haya justicia social. La Biblia dice que puede ocurrir sólo a través de corazones cambiados, producidos por el Espíritu Santo, cuando las personas ponen su fe en Jesús como su Señor y Salvador (Gálatas 5): 

22) Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 

23) mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley.

  • El mundo sueña con la humanidad evolucionando hasta el punto de producir una utopía en la tierra. La Biblia dice que la única utopía que jamás existirá será el resultado del reinado de Jesús sobre todo el mundo desde el Monte Sion en Jerusalén (Isaías 2): 

2) Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 

3) Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 

4) Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

Guerras Bíblicas

La Biblia proporciona relatos históricos detallados de la guerra, especialmente durante los tiempos del Antiguo Testamento.

La primera guerra mencionada en la Biblia es una conocida como “La Guerra de los Reyes” (Génesis 14:1-11). Tuvo lugar alrededor de 2084 a. C.  y consistió en que el rey de Elam y tres de sus aliados atacaron Sodoma y Gomorra y tres de sus aliados — por lo tanto, cuatro contra cinco. Fue motivada por la rebelión de los cinco reyes que eran vasallos del rey de Elam y que le habían estado pagando tributo durante 12 años.

Esta guerra ciertamente no fue la primera guerra en la historia humana. La única razón por la que está registrada en la Biblia es porque cuando el rey de Elam, junto con sus aliados, destruyó y saqueó Sodoma y Gomorra, secuestraron al sobrino de Abraham, Lot, y a su familia. Esto llevó a Abraham a reunir una pequeña fuerza de guerreros que persiguieron a los ejércitos enemigos y los destruyeron en un ataque furtivo por la noche, rescatando a Lot y su familia en el proceso.

A medida que avanza el registro bíblico, parece como si el pueblo judío viviera en un estado constante de guerra una vez que fueron liberados de la esclavitud egipcia. Fueron perseguidos por el ejército de Faraón, y justo cuando parecía que serían atacados, Dios los liberó y destruyó las fuerzas egipcias (Génesis 14).  Luego, cuando se acercaron a la Tierra Prometida de Canaán, se enfrentaron militarmente con las naciones por las que tenían que pasar: los amalecitas (Números 14), los cananeos (Números 14), los  amorreos (Números 21) y los madianitas (Números 31).

Después de que los hijos de Israel cruzaron el río Jordán hacia la Tierra Prometida, pasaron muchos años conquistando la tierra, comenzando con la fortaleza de Jericó (Josué 6). Una vez que se establecieron en la tierra, fueron hostigados constantemente por varias tribus, los filisteos en particular. Una de las guerras de los  filisteos con Israel fue la batalla en el valle de Ela, cuando David mató al gigante filisteo, Goliat (1 Samuel 17).  

Dos guerras en particular son muy fascinantes. La primera ocurrió durante el tiempo de los Jueces, cuando el sumo sacerdote Elí estaba sirviendo como juez de Israel. Llamo a ésta “La Guerra de Ebenezer”, porque tuvo lugar en ese lugar, en el centro de Israel (1 Samuel 4).

Fue una época de gran apostasía entre el pueblo judío, como lo demuestra el hecho de que los líderes decidieron recuperar el Arca del Pacto del Tabernáculo de Moisés en Silo y llevarla a la batalla con ellos, usándola como un amuleto de buena suerte. Dios se enfureció y permitió que los filisteos ganaran la batalla y capturaran el Arca, después de lo cual procedieron a Silo y destruyeron el Tabernáculo de Moisés. 

La segunda guerra que tengo en mente es lo que llamo “La Guerra de Adoración”. Ocurrió cuando los moabitas y los amonitas combinaron fuerzas para hacer la guerra contra el rey Josafat de Judá (2 Crónicas 20:1-24).

Dios le dio a Josafat algunas instrucciones de batalla muy inusuales. ¡Le dijo al rey que confrontara a los ejércitos enemigos con un gran número de adoradores vestidos con atuendos santos que salieran bailando, cantando y alabando al Señor por Su misericordia!   Debe haber sido necesaria mucha   fe para que el rey siguiera estas instrucciones, pero lo hizo. Parece que este despliegue de adoradores confundió y distrajo totalmente a los soldados enemigos, y mientras observaban con asombro, ¡fueron emboscados por los guerreros del rey! 

Debido a la ubicación estratégica de la Tierra Prometida — que sirve como un puente terrestre para el acceso de Europa y Asia a Egipto y viceversa — el pueblo judío a menudo se vio atrapado en guerras a medida que los ejércitos conquistadores atravesaban su tierra para conquistar imperios. Así, experimentaron guerras con egipcios, asirios, griegos, babilonios, persas y romanos.

Otro ejemplo ocurrió cuando el Imperio de David y Salomón se dividió después de la muerte de Salomón, Egipto invadió la tierra y conquistó Jerusalén. El rey de Egipto procedió a saquear el Templo judío y el palacio del rey, llevándose muchos de los tesoros a Egipto (1 Reyes 14:25 y 2 Crónicas 12:9).

Las guerras más trágicas del pueblo judío resultaron ser las guerras civiles que libraron entre ellos. La primera de ellas ocurrió durante el período de los Jueces, cuando el clan galaadita de la tribu de Manasés fue a la guerra con la tribu de Efraín por un asunto menor de insultos verbales, resultando en la muerte de 42,000 efraimitas (Jueces 12:1-6). 

Guerras civiles mucho más sangrientas iban a seguir. Una de ellas casi resultó en la destrucción completa de la tribu de Benjamín (Jueces 20).  Otra enfrentó al rey David contra su hijo rebelde, Absalón (2 Samuel 13-18). La batalla que resultó en la mayor pérdida de vidas ocurrió en la guerra civil entre el rey Jeroboam de Israel (el reino del norte, después de que el imperio de David y Salomón se dividió) y el rey Abías de Judá (el reino del sur).  ¡En 2 Crónicas 13 se nos dice que esta guerra culminó en la Batalla del Monte Zemaraim, en la que murieron 500,000 guerreros!

Tres guerras con grandes imperios dieron como resultado que pueblo judío fuera llevado al exilio extranjero debido a su rebelión impenitente contra su Dios, Yahvé. La primera fue la conquista asiria del reino del norte de Israel en el 722 a. C. (2 Reyes 17:1-23). Esto dio como resultado que los judíos de esa nación se dispersaran por toda Eurasia.  La segunda fue la conquista caldea de Judá y la captura de Jerusalén en el 586 a. C. (2 Crónicas 36:11-21), lo que resultó en el exilio babilónico de 70 años.

La guerra final fue un conflicto con los romanos, que comenzó en el año 70 d. C.  Ésta, y las subsecuentes rebeliones, resultaron en la destrucción del Segundo Templo y la dispersión mundial del pueblo judío (2 Crónicas 36).

Lea la parte 2 aquí  

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